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Presentación 

AUTORES
China
Ver artículos de este país
Redacción
Lucie Rault (2012)
UNIMA China (2012)

Traducción
El teatro de títeres en China es, como el de actores, un Kathy Foley (2012)
acontecimiento total que incluye a todas las artes: música, canto, Fan Pen Chen (2012)

declamación, mímica, danza, artes marciales, ritos, artes plásticas Modificación


y artesanales. Los títeres no sólo tienen un propósito educativo y Kathy Foley (2012)
Fan Pen Chen (2012)
recreativo, sino que también materializan puntos de vista
filosóficos y religiosos, proporcionando a los espectadores
ARTÍCULOS RELACIONADOS
recursos espirituales y psicológicos. Aunque han desaparecido
algunos géneros (por ejemplo, los títeres de agua), aún se
Corea
conservan los títeres de guante, de varilla, de varilla de hierro
(colocada en la parte trasera de la figura), de hilos (marionetas) y Pakistán
de sombras. Pese a que los cambios procedentes de la
Vietnam
globalización repercutieron en la cultura agrícola rural, principal
sustento del arte tradicional de los títeres, este género sigue vivo, Himalaya
aunque en nuevos contextos.
Lin Tsan-Cheng
Este artículo incluirá también las manifestaciones del arte en la
diáspora, ya que, donde quiera que emigraran, los chinos llevaban Huang Hai-Dai
su cultura consigo. Así, encontramos títeres chinos de sombras y
de guante en California, donde los chinos llegaron para trabajar Zhongguo Muou

en la construcción de la línea ferroviaria transcontinental en el Yishutuan

siglo XIX. Los títeres de guante de Fujian y Quanzhou se siguen


El Rey Mono
utilizando en las representaciones realizadas en templos budistas
chinos de Malasia, Indonesia, Singapur, o Taiwán y pueden haber Qiangmu
originado nuevas tradiciones. Los títeres de sombras de Taiwán se Autómatas, androides
basan en modelos tradicionales chinos. La población china de y robots
Tailandia sigue empleando los títeres de varilla de hierro y de
varilla. Quizá la mayor difusión de la cultura china se produjo en la Teatrillo

isla de Taiwán, que fue invadida por Japón (1895-1945) hasta


Narradores
quedar bajo el dominio de los nacionalistas chinos (1949) y donde
conviven las lenguas y las tradiciones procedentes de China con Repertorio
los habitantes indígenas que hablan lenguas austronesias. A día
de hoy, siguen realizándose representaciones basadas en los CONTEMPORÁNEO
rituales chinos en los templos taiwaneses.
Johann Georg
Las representaciones tradicionales en China suelen hacer
Geisselbrecht (1762-
referencia al Cielo, en forma de personajes como los dioses
fallecido después de 1826)
daoístas (taoístas) y los héroes de Baxian guohai (Los ocho
Alexandre Bertrand
inmortales cruzan el océano) y Fengshen yanyi (Investidura de los
(Finales del siglo XVII-
dioses) o el hijo responsable de la obra budista sobre la
Francia)
compasión filial Mulian jiumu (Mulian salva a su madre), en la que
Brioché (Siglos XVII-XVIII)
Mulian baja a los infiernos en busca de su madre pecadora. Estas
historias tratan sobre humanos que solicitan ayuda a los dioses.
INFORMACIONES
Desde sus orígenes, a principios de nuestra era, el arte del títere –
de hilos, de guante o de varilla– ha estado, en China, subordinado  Informar de un error
a su aspecto ritual y propiciatorio; pero, durante la Dinastía Qing
 Artículo CC-BY-NC-SA
(1644-1911), desarrolló también una importante función de
entretenimiento y permaneció estrechamente vinculado con las
formas operísticas locales (xiqu). Con la llegada de la República
Popular China (1949), el gobierno comenzó a apoyar las artes
escénicas de forma continua mediante la fundación de compañías
gubernamentales formadas por artistas procedentes de las
mejores compañías privadas y modernizó el repertorio. El arte del
títere como profesión a tiempo completo fue una realidad para
grandes grupos de artistas que formaban las compañías
sustentadas por el gobierno. La Revolución Cultural de l966-1976
tuvo importantes repercusiones. Muchos de los artistas de
compañías privadas rurales que mantenían las prácticas
tradicionales se vieron obligados a destruir sus títeres y suspender
sus funciones, mientras que el repertorio de las compañías
urbanas que contaban con el apoyo gubernamental se limitó a
obras políticamente aceptables y al cabo de pocos años, estos
grupos también dejaron de actuar.    

Habría que esperar hasta 1980 para asistir al renacimiento del arte
del títere en China. Desde entonces, se han creado nuevas obras,
se han estudiado nuevas tecnologías y se ha promovido la
conservación de las artes antiguas. Los vínculos rituales prosiguen
en ciertas zonas rurales de China y en Taiwán (ver Ritos). Desde
2006, las autoridades chinas comenzaron a contrarrestar las
amenazas a las que se enfrenta este patrimonio cultural
inmaterial, fomentando que las compañías sigan desarrollando y
preservando este arte. En China continental, Hong Kong, Taiwán, e
incluso en muchos de los países que acogen a los emigrantes
chinos, el arte del títere sirve tanto como manifestación
tradicional, como de expresión artística contemporánea.

Origen de los títeres


Las excavaciones arqueológicas revelan que el concepto de que el
alma de una persona no moría junto con su cuerpo era propio de
la cultura funeraria en la antigua China. El alma seguía existiendo
como un fantasma, que tenía continuidad en la vida humana. Por
tanto, los objetos funerarios de dicho espíritu se corresponderían
con las necesidades de la vida. Así, los cuerpos de los
emperadores de la dinastía Shang (siglos XVIII-XI a. C.) y los
primeros representantes de la dinastía occidental Zhou (siglos XII–
VIII a. C.) se enterraron acompañados de algunos objetos –jades,
bronces, instrumentos musicales, armas, carros y espadas– pero
también víctimas, animales y humanas, sacrificadas con el
difunto, y “compañeros de muerte” (renxun). Parece ser que hacia
el siglo III a. C., los seres vivos enterrados con el muerto
comenzaron a sustituirse en las tumbas, bien por estatuas de
tamaño natural –como se puede ven en la armada de guerreros
de Qin Shi Huangdi (259-210 a. C.)-, bien por figurillas de paja
(zhouling) o también por estatuas de barro o madera, yong, como
las que datan de la antigua dinastía Han occidental (206 a. C.–8 d.
C.) que se encontraron en 1979 en el distrito de Laixi en
Shandong, que se caracterizan por tener tamaño humano (193
centímetros) y estar articuladas por trece sitios distintos;
preparadas para tomar todas las posiciones y reproducir todos los
movimientos del cuerpo. La presencia de pequeños agujeros en
estas figuras, y de hilos de plata cerca de ellas, parece demostrar
que se trataban de títeres manipulados con hilos. Así podemos
datar en esta época el comienzo del uso de este títere. En la
provincia de Hunan, los descubrimientos de Mawangdui, en
Changsha, durante el mismo periodo, incluyen figuras de madera,
talladas y montadas, que representaban músicos y bailarines con
distintas posturas y expresiones. Los expertos en el arte del títere
creen que existe una relación entre dichas figuras de madera y el
espectáculo de títeres posterior.

