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Nombre: Edwin Yaguana

Paralelo: 7

Una sociedad enfermiza

“El cuerpo sano es el producto de la mente sana” (Shaw, 2009). Podemos ver nuestro propio
ser, desde dos puntos de vista distintos como el materialista y el espiritual por ende esto
constituirá parte de nuestra identidad, un alter ego es decir nuestro segundo yo vendrá a ser
formado por nuestros miedos, inseguridades y una visión que tiene que ver mucho con la salud
mental, pues afecta nuestra forma de ver el mundo y a nosotros mismo. Todas estas
características propias de nosotros y de la sociedad en la que nos desarrollamos serán quienes
también definan nuestra salud, pues las ideas erróneas sobre nosotros, pueden enfermarnos y
llevarnos a un estado de locura, pérdida de la cordura y a que tengamos que ser intervenidos por
especialistas del campo de la medicina como psiquiatras, neurólogos, entre otros, la tensión entre
estos conceptos es muy relacionada con lo que ya se podrán dar una idea de lo que vendrá a
continuación.

Un claro ejemplo es la renovada película del Joker, donde claramente podemos evidenciar que
la enfermedad, no solo trata de un concepto biológico donde te contagias por virus, bacterias, y
un sinfín de microorganismos, sino que está más relacionada con la sociedad, debido a que,
desde la creación de los grupos sociales, donde se dio una estratificaron y se agrupo a todas las
personas según diversas características como raza, clase, género y religión, surgieron nuevas
enfermedades a las que hoy denominamos “enfermedades sociales”. En el mundo actual en el
que vivimos, el racismo, el sexismo, la pobreza, alcoholismo, desempleo, drogas ilegales, entre
otros problemas sociales, fueron causados por la propia sociedad, porque no todos podían estar al
mismo nivel, tenían que existir personas que estuvieran por encima de otros, o caso contrario
supongo que creían que la sociedad se convertiría en un caos, pues no habría distinción entre
indios, negros, blancos, mulatos, sean pobres o ricos. La equidad entre la sociedad nunca ha sido
algo concreto.

Toda persona en algún momento de manera directa o indirecta a realizado la acción de


estratificar a otra, sea cual fuera la causa, desde allí marcamos la desigualdad. Pero que se
debería hacer para intentar darle un fin a la desigualdad, llevamos tantos años y nadie ha podido
darle una solución, la respuesta podría ser esta:

Se cree que debe haber un manejo de la interculturalidad, el de la raza contraria, tiene que
estudiar los comportamientos, costumbres y tradiciones del otro, y eso llevaría a una
sociedad intercultural, en caso contrario… porque nosotros también tenemos que conocer
los códigos de las otras razas, por ejemplo, al ir a la casa del otro debemos respetar el
código que se establezca, código es comportamiento, y si el otro viene a nuestra casa
tiene que respetar nuestro espacio y seguir el código. En esta respuesta se insiste sobre las
relaciones interculturales como base para lograr un respeto mutuo y así poder lograr
relaciones simétricas entre distintos grupos, se recalca la importancia del respeto a la
diferencia (Suárez, 2001).

Claramente esto no sucede en el Joker, pues debido a su afición por ser comediante nadie lo
toma enserio, ni siquiera los adolescentes lo respetan, a pesar de ser alguien que se gana la vida
de manera honrada, el mundo para el Joker es un caos, y claramente no solo es la trama de la
película, sino que también el mundo real es así un lugar de inconformidad, un ring de boxeo,
donde el respeto es pisoteado, y la desigualdad reina en la sociedad, además que por el hecho de
padecer un trastorno neurológico como la psicosis, su lucha es más desigual que la del resto, su
puesto en la sociedad se define como la de un fenómeno, la gente no comprende su situación,
solo esperan que él se comporte como una persona normal y de no ser así solo sufre
discriminación y rechazo. Podríamos entonces catalogar a una enfermedad social, como todo
aquello que no esté dentro de las conductas normales de la sociedad y dentro de sus límites, en
consecuencia, de que tu padezcas una enfermedad social, tu destino será el ser catalogado de
anormal. En consecuencia, podrías llegar a pensar en el suicidio la cual vendría a ser:

Una causa frecuente de muerte entre pacientes con trastornos mentales,


aproximadamente el 10% de los sujetos que padecen estas enfermedades se suicidan
siendo sus principales factores de riesgo: el sexo masculino, edad inferior a 30 años,
síntomas depresivos, desempleo y un alto nivel de funcionamiento premórbido (Campero,
2009).

La locura, cordura y medicina desde mi punto de vista nos muestran un enlace entre las tres a
través del personaje del Joker, pues este sufre de un trastorno mental, y su deseo de ser
comediante le brinda la posibilidad de tener cordura ante los demás cuando está en un escenario
recitando chistes, para ello tuvo que controlar parte de su enfermedad con varios medicamentos.
La relación o tensión entre estos conceptos nos permite darnos cuenta de que, a pesar de estas
enfermedades sociales, podemos tener un lugar en la misma siendo vistos de manera normal por
el resto. La antipsiquiatría ve esta relación como la forma de “penalizar e interrumpir la
experiencia psicótica, como si fuera una auténtica patología, canalizándola de un modo seguro
para que el propio paciente pueda integrar sus procesos mentales-etapas desde la psicosis a la
cordura- según su propia forma de ser y su propia constitución” (Hernández, 2020), siendo de
esta manera aceptado por la sociedad y no discriminado por su condición mental.

