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LINGÜÍSTICA

Grado en Estudios Hispánicos (Prof. Adolfo Sánchez Cuadrado)




TEMA 6
SEMÁNTICA
1. Introducción. 2. Naturaleza del significado. 3. Principios de ordenación. 4. Léxico y sintaxis. Semántica
de los enunciados. 5. Categorías conceptuales y lingüísticas.






1. INTRODUCCIÓN
1.1 La semanticidad primordial de las lenguas

Observadas desde el punto de vista semiótico, las lenguas son un gran aparato de
semanticidad primordial, cuya función principal y originaria es la de transmitir e
intercambiar significados. La asociación de expresión y contenido -en la que todo
código (y con mayor razón los lingüísticos) tiene su razón de ser- sirve precisamente
para eso: la expresión se asocia al contenido para permitirle manifestarse, y no hay
otra forma de manifestar el contenido que relacionándolo de forma regulada con una
expresión sensorialmente perceptible (vid.: tema 1).
La semanticidad primordial resulta evidente cuando consideramos la lengua como
sistema abstracto, sin tener en cuenta a los usuarios que la utilizan. Pero esta
propiedad resalta aún más si contemplamos la lengua en el uso, en el contexto
concreto de la enunciación. En este caso, no solo los aspectos segmentables de los
enunciados, sino también numerosos recursos suprasegmentales y paralingüísticos
(vid. tema 4) tienen la función de transmitir significados: un gesto que subraya la
enunciación, una particular entonación, los elementos fónicos que acompañan y
marcan la conversación (por ejemplo, los que se transcriben informalmente como
hmm...), etc., constituyen instrumentos para transmitir significados. Incluso los juegos
de palabras y los usos poéticos de la lengua que insisten más explícitamente en el
significante tienen un poder semántico.
En definitiva, la lengua es realmente una poderosa “máquina” para significar,
cualquiera que sea el uso de ella que tomemos en consideración. Además, y a nivel
semiótico general, las lenguas verbales se diferencian de los demás códigos por esa
propiedad de expresar cualquier tipo de significado y que suele denominarse omnipo-
tencia semántica, mientras que los otros códigos están especializados en la expresión
de solo algunos tipos de significado.

Lingüística. Tema 6. Semántica.

1.2 Tipos de significado



Esta omnipotencia semántica da lugar, como es de suponer, a diversos tipos de
significado.

En este sentido, una distinción útil es la que se da entre significado estructural (o
gramatical) y significado léxico. El segundo tipo se puede explicar fácilmente: todos los
morfemas léxicos tienen un significado que en principio es susceptible de descripción.
Pero si en un enunciado como El presentador ha anunciado al cantante suprimimos
todos los morfemas léxicos, obtenemos una ‘estructura abstracta’ hecha casi solo de
‘huecos’, como el _____-dor ha _____-ado al _____-ante, en la que sigue persistiendo
un significado. Podemos describirlo más o menos con una serie de proposiciones como
la siguiente: a) ‘el agente ha llevado a cabo la acción de _____-ar sobre un
beneficiario’; b) ‘la acción se ha desarrollado en el pasado y está completamente
terminada’ (como se deduce del uso de un tiempo pasado: ha _____-ado); c) ‘tanto el
agente como el beneficiario son numéricamente singulares’, etc. Estos significados no
están ligados a ninguno de los morfemas léxicos insertos en el enunciado; son
independientes y sobreviven sean cuales fueren los morfemas que insertemos en los
huecos. El significado que queda tras la ‘extracción’ de los morfemas léxicos es el
estructural, puesto que tiene que ver con estructuras (aunque sean vacías) preparadas
para ser rellenadas por un conjunto de morfemas léxicos sintagmáticamente
compatibles entre sí.
Llevando más adelante estas consideraciones, podemos encontrar un significado
estructural incluso en simples curvas de entonación, de las que podemos haber
extraído incluso todo el material fonológico segmental (vid.: tema 4); es difícil
reproducir por escrito un ejemplo de este tipo, pero no cuesta mucho intuir que
podemos expresar el significado de ‘enunciado interrogativo’ con solo producir un
sonido vocálico prolongado que siga la curva de entonación de la interrogación. En la
categoría del significado estructural se engloban también las que se denominan
corrientemente palabras vacías (en oposición a las llenas, como los nombres, verbos,
adjetivos o adverbios), es decir, ciertas preposiciones y conjunciones (y, por, a, pero,
etc.) que parecen tener un contenido semántico muy genérico.
La idea del significado estructural tiene, como casi todo en Semántica, el mérito de
hacer captar algunas consideraciones útiles, y el defecto de no poder ser aplicada con
rigor. ¿Dónde, efectivamente, termina el significado estructural y dónde empieza el
significado léxico? En gran cantidad de casos resulta muy difícil decidir de manera
convincente si una determinada ‘cantidad’ de significado debe ser atribuida a la
primera o a la segunda categoría.
En líneas generales, la Semántica se propone tres objetivos: a) definir la naturaleza
del significado; b) identificar los tipos de significado de las distintas unidades
lingüísticas y las relaciones semánticas existentes entre ellas; y c) encontrar formas
adecuadas de representación de los significados. En los epígrafes siguientes nos
referiremos a algunos aspectos básicos de tales objetivos.


2. NATURALEZA DEL SIGNIFICADO

A continuación vamos a tratar de modo muy general lo que ciertas contribuciones
han revelado acerca del significado en el lenguaje humano.

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Lingüística. Tema 6. Semántica.


2.1 Denotación y connotación

Se acepta comúnmente que una buena parte del significado de una expresión se
corresponde de algún modo con la realidad objetiva representada. Aquellos aspectos
del significado de una expresión que permiten determinar a qué realidad podemos
hacer referencia con ella se corresponden con su denotación. Así, la palabra invierno
denota la estación que se halla entre el otoño y la primavera. La palabra perro denota
el conjunto de los seres que comparten las cualidades caninas. La palabra bailar
denota al conjunto de las acciones humanas que muestran las propiedades del baile,
etc.
Que el significado denotativo de una expresión determine la realidad objetiva a la
que se puede hacer referencia con ella no significa que el significado de esta se
identifique con los hechos o los objetos que pueden designarse con ella. Esta falta de
identidad se percibe con claridad cuando pensamos en palabras como unicornio o
frases como el actual rey de Francia. Ninguna se corresponde con un objeto en el
mundo real y, sin embargo, es innegable el hecho de que son expresiones plenamente
significativas. Esa falta de identidad también está en la base del comportamiento de
expresiones como el Primer Ministro de Gran Bretaña y el Presidente del Partido
Laborista. Ambas hacían referencia a Tony Blair (al menos en 2004). Está claro que,
aunque las dos pueden tener el mismo referente (se refieren a la misma entidad en el
mundo real), no puede afirmarse que tengan el mismo significado. De ahí que sea
imposible sostener que la expresión Primer Ministro de Gran Bretaña pueda definirse
como “el Presidente del Partido Laborista”, o que la definición de la expresión
Presidente del Partido Laborista sea “el Primer Ministro de Gran Bretaña”.
Otra noción estrechamente relacionada con el significado de las expresiones
lingüísticas es la de connotación. La connotación se refiere a las diversas asociaciones
que las expresiones lingüísticas pueden evocar aparte de su capacidad referencial
objetiva. Así, para las personas que viven en países en los que el invierno es largo y
crudo, la palabra invierno, además de servir, como hemos visto, para representar el
hecho objetivo de la estación intermedia entre el otoño y la primavera, es decir, para
denotar una determinada estación del año, también evoca en tales personas vivencias
y pensamientos relacionados, por ejemplo, con la nieve, el frío intenso, la brevedad de
las tardes, las puntas de los dedos congeladas, etc. Todas estas asociaciones
conforman la connotación de invierno para tales hablantes. Sin embargo, como es de
suponer, las connotaciones que esta misma palabra pueda evocar en los hablantes que
vivan en países más cálidos podrán ser muy diferentes, aunque unos y otros
emplearán la misma palabra invierno para denotar la misma estación del año.
Los rasgos connotativos de un término se asocian con actitudes o valoraciones del
hablante hacia el objeto de referencia (perro, chucho), con distinciones de registro o
variedades sociolectales (bocadillo, emparedado, bocata) o con aspectos que son
evocados en un segundo plano del significado debido al punto de vista escogido para
representar al objeto (mechero/encendedor; computadora/ordenador; excusado/
retrete/servicio/baño). El diccionario de la RAE define connotar como “conllevar una
palabra, además de su significado propio y específico otro expresivo o apelativo”.

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2.2 Extensión e intensión



La imposibilidad de identificar el significado de una expresión con los referentes a
los que esta puede aludir condujo a la distinción entre las nociones de extensión e
intensión. La extensión de una expresión se corresponde con el conjunto de entidades
que, cuando es usada, puede denotar. Se refiere por tanto a la ‘parte del mundo’
extralingüístico que designan las expresiones. La extensión es el objeto de la deno-
tación. Así, por ejemplo, todos los objetos formados por hojas encuadernadas y
cubiertas con caracteres de imprenta constituyen la extensión de la palabra libro; todos
los objetos que tienen cuatro ruedas, un motor y una plataforma forman la extensión
del nombre automóvil; etc. La expresión Primer Ministro de Gran Bretaña tiene como
extensión el conjunto de personas que a lo largo de la Historia han ocupado ese puesto
en el gobierno inglés. La intensión de una expresión, en cambio, está constituida por el
conjunto de propiedades definitorias que permiten establecer qué objetos forman
parte de una determinada extensión y cuáles no. Por tanto, las propiedades ‘tener
hojas encuadernadas’ y ‘tener las hojas escritas a imprenta’ forman parte de la
intensión de la palabra libro, y ‘tener cuatro ruedas’, ‘tener un motor’ y ‘tener
plataforma’ forman parte de la intensión de la palabra automóvil. La expresión Primer
Ministro de Gran Bretaña incluye en su intensión, entre otros rasgos, el de ‘líder del
partido que gobierna’. Si eliminamos alguna de estas propiedades (aunque solo sea
una), la intensión cambia, y los objetos que pertenecen a la extensión de la palabra ya
no son los mismos: si en el conjunto de propiedades que corresponden a la palabra
automóvil eliminamos la propiedad ‘tener un motor’ y añadimos la de ‘arrastrable por
otro vehículo’, obtendríamos la intensión de la palabra remolque, cuya extensión sería
distinta a la de automóvil. Los objetos escritos con letra de imprenta pero sin hojas
encuadernadas podrán ser un periódico, una tarjeta de visita o cualquier otra cosa,
pero no un libro. A la vista de estos ejemplos resulta evidente que la extensión
depende en gran medida de la intensión: no sabremos aplicar una palabra a un objeto
si desconocemos cuáles son las propiedades definitorias de esa palabra. Por otro lado,
cuanto mayor sea la intensión de una palabra (es decir, cuantas más propiedades
conformen su significado) menor será su extensión, y viceversa: cuanto menor sea la
intensión de una palabra mayor será su extensión. Vehículo (‘medio de transporte de
personas o cosas’) tiene una intensión más reducida que todoterreno (‘vehículo que
sirve para circular por zonas escarpadas e irregulares’) y por ello su extensión es más
amplia que la de este último. Adviértase que la intensión de un término se puede
ampliar si especificamos su significado al combinarlo con otras palabras: la paráfrasis
vehículo que sirve para circular por zonas escarpadas e irregulares es un ejemplo de
ello pues al combinar la oración de relativo que…irregulares al sustantivo vehículo
añadimos propiedades a la intensión de este y reducimos, por consiguiente, su
extensión. La construcción de sintagmas tiene, por tanto, la consecuencia semántica de
ampliar la intensión de su núcleo y reducir su extensión (vid.: tema 7). Adviértase, por
último, que, si en la intensión de una expresión podemos reconocer aspectos
denotativos y connotativos, solo los primeros determinan la extensión de la misma.

2.3 Referencia y referente

En estrecha relación con los conceptos de extensión e intensión se encuentran los
de referencia y referente. El acto de referencia es el acto enunciativo que permite al
oyente identificar un objeto (o conjunto de objetos) para el oyente de entre todos los

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que constituyen la extensión de un término. La referencia se asocia a las expresiones


nominales (sustantivos o pronombres), surge en el contexto concreto de un acto de
habla particular y se ve facilitada por la aplicación de los recursos disponibles en una
lengua para la determinación de los nombres, aunque es posible solo mediante el
concurso del contexto. En los siguientes ejemplos, por un lado, los pronombres (te, le,
esto) adquieren valor referencial por sí mismos debido a su significado deíctico; por
otro lado, hay distintas clases de determinantes que contribuyen al valor referencial de
los nombres comunes (posesivos, artículos indefinidos, artículos definidos,
cuantificadores) y, por último, los nombres propios (María y Ramón) también tienen
valor referencial por sí mismos. En los dos últimos casos es el contexto el que
proporciona las claves para conceder valor referencial a teléfono y a hombre:

Tu padre te ha llamado.
He visto una ardilla.
El café no le gusta.
María es simpatiquísima y Ramón, su marido, es amigo mío.
Esto tiene demasiada sal.
¡Teléfono!
¡Hombre al agua!

El acto enunciativo complementario a la referencia es el de la predicación, por el que
atribuimos cierto estado, propiedad, relación o circunstancia de distinto tipo al objeto
(u objetos) designado(s) mediante la referencia. Las palabras que prototípicamente
expresan el acto de la predicación son los verbos, pero tanto los adjetivos como los
nombres pueden tener también valor predicativo (como simpatiquísima, su marido o
amigo mío). En los ejemplos anteriores se ponen en negrita las expresiones
referenciales y se subrayan las expresiones con valor predicativo.

El referente de una expresión es el objeto (o el conjunto de objetos) del mundo (real o
imaginario) señalado entre todos los que forman parte de la extensión de esa
expresión y designado por esta en un acto de referencia.

2.4 Perfil y Base (escena y marco)

Otra distinción de especial relevancia es la propuesta, en el ámbito de la
lingüística cognitiva, entre perfil y base, según una denominación o, con otros términos
alternativos pero de valor equivalente, escena y marco. Con los términos perfil y base,
acuñados por R. W. Langacker, se hace referencia a los distintos niveles de
representación que podemos reconocer en el significado de las expresiones. Por un
lado, el perfil se refiere a la realidad que pretendemos designar con cierta expresión y,
por su lado, la base alude al dominio o al ámbito conceptual en relación con el cual se
lleva a cabo esa designación. Observemos en la siguiente figura la relación entre los
términos línea, radio y circunferencia, por un lado, y de rincón frente a esquina, por
otro:



línea radio circunferencia rincón esquina


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Línea y radio comparten el mismo perfil (señalado con trazo grueso en el
gráfico), pero radio, además, incluye en su significado la presuposición de una base, la
circunferencia (en línea fina discontinua), que sirve de fondo necesario para entender
la especificidad de la línea a la que llamamos radio. La noción de ‘circunferencia’ está
presente en el significado de radio pero solo como base, en un segundo plano. Con la
palabra radio designamos una línea, no una circunferencia. Igualmente, en la distinción
rincón/esquina encontramos que los dos términos designan lo mismo, un ángulo, pero
cada uno lo hace en relación con una base distinta: el espacio interior o cóncavo al
ángulo en rincón y el espacio exterior o convexo en esquina.
La relación perfil/base se reconoce fácilmente en las relaciones parte-todo. Por
ejemplo, el término uña designa el extremo de naturaleza córnea de un dedo. En esta
definición de uña el perfil lo constituye el extremo córneo propiamente dicho y la base
es el dedo del que forma parte. A su vez, dedo designa o perfila la extremidad
articulada de una mano, la cual constituye su base. De forma equivalente, mano
designa el extremo articulado con capacidad prensil de un brazo.
Otro ejemplo al que puede aplicarse la distinción perfil/base es el de los
sustantivos de carácter relacional, como los términos de parentesco. Por ejemplo, la
palabra tío designa a una persona, pero lo hace presuponiendo en la base la relación
ascendente colateral entre esa persona y otra que sirve de referencia. Esta otra
persona que forma parte de la base de la expresión tío está presente en su significado
solo en un segundo plano, como fondo o marco necesariamente presupuesto respecto
del cual se caracteriza al ser humano al que se denomina tío. Sin embargo, la situación
inversa se da en el caso de la palabra sobrino, en la que se designa a alguien como
descendiente colateral de otra persona. En las figuras 1a y 1b se representan, con
convenciones gráficas de la Gramática Cognitiva, los significados complementarios de
tío y sobrino. Las líneas más gruesas se corresponden con el perfil de cada expresión.
Las líneas de trazo más fino se corresponden con la base. El triángulo significa género
masculino; el círculo, género femenino y el rectángulo persona de género no definido.
La letra R representa el punto de referencia de esta red de parentesco en relación con
el cual se designa a otro elemento de dicha red.





