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Profesor del Área de Derecho del Trabajo y
Seguridad Social, en la Facultad de
Ciencias Jurídicas y Sociales de la
Universidad de Talca.
Correo electrónico: rpalomo@utalca.cl
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Ayudante del Área de Derecho del Trabajo y
Seguridad Social, en la Facultad de
Ciencias Jurídicas y Sociales
de la Universidad de Talca.
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En el número anterior de esta revista iniciamos la
presentación de una serie de apuntes breves sobre el
Derecho de la Seguridad Social en Chile, que en con-
junto pretenden plantear una sistematización sintética
de la regulación normativa vigente sobre los cuatro
regímenes de Seguridad Social contributiva.
En dicha primera entrega, y tras la exposición de unos
antecedentes básicos acerca de la Seguridad Social y
el Derecho de la Seguridad Social, dimos cuenta del
marco normativo que contiene la protección frente al
desempleo, concretamente la regulación del seguro
de cesantía, establecido por la Ley Nº 19.728.
En esta oportunidad abordaremos el régimen jurídico
de la protección frente a los denominados riesgos del
trabajo, esto es, los accidentes del trabajo y las en-
fermedades profesionales, contenido principalmente
en la Ley Nº 16.744, de 1968 (en adelante, la Ley).
Esta Ley, y su normativa complementaria, establece
y regula un seguro social obligatorio, con régimen
frente a los estados de necesidad (incapacidad laboral
temporal, invalidez o muerte) que se plantean en las
personas que sufren las referidas contingencias de
origen laboral, garantizando prestaciones médicas y
Revista Laboral Chilena, Septiembre-Octubre 2012

La Ley, en sus artículos 2 y 3, establece que están
sujetas obligatoriamente al seguro contra accidentes
del trabajo y enfermedades profesionales las siguien-
tes personas:
- Los trabajadores dependientes (por cuenta ajena,
señala la norma) del sector privado, cualquiera sea
la labor que ejecuten.
- Los funcionarios públicos de la Administración Civil
del Estado, municipales y de instituciones admi-
nistrativamente descentralizadas del Estado.
- Los estudiantes que ejecuten labores que reporten
ingresos para sus planteles.
- Los trabajadores independientes y los trabajadores
familiares.
- Los estudiantes, por los accidentes que sufran con
ocasión de sus estudios o en la realización de su
práctica profesional.
-
este seguro. En cualquier caso, el empleador es res-
(art. 209 del Código del Trabajo). En los supuestos
de subcontratación laboral, por su parte, la empresa
principal es subsidiariamente responsable de las
obligaciones que tenga el contratista en materias de
Respecto de los trabajadores independientes, se
incorporan al seguro ya sea porque expresamente
lo señala la Ley (por ejemplo, los conductores pro-
pietarios de taxis, o los pirquineros independientes),
ya sea en la medida que coticen con este propósito,
cuestión que actualmente constituye una obligación
genérica de implementación gradual en los términos
previstos en la Ley Nº 20.255, de 2008.

El seguro social obligatorio ahora comentado prote-
ge frente a la ocurrencia de accidentes del trabajo y
enfermedades profesionales. Al efecto, el art. 5 de la
"toda lesión que una persona sufra por causa o con
ocasión del trabajo, y que le produzca incapacidad o
muerte". Por tanto, la relación de causalidad entre la
lesión y el trabajo podrá ser directa ("por causa") o
indirecta ("con ocasión"), aunque en cualquier caso
indubitable.
La Ley entiende que también son accidentes del tra-
bajo los llamados accidentes de trayecto o ,
esto es, aquellos que ocurren en el trayecto directo,
de ida o regreso, entre la casa y el lugar de trabajo,
o entre dos lugares de trabajo, aunque correspondan
a distintos empleadores. En este último caso, se con-
sidera que el accidente dice relación con el trabajo
al que se dirigía el trabajador. Téngase presente,
asimismo, que por trayecto directo se ha entendido
aquel que representa un itinerario racional, aunque
no necesariamente el más corto, permitiéndose que
pueda ser interrumpido por circunstancias normales
(como podría ser un enlace o combinación de trans-
porte público).
Del mismo modo, la Ley también considera acciden-
tes del trabajo los sufridos por dirigentes sindicales
a causa o con ocasión del ejercicio de las funciones
que les son propias.
Con todo, se excluyen del concepto legal de accidente
del trabajo aquellas lesiones debidas a fuerza mayor
extraña que no tenga relación alguna con el trabajo
sus labores en el lugar del siniestro, art. 6) y aquellas
producidas intencionalmente por quien las sufre.
Enfermedad profesional, por su parte, es aquella
"causada de una manera directa por el ejercicio de
la profesión o el trabajo que realice una persona y
que le produzca incapacidad o muerte". A diferencia
del accidente del trabajo, cuyas consecuencias ge-
neralmente quedan inmediatamente en evidencia, la
enfermedad profesional se desarrolla en forma lenta
y sus efectos se sufren gradualmente.
Revista Laboral Chilena, Septiembre-Octubre 2012
accidentes del trabajo y enfermedades profesionales,
contenido en el Decreto Supremo Nº 109, de 1968,
del Ministerio del Trabajo y Previsión Social, establece
un listado de enfermedades que se consideran pro-
fesionales. Sin embargo, dicho listado no es taxativo,
competentes que declaren que una enfermedad no
contemplada en dicho catálogo tiene carácter profe-
sional, siempre que acrediten que la han contraído
como consecuencia directa del trabajo realizado.