El sistema de salud juega un papel importante, pues es el encargado de brindar ayuda social, a
estas personas con trastornos mentales, mediante medicinas, terapia, y sobretodo darles una
escucha activa a sus problemas, para que se sientan igual que todos, sin embargo, la desigualdad
nuevamente aparece para marcar una clara diferencia entre ricos y pobres, debido a que el
sistema de salud describe un desbalance étnico-racial en cuanto a las tasas de mortalidad. Es aquí
donde deberían intervenir los famosos derechos humanos que deben velar por la integridad de
todos los individuos en cualquier parte del mundo y más aún si se trata de un derecho universal
como la salud, no debería entonces violentarse el incumplimiento de estos derechos, sin
embargo, la inequidad está presente en todos los países del globo, la injusticia social es un hecho.
Miles de organizaciones luchan por erradicar la injusticia social en el planeta, ya sea de manera
física o a través de medios virtuales.

La Organización Mundial de la Salud reconoce la equidad en salud como una prioridad,


como se refleja en parte con el establecimiento de su Comisión sobre los Determinantes
Sociales de la Salud. Esta comisión recopila y sintetiza evidencia global sobre los
determinantes sociales de la salud y recomienda acciones que se dirigen a las inequidades
en salud (Arcaya, 2015).

¿Podemos entonces curarnos y sanarnos si somos víctimas de enfermedades sociales? es una


buena pregunta. Para ello tenemos que tomar en cuenta que no son términos iguales, puede que
semejantes sí, pero nunca iguales. “Así pues, mientras curar habla de la desaparición de síntomas
o enfermedades utilizando agentes externos y está más enfocado en el cuerpo físico, cuando
hablamos de sanar nos referimos a algo más profundo e interno como la mente y espíritu”
(Junquera, 2018). El Joker padece una enfermedad entonces cuyos síntomas como la risa
incontrolable no puede desaparecer, debido a su condición de salud, por lo cual toma
medicamentos que le ayuden a controlarse y a ver con cordura la realidad, sus emociones sin
embargo se encuentran aprisionadas, pues nadie exceptuando a su madre se ha preocupado por
sus problemas, sus sentimientos y se ha puesto en sus zapatos.

Entonces el curarnos como tal no es algo posible, si nuestra enfermedad social presenta
síntomas incurables, sin embargo, podemos prevenirla pues las primeras evidencias de las
mismas, aparecen a temprana edad, como en la infancia, ocasionadas por maltrato infantil,
condiciones de desnutrición y abusos sexuales o psicológicos. Es importante por ello desde
pequeños adoptar una actitud menos excluyente y más empática con todas las personas, desde
nuestros seres más queridos hasta las personas que cuenten con menos recursos económicos o
sufran de alguna discapacidad. Si es posible debemos brindar nuestra ayuda para hacer de este un
mundo mejor para todos.

Finalmente, si entramos al debate donde el Joker se curó o sano, yo diría que, si bien no pudo
curar su fastidiosa risa, si pudo sanar a su manera la tristeza, los sentimientos y el espíritu,
aunque los actos deplorables que tuvo que realizar para conseguirlo no justifican que sanar sea
algo bueno para el resto de la sociedad. Creo que el sanar debería ser un proceso que se logre con
una atención temprana pscicoafectiva y un correcto asesoramiento médico donde se profundice
en la causa de problemas biológicos, psicológicos y sociales. El Joker es una película que nos
acerca a la realidad, pues nos deja muchas enseñanzas acerca del mundo en el que vivimos y de
lo que debemos cambiar para ser más justos con todos.

Bibliografía
Arcaya, M. (2015). Pan Americal Journal. Obtenido de Desigualdades en salud: definiciones,
conceptos y teorías: https://www.scielosp.org/pdf/rpsp/2015.v38n4/261-271

Campero, D. (2009). Scielo. Obtenido de Esquizofrenia: la Complejidad de una Enfermedad


Desoladora: http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1817-
74332009000200011
Hernández, J. (2020). Scielo. Obtenido de Antropología de la locura: de los paradigmas de
exclusión e inclusión social al rearme neokraepeliano:
https://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0104-
93132020000200206&tlng=es

Junquera, F. (2018). Escuela Europea de Coaching. Obtenido de No es lo mismo curar que


sanar: https://www.escuelacoaching.com/blog-coaching/no-es-lo-mismo-curar-que-
sanar/#:~:text=As%C3%AD%20pues%2C%20mientras%20que%20curar,%2C%20la%2
0mente%2C%20el%20esp%C3%ADritu%E2%80%A6

Shaw, B. (2009). Frases de amor y mas . Obtenido de http://www.frasesde.biz/el-cuerpo-sano-


es-el-producto-de-la/

Suárez, C. R. (2001). El Racismo en el Ecuador Contemporáneo . Quito: Fundación de


Investigaciones Andino Amazónicas.

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