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CURSO A DISTANCIA
1
El presente documento fue elaborado por Marcos Filardi y Romina Gisela Wust. La tarea de
adecuación como material pedagógico a distancia estuvo a cargo de Sol Triano. Su elaboración
se dio en el marco del Seminario a distancia “Soberanía Alimentaria: nuestra alimentación en la
lupa”, llevado adelante por la Mesa Co-Gestiva de Soberanía Alimentaria y Salud (SAyS)
(2015). Para su adaptación al presente curso virtual, se ha realizado una revisión integral –que
incluyó modificaciones, ampliaciones y actualización del material-, que estuvo a cargo de María
Marta Bunge, Sol Triano y Viviana Verónica Rodríguez.
Para citar este documento:
Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria – Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos
Aires (CALISA-FAUBA) (2017). ”Yo como, vos comés, nosotros comemos, ellos comen. Qué
hay detrás de este evento cotidiano y vital” (mimeo). Clase Unidad Nº 1, Curso Virtual
“Soberanía Alimentaria y Desarrollo. Otra forma de alimentarnos es posible”. Buenos Aires.
1
presentan las infinitas formas en que los distintos pueblos -e incluso el mismo pueblo a
través del tiempo- ha logrado responder al imperativo biológico de ingerir los nutrientes
necesarios para vivir y reproducirnos.
Es un fenómeno complejo porque, para entender por qué comemos lo que comemos,
tenemos que tomar en cuenta elementos de diferente carácter, entre los que
destacamos:
Ecológicos: la cantidad y calidad de productos que se pueden producir en un
hábitat con determinada tecnología para alimentar a la población que lo ocupa;;
Tecnológicos: las soluciones técnicas que dan las poblaciones al manejo de la
producción-distribución y consumo y su capacidad de invención y de adaptación a los
saberes técnicos de otros pueblos para mantener o mejorar su alimentación;;
Económicos: la manera, los circuitos de producción – distribución que hacen
que los alimentos lleguen al comensal ya sea por mecanismos de mercado o
asistencia (donde hay estado y los alimentos o se compran o se reciben) o relaciones
de reciprocidad, redistribución o solidaridad (por ejemplo las relaciones de amistad,
vecindad o parentesco en las redes de ayuda mutua;;
Sociales: la estructura de derechos que regula la distribución de los alimentos
según estratos, clases, sectores o grupos de ingresos, que amplían o limitan el acceso
y permiten que algunos agregados sociales consuman cantidad y variedad de
alimentos mientras otros, aún en la misma sociedad, apenas puedan comer unos
pocos;;
Simbólicos: establecen la red de significación en la que se inscribe el comer.
Las reglas que justifican el acceso diferencial entre las clases o sectores, las edades y
los géneros. Porque en la mayoría de los grupos corresponden diferentes alimentos a
los pobres que a los ricos, a los niños que a los adultos o a los viejos y también se
distribuye en forma diferente entre mujeres y varones.
Es un evento situado porque tiene lugar en un tiempo, en un espacio y en un contexto
determinado.
2
A su vez, la alimentación produce relaciones sociales porque no comemos sólo
nutrientes sino también sentidos y la alimentación tiene muchos otros usos distintos a
la satisfacción de las necesidades alimentarias.
Todos estos elementos son los que están presentes en el acto de alimentarnos y al
empezar a desmenuzarlos como hicimos aquí, nos ayuda a poder tener una mirada
observadora, atenta y crítica sobre lo que tiene nuestro plato de todos los días. El
carácter multidimensional de la alimentación, queda plasmado en esta lista a
continuación:
¡A trabajar!