R
e


R


Fig. 1a: tío Fig. 1b: sobrino


También puede entenderse que palabras derivadas de un mismo lexema pero
que pertenecen a categorías verbales diferentes (sustantivo, adjetivo, verbo, etc.) se
diferencian entre sí por una configuración perfil/base distinta de una misma situación

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objetiva. Por ejemplo, tanto elegir como elector y electo se relacionan con la situación
en que una entidad es escogida entre varias posibles por parte de alguien que lleva a
cabo esa selección. La diferencia de significado entre esos tres términos estriba en
cuáles de los elementos que se reconocen en esa situación son puestos en el primer
plano de representación del perfil: elegir designa la propia relación que se da entre
quien elige y quien es elegido; elector designa a la persona que elige y remite a la base
tanto el acto de elegir como la cosa elegida; y electo designa la relación entre un
objeto y su condición de objeto elegido. En los tres casos el conjunto de alternativas u
opciones entre las que se puede escoger o elegir forma parte de la base. Ese conjunto
de opciones se eleva a la categoría de perfil, sin embargo, en uno de los significados
del término elección (como en la frase No tengo elección).

2.5 Análisis componencial

El análisis componencial se propone dar cuenta de la estructura de la intensión de
los signos lingüísticos. Para ello establece un procedimiento analítico que consiste,
básicamente, en descomponer el significado de una expresión (su intensión) en
elementos semánticos más pequeños. Estos elementos se suelen denominar compo-
nentes o rasgos semánticos. Así, el significado de las palabras hombre, mujer, niño y
niña puede ser descompuesto del modo siguiente (los resultados de este análisis son
los mismos si decidimos, por ejemplo, sustituir el rasgo [±macho] por el de [±hembra]):

hombre Mujer niño niña
[+humano] [+humano] [+humano] [+humano]
[+macho]/[-hembra] [-macho]/[+hembra] [+macho]/[-hembra] [-macho]/[+hembra]
[+adulto] [+adulto] [-adulto] [-adulto]

En el análisis componencial las oposiciones suelen presentarse en términos de ‘+’
o ‘—’ y a menudo en forma de matrices. De esta manera, podemos usar [+macho] y
[-macho] (o, por supuesto, [+hembra] y [-hembra]) para presentar el comportamiento
de estos rasgos en la serie de palabras siguiente:

toro vaca ternera oveja carnero cordero caballo yegua potro potranca
[macho] + - - - + ± + - + -
[hembra] - + + + - ± - + - +

El análisis se vuelve más interesante a medida que el contenido de los términos se
hace más complejo. Esta, por ejemplo, es una posible matriz para algunos verbos de
movimiento humano:

[natural] [apresurado] [hacia delante] [un pie siempre en el suelo]
andar + - + +
marchar - + + +
correr - + + -
cojear - - + +

Usando un sistema como este, es fácil ver qué vacíos semánticos presenta una
lengua. Esta matriz, por ejemplo, indica que en español no hay un lexema que exprese
la idea de “humano usando las piernas para moverse hacia atrás”.

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Este método nació en el ámbito de la Antropología como herramienta para


comparar el vocabulario de culturas diferentes, y ha sido desarrollado por los seman-
tistas como posible marco general para el análisis del significado lingüístico. Una
ventaja de este enfoque es que permite agrupar las palabras en clases naturales sobre
la base del rasgo o rasgos que compartan. Así, hombre y niño constituyen un grupo
porque comparten los rasgos [+humano, +macho]; hombre y mujer constituyen otro
porque comparten los rasgos [+humano, +adulto], etc. Esta circunstancia resulta muy
útil para establecer generalizaciones de diverso tipo. Por ejemplo, ciertos verbos, como
casarse, argüir y otros muchos por el estilo, exigen, en principio, que sus agentes sean
[+humano]. Estas relaciones nos ayudan a comprender muchos aspectos de la
composicionalidad de las expresiones lingüísticas. En el caso de casarse, por ejemplo,
muestran por qué resulta inadecuada un oración como *El gato se casó ayer.

2.5.1. Componentes absolutos y relacionales

Los ejemplos que hemos presentado hasta ahora no dan una idea completa de la
variedad de tipos de componentes que pueden identificarse. Si comparamos niño con
hijo, surge la necesidad de introducir componentes de dos clases diferentes:

niño hijo

[+humano] [±humano]
[+macho] [+macho]
[-adulto] [±adulto]
[±descendiente de primer grado] [+descendiente de primer grado]

Niño se enriquece ahora con un nuevo componente: [±descendiente de primer
grado], mientras que hijo tiene [+descendiente de primer grado]. Hijo, efectivamente,
define su significado solo en relación con el de padre (o, si se prefiere, de madre), y no
tiene sentido si no es en relación con él. Entre los componentes transcritos en letra
normal y el transcrito en negrita hay por tanto una importante diferencia: los primeros
son absolutos, mientras que los segundos son relacionales. Los componentes
relacionales tienen la propiedad de aludir a una relación entre dos o más argumentos:
hijo se entiende en el sentido de ‘un x [±humano], [+macho], [±adulto] que es
descendiente en primer grado de un y’, de la misma manera que padre se entiende en
el sentido de ‘un x [±humano], [+macho], [+adulto] que es ascendiente en primer
grado de un y’. Estas matrices se pueden representar también con una elemental
notación lógica de la siguiente manera:

hijo = descendiente en primer grado (X, Y)
padre = ascendiente en primer grado (X, Y)

Una notación como esta permite hacer referencia a los componentes del tipo
[+descendiente de primer grado] también con el término de componentes de dos
lugares (X, Y), y a los componentes absolutos con el término de componentes de un
lugar. Componentes relacionales aparecen también en el significado de otras palabras,
como abuelo, tío, y en general en los nombres de parentesco (que son, por su
naturaleza, portadores de significados relacionales). Abuelo, por ejemplo, tendrá todos

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los componentes de padre, excepto que [+ascendiente de primer grado] será sustituido
por [+ascendiente de segundo grado]; etc.


2.5.2 Componentes pragmáticos

Al lado de las distinciones presentadas en este apartado hay que mencionar otra
clase de componentes, a los que podemos denominar pragmáticos, que dan cuenta de
la diferencia de significado que existe entre palabras como, por ejemplo, cansancio y
astenia, antiinflamatorio y antiflogístico, o francés y franchute. A primera vista, los
términos de cada pareja de palabras son sinónimos (es decir, tienen exactamente la
misma matriz semántica). Pero, si los observamos más de cerca, las cosas cambian. Si
colocamos en columnas los primeros cuatro términos, nos darnos cuenta de que los
dos primeros de cada pareja contienen, entre otros, un nuevo componente:

cansancio astenia
antiinflamatorio antiflogístico
[-técnico] [+técnico]

De la misma manera, si comparamos francés y franchute, observamos un nuevo
componente que los diferencia:

francés franchute
[-despectivo] [+despectivo)

En otras palabras, cansancio y antiinflamatorio se utilizan solamente en
contextos de tipo coloquial y en interacciones informales, y precisamente a esta
característica se refiere el componente [-técnico], mientras que sus equivalentes
astenia y antiflogístico pueden usarse casi exclusivamente en contextos especializados
(de ahí el componente [+técnico]). Francés y franchute ejemplifican otro tipo de
componente pragmático y social: el primer término es de tono neutro, y el segundo
exhibe un tono marcado, porque comporta una actitud de desprecio por parte de
quien habla hacia el objeto de su mención. Los componentes pragmáticos se refieren,
por tanto, a la especial tonalidad de la interacción que se produce entre los hablantes o
bien al tipo de contexto (formal, informal, etc.) en el que se utilizan las palabras
consideradas (vid.: tema 8).

2.5.3 Componentes proposicionales y restricciones

Los componentes que hemos tomado en consideración hasta este momento no
constituyen el único tipo de información contenida en el significado de las palabras. Si
tomamos una oración como

3) La gata cría a los gatitos

los componentes de criar pueden representarse así:

criar
(Xs hace que (Yo cambie en [+ adulto]))

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Esta representación es muy diferente de las que llevamos dadas hasta este
momento, y se lee así: ‘X, que tiene la función de Sujeto (= s), hace que Y, que tiene la
función de objeto (= o), cambie su estado en [+adulto]’. En otras palabras, los
componentes semánticos (cada uno de los cuales va recogido entre paréntesis) ya no
están constituidos por palabras, sino por proposiciones elementales que tienen entre sí
relaciones determinadas. Este tipo de componentes se denomina proposicional, y es
probablemente típico de los verbos. Un componente proposicional puede a su vez
englobar (como en nuestro ejemplo) a uno o más componentes de otro tipo (por
ejemplo, relacionales).
La descomposición de criar contiene algunas informaciones suplementarias
respecto de las que acabamos de ver: a) menciona el hecho de que criar (que es un
verbo, y no un nombre, como las palabras examinadas antes) debe tener un sujeto y
puede tener un complemento; b) que el objeto es beneficiario de la acción del sujeto.

La presentación de las matrices semánticas no está aún completa. Es necesario
introducir todavía en ellas otro tipo de información, de modo que se eviten enunciados
como:

(4) *El marinero cría a los remos

Lo que no funciona en (4) es el hecho de que en este ejemplo se violan algunas
limitaciones referidas a la combinación de las palabras. El verbo criar, en efecto, no
puede combinarse con cualquier tipo de nombres, sino que exige un sujeto y un
complemento que se refieran, ambos, a seres animados. Otros verbos pueden tener la
propiedad inversa: aburrir, por ejemplo, debe tener un sujeto [±animado] y un
complemento [+animado]. Podemos, efectivamente, tener

(5) La película aburre a los chicos
(6) El profesor aburre a los estudiantes

pero no

(7) *El profesor aburre al automóvil

Por este motivo, la matriz de criar debe ser completada con otro tipo de
información que especifique si las palabras que pueden ser sujeto o complemento han
de presentar o no determinados componentes. Estas informaciones limitadoras se
denominan comúnmente restricciones, se recogen entre los signos ‘< >’ y dan lugar a la
siguiente reformulación:

criar
(Xs hace que (Yo cambie en [+adulto])) <X [+animado], Y [+animado]>

Si tomamos aburrir, que, como hemos dicho, tiene un sujeto [±animado] y un
complemento [+animado], su representación será la siguiente:

aburrir
(Xs hace que (Yo cambie en [+aburrido])) <X [±animado], Y [+animado]>

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Las representaciones de este tipo pueden hacerse aún más complejas. En sus
usos no metafóricos, acariciar, por ejemplo, puede tener como sujeto solamente
palabras que designen a seres dotados de manos, mientras puede tener como
complemento cualquier palabra. Las restricciones que afectan a su sujeto se pueden
representar así:

acariciar
(Xs, toca a (Yo [+de forma ligera y afectuosa])) <Xs [+dotado de manos]>

donde (observemos de pasada) el componente [+dotado de manos] implica otro como
[+vertebrado].


2.5.4 Limitaciones del análisis componencial

El alcance del análisis componencial sufre limitaciones, como era de esperar. Así,
cabe, por ejemplo, plantearse la pregunta de si merece la pena caracterizar el
significado de la palabra perro como [+animal, +canino] sin un análisis ulterior de tales
rasgos. Asimismo, si sostenemos que el significado de la palabra azul está formado por
el rasgo [+color] y algo más, se impone saber qué es esto último. Pero es muy difícil, si
no imposible, determinar la naturaleza de ese rasgo que falta. Si esto es así, entonces
no hemos descompuesto totalmente el significado de azul en sus componentes y
volvemos, más o menos, al punto de partida. En la matriz de los verbos de movimiento
de arriba, ¿nadar sería [+apresurado] o [-apresurado], o este rasgo no es relevante en
este caso? Otros ejemplos: ¿sopa sería [+comer] o [-comer]?, ¿natillas sería [+líquido]
o [-líquido]? Como se ve, no siempre es fácil establecer cuáles son los rasgos relevantes
de un lexema, y si pueden aplicarse de forma binaria.
Por otro lado, es difícil decir cuántos niveles de componentes son necesarios para
describir completamente el significado de una palabra. En principio, deberán ser
necesarios por lo menos los siguientes: a) componentes que describan el significado
intensional de la palabra; b) otros que indiquen su categorización gramatical; c) otros
que especifiquen las restricciones que aquella debe respetar en sus combinaciones
sintagmáticas; y, finalmente, d) una serie de componentes que definan las condiciones
pragmáticas de su uso. Y desde luego no hay que excluir que, a medida que se amplía
la comparación en parejas entre las palabras, surja la necesidad de postular otros
niveles componenciales. Ya esta enumeración evidencia que, en efecto, la descripción
del significado de una palabra en términos rigurosamente componenciales termina por
llevar a una enorme masa de especificaciones poco manejables desde el punto de vista
práctico, si bien probablemente capaces de dar cuenta de una buena parte de la
competencia léxica de los usuarios.
Por último, un inconveniente propio del análisis componencial es que, en su afán
analítico no resulta el mejor procedimiento para dar cuenta de la verdadera
representación que los usuarios se hacen del significado de las palabras. En muchos
casos, efectivamente, los conceptos que se asocian a las palabras tienen carácter
configuracional o, como se diría en algunas tradiciones psicológicas, de geltalt o
percepción de conjunto, que no puede captarse exclusivamente como la suma de los
componentes. La grafía que representa el número 8 no es solo ‘un círculo que se
intersecta con otro formando una sola línea cerrada orientada verticalmente’. Por muy

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Lingüística. Tema 6. Semántica.

exhaustiva que sea una descripción analítica de una forma geométrica, nunca podrá
sustituir a la imagen coherente y unitaria del conjunto con la que los seres humanos
nos la representamos de forma holística.


2.6 Relaciones semánticas entre palabras

Las palabras pueden contraer diversas relaciones semánticas. Como estas
relaciones ayudan a identificar aquellos aspectos del significado que resultan
pertinentes para el análisis lingüístico, constituyen un buen punto de partida para lo
tratado en este tema.


2.6.1 Sinonimia

Son sinónimas las palabras y expresiones que muestran un significado igual o
similar en algunos o todos los contextos en que aparecen. En la tabla siguiente se
ofrecen algunos ejemplos.

feliz contento
perro can
llevar portar
encendedor mechero
morir fenecer

Es muy rara la sinonimia total, es decir, la que muestran dos elementos cuyo
significado es totalmente idéntico en todos los contextos en que aparecen. Un ejemplo
de sinonimia total pueden ser, para un gran número de hablantes, los términos
comenzar y empezar. La razón que se aduce para explicar esta situación es que el
principio de economía impide esta relación, pues resulta ineficaz disponer de dos
términos que expresen un mismo significado. En cambio, es muy frecuente la sino-
nimia parcial, esto es, la mostrada por aquellas expresiones cuyo contenido en parte
es igual y en parte diferente. Todos los ejemplos incluidos en la tabla de arriba
responden a este último tipo de sinonimia.

2.6.2 Antonimia

Son antónimas las palabras y expresiones que se muestran como términos
opuestos en relación con algún componente de su significado. Los pares de palabras
incluidos en la siguiente tabla son ejemplos de antónimos.

oscuro claro
caliente frío
caballo yegua
arriba abajo
dentro fuera
ir venir
comprar vender

12

Lingüística. Tema 6. Semántica.


En cada par las palabras contrastan sobre la base de, al menos, un aspecto de su
significado. Por ejemplo, los significados de caballo y yegua se oponen solo en relación
al sexo, pero son idénticos en el resto. Asimismo, ir y venir se oponen en el modo en
que presentan la dirección del movimiento, pero ambos contienen la idea de
movimiento.
Hay algunas clases de antónimos:
Graduables: Expresan los extremos de la gradación de una propiedad: gran-
de/pequeño; alto/bajo, gordo/flaco; frío/caliente, etc.
No graduables (o complementarios): No denotan grados, sino clases que se
excluyen: macho/hembra, ir/venir, etc. La afirmación de un término supone la nega-
ción de otro, y viceversa. Así, si afirmo Voy al gimnasio dos veces en semana, implico
que, al emitir ese enunciado, no estoy en el gimnasio, porque entonces habría dicho
Vengo al gimnasio dos veces en semana. Si afirmo Esta araña no es macho implico que
la araña de la que hablo es hembra.
Inversos (o simétricos): Los términos expresan una misma relación, pero consi-
derada desde puntos de vista opuestos: comprar/vender, padre/hijo, etc. En estos
casos la afirmación de un término implica la vigencia del otro, por lo que son inter-
cambiables. Si afirmo Luis me vendió la moto, implico que yo le compré la moto a Luis.
Si afirmo que Pedro es el padre de Nuria, implico que Nuria es la hija de Pedro.