Cabe destacar la estrecha relación entre el yong (estatuas que


representaban sacrificios humanos en las tumbas) y el “títere”,
cuya función principal es similar. Tal y como demuestran las
fuentes históricas, algunas de las cuales datan de la época Ming
(1368-1644), el arte de los títeres está estrechamente ligado a los
poderes mágicos que tienen aquellos que los manipulan. El título
de “maestro” (xiansheng; shifu; shigong), dado a un titiritero,
revela el respeto que se le tenía, debido a sus poderes, ya que
ningún actor, por muy conocido que fuera, recibía este nombre.
Aunque el estatus legal y social de los actores era mayor, los
titiriteros disfrutaban de consideración, sobre todo porque poseían
conocimientos y tenían un papel que antaño se le daba al
chamán, curandero, adivino o sacerdote taoísta. De este modo, si
dos compañías, una de teatro y otra de títeres, se encontraban en
el mismo lugar de representación, la prioridad era siempre para el
espectáculo de títeres, por respeto hacia ese género del que,
según la tradición, nacía el teatro de actores: los gestos, la
expresión corporal y las coreografías de éstos, en especial los
actores de Jingju (Ópera de Beijing) eran imitaciones de los
títeres; en Taiwán, de hecho, el títere principal, Xianggong
(Marshall Tian), es también el santo patrón de los actores. Fujian
(incluyendo Quanzhou) y Guangdong (incluyendo Chaozhou), son
los grandes focos del arte del títere en China, mientras que el
teatro de sombras prospera en otras regiones. Las fuentes
antiguas confirman que los títeres servían de complemento
artístico para las ceremonias funerarias. Los expertos occidentales
del siglo XIX que sostenían que el arte dramático procedía de los
ritos religiosos sustentan su argumento en base a los objetos,
textos, ritos populares chinos que todavía perviven en algunas
zonas.

Evolución histórica
Las fuentes escritas antiguas alusivas a los títeres son
relativamente raras y están dispersas. El primer documento con el
que contamos es Jia Yi xinshu (Nuevos escritos de Jia Yi, 201-169 a.
C., dinastía Han) que dice, “Mientras resuena el tambor, los títeres
se colocan para bailar”. Según aparece en Yanshi jiaxun (Las
instrucciones de la familia Yan) de Yan Zhitui (531–591), literato
durante la dinastía Qi del norte (550-577), “Guo Tu se denomina
comúnmente títere”, lo que demuestra que el personaje del calvo
Guo era popular en ese momento. Incluso hoy en día, el
espectáculo de títeres de Heyang en la provincia de Shaanxi
cuenta con un personaje especial llamado Laibaozi (Calvo), que
probablemente es la misma figura. Según los textos históricos,
podemos afirmar que los títeres manipulados por hombres se
utilizaban para representar historias sencillas en China antes del
periodo de la dinastía Qi del norte. De este modo, el Ji Hanshu
(Memorias de los Han) de Liu Chao de los Liang (siglo VI) nos
informa que “bajo la dinastía Han, las gentes de la capital
fabricaban muñecos para las fiestas y las bodas, y para los
entierros se cantaba y se manejaban los muñecos al son de la
música de funeral…”. En Tongdian (Instituciones completas), la
obra enciclopédica escrita por Du You, de 766 a 801,  se indica que
“se fabricaban muñecos para manejarlos, hacerlos cantar y bailar.
En sus orígenes, utilizábamos estos muñecos para los ritos
fúnebres, pero hacia finales del siglo III, la gente comenzó a
utilizarlas para todo tipo de festividades”. Aunque el texto se
redactó con posterioridad al periodo Han (206 a. C.–220 d. C.),
reafirma la idea de la adaptación de los títeres de los ritos
funerarios a otro tipo de actos. La utilización cada vez más
frecuente de los títeres implicó el desarrollo de técnicas de
manipulación más elaboradas, correspondiendo a un desarrollo
gestual y coreográfico, sin duda influenciados por los “cien juegos”
(baixi), desarrollados bajo la dinastía Han, que incluían acrobacias,
malabares y otras diversiones. A día de hoy, los títeres siguen
presentándose como fiestas circenses.

Bajo la dinastía Tang (618-907), la apertura a culturas exteriores,


sobre todo de la India, la proliferación de géneros musicales y la
influencia recíproca de estos estilos entre sí, favorecieron un
desarrollo sin igual de las técnicas y expresiones culturales y
artísticas, en particular las disciplinas musicales, la danza y los
juegos de títeres de diversos tipos. Chaoye qianzai (Crónica
completa de los asuntos dentro y fuera de la Corte), un cuaderno
de apuntes escrito por Zhang Zhuo, relata los acontecimientos
producidos entre los reinados de Wu Zetian (624-705) y Xuanzong
(685-762), y cuenta la historia de un monje de madera que pide
limosna con un recipiente lleno de monedas de cobre fabricado
por un maestro artesano. Así pues, la artesanía de los “títeres
mecánicos” ya presentaba un nivel notablemente alto. Otros dos
documentos, Kuilei yin (Canción sobre los títeres) y Muren fu
(Poema acerca de un títere de madera) nos hablan de la destreza
de los artesanos para fabricar títeres de hilos de aspecto real y del
elevado nivel de las representaciones en las calles y residencias
oficiales. Durante la dinastía Tang encontramos referencias a las
marionetas, las figuras de varilla y los títeres de disco ling
(probablemente títeres automatizados que bailaban sobre platos).

Con la dinastía Song llegó la urbanización y con el desarrollo de


los artesanos e industrias locales, el arte de los títeres
experimentó una gran expansión. Su público se extendió a las
clases populares y existen pruebas de las representaciones de
sombras y de títeres de diversos tipos en Bianliang (Henan),
situada en la llanura central de China y capital de los Song del
Norte (960-1127) y en Hangzhou (Zhejiang), capital de los Song
del Sur (1127-1280). Existen cinco tipos de títeres utilizados en ese
periodo. Títeres de hilo, con los artistas Zhang Jinxian y Lu Jinxian,
famosos por sus representaciones realistas; títeres de varillas, con
Ren Xiaosan, Chen Zhongxi y Liu Xiaopushe actuando ante
multitudes embelesadas; títeres “de pólvora” (yaofa), como los
utilizados por Li Waining, un arte vinculado a los fuegos
artificiales, donde imágenes rellenas de pólvora creaban múltiples
figuras con su explosión; títeres sobre agua, que seguramente se
tratasen de autómatas hidráulicos de moda en la dinastía Tang
(género que todavía podemos encontrar en Vietnam), cuyos
representantes más célebres son Yao Yuxian, Sai Baoge, Wang Ji y
Jin Shihao; y títeres “de carne”, como los manipulados por Zhang
Fengxu y Zhang Fenggui. Aunque carecemos de una descripción
exacta de este género, podía tratarse de niños subidos a hombros
de adultos en una suerte de mimo. También abundan las
referencias a los espectáculos de sombras en ese periodo.