Te proponemos esta primera actividad:
“(Des)opacando lo que comemos: Dime lo que comes y te diré quién eres”
a) Confeccioná una lista de todo lo que hayas comido el día anterior desde que te despertaste hasta
el final del día. Incluí a las bebidas también.
b) Envía la lista por mensaje privado al tutor
c) El tutor publicará en el foro de discusión los menúes sin especificar de quién es cada uno.
d) Colectivamente, procuraremos reflexionar cómo el plato se encuentra atravesado por categorías
sociales: sexo, actividad, zona geográfica, edad y trataremos de descubrir a quién pertenece cada
menú.
3
3. La alimentación como mercancía y la alimentación como derecho
Las sociedades actuales operan bajo la noción del alimento como mercancía, y
establecen para ello todo un sistema de relaciones que le otorga legalidad a
esta idea: derechos de propiedad, obligaciones contractuales, intercambios
legales. La ley se sitúa entre la disponibilidad de los alimentos y el derecho a
los mismos. “Las muertes por inanición pueden reflejar la legalidad en su grado
sumo”.3
Definición 1:
“El derecho que se ejerce cuando todo hombre, mujer o niño, ya sea sólo o en
común con otros, tiene acceso físico y económico, en todo momento, a la
alimentación adecuada o a medios para obtenerla”4
Definición 2:
2
Ziegler, Jean, Los Nuevos Amos del Mundo, Ediciones Destino, Barcelona, 2003, p. 15. Ver también Ziegler, Jean, El
Hambre del Mundo explicada a mi hijo, El Aleph Editores, Barcelona, 2004.
3
Sen, Amartya, Poverty and Famines. An essay on Entitlement and Deprivation, Oxford, 1981, p. 160.
4
Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Observación General 12, El Derecho a una alimentación
adecuada (art. 11), 12 de Mayo de 1999, E/C.12/1999/5.
5
Informe del Relator Especial de las Naciones Unidas sobre el Derecho a la Alimentación, 7 de febrero de 2001,
E/CN.4/2001/53.
4
Para reflexionar:
¿qué diferencias hay entre ambas definiciones? ¿Podríamos
pensar en otras definiciones, agregando, quitando o
modificando algunos de sus elementos?
Para reflexionar:
¿es lo mismo reconocimiento normativo que reconocimiento
social? ¿qué grado de reconocimiento social tiene el derecho
a la alimentación? Si vemos a un niño desnutrido,
¿pensamos estar en presencia de una violación al derecho a
la alimentación, del mismo modo en que decimos estar
frente a una violación al derecho a la integridad si vemos a
una persona que está siendo torturada? ¿De qué maneras podría apropiarse
socialmente el derecho a la alimentación?
6
Ver Declaración Universal de Derechos Humanos (art. 25.1), Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (arts. 6.1 y
24.1), Pacto Internacional de Derechos Económicos Sociales y Culturales (art. 11), Convención Internacional sobre la
Eliminación de todas las formas de discriminación racial (art. 5), Convención sobre la eliminación de todas las formas de
discriminación contra la mujer (arts. 12.2 y 14.2), Convención sobre los Derechos del Niño (arts. 24 y 27), Convención sobre los
derechos de las personas con discapacidad (arts. 25 f y 28), Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles,
inhumanos y degradantes (art. 16.1), Convención sobre el Estatuto de los Refugiados y Convención sobre el Estatuto de los
Apátridas (arts. 17.1, 18, 29, 20, 23 y 24) y Convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los
trabajadores migratorios y de sus familiares (arts. 25.1 y 27.1).
7
Ver Carta de la Organización de los Estados Americanos (art. 34), Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre (arts. XI y XXX), Convención Americana sobre Derechos Humanos (arts. 1, 2, 4, 5, 19, 21, 24 y 26) y Protocolo
Adicional a la Convención Americana sobre Derechos Humanos en materia de derechos económicos, sociales y culturales
(“Protocolo de San Salvador”) (arts. 12 y 17).
8
Ver Carta Social Europea (arts. 7, 11, 13, 14, 23 y 30).
9
Ver Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (arts. 16 y 22), Protocolo de la Carta Africana de Derechos
Humanos y de los Pueblos, relativo a los derechos de la mujer en África (art. 15), Carta Africana sobre los Derechos y el
Bienestar del Niño Africano (art. 14).