2.6.3 Incompatibilidad

Suelen agruparse bajo esta rúbrica conjuntos de palabras que son miembros de
una misma categoría y que se excluyen mutuamente. Por ejemplo, rojo, verde, azul,
amarillo, etc. son términos incompatibles dentro de la categoría color. No es posible
afirmar Estoy pensando en un único color, y este es rojo y verde. En cambio, rojo no es
incompatible con, por ejemplo, redondo o sucio (algo puede ser al mismo tiempo rojo
y redondo). Los nombres de frutas, los días de la semana, los meses y estaciones del
año, los instrumentos musicales, el estado civil de las personas, etc. son ejemplos de
categorías cuyos elementos son incompatibles. Cuando usamos un elemento de esta
clase excluimos todos los demás. Así, si afirmo Hoy es lunes, implico que hoy no es ni
martes, ni miércoles, etc. Si alguien dice Pedro está divorciado, implica que la persona
aludida no está ni casada, ni soltera ni viuda.


2.6.4 Polisemia y homonimia

Hay polisemia cuando una palabra muestra dos o más significados relacionados de
algún modo entre sí. La tabla siguiente ofrece algunas palabras polisémicas.

Palabra Significado 1 Significado 2 Significado 3

brillante “diamante tallado” “que brilla” “que destaca”
concierto “concertar un “interpretación pública “composición musical
acuerdo” de composiciones para diversos instru-
musicales” mentos en la que uno
o varios de ellos asu-
men la parte principal”

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Lingüística. Tema 6. Semántica.

levantar “mover algo hacia “poner derecha o en “hacer un edificio o


arriba o ponerlo en un posición vertical a una construcción”
lugar más alto que el persona o cosa”
que tenía”
lejos “a gran distancia” “en un tiempo que
está distante en el
pasado o en el futuro”

La polisemia es un fenómeno muy común. Se puede afirmar que, por término
medio, en cada palabra se plasman tres o cuatro significados. Esta situación se refleja
bien en los diccionarios, en donde se suele ofrecer una lista de los diferentes signi-
ficados o acepciones asociados a un mismo elemento léxico.
La homonimia se da cuando dos palabras, cuyos significados son totalmente
distintos, coinciden en su expresión (significante). Generalmente se asume en estos
casos que estamos ante dos palabras diferentes, y no ante una palabra única con
diversos significados, porque hay razones en la historia de tales palabras que avalan
esta decisión. En la tabla siguiente tenemos algunos ejemplos.

Palabra Significado Palabra Significado

vaca “animal vertebrado…” baca “portaequipajes”
votar “emitir un voto” botar “lanzar un objeto elástico
contra algo para que
retroceda con el impulso”
vino “bebida alcohólica…” vino “3ª persona singular pret.
indefinido de ‘venir’”
haya “3ª persona singular presente halla “3ª persona singular presente
subjuntivo de ‘haber’” indicativo de ‘hallar’”
haya “árbol” aya “nodriza”

Botar y votar, baca y vaca se pronuncian del mismo modo pero se escriben de
modo diferente: son homónimos homófonos, pero no homógrafos. Vino (bebida) y
vino (pasado de venir) se pronuncian y escriben del mismo modo: son homónimos
homófonos y homógrafos. En español todos los homógrafos son homófonos, pero esta
situación no se da en otras lenguas, como es el caso del inglés: wind “viento” y wind
“enrollar” se escriben igual pero se pronuncian de modo diferente: [wind] y [waind]
respectivamente.
No es fácil determinar en muchos casos cuándo estamos ante un caso de poli-
semia o de homonimia: puede haber conflicto entre la historia de las palabras y las
intuiciones que el hablante actual tiene de ellas. Así, hoy en día el término hoz pre-
senta dos significados muy diferentes: “instrumento para segar” y “paso estrecho que
forma un río entre montañas”, y se considera polisémico. Sin embargo, uno y otro
significado tienen un origen diverso: latín falcem “hoz para segar” > hoz, frente a latín
faucem “fauce, boca” > hoz. Al contrario, pupila (“alumna”) y pupila (“del ojo”) suelen
considerarse diferentes, es decir, homónimos, pero tienen un origen común, es decir,
son, desde este punto de vista, polisémicos.
La polisemia y la homonimia dan lugar a ambigüedad léxica, generalmente
resuelta gracias al contexto o a otros elementos que acompañan a la entidad poli-
sémica u homonímica. De este modo, si emitimos oralmente el enunciado Perdí la
vaca, el oyente deberá recurrir al contexto para desambiguar a qué se refiere el

14

Lingüística. Tema 6. Semántica.

hablante con el término vaca. Si este mismo enunciado lo transmitimos por escrito, el
oyente (siempre que conozca las convenciones ortográficas del español) interpretará
que se está haciendo referencia a un animal.


2.6.5 Hiponimia e hiperonimia

La hiponimia se refiere a la noción de inclusión por la que puede afirmarse que Un
X es un tipo de Y. Así, rosa es un hipónimo de flor; coche, de vehículo, etc. A su vez, flor
y vehículo son hiperónimos de rosa y coche respectivamente. Rosa, clavel, tulipán, etc.
son términos hipónimos del mismo hiperónimo flor: son cohipónimos. La relación de
inclusión que media entre un hiperónimo y su(s) hipónimo(s) alude a que el significado
del término hiperónimo está incluido en el de los términos hipónimos. De esto se
desprende que la intensión de los hipónimos es siempre mayor que la de sus hiperó-
nimos: el significado del hipónimo incluye el significado del hiperónimo y otros rasgos
semánticos: rosa, por ejemplo, incluye en su significado el del hiperónimo flor y otros
rasgos. Esto se traduce, por otro lado, en que la extensión denotada por un hipónimo
es siempre menor que la denotada por su hiperónimo: cuando uso la palabra rosa
denoto un conjunto de objetos reales menor que cuando uso la palabra flor.


2.6.6 Relaciones semánticas sintagmáticas

Hasta aquí hemos considerado solo principios de carácter paradigmático, es
decir, los que se instauran en cierto conjunto de palabras para el que, si se elige una,
queda prohibido el uso de las otras. Pero existen también principios sintagmáticos,
esto es, los que permiten diversas relaciones semánticas entre las palabras que
componen una cadena sintagmática, una expresión compleja. Estas relaciones pueden
ser más o menos ocasionales o también regulares. En este último caso, las relaciones
semánticas están determinadas al menos por dos tipos de construcciones: la
modificadora y la complementadora. En ellas la relación semántica entre las palabras
es generalmente unidireccional habiendo, por tanto, un elemento seleccionador y otro
seleccionado. Así, en la construcción modificadora el elemento sintáctico adyacente es
el seleccionador y el núcleo sintáctico el seleccionado. En

(8) Una loba preñada

tenemos una construcción modificadora, y en ella se da una relación semántica entre
el núcleo, una loba, y el modificador, preñada. En esta relación el modificador
selecciona al núcleo: este ha de tener el rasgo [-macho]. De ahí que, cuando este
modificador aparece con núcleos formados por sustantivos que no expresan el género
morfológicamente, tales núcleos adquieran el rasgo semántico seleccionado por aquel.
Es el caso, por ejemplo, de

(9) gusano preñado

en donde el adjetivo selecciona el rasgo semántico [-macho] para la denotación de
«gusano».

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Lingüística. Tema 6. Semántica.

En las construcciones complementadoras, por el contrario, es el núcleo sintáctico


el que selecciona y el adyacente lo seleccionado. Así, en el sintagma

(10) partidario de la paz

«de la paz» es un complemento exigido por «partidario»: este último, núcleo del
sintagma, selecciona el adyacente siguiente. El adjetivo «partidario» selecciona como
complemento palabras o sintagmas que denoten una situación o una acción
(«partidario de la paz» [+estado], «partidario de la negociación» [+acción]). Por esta
razón, cuando el complemento de este adjetivo denota un objeto físico, como en

(11) partidario de los ordenadores

el complemento adquiere automáticamente el rasgo de [+estado] o el de [+acción]:
«partidario del estado en que se usan ordenadores/de la utilización de los
ordenadores».

Las relaciones semánticas sintagmáticas pueden caracterizarse del siguiente
modo:
a) Tautonimia: Esta relación se da cuando el elemento seleccionado expresa
únicamente el rasgo semántico seleccionado. Es lo que ocurre en la expresión comer
comida, ya que el verbo «comer» exige que su objeto tenga el rasgo [+objeto
comestible], que es precisamente el único que muestra la palabra seleccionada,
«comida». Otro caso de tautonimia sería varón macho; ahora tenemos que el rasgo
semántico que define a «macho» ([+macho]) está ya incluido en «varón». En el uso
lingüístico, la tautonimia se suele emplear en determinadas situaciones para subrayar
el rasgo semántico que da origen a ella. Por ejemplo, en una situación en la que me
proporcionan una comida en mal estado o de mala calidad, puedo decir ¡Quiero comer
comida!: el carácter tautonímico de la construcción sirve para poner énfasis en el rasgo
semántico que da origen a dicha tautonimia; insisto en que quiero que lo que se me da
por comida sea realmente comestible. El procedimiento es similar a cuando repetimos
un sustantivo (Esto sí es café café) para recalcar la pureza o autenticidad del objeto
denotado.
b) Xenonimia: Es el caso contrario de la tautonimia. Ahora se da una
contradicción entre el rasgo exigido por el seleccionador y alguno de los que presenta
el seleccionado. Por ejemplo, comer lápiz es una construcción en la que el objeto es
algo no comestible ([-objeto comestible]). Igual ocurriría con la expresión varón
hembra. La interpretación de tales expresiones puede resultar imposible en muchas
ocasiones o exige un esfuerzo cognitivo de acomodo considerable.
c) Filonimia: Es la relación que se establece cuando no se dan las relaciones
anteriores. Es decir, cuando el elemento asociado al rasgo seleccionado contiene otros
rasgos además del seleccionado y alude, por tanto, a un subtipo del rasgo
seleccionado. Las construcciones comer carne, hombre inteligente son filonímicas,
puesto que carne es un subtipo del tipo “comida” y hombre es un subtipo del tipo “ser
racional”, siendo “comida” y “ser racional los rasgos seleccionados por comer e
inteligente, respectivamente.
d) Solidaridades léxicas: Son un caso especial de selección, en el que el
seleccionador incluye en su restricción la categoría del seleccionado y el seleccionado
no solo se define por estar implicado en la relación descrita por el seleccionador.

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Lingüística. Tema 6. Semántica.

Consideremos algunos ejemplos:



(12) Los perros ladran
(13) Los gatos maúllan
(14) Los burros rebuznan

Entre los sujetos y los verbos de estas oraciones se establece una relación
redundante parecida a la tautonimia. Por ejemplo, se puede definir «ladrar» como la
‘emisión de sonidos característicos que hacen los perros’. Por tanto, la palabra «perro»
está incrustada en el significado de la palabra «ladrar», que, en este caso, no
selecciona un rasgo sino un lexema o conjunto de rasgos. Lo mismo ocurre en el resto
de los ejemplos. Las solidaridades también se observan entre otras partes de la
oración:

(15) Talar los árboles
(16) Izar la bandera
(17) Levar anclas
(18) Mesar los cabellos


2.7 Relaciones semánticas que conciernen a la oración

Como las palabras, las oraciones también tienen un significado que admite ser
analizado en términos de las relaciones que contrae con otros significados. Tales rela-
ciones son, esencialmente, las de paráfrasis, implicación (o entrañamiento) y
contradicción.


2.7.1 Paráfrasis

Si dos oraciones muestran (casi) el mismo significado, decimos que son parafrás-
ticas, o que una es paráfrasis de la otra y viceversa. Es lo que ocurre en las parejas de
oraciones siguientes:

1) a. La policía apresó al ladrón.
b. El ladrón fue apresado por la policía.
2) a. Le dio el dinero a Ana.
b. Le dio a Ana el dinero.
3) a. Es una desgracia que lo hayan despedido.
b. Desgraciadamente, lo han despedido.
4) a. Pablo le compró la casa a Elisa.
b. Elisa le vendió la casa a Pablo.
5) a. Hay fuegos artificiales esta noche.
b. Esta noche hay fuegos artificiales.

Las oraciones de todos estos pares tienen, como es obvio, un significado muy
similar. De hecho, no sería posible que, en cada par, una oración resultase verdadera y
la otra falsa. Así, por ejemplo, si es verdad que la policía apresó al ladrón, también
tiene que serlo el que este fue apresado por la policía. Ello es así porque el significado

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Lingüística. Tema 6. Semántica.

de estas oraciones comparte las mismas condiciones de verdad, esto es, ese significado
es verdadero dadas unas mismas circunstancias.
Para algunos lingüistas basta con esto para poder afirmar que dos oraciones
tienen el mismo significado. Sin embargo, se perciben diferencias de énfasis entre las
oraciones de las parejas examinadas. Por ejemplo, es natural interpretar 1a como un
aserto acerca de lo que hizo la policía, y 1b como otro acerca de lo que le sucedió al
ladrón. Del mismo modo, 5b parece que pone más énfasis en la parte del día en que
tendrán lugar los fuegos artificiales, mientras que 5a no lo hace. Como en el caso de la
sinonimia, muchos lingüistas defienden, apoyándose en el principio de economía, la
imposibilidad de que dos o más estructuras lingüísticas muestren el mismo significado,
por lo que las relaciones de paráfrasis nunca son perfectas.

2.7.2 Implicación (o entrañamiento)

Cuando la verdad de una oración garantiza la verdad de otra, se dice que entre
ellas hay una relación de implicación (o entrañamiento): el significado de la oración A
implica (entraña) el significado de la oración B. Esta relación es simétrica (o recíproca)
en el caso de los pares de oraciones presentados en el apartado anterior: en cada par,
la verdad de una oración garantiza la verdad de la otra, y viceversa. Sin embargo, en
los ejemplos siguientes la implicación se da de modo asimétrico (no recíproco):

6) a. Los vigilantes del parque mataron al oso.
b. El oso está muerto.
7) a. Puccini es un gato.
b. Puccini es un animal.

Si es verdad que los vigilantes mataron al oso, entonces también tiene que ser verdad
que el oso está muerto. Sin embargo, a la inversa esto no ocurre: el que el oso esté
muerto no conlleva necesariamente que lo hayan matado los vigilantes. Del mismo
modo, si afirmo que Puccini es un animal, esta afirmación no conlleva que sea un gato
(podría ser un perro, un pez, un pájaro, por ejemplo).
Este fenómeno está estrechamente ligado a las relaciones de hiponimia/hiperoni-
mia.

2.7.3 Contradicción

Ocurre también que, cuando una oración es verdadera, entonces otra oración
tiene que ser falsa. Es lo que vemos en este ejemplo:

8) a. Carlos está soltero.
b. Carlos está casado.

Si, con respecto a unas circunstancias dadas, es verdad el hecho de que Carlos está
soltero, no puede afirmarse con verdad en esas mismas circunstancias el hecho de que
está casado. Cuando dos oraciones muestran esta relación se dice que son contradic-
torias.
Este fenómeno está muy vinculado a las relaciones de antonimia e incompatibi-
lidad.

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Lingüística. Tema 6. Semántica.


2.7.4 Presuposición
La presuposición se da cuando el contenido de una oración implica
necesariamente la verdad de otra independientemente de la polaridad positiva o
negativa de la primera. Así, tanto Julio César es un gato como Julio César no es un gato
presuponen ‘hay un individuo que se llama Julio César’. Por otro lado, tanto He
terminado de pintar la pared como No he terminado de pintar la pared presuponen
‘hay una pared’ y ‘he estado pintando la pared’.

2.7.5 Implicatura o implicación pragmática conversacional (efecto de sentido)
La implicaturas surgen cuando las condiciones de verdad de una oración dan a
entender que otra es verdad si se tienen en cuenta ciertos principios pragmáticos que
regulan la conversación, como el principio de cooperación, por el que se espera que el
hablante nos facilite la información necesaria pero solo la necesaria, que nos diga la
verdad y que lo haga de forma ordenada y clara, así como que lo que nos dice es
relevante para la situación de comunicación, o como el principio de cortesía, por el
que se espera que las personas que intervienen en un acto comunicativo procuren
dañar lo menos posible la imagen pública de sus interlocutores. El juego de esas
pautas comunicativas y conversacionales da lugar a que cuando alguien dice Nunca
había conocido un hombre así se infiera la implicatura de que ‘ya lo ha conocido’, o a
que cuando alguien dice Si no me invitan a la fiesta, no voy se obtenga la implicatura
‘solo si me invitan, iré’, o a que cuando alguien dice ¿Me pasas la sal? surja la
implicatura ‘quiero que me pases la sal’.


