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Los usos y costumbres son actos o conductas socialmente aceptadas a lo largo del
tiempo por la sociedad. Se utilizan en forma supletoria y se dan cuando determinada
conducta se reitera en el tiempo y hace que las partes la asuman como ya incorporadas
al contrato del trabajo. Los usos y costumbres producen plenos efectos cuando ratifican
el contenido de la ley o bien mejoran condiciones de trabajo, llamamos a éstas,
secundum legem; se mencionan como praeter legem cuando se refieren a aspectos no
legislados. En el caso que sea doctrinariamente aceptada la derogación de parte de la
legislación, obviamente como mencionamos anteriormente con los límites de la no
afectación de las normas imperativas y protectorias del derecho del trabajo, tenemos
frente a las contra legem o conducta derogatoria.
Voluntad de las partes: debemos tener en cuenta que ésta puede regular las
condiciones del contrato de trabajo siempre y cuando no vulnere las condiciones
mínimas establecidas por el orden público laboral y el principio de irrenunciabilidad,
inderogables que más adelante trataremos en profundidad. Por eso, la regla es que se
puede mejorar condiciones sin límites pero jamás sobrepasarlos, limite característico del
derecho laboral, limite a la autonomía de la voluntad, diferencia tangencial con el
derecho civil.
Corrientes más amplias introducen el concepto de trabajo por cuenta ajena, que implica
la atribución originaria de los resultados o productos del trabajo a personas distintas de
quien lo
realiza.
Caracteres 1) Es un derecho dinámico: se trata
de un derecho en permanente formación y en constante evolución.
Constantemente se discuten proyectos de reformas de distintos
institutos de esta rama del derecho, tanto en el aspecto individual como colectivo.
2) Es un derecho de integración
social: sus principios y normas -
principio protectorio, de irrenunciabilidad, normas de orden público, limitación de la
autonomía de la voluntad- obedecen al interés general y se vinculan con la realidad
social.
3) Es profesional: se ocupa del hombre por el hecho del trabajo.
4) Es tuitivo: protector, tutelar del trabajador que es la parte más débil en la relación
laboral; el
derecho del trabajo parte del presupuesto de que no existe un pie de igualdad entre las
partes, es
decir que no hay paridad en el cambio.
5) Es un derecho especial: se aplican las normas de derecho del trabajo sobre las del
derecho civil,
que tienen carácter complementario o supletorio y pueden ser aplicadas en tanto no
estén en pugna con el principio protectorio. Es un derecho nuevo, lo
que implica que es un derecho en formación.
Es un derecho integrado por normas de orden público, cuyo fundamento deriva del
principio protector y la desigualdad del poder negocial entre el empleador y el
trabajador.
A las normas de orden público se las denomina derecho necesario, cuya imperatividad
puede ser
absoluta (normas de origen estatal) o relativa (cuando la norma de otra fuente limita la
autonomía
de la voluntad sólo si es más favorable al trabajador).
Predominio del carácter heterónomo: las relaciones que se crean entre los individuos no
se rigen por su propia voluntad.
Posee una fuente nueva constituida por grupos o entidades profesionales que fijan
convenios y
acuerdos constitutivos y reguladores.
6) Es autónomo: tiene autonomía científica, legislativa y didáctica que le permite
resolver motu proprio el objeto de la materia.
Fuentes Se debe diferenciar la fuente material de la fuente formal.
La fuente material es un hecho o factor social que surge como consecuencia de una
necesidad de
la sociedad o de un sector de ella; adquiere especial importancia en determinado
momento y lugar (por ejemplo, la Revolución Francesa); es un hecho histórico que da
origen a una norma jurídica. Por lo tanto, se trata del antecedente de una norma y del
factor gravitante que motiva su sanción.
En la evolución histórica del derecho del trabajo, la consideración diversa de la
situación del trabajador y del capital y de los intereses contrapuestos de los sectores
constituyeron hechos sociales - fuentes materiales- que generaron la sanción de normas.
Justamente, la fuente formal es la norma que surge de ese hecho social que, a su vez, es
la exteriorización de una necesidad de la sociedad o de parte de ella. Esa norma jurídica
-ley, decreto, resolución-, que constituye una fuente formal de origen estatal, debe
reflejar lo más fidedignamente posible el hecho social.
El art. 1º LCT enumera las fuentes del derecho del trabajo, al expresar que "el contrato
de trabajo y la relación de trabajo se rigen:
"a) por esta ley;
"b) por las leyes y estatutos
profesionales;
"c) por las convenciones colectivas
o laudos con fuerza de tales;
"d) por la voluntad de las partes;
"e) por los usos y costumbres".
No se trata de una enumeración taxativa de las fuentes, sino meramente enunciativa, ya
que han sido omitidas fuentes trascendentes del derecho del trabajo. Tampoco consagra
un orden de prelación, ya que se aplica la norma más favorable.