Los accidentes del trabajo y las enfermedades pro-
fesionales pueden tener como consecuencia la inca-
pacidad laboral temporal, la invalidez o la muerte de
quien las sufre. Ante estos estados de necesidad, el
seguro plantea una acción protectora compuesta por
prestaciones médicas y pecuniarias.
Las prestaciones médicas tienen por objeto el resta-
de una contingencia de origen laboral. El artículo 29
de la Ley establece, en efecto, que la víctima de un
accidente o enfermedad profesional tiene derecho a
atención médica, quirúrgica y dental; hospitalización;
medicamentos; prótesis y aparatos ortopédicos; re-
habilitación física y reeducación profesional; y gastos
de traslado y cualquier otro que sea necesario para el
otorgamiento de dichas prestaciones. Dicha protección
se otorga de manera gratuita hasta la curación comple-
ta o mientras subsistan los síntomas de las secuelas
causadas por la enfermedad o accidente.
Además de las citadas prestaciones médicas, el seguro
contra riesgos del trabajo contempla prestaciones
pecuniarias, que pretenden suplir la disminución o
extinción de ingresos que ocasiona para la víctima
la ocurrencia de aquellos. Estas prestaciones son
incompatibles con otras de igual naturaleza contem-
pladas en otros regímenes de seguridad social, como
el previsional o de salud (arts. 52 a 57 de la Ley).
Ahora bien, la determinación de las prestaciones
de los efectos generados por la contingencia laboral
efectos atendiendo a si son temporales (incapacidad
laboral temporal), presumiblemente permanentes
(invalidez parcial, total y gran invalidez) o derecha-
mente permanentes (muerte). La acción protectora
será distinta en cada caso.
- necesidad se asocia una respuesta protectora con-
ral, puede sostenerse que se trata de un estado que
permite la recuperación del accidentado o enfermo,
siendo posible, por tanto, su reincorporación al trabajo
habitual. Este estado de necesidad da derecho a un
subsidio, regulado en los arts. 30 a 33 de la Ley, y, en
lo pertinente, en el Decreto con Fuerza de Ley Nº44,
de 1978, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social.
El subsidio por incapacidad laboral temporal se paga
durante todo el tratamiento, considerado desde el día
que ocurrió el accidente o se comprobó la enfermedad,
invalidez. Con todo, la duración máxima del período
de subsidio es de 52 semanas, prorrogables por
rehabilitación o mejor tratamiento de la víctima). Si al
término de este período (52 o 104 semanas, según el
caso) no se ha logrado la rehabilitación o curación de
la víctima, se presume su invalidez, lo cual supone la
variación de la prestación pecuniaria procedente.
Efectivamente, cuando la consecuencia de un ac-
cidente del trabajo o enfermedad profesional es la
invalidez de la víctima, es decir, la disminución de su
capacidad de ganancia con carácter presumiblemente
permanente, ha de atenderse a la naturaleza parcial
o total de la misma para determinar la prestación
pecuniaria que corresponde.
Si la referida disminución es igual o superior a un 15%
e inferior a un 70%, se considera que existe invalidez
parcial. Dentro de tal rango, la Ley contempla dos
prestaciones pecuniarias distintas: una indemnización
global de hasta 15 veces su sueldo base (calculado
conforme al art. 26 de la Ley), para aquellas personas
que sufren una disminución de su capacidad de ga-
nancia entre un 15 y un 39% (o sufren una mutilación
importante o una deformación notoria, aunque no los
incapacite para el trabajo), y una pensión mensual
equivalente al 35% del sueldo base, procedente en
aquellos casos en que la disminución va entre el 40
y el 69% de la capacidad de ganancia. Los montos
y formas de pago se regulan en los artículos 34 a 38
de la Ley.
Revista Laboral Chilena, Septiembre-Octubre 2012
Si en cambio la disminución de la capacidad de ga-
la víctima del accidente del trabajo o enfermedad
profesional sufre de invalidez total. A este estado de
sistente en una pensión mensual equivalente al 70%
del sueldo base (art. 39).
Puede suceder también que la víctima de una con-
tingencia laboral quede en tal estado malogrado
que requiera de auxilio de otros para realizar los
actos elementales de su vida (como los higiénicos o
alimenticios). En estos casos, se le considera gran
inválido, y tiene derecho a un suplemento de pensión,
mientras permanezca en dicho estado, equivalente al
30% de su sueldo base (art. 40). Por tanto, la gran
invalidez hace procedente una prestación pecuniaria
correspondiente al 100% del sueldo base de quien la
es también inválido total.
Téngase presente también que los montos de las
pensiones aumentan si se tienen hijos que causen
asignación familiar, conforme a las reglas del art. 41
de la Ley. Asimismo, cabe apuntar que el art. 58 y
siguientes regulan lo referente a la evaluación, ree-
valuación y revisión de las incapacidades, cuestión
eminentemente médica, de alta tecnicidad.
Por último, la Ley regula las pensiones por supervi-
vencia, que proceden en aquellos supuestos en que
el accidente o enfermedad produce la muerte del
acceso a la misma.