Los literatos de la dinastía Song aludían a los títeres en sus


poemas y éstos aparecían en pinturas y objetos de la época. La
pintura “Un espectáculo de títeres para niños”, de Liu Songnian
(1174-1224), muestra un niño en un sencillo teatrillo manejando un
títere de hilos mientras otro toca el tambor y dos niños más los
observan. “El espectáculo de títeres de un esqueleto”, de Li Song
(1166-1243) muestra a un esqueleto manipulando un pequeño
títere con su misma forma mientras dos niños y una mujer que
amamanta a su bebé contemplan su danza macabra. La imagen
puede relacionarse quizá con los pergaminos budistas sobre el
infierno (en los que los monjes budistas o los seglares predicaban
acerca de las penas del infierno), vinculándose probablemente
con el uso budista de los personajes con forma de esqueleto en
los bailes de máscara del Himalaya. “El espectáculo de títeres en
un espejo de bronce” muestra un sencillo títere de varillas que
está siendo manipulado por un artista oculto tras una cortina de
tela. También aparecen unos niños realizando un espectáculo de
títeres en las almohadas de porcelana del condado de Jiyuan, en
la provincia de Henan, durante la dinastía Song.

A pesar de la escasez de documentos sobre el arte de los títeres


durante la dinastía Yuan (1271-1368), la obra Lintian xulu (Registros
sobre los bosques y campos) habla sobre el uso de los títeres en
las oraciones para pedir bendiciones y prevenir los desastres; Zhu
Ming youxixu (Prefacio a las óperas del actor) trata sobre el
titiritero Zhu Ming y sus impresionantes aptitudes artísticas;
“Espectáculo de títeres durante el Festival de los faroles” versa
sobre la gran puesta en escena de los espectáculos de títeres. El
variado repertorio desarrollado por los narradores incluía
intermedios de danzas cómicas, malabaristas o títeres. La guerra
puso fin a la dinastía Yuan, antes del florecimiento de las artes del
títere con la dinastía Ming (1368-1644), en particular en la región
de Fujian, en el sudeste de China.

Durante la dinastía Ming (1368-1644), aparecieron muchos estilos


nuevos de canto, con distintas calidades vocales en las óperas
locales y esta regionalización trajo nuevos tipos de espectáculos
de títeres. Dos ejemplos típicos de ello son el espectáculo de
marionetas en el condado de Heyang, provincia de Shaanxi y las
marionetas de la prefectura de Quanzhou, Fujian. Aunque ambos
utilizan figuras de hilos, se caracterizan por las diferencias en el
estilo vocal, los instrumentos y melodías musicales, el lenguaje y
las costumbres locales. Durante la dinastía Qing (1644-1911) se
produjeron cientos de obras teatrales locales y, para cada tipo de
actor, se utilizaba el títere que más se le aproximara de acuerdo
con los temas, las obras, formas de cantar, instrumentos
musicales, maquillaje facial, vestuario y las características del
escenario de los espectáculos en las mismas zonas. Esta es una
característica importante de los espectáculos de títeres chinos.

Según la obra Ming Shi (Historia de Ming), los titiriteros de los


“espectáculos de títeres sobre el agua” se ocultaban bajo una tela
azul, que representaba el agua, en un periodo en el que este
género ya había sido olvidado. Dos de las obras sobre agua más
apreciadas durante el periodo son Los ocho inmortales cruzan el
océano y El rey mono lucha en el palacio submarino.

En Quanzhou, al sur de Fujian, fue dónde la técnica de fabricación


de títeres de hilos alcanzó su mayor sofisticación, ya que una
única marioneta podía tener de dieciséis a treinta hilos, y los
titiriteros las utilizaban para predecir el futuro. En esta época, el
género musical pihuang, con versos decasílabos o heptasílabos
cantados y su acompañamiento con una vihuela de dos cuerdas
(erhu/huqin), se desarrolló junto con el teatro de títeres de
guante (budaixi) e influyó a numerosos actores de ópera.
Posteriormente, la escuela de títeres de guante de Fujian, se
dividiría en dos escuelas principales- Zhangzhou, que era el centro
de la escuela del Norte, donde destacaban especialmente los
títeres de Longxi. Su repertorio se centraba en las escenas de
lucha y las obras acción, y se empleaba beiguan o música del
Norte, con predominio de los instrumentos de percusión (chuigu)
y la música marcial (wuyue). Y Quanzhou, en el Sur, que destacó
por sus temas legendarios y su música Nanguan, o música del Sur,
que representaba un género más cultivado (wenyue, música
literaria/cultural) con su conjunto de cuerda, viento y pequeños
instrumentos de percusión.

Durante la dinastía Ming también surgió un nuevo tipo de


espectáculo de títeres denominado budaixi o títeres de guante. En
ocasiones, un sólo artista llevaba a cabo el espectáculo. La
especialidad “sobre los hombros” (guante, quizás varillas) se creó
durante este mismo periodo; se denominaba así porque una sola
persona – que soportaba a través de varas un teatrino sobre sus
hombros – se encargaba de mover los títeres, de darles voz, del
canto y de tocar los instrumentos musicales. Debido a la gran
difusión de este tipo de espectáculo, adquirió distintos nombres
en cada región: en la provincia de Guangdong se denominó
“espectáculo de un solo hombre”; en la provincia de Hunan,
“espectáculo de las mil varas”; en Anhui, se conocía como
“espectáculo de los hombros”; en Sichuan, el “espectáculo
enfundado de varas”; mientras que en Jiangxi, se denominaba el
“espectáculo enfundado”. Además de los espectáculos ya
populares, como los títeres de varilla, de hilos, de guante, o sobre
los hombros, durante este periodo se desarrolló un nuevo tipo de
manipulación denominada “títeres de varilla de hierro”.

Bajo la dinastía manchú de los Qing (1644-1911), las compañías de


teatro de títeres se multiplicaron. Cada una poseía un teatrino de
bambú y una compañía de tres o cuatro personas que se
desplazaban de un pueblo a otro. Otras compañías, más
importantes, eran más bien sedentarias y se ubicaban en los
núcleos urbanos importantes, como las que se denominaban así
mismas “Teatro real del gran teatro de títeres” (dagongxi), que
decían contar con el favor imperial. Esta época vivió el desarrollo y
la mejora de numerosas técnicas de fabricación de los títeres,
como la movilidad de la cabeza, y bajo influencia del teatro de
actores, se crearon los diseños visuales pormenorizados de los
personajes de las “caras pintadas” o jing. Tras el derrocamiento de
los Qing durante la revolución de 1911 y la modernización
posterior, las mejoras de los títeres fueron principalmente de tipo
técnico, relacionadas con el sonido, el decorado y la ampliación
del escenario.