2.8 Significado y sentido

El significado se muestra siempre como una realidad fuertemente impregnada de
matices subjetivos, profundamente distinta para cada persona. Al mismo enunciado
Dame el libro de Lingüística el hablante A le puede asociar un matiz de satisfacción
(porque, pongamos por caso, es el autor del libro y le gusta enseñarlo), el B una actitud
de molestia (porque sus relaciones con la Lingüística no son buenas), el C una actitud
de ansiedad (porque la Lingüística es su examen más difícil), y así sucesivamente.
Partiendo de aquí podríamos fácilmente concluir, como han hecho algunos, que el
significado no existe, y que incluso la comunicación entre los usuarios humanos es una
ilusión.
Contra esta actitud extremista se puede oponer la distinción entre sentido y signi-
ficado, que parece dejar cada cosa en su sitio. El sentido (o significado del hablante) es
el conjunto de asociaciones personales e irrepetibles que se unen inextricablemente a
los enunciados y que tienen su razón de ser en la experiencia individual del emisor y
del receptor. Pero todo enunciado tiene, además de un sentido, también un significado
(o significado convencional), puesto que ‘dice’ cosas que son iguales para todos los que
comparten el código que se está usando. Así, el enunciado Dame el libro de Lingüística,
aunque pueda activar en la mente de cada usuario una reacción diferente, tiene un
significado fijo, igual para todos, que se puede describir más o menos así: «Orden de A
a B para que le traiga un objeto x que pertenece a la extensión delimitada por la
intensión del término libro y en particular al subtipo de los de lingüística y que se
presenta como identificable inequívocamente».

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Lingüística. Tema 6. Semántica.

La distinción entre sentido y significado es similar a la que media entre el aspecto físico
y el aspecto funcional del sonido (vid.: tema 4), tal como se usa en Fonología. Cada uno
de nosotros pronuncia de manera físicamente distinta los sonidos de la lengua (la [s]
del hablante A será bastante distinta de la [s] del B y de la del C, etc.), pero, a pesar de
ello, todos estos sonidos, físicamente diferentes entre sí y por tanto infinitamente
numerosos, pueden reconducirse a un número limitado de funciones, representadas
por los fonemas (las [s] del hablante A, la del B, la del C, etc., pueden, con ciertas
condiciones, reconducirse a un único fonema /s/). De la misma manera, desde el punto
de vista semántico, cada enunciado se asocia, para cada uno de los hablantes, a un
efecto de sentido individual; pero estas infinitas variedades de sentido pueden
reconducirse a invariantes de significado.

Enunciado: Dame el libro de Lingüística.

Significado Sentido Contenido
(significado convencional) (significado del hablante)
“Orden de A a B para que traiga un “El objeto x ha sido escrito por «Orden de A a B de llevarle
objeto x identificable A.” un objeto x que ha sido
inequívocamente perteneciente a escrito por A.»
la extensión delimitada por la
intensión del término especificado
libro de lingüística.”
“El objeto x trata de temas «Orden de A a B de llevarle
que no resultan gratos a A.” un objeto x que trata de
temas que nos resultan
gratos a A.»
“El objeto x recuerda a A un «Orden de A a B de llevarle
examen difícil.” un objeto x que le
recuerda a A un examen
difícil.»

3. FAMILIAS SEMÁNTICAS Y CAMPOS LÉXICOS



Usamos el término familias semánticas en sentido genérico, para referirnos al
hecho, intuitivo para el hablante, de que algunas palabras de su lengua tienen
significados ‘afines’ entre sí, mientras que otras están semánticamente aisladas.
Caballo y potro son más ‘cercanos’ que caballo y televisor, así como tío y cuñado son
más cercanos que tío y tren. En esta intuición se basan distintos fenómenos: a) la
percepción de que existen grupos de palabras tan unidas desde el punto de vista
semántico que forman terminologías compactas (es decir, familias formadas solo por
términos técnicos: los de la Física, la Química, etc., o, más trivialmente, de la cocina, la
costura, la casa, etc.); b) la idea de que, en el aprendizaje de una lengua (tanto si es
lengua materna como lengua extranjera), algunas familias deben tener prioridad sobre
otras; c) la percepción de que una determinada palabra puede emigrar de una familia a
otra ampliando su significado (programa forma parte, con significados total o

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Lingüística. Tema 6. Semántica.

parcialmente distintos, de las familias de la Música, la Informática, la Genética, etc., así


como del ‘lenguaje común’); y así sucesivamente.
La Semántica, por su parte, ha tratado de dar forma a estas percepciones, desde
el punto de vista práctico, proponiendo diccionarios ‘ideológicos’, es decir, basados no
en el orden alfabético de las palabras, sino en la ‘cercanía’ semántica de unas y otras, y,
desde el teórico, intentando distinguir, dentro de la noción general de ‘familia’, los
distintos tipos que la conforman.
Las familias semánticas pueden ser consideradas desde el punto de vista
paradigmático o desde el sintagmático. Caballo y potro pueden aparecer en las
mismas posiciones y con las mismas funciones en el enunciado, formando una familia
paradigmática, mientras que caballo y relinchar, aun siendo a su vez ‘afines’
semánticamente, deben aparecer en distintas posiciones y con diferentes funciones
(caballo debe ser sujeto de relinchar), constituyendo de esa manera una familia
sintagmática. Del mismo modo, cocer y hervir están emparentados
paradigmáticamente, mientras que cocer y pescado, cocer y cocinero lo están
sintagmáticamente (pescado puede ser complemento de cocer, o -si el verbo es
ergativo- su sujeto: el pescado cuece rápidamente; cocinero, por su parte,
normalmente debe ser sujeto del verbo), etc. Existe una relación entre las familias
semánticas y los principios de ordenación explicados: para que exista una familia
semántica es necesario que las palabras en cuestión estén relacionadas con uno o
varios de los principios descritos. Podemos tener entonces familias de hipónimos,
antónimos, palabras en gradación, etc., o bien familias ordenadas por varios principios
que actúan simultáneamente. Dicho de otra manera, una familia semántica está
formada por todas las palabras cuyas matrices comprendan al menos un componente
intensional en común. Cuanto más alto sea el número de componentes intensionales
comunes, más densa será la familia. Por tanto, si privar y hurtar constituyen una familia
porque ambos contienen el componente proposicional (Xs hace que (Yo cambie a
[+privado de])), hurtar y robar forman una familia aún más densa, porque tienen en
común también el componente [-con medios legales]. Desde este punto de vista, las
terminologías son familias en sentido estricto, con densidad variable según los casos.
Dentro de la noción de familia se pueden distinguir otras varias formas de
relación de significados; aquí nos limitaremos a explicar la más productiva, que parece
ser la de campo semántico (o léxico). El campo semántico es una familia formada por
palabras en oposición paradigmática, es decir, que pueden ocupar el mismo lugar en el
enunciado. Ello comporta que las palabras en cuestión pertenezcan a la misma parte
de la oración, puesto que de otra manera no podrían ocupar el mismo lugar. Por
ejemplo, libro, periódico, fascículo, documento, etc., pertenecen al mismo campo,
porque pueden rellenar, unas en oposición a otras, el hueco de enunciados como ¿Has
terminado de leer el _____?; por el contrario, libro, caballo y ordenador no constituyen
un campo, porque, según parece, no pueden intercambiarse en los mismos contextos.
Por eso los nombres de los colores, a los que el análisis semántico les ha dedicado gran
atención, constituyen un campo semántico.
La pertenencia de una palabra a un determinado campo semántico no excluye
que esta pueda formar parte al mismo tiempo de otros campos. Bajo forma un campo
con alto (montaña alta ≈.montaña baja), y al mismo tiempo con profundo (mar
profundo ≈ mar bajo); nuevo, por una parte, forma un campo con viejo, y, por otra, con
usado (de ahí que podamos encontrarnos con enunciados como Este coche es usado
pero está nuevo, es decir, «no viejo», o como Este coche está viejo pero es nuevo, «no
usado».

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Lingüística. Tema 6. Semántica.


Los campos semánticos admiten ser tipificados formalmente del siguiente modo:

CAMPOS SEMÁNTICOS


Ramificantes No ramificantes



Taxonomías Meronomías Lineales Circulares

La primera distinción es la que subdivide los campos en ramificantes y no
ramificantes. La estructura ramificante es análoga a la de las estructuras sintácticas,
por lo que tienen este aspecto:



A

B C

D E F G



En esta estructura vemos un elemento superior A que domina a B y a C; a su vez C
domina a E, F y G: cuando un elemento domina a dos o más elementos obtenemos una
serie de ramas similares a las de un árbol. Obtenemos, pues, una jerarquía a través de
la cual creamos una estructura.
Existen al menos dos formas de establecer relaciones jerárquicas según el
contenido fáctico que demos a la relación abstracta de dominio. Podemos interpretar
esta relación, en primer lugar, mediante la relación clase/miembro; en segundo lugar,
mediante la relación todo/parte. En el primer caso los miembros son entidades
independientes y la clase es la acumulación o colección de tales entidades: tenemos
una consecuencia de la operación de síntesis. A este tipo lo denominaremos
taxonomía. En el segundo caso las partes no son entidades completamente
independientes, pues todas ellas se armonizan para obtener una entidad individual: el
todo; estamos ante operación de análisis. A este tipo lo denominaremos meronomía.

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Lingüística. Tema 6. Semántica.


3.1 Campos ramificantes

3.1.1 Taxonomías

Las categorías pueden verse incluidas en jerarquías de categorías. Esta inclusión se
lleva a cabo haciendo que unas categorías se constituyan en miembros de otras
categorías de nivel superior o que subsuman como miembros a otras de nivel inferior.
A estas redes jerárquicas de categorías se las denomina taxonomías. Por ejemplo, la
categoría COCHE, junto con categorías como TREN, BICICLETA, AVIÓN, etc., es un
miembro de la categoría de nivel superior MEDIO DE TRANSPORTE y presenta como
miembros suyos categorías de nivel inferior como DEPORTIVO, TODOTERRENO, TURIS-
MO, MONOVOLUMEN, etc. Los miembros de una categoría de nivel superior están
estructurados prototípicamente. Así, COCHE o TREN son miembros más prototípicos
de la categoría MEDIO DE TRANSPORTE que BICICLETA o AVIÓN. Pueden percibirse
mejor las relaciones entre todas estas categorías si las disponemos en un árbol
jerárquico de varios niveles que permita ver cómo las categorías de un nivel inferior se
constituyen en miembros, o tipos, de una categoría de nivel superior:
Elemento
MEDIO DE TRANSPORTE

supraordinado

(hiperónimo)

Nivel básico COCHE AVIÓN Etc.
TREN


Elemento

subordinado TREN DE TREN DE TURISMO TODO- MONO- AVIÓN DE AVIONETA

(hipónimo) MERCANCÍAS CERCANÍAS TERRENO VOLUMEN PASAJEROS


Como vemos, TURISMO es un tipo de COCHE, y COCHE es un tipo de MEDIO DE
TRANSPORTE. Expresamos la relación “A es un tipo de B” diciendo simplemente que A
es un B: Un coche es un medio de transporte; Un tren es un medio de transporte; Un
monovolumen en un tipo de coche (o de medio de transporte), etc. Hay que insistir en
el hecho de que las taxonomías son de naturaleza conceptual: no existe un orden
jerárquico de categorías correspondiente en la realidad. Las jerarquías taxonómicas se
plasman en las palabras y dan lugar a las hiponimias e hiperonimias. Así, la palabra
coche es hiperónimo, o término supraordinado, de las palabras deportivo, turismo,
todorreno, monovolumen, etc., y estas últimas son hipónimos, o términos subordi-
nados de aquella (vid. 2.4.4).
Las categorías que nos vienen a la mente con más facilidad en nuestra interacción
cotidiana con el mundo son las categorías básicas o del nivel básico. En la jerarquía
taxonómica que nos está sirviendo de ejemplo, son categorías de nivel básico COCHE,
TREN o AVIÓN, porque son conceptualmente más prominentes que la categoría supra-
ordenada MEDIO DE TRANSPORTE o que cualquiera de las categorías subordinadas.
Como consecuencia de esto, los términos que denotan categorías básicas, esto es, los
términos de nivel básico, presentan propiedades especiales: sus formas suelen ser

23

Lingüística. Tema 6. Semántica.

simples, son usados con frecuencia, son aprendidos pronto por los niños y evocan imá-
genes muy ricas.

3.1.2 Meronomías

Hay que distinguir las jerarquías taxonómicas de las jerarquías establecidas sobre
la relación “parte-todo”, esto es, aquellas en las que las categorías se disponen en
función de que unas constituyan partes de otras. A estas jerarquías se las denomina
meronomías (también, partonomías). En la tabla siguiente se muestra una meronomía
relativa a la categoría COCHE y a algunas de las partes de este, como RUEDAS, MOTOR,
CARROCERÍA o INTERIOR. Todas estas partes esenciales constan, a su vez, de otras
partes: las RUEDAS tienen NEUMÁTICOS y TAPACUBOS; el MOTOR, entre otras, el
CIGÜEÑAL, los CILINDROS, etc. Un especialista podría llegar a diferenciar hasta unos
15000 componentes distintos en un coche. La relación “A es una parte de B” se
expresa diciendo, por ejemplo, que B tiene A, que A es una parte de B o que B consta
de A…: Este motor tiene seis cilindros; Los cilindros son una parte del motor de un
coche; El motor de un coche consta, entre otras cosas, de los cilindros.


COCHE



MOTOR CARROCERÍA INTERIOR Etc.
RUEDAS



NEUMÁTICOS TAPACUBOS CIGÜEÑAL CILINDROS MALETERO BACA CAPÓ SALPICADERO ASIENTOS



BUJÍAS PISTONES VÁLVULAS AJUSTE DEL CINTURÓN REPOSA-
ASIENTO CABEZAS

En las meronomías el holónimo no es solo el tipo que recoge el denominador común
sino también el nombre de la estructura específica conformada por distintos
componentes.



3.2. Campos no ramificantes

Las estructuras no ramificantes suelen subdividirse en lineales y circulares. Los
lineales son estructuras que típicamente presentan una serie ordenada de elementos
con uno superior, otro inferior y una serie de elementos intermedios. Se puede
representar así:

A > B > C > D

24

Lingüística. Tema 6. Semántica.

en donde A es el elemento superior, arcónimo, D es el elemento inferior, telónimo, y B


y C elementos intermedios, mesónimos. Un ejemplo:

(31) concepción > nacimiento > infancia > adolescencia > juventud >
madurez > senectud > muerte

Dado que los campos de esta clase suelen presentar una ordenación secuencial estricta
de sus elementos, se pueden proponer los siguientes contextos de determinación:

(32) X es/va antes que Y
(33) Z empieza con Y
(34) Y termina en Z
(35) X acaba/resulta en Y
(36) Y está entre X y Z

(En donde Y es telónimo de X, Y es arcónimo de Z e Y es mesónimo de X y Z.)

(37a) La concepción es antes que el nacimiento
(37b) La senectud termina con la muerte
(37c) La concepción acaba en el nacimiento
(37d) El nacimiento está entre la concepción y la infancia

Los campos lineales están acotados: no hay una relación de precedencia entre el
último elemento de una serie y el primero de esta.

Esta última característica es la distingue los campos no ramificados lineales de los
no ramificados circulares. También están ordenados estos campos en serie, como en
caso anterior, pero los elementos se suceden de manera que se da una relación de
precedencia entre el último elemento de la serie y el primero de ella, como si tal serie
se cerrara en círculo. Un ejemplo:

(38) mañana > mediodía > tarde > noche > madrugada >> mañana…

Como vemos, la madrugada da paso a la mañana de nuevo y vuelve a repetirse todo el
ciclo. Ciclos así se dan en otros ámbitos que no son de carácter temporal. Por ejemplo:

(39) fresco > cansado > agotado > descansado >> fresco…

En general, todos los procesos naturales cíclicos son representados a través de
esta estructura.
En algunos casos el último elemento de una serie no se conecta directamente
con el primero de ella, sino que se conecta con él a través de un recorrido inverso. Por
ejemplo:

(40) tranquilo > inquieto > nervioso > excitado > violento

No se pasa de violento a tranquilo, sino que se pasa de este último estado al anterior
hasta regresar al inicial. Llamaremos a estas construcciones circulares regresivas.

25

Lingüística. Tema 6. Semántica.

3.3. Principios de ordenación y categorización no estrictos. Prototipos, extensiones y


esquemas.

