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El documento discute la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la autoridad parental y la autonomía progresiva de los niños. Argumenta que la interpretación estricta de los pilares constitucionales relacionados con los padres no considera el desarrollo dinámico del derecho y la sociedad. También sostiene que los niños maduran más rápidamente hoy debido a factores como el acceso a Internet y las redes sociales, y están más preparados para comprender el mundo.
El documento discute la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la autoridad parental y la autonomía progresiva de los niños. Argumenta que la interpretación estricta de los pilares constitucionales relacionados con los padres no considera el desarrollo dinámico del derecho y la sociedad. También sostiene que los niños maduran más rápidamente hoy debido a factores como el acceso a Internet y las redes sociales, y están más preparados para comprender el mundo.
El documento discute la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la autoridad parental y la autonomía progresiva de los niños. Argumenta que la interpretación estricta de los pilares constitucionales relacionados con los padres no considera el desarrollo dinámico del derecho y la sociedad. También sostiene que los niños maduran más rápidamente hoy debido a factores como el acceso a Internet y las redes sociales, y están más preparados para comprender el mundo.
Comentario sobre sentencia del TC con fecha 30 de julio, 2021.
Desde los remotos tiempos de la Antigua Grecia y el juicio a Sócrates, el tema de
la autoridad de los padres y su autoridad educativa, ha sido siempre resguardada cuidadosamente, un fundamento intocable del cual ni siquiera la agudeza argumentativa de dicho filosofo, habría de ponerse en duda o cedida ante afectación alguna. Y es así como tampoco debemos olvidar que el pueblo de Atenas en un futuro próximo, se arrepentiría de aquel juicio. Respecto al fondo de los asuntos discutidos como “inconstitucionales”, siendo estas disposiciones contrarias a la ideología establecida en dicho cuerpo legal, nos resulta que yendo más allá, se evidencia una colisión de perspectivas que van naciendo de la discusión social y de la misma experiencia en la realidad, contrapuesto al apego casi como costumbre de dichas disposiciones sacrales. Esto es una profundidad de contenido que se origina de lo social, que no es posible nuevamente institucionalizar mediante los cauces dirigidos a dicho propósito, siendo irónico que por similares motivos dicho texto tiene sus días contados. Títulos como “laica y no sexista” (que en la misma sentencia podemos encontrar un extracto explicativo bastante locuaz), o la “autonomía progresiva” del niño, niña y adolescente, nos hace presenciar un grito de realidad que se amontona, que encuentra una forma de dejar de ser negada mediante artificios sostenidos por interpretaciones añejas, que aún así son barridas por la dinámica viva y torrente de los miembros de la comunidad. Sobre la Autonomía Progresiva: A mi considerar, sostengo similares puntos de vista frente a ambas temáticas impugnadas. Veo una interpretación de carácter estricta de pilares rebosantes de sacralidad constitucionales, que por lo mismo padecen intactas, yendo en su refuerzo, la costumbre u escenarios ficticios que resuenan en las mentes de ciertos parlamentos, esto es en caso de llegar a concretarse dichas disposiciones legales, imaginarios improbables extraviados de contexto. Expongo lo dicho, porque percibo a manera de sorpresa, y es que a pesar de especificar en el proyecto de ley, una armonía frente a cada caso en concreto, se malentiende lo que busca de por sí. No se trata de quitarle la preferencia a los padres, ni menos sacarlos del juego. En la clases pasadas se estudió el hecho de que el Derecho Chileno no desarrolla de forma expresa el principio de “autonomía progresiva”. El punto es sembrar dichas semillas que marquen un puntapié para en el camino ser moldeadas dichas herramientas para este sector referente a los niños, niñas y adolescentes, en una calidad como tal de sujetos de derecho El punto de vista del Derecho como algo fría o insensible (alusión arriesgada por mi parte), deberá abrirse tal como exige su naturaleza dinámica a la afectación debida que exclama el tejido social que da vida al derecho, los sujetos, y no cualquier grupo de sujetos. Hoy en día la realidad de la Familia es algo compleja, por no decir critica, por lo que tomaré solo una dimensión en particular. A modo de ejemplo, sucede que debido a la situación socio-económica que enfrenta el mundo, cada vez es más frecuente que ambos progenitores tengan largas jornadas laborales, haciendo no las menos veces que los menores de edad se hallen rodeados de soledad tempranamente. Siendo más que en cualquier otra época, su formación valórica o educativa encargadas a las distintas fuentes que encontrasen en la Internet, o grupos de amistades que se logra enlazar en estas misma virtualidad (videojuegos, o RRSS), tanto así que su desarrollo como individuo se encuentra afecto a innumerables redes, y que es tal la magnitud del conocimiento al que puede acceder, sin hacer falta decirlo, que se ha de encontrar frente a la biblioteca más grande conocida en la historia de la humanidad. Considero así por mi parte, el afirmar que la madurez del niño, niña y adolescente cada vez se desarrolla más prematuramente, más allá de su complejidad en cuanto a las medidas de esta calificación, sino el dejar entrever que cada área susceptible de este entramado se halla más estimulada por el entorno cultural en que se hallan los individuos como tal, y más aún el sector los preadolescentes y adolescentes, encontrándose así cada vez más aptos para entender el mundo en sí, como sus contextos domésticos. No es de mi intención querer proclamar algo así como una muerte a la “infancia”, pero si hallar gérmenes de un mayor desarrollo en las generaciones futuras en cuanto a el entendimiento y por qué no, ejercicio de las herramientas que el mundo exterior les ofrece.