El teatro de sombras (Yingxi)


La tradición dice que el emperador Wudi de los Han (hacia 140 –
87 a. C.), ya conocido en los textos y crónicas por su interés en las
prácticas mágicas, apenado por la muerte de su concubina
favorita Li, pidió a un experto taoísta que la invocase y la
reviviese. Éste recortó una sombra que hizo aparecer al contraluz
tras una cortina. El emperador pudo entonces contemplar esta
ilusión que restituía el espíritu de la difunta. Este “recuerdo del
alma en forma de sombra”, puede compararse con las figuras
tridimensionales de las tumbas, que se relacionan con
“fantasmas”, tal y como se ha explicado anteriormente. Mucho
después, durante la dinastía Song, Gao Cheng (hacia 1080), en su
Shiwu jiyuan (Origen de las cosas) afirmaba que el teatro de
sombras tuvo su origen en este hecho histórico. No obstante,
algunas fuentes decían que esta forma teatral fue importada de
India hacia el siglo X. Asimismo, Sun Kaidi sostiene que los
precursores de este teatro, que tuvo una gran repercusión durante
la dinastía Song, fueron los monjes budistas que utilizaban sus
pergaminos pintados para relatar historias budistas y seculares,
conocidas como bianwen (textos de transformación) durante la
dinastía Tang. Otras conjeturas lo relacionan con las prácticas
chamánicas de los mongoles y de otras tribus situadas en la
periferia del Reino central. Y según fuentes posteriores, esta
tradición vendría de la cuenca inferior del río Amarillo, al final de
la época de los Song. El origen más tardío se sitúa en la región de
Guanzhong, en la provincia de Shaanxi, durante los primeros años
de la dinastía Song del Norte (960-1127).

Durante el reinado del Emperador Renzong (1023-1063), el teatro


de sombras se popularizó en Kaifeng, provincia de Henan.
Progresivamente se desarrollaron “espectáculos de sombras con
las manos”, “espectáculos de sombras con papeles” (ciertas
fuentes aluden al uso de pantallas, mientras que otras hacen
referencia al uso de figuras de papel), y “espectáculos de sombras
con cuero” (que empleaban figuras hechas con pergaminos).
Surgieron célebres artistas y fabricantes de títeres. Tal y como se
recoge en Baibao zongzhen (Compendio de cientos de tesoros),
una compañía de teatro durante la dinastía Song podía escenificar
obras de las 17 dinastías anteriores con una impresionante
colección de 240 accesorios (caballos, murallas, fosos, barcos,
puertas, tigres, mesas y sillas, figurinas), cuarenta armas y 1200
cabezas de figuras. Existen dos corrientes distintas acerca de las
figuras creadas en el teatro de sombras: al norte, la que se
denomina chuanghua (literalmente, “flores en la ventana”, es
decir, recortes de papel) y al sur, la que se llama deng
(literalmente, “farol”) ya que está emparentada con las lámparas
en cuyo interior el calor hace girar un cilindro decorado con
figurillas. Durante la dinastía Ming (1368-1644) y Qing (1644-1911),
se estableció una relación tan estrecha entre las sombras y el
deng, que los espectáculos de sombras eran el entretenimiento
favorito durante el Festival de los Faroles (el decimoquinto día del
primer mes del calendario lunar) en la China tradicional e incluso
se les denominaban deng.

En la época Song, el uso de los títeres y los lugares de las


representaciones adoptaron un carácter más profano y la
fabricación de títeres se convirtió en un oficio independiente. Los
temas recurrentes de las representaciones eran las epopeyas
inspiradas en la gesta de personajes célebres.  Los titiriteros de
sombras supieron aprovechar la gran popularidad de estas
historias. Las historias que siguen siendo populares a día de hoy
son los episodios de Fengshen yanyi (Investidura de los dioses),
Xiyou ji (Viaje al oeste), Sanguo zhi yanyi (Los tres reinos), basada
en la lucha por el poder que enfrenta a los estados de Wei, Shu y
Wu y Shuihu zhuan (A la orilla del agua), una historia similar a la
de Robin Hood.

Durante los siglos XIV y XV, este teatro se introdujo en el palacio


imperial. Antes del s. XVII, las sombras se manipulaban aún con
hilos, que se reemplazaron por las varillas que se utilizan en la
actualidad. Por otro lado, existía también una especie de teatro de
sombras en Chaozhou, en la provincia de Guangdong y en Hong
Kong denominado “títeres de sombras en relieve”, en el que la
pantalla de papel se reemplaza por una placa de vidrio y contra
ella se manipulan siluetas delicadas de figuras mediante varillas.

Durante la dinastía Qing (1644-1911) el arte de los títeres vivió una


época dorada con el excelente diseño de los títeres, las bellas
voces de los cantantes y los amplios repertorios. Los titiriteros
representaban versiones más cortas de recitales épicos y
epopeyas populares a través de los narradores, que las relataban
en lengua común, acompañándose del laúd (yueqin) o del banjo
(sanxian) de tres cuerdas.

El libro Zhongguo yingxi (Títeres de sombras chinos) de Jiang


Yuxiang divide el arte chino de los títeres de sombras en siete
tradiciones, dependiendo del estilo de los títeres, su movimiento,
la resonancia vocal y el canto, el escenario y los instrumentos
musicales: 1. Shaanxi y Shanxi, 2.  Luanzhou, 3. Shandong, 4.
Hangzhou, 5. Sichuan y Hubei, 6. Hunan y Jiangxi, y 7. Chaozhou.
Algunas compañías menores que anteriormente eran ambulantes,
fijaron su residencia. Así sucedió con los grupos que se dedicaban
a entretener a los soldados manchúes durante sus prácticas
militares. Desde finales del siglo XVIII y principios del XIX, el
teatro de sombras  estuvo bajo sospecha de subversión, ya que
fue utilizado como herramienta de propaganda por las sectas o
grupos rebeldes como la Sociedad Secreta del Loto Blanco
(Bailianjiao), y se creía que las figuras de sombras podían
convertirse en soldados reales. Aunque se prohibió de forma
continuada, el teatro de sombras nunca desapareció.

Hubo que esperar hasta principios del siglo XX para asistir a una
nueva difusión del teatro de sombras, paralela al progreso de la
ópera. Pero el paso de las décadas, las guerras, el cambio político
y la competencia de nuevos medios (cine, televisión) han hecho
estragos en este género, ligado a las creencias y costumbres
tradicionales de los campesinos chinos. Los cambios en las
creencias han limitado las oportunidades de representar este arte.

Durante la revolución cultural (1966-1976), se afirmó que esta


práctica estaba ligada a las “antiguas supersticiones” (mixing). En
la década de 1980, era muy raro encontrar este tipo de teatro en
los núcleos urbanos modernos, aunque seguía presente en
algunas provincias – como Hebei, Sichuan, Gansu, Shanxi y
Shaanxi. En Taiwán, la utilización de sombras ha seguido siendo
habitual para las ceremonias rituales (es decir, para honrar a las
divinidades). Pero en otros puntos de China es un género teatral
cuyo público está desapareciendo. Todavía existen artistas de
edad avanzada que practican el teatro de sombras en solitario en
todo el país, pero son muy pocas las compañías que siguen
ejerciendo este género hoy en día, como las compañías de títeres
y sombras de Hunan  y Harbin, en Shaanxi y Fu Hsing Ko
(Fuxingge), del maestro taiwanés Hsu Fu-Neng (Xu Funeng).

