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2023
RAZONES COMUNICADAS
CURSO INTENSIVO DE TEORÍA DE LOS ARGUMENTOS PARA ESTU-
DIANTE DE LENGUAS Y COMUNICACIÓN
Huberto Marraud
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE MADRD
ÍNDICE
Contenido
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Unidad 1. NOCIONES GENERALES
Kostas Jaritos: ¿Era [Yanna Karayorgui] una buena periodista? Dame tu opinió n
sin tapujos, sinceramente.
Se pone serio y reflexiona.
Ersi Sotiró pulos: Caía mal a todo el mundo, por tanto era buena periodista -res-
ponde lentamente. El trabajo de reportero consiste en hacerse antipá tico, así que
cuanto má s antipá tico, mejor profesional.
Adaptado de Petros Má rkaris, Noticias de la noche, p.42. Tusquets 2017.
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loquial, lo que le hizo pensar que era conocido de su acompañ ante.
Juan Cano y Fernando Torres, “Detenido por violar a una mujer que accedió a lle-
varlo a casa porque se había quedado sin autobú s”. Diario Sur 12/06/2020.
Aquí se cuenta que la mujer se formó la creencia de que el vendedor ambulante era
conocido de su acompañ ante (conclusió n) a partir del hecho de que conversaba
con él en actitud coloquial (dato o evidencia). Cuando realizó esa inferencia, la mu-
jer no se dirigía a nadie, y por tanto no estaba realizando un acto comunicacional
como argumentar.
1
Sperber, Dan y Mercier, Hugo (2011). Why do humans reason? Arguments for an argumentative
theory, p.57, mi traducció n. Behavioral and Brain Sciences 34, 57–111. https://doi:10.1017/
S0140525X10000968
3
presidente, respectivamente, porque entiendo que el partido me pedirá el acta
pero no la voy a devolver porque tengo un cumplimiento con los ciudadanos de
Zamora y quiero terminar el mandato en la Diputació n de la mejor manera posi-
ble", declaró .
SPC “Requejo tramita su baja de Cs pero mantiene su cargo”. Diario de Á vila,
16/02/2023.
Requejo admite que el hecho de que fuera elegido en la lista de Ciudadanos es una
razó n para que renuncie a ser diputado, pero no concluye que deba hacerlo, por-
que considera que sus compromisos con los ciudadanos de Zamora son una razó n
má s fuerte para no hacerlo.
Practicas argumentativas
Argumentar es una prá ctica comunicativa. John Rawls proporciona una buena defi-
nició n de prá ctica:
En lo que sigue uso la palabra “prá ctica” como una especie de término técnico que se
refiere a cualquier forma de actividad especificada por un sistema de reglas que de-
finen oficios, roles, movimientos, castigos, defensas, etcétera, y dan a la actividad su
estructura. Entre otros ejemplos, podemos pensar en juegos y rituales, juicios y de-
bates parlamentarios.2
Las prá cticas tienen, pues, una dimensió n social y normativa. Lo que convierte a
una interacció n social en una prá ctica social es que comporta un intercambio de
acciones socialmente significativas regidas por reglas que los participantes recono-
cen. Las reglas que definen una prá ctica son reglas implícitas, y el conocimiento
que de las mismas tienen los participantes es un saber có mo y no un saber qué.
2
Rawls, John (1955). Two concepts of Rules, p.3n, mi traducció n. The Philosophical Review 64, 3-32.
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sistentes en dar, pedir y recibir razones. En cuanto a su método, es un campo inter-
disciplinar el que confluyen la lingü ística (pragmá tica, lingü ística del texto, aná lisis
del discurso), la psicología del razonamiento, la teoría de la comunicació n, la retó -
rica y la filosofía (ló gica, epistemología). Comprende tanto la teoría general de la
argumentació n como el estudio de la argumentació n en contextos específicos: ar-
gumentació n jurídica, argumentació n política, argumentació n en la ciencia, etc.
En un sentido muy general una razó n es una respuesta a una pregunta del tipo
“¿Por qué…?”: ¿por qué no debes colgar fotos de tus hijos en Instagram? ¿por qué
sufren los adolescentes? ¿por qué quieres ser alcalde? Etc. Usamos ese tipo de pre-
guntas con distintos propó sitos, y en esa medida se pueden distinguir distintos
usos de las razones (o incluso, segú n algunos, distintos sentidos de “razó n”).
Atifa Ljajic se ha quedado compuesta y sin novio, aunque mejor decir sin marido,
quien ha puesto pies en polvorosa después de que esta haya dado a luz a un rolli-
zo bebé a sus 60 añ os de edad.
Había soñ ado toda la vida con ser madre. Pero algo se lo impedía. Su voluntad, a
prueba de todo, no le permitía rendirse. Y continuaba en su afá n por concretar
sus deseos, pese a todas las advertencias médicas. Para ello contaba con su espo-
so, Serif Nokic, quien siempre la alentó .
El matrimonio de Novi Pazar, Serbia, finalmente -tras 20 añ os intentá ndolo- tuvo
la gran noticia. Atifa sería madre a los 60. Fue mediante una fertilizació n in vitro.
Los cuidados fueron constantes y los riesgos, también. Debió permanecer en re-
poso desde el 31 de marzo hasta el pasado 20 de junio, cuando su pequeñ a, Ali-
na, nació .
"Después del quinto intento, pude quedar embarazada y tener un bebé. Sabía
que sería un gran riesgo por mi edad, pero mi ú nico deseo en la vida era tener un
hijo", contó Atifa. Pero lo que debía ser el inicio de una familia, resultó ser un mal
trago para la mujer, quien de un día para otro vio có mo sus planes se derrumba-
ban. Serif, con 68 añ os, se rindió y la abandonó .
Su razó n es insó lita: dice que está muy viejo para criar a un bebé y que por eso
sería mejor que dejara el hogar que mantuvo con su esposa durante décadas.
"Má s allá de todo, soy un hombre enfermo. Tengo 68 añ os, soy diabético y tengo
un corazó n débil. No es fá cil dormir de noche y escuchar el llanto de un bebé", se
excusó Serif.
Las razones de un marido para plantar a su esposa... ¡que ha tenido un hijo a los
60 añ os! Periodista Digital, 19 de julio de 2017.
La pregunta “¿Por qué plantó Serif Nokic a Atifa Ljajic?” puede interpretarse –y en
consecuencia responderse- de distintas maneras. En primer lugar, como “¿Qué hizo
que Serif Nokic plantara a Atifa Ljajic?”. La respuesta es entonces que Serif Nokic
creía que estaba muy viejo para criar un bebé. Aquí estamos refiriéndonos a los
motivos de Nokic para actuar como lo hizo, a las creencias que le llevaron a actuar
así. En segundo lugar, puede interpretarse como “¿Qué derecho tenía Serif Nokic a
separarse de Atifa Ljajic?”. Ahora la respuesta es que está muy viejo parar criar un
bebé, o que tiene 68 añ os, es diabético y tiene un corazó n débil. De lo que se trata
ahora es de los hechos, reales o no, que pueden aducirse para justificar la decisió n
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de Serif Nokic de separarse de Atifa Ljajic. Debemos pues distinguir entre motivos
y razones propiamente dichas.
Imaginemos ahora que alguien, comentando esta noticia, dice: “la verdadera
causa de la huida de Serif Nokic es su inmadurez afectiva” (algo que referido a una
persona de casi 70 añ os no dejaría de ser un poco paradó jico). Esa aseveració n es
una respuesta natural a la pregunta “¿Por qué se separó Nokic de su mujer cuando
tuvieron un bebé?”, así que, segú n lo expuesto, nos encontramos ante algú n tipo de
razó n. La supuesta inmadurez de Nokic no parece un motivo ni una razó n normati-
va, en el sentido explicado. Por una parte, es una cualidad de los sujetos y no un es-
tado doxá stico, así que no parece una motivació n. Por otra parte, no tiene sentido
discutir si la inmadurez afectiva justifica el divorcio, y por tanto no parece una ra-
zó n normativa. Esto es, aquí no está en juego la validez del precepto “Quienes son
afectivamente inmaduros, tienen derecho a divorciarse”, sino la aceptabilidad de la
regularidad “Quienes son afectivamente inmaduros, tienen tendencia a divorciar-
se”. Lo que sí tiene sentido decir es que la inmadurez afectiva de Nokic explica que
se divorciara de su mujer cuando esta tuvo un bebé. Esto lleva a algunos a estable-
cer una clasificació n tripartita de las razones (o, mejor, de los usos de las razones)
en razones motivacionales, razones normativas o justificativas, y razones explicati-
vas.