Se omite la Constitución Nacional a pesar de que en el art. 14 bis Cita a Justo López
quien
distingue entre el uso de empresa y el uso contractual. El uso de la empresa debe ser
general, referirse a la totalidad o un sector diferenciable de ella. La habitualidad
contractual, por su parte,
es una cláusula tácita de un contrato individual de trabajo.
Habla de “fuentes omitidas” no mencionadas en el texto de la ley:
Constitución
Nacional, Tratados
Internacionales,
Tratados
Internacionales no
mencionados en la
CN, Tratados
Bilaterales y
Plurilaterales (OIT),
Leyes no Laborales
(Código Civil).
Introduce el tema de la autonomía del derecho del trabajo en dos acepciones: absoluta y
relativa.
La absoluta
considera imposible
la aplicación del
derecho civil; la
relativa, reconoce
la posibilidad de
aplicación de éste
en forma
subsidiaria si no
entra en colisión
con los principios
generales del
derecho del
trabajo.
Menciona como
fuentes a las
Constituciones y
Leyes Provinciales
y de la Ciudad
Autónoma de
Buenos Aires.
Resoluciones
administrativas: el
legislador delega
en el titular del
Ejecutivo y éste a
un ministro o a un
organismo
administrativo,
centralizado o
descentralizado.
Solo tiene validez
en la medida en
que exista
disposición de la
autoridad originaria
que así lo decida.
queda consagrada la protección y
defensa del derecho a trabajar y a
una vida digna, al establecer pautas
para el ejercicio del trabajo en
libertad, el derecho a la
agremiación libre y las garantías
para el ejercicio de la gestión
sindical y estabilidad en el empleo,
y al dictaminar que el Estado
garantiza el otorgamiento de los
beneficios de la seguridad social.
De todos modos, esta omisión no
es relevante, porque todo el
ordenamiento jurídico debe
adecuarse a la Constitución y a los
tratados internacionales sobre
derechos humanos (art. 75, inc.
22).
Tampoco están incluidos en la
enunciación del art. 1º, LCT los
tratados y concordatos que tienen
jerarquía superior a las leyes, en
virtud de lo establecido en el art.
75, inc. 22, CN.
La aplicación del derecho común en
el derecho del trabajo puede ser
subsidiaria o supletoria; o
analógica, si importa la adaptación
de la solución dada por el derecho
civil a los requerimientos del
derecho del trabajo.
Se debe recurrir al derecho común
cuando determinadas cuestiones no
fueron conceptualizadas ni definidas
por el legislador (por ejemplo,
determinados institutos que se
mencionan en los textos legales) o
en caso de tratarse de conceptos
jurídicos especialmente
considerados dentro del contrato de
trabajo en los que no se ha
aportado su significado. Por
ejemplo, el modo de contar los
intervalos de tiempo, los conceptos
de culpa, dolo, fuerza mayor,
solidaridad, los efectos de la mora
en el cumplimiento de las
obligaciones, etc.
Teniendo en cuenta su relación con
el derecho del trabajo, se las puede
clasificar en fuentes clásicas y
propias:
a) Las fuentes clásicas (o
generales) son aquellas que se
presentan en todas las ramas del
derecho:
1) la Constitución Nacional;
2) los tratados con naciones
extranjeras;
3) las leyes y sus
decretos de
necesidad y
urgencia como
fuentes de derecho
del trabajo.
Asimismo
menciona los
principios generales
del derecho y la
jurisprudencia y
doctrina de los
autores.
reglamentaciones;
4) la jurisprudencia;
5) los usos y costumbres.
6) la voluntad de las partes.
b) Las fuentes propias (o
específicas) son exclusivas del
derecho del trabajo:
1) los convenios colectivos;
2) los estatutos profesionales;
3) los laudos arbitrales voluntarios
y obligatorios;
4) los convenios de la OIT;
5) los reglamentos de empresas;
6) los usos de empresas;
Principios Principio protectorio. Se manifiesta
en tres reglas:
a) In dubio pro operario;
b) Regla de la aplicación de la
norma más favorable;
c) Regla de la condición más
beneficiosa.
2) Principio de irrenunciabilidad de
los derechos.
3) Principio de la continuidad de la
relación laboral.
4) Principio de primacía de la
realidad.
5) Principio de buena fe.
6) Principio de no discriminación e
igualdad de trato.
7) Principio de equidad.
8) Principio de justicia social.
9) Principio de gratuidad.
10) Principio de razonabilidad.
