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Universidad de Margarita

Alma Mater del Caribe

Vicerrectorado Académico

Decanato de Ciencias Jurídicas y Políticas

Cátedra: Seminario Metodológico de la Investigación

Sección M-01

ENSAYO REFLEXIVO
Ejes Temáticos, Referentes Teóricos y Empíricos, Contextualización

Profesora: Abg. Antonio Sereno Alumno: Br. Juan


Lunar

CI: V-27.684.458
El Valle del Espíritu Santo, 23 de Febrero de 2022

ENSAYO REFLEXIVO

El núcleo familiar ha sido históricamente un elemento fundamental para el desarrollo


de la humanidad. En tiempos pasados como en el presente, la familia ha venido
representando para el individuo un contexto de desarrollo humano, basado en el apoyo,
la colaboración, el respeto y la convivencia familiar, donde los derechos y deberes son
garantías fundamentales para el libre e integral desenvolvimiento del ser humano. Así
pues, los ordenamientos jurídicos del mundo reconocen a la familia tradicional: padre,
madre e hijos, como sujetos de derechos con protección legal.

“La familia es la célula fundamental de la sociedad” es una frase con mucho


significado que escuchamos desde los primeros años de nuestro proceso escolar. Y es
indudable lo que representa la familia para el colectivo social, para una nación, un país
y para el mundo. Desde las familias se crean los lazos más importantes, los valores
trascendentales del ser humano, que servirán para definir el comportamiento del
individuo en la sociedad, en su relación con sus pares, con el Estado y con sus afectos.
Sojo (1995:17) argumenta que “la familia es, en esencia, el resultado de un hecho
natural o biológico”, sin embargo, no necesariamente la familia se reduce a un vínculo
meramente biológico, sino que se extiende a otros modelos basados en el respeto, el
cariño, el afecto y el apoyo de todos los integrantes del grupo familiar.

El contexto actual con todos los cambios y transformaciones en el orden económico,


tecnológico, político y social supone un desafío para una nueva manera de concebir las
instituciones familiares y, por ende, la legislación y los instrumentos jurídicos que deben
garantizar la protección integral no solo de la familia tradicional sino de las nuevas
modalidades de familias. Es un hecho común, por tratarse de un fenómeno humano, el
número creciente de divorcios y separaciones de las parejas con hijos, y es también un
hecho reiterado la unión de estas personas con otras y la conformación de un nuevo
tipo de familia. Esto es lo que se conoce como familia ensamblada.

En el caso de Venezuela, elementos consustanciales como la diáspora incrementan


las separaciones y los divorcios. En entrevista realizada a la doctora Brigitte Baena,
magister en sexología médica, en el portal de noticias Venezuela al Día, en el año
2019, señaló: “Estamos en tiempos en que la gente se queda sin su pareja, familia y
amigos por estar en búsqueda de nuevas oportunidades”. A esto hay que sumarle una
forma expedita de divorcio en nuestro ordenamiento legal, que se denomina divorcio
exprés y proviene de una sentencia constitucionalizante.

Ante una dinámica tan compleja entra en este contexto un tipo o modelo de familia
que es la familia ensamblada, que según Grosman (2015:86-87) “es aquella originada
en el matrimonio o unión convivencial cuando uno o ambos integrantes de la pareja
tienen hijos nacidos de una unión anterior con o sin hijos comunes”. La autora continúa
señalando que la vida demuestra que, al finalizar una unión por divorcio, fallecimiento o
separación, uno de los miembros o ambos pueden volver a formar una nueva unión, lo
cual crea lazos y vínculos entre el cónyuge y los hijos propios del otro.

Se habla de manera similar de familias recompuestas o reconstituidas en otros


sistemas legales, pero en el nuestro, el Tribunal Supremo de Justicia en sentencia de la
Sala Constitucional No. 693 del 2 de junio de 2015 (que establece con carácter
vinculante las causales de divorcio contenidas en el artículo 185 del código civil), las
define también cuando enuncia las distintas categorías de familia expresando que hay
“familia sustituta, familia adoptiva, familia recompuesta, por procreación asistida,
monoparental y pluriparental”, siendo la recompuesta la que nos interesa, así mismo
debemos enfocar el señalamiento de la misma sentencia que anuncia que “lo
importante de estas categorías familiares es que se caracterizan por la igualdad de
derechos y deberes entre sus integrantes, haciendo alusión al artículo 75
constitucional”.