Justificar y explicar
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emisor intenta que el destinatario se percate de que está dando y razones, y espera
que ese reconocimiento persuada al destinatario. Pero por estrecha que sea la rela-
ció n entre justificar y persuadir, son cosas distintas, aunque no sea má s que por-
que lo segundo requiere el concurso activo del receptor.
[Vicente Gimeno, director del colegio El Vedat]. No tiene miedo al debate. Al con-
trario: «Sin pretender convencer» —subraya—, quiere que se conozca mejor un
sistema educativo [educació n separada por sexos] que en la Comunitat Valencia-
na adoptan siete centros. […] É l sintetiza la filosofía de estos centros. Sostiene
que «los procesos madurativos en los niñ os y en las niñ as son distintos», con el
«corte radical que supone la menstruació n». «Las aspiraciones y los intereses
son totalmente distintos. Y respecto a las capacidades, en las niñ as se desarrollan
má s pronto las capacidades lingü ísticas, mientras que en los niñ os surge antes el
cá lculo mental y el razonamiento matemá tico», agrega. Así pues, sigue su expli-
cació n, «si hay que atender a la diversidad y ya es muy difícil hacerlo en un aula
con 30 alumnos, resulta mucho má s complicado si encima tienes procesos madu-
rativos muy distintos en el aula».
Paco Cerdá , “Educació n segregada sería si los chicos aprendieran física y las chi-
cas macramé”. Levante, 28/08/2012.
Aunque Vicente Gimeno afirma que no quiere convencer a nadie, da una razó n para
justificar la existencia de colegios exclusivamente masculinos o femeninos. Esto es,
lo que pretende Gimeno no es tanto que quienes le escuchan acepten que la educa-
ció n separada por sexos es beneficiosa, como que acepten que existen razones para
mantenerlo (aun cuando pueda haber otras para defender lo contrario). Por su
parte, quien presenta algo como una razó n explicativa intenta que el destinatario
entienda algo. Dar una razó n explicativa, una explicació n, es aquí el propó sito in-
trínseco y el efecto buscado –hacer que el destinatario entienda algo-, el propó sito
extrínseco.
Amalia Panea empieza afirmando que meditar cada día ayudará a espaciar los pen-
samientos negativos. Las consideraciones que vienen a continuació n no buscan
persuadir al lector de que efectivamente la meditació n tiene esos efectos, sino ha-
cer que entienda el mecanismo que hace que sea así.
Con cierta frecuencia se usa “argumentar” por justificar, y se opone entonces argu-
mentar a explicar. En esta segunda acepció n argumentar es presentar algo a al-
guien como una razó n justificativa para otra cosa. Este uso es comú n, por ejemplo,
en los libros de ló gica. Salvo que se indique expresamente lo contrario, en lo que si-
gue usaremos “argumentar” en esta acepció n má s restringida.
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Cómo distinguir argumentos y explicaciones.
Argumentar y explicar son actos comunicativos que difieren por sus propó sitos ge-
neral yespecífico. La diferencia entre argumentar y explicar es por tanto pragmá ti-
ca. En general solo tiene sentido intentar convencer a alguien de algo si no lo cree o
duda de ello, y solo tiene sentido explicar algo a alguien si ya lo cree. Esta diferen-
cia proporciona un criterio para distinguir entre argumentos y explicaciones.
Durante la vida de Spinoza, [su libro] la É tica circuló entre sus amigos, bajo la di-
visa que imprimía en lacre en todas sus cartas: caute [con cautela]. Muchos han
visto, en ese lema de prudencia, en este ocultamiento, en este uso de la má scara,
un elemento marrano.
D. Tatiá n. Spinoza una introducción, p. 41. Editorial Quadrata-Biblioteca Nacional,
2009.
Tatiá n afirma, sin dar ninguna prueba, que durante la vida de Spinoza su É tica cir-
culó entre sus amigos bajo la divisa caute. Lo presenta como un dato no cuestiona-
do, como un hecho. Algunos explicarían –dice- el comportamiento de Spinoza por
su condició n de marrano. Esto es, Spinoza se comportaba como un marrano es una
respuesta a la pregunta “¿Por qué circulaba la É tica de Spinoza entre sus amigos
con la divisa caute?”. Adviértase que esa pregunta presupone que efectivamente
era así, por lo que quien la formula no está pidiendo que se le dé alguna prueba de
que circulaba con esa advertencia. En definitiva, quien pregunta “¿Por qué circula-
ba la É tica de Spinoza entre sus amigos con la divisa caute?” está pidiendo una ex-
plicació n y no una justificació n de ese hecho.
No sé por qué extrañ a razó n todos los jurados son tan parecidos: elijan aleatoria-
mente a doce hombres y mujeres buenos en mitad de la calle y todos parecerá n
personas anó nimas de mediana edad, por lo general un poco pasmadas… En fin,
un jurado corriente, compuesto por gente corriente, juzgando un caso de lo má s
corriente. Puede que ser jurado, al fin y al cabo, se haya acabado convirtiendo en
una profesió n pensada para personas a las que cabría calificar de corrientes.
John Mortimer, Los casos de Horace Rumpole, abogado, p.35. Madrid: Impedimen-
ta, 2017.
Rumpole declara no saber la razó n por la que todos los jurados son tan parecidos,
con lo que da entender que sabe que todos los jurados son muy parecidos. La razó n
que desconoce no puede ser entonces una razó n justificativa, sino una razó n expli-
cativa. Los dos puntos pueden usarse para marcar una razó n para la afirmació n
que les precede. Teniendo en cuenta lo que acaba de decir, no puede ser sino una
razó n justificativa. Así, Rumpole presenta el hecho de que, si se eligen aleatoria-
mente a doce hombres y mujeres buenos en mitad de la calle, todos parecerá n per-
sonas anó nimas de mediana edad, como una razó n que confirma que todos los ju-
rados son muy parecidos. Finalmente, Rumpole aventura una posible explicació n
de esa regularidad: ser jurado se ha convertido en una profesió n para personas co-
rrientes.
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Las frases de las formas “P por tanto Q” y “P por consiguiente” se usan ú ni-
camente para dar una razó n justificativa, y por ende para expresar un argumento.
Por el contrario, las frases de la forma “Q porque P” sirven tanto para expresar una
explicació n (P explica Q) como una justificació n (P es una razó n para Q).
El conector “porque” separa la conclusió n, “La Jane Eyre de Fukanaga es una buena
película”, de las premisas de las que depende, “La Jane Eyre de Fukanaga trascien-
de ampliamente la frontera de la adaptació n-resumen, el umbral de la admiració n
novelesca”. La conclusió n es un claro juicio de valor, así que se trata de un argu-
mento valorativo.
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https://www.20minutos.es/cine/cartelera/pelicula/31702/jane-eyre-2011/#xtor=AD-15&xts=467263
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Lina Gá lvez, “El sacrificio de aprobar un má ster”. Blog Desde el Sur, el diario.es, 22/03/2018,
https://www.eldiario.es/andalucia/desdeelsur/sacrificio-aprobar-master_6_752834720.html
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si se parafrasea como “la Universidad no debe perder la huella administrativa de
los Trabajos de Fin de Má ster”. Es pues un argumento prá ctico.