Cuando se refiere al
principio protectorio,
indica que hay dos
criterios básicos: el criterio
de la acumulación (aplica
todo lo dispuesto en los
cuerpos normativos en
conflicto, sumando lo más
favorable de cada uno) y
el de conglobamiento, que
tiene en cuenta el carácter
unitario de cada régimen,
hace la comparación en
conjunto y excluye la
posibilidad de aplicar
simultáneamente una
disposición de un régimen
y de otra.
Cuando se refiere a la
irrenunciabilidad,
establece que la renuncia
de las condiciones ya
obtenidas y que superan
los mínimos legales y
convencionales es inválida
salvo la compensación
adecuada.
Cita dos posturas: la
clásica, que sostiene que
el orden público laboral
establece condiciones
mínimas de protección
para el trabajador, que
superadas estas, las
partes tienen libertad de
fijar nuevas condiciones.
Otra postura, se pronuncia
a favor de la completa
irrenunciabilidad de los
derechos que goza el
trabajador, aun cuando
provengan de normas no
imperativas.
Agrega el principio de
indemnidad: implica que el
empleador debe asegurar
que el trabajador no
puede sufrir daño alguno
en su persona o en sus
bienes ni padecer un
agravio moral.
IV.- Fuentes conforme la doctrina social de la iglesia
Corresponde a un trabajo del Dr. Nestor Rodriguez Brunengo
El Derecho y la Justicia no son imparciales.
Libro de la Sabiduría de la Biblia dice: “Elegid la idea de justicia, los que tienen que
juzgar sobre la tierra”.
El Derecho del Trabajo es un derecho unilateral, dirigido a proteger al Trabajador
porque no hay situación de igualdad del trabajador en la relación de trabajo porque
gravita:
La desocupación
El subempleo.
Doctrina Social de la Iglesia:
Si buscamos en el Antiguo Testamento, en los Primeros Libros de la Biblia, vemos que
hay referencia al trabajo
El Libro de Isaías dice: El que defraudara el salario al trabajador, comete un pecado
que clama al cielo venganza”
La idea es “tuve misericordia de las masas, de los pobres”
Desde la Patrística ( conjunto de doctrinas de los primeros Padres de la iglesias, como
San
Juan Crisóstomo etc.), donde existía un comunismo primitivo, porque el que entraba a
la
comunidad cristina, vendía todos sus bienes o los entregaba a la comunidad, ya que la
opción era por Los pobres
La pobreza
La idea que dieron los Padres de la Iglesias que después sintetizó Santo Tomás en su
Sintética Aristotélica fue que Dios le dio la tierra en propiedad a todo el género
humano y no marcó que unos sean patronos y otros siervos”.
También la idea de la hipoteca social que pesa sobre los propietarios, se repite en todas
las Encíclicas, o sea que los propietarios no se crean dueños absolutos como lo
establece la idea liberal.
Hace poco hubo un “Compendio de Doctrina Social de la Iglesia que se editó el año
pasado
en latín y en italiano. También hubo una edición en castellano. La redactó el Pontificio
“Justicia y paz” y se puede comprar en Ediciones Paulinas.
Las Ideas Principales:
Un humanismo integral y solidario
La idea de la Iglesia como pueblo peregrino.
Las primeras Encíclicas, van dirigidas a obispos, arzobispos, cardenales y a la grey
católica.
Las últimas Encíclicas, en cambio, van dirigidas a toda la humanidad.
1919: se crea Sociedad de las Naciones y dentro de ella la O.I.T. y se recoge la idea
bíblica de que el trabajo no es una mercancía.
En siglo XIX: se pone acento en que la Iglesia, en distintos documentos, condena al
marxismo y al comunismo., pero también durante todo el siglo, emitió documentos
condenando al liberalismo.
En un momento dado, hubo un conflicto con la Teología de la Liberación. Esta doctrina
brota de la fe.
Idea de Derecho Natural y de Moral Natural: defendida por Teólogos españoles y
que tiene su correlato en Hugo Grossio.
Idea universal de redimir a los cautivos y liberar a los pueblos oprimidos.
Hacer justicia a los que buscan empleo.
Están los marginados sociales (son los que no tienen nada y desean ser explotados).
Iglesia dice: Estado no puede tolerar que haya un 10% que tenga grandes
ingresos económicos y otros que tengan 30% menos.
Así hay lugares en África en donde la población gana menos de un dólar por día.
La humanidad comprende que se haya ligada por un destino único.
Hay idea de hermandad universal.
Enfrentamiento de clases, era enfrentamiento racial.
No todos los derechos humanos son derechos del trabajo y no todos los derechos del
trabajo
son derechos humanos.
Se habla de necesidad de mayor conciencia moral.
El transcurso del tiempo y los cambios sociales requieren reflexión para interpretar los
signos
de los tiempos.