Hasta ahora hemos considerado principios de ordenación basados en criterios de
categorización estrictos, los cuales establecen la pertenencia o no a una determinada
categoría en virtud de la existencia de cierto número de rasgos suficientes y necesarios.
Las relaciones basadas en el análisis componencial, por ejemplo, se basan en ese
supuesto. En general, esta es la posición aplicada por la Lingüística de orientación
estructural. Sin embargo, no podemos terminar este apartado sin considerar la
posibilidad de reconocer otro tipo de relaciones que no se ven limitadas por la idea de
una categorización estricta definida por límites bien precisos. Según una visión
alternativa, propia de ciertas corrientes del funcionalismo, como la de la Lingüística
cognitiva, las categorías lingüísticas pueden estar configuradas por miembros más o
menos centrales y las relaciones entre esos miembros pueden ser tanto de
categorización estricta como de categorización laxa o no estricta. Según esta
concepción la pertenencia a una determinada categoría es una cuestión de grado, de
manera que algunos miembros de una clase ocupan un lugar central o prototípico
porque se consideran los mejores representantes de un concepto. Por ejemplo, aunque
un turismo, una furgoneta, un camión, un todoterreno, un motocarro y una caravana
se consideren subtipos del tipo de objeto al que podemos llamar automóvil, no todos
representan la clase general de la misma manera: entre todos ellos el turismo
constituye un ejemplo central o prototípico de la categoría, mientras que otros como
furgoneta, caravana o camión se situarían en la periferia de la categoría:

CAMIÓN
FURGONETA

TURISMO

MONOVOLUMEN
TODOTERRENO

MOTO

Por otro lado, el término automóvil podría aplicarse a uno de juguete que no
tuviera motor y que no cumpliera, por tanto, con un rasgo fundamental de la categoría
general. Se diría que el término automóvil se extiende de forma flexible para abarcar la
designación a clases de objetos que presentan algunos de los rasgos fundamentales de
la clase pero no todos.

26

Lingüística. Tema 6. Semántica.

Como las categorías léxicas, las gramaticales también presentan miembros proto-
típicos y periféricos. Tal es el caso, por ejemplo, de las categorías gramaticales
NOMBRE, VERBO, VERBO TRANSITIVO, PASIVA, etc. Tomemos las categorías de VERBO
TRANSITIVO y la de VERBO INTRANSITIVO. Frecuentemente los verbos transitivos son
caracterizados por el hecho de que exigen un complemento directo, mientras que los
intransitivos no presentan esta exigencia. Pero esto no es todo. Dentro de cada una de
estas categorías hay verbos que las representan, desde el punto de vista de la
prototipicidad, mejor que otros. Esto se puede ver con claridad en su comportamiento
sintáctico. Por ejemplo, las oraciones que contienen un verbo transitivo prototípico
pueden ponerse en pasiva sin dificultad; las que contienen un verbo transitivo peri-
férico impiden esta posibilidad:

(1a) Elisa compró el libro (1b) El libro fue comprado por Elisa
(2a) Elisa tenía el libro (2b) *El libro era tenido por Elisa

Según esta visión, las categorías lingüísticas en general y, en particular, las


categorías semánticas conforman redes o categorías complejas con vínculos más o
menos estrechos y con miembros más o menos centrales. A modo de ejemplo,
consideremos el ejemplo del concepto árbol según el análisis ilustrativo que hace de él
Langacker (1987). Para este autor las categorías lingüísticas son categorías complejas
típicamente polisémicas, los significados de los signos deben concebirse como redes
conceptuales en las que se establecen dos tipos de conexiones entre unos nódulos y
otros. Por un lado, se dan relaciones de elaboración por las que se constatan
relaciones de hiperonimia / hiponimia, es decir, entre un concepto específico y otro
más general y abstracto cuyas especificaciones son cumplidas exhaustivamente en el
concepto específico. Esta es la relación existente entre el concepto de árbol y los
conceptos de cerezo, olivo, roble, castaño, etc. Se entiende que árbol reúne los rasgos
comunes compartidos por las especies concretas de árbol. Ahora bien, en una red
también se da otro tipo de relación de categorización a la que Langacker llama de
extensión de uso: con este otro tipo un determinado concepto es usado para
categorizar otro concepto que no cumple todas las especificaciones relevantes del
primero. Ese sería el caso, por ejemplo, si usamos el concepto de árbol para
categorizar el de palmera. Muchos de los rasgos que sirven para definir la categoría
prototípica de árbol no se reconocen en el caso de la palmera (hojas, ramas, corteza
de corcho, forma, etc.). Sin embargo, hay suficientes aspectos compartidos por la
palmera y otras especies en las que reconocemos ejemplares típicos de árbol como
para sancionar esa categorización. Pues bien, a partir de este nuevo vínculo, puede
generarse, en la medida en que el uso reiterado de la categorización así lo motive, un
nuevo concepto de árbol, más abstracto que el anterior (árbol’) y que surja a partir de
la constatación de los rasgos compartidos por el concepto previamente establecido de
árbol y el de palmera. A este nuevo concepto más abstracto Langacker lo llama
esquema, y mantiene una relación de elaboración con los conceptos de árbol y de
palmera. La estructura conceptual descrita se representa en la siguiente figura (las
flechas de trazo continuo representan relaciones de elaboración o esquemáticas y las
flechas de trazo discontinuo representan relaciones de extensión).


27

Lingüística. Tema 6. Semántica.


árbol’




árbol palmera


cerezo olivo castaño roble

Red conceptual parcial asociada a árbol



Debemos destacar en esta visión de las redes conceptuales varios aspectos
fundamentales: primero, se establece un nivel de abstracción fundamental o básico
que tiene carácter central y cuya relevancia cognitiva (su nivel de accesibilidad y
activación) es mayor que los otros. Ese es el nivel que corresponde en el ejemplo al
concepto prototípico de árbol. Segundo, los valores más esquemáticos (como el de
árbol’) se generan desde los más específicos mediante cancelación de diferencias y
reconocimiento de aspectos comunes. Surgen, por tanto, del uso reiterado de los más
concretos y de su vinculación recurrente en experiencias particulares, por lo que no
deben presuponerse necesariamente. Tercero, la visión que surge de esta concepción
de las categorías lingüísticas es la de redes complejas con una organización dinámica
pero coherente en las que se reconocen niveles de abstracción distintos que pueden
ser accesibles en distinta medida y en distintas circunstancias.

4. LÉXICO Y SINTAXIS. SEMÁNTICA DE LOS ENUNCIADOS

4.1. El interfaz semántico-sintáctico. La información léxica.



Para solucionar de manera eficaz el problema del interfaz semántico-sintáctico,
es decir el modo en que las propiedades semánticas de las palabras influyen en su
comportamiento sintáctico, hay que volver sobre las conclusiones del análisis
componencial presentadas anteriormente. Para describir el significado de las palabras
no basta con elaborar una matriz semántica (aunque sea con las oportunas
restricciones) para cada palabra, sino que hay que añadir un tipo más de información.
Se trata de informaciones sintácticas que especifiquen para cada palabra cuáles son los
contextos en los que, por su significado, puede aparecer. Dado un verbo como salir, es
aceptable (41):

(41) El cartero sale a las ocho.

Pero no (42):

(42)*El cartero sale el correo

El motivo de ello es que salir, a causa de su caracterización semántica, no puede
ir acompañado por un sintagma nominal que actúe como objeto. Podemos entonces

28

Lingüística. Tema 6. Semántica.

representar la información léxica que describe el significado de salir de la manera


siguiente:
salir
a) (Xs cambia de (posición (del lugar Y al lugar Z)))
b) Verbo
c) -[ ____ SNo]

En esta notación, a) es la matriz semántica (en este caso de tipo proposicional);
b) representa la categorización gramatical de la palabra (dice, en otros términos, que
salir pertenece a la clase de los verbos); y c) indica la subcategorización específica de
salir, una información sintáctica que indica que salir no puede (‘-’) aparecer en un
contexto en el que aparezca, en el ámbito del mismo sintagma verbal, un
complemento directo.

4.2. Sobre semántica de los enunciados.



Las consideraciones hechas hasta este momento se refieren exclusivamente a
palabras aisladas, y por tanto son válidas (en la medida en que lo sean) solo para el
léxico. Constituyen, por tanto, una base esencial de la Lexicología, es decir, de la teoría
del significado de las palabras. Pero es totalmente obvio que las palabras aisladas
existen solo para aparecer en enunciados, provistos cada uno de ellos de su fuerza
predicativa. Por ello, la Semántica debería poder ofrecer también explicaciones sobre
la manera en que se estructura el significado en el ámbito de los enunciados.

4.2.1 El principio de composición.


El principio de composición prevé simplemente que el significado de un
enunciado deriva del significado de las palabras aisladas que lo componen: si tenemos
un enunciado E = a + b + c, el significado de E, Se, es la composición del de las tres
palabras que lo constituyen Sa + Sb + Sc. Esta representación con símbolos, sin embargo,
es totalmente superflua, porque no hace sino decir lo que ya la intuición de cualquier
hablante maduro puede prever, y que se puede formular así: ‘El significado del
conjunto está determinado por el de las partes’. Esta formulación adquiere algo más de
sentido si la traducimos en términos de componentes semánticos. Deberíamos decir
entonces que el significado de E depende del de sus partes con tal de que no se violen
las restricciones previstas entre los componentes de las partes.
Si tomamos el enunciado (3) La gata cría a los gatitos, podemos representar su
significado como la combinación de las matrices de sus partes (omitimos todos los
componentes no indispensables):
cría a los gatitos
la gata
X Yo
S. Nominal Verbo S. Preposic.
[+ felino] (Xs hace que (Yo cambie a [+ adulto])) [+ felino]
[+ adulto] <X [+ animado], [+ singular]; [- adulto]
[- macho] Y [+ animado]> [± macho]
[+ singular] [- singular]
[+ definido] [+ definido]

29

Lingüística. Tema 6. Semántica.


Esta representación da cuenta, grosso modo, de la composición semántica de los
tres elementos que constituyen el enunciado (3). Decimos grosso modo porque deja a
un lado deliberadamente algunos detalles: por ejemplo, omite especificar que cría está
en presente de indicativo, o el valor de la preposición a. Los componentes dispuestos
en columna bajo cada uno de los elementos permiten tener la seguridad de que no se
ha violado ninguna restricción: el verbo exige un sujeto y un complemento [+animado];
el complemento ha de tener el componente [-adulto] porque el verbo es ‘de cambio a
[+adulto]’; se suministra la información esencial referida al significado estructural y a
las categorías léxicas en juego, etc. Se ha omitido de la matriz de la gata y de a los
gatitos el componente [+animado], exigido por la restricción del verbo, ya que se halla
implicado en [+felino], etc. El lector podrá comprobar directamente que todo funciona
correctamente en el análisis semántico del enunciado, y que cada uno de los
componentes importantes de las matrices (indicados en negrita) es correcto.
Pero si la matriz semántica de (3) parece funcionar y explicar el significado del
enunciado de forma aceptable, ello ocurre porque (3) es de gran sencillez estructural y
el significado del conjunto se presta a ser deducido del de sus partes. De hecho, el
presupuesto fundamental del análisis de los enunciados en términos composicionales
es que su significado pueda ser calculado de forma mecánica a partir del de sus partes,
aplicando una simple función de adición. De ahí que en los trabajos sobre semántica de
los enunciados los ejemplos explicativos estén en su mayor parte constituidos por
sencillas cláusulas asertivas, es decir, del más elemental tipo de enunciado. Lo mismo
sucede en la inteligencia artificial, que explota con particular interés los resultados del
análisis semántico; los mejores resultados que hasta ahora ha conseguido (por ejemplo
en los programas de comprensión del lenguaje) no van mucho más allá de unos
enunciados totalmente elementales. Y ello no es así por casualidad: describir
semánticamente los enunciados se hace enormemente difícil a medida que va
creciendo su complejidad.
Aquí es donde se evidencian las limitaciones de las teorías semánticas de tipo
composicional: pese a los numerosos esfuerzos invertidos en la construcción de una
aceptable semántica de los enunciados, continuamente se pone de manifiesto que el
significado de los enunciados no es calculable más que en una mínima parte. En la
mayoría de los casos no basta con conocer el significado de las palabras para calcular el
significado del enunciado del que forman parte, sino que se hace necesario usar
procedimientos más complejos, ya que en numerosos casos se reconoce que el
significado del conjunto va más allá de la suma de sus partes. En algunas corrientes
lingüísticas actuales esto se ha traducido en las llamadas gramáticas de construcciones,
en las que se reconoce la necesidad de caracterizar semánticamente ciertas estructuras
con significados que solo están en el conjunto. Piénsese, por ejemplo, en la frase Se me
ha ocurrido una idea. En esta construcción podemos reconocer un esquema que es
compatible con otras verbos (Se te ha caído el café, Se nos ha roto la lavadora, Se les
abrió la puerta del maletero, etc.). En todas ellas se alude a una persona que se ve
afectada, sin que intervenga su control, su voluntad o su intención, por un proceso de
cambio que en primera instancia se refiere a otro objeto vinculado a ella. En los casos
de caer, romper, abrir, y tantos otros, podemos reconocer que el significado del
conjunto resulta de la combinación de los significados de la construcción medial (se ha
caído el café, se ha roto la lavadora, se abrió la puerta) y del significado aportado por
el dativo de interés (me, nos y les); pero en el caso de ocurrir no podemos plantear esa
combinación, porque, de hecho, no es posible la construcción *se ocurren ideas

30

Lingüística. Tema 6. Semántica.

independientemente de la construcción con pronombre dativo. En este caso, pues, el


significado de conjunto solo puede asociarse a la construcción como tal porque, de
hecho, sus partes componentes no se dan de forma independiente. A continuación nos
detendremos brevemente en otro tipo fundamental de esquemas contrarios a la
orientación composicional, el de los idiomatismos.

4.3 Unidades fraseológicas
Para cierto tipo de expresiones sintagmáticamente complejas (formadas por
más de una palabra) debe suponerse una unidad semántica que está por encima de la
palabra y que atañe al conjunto de la expresión. A este tipo de expresiones se las
denomina con el término genérico de unidad fraseológica.
Para su clasificación suelen tenerse en cuenta criterios como los siguientes:
¿Constituyen por sí mismas un acto de habla?
¿Cuál es su grado de fijación?
¿Son un fragmento de enunciado o un enunciado completo?
¿En qué medida el significado del conjunto es deducible del significado de
sus componentes, es decir, en qué medida constituyen idiomatismos?

4.3.1 Colocaciones
Son combinaciones frecuentes y preferentes de dos o más palabras que
constituyen una categoría intermedia entre las combinaciones libres y fijas. Son
transparentes, las palabras que las componen mantienen su significado: correr un
rumor, declararse un incendio, entablarse una discusión; contraer matrimonio, rescindir
un contrato, desvelar secretos; fuente fidedigna, error garrafal, ambiente enrarecido;
tableta de chocolate, declaración de intenciones, negar categóricamente, felicitar
efusivamente, profundamente dormido, diametralmente opuesto, etc.
Las colocaciones son sintagmas completamente libres, generados a partir de
reglas generales, pero que, al mismo tiempo, presentan cierto grado de restricción
combinatoria determinada por el uso / la norma. No constituyen enunciados ni actos
de habla por sí mismos.

4.3.2 Locuciones
Son combinaciones fijadas en el sistema con un significado de conjunto no
calculable a partir de sus componentes y que conllevan una recategorización léxica:
suelen distinguirse locuciones nominales, adjetivales, adverbiales y verbales,
prepositivas, etc., según la categoría a la que se adscribe el conjunto. He aquí algunos
ejemplos ordenados por su categoría verbal:
Nominales
retrato robot, la sopa boba, mala uva, cortina de humo, el mismo que viste y
calza, etc.

Adjetivales
sano y salvo, mondo y lirondo, más feo que Picio, de padre y muy señor mío, etc.

Verbales
tomarla con alguien, dar en el clavo, dar cien vueltas a alguien, poner una pica
en Flandes, írsele a alguien el santo al cielo, etc.

Preposicionales
encima de, con arreglo a , con objeto de, con vistas a, etc.

31

Lingüística. Tema 6. Semántica.


Conjuntivas
tan pronto como, a fin de que, siempre y cuando, etc.

4.3.3 Frases hechas o paremias
Son expresiones fijas de la lengua que constituyen enunciados completos en sí
mismas. Conllevan sentido figurado o implicaciones semánticas que trascienden el
significado literal del conjunto: ande yo caliente y ríase la gente, a enemigo que huye
puente de plata, dime con quién andas y te diré quién eres, el muerto al hoyo y el vivo
al bollo, etc.
Se incluyen aquí refranes, proverbios, sentencias, citas, aforismos, etc.

4.3.4 Fórmulas rutinarias
Expresiones cuya aparición está estrechamente ligada a determinadas
situaciones sociales, a partir de las cuales resultan altamente predecibles en el
trascurso de un acto comunicativo. Constituyen por sí solas un acto de habla. Algunos
ejemplos son que te sea leve, ha sido un placer, lo que faltaba, no es para tanto,
buenos días, recuerdos, etc.