La premisa es que ‘Seven Seconds’, 'The Wire' y 'The Killing' beben de las mismas
fuentes, y la conclusió n es que ‘Seven Seconds’ gustará a quienes en su día se ena-
moraron de 'The Wire' o 'The Killing'. Seven Seconds’. La conclusió n es una predic-
ció n, y como tal no recomienda ninguna acció n. Otra cosa es que se pueda usar con
la premisa “Te gustó 'The Wire'” para concluir “Deberías ver ‘Seven Seconds’”, y
construir así un argumento prá ctico. Pero este no es el argumento que estamos
analizando. Una predicció n es un anuncio de un hecho futuro, y por consiguiente si
la conclusió n de un argumento es una predicció n, es un argumento fá ctico.
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sió n. La perspectiva retó rica tiene en cuenta los propó sitos extrínsecos de argu-
mentar, de manera que desde un punto de vista retó rico un buen argumento es el
que persuade al destinatario. Finalmente, la perspectiva dialéctica juzga los argu-
mentos por su contribució n a la consecució n de los fines del intercambio argumen-
tativo del que forman parte.
• Una razón prima facie es una consideración que aparece o se presenta como
una razón, aunque luego, al ser examinada, pueda resultar no serlo.
• Una razón pro tanto es una consideración que debe ser tenida en cuenta en el
examen de una cuestión, aunque luego puede ser superada por otras razones.
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• Una razón concluyente es una razón pro tanto que no es superada por otras
razones.
Presentar algo como una razón para otra cosa es, por sí mismo, crear una razón aparen-
te, una razón prima facie. La evaluación lógica permite pasar sucesivamente de razones
prima facie a razones pro tanto, y de éstas a razones concluyentes. Según el momento y
propósito de la evaluación, “una buena razón” puede ser una razón pro tanto o una ra-
zón concluyente. Cuando la pregunta es si lo que parece una razón, realmente lo es, una
buena razón es una razón pro tanto; cuando se pregunta cuál es la conclusión que se
puede sacar del examen de todas las razones pro tanto expuestas, una buena razón es
una razón concluyente, una razón que determina la orientación general de la argumen-
tación. La pregunta central de la evaluació n ló gica es: ¿se debe aceptar la conclu-
sió n propuesta por las razones aducidas para sustentarla? La perspectiva ló gica
contempla pues la argumentació n desde el punto de vista del receptor, y al mismo
tiempo comporta una cierta abstracció n de las circunstancias concretas del inter-
cambio argumentativo en el que se propone el argumento evaluado.
Las perspectivas dialéctica, ló gica y retó rica son las perspectivas clá sicas en
teoría de la argumentació n, a las que han venido a añ adirse en fechas má s recien-
tes otras, como la perspectiva socio-institucional. El nú cleo de un enfoque socio-
institucional de las prá cticas argumentativas son está ndares normativos, como la
equidad, la inclusió n, la transparencia o la reciprocidad, que se aplican a las estruc-
turas e instituciones sociales que dan forma a una determinada prá ctica argumen-
tativa, como la deliberació n política. Imaginemos que tras deliberar siguiendo las
reglas de procedimiento aceptadas se ha tomado una decisió n basá ndose en argu-
mentos convincentes. ¿Quiere decir eso que la decisió n adoptada es legítima? Pre-
sumiblemente esa legitimidad depende de condiciones como la transparencia o la
reciprocidad, que remiten al marco socio-institucional de la argumentació n. Como
puede verse, de lo que se habla aquí es de si las condiciones en las que se desarro-
lla una argumentació n legitiman la decisió n adoptada.
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Unidad 2. LA ESTRUCTURA DEL TEXTO ARGUMENTATI-
VO
Enunciados y nexos
La presidencia de Rumanía del Consejo Europeo durante los seis primeros meses
de 2019 es preocupante, porque hay dudas razonables de la capacidad de su Go-
bierno para afrontar el desafío presidencial. Cierto es que las presidencias de la
UE ya no tienen la relevancia de antañ o, toda vez que el Tratado de Lisboa varió
las funciones de los tres organismos de la UE, Consejo, Comisió n y Parlamento.
Pero no es menos cierto que la impronta política del Estado miembro que presi-
de sigue siendo muy relevante a la hora de establecer la agenda de trabajo e im-
primir el ritmo de las decisiones del Consejo. [Adaptado de Jesú s Gonzá lez Ma-
teos, “Los seis meses de vértigo de la Presidencia rumana de la UE”. Noticias de
Navarra, 13/01/2019].
(1) La presidencia de Rumanía del Consejo Europeo durante los seis primeros
meses de 2019 es preocupante.
(2) Hay dudas razonables de la capacidad del Gobierno de Rumanía para afron-
tar el desafío presidencial.
(3) Las presidencias de la UE ya no tienen la relevancia de antañ o
(4) El Tratado de Lisboa varió las funciones de los tres organismos de la UE,
Consejo, Comisió n y Parlamento.
(5) La impronta política del Estado miembro que preside sigue siendo muy re-
levante a la hora de establecer la agenda de trabajo e imprimir el ritmo de
las decisiones del Consejo.
Los nexos argumentativos entre ellos los expresan, en orden de aparició n, ‘porque’,
‘cierto es que’, ‘toda vez que’, y ‘pero no es menos cierto que’, que dan al texto
cohesió n y coherencia y una orientació n argumentativa determinada. De este ma-
nera, (2) se presenta como una razó n para (1), (4) como una razó n para (3), (3)
como una razó n en contra de (4), y (5) como una nueva razó n para (1). Ademá s,
‘cierto es que’ y ‘pero no es menos cierto que’ indican que Gonzá lez Mateos consi-
dera má s fuerte la razó n para creer que la presidencia de Rumanía es preocupante
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que la razó n para creer que no lo es, de modo que el pasaje está globalmente orien-
tado hacia la conclusió n (1).
Argumentos
Lo que está de por medio en la polémica emergente (que hasta hace poco solo
era un monó logo entusiasta) nos interesa a todos. Tiene que ver con la idea de
que la Refinadora Costarricense de Petró leo (Recope) amplíe su jurisdicció n mo-
nopó lica má s allá de los combustibles fó siles y con la posibilidad de que trasla-
den recursos pú blicos a una empresa privada empeñ ada en la investigació n, de-
sarrollo y eventual uso generalizado del hidró geno en el transporte pú blico. […]
Esto nos lleva a la ú nica compañ ía que, hasta ahora, ha planteado la idea: Ad As-
tra Rocket. Encabezada por el científico-empresario Franklin Chang, su espíritu
innovador genera admiració n. Pero esta no es razó n para que el Estado financie
o adopte, sin discusió n, una tecnología. ¿Transporte limpio por hidró geno o por
electricidad? La decisió n debe tomarse vía un riguroso aná lisis costo-beneficio,
no corazonadas o simpatías. Esto demanda, entre otras cosas, comparar opcio-
nes.
Eduardo Ulibarri, “Radar: Recope, el hidró geno y nosotros”. La Nación,
22/06/2018.
En este pasaje se rechaza que el hecho de que Ad Astra Rocket sea una compañ ía
con un espíritu innovador admirable que está empeñ ada en la investigació n, desa-
rrollo y eventual uso generalizado del hidró geno en el transporte pú blico sea una
razó n para que el Estado financie o adopte, sin discusió n, esa tecnología. Por otra
parte, en la ú ltima parte del pá rrafo citado se reconoce que alguien podría tomar
una decisió n movido por su simpatía por Ad Astra Rocket y Franklin Chang, así que
aquella puede ser cuando menos una razó n motivadora para apoyar a esa compa-
ñ ía con dinero pú blico.
Premisas y conclusiones
Para presentar algo como una razó n para otra cosa, pueden usarse diversos recur-
sos convencionales. Los principales son la disposició n de los enunciados dentro del
texto, los signos de puntuació n, las pausas y esquemas entonativos, los conectores
y operadores argumentativos, y el uso de vocabulario explícitamente argumentati-
vo.
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Darse cuenta de que algo se presenta como una razó n para otra cosas es
captar ciertas relaciones entre enunciados. Recuérdese que el argumento es la mí-
nima unidad autó noma de argumentació n. Se llama “premisas” a los enunciados
que, tomados conjuntamente, expresan una razó n para algo, y “conclusió n” al
enunciado que expresa la tesis que favorecen. Cuando se entienden los argumentos
como productos textuales, se dice que está n formados por unidades lingü ísticas,
que desempeñ an los papeles de premisas y conclusió n. Cuando se entienden los ar-
gumentos como entidades abstractas, se dice que está n formados por unidades que
corresponden a los contenidos de creencias, intenciones y actitudes.