La idea de que el nuevo desarrollo de la Doctrina Social de la Iglesia va dirigida a todo
el género humano, a seguidores de otras religiones y a hermanos de otras Iglesias. La
verdad misma del ser humano, la gestión y la comprensión del pluralismo y sus
consecuencias. Por último, afrontar la Globalización.
Entre 1938 a 1941 fallos referidos a vacaciones diciendo que éstas no son un impuesto
o una tasa sino son “disposiciones” por ejercicio del poder de policía sobre el contrato
de trabajo para resguardar salud del trabajador No se vulneraba el derecho de propiedad
porque se protegía el derecho de propiedad del trabajador y porque se protegía a él y a
su familia
No se violaba tampoco el derecho de propiedad del empleador Uno de los medios que
usó el Estado para intervenir en la relación laboral fue el ejercicio del poder de policía:
facultad de reglamentar los derechos individuales.
Respecto al Poder del Policía hay dos criterios
restringido: que lo limita a cuestiones de seguridad y salubridad
amplio: Es factible que intervenga en la relación económica por razones de interés
general o en situaciones de emergencia
1875 En Corte Suprema de Estados Unidos. Caso “Mun c /Illinois” se discutió ley que
regulaba los elevadores de granos. Los propietarios tenían que inscribirse en un registro
y pagar un derecho. Unos propietarios no cumplieron y fueron multados
Corte Federal convalidó la norma diciendo: si una propiedad está destinada a un fin
común,
el propietario está obligado a tolerar el control del público o sea la propiedad es pública.
Disidencia de jueces Phill y Strong que dicen: los disidentes no eran más públicos que
los
demás y la restricción se justifica si a los recurrentes se le hubiese concedido algún
privilegio
o franquicia y descalificaron decisión.
En nuestro país , Caso “ Cine Callao” y los números en vivo. Se trataba de una ley
dictada en el apogeo de la Constitución Nacional de 1949 que protegía el patrimonio
artístico y cultural para evitar desocupación artística.
Una disidencia dijo: la libertad de contratar no se debe confundir con la libertad de
hacer contratos.
Diciembre del 30: “Nebbia c. Nueva York “. Se discutía el precio mínimo de la venta
de leche Crisis donde granjeros no cubrían los costos.
La Corte convalidó la norma diciendo: la leche es esencial para la alimentación. De no
ponerse precios mínimos, no podría controlarse la salubridad del producto.
Caso “Lord Building c/ Bleidder”: Estado de necesidad que afecte a toda población y no
para
determinado sector y su limitación en el tiempo y proporcional.
La cuestión giraba en torno a una moratoria hipotecaria.- Se pospuso por 2 años el
remate,
en tanto y en cuanto el ejecutado pague un precio razonable de renta del inmueble.
La Corte convalida la medida porque era razonable ni se suspendía el curso de los
intereses.
Otro fallo norteamericano sobre Decretos de necesidad y urgencia: 1952 “DTvs. Soyer.”
conflicto colectivo en empresa metalúrgica y en plena guerra con Corea.
Truman dicta Decreto de Necesidad y Urgencia que dispone que la Secretaría de
Comercio
tomaría posesión de plantas metalúrgicas y dispone un aumento de emergencia.
La Corte lo rechazó porque dice que el Congreso no delegó en el Poder Ejecutivo la
facultad
de resolver conflictos colectivos de trabajo.
Truman no podía invocar calidad de Jefe del Ejército por necesidades bélicas porque ese
cargo no es tan amplio como para resolver conflictos colectivos de trabajo.
Se hizo relación entre el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo en el dictado de estos
decretos.
Cuando Presidente obra con la conformidad del Congreso, obra en el máximo de su
poder.
Cuando no hay aprobación ni negativa del Congreso, es una situación de penumbra
donde el
Presidente conserva sus facultades constitucionales de juzgar si la medida, se dictó
dentro
de esas facultades.
Cuando Presidente actúa en contra del Congreso, Decreto es inconstitucional porque
contraría un mandato del Congreso.
Crisis del 79 cuando Komeini tomó como rehenes a diplomáticos por más de unaño y
Estados Unidos los liberó diciendo que todos los conflictos con Irán se ventilan por
arbitraje.
Carter ordenó levantar el embargo.
Daysi y Moore obtuvo embargo sobre Gobierno Iraní por deuda.
Congreso lo convalidó.
1978: en caso “Espanaus c. Estructura Style“ norma dice: empresas que se mudasen
fuera del ámbito del Estado, debían seguir pagando aportes de los trabajadores.
La Corte lo descalificó porque protegía sólo el interés de un determinado sector y no
corresponde a una situación de emergencia.
Caso “TOBAR “los empleados públicos tendrán los aumentos que sólo los fije Ley de
Presupuestos.
CSJN dijo que no estaba sujeto a una pauta precisa y dejaba al Legislativo la
elaboración del presupuesto.