10
Ver Directrices Voluntarias en apoyo de la realización progresiva del derecho a la alimentación adecuada en el contexto de la
seguridad alimentaria nacional de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO),
Declaración Universal sobre la erradicación del hambre y la malnutrición, Declaración sobre el derecho al desarrollo, Declaración
y Programa de Acción de Viena, Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre los alimentos y el desarrollo
agrícola sostenible, Declaración Mundial sobre la Nutrición, Declaración Mundial sobre la supervivencia, la protección y el
desarrollo del niño en el decenio de 1990, Declaración sobre los derechos de los pueblos indígenas, Reglas mínimas para el
tratamiento de los reclusos, Principios Rectores de los Desplazamientos Internos, Principios de las Naciones Unidas en favor de
las Personas de Edad, Declaración de Desarrollo del Milenio, Normas sobre la responsabilidad de las empresas transnacionales y
otras empresas comerciales en la esfera de los derechos humanos, Indicadores para promover y vigilar el ejercicio del derecho
a la alimentación del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y Directrices de Maastricht sobre
Violaciones a los Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
11
Ver Knuth, Lidija – Vidar, Margret, Constitutional and Legal Protection of the Right to Food, Right to Food Studies, FAO,
Roma, 2011;; Golay, Cristoph, The Right to Food and Access to Justice, Right to Food Studies, FAO, Roma, 2009 y Vidar,
Margret, State Recognition of the Right to Food at the National Level, Research Paper 2006/61, United Nations University
WIDER, Tokyo, 2006.
5
4. Los cuatro pilares de un sistema alimentario
Consideramos de gran interés plantear nuestras diferencias en relación al actual uso del concepto de Disponibilidad que
justifican, en alguna medida, la realización de este trabajo. En diferentes ámbitos (políticos, académicos, de la sociedad civil, el
Estado) es usual oír que la Argentina produce alimentos suficientes para millones de personas en el mundo. Es habitual
escuchar declaraciones similares a escala mundial. Desde esta perspectiva, la disponibilidad de alimentos, suele utilizarse para
argumentar por ejemplo la importancia y oportunidad de la exportación de alimentos, o por el contrario, para llamar la atención
sobre los problemas de acceso a los alimentos, el hambre o la desnutrición, entre otros. A continuación se transcriben algunos
ejemplos de estas voces:
- “La Argentina produce 100 millones de toneladas de granos que, transformados en alimentos, podrían alimentar a 400
millones de personas en el mundo. De las 400 millones de raciones de alimentos que producimos, tomamos sólo el 11%. Es
decir, 44 millones de raciones son para consumo interno; sobran 356 millones que pueden transformarse en alimentos o
biocombustibles, según la demanda y las oportunidades...”
“Argentina produce para 400 millones de personas y sin embargo acá se sigue muriendo gente por desnutrición”
“... El
mundo produce alimentos suficientes como para aportar 2.700 calorías diarias a 12.000 millones de personas y, sin embargo,
850 millones de personas pasan hambre y seis millones de niños menores de cinco años de edad mueren cada año como
consecuencia de la inanición y la malnutrición, una cifra equiva- lente a toda la población infantil (menor de cinco años) de
Japón, o de Francia e Italia juntas, según datos de la FAO...”
Consideramos que éste tipo de afirmaciones habitualmente son impactantes y llamativas, pero no del todo correctas y pueden
llevar a confusión.