La gente suele asociar la palabra “ecoló gico” con alimentos producidos sin
químicos o pesticidas, má s saludables y respetuosos con el medio ambiente
Por tanto
Para el consumidor medio, el término “ecoló gico” representa una señ al de
calidad y un valor añ adido
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Las dos frases de este breve texto está n unidas por el signo de puntuació n “:”, que
sigue a la conclusió n y precede a las premisas que expresan la razó n aducida para
sustentarla.
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tenencias culturales
Aquí las premisas preceden a la frase “por esta razó n de que”, tras la que viene la
conclusió n. Esa farse contiene el término argumentativo “razó n·”, que designa a
una de las partes de un argumento, de manera que se nombra explícitamente el pa-
pel atribuido al enunciado que la sigue y al que la precede.
Las papas fritas y otros bocados de copetín son aú n má s perjudiciales que los
postres y golosinas a la hora de bajar de peso.
“Peor que los postres: papas fritas, el alimento que má s engorda”. Rosario3.com,
23/11/2012. Pá gina consultada 05/12/2012:
http://www.rosario3.com/salud/noticias.aspx?idNot=121741&Papas-fritas,-el-
alimento-que-m%C3%A1s-engorda
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Encadenamiento
Los elementos estructurales del texto no solo unen entre sí enunciados, atribuyén-
doles un papel argumentativo, sino que también unen entre argumentos, integrá n-
dolos en una estrategia argumentativa ú nica.
Quien usa P por tanto C, se compromete con la aseverabilidad de P, por lo que debe
estar dispuesto a dar razó n de P si se le pide, con el resultado de un nuevo argu-
mento Q por tanto P. El encadenamiento o concatenació n es una operació n que
permite unir dos argumentos en un argumento má s complejo cuando la conclusió n
del primero es una de las premisas del segundo.
Otra cuestió n que obliga a coger con pinzas a los bancos europeos es la escasez
de buenas recomendaciones; hoy por hoy, de los 50 principales bancos del Viejo
Continente, só lo ocho ostentan una recomendació n de compra.
Cecilia S. Prieto, “Motivos por los que desconfiar del rebote de la banca europea”.
El Economista, 16/10/2011.
El enunciado que actú a como premisa de este primer argumento está separado del
siguiente por un punto y coma. Como se señ aló antes, una funció n que pueden
cumplir signos de puntuació n como el punto y seguido, los dos puntos y el punto y
como es separar la conclusió n de las premisas en las que se apoya. Así sucede en
este caso:
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inserció n del operador “hasta” presenta ese dato como una razó n para la conclu-
sió n contraria “Bastantes bancos europeos tienen buenas recomendaciones”.
Así el enunciado Los bancos europeos con buenas recomendaciones son esca-
sos sirve como conclusió n de un argumento y como premisa de otro, y permite en-
cadenar los dos argumentos en una argumentació n compuesta.
Argumentos y condicionales
Cuando A argumenta que C porque P no se limita a afirmar que , de darse, P contaría
como una razón para C, sino que P es un hecho que cuenta como una razón para C. Esto
es, al argumentar que C porque P, A se compromete (1) con que P es un hecho y (2) con
que ese hecho cuenta como una razón para C. Para distinguir las dos cosas que A hace
simultáneamente, podemos decir que A se compromete con (1) que P es un hecho y (2)
que si P entonces C – o lo que es lo mismo, que de darse, P sería una razón para P. Las
expresiones de la forma “si P entonces C” se llaman condicionales. Para argumentar
que C porque P, A debe comprometerse, simultáneamente, con la verdad de P y con la
verdad de si P entonces C. Decir simplemente que si P entonces C no es argumentar: es
hacer una aserción.
Cuando María Sánchez afirma que DataBeers es un proyecto muy especial por-
que combina networking y ocio en un ambiente distendido y con una cerveza (entrevis-
ta de Carmen Alcaraz a María Sánchez en el diario Sur, 16/03/2023), está argumentan-
do, porque afirma (1) que DataBeers combina networking y ocio en un ambiente disten-
dido y con una cerveza, y (2) que eso es una razón para creer que DataBeers es un pro-
yecto muy especial. Si solo hubiera afirmado que si DataBeers combina networking y
ocio en un ambiente distendido y con una cerveza, entonces DataBeers es un proyecto
muy especial, sin sugerir conclusión alguna, no habría argumentado.
El condicional si DataBeers combina networking y ocio en un ambiente disten-
dido y con una cerveza, entonces DataBeers es un proyecto muy especial es un presu-
puesto del argumento DataBeers es un proyecto muy especial porque combina netwo-
rking y ocio en un ambiente distendido y con una cerveza, parte de lo que se hace mani-
fiesto al decir que DataBeers es un proyecto muy especial porque combina networking
y ocio en un ambiente distendido y con una cerveza. Ese condicional no debe ser con -
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fundido con la garantía del argumento, que no es un presupuesto, y que debe ser la ex-
presión de una regla general ― como, por ejemplo, los encuentros profesionales que
combinan networking y ocio en un ambiente distendido y con una cerveza son muy es-
peciales.
Cuando se dice que algo no es razó n o no es una razó n para otra cosa, lo que
se está rechazando es el condicional correspondiente, como en el ejemplo siguien-
te.
En general, conducir por las carreteras de Europa es seguro y hay muy poco deli-
to del que preocuparse, pero esta no es una razó n para bajar la guardia y no ase-
gurar la moto.
“Los mejores consejos para alquilar una moto en tus vacaciones”, mallorcadiario-
.com 14/06/2018. https://www.mallorcadiario.com/los-mejores-consejos-para-
alquilar-una-moto-en-tus-vacaciones
(1) que en general, conducir por las carreteras de Europa es seguro y hay muy
poco delito del que preocuparse, y
(2) que lo anterior no es una razó n para bajar la guardia y no asegurar la moto
– es decir, que no es verdad que si conducir por las carreteras de Europa es
seguro y hay muy poco delito del que preocuparse, entonces se puede bajar
la guardia.
Garantías
20
El argumento de Rodolfo Dá valos Ferná ndez está en la segunda parte del fragmen-
to citado: el Gobierno de EE. UU. alegó hace ya má s de un añ o, en marzo del 2017,
un ataque só nico ocurrido en noviembre del 2016 en La Habana que causó un dañ o
a uno de sus agentes diplomá ticos, por tanto el Gobierno de EE. UU. debió aportar
las pruebas del hecho o del dañ o.
Este argumento está precedido por la fó rmula “Lo anterior nos permite razonar
que”. Puesto que razonar es exponer razones, esa fó rmula indica que lo expuesto
previamente hace posible presentar algo como una razó n para otra cosa, es decir,
legitima el paso de las premisas a la conclusió n. Así, “Lo anterior nos permite razo-
nar que” marca el trá nsito de la garantía al argumento que apela a ella.
Fó rmulas como A por tanto B, porque C, A por tanto B; C, A por tanto B:C, o Dado
que A, C porque B se usan para indicar que C es la garantía del argumento A por
tanto B. En esas fó rmulas la garantía si sitú a junto a la conclusió n, alejá ndola de las
premisas para evitar confusiones. En su expresió n verbal, la garantía puede con-
fundirse con un encadenamiento. Volvamos a nuestro ejemplo de encadenamiento:
Otra cuestió n que obliga a coger con pinzas a los bancos europeos es la escasez
de buenas recomendaciones; hoy por hoy, de los 50 principales bancos del Viejo
Continente, só lo ocho ostentan una recomendació n de compra.
Cecilia S. Prieto, “Motivos por los que desconfiar del rebote de la banca europea”.
El Economista, 16/10/2011.