El derecho a trabajar puede estar sujeto a determinada reglamentación se trate de una
actividad autónoma o privada.
Trabajadores Autónomos- Ley provincial que restringía a Escribanos a trabajar hasta los
75 años.
En caso “Franco Blanca Teodora” del año 2002 Suprema Corte de Buenos
Aires invalida esta norma y el acto administrativo que le saca el Registro.
Suprema Corte de Bs. As. dice es razonable porque la indefinida permanencia del
notario ,impedía acceso a los más jóvenes. Se aplicaba a todos los escribanos de
Provincia.
CSJN dice: que la norma local consagraba una presunción iure et de iure de inhabilidad
y la edad, no es un motivo de incapacidad o inhabilidad. Los escribanos no son
funcionarios
públicos: porque no están en la Administración Pùblica y la Provincia no podía
asimilarlos y
tenía perjuicios económicos y morales.
Petracci dice: el consentimiento para la prueba de HIV debe ser expreso y no tácito
como invoca el voto de la mayoría.
Comisario no incluido en casos que contempla la Ley de Lucha contra el Sida, razón por
la cual la extracción es imprescindible.
Estatura:
1984. caso “Arenson”
En 1981para ingresar a carrera docente había que medir 1,60 m.
Arenson medía 1,48 y pretendía ejercer como Profesor de Matemáticas.
En amparo, le dan la razón.
Voto de mayoría. Argumentos de Administración de agotarse la vía administrativa no,
porque los derechos requerían tutela inmediata.
Votos Dres. Bellusci y Petracci analizan motivos objetivos de la Administración para
considerar válida la reglamentación. Habla de prestancia del maestro para que alumnos
no
se burlen. Dicen que reglamentación respondía a ética elitista y dejaba afuera los nobles
méritos de los menos talludos. Agregaban que si se trataba de fijar pautas para la
educación,
hay que tener en cuenta que quería ingresar a Institución llamada “Joaquín V Gonzalez”
y
este último no se destacaba por la importancia de sus huesos.
Reglamentación reducía la dignidad de la persona humana a la mensurabilidad.
Respondía a
ética elitista y autoritaria y su correlato era la anarquía.
VIII.- Las normas internacionales sobre derechos humanos como fuente del
derecho del trabajo
Ricardo Changala Quaglia y Ana García Veirano
VIII.- Las normas internacionales sobre derechos humanos como fuente del
derecho del trabajo - 2
B - Documentos que se refieren a la remuneración:
Las referencias contenidas en las normas en examen en cuanto a la remuneración
pueden
ser agrupadas de la siguiente forma:
Igual salario por trabajo de igual valor: es éste el espíritu que impera en todas las
normas internacionales, con relación a la remuneración. Numerosas disposiciones
contenidas en tratados internacionales consagran este principio en forma expresa: la
Declaración Universal de Derechos Humanos; el Pacto de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales; el Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre
Derechos Humanos; la Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las
formas de Discriminación Racial; la Declaración sobre los Derechos Humanos de los
individuos que no son nacionales del país en que viven.
Remuneración “equitativa y satisfactoria” o “justa”: esta es la forma que adoptan
las normas internacionales para calificar la remuneración. Así la Declaración Universal
de Derechos Humanos refiere a la remuneración equitativa y satisfactoria y establece
además que la remuneración deberá asegurar al trabajador y a su familia una existencia
conforme a la dignidad humana. De manera concordante el Pacto de Derechos
Económico, Sociales y Culturales y la Convención Internacional sobre la eliminación de
todas las formas de discriminación racial.
Otras normas, en cambio optan por el giro “salario justo”, entre las cuales encontramos
la
Declaración sobre el Progreso y el Desarrollo en lo Social y la Declaración sobre los
derechos
humanos de los individuos que no son nacionales del país en que viven.
Salario mínimo: se refieren concretamente a este concepto el Pacto de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales que establece que la remuneración deberá
proporcionar como mínimo a los trabajadores un salario equitativo y condiciones de
existencia dignas para ellos y sus familias; la Declaración sobre el Progreso y el
Desarrollo en lo social y el Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre
Derechos Humanos.
No discriminación: también en cuanto a la remuneración se reiteran los principio de la
no discriminación, consagrándose en forma genérica en la Declaración Universal de
Derechos Humanos y en el Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Existen normas que específicamente se refieren a determinados tipos de discriminación,
tanto sea por razón del sexo: Declaración sobre la eliminación de la discriminación
contra la mujer; por razón de raza: Convención Internacional sobre la eliminación de
todas las formas de discriminación racial; por razón de la nacionalidad:
Declaración sobre los derechos humanos de los individuos que no son nacionales del
país en que viven.