4.3.5 Construcciones
Expresiones complejas que presentan determinado patrón sintáctico
combinado con ciertos elementos léxicos recurrentes, algunos de los cuales son fijos y
otros variables:

Más vale pájaro en mano que ciento
volando. Más vale + X + que + Y
Más vale una vez colorado que ciento
volando.
Más vale tarde que nunca.

Se le ha caído el café. Se +PRON DAT + CLÁUSULA
Se me ocurren muchas tonterías.
Se te olvida todo.

Lo que yo te digo es que no te preocupes. Lo que yo te digo es que +
Lo que yo te digo es que me dejes en paz. CLÁUSULA.
Lo que yo te digo es que eso es una
tontería.


Estas construcciones poseen un significado de conjunto que no depende solo de la
suma del significado de sus partes.

32

Lingüística. Tema 6. Semántica.

5. CATEGORÍAS CONCEPTUALES Y LINGÜÍSTICAS



El pensamiento humano y su expresión en el lenguaje están estrechamente rela-
cionados. Examinaremos los procesos cognitivos fundamentales que median entre el
mundo de los conceptos y la plasmación lingüística de estos en el léxico y la gramática
de una lengua. Tales procesos son: i) la formación de categorías; ii) la agrupación con-
ceptual de categorías; iii) la extensión de categorías conceptuales y lingüísticas por
medio de la metonimia y la metáfora.

5.1 Las categorías y su estructura interna

5.1.Las categorías

Solo podemos dar sentido al mundo de nuestras experiencias y comunicar
nuestros pensamientos por medio de lo que los lingüistas denominan categorías. Una
categoría es el resultado de conceptualizar cierto conjunto de experiencias similares
que nos resulten significativas y pertinentes, es decir, forjamos las categorías a partir
de cosas que “interesan”, por la razón que sea, a la comunidad. Las categorías son de
naturaleza conceptual y muchas de ellas –no todas, desde luego- quedan plasmadas en
el lenguaje como categorías lingüísticas. Para ilustrar este proceso, pensemos en una
situación diaria que pueda dar lugar a una categoría y para la que aún no dispongamos
de categoría lingüística. Por ejemplo, imaginemos la situación de estar conduciendo
para ir al trabajo, propia de cada mañana. En ella muy frecuentemente ocurre que, al
aproximarnos a cierto cruce, la circulación está colapsada. Las situaciones de tráfico
que experimentamos en el cruce son, obviamente, diferentes cada mañana (el
embotellamiento no se da siempre a la misma hora; las colas de vehículos no tienen la
misma longitud; los vehículos y sus conductores son diferentes en cada ocasión, etc.).
Sin embargo, pese a sus innegables diferencias, todas estas situaciones parecen ser lo
suficientemente similares como para que podamos agruparlas en un mismo conjunto
de experiencias. Además, hay una razón de peso para hacerlo: esas situaciones pueden
impedir que lleguemos a tiempo al trabajo, nos afectan y, por tanto, nos resultan
pertinentes. Así las cosas, formamos, de acuerdo con la definición dada arriba, una
categoría. Se trata de una categoría para la que todavía no tenemos correlato
lingüístico, y que podemos describir convencionalmente así: EMBOTELLAMIENTOS
FRECUENTES.
Las categorías formadas sobre la base de las experiencias individuales propias,
como EMBOTELLAMIENTOS FRECUENTES, son categorías conceptuales “privadas”. Las
personas que no conduzcan puede que no hayan experimentado nunca un atasco y
que por tanto no formen esta categoría. Si quiero comunicar mis pensamientos a otras
personas, necesito signos lingüísticos que representen estos pensamientos o
categorías conceptuales. Estos signos son categorías lingüísticas (en ellos se plasman
las categorías conceptuales). La mayor parte de las categorías lingüísticas es
compartida por los miembros de una misma comunidad de habla, por lo que son
categorías “públicas”. Gracias a esto, si necesito advertir a un amigo de que en el cruce
aludido se producen EMBOTELLAMIENTOS FRECUENTES, el español me ofrece algunos
signos (morfemas, palabras) cuyo contenido me permite expresar la idea: el morfema
léxico nominal derivado embotellamiento-, el morfema léxico adjetival frecuente- y el

33

Lingüística. Tema 6. Semántica.

morfema gramatical de número –s. Todos estos signos, debidamente organizados en


una estructura gramatical precisa, me permiten forjar la expresión embotellamientos
frecuentes, con la que expreso lingüísticamente a otra persona la categoría conceptual
EMBOTELLAMIENTOS FRECUENTES.1
Toda categoría forma parte de un sistema general de categorías. Para ilustrar esta
circunstancia, el lenguaje es visto a veces como si fuera un sistema ecológico en el que
las categorías lingüísticas ocupan un “nicho ecológico”, al igual que los seres vivos en la
naturaleza. El significado concreto de una categoría lingüística se define en relación
con el de sus categorías vecinas y con el sistema en su totalidad, de modo tal que la
introducción de una nueva categoría afecta a otras categorías. Un ejemplo. Antes de la
aparición de los medios de transporte aéreo solo existía la palabra correo para
representar la categoría ÍTEMS ENVIADOS POR CORREO. La introducción posterior del
transporte aéreo en los envíos hizo que se acuñara la denominación correo aéreo (por
avión), lo que llevó a que también apareciera la expresión correo de superficie. Ambas
denominaciones, como se ve, diferenciaban dos tipos de correo: el enviado por avión y
el enviado por medios de transporte terrestres. Por último, la introducción del correo
electrónico ha supuesto un reajuste en la situación previa. Las expresiones email o
correo electrónico, surgidas para expresar la nueva realidad, han provocado la creación
de correo ordinario. Esta situación se puede ver con claridad en la tabla siguiente (las
flechas señalan un nicho ecológico originado a partir de la introducción de nuevas
expresiones):

correo
correo de superficie correo aéreo/por avión
correo ordinario email/correo electrónico

El proceso de establecer categorías (tanto léxicas como gramaticales) en el interior
de un sistema ecológico se conoce como categorización. Lo que hace este proceso es
establecer límites conceptuales y, gracias a ello, imprimir una estructura al mundo no
estructurado, amorfo, que nos rodea. No obstante, hay que advertir que la estructura
que las categorías lingüísticas proveen es engañosa, pues solo cubren una pequeña
parte de nuestras distinciones conceptuales. Es más, las expresiones lingüísticas
comúnmente van asociadas a más de un concepto y tienden, por ello, a ser ambiguas
o, usando un término técnico, borrosas. Dicho en pocas palabras, a duras penas se
puede afirmar que el lenguaje refleja la realidad. De ahí que, frecuentemente, dife-
rentes culturas categoricen de modo diverso el mundo y que ello quede plasmado en
sus categorías lingüísticas. Quien haya estudiado alguna vez una lengua extranjera se
habrá percatado de esta realidad. Un ejemplo puede ilustrar esta situación. Veamos
cómo culturas diferentes se comportan a la hora de categorizar el fenómeno relativo a
las condiciones climáticas que producen poca visibilidad. En el mundo objetivo lo que
hay es una transición gradual indiferenciada desde las condiciones que impiden la
visibilidad totalmente hasta las que lo hacen parcialmente. Las lenguas, sin embargo,
disponen de unas pocas palabras que compartimentan este continuum conceptual y,
es más, tienden a hacer esto de modo diferente. En la tabla siguiente se muestran las
categorías léxicas que han establecido cuatro lenguas para categorizar el fenómeno

1
Se emplea la convención de expresar mediante letras MAYÚSCULAS el contenido de las
categorías conceptuales, y mediante minúsculas en cursiva el de las categorías lingüísticas.

34

Lingüística. Tema 6. Semántica.

climatológico en cuestión. En las culturas de habla inglesa y holandesa hay tres cate-
gorías léxicas al respecto; en las de habla alemana y española, dos:

Continuum climático
Cultura inglesa fog mist haze
Cultura holandesa mist nevel waas
Cultura alemana Nebel Dunst
Cultura española niebla neblina

Sea cual fuere la razón de estas diferencias a la hora de compartimentar la
realidad, lo que sí es cierto es que, al hablar de las condiciones climáticas conside-
radas, los hablantes de inglés y holandés tienen que supeditar su experiencia a una de
las tres categorías léxicas instauradas en sus respectivas lenguas, y que los hablantes
de alemán y español tienen que hacer lo mismo respecto de las dos categorías
establecidas en sus lenguas. En este sentido, se podría afirmar que una lengua impone
su propia red conceptual a las experiencias de sus hablantes.
Como las categorías léxicas, las gramaticales también se basan en experiencias
significativas del mundo. Imaginemos la situación siguiente. Un buscador de oro que
golpea una piedra de cierto tamaño piensa que ha encontrado una valiosa pepita de
oro. Sin embargo, la mayor parte de las veces todo lo que encuentra en el fondo de su
batea tras quitar la arena es, a lo sumo, diminutas partículas de oro a las que
denomina polvo de oro. Este buscador advierte la diferencia entre una cosa y otra,
habida cuenta del tamaño y la forma que adoptan una y otra: las pepitas de oro son
más grandes, tienen una forma diferente, son partículas discretas y, por tanto, se
pueden contar; el polvo de oro, por el contrario, está formado por diminutas partículas
que carecen de contornos bien definidos y que no se pueden contar (o, al menos, no
merece la pena hacerlo). Tendemos a considerar la existencia de las pepitas y el polvo
de oro como realidades estables, como si formaran parte de la realidad objetiva, pero
la distinción entre ambas cosas se ha establecido, de hecho, desde una base pura-
mente humana. Mentalmente partimos el continuum de los fragmentos de oro en
cierto punto y establecemos con ello distinciones tanto léxicas como gramaticales. Así,
desde el punto de visto léxico, las piezas de mayor tamaño se categorizan como
pepitas de oro y las de menor tamaño como polvo de oro. Desde el punto de vista
gramatical, las piezas de mayor tamaño se categorizan como nombres contables y las
de menor tamaño como nombres no contables. Los nombres contables admiten el
plural, como en la expresión diez pepitas de oro. Los no contables no se pueden
contar: *diez polvos de oro. Este proceso está representado en la tabla siguiente:

continuum “oro”

Categorías léxicas pepita(-s) de oro polvo de oro
Categorías gramaticales nombre contable nombre no contable

Conviene insistir en que las categorías no describen la realidad objetiva, sino que
se basan en las experiencias y conceptualización que, partiendo de la realidad, tiene
una comunidad. Por una parte, nuestra percepción de la realidad hace que “veamos”
las diversas situaciones del tráfico en el cruce como realidades que son lo
suficientemente similares y que podamos subsumirlas bajo una misma categoría. Por

35

Lingüística. Tema 6. Semántica.

otra parte, el caso de las pepitas y polvo de oro demuestra que nuestra concepción de
la realidad también nos hace “ver” como diferentes entidades similares y, consecuen-
temente, hace que las categoricemos como diferentes. Dicho en pocas palabras: solo
podemos ver la realidad en relación con una parte de ella: nosotros mismos.

5.2. Marcos y dominios

5.2.1. Marcos

Cuando pensamos en un coche, por ejemplo, activamos en nuestra mente
conocimientos de diversa índole. Así, activamos todo lo relativo a i) las partes que
componen un coche y las funciones de estas; ii) cómo un coche se inserta en una
taxonomía de medios de transporte, y iii) cómo un coche nos resulta más o menos
prototípico o periférico. Pero, además de todo esto, cuando pensamos en un coche
también activamos otros conocimientos: visualizamos escenas en las que interviene el
coche, tales como las de conducir, aparcar, los accidentes, las revisiones mecánicas, las
multas, etc. Esta especie de bloque de conocimientos coherente que envuelve a una
categoría y que resulta activado cuando empleamos o escuchamos una palabra recibe
la denominación de marco. Todo fragmento coherente de conocimiento está estructu-
rado en marcos conceptuales. Todas las situaciones mencionadas descritas hasta
ahora responden a marcos: el marco del tráfico, el del correo, el del tiempo
atmosférico y el de los buscadores de oro. Este último, por ejemplo, incluye el
conocimiento enciclopédico que tenemos acerca de la “fiebre del oro” durante el siglo
XIX en América, de los buscadores de fortuna que iban a los ríos auríferos y filtraban
las arenas, etc.
El conocimiento que nos dan los marcos nos permite entender la “naturaleza”
coherente de las cosas, gracias a la cual toda parte halla su lugar y función dentro de
su estructura global. Por ejemplo, cuando un coche no arranca, nuestro conocimiento
del marco del coche hará que pensemos que la causa del problema está en la batería o
en el suministro del combustible. El conocimiento compartido de los marcos también
interviene activamente en el mecanismo de la comunicación. Por ejemplo, ante enun-
ciados como los presentados a continuación, inmediatamente “sabemos” a qué parte
o partes del coche se está haciendo alusión, y ello a pesar de que solo se ha usado el
término coche:

Totalidad Partes
a. ¿Puedes engrasar el coche? [partes que admiten ser engra-
sadas]
b. ¿Puedes arrancar el coche? [motor del coche]
c. ¿Puedes lavar el coche? [el exterior del coche]
d. ¿Puedes pasarle la aspiradora al coche? [el interior del coche]

Gracias a la información que nos ofrece el marco del coche sabemos que aquellas
partes que pueden ser lubricadas son las que están sometidas a rozamiento, como, por
ejemplo, las ruedas; que arrancamos un coche cuando ponemos en marcha el motor,
etc. Las ruedas, el motor, la carrocería exterior e interior son partes del coche que
están directa y activamente implicadas en las situaciones aludidas en los enunciados

36

Lingüística. Tema 6. Semántica.

de arriba. Las partes de un todo con ese grado de relación constituyen la zona activa
de una entidad. Gracias a esto, es muy frecuente mencionar el todo para referirnos a
una parte del mismo, su zona activa (metonimia). De hecho, este modo de expresarnos
nos resulta tan natural que tenemos que pararnos a reflexionar para darnos cuenta de
que no estamos usando las palabras en su sentido literal. Por ejemplo, si alguien dice
Se le está acabando la tinta a la impresora, lo que realmente expresa es que la tinta se
está agotando en el cartucho. Si decimos Carlitos se está comiendo un plátano, lo que
queremos decir es que esa persona está comiéndose la pulpa de ese fruto y no la piel.
Como se ve en estos ejemplos, el reconocimiento de una zona activa es uno de los
mayores logros cognitivos del oyente. Este fenómeno, además, apunta a un
importante aspecto del uso del lenguaje: siempre interpretamos los actos de
comunicación en relación con el saber que nos proporcionan los marcos.


5.2.2 Dominios

Las categorías se relacionan también con dominios conceptuales. Un dominio con-
ceptual es un campo general de conocimiento al que pertenece una categoría o un
marco en una situación dada. Por ejemplo, un cuchillo pertenece al dominio del comer
cuando es usado para cortar pan en la mesa del desayuno, pero al dominio de la lucha
cuando se usa como arma. Mientras que los marcos son estructuras de conocimiento
específicas que envuelven a las categorías, los dominios son áreas muy generales de
conceptualización. Algunos dominios típicos son los concernientes al espacio, el
tiempo, la emoción, los deportes, los viajes, etc. Los dominios conceptuales se
entrecruzan con los marcos, lo que permite que estos puedan interconectarse. Por
ejemplo, el marco del coche puede conectarse al marco de la casa mediante un
dominio compartido, por ejemplo, el de la combustión. Tanto el motor de un coche
como el sistema de calefacción de los hogares utilizan energía fósil. Esta relación hace
que los dos marcos puedan conectarse. El dominio de la combustión puede ulte-
riormente conectarse con el dominio de la contaminación ambiental, de modo que
tanto los motores de combustión como los sistemas de calefacción del hogar puedan
ser vistos como elementos contaminadores del medio ambiente. Las conexiones
posibles de las categorías y los marcos por medio de los dominios son muy numerosas
y variadas. Por ejemplo, el dominio del tráfico relaciona los coches con otros medios
de transporte y nos permite comparar diferentes medios de transporte en relación con
la comodidad, la eficiencia o los costes.