21
mos que aquí en el primer argumento la conclusió n precede a la premisa, de mane-
ra que la proximidad de la premisa B a C indica un encadenamiento. En suma, la es-
tructura A por tanto B; C expresa preferentemente una garantía y corresponde al
diagrama
A
C: Por tanto
B
C
Por tanto
B
Por tanto
A
Reservaré “por tanto” como expresió n canó nica del paso del nexo de las premisas y
la conclusió n, y usaré “porque” para introducir la garantía, cuando sea necesario.
Así, la pará frasis canó nica del argumento de Dá valos Ferná ndez sería: El Gobierno
de EE. UU. alegó en marzo del 2017 un supuesto ataque só nico ocurrido en no-
viembre del 2016 que causó un dañ o a uno de sus agentes diplomá ticos en Cuba,
por tanto el Gobierno de EE. UU. debió aportar las pruebas del hecho o del dañ o,
porque segú n el Derecho internacional consuetudinario si un sujeto de Derecho in-
ternacional alega un hecho, está en la obligació n de probarlo.
Argumentos análogos
El papel de la garantía es dar razó n del nexo entre las premisas a la conclusió n.
Otra forma de responder a preguntas como “¿Qué tienen que ver las premisas con
la conclusió n?” o “¿Por qué es eso una razó n?” es comparar el argumento con otro
que, pretendidamente, tiene una estructura interna parecida. Dos argumentos en
los que la relació n entre las premisas y la conclusió n es parecida son aná logos. La
idea es que si dos argumentos P por tanto C y Q por tanto D son aná logos y se acep-
ta que si P entonces C, la coherencia exige hacer lo mismo con si Q entonces D.
¿Qué piensas de la censura como pasó con C. Tangana cuando se canceló su con-
cierto en Bilbao por el contenido machista de sus letras?
Tengo un punto de vista muy amplio de esto. Obviamente, creo que no era gran
cosa. Pero entiendo que allí ha ocurrido algo […] y estaba el ambiente un poco
cargado. No era la mejor idea llevar a este tipo de artistas. Es como si en un parti-
do de la NBA ponen una canció n que está guay, pero que habla de fumar ma-
rihuana y el estadio está petao de niñ os. Bá sicamente eso. No, ‘oh, Dios censura’.
No, hijo, no. Esto no es una dictadura, ni estamos aquí en un sitio que se coarte la
libertad. Eso es fliparse, lloriquear por nada.
«Mala Rodríguez: "Censura era poner a la gente en un paredó n y pegarles un
tiro"». Entrevista de Marina Prats a Mala Rodríguez en Huffpost, 27/10/2019.
22
Respondiendo a la pregunta de la periodista, Mala Rodríguez argumenta que la
cancelació n del concierto de C. Tangana por el contenido machista de sus letras no
es un caso de censura. En concreto empieza argumentando así:
Conjunción y disyunción
[E]l Departamento de Estado [de los EE.UU.] alerta de que "el Gobierno de Boli-
via no cumple plenamente las normas mínimas para la eliminació n del trá fico de
personas y no demostró un aumento general en sus esfuerzos para hacerlo en
comparació n con el período anterior".
En concreto, Estados Unidos asegura que el Gobierno del presidente boliviano,
Evo Morales, "no financió suficientemente" su plan nacional contra el trá fico de
personas y, ademá s, no dedicó los recursos necesarios al enjuiciamiento de los
culpables de esos crímenes y la protecció n de sus víctimas.
“EE.UU. incluye a Bolivia y Birmania en su lista negra de trá fico de personas”.
EFE-La Vanguardia, 28/06/2018.
23
Este fragmento reproduce una argumentació n del Departamento de Estado de los
EE.UU. La conclusió n del argumento se expone en el primer pá rrafo (“el Gobierno
de Bolivia no cumple plenamente las normas mínimas para la eliminació n del trá fi-
co de personas y no demostró un aumento general en sus esfuerzos para hacerlo
en comparació n con el período anterior”), y la locució n “en concreto” da paso a la
exposició n de las razones en las que se sustenta. El segundo pá rrafo está argumen-
tativamente estructurado por el conector “y ademá s”, que une dos razones distin-
tas para la misma conclusió n. Por ello podemos representar así la argumentació n
del Departamento de Estado.
¿Por qué ofrecer dos argumentos para la misma conclusió n? En líneas generales,
un argumento puede resultar poco convincente porque dependa de una premisa
que el destinatario podría cuestionar, o porque éste considere que la razó n aporta-
da es insuficiente, que es un mero indicio y no una prueba. En el primer caso se
puede intentar justificar la premisa dudosa, convirtiéndola en la conclusió n de otro
argumento, y eso lleva a un encadenamiento de argumentos, o se pueden buscar
otras razones que no dependan de la premisa cuestionada, y eso lleva a una dis-
yunció n de argumentos. En el segundo caso, cuando la razó n ofrecida parece dema-
siado débil, se puede intentar reforzar la razó n inicial combiná ndola con otras ra-
zones coorientadas. El resultado es una conjunció n de razones en la que opera una
especie de “suma de razones”, que está ausente en una disyunció n.
24
una argumentació n combinando dos argumentos con la misma conclusió n. Estas
estructuras argumentativas difieren de los argumentos simples con mú ltiples pre-
misas. Una premisa es un enunciado que expresa, solo o con otros, una razó n para
algo, mientras que “una razó n simple es la mínima cantidad de informació n que
por sí misma confiere alguna credibilidad a una posició n”.6 Una conjunció n o una
disyunció n de argumentos da varias razones distintas para apoyar una conclusió n,
mientras que un argumento con mú ltiples premisas expresa una ú nica razó n por
medio de una combinació n de premisas. La posibilidad de insertar conectores ar-
gumentativos como además, por otra parte, en primer lugar... en segundo lugar, etc.,
proporciona un criterio para distinguir las argumentaciones coorientadas de las
argumentaciones con mú ltiples premisas. La funció n de en primer lugar... en segun-
do lugar es enumerar razones, por eso suena raro cuando se usa para enumerar
premisas que tomadas conjuntamente expresan una ú nica razó n:
El hecho de que la tarta tenga chocolate no es por sí mismo una razó n para que Ma-
ría no deba probarla, como tampoco lo es por sí mismo el hecho que sea alérgica al
chocolate; solo la combinació n de los dos constituye una razó n para que María se
abstenga de probar la tarta. Por tanto, aquí tenemos dos premisas y una sola razó n.
Aunque muchas veces es difícil saber si nos hallamos ante una conjunció n o
ante una disyunció n de argumentos, el texto puede contener indicaciones. Si “ade-
má s” es un conector genérico de coorientació n, las locuciones “por otra parte” y
“en todo caso” suelen introducir disyunciones de razones, y “a lo que hay que añ a-
dir” y “lo que sumado a” suelen introducir conjunciones de razones. También es un
indicativo de que una razó n ha de tomarse en conjunció n calificarla de “indicio”
(en oposició n a “prueba”).
6
J. Anthony Blair, Groundwork in the Theory of Argumentation, p. 148, mi traducció n. Dordrecht,
Heidelberg, Londres y Nueva York: Springer, 2012.
7
Ante una construcció n agramatical o palabra mal escrita, el asterisco indica que dicho término o
expresió n no cumple con las reglas de la lengua.
25
En la ú ltima parte de este pasaje se discute si son precisas o no obras para conver-
tir el piso de la calle Joaquín Martín Martínez de oficina en vivienda, dado que la al-
tura de techos es inferior a 2,50 m. Lodeiro sostiene que no, y lo hace apoyá ndose
en dos razones de muy distinta naturaleza. El conector “y en todo caso” indica con
toda claridad que se trata de defensas alternativas de la misma tesis, de manera
que se espera que el destinatario acepte la tesis porque considere concluyente una
de las dos razones ofrecidas. En efecto, “en todo caso” quiere decir aquí algo así
como “sea cual sea el juicio que merezca el primer argumento”. De esta manera, Lo-
deiro argumenta primero que casi se alcanza la altura de techos que exige la nor-
mativa, y añ ade después una segunda razó n, por si el destinatario rechazase la pri-
mera.