VIII.- Las normas internacionales sobre derechos humanos como fuente del
derecho del trabajo - 3
C - Documentos que se refieren a la jornada y los descansos:
Con relación a estos puntos, los documentos internacionales recogen como principio el
derecho al descano, al disfrute del tiempo libre. Este derecho a descansar comprende
por una parte, en la jornada, respecto de la cual se establece que el trabajo deberá tener
una
limitación razonable de tiempo y por otra parte, en la consagración de las vacaciones
pagas.
Recogen estos institutos: la Declaración Universal de Derechos Humanos; el Pacto de
Derechos Económicos, Sociales y Culturales; la Convención Internacional sobre la
protección
de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familias, entre otros.
Otras normas, consagran genéricamente el derecho al descanso, tal es el caso de la
Declaración sobre los derechos humanos de los individuos que no son nacionales del
país en que viven.
D - Documentos que refieren a la seguridad social:
Se consagra una amplia protección para quienes se encuentren en algunas de las
siguientes
circunstancias: desempleo, enfermedad, invalidez, viudez u otras, temporales o
permanentes, que impidan a la persona ganarse la vida. Entre las normas que se refieren
encontramos la Declaración Universal de los Derechos Humanos; Pacto de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales; Declaración sobre el Progreso y el Desarrollo en lo
social
y el Protocolo Adicional a la Convención Americana sobre derechos humanos.
Se persigue el mantenimiento de un nivel adecuado de la persona afectada, pudiendo
extenderse en algunos casos a su familia y a personas a su cargo, tal el caso de la última
declaración mencionada.
Asimismo recogen disposiciones sobre seguridad social, normas que consagran la no
discriminación, tal el caso de la Declaración sobre la eliminación de la discriminación
contra
la mujer.
Por último, la Convención sobre los Derechos del Niño de 1989, reconoce a todos los
niños el
derecho a beneficiarse de la seguridad social ( art. 26.1 y 2).
VIII.- Las normas internacionales sobre derechos humanos como fuente del
derecho del trabajo - 4
II.- Las normas internacionales de derechos humanos como fuente de derecho:
Corresponde analizar dos aspectos:
a. Su efectiva vigencia como normas jurídicas generadoras de derechos, obligaciones y
responsabilidades, es decir, si son fuentes formales de derecho interno.
b. Luego, observar si los denominados derechos económicos, sociales y culturales (entre
los que se encuentran los derechos laborales y de la seguridad social) tienen idéntica
posición o en términos de exigibilidad jurídica ostentan un rango diferente al de los
denominados derechos civiles y políticos, también llamados de primera generación.
A - Las normas internacionales de derechos humanos y el derecho interno.
Nadie puede dudar que un Estado, al adherir de alguna forma a un instrumento
internacional
sobre Derechos Humanos, genera una responsabilidad internacional frente a otros
Estados y
eventualmente frente a conformaciones supranacionales u organismos de tipo
internacional
por las obligaciones asumidas en dichos instrumentos.
La repercusión de los tratados sobre derechos humanos no es únicamente la de
otorgarles
vigencia internacional, sino también tornarlos exigibles en el ámbito del derecho
interno.
Naturalmente nos estamos refiriendo aquí a los instrumentos cuya naturaleza jurídica
implica
acatamiento para el Estado alcanzado, y no aquellos, como por ejemplo las
Declaraciones,
que por definición, no tienen fuerza vinculante.
Así lo afirman HERRENDORF y BIDART CAMPOS cuando sostienen que: “Lo
correcto es afirmar que los derechos que ellos reconocen deben ser y son titularizados
en el derechos interno por las personas sujetas a la jurisdicción del estado al que ese
derecho interno pertenece: cuando los pactos ingresan al derecho interno convierten a
las mismas personas en sujetos activos de los derechos reconocidos en sus normas
internacionales, más allá de que éstas sean operativas o programáticas, cuestión ésta
que plantea problemas diferentes
al de la titularidad en sí misma”. (…) “… la persona tiene que quedar emplazada
jurídicamente con el status y el plexo de derechos que deriva de los pactos. Si esos
derechos son violados en el derecho interno se puede abrir, para acusar la violación, el
mecanismo de protección internacional ante una jurisdicción supraestatal (o sea fuera
y por encima del Estado), y allí se juzgará la responsabilidad internacional del estado
violador, pero esto es cosa distinta. Precisamente, ese mecanismo existe para alcanzar
en instancia internacional, una tutela auxiliar contra las violaciones cometidas en el
derecho interno, porque es dentro de éste donde se consuman y donde perjudican a las
personas que, por fuente de tratados internacionales, son titulares de los derechos que
éstos les reconocen para que dispongan de esa investidura en el propio derecho
interno.”(1)
Por tanto, el hombre se convierte en sujeto de derecho internacional. Es que, en el
proceso de internacionalización de la normativa jurídica reguladora de los derechos
humanos, se produce la irrupción del individuo como beneficiario de la normativa, y por
tanto, con capacidad y legitimidad para exigir su cumplimiento.