En primer lugar, una gran parte de los alimentos que se toman en cuenta para hacer estas declaraciones, no son de consumo
directo humano, sino que son insumos para la producción de alimentos, como es el caso de la soja en nuestro país. Por otro
lado, las ecuaciones para calcular “los millones de raciones”, habitualmente se realizan a partir de las necesidades de calorías
que potencialmente estarían cubriendo, de acuerdo a las recomendaciones internacionales. Afirmaciones basadas en estos
cálculos, son por lo menos limitadas, teniendo en cuenta que las personas no necesitamos sólo una determinada cantidad de
calorías, sino además una serie de nutrientes, que sean provistos y vehiculizados a través de alimentos variados, que sean
culturalmente aceptables, adecuados y accesibles. Ya que no es lo mismo que esas calorías correspondan a toneladas de granos
(Ej. soja y cereales) a que sean en base a carnes, frutas, verduras, leches y demás alimentos. Esto significa que cuando se
afirma que la Argentina produce para alimentar a millones de personas, lo que se está diciendo en realidad es, por un lado, que
hay insumos para la producción de alimentos de consumo humano (granos), y por el otro, que hay disponibilidad de calorías.
Pero en ningún caso se está expresando qué tipo de alimentos son los están disponibles.
A partir de lo anterior, nos surgen los siguientes interrogantes: ¿Esas calorías disponibles están representadas por alimentos
variados, culturalmente adecuados y accesibles para la población?, ¿Qué pasa si analizamos la disponibilidad de alimentos en
relación a las recomendaciones alimentarias por grupos de alimentos según aporte nutritivo, y no simplemente por calorías?
¿Son los alimentos disponibles, variados desde el punto de vista nutricional y asimismo culturalmente aceptables y adecuados?
Para intentar responder a estos interrogantes, se inició la búsqueda de información sobre disponibilidad de alimentos en nuestro
país y se encontró que la misma para algunos grupos de alimentos no está sistematizada o es difícil el acceso a los datos a nivel
nacional. Por ejemplo en el caso de las carnes o la producción de granos la disponibilidad de datos es extensa, pero en otros
rubros tales como frutas y verduras, la estadística de producción, exportación, importación y disponibilidad está muy dispersa y
fragmentada. En función de esta situación, se decidió analizar principalmente la información ofrecida por el Anuario de la
Economía Argentina, año 2011 – Tendencias Económicas y Financieras (3) donde se publican datos de: Producción,
Exportación, Importación y Disponibilidad. Para completar la búsqueda, se consultaron diferentes fuentes como: Cámaras de
productores de los distintos rubros de alimentos, Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca y Hojas de balance de la FAO,
entre otras.
Extraído de: Giai y Veronsi (2014). Disponibilidad de alimentos y recomendaciones alimentario-nutricionales en Argentina.
En. Gorban M. Seguridad y Soberanía Alimentaria. Buenos Aires. AKADIA Editorial.
6
Para reflexionar:
¿En el mundo se producen alimentos suficientes para alimentar a toda
la población mundial?
¿Hay disponibilidad excedentaria de todos los alimentos o sólo
disponibilidad excedentaria calórica? ¿Podría cada ser humano consumir
la cantidad de carne que consume el estadounidense promedio?
En cuanto a la accesibilidad, distinguimos entre dos tipos: la accesibilidad
física, supone que los alimentos deben llegar a todas las personas que los
necesiten, dondequiera que estén;; la accesibilidad económica implica que los
costos financieros personales o familiares asociados con la adquisición de los
alimentos necesarios para un régimen de alimentación adecuado deben estar a
un nivel tal que no se vea amenazada la satisfacción de otras necesidades
básicas.
Para reflexionar:
¿Cuánto de lo que se produce no llega a consumirse porque se pudre
o echa a perder antes?
¿De qué manera las infraestructuras (rutas, transportes) inciden en la
accesibilidad de la alimentación?
¿Qué factores inciden en la formación de los precios y en la conformación
de ingresos y, de esa manera, en la accesibilidad a la alimentación? ¿De
qué manera la política impositiva repercute en la accesibilidad?