Retirando el enfoscado del techo del Y en todo En otros pisos en idénticas condi-
piso de c/ Joaquín Martín Martínez se caso ciones al de c/ Joaquín Martín
podría llegar a 2,495mts, casi la misma Martínez se concedió permiso
altura que exige la normativa munici- para pasar de oficina a vivienda
pal para el uso residencial sin necesidad de hacer obras
Por tanto Por tanto
No son precisas obras para pasar de oficina a vivienda el piso de c/ Joaquín Martín Mar-
tínez
26
La construcció n Y La construcció n de Chihuido I per- La construcció n de
de Chihuido I mitirá controlar las crecidas del río Chihuido I proporcio-
También
permitirá apro- Neuquén para garantizar la seguri- nará el agua necesaria
vechar el hi- dad de la vida y bienes de las pobla- para el riego, y la di-
droeléctrico del ciones ribereñ as y de las infraes- versificació n integral
río Neuquén tructuras viales, gasíferas y de ex- de la matriz productiva
plotació n petrolera de su cuenca de la regió n
Por tanto Por tanto Por tanto
Se debe declarar de interés nacional la realizació n de Chihuido I
Contraargumentar es presentar algo como una razó n para creer que otro argumen-
to no es convincente (es decir, para creer que puede ser rechazado con razones).
No se debe confundir contraargumentar, que es argumentar en contra de un argu-
mento, con argumentar en contra de una tesis.
Gino Pozzo explicó este miércoles a través de sus asesores que Pozzo participa
como bonista minoritario en Fifteen Securisation, como un miembro má s de la
familia Pozzo, grupo cuya participació n tampoco es mayoritaria. "Y por tanto es
falso que el fondo sea propiedad de Gino Pozzo; como también lo es que lo con-
trole".
“Raffaele Riva defiende legalidad fondo inversió n del Granada CF”. EFE-La Van-
guardia 14/03/2018.
27
dos incompatibles” significa enunciados contrarios o contradictorios. Dos enuncia-
dos son contrarios si no pueden ser simultá neamente verdaderos, y contradicto-
rios si tampoco pueden ser simultá neamente falsos. Hay tres formas bá sicas de
oposició n entre argumentos:
Las estructuras descritas hasta ahora se forman uniendo argumentos que compar-
ten algú n elemento (premisa, garantía o conclusió n). Las estructuras que vamos a
describir a continuació n se forman uniendo argumentos que contienen enunciados
incompatibles. En correspondencia con la distinció n de tres formas de oposició n
entre argumentos, se distinguen tres estructuras contraargumentativas: (a) obje-
ció n, (b) recusació n y (c) refutació n.
Desestimación
28
a esta forma de contraargumentació n, puesto que quien rechaza un argumento de
esta manera ni siquiera entra a analizar su configuració n interna.
Esta vieja teoría [una mentira repetida mil veces se convierte en verdad], demostrada en
numerosas ocasiones a lo largo de la historia, parece que es la que la Xunta quiere apli-
car a Alvedro, al circunscribir su actividad a los viajes de negocios. Se parte de la teoría,
falsa, por supuesto, de que Santiago es el gran reclamo turístico de Galicia y se obvia, por
ejemplo, que A Coruñ a es la ú nica ciudad en la que crece el nú mero de visitantes o la que
má s turistas es capaz de atraer. Así, el expolio se consuma y se trasladan a Lavacolla
vuelos que antes operaban desde la ciudad herculina basá ndose en una premisa falsa,
pero que, a base de repetirse, parece que cada vez se la creen má s. “La mentira como ini-
cio de todo”.
“La mentira como inicio de todo”. Editorial de El Ideal Gallego.com. 07/03/2014.
http://www.elidealgallego.com/opinion/mentira-inicio-todo/
20140307012614177608.html
29
Para diagramar una objeció n situamos su conclusió n a la altura de la premisa in-
compatible del argumento objetado, insertado entre ambas casillas la preposició n
“contra”.
30
Refutación
Por tanto, al decir A pero B se invita al destinario a inferir C’, y se presenta al argu-
mento B por tanto C’ como una refutació n del argumento A por tanto C. Llamo refu-
tación contradicente a este tipo de refutació n. Adviértase que en una refutació n
contradicente no se llega a la conclusió n C’ directamente desde B, sino a través de
una ponderació n de razones opuestas.
Fray Felipe Ortuno Merchante sopesa dos razones opuestas, a favor y en contra de
la exposició n de la réplica de la sá bana santa. La primera da lugar a un argumento
de fines a medios, y la segunda a un argumento basado en valores. Fray Felipe con-
cede má s peso al segundo, como indica el “pero” con el que las yuxtapone, y lo jus-
tifica porque el fin no justifica los medios.
31
Hay que exponer la sá bana santa No hay que exponer la sá bana santa
De este modo, las premisas de la refutació n de fray Felipe Ortuno Merchante son
Exponer la sábana santa promovería el fetichismo religioso, La basílica de la Merced
debería tener más fieles, y la conclusió n No hay que exponer la sábana santa.
32
fuerza similares, y que por tanto se anulan mutuamente. Lo mismo sucede con
“aunque también”. Llamo refutación invalidante a este tipo de refutació n.
Es cierto que el beneficio de la entidad [Bankinter] ha sido muy superior a las ex-
pectativas de los analistas. 490 millones de euros, un 30% má s respecto al añ o
anterior, pero también es verdad que sigue teniendo una fuerte dependencia del
negocio asegurador. No hay que olvidar que Línea Directa supone el 21% del ne-
gocio.
“Bankinter reconoce su problema con las multidivisa, que va camino de ser su
auténtico dolor de cabeza”. Merca2 27/01/2017.
https://www.merca2.es/bankinter-reconoce-su-problema-con-las-multidivisa-
que-va-camino-de-ser-su-autentico-dolor-de-cabeza/
Como sucede con la refutació n contradicente, las premisas de una refutació n inva-
lidante son las de los subargumentos opuestos que la forman. Dado el equilibrio de
razones a favor y en contra, la conclusió n de una refutació n invalidante no es de-
terminada por ninguno de los subargumentos opuestos. En el argumento que aca-
ba de analizarse, esa conclusió n puede formularse como “No se puede decir si el re-
sultado del ejercicio de 2017 de Bankinter ha sido bueno o malo”.
33
bueno bueno
2. El beneficio de Bankinter en2017 ha sido muy supe- ¿Có mo ha sido el re-
rior a las expectativas de los analistas; por tanto, el sultado del ejercicio
resultado del ejercicio de 2017 de Bankinter ha sido de 2017 de Bankin-
bueno, PERO TAMBIÉ N Bankinter sigue teniendo ter?
una fuerte dependencia del negocio asegurador; por
tanto, el resultado del ejercicio de 2017 de Bankinter
no ha sido bueno
Recusación
Recusar un argumento es dar una razó n para creer que lo que se presenta como
una razó n que favorece la conclusió n realmente no lo es, invalidando o dejando en
suspenso el argumento recusado. Eso puede hacerse de distintas maneras, entre
otras:
34
“Descubren en Portugal el dinosaurio depredador má s grande de Europa”. Ten-
dencias científicas, 6/03/2014.
http://www.tendencias21.net/Descubren-en-Portugal-el-dinosaurio-depreda-
dor-mas-grande-de-Europa_a31699.html Consultado 7/03/2014
Hendrickx acepta las premisas y no niega que el maxilar pueda corresponder a una
nueva especie de Torvosaurus –su declaració n, de hecho, termina con una razó n
para creer que sí se trata de otra especie. Lo que rechaza es que el nú mero de dien-
tes sea un criterio fiable para distinguir especies, una regla presupuesta a su juicio
en el paso de las premisas a la conclusió n. La razó n que da para rechazarla es que
el nú mero de dientes puede variar dentro de cada especie e incluso entre la mandí-
bula izquierda y derecha en un mismo individuo.