5.3 Extensión de las categorías por medio de la metonimia y la metáfora

La habilidad que poseemos para evocar marcos y dominios nos permite extender
de modo sustancial nuestro inventario de categorías conceptuales y lingüísticas. Nos
vemos constantemente enfrentados a innovaciones y cambios en el mundo que nos
rodea, realidades estas que necesitamos categorizar y que a menudo expresamos
como categorías lingüísticas. Un modo de salir al paso del reto que plantean las nuevas
experiencias es crear palabras nuevas, en especial, compuestos y frases hechas. Se
trata de algo que hacemos constantemente. Por ejemplo, la creciente amenaza de
ataques terroristas ha conducido a la necesidad de dotar los aviones de líneas comer-

37

Lingüística. Tema 6. Semántica.

ciales con personal de seguridad especializado. Para aludir a estas personas se acuñó
en inglés el término air marshal. El reconocimiento oficial del estatus laboral de las
mujeres que trabajaban como asalariadas en la limpieza y mantenimiento del hogar,
llevó a la creación de la expresión empleada de hogar, que desplazó al término criada,
cuyas connotaciones resultaban “políticamente incorrectas”.
Sin embargo, siguiendo solo este patrón, el ingente número de palabras y expre-
siones nuevas que habría que crear pronto llegaría a exceder la capacidad de nuestra
memoria y a hacer imposible la comunicación. Una solución más eficiente para tratar
con las experiencias nuevas consiste en utilizar las categorías lingüísticas existentes
extendiendo el significado de estas, es decir, las categorías conceptuales asociadas a
ellas. Hay varios modos de extender el significado de una categoría lingüística. Aquí
consideraremos dos de los más importantes: la metonimia y la metáfora.


5.3.1 Cambios conceptuales

Las extensiones del significado de una palabra no conciernen al lenguaje, sino a la
cognición. Pongamos como ejemplo los cambios conceptuales de la palabra cerebro.
Como sabemos, el sentido literal de esta palabra alude al órgano que, situado en la
cavidad craneal, controla cómo pensamos, sentimos y nos movemos. Pero, como se ve
en los ejemplos siguientes, la palabra cerebro se usa con otro sentido:

a. La compañía está contratando nuevos cerebros.
b. El microprocesador es el cerebro del ordenador.

Casi todo el mundo interpretará cerebros en (a) con el sentido de “personas
inteligentes”, y cerebro en (b) con el sentido de “microchip de un ordenador”. Es nece-
sario, por tanto, dar cuenta del cambio de significado, de cómo a partir de “órgano
situado en la cavidad craneal…”, (en adelante “cerebro”) se pasa a “persona inteli-
gente” y “microchip”. El proceso cognitivo que pone en relación el significado literal
con los significados extendidos se conoce como proyección. Gracias a este proceso,
cierto conjunto de entidades conceptuales es proyectado en otro conjunto de este
mismo tipo de entidades.
El cambio conceptual mostrado en el enunciado (a) se debe a una proyección
entre “cerebro” y “persona inteligente”. Dado que el cerebro es una parte del cuerpo
humano, ambas categorías pertenecen al mismo marco. Al usar la palabra cerebro le
damos prominencia a esta parte del cuerpo humano. Más aún: sabemos que el cere-
bro es el lugar de la inteligencia personal y que no estamos, obviamente, hablando del
cerebro en tanto que órgano sino destacando su aspecto referido a la inteligencia. Así,
tanto la parte del cuerpo humano “cerebro” como la propiedad “inteligencia” se pro-
yectan en “persona”, de modo tal que llegamos a interpretar la palabra cerebro con el
significado de “persona inteligente”. A este tipo de cambio conceptual dentro de un
mismo marco o dominio se lo denomina metonimia.
El cambio conceptual mostrado en el enunciado (b) es de otra naturaleza. Aquí no
hablamos ya de personas, sino de ordenadores. Las personas y sus cerebros
pertenecen al dominio conceptual del ser humano, que incluye aspectos humanos
tales como la consciencia, racionalidad, emociones, etc. Los microchips pertenecen al

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Lingüística. Tema 6. Semántica.

dominio conceptual de la electrónica, que incluye la tecnología informática y otros


mecanismos digitales como los teléfonos móviles y el DVD. La estructura del dominio
del ser humano se proyecta en la estructura del dominio de la electrónica y, como
miembro que es de la primera estructura, “cerebro” se proyecta en “microproce-
sador”, a su vez miembro de la segunda. De este modo, el modo en que funciona un
microprocesador en un ordenador es interpretado en términos del modo en que
funciona el cerebro en el ser humano. Este cambio conceptual, realizado entre
dominios, es un caso de metáfora.
Los dos dominios conceptuales ligados mediante la proyección metafórica se
denominan dominio origen y dominio meta. En la metáfora cerebros de (b) el dominio
fuente es el dominio del cuerpo humano, y el dominio meta el de la electrónica. Por
otra parte, dado que la metonimia es un fenómeno que se da en un mismo marco o
dominio y que la metáfora se da entre dominios diferentes, se dice que la metonimia
es un fenómeno de contigüidad y que la metáfora lo es de similitud.

5.3.2 Metonimia conceptual

Examinemos la siguiente expresión metonímica:

La Corona no puede rechazar un decreto aprobado por el gobierno.

En este enunciado, La Corona es una expresión que representa al “monarca” y lo
hace dentro del marco de la monarquía. La corona es esa parte del atuendo del mo-
narca que más atrae nuestra atención. Si se nos pidiera que dibujásemos un rey, la
parte que muy seguramente nunca dejaríamos de dibujar sería la corona, porque ésta
constituye un rasgo muy definitorio del rey. La corona también se ha convertido en
símbolo de quien la lleva y, de modo más abstracto, de la monarquía.
Hemos descrito la metonimia como cambio conceptual. Examinaremos ahora cuál
es el impacto conceptual que ejerce. Cuando usamos una expresión metonímicamente
trazamos mentalmente un camino desde una entidad conceptual prominente, como
“corona”, hasta otra entidad conceptual, como “monarca”. La nociones de prominente
o de prominencia hay que entenderlas en los términos de que algo destaca concep-
tualmente de modo llamativo. Técnicamente, y en el cambio conceptual metonímico,
diremos que la entidad prominente es un punto de referencia prominente. Así las
cosas, la metonimia consiste en que, al hablar de una entidad en tanto que punto de
referencia prominente, ello nos permita acceder a otra entidad conceptual, la meta. Al
procesar en el enunciado de arriba la metonimia PARTE POR EL TODO, accedemos al
todo (“monarca”) a través de una parte prominente (“corona”). Encontramos la situa-
ción inversa, la de metonimia TODO POR LA PARTE, en este otro enunciado.

Nuestra escuela ganó la copa.

Aquí, nuestra escuela se refiere a un equipo de nuestra escuela. La escuela es un punto
de referencia prominente por los hechos de que es una institución permanente, de
que posiblemente impone un uniforme a los estudiantes, de que dispone de himno
propio y de que aumenta su fama cuando gana copas. El equipo es una parte de la
escuela, la meta.

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Lingüística. Tema 6. Semántica.

Los dos tipos de metonimia considerados son de naturaleza conceptual, pues se


aplican de modo muy general, esto es, pueden hallarse numerosísimos casos de uno y
otro en el lenguaje e incluso fuera de él. Hay otros muchos tipos de metonimia,
algunos de los cuales se presentan a continuación (representamos las metonimias y
metáforas conceptuales mediante letras mayúsculas):

Metonimia conceptual Expresión metonímica
a. OBJETO POSEÍDO POR PROPIETARIO El Audi se ha ido sin pagar.
b. INSTITUCIÓN POR PERSONA Telefoneó al hospital.
c. CONTINENTE POR CONTENIDO La tetera está hirviendo.
d. ÓRGANO PERCEPTIVO POR PERCEPCIÓN Nuestro aviso cayó en oídos sordos.

En todos estos casos la expresión metonímica realza alguna faceta de un marco
que, por una u otra razón, actúa como punto de referencia prominente. Así, en (a), el
objeto poseído, esto es, el coche, sirve de punto de referencia saliente para acceder a
su propietario, a quien no conocemos. En (b), la persona que habla necesita un
médico, pero no sabe quién responderá a la llamada: alguien de recepción, de enfer-
mería, etc. En (c), la tetera es visible, pero el agua que contiene no lo es. Igualmente,
en (d), los oídos de las personas son directamente perceptibles, pero no el proceso de
audición.
Los casos de metonimia vistos hasta el momento han consistido en extensiones
de categorías léxicas. Pero la metonimia también se da en la gramática de una lengua.
He aquí algunos ejemplos:

Metonimia conceptual Expresión metonímica
a. OBJETO POR SUSTANCIA Tomamos pulpo de primero.
b. RESULTADO POR ACCIÓN ¡Gane unas vacaciones de dos
semanas!


En (a), el sustantivo contable pulpo, que normalmente se refiere al invertebrado que
habita en el mar, se usa como sustantivo no contable y describe la materia que,
tomada del cuerpo del pulpo, se usa como alimento. En (b), el verbo ganar, que
normalmente describe un evento puntual, se usa para describir una acción previa,
como la de jugar a la lotería, que puede llevar, como resultado, a ganar las vacaciones
en cuestión.

5.3.3 Metáfora conceptual

Mucha gente piensa que la metáfora es un recurso retórico usado por los poetas
para conseguir un cierto efecto estético. Aunque esto puede ser verdad en relación
con las metáforas muy imaginativas, no lo es en los usos metafóricos cotidianos. En
estos casos las metáforas ejercen un impacto mucho menor; incluso se las describe
como “muertas” porque no solemos ser conscientes de ellas. Veamos un ejemplo de lo
que suele ser una metáfora “muerta”:

Partió de esas premisas y llegó a estas conclusiones.

40

Lingüística. Tema 6. Semántica.

A primera vista este enunciado no parece metafórico. Simplemente significa que


alguien “dedujo de esas premisas estas conclusiones”. Sin embargo, las palabras partir
y llegar han sido usadas en él metafóricamente. Como sabemos, estas dos palabras
pertenecen al dominio de los viajes. En este dominio partir significa “salir de un lugar o
ponerse en marcha”, y llegar “acabar alguien o algo su trayectoria hacia un lugar”. Al
interpretar el enunciado propuesto, vemos que se alude a alguien que, como viajero,
se mueve de un lugar de partida y, siguiendo cierto camino, llega a un lugar de destino.
El viajero es un trasunto de la persona que piensa; el lugar de partida es las premisas;
el lugar de llegada, las conclusiones; y el movimiento que lleva de uno a otro, el
proceso de pensar. Hay, como vemos, una proyección de los elementos de un dominio
sobre otros de otro dominio. En este caso el dominio de origen es el de los viajes, y el
dominio meta el del pensamiento racional:

Dominio de origen Dominio meta
viajero se corresponde con persona que piensa
lugar de salida premisas
lugar de llegada conclusiones
movimiento proceso de pensamiento

El resultado de la proyección de unos elementos sobre los otros es que hablamos del
proceso de razonar como si de un viaje se tratara. Es fácil, por tanto, encontrar otras
expresiones que desarrollen metafóricamente otros aspectos permitidos por esta
proyección:

a. Ya veo de dónde vienes al plantear esto.
b. Vayamos al siguiente punto.
c. Te estás saliendo del tema.
d. Estoy bloqueado.
c. Ve más despacio; no puedo seguirte.
d. Por favor, vuelve a lo anterior; no lo he comprendido bien.

Si los enunciados propuestos son emitidos en un contexto en que se halla activada la
metáfora PENSAR ES UN VIAJE, se puede comprobar con facilidad cómo todos ellos
responden al desarrollo de algún aspecto incluido en el guion de la misma.
La metáfora es un mecanismo muy económico y de gran poder significativo, pues
nos permite, cuando hablamos, acceder a dominios de contenido abstracto
poniéndolos en relación con otros de contenido más concreto, esto es, más cercano al
mundo de nuestra experiencia y de las realidades físicas que nos rodean. Gracias a la
metáfora podemos acceder a cualquier dominio, incluso a aquellos que no enten-
demos. Por ejemplo, cuando hablamos de emociones empleamos metáforas con
mucha frecuencia, y ello seguramente es así porque no tenemos un medio directo para
comprenderlas. De ahí que nos encontremos con enunciados como los siguientes:

a. El divorcio la dejó hecha pedazos.
b. El accidente de su hijo lo hundió completamente.
c. Estaba verde de envidia.
d. Estalló de rabia cuando se enteró.

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Lingüística. Tema 6. Semántica.

He aquí otros casos de metáforas conceptuales y los modos en que se manifiestan


lingüísticamente:

Metáfora conceptual Expresión metafórica
a. EL TIEMPO ES ORO He invertido mucho tiempo en eso.
b. EL AMOR ES LOCURA Estoy loco por ella.
c. LAS CREENCIAS SON POSESIONES Está aferrado a sus creencias.
d. COMPRENDER ES VER No veo la razón de eso.

Hay un conjunto de metáforas conceptuales particularmente extendido y
productivo: el de las metáforas de orientación. Estas metáforas tienen como dominio
de origen algún tipo de relación espacial, como ARRIBA-ABAJO o DELANTE-DETRÁS.
Estas estructuras espaciales básicas se conocen como esquemas de imagen. Estos
esquemas son excelentes dominios de origen porque se han desarrollado desde las
más tempranas experiencias corporales y espaciales y nos resultan, justo por ello,
significativos de modo inmediato. Por ejemplo, constantemente experimentamos
movimientos que van hacia arriba o hacia abajo en el mundo físico: la fuerza de la
gravedad hace que cosas como la lluvia caigan, mientras que el calor hace que cosas
como el humo se eleven. A partir de experiencias como estas hemos desarrollado un
esquema de imagen ARRIBA-ABAJO, que ha arraigado fuertemente. Otros esquemas
de esta índole son los siguientes. Cuando exploramos el mundo que nos rodea
cogemos objetos y desarrollamos el esquema CONTACTO. El que interaccionemos en
el mundo con la parte frontal de nuestros cuerpos ha dado lugar a un esquema
DELANTE-DETRÁS. Algunos objetos tienen un espacio hueco en su interior susceptible
de ser llenado con otros objetos o sustancias, como un vaso lleno de leche.
Experiencias como esta llevan al esquema CONTINENTE, caracterizado como un límite
que separa un espacio interior de otro exterior. El esquema MOVIMIENTO se
desarrolló a partir de las experiencias de percibir objetos en movimiento ante nuestros
ojos y de la percepción de nuestros propios movimientos. Estos esquemas de imagen,
fuertemente arraigados en nuestra cognición, son recursos muy ricos para construir
metáforas conceptuales:

Metáfora conceptual Expresión metafórica
a. MÁS ES ARRIBA El precio del petróleo ha vuelto a subir.
b. CONEXIÓN ES CONTACTO Ahora sí cojo la idea.
c. EL FUTURO ESTÁ DELANTE Tienes dos semanas por delante para hacerlo.
d. LOS ESTADOS SON CONTINENTES Estás en un lío.
d. EL CAMBIO ES MOVIMIENTO El disco duro se ha ido.
e. LAS CAUSAS SON FUERZAS Sus celos me arrastraron a la locura.

Los esquemas de imagen examinados actúan como dominios origen para nuestra
comprensión de otros varios dominios abstractos, como se muestra en los ejemplos: el
esquema MÁS ES ARRIBA de (a) describe un aumento en una cantidad; el esquema
CONTACTO de (b), un proceso intelectivo; el esquema DELANTE-DETRÁS de (c), un
lapso de tiempo futuro; el esquema CONTINENTE de (d), un estado; el esquema
MOVIMIENTO de (e), un cambio de estado, y el esquema FUERZA de (f), una relación
de causa y efecto.

42

Lingüística. Tema 6. Semántica.

BIBLIOGRAFÍA:

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44

Lingüística. Tema 6. Semántica.

EJERCICIOS

1 Determine qué palabra dentro de cada par presenta una menor extensión:
a. cosa / cubierto
b. ser vivo / entidad
c. animal / mosca
d. algo /eso
e. cansado/cansadísimo
f. escupir / arrojar
g. acariciar / tocar
h. pasteles de nata / pasteles
i. vivir / vivir peligrosamente
j. rosa / flor
k. tipo / subtipo

2
Explica el contraste de las expresiones subrayadas en los siguientes ejemplos en
términos de intensión y extensión de las expresiones destacadas en negrita:

1. El presidente del gobierno informó ayer del problema. / El jugador de pádel
más famoso de España se entrevistó con el rey. [Haciendo referencia en ambos
casos a José María Aznar]
2. Mi profesora de Física fuma en pipa. / Una profesora de física debe saber
matemáticas.
3. Madrid es la capital de España. / Es la ciudad más poblada de España.
4. Han quemado un coche esta madrugada. / Cómprate un coche.
5. El café es excitante. / El café está caliente.
6. Puedes usar esto como papelera / Usa esa papelera
7. Han contratado a médicos / Son médicos.

3
Examina las siguientes definiciones:

1) La palabra lunes se refiere al primer día de la semana.
2) La palabra pestaña se refiere al pelo que se encuentra en los párpados de los
ojos.
3) Un doctor es la persona que recibe cierto grado académico por escribir una
tesis. Una tesis doctoral es el trabajo de investigación que debe realizar una
persona para recibir el grado de doctor.
4) El demostrativo este se refiere a un objeto que se localiza en el espacio
(concreto o abstracto) que identificamos con el hablante.
5) Una estatua es una escultura que representa a una persona.
6) Un lado es una de las caras de un poliedro.
7) La sombra es la región con menos luz que crea un objeto opaco situado en la
trayectoria de una fuente luminosa.