La adecuación implica que la alimentación debe ser cuantitativa, cualitativa y
culturalmente adecuada: debe satisfacer las necesidades de dieta teniendo en
cuenta la edad de la persona, sexo, condiciones de vida y ocupación;; que los
alimentos deben ser sanos y seguros para el consumo humano y que la
alimentación debe ser culturalmente aceptable.12
Para reflexionar:
¿Se trata de llenar los estómagos de los hambrientos con cualquier cosa?
¿Por qué es importante la adecuación cultural de la alimentación? ¿Qué
diferencia tienen las comidas que comen hoy los niños y niñas en las
ciudades respecto de la que comíamos nosotros cuando éramos niños/as?
(¿cambiaron los alimentos? Y si cambiaron, ¿en qué sentido cambiaron?
¿mejoraron? ¿empeoraron?)
La sustentabilidad, finalmente, requiere que la disponibilidad, accesibilidad y
adecuación de la alimentación deben mantenerse en el tiempo y no afectar el
pleno goce y ejercicio de este derecho por las generaciones futuras.13
12
Cfr. Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Observación General Nº 21, Derecho de toda persona
a participar en la vida cultural (artículo 15, párrafo 1 a), 17 de mayo de 2010, E/C.12/GC/21/Rev.1.
Cfr. Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Observación General 12, cit.
13
7
Para reflexionar:
Si una industria que produce alimentos, vuelca sus residuos tóxicos y
contamina los ríos de un modo que dentro de veinte años ya no van a
poder vivir peces allí, ¿es una industria sustentable desde el punto de
vista de la alimentación como derecho?
¡A trabajar!
8
5. ¿Qué es ser ciudadano consumidor en la sociedad moderna?
El consumo es el uso de bienes y servicios para la satisfacción directa de una
necesidad humana. Abarca por ejemplo los alimentos, medicinas, vestimenta, etc. O
servicios prestados por empresas como los servicios públicos, de atención médica,
turismo etc.
El consumidor es la persona que adquiere bienes y servicios para su uso propios, para
el de su casa o su grupo familiar o social. Desde una mirada más amplia, el
consumidor es un sujeto político involucrado en los diferentes aspectos de la vida
social, que interviene en el proceso económico mediante la realización de actos de
consumo.
En la actualidad, el concepto de consumidor se inserta en una sociedad a la que
llamamos “Sociedad de Consumo”, es decir, sistemas sociales donde el consumo es
el elemento preponderante para el ordenamiento social, político, económico y cultural.
Desde un ordenamiento social basado en el consumo, las características son el
despilfarro masivo (comprar más de lo que finalmente se utiliza) y la producción de
bienes necesarios o superfluos con poca vida útil para de esta forma permitir el lucro
del intercambio de bienes y servicios.
El consumo además, legitima la política y legitima la economía, y de ello nos habla la
reciente Carta Encíclica “Laudato Sí.”:
“El drama del inmediatismo político, sostenido también por poblaciones
consumistas, provocan la necesidad de producir crecimiento a corto plazo
respondiendo a intereses electorales, los gobiernos no se exponen fácilmente a
irritar a la población con medidas que puedan afectar al nivel de consumo o
poner en riesgo inversiones extranjeras. La miopía de la construcción de poder
detiene la integración de la agenda ambiental con mirada amplia en la agenda
pública de los gobiernos. Se olvida así que “el tiempo es superior al espacio,
que siempre somos más fecundos cuando nos preocupamos por generar
procesos más que por dominar espacios de poder. La grandeza política se
muestra cuando, en momentos difíciles se obra por grandes principios y
pensando en el bien común a largo plazo. Al poder político le cuesta mucho
asumir este deber en un proyecto de nación” 14
.
Esta sociedad de consumo posee tres dimensiones fundamentales:
1. abundancia de oferta de productos para quien tenga el dinero suficiente para
comprar sin existir parámetros de racionamiento ni distribución equitativa
2. masificación de relaciones indirectas potenciadas por los medios de
comunicación que imponen modelos a seguir (típica publicidad con famosos y
“exitosos” promocionando algún producto o servicio. Se vuelven modelos a
seguir en comportamiento y estilos, y desde donde se referencian las
aspiraciones de consumo)
3. una sociedad que cubre nuestras necesidades emocionales con bienes o
servicios de consumo.