En los últimos años, tomando conciencia de la amenaza que se


cierne sobre este valioso patrimonio, los artistas e investigadores
están trabajando para documentar, preservar y difundir este arte.
El Museo de Títeres de Sombras Chinos de Chengdu es uno de los
organismos principales implicado en dicho esfuerzo. En Xiaoyi,
Shanxi, se encuentra otro museo de títeres de sombras y
marionetas. El teatro de sombras fue reconocido como Patrimonio
Cultural Inmaterial en 2006 y los organismos gubernamentales
están emprendiendo medidas para conservar este arte ancestral.

El teatro de sombras chino fue desarrollado en la década de 1930


en Estados Unidos por Pauline Benton, que fundó Red Gate
Players y formó a estudiantes hasta la década de 1970, dejando
un legado del teatro de sombras chino en América. Expertos como
el francés Jacques Pimpaneau han trabajado en la investigación
de este arte y han inspirado a los titiriteros franceses para
adentrarse en su género.

Los títeres de hilos (keileixi; xian’ouxi; tixian


mu’ou)
Los títeres de hilos, denominados “títeres suspendidos” en la
literatura tradicional, constituyen uno de los géneros más
antiguos y ya fueron populares durante la dinastía Tang (618-907).
En China continental, su presencia es excepcional, aunque en
Fujian, donde las figuras miden entre 0,85 y 1,20 metros, se
encuentran en abundancia. Los personajes, que visten trajes con
ricos bordados, se manipulan por un número variable de hilos y
tienen prácticamente la misma capacidad de movimiento que un
ser humano. El espectáculo de títeres de Quanzhou, Fujian, donde
el arte ha alcanzado el máximo nivel de sofisticación, se
denomina “ceremonia de celebración”. Los títeres de Quanzhou
(Fujian), manipulados por el maestro Huang Yique de la Compañía
de títeres de Quanzhou (fundada en 1952) miden
aproximadamente 0,85 metros y tienen entre 16 y 32 hilos,
dependiendo de la complejidad de los movimientos requeridos.
Los hilos tenían tradicionalmente una longitud de un metro, pero
en la actualidad pueden llegar a los 3,6 metros. El repertorio de
los títeres de hilos de Fujian es muy amplio – por ejemplo el
Luolong che (Registro de Luolong, un compendio de obras) tiene
400 títulos. La compañía también crea nuevas obras o
adaptaciones del huaju (teatro hablado). Huoyanshan (Las
montañas flameantes, 1978) es un programa frecuente de esta
compañía, que dirigió la Ceremonia de inauguración de los Juegos
Olímpicos de Beijing. Aunque lo ritual jugaba un papel importante
hasta el pasado siglo, la compañía hoy es una gran organización
enfocada hacia lo artístico. Las compañías rurales de Fujian (y en
cierta medida en Guangdong y en el sur de Zhejiang, al norte de
Fujian) han conservado esta función ritual. Además de Fujian,
Guangdong y Zhejiang, en el sur de China, la única región china
en la que se conservan los títeres de hilos es Heyang, en Shaanxi,
en el noroeste de China.

Al otro lado del mar, en Taiwán, existen dos tipos de títeres de


hilos, que están estrechamente ligados con las ceremonias de
exorcismo. Se distinguen el estilo del Norte (originario de la
región de Fujian en torno a la mitad del siglo XIX) y el estilo del
Sur (emparentado con el que se difundió a mediados del siglo XVII
desde Quanzhou, proveniente de la región de Minnan). Estos dos
estilos se diferencian en su repertorio, la música de
acompañamiento, la técnica de manipulación y la medida de los
títeres (son más pequeños en el sur). Estos dos géneros de títeres
de hilos siguen conservando su función ritual; el entretenimiento
es estrictamente secundario. La representación está pensada para
expulsar a los demonios y proteger el templo, la casa o el pueblo.
Por este motivo, muchos titiriteros son sacerdotes taoístas y
requieren un largo periodo de aprendizaje, una iniciación y
dedicación a la comunidad. Esto limita notablemente el número
de compañías en activo, en comparación con las seiscientas
compañías de títeres de guante que existen en Taiwán. La
compañía de Hsin Fu Hsuan (Xinfuxuan), dirigida por Lin Tsan-
Cheng (Lin Zancheng), emplea a una decena de titiriteros.

Las técnicas de los hilos en Birmania (Myanmar) y en otras zonas


del Sudeste asiático son similares a los estilos de Fujian, lo que
podría mostrar la influencia que ejerció el teatro de títeres de
hilos chino en esta región.

Los títeres de varillas (Zhangtou mu’ou)


Los títeres de varillas presentan una vara central que sujeta la
cabeza de la figura y dos varillas para las manos. Éstas pueden
estar colocadas por encima del vestido del títere (“movimiento
externo”) o por debajo (“movimiento interno”). La talla de los
títeres oscila entre la humana a la muy pequeña.

El origen de los títeres de varillas se remonta a la dinastía Ming,


en el siglo XVII, aunque algunas fuentes sostienen que esta
técnica se practicaba ya en el siglo VI. Estos “títeres con la cabeza
en un palo” o “títeres con los brazos extendidos” son muy
populares en Guangdong (Cantón, en el suroeste de China), pero
el género se ha extendido también en Shanxi, Shaanxi y en
Sichuan, y desde allí al resto de China, excepto en Fujian, donde
predominan los títeres de hilos y guante. Suzhou ( Juiangsu) y
Shanghái son otras localidades donde se practica este género. La
técnica de varilla “interna” se da en el hun krabok tailandés, como
resultado de las influencias de China en el extranjero. La técnica
“externa” puede haber influenciado los títeres de varillas wayang
golek de Indonesia, que se desarrollaron en una región con gran
población de emigrantes.

En el pasado existían en Beijing hasta setenta compañías de


títeres de varillas, que realizaron giras incluso hasta Corea y Japón,
y se denominaban así mismas “Teatro del Palacio imperial”, ya
que en China se exhibían en la corte. Pero hacia 1910, tan sólo
quedaba una, la Compañía de Teatro Imperial del Unicornio de
Oro. En la provincia de Guangdong, subsisten cuatro escuelas. La
principal es la de Huizhou, que comprendía ocho o nueve
compañías antes de la Segunda Guerra Mundial, contando las de
Zhongshan. La escuela de Dongwon comprende siete u ocho
compañías, con títeres más bastos y realistas. La de Xiasifu, con
ocho o nueve compañías, utiliza una técnica de varilla distinta,
con títeres más pesados y difíciles de manejar, que cuentan con
una varilla hasta el suelo y son manipulados desde atrás. En
cuanto a la escuela de Xinhui, la diferencia reside en el dialecto
utilizado por el titiritero. La orquesta normalmente comprende
ocho instrumentos: el tambor –a veces sustituido por un bloque de
madera partido– toca distintos ritmos; hay gongs grandes y
pequeños, címbalos, un laúd de dos cuerdas, un oboe y una flauta
dulce o travesera. El acompañamiento utiliza melodías de la Ópera
cantonesa, que fueron populares durante los siglos XVII – XVIII en
toda la zona. Este teatro cantado, utiliza versos irregulares y una
estructura musical particular, cuyas melodías poseen un regusto
“antiguo” y se remontan a la época de los Tang y los Song.