“El derecho internacional de los derechos humanos opera a través del derecho interno
de cada Estado. Esto no varía ni siquiera cuando una jurisdicción internacional da
acceso –directo o indirecto- al hombre lesionado en sus derechos, pero lo da conforme
a dos principios: a) que esa lesión sea imputable al Estado del que forma parte, y que
esa lesión configure violación e incumplimiento estatales de una obligación
internacional por él asumida; b) que previamente a la instancia internacional se haya
agotado el recorrido posible de las vías jurisdiccionales internas.”(2)
VIII.- Las normas internacionales sobre derechos humanos como fuente del
derecho del trabajo - 5
B - Los derechos económicos, sociales y culturales y su exigibilidad.
Nos preguntamos entonces, si las normas referidas al Derecho del Trabajo incluidas en
diversas normas internacionales otorgan derechos a los individuos o son meras
manifestaciones sin trascendencia en el plano del derecho interno de los Estados.
Vale la pena recordar la Declaración y el Programa de Acción aprobados en Viena en la
Conferencia Mundial de 1993. Allí el párrafo 5 expresa que: “Todos los derechos
humanos
son universales, indivisibles e interdependientes y están relacionadas entre sí. La
comunidad
internacional debe tratar los derechos humanos en forma global y de manera justa y
equitativa, en pie de igualdad y dándoles el mismo peso.”
Esta idea central se encuentra reforzada en dos párrafos más de la Declaración: el 10,
que
consagra el derecho al desarrollo como “… derecho universal e inalienable y como
parte integrante de los derechos humanos fundamentales” y el párrafo 14 que establece
que “la
generalización de la pobreza extrema inhibe el pleno y eficaz disfrute de los derechos
humanos; la comunidad internacional debe seguir dando un alto grado de prioridad a
su inmediato alivio y su ulterior eliminación”.
También es claro que la comunidad internacional cuenta con una importante gama de
derechos económicos, sociales y culturales consagrados tanto en ámbitos regionales
como de
alcance universal, siendo el Pacto de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales,
una de
sus máximas expresiones.
Pero, y sin perjuicio de lo expuesto, la realidad concreta nos muestra una gran distancia
entre estos textos y la vivencia cotidiana.
Como lo dice el propio experto de Naciones Unidas DANILO TURK en sus informes
presentados ante la Subcomisión de Prevención de Discriminaciones y Protección de las
Minorías(3), la realización de estos derechos económicos, sociales y culturales “…es un
objetivo distante, cada vez menos alcanzable y difícil”.
Es que se ha sostenido que esa ha sido la perspectiva ya desde el mismo momento en
que
estos derechos se recogen en los instrumentos internacionales fundamentales.
Así dice LOUIS HENKIN: “Los países occidentales lucharon por una división en dos
pactos, el
Pacto de Derechos Civiles y Políticos está redactado en función de los derechos de los
individuos: por ejemplo “el derecho a la vida es inherente a la persona humana”;
“nadie estará sometido a la esclavitud”; “todas las personas son iguales ante los
tribunales y cortes
de justicia”. Por otra parte, el Pacto de los Derechos Económicos, Sociales y
Culturales se refiere únicamente a los estados y no a la persona: “los estados partes…
se comprometen a garantizar el derecho de toda persona a la educación”. Hubo
acuerdo general y claro reconocimiento de que los compromisos de carácter social y
económico eran diferentes a los
que se requerían para los derechos civiles y políticos”.(4)
No ha sido éste un problema meramente teórico, sino que implica muy importantes
consecuencias prácticas, en especial por una muy fuerte tendencia de vincular en forma
casi absoluta la realización de los derechos económicos al devenir material de los
Estados.
Dice por ejemplo ENRIQUE HABA: “De cualquier manera, y aunque también es
cierto que el ordenamiento jurídico de un país puede obstaculizar –o lisa y llanamente
negar- el ejercicio de derechos económicos que son materialmente imposibles (derecho
de agremiación, derecho de huelga, etc.) para la mayoría de estos su efectividad no
resulta simplemente de
un posible hacer o de un abstención por parte de órganos estatales. La realización de
esos
derechos depende, en definitiva, de factores que sólo en medida secundaria son
“dominables” jurídicamente, sea en instrumentos internacionales o en las
Constituciones. El
derecho no puede canalizar sino aquello que, por lo menos en cierta medida, ya “está
ahí”.