En esta lógica, la publicidad cumple funciones disciplinarias y de control social al
servicio de un modelo de sociedad basado en el capital, el mercado y el binomio
exclusión – consumo como valor.
14
Papa Franciso, Laudato Sí. Sobre el Derecho a la Casa Común. 2015
9
¡Para mirar!
“La Historia de las Cosas”.
Este documental de 20 minutos, puede ayudarnos a
profundizar sobre este modelo mundial que sostiene un
modo particular de producción, distribución, consumo y
eliminación de residuos. Te invitamos a verlo en:
http://storyofstuff.org/movies/la-historia-de-las-cosas-2/
Resulta necesario abordar, desde una mirada amplia de respeto a los derechos en
juego en todo el proceso de producción teniendo de esta forma en cuenta el
cumplimiento de los derechos laborales, el respeto a una ganancia razonable de los
productores locales, el respeto a las tierras otorgadas a las comunidades originarias,
etc.
¡Para mirar!
El Center for Science in the Public Interest (CSPI), una muy destacada
organización que ha enfocado su trabajo en los riesgos que se encuentran en
los alimentos, ha producido este corto de 4 minutos, en el cual, a través de
una historia de osos polares, muestra los diversos daños en la salud y la
calidad de vida generados por el consumo de la bebida de cola. Te invitamos a
verlo en:
https://www.youtube.com/watch?v=XXhxKJL0UeY
6. Que derechos tengo como consumidor en general y en especial, como
consumidor de alimentos?
La necesidad de los Estados de proteger a Compartimos
aquí
un
ejemplo
de
lucha
contra
los consumidores, surge de la situación de la
comida
chatarra
que
lleva
adelante
debilidad estructural que se fue evidenciando Consumers
Internacional,
Federación
de
al complejizarse los mercados. Actualmente asociaciones
de
consumidores
a
nivel
mundial.
las personas adquieren bienes que son El
mensaje
de
la
campaña
por
el
Día
Mundial
de
ofrecidos de modo masivo, inducida por las los
Derechos
del
Consumidor
(DMDC)
del
año
ofertas y publicidades, sin poseer los 2015
alcanzó
el
mayor
impacto
logrado
por
CI
en
las
redes
sociales.
El
mensaje:
"Quiero
un
consumidores la totalidad de la información mundo
donde
los
consumidores
tengan
respecto de cómo son fabricados los derecho
a
alimentos
saludables,
OMS
debe
productos, precios, materiales y calidades actuar
ya
#FoodTreatyNow"
alcanzó
a
más
de
para elegir libre y con plena conciencia dos
millones
800
mil
usuarios
de
redes
sociales.
respecto de un producto sobre otro. Esta Además,
las
organizaciones
promovieron
situación debilita al consumidor, ya que es actividades
en
mas
de
84
paises.
visto por el proveedor como un número para incrementar sus ganancias y no como
personas individuales con necesidades, expectativas e intereses distintos entre sí.
10
La debilidad estructural del consumidor fundamenta la protección del Estado que
asume el rol de garantizar sus derechos a través de normativa protectora y
organismos especializados. Los derechos consagrados en la Constitución Nacional
son reglamentados por la Ley 24.240 de defensa del consumidor y normativas
específicas en materia de alimentos como ser el Código Alimentario y la Ley 22.802 de
Lealtad Comercial entre otras específicas de la materia. En nuestro país, la Secretaría
de Comercio es el organismo encargado de desarrollar políticas de defensa del
consumidor y fiscalizar el cumplimiento de las normativas protectorias.