Los titiriteros de Guangdong afirmaban que el arte practicado en


la corte del emperador Minghuang (712 – 756), de los Tang,
(protector/patrón de los actores y bailarines) fue adaptado para
los títeres. En las melodías intervienen dos estilos diferentes de
canto, erwang y bangzi, lo que produce varios ritmos distintos que
pueden utilizarse en una misma melodía, tal y como ocurre en las
óperas regionales. Estos dos sistemas musicales originarios del
valle del Yangtsé fueron adoptados por los titiriteros y también se
encuentran en los orígenes de la creación de varias nuevas
compañías en Guangdong. El repertorio de obras teatrales de
títeres de varillas compartía con el teatro local de actores lo que
se denomina “las dieciocho obras de artistas ambulantes”, hasta
que la derrota de la Rebelión Taiping (1851-1864) llevó tanto a la
ópera como al teatro de títeres a la ruina.

Tras la caída de la dinastía manchú en 1911, era necesario recrear


estos dieciocho textos en un dialecto similar al mandarín, ya no
en cantonés, para las compañías de titiriteros de varilla. La
mayoría de las representaciones, que antes se prolongaban
durante tres o cuatro días seguidos, hoy en día sólo se presentan
como obras cortas y duran una velada, hasta media noche más o
menos.

Al igual que el teatro de actores de Sichuan, el teatro de varillas


en esta región desarrolla una técnica que incluye un rápido
“cambio de cara”, mediante la cual el rostro del títere se
transforma mediante máscaras pintadas y arrojan fuego. En
Sichuan existen cuatro escuelas de teatro de varillas: la de las
“grandes cabezas de madera”, que se extiende en el norte de la
provincia; la de las “cabezas de madera más pequeñas”, que son
de menor tamaño pero, al igual que las anteriores, tienen ojos
móviles (y en ocasiones mueven la nariz, la boca, los párpados, la
lengua y las orejas) y está activa en Nanyun; la escuela de las
 “cabezas de Jingju” (ópera), que predomina entre Chengdu y
Chongqing; y la de los  “títeres grandes”, del norte de Sichuan. Sus
grandes figuras de 1,4 metros y 5 kilos de peso sólo se encuentran
en Ma’anchang, en el condado Yilong, de Sichuan. Aunque la
Compañía Dasheng era la más conocida a finales del siglo XIX,
hoy, Li Siyuan, un artista de la cuarta generación de titiriteros de
la Compañía Fuxian,  es el único exponente vivo del antiguo
teatro de títeres de varillas. (Véase Sichuan, Compañía de títeres
gigantes de).

Los títeres de varilla de tamaño medio tienen una altura de 0,80 a


un metro y son los títeres más utilizados en China actualmente.
Compañías como la Compañía de títeres de la Región Autónoma
de Guangxi Zhuang, fundada en 1956, y la Compañía de títeres de
Yangzhou, utilizan esta técnica. Los títeres de menor tamaño
miden entre 0,20 y 0,26 metros y se utilizan principalmente para
los espectáculos en los que un titiritero en solitario se coloca un
escenario portátil sobre los hombros y mediante dos varas
manipula los títeres, que generalmente representan obras
humorísticas. Este tipo de teatro se suele representar
principalmente con títeres de guante.

Desde el siglo XX, dos compañías de Shanghái, la compañía de la


Estrella Roja y la de la Estrella de Oro, han alcanzado la fama por
sus innovaciones, a veces usando sombras de títeres para crear
efectos especiales. Estas funciones a menudo se inspiran en las
convenciones del Jingju (ópera), y en ocasiones sustituyen las
canciones tradicionales por diálogos. Su repertorio abarca desde
los cuentos de hadas occidentales a las historias de la Larga
Marcha. Los títeres de varillas son los más comunes en las
compañías profesionales sustentadas por el gobierno.
Los títeres de guante (Budaixi)
Los títeres “en un saco de tela” (budaixi), o de guante (shoutao o
shoutao kuilei), también se denominan zhangzhongxi (“teatro en
la palma de la mano”) o xiaolong (“pequeña cesta”). El origen de
estos títeres compactos y manejables (que miden entre 0.27 y
0,40 metros) se remonta al siglo XVII en la provincia de Fujian. Se
dice que un literato de la época, Liang Binglin, tras suspender los
exámenes imperiales, soñó que un dios le revelaba que “su fama
estaba en la palma de su mano”. Confundido por el oráculo, se
volvió a presentar a los exámenes, pero volvió a suspender. Un
día asistió a una representación de títeres de hilos, y se le ocurrió
la idea de animar estas figurillas con sus manos. Emprendió esa
tarea con éxito y, gracias a sus conocimientos literarios, compuso
obras que cosecharon un gran reconocimiento y así se cumplió la
predicción.

El teatro de títeres de guante se difundió principalmente en Fujian


y posteriormente en la isla de Taiwán, donde es la forma de
teatro predominante. El repertorio de los títeres de guante de
Fujian incluye obras antiguas como Baishe zhuan (La serpiente
blanca), Yuzanji (El cuento de la horquilla), Mulian jiumu (Mulian
salva a su madre, uno de los cuentos  “que están en las tres
cestas” de los relatos y las enseñanzas que los budistas trajeron a
China, algunos de los cuales se remontan al periodo la dinastía
Song). Los textos “que no están en las cestas” son adaptaciones
posteriores de novelas famosas.

Según cuenta la leyenda, los títeres de guante se originaron en la


dinastía Ming y prevalecieron durante los Qing. Es un arte popular
en Quanzhou, provincia de Fujian y en las regiones de Zhangzhou
y Xiamen, así como en Taiwán y el Sudeste asiático, donde fue
introducido por los emigrantes chinos. En Indonesia el budaixi se
denomina popularmente wayang potehi. El teatro de títeres de
guante se divide en dos estilos tradicionales, el del norte y el del
sur. La tradición del norte es popular en la zona de  Quanzhou.
Adopta la música y la voz de la ópera de Liyuan, pero también
utiliza la nota Kuilei (música del teatro de títeres de hilos), al igual
que en el espectáculo de títeres de Quanzhou. El estilo del sur es
popular en Zhangzhou. Su música y voz resultan de la
combinación de Jingju (ópera) y en menor medida la influencia de
la Ópera Xiang de Hunan. (Véase Jinjiang, Compañía de títeres de
guante.)