35
El nú mero de dientes puede
variar dentro de cada espe-
cie e incluso entre la mandí-
bula izquierda y derecha en
un mismo individuo
Los maxilares superiores de
T. Tanneri tiene má s de 11
dientes y el maxilar superior
Por tanto
de Torvosaurus hallado en
Portugal tiene menos de 11
dientes
El nú mero de dientes
El nú mero de dientes no es
es un criterio fiable
un criterio fiable para dis- contra Por tanto
para distinguir una
tinguir una especie de otra
especie de otra:
El maxilar superior hallado
en Portugal es de una nueva
especie de Torvosaurus
Recusado este primer argumento, Hendrickx ofrece otro argumento distinto para
su conclusió n:
Las placas interdentales de los maxilares superiores de T. Tanneri son muy dis-
tintas de las del maxilar superior de Torvosaurus hallado en Portugal
Por tanto
El maxilar superior hallado en Portugal es de una nueva especie de Torvosaurus
36
un criterio fiable para distinguir una espe-
cie de otra. Las placas interdentales son
muy diferentes entre ambos; por tanto, el
maxilar de Portugal es de un t. gurneyi.
La réplica de Joan Manuel Herná ndez concede la plausibilidad inicial del argumen-
to:
Herná ndez contraargumenta que las obras que no son catalogadas como ‘construc-
ciones’ son excepciones a la regla invocada.
37
El kiosko de cemento que se
está construyendo a la entrada
de Barichara no está cataloga-
do como construcció n
El kiosko de cemento que se
está construyendo a la entrada
Por tanto
de Barichara está a menos de
22,5 mts. de la vía nacional
El kiosko de cemento que se es- Por lo general en Co-
contra
tá construyendo a la entrada lombia no se puede
edificar a menos de Por tanto
de Barichara se puede edificar
a menos de 22,5 de la vía 22,5 de las vías:
El kiosko de cemento que se
está construyendo a la entrada
de Barichara se encuentra por
fuera de lo permitido en las
normas patrimoniales de la
nació n
Recusación por contraanalogía
(1) P es a C como Q es a D;
(2) Q no favorece la conclusió n D;
(3) Por tanto,
(4) P no favorece la conclusió n C.
Hay obras del pasado que conservan plena vigencia, claro, pero deducir de aquí
que el arte no progresa es una inferencia gratuita. Equivale a afirmar que la física
no progresa porque seguimos admirando la obra de Newton.
J. Londoñ o, “Un dogma sospechoso”. El Espectador 14/06/2011
Londoñ o expone primero el argumento que va a recusar: hay obras de arte del pa-
sado que conservan plena vigencia, por tanto el arte no progresa. Londoñ o afirma
que es una inferencia gratuita, y para justificarlo compara ese argumento con otro,
que considera evidentemente invá lido: seguimos admirando a Newton, por tanto la
física no progresa.
38
puede formularse así: no es cierto que si seguimos admirando a Newton, la física no
progresa, por tanto no es cierto que si hay obras de arte del pasado que conservan
plena vigencia, el arte no progresa.
39
④ Casi todos los bienes
producidos por el ser hu-
mano representan algo
Supongamos que ③ por el solo
hecho de manifestar que un ob-
Por tanto
jeto representa algo estamos en ⑤ (que prá cticamente
el campo de lo artístico: cualquier cosa sea una
⑤Casi todos los bienes obra de arte) resulta ab-
producidos por el ser hu- surdo y vacía el concepto
mano son obras de arte mismo de la obra
Por tanto
No es cierto que ③ si un objeto representa algo, estemos en el campo de lo artístico
④
Supó ngase que ③: Por tanto ⑤ es absurdo y vacía el
⑤ concepto mismo de la obra
Por tanto ①
No es cierto que ③ contra ③: Por tanto
②
Se puede responder a la pregunta “¿Qué tienen que ver las premisas con la conclu-
sió n?” comparando un argumento con otro que, pretendidamente, propone una in-
ferencia parecida.
¿Qué piensas de la censura como pasó con C. Tangana cuando se canceló su con-
40
cierto en Bilbao por el contenido machista de sus letras?
Tengo un punto de vista muy amplio de esto. Obviamente, creo que no era gran
cosa. Pero entiendo que allí ha ocurrido algo […] y estaba el ambiente un poco
cargado. No era la mejor idea llevar a este tipo de artistas. Es como si en un parti-
do de la NBA ponen una canció n que está guay, pero que habla de fumar ma-
rihuana y el estadio está petao de niñ os. Bá sicamente eso. No, ‘oh, Dios censura’.
No, hijo, no. Esto no es una dictadura, ni estamos aquí en un sitio que se coarte la
libertad. Eso es fliparse, lloriquear por nada.
«Mala Rodríguez: "Censura era poner a la gente en un paredó n y pegarles un
tiro"». Entrevista de Marina Prats a Mala Rodríguez en Huffpost, 27/10/2019.
41
En suma, el rasgo definitorio de una argumentació n por analogía es que se justifica
la validez de un argumento compará ndolo con otro aná logo que se presenta como
vá lido.
Argumentos de ponderación
Fray Felipe Ortuno Merchante sopesa una razó n a favor y otra en contra de la ex-
posició n de la réplica de la sá bana santa. La primera proporciona un argumento de
fines a medios, y la segunda a un argumento basado en valores. Fray Felipe conce-
de má s peso al segundo y lo justifica porque el fin no justifica los medios. Anterior-
mente nos centramos en la relació n entre los dos argumentos, mientras que ahora
nos interesa có mo justifica Fray Felipe Ortuno Merchante la atribució n de un peso
mayor al segundo argumento. Un posible diagrama del correspondiente metaargu-
mento de ponderació n es:
42
El fin no justifica los medios
Por tanto
El argumento de que se debe exponer la sá bana santa porque hacerlo atraería
má s fieles a la basílica de la Merced es má s débil que el argumento de que no se
debe exponer la sá bana santa porque hacerlo promovería el fetichismo religioso
43
Unidad 3. LA DIALÉCTICA Y LOS DIÁLOGOS ARGUMEN-
TATIVOS
Evaluación de argumentos
Argumentar es presentar, para su examen, algo a alguien como una razó n para otra
cosa, en el marco de un intercambio argumentativo, generalmente con el propó sito
de persuadir al destinatario. Por consiguiente, quien ofrece un argumento lo hace
con una triple pretensió n: (a) pretende que algo es una razó n para algo, (b) preten-
de persuadir al destinatario de ese algo, y (c) pretende participar en un juego de
pedir, dar y recibir razones. En consonancia, cuando nos preguntamos si un argu-
mento usado en una determinada situació n es un buen argumento, podemos estar
preguntá ndonos alguna o varias de estas cosas:
Evaluación retórica
Muir Gray y Fowler afirman que el hecho de que los accidentes de moto pueden ser
mortales no es una razó n efectiva para persuadir a los adolescentes de que sean
44
prudentes cuando viajan en moto. Esto es, mantienen que el argumento Los acci-
dentes de moto pueden ser mortales, por tanto hay que ser prudente cuando se viaja
en moto no es, dirigido a adolescentes, un buen argumento desde un punto retó ri-
co. Por ello Muir Gray y Fowler recomiendan usar má s bien el argumento Los acci-
dentes de moto causan parapléjicos, por tanto hay que ser prudente cuando se viaja
en moto, por considerarlo que los jó venes son má s sensibles a esta razó n que a la
anterior.
Evaluación lógica
La evaluació n ló gica se refiere al examen de las razones prima facie para determi-
nar si son razones pro tanto, y de estas para determinar si son concluyentes. Las
relaciones de oposició n entre argumentos son el nú cleo de la evaluació n ló gica. Se
han distinguido tres formas bá sicas de oposició n entre argumentos: objeció n, re-
cusació n y refutació n. Una razó n prima facie es una razó n pro tanto si resiste a las
objeciones y a las recusaciones, y una razó n pro tanto es concluyente si resiste a
las refutaciones.
45
má s peso que las razones que pudieran aducirse en su contra.
Algunos obispos africanos han dicho que si la Iglesia hace un cambio en la Comu-
nión para las personas que se divorcian y se vuelven a casar, algunas personas
que tienen relaciones de poligamia podrían preguntarse por qué no se puede ha-
cer algo por ellos también. ¿Es eso una preocupación que usted compartiría?