A pesar de esta sentencia que aclara las clasificaciones o categorías familiares, lo


cierto es que en nuestro ordenamiento jurídico estas familias si bien son aceptadas, no
están protegidas por una legislación específica. El Código Civil data del año 1982 y
como protección específica previó la figura de la curatela para resguardar los bienes de
aquellos hijos sometidos a patria potestad que entran a integrar una familia
ensamblada o recompuesta, disposición esta que es la única que se asemeja a el
problema que se pretende desarrollar. Pero no así, en cuanto a la posibilidad de
acceder al derecho sucesoral de uno de los integrantes de este núcleo familiar, llámese
padrastro o madrastra, en relación con los hijos no propios de esta nueva unión.

El vínculo espiritual y emocional que se construye entre los padres y madres con
respecto a los hijos de las familias ensambladas puede llegar a ser tan próximo,
arraigado y profundo como debe ser el vínculo con los padres de origen, y esto incluye
el acervo patrimonial. Muchas veces los hijos de estas familias tienen relaciones de
afecto, apoyo y comprensión más firmes que las que pueden tener con sus padres
biológicos. Si bien, la transferencia sucesoral de una propiedad en específico puede
hacerse a través de otras figuras legales como testamento o ventas, lo que se pretende
es visualizar la necesidad de proteger a través del derecho sucesoral en las sucesiones
ab intestato a los hijos de las familias ensambladas, los cuales la ley no los incluye
como personas con capacidad para suceder sin un testamento.

Este problema se presenta en un país donde aparentemente no hay cultura


testamentaria, y es solo cuando una persona fallece que se inicia el procedimiento
sucesoral que implica trámites y gestiones ante los organismos competentes,
quedando excluidos de esa vocación hereditaria los hijos criados, desarrollados y
educados dentro de la estructura de la familia ensamblada o recompuesta.

Mientras en otros países ya existen legislaciones que garantizan los derechos de los
hijos integrantes de este modelo familiar, significando el reconocimiento a la evolución
socio-cultural de las personas y la obligación del Estado de proteger, cuidar y regular
esas relaciones familiares, en Venezuela no es así, pues aún cuando existe el artículo
75 constitucional que establece la igualdad en derechos y deberes, sabemos que en la
práctica, el mandato constitucional no es suficiente si no existen disposiciones
específicas que regulen cómo proceder en los casos de los derechos sucesorales de
los hijos de las familias ensambladas.

Ante la dinámica de las relaciones sociales, la evolución de la convivencia humana y


la existencia de un mundo tecnificado, globalizado, y sometido a grandes cambios, que
han trastocado las formas de interacción en la humanidad, por ello es necesario
preguntarse: ¿Por qué el sistema jurídico no se adapta a los requerimientos de las
familias ensambladas? ¿Por qué los hijos de estos modelos familiares no cuentan con
un instrumento jurídico que desarrolle taxativamente la protección de ese patrimonio?
¿Por qué los hijos de las familias ensambladas no pueden tener derechos sucesorales
ab intestato si es considerado este como parte de una familia? ¿Es entonces el hijo o
hija de la familia ensamblada un ser de algunos derechos y otros no? ¿Se estaría
hablando entonces que los hijos de las familias ensambladas tienen una discriminación
en el área sucesoral? ¿Existiría una vulneración en la igualdad de derecho en las
familias ensambladas?

Estas preguntas se las hace el estudiante investigador, en el entendido de que es


una obligación del Estado proteger los derechos de las familias, de sus miembros y de
los ciudadanos en general; desde esta perspectiva al Estado le corresponde precisar o
definir esos derechos y también los deberes concernientes a los padres e hijos de una
nueva forma o modelo familiar, tomando en cuenta los principios jurídicos establecidos
en la carta fundamental como es el derecho a la igualdad.