Los derechos de los consumidores son consagrados en la Constitución Nacional. Los
consumidores tienen derecho a que se les brinde información veraz, eficaz y suficiente
respecto de los alimentos que adquieren a través de diferentes mecanismos –
etiquetado, publicidad y campañas educativas- a fin de contar con recursos que le
permitan comprender las características de los mismos y, de esta manera, puedan
elegir cuáles desean consumir en base a información cierta y objetiva.
En cuanto a la alimentación, el derecho del consumidor implica que se le garanticen
alimentos seguros y saludables, de forma que los productos ofrecidos en el mercado
no causen un daño al consumidor. Información y seguridad van de la mano, ya que
solo con una información adecuada el consumidor podrá realizar una opción a favor
del cuidado de su salud.
Para reflexionar:
Las publicidades que vemos cotidianamente, en las que se
promocionan alimentos para niños y niñas suelen hacer
énfasis en las bondades del producto para su crecimiento y
su salud. Este tipo de publicidad ¿están hechas para brindar
información al consumidor? ¿es sólo una estrategia de venta? ¿Cuáles son los
límites éticos de utilizar una estrategia de este tipo para vender un alimento
que no necesariamente es saludable?
Para proteger a los consumidores, los proveedores tienen una serie de obligaciones a
cumplir, con el objetivo de que los productos que introducen al mercado resulten
seguros si son utilizados en las condiciones normales previstas. Si el productor sabe
que uno de sus productos puede producir un daño o se encuentra en mal estado,
deberá informar a la autoridad competente evitando así generarlo en quienes
consuman ese producto.
Por otro lado, si el consumidor sufre un daño causado por problemas en la elaboración
o conservación de un producto, o por falta de información necesaria para evitarlo,
tiene derecho a exigir a quien lo elaboró o lo distribuyó o comercializó la reparación
integral de sus daños.
11
el ambiente, centrado en la dignidad de la persona humana y el desarrollo de sus
potencialidades.
¡Para mirar!
¡Llegaste al final de la primera Clase! ¡Felicitaciones! Si tuvieras
más preguntas que al iniciar la lectura, quiere decir que… ¡vamos
por buen camino!
12
Para complementar la lectura de la Clase 1, los
invitamos a la lectura de la bibliografía
obligatoria y complementaria que aparece a
continuación.
Bibliografía
Obligatoria
Aguirre, Patricia (2004). La complejidad del evento alimentario. En: “Ricos flacos
gordos pobres”. Colección “Claves para todos”. Editorial Capital Intelectual. Buenos
Aires.
Filardi, Marcos. El derecho humano a la alimentación adecuada.
derechoalaalimentacion.org
Gautero, María Eugenia (2014). Derechos de los consumidores y usuarios en materia
de alimentación. elDial.com - DC1E4B
Paiva, Mercedes (2016). Situación nutricional. CALISA Nutrición UBA (mimeo)
Complementaria
CALISA – FAUBA (2014). “El alimento es una mercancía. Carta abierta a los docentes,
investigadores, trabajadores y estudiantes de la Facultad de Agronomía de la
Universidad de Buenos Aires y sus familias” (mimeo)
Lowenrosen Flavio: El peligro que se distorsione el sentido de los alimentos, mediante
la entrega de juguetes o premios por su consumo Dial.com - CC39A8
Fundación Interamericana del Corazón (FIC) – Argentina. Políticas para prevenir la
obesidad infantil – Derecho de NnyA (mimeo).
Harris, Marvin (1989). Bueno para comer. Alianza Editorial, ISBN: 84-206-3977-X
Giai, Malena;; Veronesi, Guillermina (2011). “Disponibilidad de alimentos y
recomendaciones alimentario nutricionales en Argentina”. En: Gorban K, Myriam
[et.al.], Seguridad y Soberanía Alimentaria - 1a ed. - Colección Cuadernos, Buenos
Aires. ISBN 978-987-27283.
Carta Enciclica “Laudato Sí” del Santo Padre Francisco sobre el cuidado de la casa
común.
13