Sí. No es un mal argumento, porque los polígamos podrían decir, «mira, mi si-
tuació n es mejor que la de esos otros que abandonan a su primera mujer y bus-
can una nueva. Yo no abandoné a mi primera mujer, ella permanece conmigo y
solo busqué una segunda. ¡Dios aú n toleraba la poligamia en el Antiguo Testa-
mento!»
Tenemos que buscar otro camino para garantizar la compasió n hacia aquellos
que está n en dificultades. ¡Tú no resuelves un dolor de cabeza cortá ndola!
“Cardenal Arinze: un matrimonio santificado por el sacramento no puede ser
roto por ninguna autoridad”. Entrevista de John L. Allen Jr. al Cardenal Arinze.
Infocató lica, 18/10/2015. http://www.infocatolica.com/?t=noticia&cod=25108
Consultado 20/07/2018.
El cardenal Arinze interpreta la pregunta de Allen como una petició n para que
evalú e un argumento. El argumento en cuestió n es este:
Hay que admitir a los cató licos divorciados y vueltos a casar civil-
mente a la Comunió n
Por tanto
Hay que admitir a los cató licos polígamos a la Comunió n
46
Por tanto
El pecado del polígamo es menos grave que el del divorciado y vuelto a casar
civilmente
Evaluación dialéctica
47
2015] porque fue alcalde y procurador en Cortes durante el franquismo está
fuera de lugar ya que distorsiona el enfoque y traslada el asunto a un terreno
político que no recuerdo que se hubiera suscitado en los cincuenta casos ante-
riores de autores homenajeados.
Eugenio Girá ldez, “Filgueira, un trauma para el nacionalismo”. La Voz de Ponte-
vedra, 13/07/2013.
Girá ldez alega que aducir que Filgueira Valverde fue alcalde y procurador en Cor-
tes durante el franquismo es improcedente (“está fuera de lugar”) en el marco de
un debate sobre méritos literarios y académicos. Las reglas que rigen la delibera-
ció n sobre quié n debe ser homenajeado en el Día das Letras Galegas no está n es-
critas, por lo que para identificarlas se debe atender al discurrir de esas delibera -
ciones a lo largo de los añ os, Cuando Girá ldez señ ala que no recuerda que se ha-
yan esgrimido razones de índole política en los cincuenta casos anteriores de au-
tores homenajeados, lo que está haciendo es argumentar que una norma consue-
tudinaria prohíbe usar argumentos de ese tipo en la deliberació n sobre quién
debe ser homenajeado en el Día das Letras Galegas.
Reglas dialécticas
Las reglas que rigen los intercambios argumentativos son reglas de acció n, que
prohíben, permiten o recomiendan una acció n en determinadas circunstancias.
Son, ademá s, reglas convencionales y procedimentales, en la medida en la que es-
tablecen un procedimiento o método para argumentar. Las reglas dialécticas pue-
den ser de distinta índole y generalidad. La pragmadialéctica propone un modelo
ideal de discusió n razonable, llamado “discusió n crítica”, con cuatro fases y de
diez reglas que pretendidamente valdrían para cualquier discusió n razonable.
48
cuá l es la conclusió n que puede sacarse de la discusió n.
Para que la discusió n sea razonable, los participantes deben respetar ade-
má s las reglas siguientes a los largo del intercambio argumentativo (en cursiva la
fase en la que le regla es pertinente).
49
Tipo de diálo- Situación inicial Propósito de los parti- Fin del diálogo
go cipantes
Debate Necesidad de ejercitar- Demostrar sus habilida- Adquirir y mejorar las ha-
se en la argumentació n des argumentativas bilidades argumentativas
Deliberación Dilema o necesidad de Tomar una decisió n Elegir el mejor curso de
elegir un curso de ac- conjunta acció n
ció n
Diálogo erís- Conflicto personal Atacar verbalmente al Ahondar en las bases del
tico oponente conflicto
Diálogo ex- Necesidad de delimitar Explorar el alcance de Llegar a un acuerdo sobre
ploratorio una posició n o concep- una posició n o concep- el alcance de una posició n
to to o concepto
Diálogo heu- Necesidad de una expli- Encontrar y defender Elegir la mejor hipó tesis
rístico cació n una hipó tesis adecuada para contrastarla
Falacias
Una falacia es, ante todo, una violació n de las reglas del intercambio argumen-
tativo. Esa violació n puede ser intencionada, y se habla entonces de “sofisma”, o no
intencionada, y se habla entonces de “paralogismo”. Los sentido retó rico y ló gica
de falacia se derivan del sentido principal, dialéctico, en la medida en que cabe su-
poner que en todo intercambio de argumentos los participantes está n sujetos a re-
glas que les obligan a usar argumentos que consideren buenos en todos los senti-
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dos. Para el sentido retó rico, esa exigencia puede formularse así en el formato de
las reglas de la pragmadialéctica:
La transgresió n de esta regla da lugar a falacias retó ricas. En cuanto a las falacias
ló gicas, las reglas 6 y 7 del decá logo pragmadialéctico prescriben, respectivamente,
que los participantes no deben usar argumentos que consideren objetables o recu-
sables, y la regla 8 que no deben usar argumentos refutables.
No debería nadie engañ arse con el argumento falaz de que las prostitutas son, al
fin y al cabo, unas trabajadoras má s, en este caso trabajadoras del sexo, y que
con tenerlas incluidas en la Seguridad Social y hacerlas pasar regularmente unos
exá menes médicos tendríamos acotado el problema. Porque eso es mentira. Pue-
de que haya unas pocas mujeres que reivindiquen su derecho a ganarse la vida
de esa manera, pero son las menos.
Victoria Prego, “Una propuesta digna de aplauso”. El Mundo 21/10/2015.
http://www.elmundo.es/espana/2015/10/21/5626b70946163fa1198b45c-
c.html
Las prostitutas son, al fin y al cabo, unas trabajadoras má s, en este caso traba-
jadoras del sexo
Por tanto
El problema de la prostitució n se resuelve incluyendo a las prostitutas en la
Seguridad Social y haciendo que pasen regularmente unos exá menes médicos
La razó n para tenerlo por falaz es que es de conocimiento comú n que la premisa
falsa (“es mentira”, en palabras de Prego). Este sentido de falacia, relacionado con
la objeció n y por tanto aparentemente ló gico, remite a una regla de la comunica-
ció n (y por ende de la argumentació n) que puede formularse así: “No afirme nada
que crea falso” (y que puede relacionarse con la regla 6 de la pragmadialéctica).
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sona. La estrategia sería: sugerir que, si la forma de ser o de actuar de un
sujeto es rechazable o inaceptable, la tesis (o el argumento) defendida
por él también es rechazable o indigna de tomarse en cuenta.9
Herrera y Torres mantienen que la garantía de tales argumentos es invá lida, por lo
que también lo son todos los argumentos que instancien este patró n argumental.
José Miguel Mulet llama argumentum ad naturam este tipo de argumentos, cuya ga-
rantía es el principio de que algo es bueno porque es «natural» o malo porque es
«antinatural». Tales argumentos son falaces, mantiene Mulet, porque ese principio
“claramente contradice nuestros conocimientos bá sicos de química, que establecen
que las propiedades de cualquier compuesto dependen de su composició n, no del
origen” (J.M. Mulet, “La falacia del argumentum ad naturam”. Mètode 95.
19/12/2017).
Aquí Gil Calvo tacha de falacia al argumento secesionista porque la refutació n si-
guiente es, a su juicio, de dominio pú blico:
9
Alejandro Herrera y José Alfredo Torres, Falacias, p.26. México: Editorial Torres Asociados, 1994.
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El secesionismo defiende el derecho a El secesionismo defiende la insu-
decidir, que es democrá tico y progre- pero misió n fiscal de las clases propie-
sista tarias autó ctonas
Por tanto Por tanto
El secesionismo catalá n es democrá ti- El secesionismo es per se reac-
co y progresista cionario y antidemocrá tico
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