El otorgamiento real de tales derechos ni siquiera depende en alta medida de la
voluntad política dominante en el país respectivo, sino de un cúmulo de factores socio-
económicos,
entre los cuales dicha voluntad no constituye sino uno de los elementos que entran en
juego.”(5)
Esta concepción que ha priorizado dando clara preferencia a los derechos civiles
y políticos ha recibido la denominación de “doctrina occidental de los derechos
humanos”.
Sin embargo, estos criterios han empezado a cambiar y ello se ha visto reflejado en
varias
decisiones de las Naciones Unidas, en especial la Declaración sobre los Derechos al
Desarrollo de 1986 que expresa que “Todos los derechos humanos y las libertades
fundamentales son indivisibles e independientes; debe darse igual atención y urgente
consideración a la aplicación, promoción y protección de los derechos civiles, políticos,
económicos, sociales y culturales.”
(3) TURK, Danilo, Informe final, documento de la Comisión de Derechos Humanos del
Consejo
Económico y Social (ECOSOC) de las Naciones Unidas cuya signatura es E/CN 4/Sub
2/1992/16 el
cual recoge sucesivos informes preliminares elaborados por el mismo experto
independiente el
primero de los cuales data de 1989.
(4) HENKIN, Louis, “Introduction to The International Bill of rights, Louis Henkin ed,
Columbia
University Press, New York, 1981, pág. 10, citado por Danilo Turk en el informe
mencionado en la
página 15 de “El Nuevo Orden Internacional y la Promoción de los Derechos
Humanos”, ed. por la
Comisión Andina de Juristas-Seccional colombiana, Bogotá, 1993.
(5) HABA, Enrique, “Tratado Básico de Derechos Humanos”, Ed. Juricentro, Tomo II,
pág. 895.
VIII.- Las normas internacionales sobre derechos humanos como fuente del
derecho del trabajo - 6
Veamos entonces, a la luz de esta nueva conceptualización internacional, cuál es el
alcance como fuente de derecho que tienen los derechos económicos, sociales y
culturales, consagrados especialmente en el Pacto de 1966.
Para ello entendemos prioritario analizar la doctrina desarrollada por el propio
Comité del Pacto de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Al referirnos a la doctrina creada por el organismo estamos haciendo mención al
conjunto de
pronunciamientos que el Comité realiza y se dividen en dos:
1. Los Comentarios sobre los informes presentados por los países signatarios.
2. Las Observaciones Generales: estas son apreciaciones de tipo global, no
necesariamente vinculada con una situación concreta, normalmente expresadas en las
primeras reuniones de cada período de sesiones.
Expresando opinión sobre la manera en que los Estados parte deben presentar sus
informes,
el Comité establece siete objetivos fundamentales, entre los cuales resaltaremos dos:
1. Segundo Objetivo: exige que “…el Estado parte vigile de manera constante la
situación real con respecto a cada uno de esos derechos y, por consiguiente, se
mantenga al corriente de la medida en que todos los individuos… disfrutan o no
disfrutan de los diversos derechos”.
2. Cuarto Objetivo: expresa que “…el proceso de presentación de informes es facilitar
el examen público de las políticas de Gobiernos con respecto a los derechos
económicos, sociales y culturales y estimular la participación de diversos sectores
económicos, sociales y culturales de la sociedad en su formulación, aplicación y
revisión de las políticas pertinentes”.
El problema es dilucidar hasta dónde las obligaciones expresadas en el Pacto pueden
requerirse en forma inmediata o admiten su postergación al amparo de supuestas o
reales
imposibilidades de desarrollo económico-social.
El Comité ha dicho que el Pacto “…describe la índole de las obligaciones jurídicas
generales contraídas por los Estados Partes en el Pacto. Estas obligaciones incluyen
tanto lo que cabe
denominar obligaciones de comportamiento como obligaciones de resultado. En
particular, aunque el Pacto contempla una realización paulatina y tiene en cuenta las
restricciones derivadas de la limitación de los recursos con que se cuenta, también
impone varias obligaciones con efecto inmediato”.
Y a continuación señala dos que resultan particularmente importantes:
1. Que los Estados se comprometen a garantizar que los derechos pertinentes se ejerzan
“sin discriminación”.
2. Que los Estados firmantes del Pacto contraen el compromiso de “adoptar medidas”,
lo
cual significar que “…si bien la plena realización de los derechos pertinentes puede
lograrse de manera paulatina, las medidas tendientes a lograr este objetivo deben
adoptarse dentro de un plazo razonablemente breve tras la entrada en vigor del Pacto
para los Estados interesados. Tales medidas deben ser deliberadas, concretas y
orientadas lo más claramente posible hacia la satisfacción de las obligaciones
reconocidas en el Pacto.”
Ello obviamente incluye a los artículos 6, 7, 8 y 9 del Pacto que versan sobre el derecho
al trabajo, al salario y condiciones equitativas de trabajo, a la libertad sindical y a la
seguridad social.