En Taiwán este arte es muy popular, pero su música ha


incorporado los estilos de la Ópera Wu y Jingju (ópera). También
se han realizado cambios en el repertorio y vestuario. Los
periodos en Taiwán van desde la época del longdi budaixi
(también conocido como nanguan budaixi), en la que las obras de
títeres eran de tipo “literario”; la época del beiguan budaixi, en la
que aumentaron las obras de tipo “marcial”; la época del guce
budaixi, en la que las historias se basaban en novelas históricas y
crímenes famosos; la época del jianxia budaixi, basado en novelas
militares, que utilizaba una mezcla de música nanguan, beiguan y
chaodiao; la época Kominka budaixi, en la que los gobernantes
coloniales japoneses impusieron la cultura japonesa con las
historias sobre los samuráis, su vestuario y sus estilos de peinado;
la época del budaixi nacionalista, durante la cual los títeres
vestían atuendos militares de la República de China; y la época
del jinguang (o jingang) budaixi, cuyo nombre proviene de los
guerreros invencibles de tradición budista.

Hoy en día, en Taiwán conviven las tradiciones antiguas y las


corrientes modernas del teatro de títeres de guante, que se
practican desde 1960. Al sur de la isla, en la región de Huwei,
prevalece el estilo de los narradores populares, y las
representaciones generalmente se basan en episodios de la saga
mítica Fengshen yanyi (La investidura de los dioses).

En el plano musical, la forma de budaixi más moderna, lejos de


limitarse a las fuentes y tradiciones chinas, utiliza todo tipo de
registros musicales (tanto orientales como occidentales), como en
los programas televisivos grabados en el Wu Jou Yuen
(Wuzhouyuan; Jardín de los cinco continentes), teatro fundado por
el maestro Huang Hai-Dai (Huang Haidai). El conocido como Pili
Budaixi (Títeres de guante del fragor del trueno), goza de gran
popularidad gracias a la televisión (Pili TV) y a películas como la
Leyenda de la piedra sagrada (2002). Algunos críticos opinan que
estos nuevos formatos pueden predisponer a los espectadores en
contra de las compañías tradicionales.
El teatro de títeres de guante de Fujian se practicaba en la
comunidad china de Malasia, particularmente en Penang, durante
las décadas de los 1970 y 80, cuando formaba parte de las
festividades religiosas, pero en la actualidad es poco frecuente. En
Singapur existía la misma tradición. En Indonesia, existían
compañías de títeres de guante hasta finales del siglo XX. El
titiritero Yang Fei, que residía en Seattle y Washington en la
década de 1980, llevó los títeres de guante de Fujian a Estados
Unidos y formó al americano Dimitri Carter del Northwest
Puppetry Center.

Títeres de varilla de hierro (Tiezhi mu’ou)


El títere de varilla de hierro también se denomina “títere de
alambre de hierro”. Es un género popular en el sur de Guangdong
y el oeste de Fujian y se cree que su origen proviene del teatro de
sombras. Su manipulación se considera similar a la del títere de
sombras, en tanto que se sostienen mediante una vara que va
hasta el centro de la espalda del títere (aunque en el caso de las
figuras de sombras la mayoría de las varillas centrales se colocan
alrededor del cuello) y en Chaozhou y Shantou se le denomina
también el espectáculo de sombras de papel. Un títere de varilla
de hierro mide entre 0,33 y 0,48 metros de altura y consta de
cabeza de yeso pintada, torso de madera, manos de papel maché,
pies tallados de madera y una varilla (de bambú con alambre
alrededor) que sirve de bastón para su manipulación. En los
brazos de la figura se fijan otras varillas. Este género utiliza la
música y el repertorio de la ópera Chao. Durante la
representación, el actor se sienta en el suelo y mueve el títere
desde atrás. Actualmente existen compañías privadas que siguen
ejerciendo este arte en Chaozhou. Entre ellas destaca la Compañía
de títeres  Jinshi Longge, que actúa frecuentemente en Europa
desde 1993.

Personajes y repertorio
Los personajes de las distintas formas teatrales, desde el teatro
de actores, a las sombras y los títeres (también bajo la forma de
ópera tradicional), están  a menudo relacionados: los papeles
principales suelen ser sheng (el papel masculino), dan (el
femenino), jing (el rostro pintado) y chou (el cómico con la nariz
blanca); así como otros papeles de rostros pintados, con una
personalidad concreta, que se reconocen por un color dominante,
los adornos de su cabeza y su peinado. El rostro rojo representa la
honradez y lealtad, el rostro negro la justicia implacable, el rostro
verde la valentía y la fuerza, el rostro amarillo la crueldad y la
fiereza y el rostro blanco la deslealtad y la traición. Todas las
figuras lucen el maquillaje y los colores correspondientes a los
rasgos de los personajes a los que representan. El repertorio de
los títeres de sombras y del teatro de actores se inspira en las
tradiciones comunes. Los antiguos y legendarios soberanos se
representan como portadores de cultura, mientras que se ha
dotado de poderes y virtudes ejemplares a los antepasados de los
clanes. Los reyes y héroes, cuyas gestas están recogidas en los
libros dinásticos, fueron elevados al rango de modelos con
capacidad para distinguir el vicio de la virtud.

Cuenta con un amplio repertorio; sólo en la provincia de Fujian


existían más de mil obras tradicionales de títeres. Esta literatura
popular surgió a partir de las tradiciones orales, en las que el
narrador, con el acompañamiento de la música, los gestos y la
mímica, reinterpretaba las vidas de arquetipos que a menudo
eran personas reales,  según su inspiración. Mediante este
proceso se consolidaron algunos papeles, convirtiéndose en
mitos, como el Rey Mono, el Rey-Dragón o la Serpiente blanca.
Hechos buenos y malos, historias tristes con finales felices, el
reencuentro de personas separadas, el triunfo en los exámenes
oficiales, la libertad, la fidelidad, la lealtad – todos estos temas se
representaban una y otra vez bajo diversas formas, en la medida
que cada espectador se identificaba y experimentaba la vida de
los personajes de la función. Las narraciones refuerzan la idea de
exorcismo y de la eterna búsqueda del bien y su lucha sobre el
mal.

Un teatro enmarcado en los rituales religiosos


El contenido y la forma del arte de los títeres estuvo mucho
tiempo ligado a la religión y se consideraba que las
representaciones tenían efectos positivos. Antes de cada función,
los titiriteros se reunían para orar al dios del teatro. Antes de la
representación formal, tenía lugar un preludio propiciatorio, como
una invocación a la divinidad, para pedir felicidad y bendiciones,
una vida larga y la realización de los deseos.