el de reparto (art. 19), y reconoce diversas fuentes
término, la Ley exige las siguientes cotizaciones,
de cargo exclusivo del empleador (o del trabajador
independiente, en su caso):
- Cotización básica general, del 0.9%.
- Aporte extraordinario, del 0.05%, exigible desde
2008 y hasta marzo de 2014 (Ley Nº 20.532).
- Cotización adicional diferenciada, que depende
 de la actividad y riesgo -presunto o efectivo- de la
empresa (tasa de siniestralidad), cuyo monto no
superará el 3.4% (sin perjuicio de posibles reba-
jas, exenciones o aumentos, en conformidad a lo
dispuesto en el art. 16).
La base de cálculo de estas cotizaciones son las mis-
mas remuneraciones o rentas por las que se cotiza
para el régimen previsional.
Junto con las referidas cotizaciones, también contri-
y enfermedades profesionales:
bajadores dependientes de los miembros adheridos
a ellas. Cualquier entidad empleadora puede, si lo
desea, adherirse a una mutualidad; de no hacerlo,
automáticamente queda incorporada al Instituto de
Seguridad Laboral y debe efectuar sus cotizaciones
en él. Para gozar de personalidad jurídica, las mutua-
lidades deben cumplir con los siguientes requisitos: a)
que sus miembros ocupen, en conjunto, a lo menos
20.000 trabajadores en faenas permanentes; b) que
dispongan de servicios médicos adecuados, propios
o compartidos con otra mutualidad; c) que realicen
actividades permanentes de prevención de riesgos
laborales; d) que no sean administradas directa ni