¿Podría aplicarse a estas definiciones la distinción perfil/base

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Lingüística. Tema 6. Semántica.

4
Intente clasificar los siguientes pares de antónimos según sean graduables, comple-
mentarios o simétricos:

verdadero/falso
muerto/vivo
aprobado/suspenso
abrir/cerrar
arriba/abajo
aquí/allí
encima de/debajo de
salir/entrar
mojar/secar
cubrir/descubrir
fuerte/débil
cerca/lejos
alto/bajo
caliente/frío
generoso/tacaño
listo/tonto
dar/recibir
profesor/alumno
depredador/presa
marido/mujer
preceder/seguir



5
Comenta las siguientes expresiones, en lo que concierne a las restricciones que se
establecen entre sus elementos:

1. lámpara perezosa
2. ladrón asustado
3. médico enfermo
4. agua líquida
5. persona humana
6. cuadro anciano
7. perra embarazada
8. teléfono incorrecto

46

Lingüística. Tema 6. Semántica.

6
¿A qué tipo de relación semántica responden las expresiones siguientes? Presta
atención a las restricciones de sus elementos:

1. los perros ladran
2. podar el libro
3. comer carne
4. los burros rebuznan
5. talar los árboles
6. lamer con los ojos
7. besar con los labios
8. beber agua
9. chico inteligente
10. izar la bandera
11. comer sillas
12. mesar los cabellos
13. intentar el tren

7
Determine qué relación de sentido hay en cada par de enunciados:

a) Vi a David en la fiesta de cumpleaños.
Fue a David a quien vi en la fiesta de cumpleaños.
b) Julio es el marido de Olga.
Olga está casada.
c) A mi mascota le encanta el chocolate.
Mi mascota encuentra delicioso el chocolate.
d) Verónica es hija única.
Nuria es hermana de Verónica.
e) Quedan 20 kilómetros hasta la gasolinera más próxima.
La gasolinera más próxima está a 20 kilómetros.
f) Mi primo Jaime enseña matemáticas en un colegio privado.
Mi primo Jaime es profesor.
g) Ha dejado la ciudad
Estaba en la ciudad
h) ¿Por qué no vamos al cine?
Sugiero que vayamos al cine
i) He visto a mi amigo Jaime
Tengo un amigo que se llama Jaime
j) ¿Le importaría pasarme el periódico?
Le pido que me pase el periódico.
k) Febrero va después de enero
Enero va antes de febrero
l) María es huérfana
Los padres de María todavía viven

47

Lingüística. Tema 6. Semántica.

8
Organice el árbol que represente la jerarquía en que se insertan los elementos de las
series siguientes y determine si tal jerarquía conforma una taxonomía o una
meronomía:

1. servilleta, cuchillo, mantelería, tenedor, cubertería, menaje de cocina, vajilla,
plato, sopera, mantel, vaso, copa, cuchara, cristalería.
2. cuerpo humano, pie, nariz, cara, frente, muslo, brazos, cabeza, rodilla, piernas,
abdomen, cuello, cráneo, pecho, extremidades, tronco.
3. firma, fecha, texto, destinatario, fórmula de cortesía, despedida, lugar,
encabezamiento, carta.
4. instrumentos musicales, violín, instrumentos de viento, flauta, contrabajo,
instrumentos de cuerda, oboe, viola, violonchelo, clarinete, instrumentos de
percusión, fagot, timbal, trompeta, platillos, trompa, piano, guitarra, trombón.


9
¿Podría establecer una clasificación entre miembros prototípicos y no prototípicos
de las siguientes categorías?

Fruta: aguacate, zanahoria, patata, pomelo, tomate, manzana, naranja, pera.
Pájaro: avestruz, gorrión, loro, ornitorrinco, pingüino, martín pescador,
murciélago, ruiseñor.
Pez: tiburón, boquerón, sardina, atún, orca, delfín, ballena, anguila.
Mascota: loro, gato, perro, pulpo, tortuga, pez, león, mosca.

10
Ordene los elementos de las series siguientes y especifique sobre qué dimensión se
articulan y cómo se estructuran:

1. mañana, noche, mediodía, tarde, madrugada.
2. cansado, agotado, fresco, descansado.
3. primavera, verano, otoño, invierno
4. graduado escolar, bachiller, graduado universitario, doctor
5. despierto, somnoliento, adormilado, dormido
6. suspenso, aprobado, notable, sobresaliente





48

Lingüística. Tema 6. Semántica.

TEST

1
Si en el enunciado La aviación atacó la ciudad este fin de semana sustraemos los elementos
‘aviación’, ‘atacar’, ‘ciudad’, ‘fin’ y ‘semana’, nos queda el patrón ‘la _____ _____-ó la _____
este _____ de _____’. El significado de este patrón es de carácter __________.

a) estructural
b) léxico
c) textual

2
Una de las siguientes aseveraciones es falsa:

a) En este enunciado Las vacas pastan apaciblemente en el prado, el significado
‘entidades conocidas por el hablante y el oyente hacen algo de algún modo en un
lugar’ es de carácter gramatical.
b) En este enunciado Las vacas pastan apaciblemente en el prado, el significado de ‘vaca’,
‘pastar’, ‘apacible’ y ‘prado’ es de carácter léxico.
c) En este enunciado Las vacas pastan apaciblemente en el prado, el significado ‘ciertas
entidades tipificadas como vacas y conocidas por hablante y oyente hacen la acción de
pastar en cierto lugar tipificado como prado’ es de carácter estructural.

3
Una de las siguientes aseveraciones es verdadera:

a) El contenido de la palabra chucho denota un espécimen del género de los cánidos y
connota una actitud despreciativa hacia dicho animal.
b) El contenido de la palabra primavera denota para muchas personas la idea de
renovación, del inicio de un nuevo ciclo, y connota la estación del año que se halla
entre el invierno y el verano.
c) El contenido de la palabra can denota que quien la usa percibe al animal aludido desde
un punto de vista ennoblecedor o literario, y connota a cierto animal vertebrado
cánido.

4
Una de las siguientes aseveraciones es verdadera:

a) La expresión el manco de Lepanto y la expresión el autor de ‘El Quijote’ tienen distinto
referente pero sus significados son idénticos.
b) La expresión leche entera y la expresión leche desnatada tienen el mismo referente
pero sus significados son diferentes.
c) La expresión el sol y la expresión el astro rey tienen el mismo referente pero sus
significados son diferentes.

49

Lingüística. Tema 6. Semántica.

5
Una de las siguientes aseveraciones es verdadera:

a) Las palabras cerilla, mixto y fósforo, en un enunciado como No puedo encender las
velas porque no encuentro las cerillas/los mixtos/los fósforos, tienen la misma
intensión, pero distinta extensión.
b) Las palabras cerilla, mixto y fósforo, en un enunciado como No puedo encender las
velas porque no encuentro las cerillas/los mixtos/los fósforos, tienen la misma
extensión, pero distinta connotación.
c) Las palabras cerilla, mixto y fósforo, en un enunciado como No puedo encender las
velas porque no encuentro las cerillas/los mixtos/los fósforos, tienen la misma
connotación, pero distinta intensión.

6
Una de las siguientes aseveraciones es verdadera:

a) Si se cambia alguna propiedad del significado de una palabra, cambia la extensión y
puede que la intensión de tal palabra.
b) Si se cambia alguna propiedad del significado de una palabra, cambia la extensión pero
no la intensión de tal palabra.
c) Si se cambia alguna propiedad del significado de una palabra, cambian la intensión y la
extensión de tal palabra.

7
Las palabras inteligente y listo son __________; brillante y opaco son ___________; primavera
y verano son __________.

a) sinónimas – incompatibles – antónimas
b) sinónimas – antónimas - incompatibles
c) antónimas – incompatibles – sinónimas

8
Las palabras alto y bajo son __________; las palabras muerto y vivo son __________, y las
palabras marido y esposa ___________.

a) graduables – simétricas – complementarias
b) simétricas – complementarias – graduables
c) graduables – complementarias – simétricas
d) complementarias – graduables – simétricas

9
Las palabras azul y rojo son ___________; las palabras maestro y discípulo son ________, y las
palabras ancho y estrecho son __________.

a) inversas – no graduables – incompatibles
b) no graduables – incompatibles – inversas
c) incompatibles – inversas – graduables

50

Lingüística. Tema 6. Semántica.

10
Las palabras blanco y verde son __________; las palabras oscuro y claro son __________, y las
palabras agarrar y soltar son __________.

a) Incompatibles – antónimas – complementarias
b) Incompatibles – complementarias – antónimas
c) Complementarias – incompatibles – sinónimas
d) Antónimas – compatibles - complementarias

11
Si alguien dice David le dio las flores a Nuria, implica que “Nuria recibió las flores de manos de
David”. Ello se debe a que entre dar y recibir se da una relación de __________.

a) sinonimia
b) simetría
c) complementariedad

12
Si alguien dice La bolsa ha bajado últimamente, implica que “la bolsa no ha subido
últimamente”. Ello se debe a que entre subir y bajar se da una relación de __________.

a) incompatibilidad
b) simetría
c) complementariedad

13
La palabra sientes en el enunciado No te sientes en esa silla y la palabra sientes en el
enunciado ¿No sientes nada por ella? son _______________.

a) homófonas pero no homónimas
b) homónimas pero no homófonas
c) homógrafas y homófonas
d) homófonas pero no homógrafas

14
La palabra sal en el enunciado ¡Sal de aquí! y la palabra sal en el enunciado No le pongas tanta
sal a la carne son _______________.

a) homónimas
b) sinónimas
c) antónimas

15
Las palabras silla y taburete son __________ de la palabra asiento, por lo que la palabra
asiento es __________ de las palabras silla y taburete. Además, las palabras silla y taburete
son __________.

a) hipónimos – cohiperónimo – hiperónimos
b) cohipónimos – hipónimo – hiperónimos
c) hiperónimos – hipónimo – cohipónimos
d) hipónimos – hiperónimo – cohipónimos

51

Lingüística. Tema 6. Semántica.

16
La _________ de un término hipónimo (por ejemplo, chaqueta) es _________ que la de su
correspondiente hiperónimo (por ejemplo, ropa). Esto se debe a que la __________ del
hipónimo es __________ que la del hiperónimo.

a) intensión – menor – extensión - mayor
b) extensión – menor – intensión – mayor
c) extensión – mayor – intensión – menor

17
El enunciado Julio César es un perro es una __________ del enunciado Julio César ladra mucho
de noche.

a) implicación
b) paráfrasis simétrica
c) contradicción

18
Dichos en idénticas circunstancias y hablando de la misma persona, el enunciado Eugenia está
casada es una ___________ respecto del enunciado Eugenia está divorciada.

a) implicación
b) paráfrasis simétrica
c) contradicción
d) paráfrasis asimétrica

19
El enunciado El dependiente cobró los 200 euros que costaba el reloj, es, con respecto al
enunciado El cliente pagó los 200 euros que costaba el reloj una __________.

a) implicación asimétrica
b) paráfrasis
c) contradicción

20
Una de estas aseveraciones es verdadera:

a) Si alguien dice, para advertir de algo a otra persona: Ha llamado tu padre, en tal
expresión el significado es “cierta persona (padre del destinatario) ha realizado la
acción x (llamar)”; el sentido es «el hablante advierte de algo importante al oyente (la
llamada de su padre)»; y el contenido es la suma del significado y del sentido.
b) Si alguien dice, para advertir de algo a otra persona: Ha llamado tu padre, en tal
expresión el sentido es “cierta persona (padre del destinatario) ha realizado la acción x
(llamar)”; el significado es «el hablante advierte de algo importante al oyente (la
llamada de su padre)»; y el contenido es la suma del significado y del sentido.
c) Si alguien dice, para advertir de algo a otra persona: Ha llamado tu padre, en tal
expresión el contenido es ‘cierta persona (padre del destinatario) ha realizado la
acción x (llamar)’; el sentido es “el hablante advierte de algo importante al oyente (la
llamada de su padre)”; y el significado es la suma del contenido y del sentido.

52

Lingüística. Tema 6. Semántica.

21
El __________ total que traslada un enunciado es la suma del __________ y del __________.

a) contenido – sentido – significado
b) sentido – contenido – significado
c) significado – contenido – sentido

22
En un enunciado como Tienes una avispa en la oreja, el __________ es “el hablante afirma que
la persona destinataria del mensaje tiene una avispa en una de las orejas de esta”; el
__________ puede ser que el hablante quiere advertir al oyente del peligro de una posible
picadura, y el ________ es la suma de los dos.

a) contenido – significado del hablante – significado convencional
b) significado del hablante – significado convencional - contenido
c) significado convencional – significado del hablante – contenido

23
La categoría lingüística carta subsume estas otras: fecha, lugar, destinatario, encabezamiento,
texto, fórmula de cortesía y firma. Esta agrupación de categorías es __________.

a) una taxonomía
b) una meronomía
c) un ciclo

24
La categoría lingüística mueble subsume, entre otras, las categorías siguientes: mesa, silla,
aparador, armario, aparador, estantería, cama, mesita, cajonera. Este agrupación de
categorías es __________.

a) una taxonomía
b) una meronomía
c) un ciclo


25
La categoría lingüística menaje de cocina subsume, entre otras, las categorías siguientes:
servilleta, cuchillo, mantelería, tenedor, cubertería, vajilla, plato, sopera, mantel, vaso, copa,
cuchara, cristalería. La organización jerárquica de esas categorías es la siguiente:

a) 0. Menaje de cocina
1.1 cuchillo
1.1.1 cuchara
1.1.2 cubertería
1.1.3 tenedor
1.2 mantelería
1.2.1 mantel
1.2.2 servilleta
1.3 vajilla
1.3.1 plato
1.3.1 sopera
1.4 cristalería

53

Lingüística. Tema 6. Semántica.

1.4.1 vaso
1.4.2 copa
b) 0. Menaje de cocina
1.1 cubertería
1.1.1 cuchara
1.1.2 cuchillo
1.1.3 tenedor
1.2 mantelería
1.2.1 mantel
1.2.2 servilleta
1.3 plato
1.3.1 plato
1.3.1 vajilla
1.4 cristalería
1.4.1 vaso
1.4.2 copa
c) 0. Menaje de cocina
1.1 cubertería
1.1.1 cuchara
1.1.2 cuchillo
1.1.3 tenedor
1.2 mantelería
1.2.1 mantel
1.2.2 servilleta
1.3 vajilla
1.3.1 plato
1.3.1 sopera
1.4 cristalería
1.4.1 vaso
1.4.2 copa

26
La categoría lingüística fruta subsume, entre otros términos, los siguientes: pomelo, aguacate,
manzana, naranja, pera. El término que muestra más prototípicamente a la categoría fruta es
__________, y el que la muestra más periféricamente es __________.

a) manzana – aguacate
b) naranja – pera
c) pomelo – manzana

27
La categoría lingüística pez subsume, entre otros términos, los siguientes: tiburón, boquerón,
sardina, atún, delfín, anguila. El término que muestra más prototípicamente a la categoría pez
es __________, y el que la muestra más periféricamente es __________.
a) tiburón – atún
b) delfín – boquerón
c) sardina – anguila

28
Si con tapa designamos la cubierta que cierra un contenedor, entendemos que la noción de
‘contenedor’ es, respecto de tapa,
a) su perfil

54

Lingüística. Tema 6. Semántica.

b) su extensión
c) su base

29
La expresión con tal de que es un ejemplo de ________, la expresión Que cada palo aguante
su vela es un ejemplo de _________ y la expresión recurrir una sentencia un ejemplo de
_________ .

a) locución – colocación – frase hecha
b) colocación – locución – frase hecha
c) locución – frase hecha – colocación

30
La relación entre Se ha quedado en casa y ‘Estaba en casa’ es de _______, la relación entre
¿Tiene usted hora? y ‘Deseo que me diga la hora’ es de _________ y la relación entre Babieca
está relinchando y ‘Babieca es un caballo’ es de _________.

a) implicatura – presuposición – entrañamiento
b) presuposición – entrañamiento – implicatura
c) presuposición – implicatura - entrañamiento

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Lingüística. Tema 6. Semántica.

SOLUCIONES A LAS PREGUNTAS DEL TEST



1 A 11 B 21 A
2 C 12 C 22 C
3 A 13 C 23 B
4 C 14 A 24 A
5 B 15 D 25 C
6 C 16 B 26 A
7 B 17 A 27 C
8 C 18 C 28 C
9 C 19 B 29 C
10 A 20 A 30 C

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