Es importante destacar que el Estado como ente regulador de las actividades y


relaciones jurídicas de los ciudadanos, debe asumir los cambios configurados en las
relaciones familiares, comprendiendo la realidad actual, los nuevos tiempos y la
importancia de dotar de derechos, procedimientos y alternativas de resolución de
conflictos a los sectores que carezcan de ellos, como es el caso de los hijos de las
familias ensambladas en cuanto a sus derechos sucesorales.

Todas estas apreciaciones enmarcan a un estudio hermenéutico en la línea del


derecho civil y medios alternativos, enfocados directamente en la falta de protección
legal de las familias ensambladas, específicamente en el derecho sucesoral ab
intestato de los hijos de estas categorías de familias; problema este que se visualiza
comúnmente en la sociedad actual y que pretende una necesidad para resolver
eficiente a merced de garantizar el respeto de los derechos propios de una familia.

Es interesante reflexionar al respecto para orientar al estado a legislar en estas


materias ya que, como se visualiza en otras partes del mundo, existe la necesidad de
que las familias ensambladas tenga protección en el orden sucesoral intestada, así se
evidencia cuando Vaquer, A e Ibarz, N (2017:212), Catedrático del Derecho Civil de la
Universidad de Lleida y Abogado respectivamente, hacen alusión de que la legitima y la
sucesión intestada corresponde a los lazos de sangre, el vínculo paternofilial y el
vínculo conyugal, pero que “los hijastros e hijastras, los padrastros y madrastras, ni son
legitimarios ni tienen derecho alguno en la sucesión intestada”, cuestión esta que
genera que uno de los derechos de familia se vean afectado y, por ende, exista la
necesidad de una protección legal en materia sucesoral para las familias ensambladas.

Teniendo planteado objetivamente el problema de investigación, se pretende


estudiar, reflexionar, comprender y teorizar la necesidad de tener una protección legal a
las familias ensambladas en cuanto a los derechos sucesorales ab intestato, problema
este que se visualiza en la cotidianidad de los venezolanos y que la legislación no ha
definido ni desarrollado preceptos para garantizar que no se vulneren los derechos de
esta modalidad de familia. Sin duda alguna, es un hecho que está en la sociedad actual
pero que muy poco se habla sobre sus consecuencias a partir de la falta de ley, es por
ello que la intención es reflexionar para poder elucidar soluciones viables para los
numerosos casos que están activos en el territorio nacional.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

 Cedrom (2019). Aumentan los divorcios en Venezuela gracias a la


diáspora. Entrevista Venezuela al Día. Venezuela
https://venezuelaaldia.com/2019/10/09/aumentan-los-divorcios-en-
venezuela-gracias-a-la-diaspora/
 Grosman, C. (2015). Sumar Realidades Familiares: La Familia Ensamblada
en la Reforma del Código Civil. Revista interdisciplinaria de doctrina y
jurisprudencia. Facultad de Derecho y Ciencias Sociales Universidad de
Buenos Aires. Buenos Aires, Argentina: Edit. Abeledo Perrot
 Sereno, A. (2020). Manual para la Elaboración y Presentación de Trabajos
de Investigación Cualitativa. Subsistema de Docencia. Universidad de
Margarita. Estado Nueva Esparta, Venezuela.
 Sojo, R. (1995). Apuntes de Derecho de Familia y Sucesiones. (12ma. Ed.).
Caracas, Venezuela: Edit. Mobil Libros.
 Vaquer, A. e Ibarz, N (2017). Las Familias Reconstituidas y la Sucesión a
Título Legal. Revista de Derecho Civil ISSN 2341-2216. Vol. IV, núm. 4
octubre-diciembre, 2017. Generalidad de Cataluña. Universidad de Lérida.
España
 Sentencia No. 693 de fecha 2 de Junio de 2015. Sala Constitucional del
Tribunal Supremo de Justicia.

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