y e) que sus miembros sean solidariamente respon-

- El producto de las multas que aplican los organis-
sables de las obligaciones que contraen (art. 12).
mos administradores, por ejemplo, a empresas
En la actualidad, existen en Chile tres mutualidades:
que no cumplen debidamente con las medidas
el Instituto de Seguridad del Trabajo, la Asociación
de prevención de riesgos legalmente exigidas, o
Chilena de Seguridad y la Mutual de Seguridad de la
a trabajadores que provocan accidentes por negli-
Cámara Chilena de la Construcción.
gencia inexcusable, incluso cuando ellos mismos
son víctimas.
Por último, el art. 72 de la Ley permite que determina-
- Las utilidades o rentas que produce la inversión
das empresas asuman directamente la administración
de los fondos de reserva de eventualidades.
operativa del seguro, respecto de sus propios traba-
- Los ingresos derivados del ejercicio del derecho de
jadores. Esta administración delegada supone que
repetir regulado en los arts. 56 (intereses y multas
dichas empresas toman a su cargo el otorgamiento de
por cotizaciones impagas) y 69 de la Ley (costo de
las prestaciones que establece la Ley, con excepción
prestaciones otorgadas, más las indemnizaciones
de las pensiones, que permanecen gestionadas por
procedentes, en caso de accidentes o enferme-
el Instituto de Seguridad Laboral. Para optar por esta
dades debidas al dolo o culpa de la empresa o de
modalidad de administración del seguro, se exige a
un tercero).
las empresas: a) ocupar habitualmente 2.000 o más

c) poseer servicios médicos adecuados; d) realizar
actividades permanentes y efectivas de prevención
La administración institucional del seguro de acciden-
tes del trabajo y enfermedades profesionales, en el
plano directivo, está entregada al Ministerio del Trabajo
ante los organismos previsionales que delegan la ad-
y Previsión Social. En el plano de control, correspon-
ministración; f) y contar con el o los comités paritarios
de a la Superintendencia de Seguridad Social y, por
de seguridad que corresponda. Tienen administración
cierto, a los tribunales de justicia.
Universidad Católica de Chile.
La administración operativa, por su parte, puede
adoptar diversas formas. Por un lado, puede estar

concentrada en órganos estatales, concretamente

en el Instituto de Seguridad Laboral, respecto de las
prestaciones pecuniarias, y en el Sistema Nacional de
La prevención de los riesgos laborales ha ido adquirien-
Servicios de Salud, en lo referido a las prestaciones
do particular relevancia en el último tiempo. Supone,
médicas.
en términos sencillos, cambiar el eje de atención a
partir del cual se construye la respuesta protectora
Otra posibilidad es que el seguro sea gestionado por
frente a esta contingencia social.
mutualidades de empleadores, respecto de los tra-

Revista Laboral Chilena, Septiembre-Octubre 2012

Lo cierto es que la Ley en comento dedica algunas
normas a la prevención (art. 65 y siguientes), enten-
dida ésta como el conjunto de actividades o medidas,
adoptadas o previstas en todas las fases de actividad
riesgos derivados del trabajo.
La competencia general en materia de supervigilancia
en el trabajo radica en el Sistema Nacional de Servi-
cios de Salud, respecto de todos los sitios de trabajo
y cualesquiera que sean las actividades que en ellos
se realicen.
Con todo, los principales instrumentos de prevención
de riesgos laborales son los
siguientes:
- Comités paritarios de higiene y seguridad, que
deben constituirse en toda industria o faena en que
trabajen más de 25 trabajadores, compuestos por
representantes de los trabajadores y del empleador.
Entre sus funciones destacan: a) asesorar e instruir
a los trabajadores para el correcto uso de instru-
mentos de protección; b) vigilar el cumplimiento
de las medidas de prevención; c) investigar las
causas de accidentes del trabajo y enfermedades
profesionales recurrentes o generales; y d) indicar
la adopción de medidas de prevención.
- Departamento de prevención de riesgos profe-
sionales, de constitución obligatoria en empresas
mineras, industriales o comerciales que ocupen a
más de 100 trabajadores, dirigido por un experto
en prevención.
- Sistema de gestión de seguridad y salud, en su-
puestos de subcontratación que agrupen a más de
50 trabajadores, para vigilar el cumplimiento de la
normativa relativa a higiene y seguridad por parte
de todos los sujetos involucrados, sin perjuicio de
la obligación prevista en el art. 183-E del Código
del Trabajo.
- Reglamento interno de orden, higiene y seguridad
en el trabajo, en los términos prescritos por el
artículo 153 y siguientes del Código del Trabajo.

FE DE ERRATAS

En nuestra edición de Agosto de 2012 en el artículo "La prueba

ilícita en materia laboral y su proyección en algunos Derechos
Fundamentales del Trabajador" en las páginas 76 y 84 (cita y
bibliografía), se nombra a don José Ignacio Díaz Salvo.

Al respecto, se aclara que el nombre correcto es GONZALO

IGNACIO DÍAZ SALVO.l.egale

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