El repertorio propiciatorio (jiqing xiwen) consideraba que la


representación podría prevenir desastres y disuadir al demonio.
Tianguan cifu (La bendición de los dioses); Fulushou (La reunión
de los dioses de la fortuna, la prosperidad y la longevidad); y
Tiannü sanhua (Hadas esparciendo flores), son obras habituales
de este tipo. Entre las obras de carácter religioso para las
representaciones formales se incluyen: Guanyin hua (El cultivo de
Guanyin), que difunde el budismo; Dianhua Xiangzi (La ilustración
de Xiangzi), que hace propaganda del taoísmo; Baishou
(Celebración de cumpleaños) que promueve el bien y la cultura; y
Mulian jiumu (Mulian rescata a su madre), una obra que trata
sobre la salvación y la ayuda. Encontramos todo un cuadro de
personajes con una función esencialmente litúrgica. Por ejemplo,
en las siguientes piezas breves que se representan antes de las
funciones principales: Jiaguan (El ascenso de un grado), en la que
un personaje enmascarado representa a una deidad que ayuda a
un oficial a ascender; Tianguan cifu (El oficial celeste concede la
felicidad) y Juaguan jinjue (Progreso y adelanto), en la que el
títere representa el papel similar de un dios que tiene la habilidad
de conceder deseos. Las obras representan situaciones
eminentemente positivas con finales que muestran el feliz
reencuentro de dos amantes separados por el destino, como en
Tuanyuan (El reencuentro) o el éxito de un joven en los exámenes
imperiales, como en Jinbang (El cuadro de honor). Algunas obras
del repertorio tienen un carácter esencialmente exorcista.
Incluidas en algunos momentos clave de la obra principal, estas
escenas sirven para purificar el lugar y nos recuerdan que el teatro
tuvo su origen en momentos festivos como la celebración del
Nuevo Año. En Tiao Lingguan (El baile del oficial celeste Lingguan)
o Tiao Zhong Kui (El baile de Zhongkui), los personajes principales
son figuras exorcistas y sus apariciones traen consigo un ambiente
feliz y bullicioso que es beneficioso para la comunidad.
La cultura tibetana también presenta una iconografía tradicional
que utiliza máscaras (véase Qiangmu), grandes figuras y títeres de
manteca. Sus tradiciones, derivadas de la cultura budista tibetana,
cruzan el Himalaya y comparten su cultura con Bután, zonas de
Nepal, Cachemira, e India, incluyendo Sikkim, etc.

Perspectivas y expectativas
En la década de 1950, el gobierno chino permitía la práctica del
arte del títere tradicional y de sombras de conformidad con las
ideas del Presidente Mao pronunciadas en Yen’an. Al tratarse de
un arte popular, los títeres se consideraban una forma adecuada
del “Arte del Pueblo”, que contribuyó al progreso y la
modernización del país. En 1955, se celebró la primera reunión de
la Asamblea Nacional del Teatro de Títeres de Sombras en Beijing.
A ella asistieron treinta y un compañías de títeres de gran nivel,
incluyendo más de 180 titiriteros procedentes de trece ciudades y
provincias. Fue un acontecimiento con gran repercusión en todo el
país. A partir de ese momento, los titiriteros de sombras
organizaron tres encuentros, en los que desarrollaron nuevas
ideas y transformaron las obras de estilo tradicional en
producciones modernas, creando obras infantiles y musicales con
un enfoque educativo, una tendencia que viene practicándose
desde la década de 1980. En cuanto a los personajes, el Rey Mono
de la obra Xiyou ji (Viaje al oeste) aparece en la parte cómica y
acrobática del espectáculo, del mismo modo que otros personajes
conocidos mundialmente como Pinocho o la Sirenita. En las
ciudades, cada vez se recurre menos a las divinidades, ancestros
que implican  poderes trascendentales o figuras exorcistas como
Zhong Kui, cazador de demonios.

Se fundaron nuevas compañías en la década de 1950 y a primeros


de los 60, entre las que destaca la Compañía de títeres de
Yangzhou (creada en 1957 bajo el nombre de Compañía de títeres
del Condado de Taixing), incluida en el registro del Patrimonio
Cultural Inmaterial y la Compañía de títeres de Zhangzhou,
especializada en los títeres de hilos, que fue creada en la década
de 1950.
En 1980, se inauguró en Beijing la Asociación china del arte de los
títeres y las sombras (en adelante, la Asociación), por parte de la
Compañía nacional de títeres de China, fundada en 1955, la
Compañía de títeres de Shanghái (1960), la Compañía de títeres
de Guangdong (1956), la Compañía de títeres de hilos de
Quanzhou (1952), la Compañía de títeres y espectáculos de
sombras de Chengdu 1951) y la Compañía de títeres de sombras
de Tangshan (1959). En 2002, estas y otras compañías decidieron
crear Unima-China.

La Asociación y Unima China han celebrado en tres ocasiones los


Premios León de Oro, una Competición Nacional sobre Títeres de
sombras, y tres Competiciones Nacionales sobre la representación
de los títeres de sombras para niños y adolescentes. Con el
objetivo de formar una nueva generación de titiriteros, la
Asociación colaboró con la Academia de Teatro de Shanghái en la
creación del Centro de formación chino de titiriteros de sombras
en 2008, que sirve para proporcionar un lugar de instrucción de
nivel avanzado en el teatro de sombras. Desde 1980, las
compañías de títeres de diferentes regiones han viajado al
extranjero y han intercambiado representaciones constantemente,
fomentando la innovación y el desarrollo del arte de los títeres en
China.

En Taiwán se han organizado dos Exposiciones de Títeres de Asia-


Pacífico, mientras que en Tangshan se celebró el Festival
Internacional de los Títeres de Sombras. Asimismo, en la
Universidad de Beijing tuvo lugar un Diálogo sobre la esencia de
los títeres de sombras de Oriente y Occidente y se organizaron dos
Festivales Internacionales de títeres en Shanghái. Por otro lado,
investigadores, artistas o aficionados occidentales como Jacques
Pimpaneau, con su museo Kwok-On o Jean-Luc Penso y la
compañía del Petit Miroir, contribuyen también a preservar esta
tradición milenaria en Francia, así como el Gold Mountain Institute
for Traditional Shadow Theater dirigido por Jo Humphrey entre
1980 y 1990 en EE.UU. y desde finales de 1990, Chinese Theatre
Works de Kuang-Yu Fong y Stephen Kaplin en Nueva York. Se
pueden encontrar importantes colecciones de títeres chinos en el
Field Museum de Chicago y en el Museo de Historia Natural de
Nueva York, adquiridas por el académico alemán Berthold Laufer a
principios del siglo XX. Otras colecciones de títeres se exhiben en
Alemania, Suecia y en distintos museos del mundo.

El Ministerio de Cultura chino emprendió un proyecto para recabar


información sobre las artes populares chinas. Dicho proyecto tuvo
una duración de diez años En 2012, Chengdu fue la sede del
vigésimo primer Congreso de la UNIMA y del Festival Internacional
del Arte del Títere y acogió más de cien representaciones y
titiriteros, investigadores y trabajadores relacionados con el
ámbito cultural procedentes de todo el mundo. Estas
representaciones e intercambios han contribuido al desarrollo del
arte del títere y han fomentado unas relaciones fluidas a nivel
nacional e internacional.

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