Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Teatro contemporáneo
N1
Valentina Arcucci - Jazmin Arbones - Ahjlan Moya - Miranda Schiano
Introducción
Desde los años 70, los cambios del mundo moderno presentan cambios para el teatro
tradicional y las formas teatrales de la vanguardia histórica. Mientras el teatro tradicional
seguía siendo teatro de texto, las vanguardias modernas se concentran en la deconstrucción de
la ilusión teatral, disolviendo la división entre el público y el espectador.
Este nuevo teatro postmoderno, a diferencia de las vanguardias, no le importa la destrucción
de la ilusión teatral, sino que procura analizar las condiciones de la representación, audición,
visión y las formas históricas del teatro. Por esto decimos que es postmoderno, no destruye
los logos de la praxis teatral histórica (como sí lo hacen las vanguardias) sino que dramatiza
los elementos sin negar la historia, la deconstruye creando un metadiscurso. Así, el teatro
postmoderno no desarrolla el drama bajo la dominación de texto, sino de un sistema sígnico
verbal que regula las acciones, la espacialidad y la temporalidad.
De esta forma entendemos que el teatro postmoderno es un teatro de la acción que
deconstruye los elementos dramáticos constituyentes y se reestructura a través del montaje y
desmontaje del sistema de signos replanteando así las fronteras del teatro y tomando
influencias del cine, a partir de estos elementos, podemos plantear la siguiente hipótesis, en
que medida el filme mismo se convierte en el modelo del teatro postmoderno?
1
El montaje como movimiento del pensamiento: la música para los ojos
2
En “Los principios del montaje en el teatro postmoderno” se realiza y se desarrolla una
analogía entre el teatro y el filme.
En la teoría del montaje de Eisenstein, se habla de tres niveles: la mise en scene que se refiere
a al como y el que se filma, el setting que se refiere a la composición de las imágenes y
finalmente la toma diacrónica que habla de cómo el ojo del espectador capta el movimiento,
la luz, profundidad, como lo hace una cámara.
2.1
Aquí Eisenstein trata de hacer una diferencia entre la mise en scene fílmica y la teatral. A
diferencia del film en donde el ensamblaje ya está determinado de antemano desde la acción
dramática del actor en el espacio y tiempo, en el teatro la mise en scene, es decir la puesta en
escena y la forma final están en sincronía y suceden al mismo tiempo.
Fisher habla sobre las formas abiertas y cerradas, en función a la estructura del decorado en
donde se va creando un ritmo alternando entre acto y acto dando asi también la impresión de
que se habla sobre un adentro y un afuera. Cuando se muestra una forma abierta el decorado
aprovecha con más totalidad el uso del espacio en su profundidad y utiliza iluminación total
difusa. Por otro lado cuando se habla de una forma cerrada el espacio escénico es separado
utilizando elementos del decorado como paredes, fondos e incluso luz puntual.
El color y la iluminación también son elementos que se utilizan para componer la imagen.
Robert Wilson utiliza el color en las estructuras, accesorios y vestuario repitiéndolo y de esta
manera jugaba con el contraste, el positivo y el negativo. Con la iluminación sucede algo
parecido al jugar con los contrastes y los claroscuros que hacen resaltar y enfatizar ciertas
cualidades, a diferencia de la luz difusa hollywoodense que hace que la mirada se pose sobre
la imagen total.
2.1.2
En el apartado “El efecto de la toma diacrónica” se desarrollan varios conceptos, como la
composición de imagen, la puesta en plano y la sintaxis fílmica en relación a los
largometrajes y su papel dentro de éstos. Mencionando que, de manera similar, el decorado,
la iluminación y el movimiento de las figuras cumplen un papel parecido en el teatro
postmoderno.
A diferencia del cine, donde las diversas cámaras fijan el tamaño de cada plano, en el teatro
es el ojo del espectador el que adquiere esta tarea, fijando el ángulo, movimiento, punto de
vista, etc., o sea, términos análogos respecto al cine, en vez de tener un primer plano o un
plano general, en el teatro están las proporciones de la composición de la imagen e
iluminación dadas por el observador.
Fisher utiliza obras como "The Man in the Raincoat" (1981) del director Robert Wilson para
ejemplificar el uso de planos generales y la nitidez en la imagen a través de la iluminación.
En la cual, objetos del decorado son reconocibles gracias a la luz, y el punto de vista se
construye gracias a ellos y al movimiento de los actores.
Otra obra que se menciona es "Punto di rottura" de los “magazzini criminali”. En esta obra, el
punto de vista se produce mediante la proyección de diapositivas en paredes/techo, accesorios
y mobiliario. A su vez, el cubo donde transcurre la obra parece girar en su propio eje mientras
el espectador, en vez de estar sentado en una butaca, también está tendido en el suelo o de
pie.
Poniendo en jaque el concepto de “punto de vista” del espectador, que dentro del cine suele
ser más pasivo.
Es importante mencionar que, si bien el cine y el teatro trabajan de formas distintas, existen
principios semejantes del cine que funcionan dentro del teatro, pero de manera diferente. Por
ejemplo, el movimiento de los personajes acoplados al movimiento de la luz o ritmo del
montaje escénico.
A su vez, dentro del teatro postmoderno se acepta que gestos o acciones pueden sufrir
descomposiciones, funcionando como sistemas sémicos visuales y sonoros. Por ejemplo, en
"Golden Windows" de Wilson, se falsea el movimiento de un tren desplazándose de derecha
a izquierda, asemejándose a una cámara que realiza un paneo, pero en este caso desde los
ojos de un espectador.
2.2
"El montaje de sonido" trata específicamente sobre cómo el sonido en las producciones
teatrales es mucho más que simplemente los diálogos. Componiendose de texto, música y
ruido, y en donde, por lo general, sus fuentes sonoras están ocultas.
Procedimiento impulsado por el teatro de Wagner, quien ocultó una orquesta en Bayreuth,
Así Wilson, Foreman o Meredith Monk utilizan el sonido de manera similar para marcar las
fronteras espaciales y temporales de la representación, como también para contribuir a la
atmósfera y la representación del espacio y del tiempo.
El sonido tiene muchas funciones dentro del teatro, como por ejemplo, proporcionar
continuidad, ya sea paralelo al acontecer o contribuyendo en la connotación asincrónica
subrayando el mismo valor ante la imagen y la banda sonora (este último procedimiento
Finter lo llama "montaje contrapuntístico").
Finter, además, propone la separación del sonido y la mezcla de otros materiales sonoros
dentro del teatro postmoderno. Por ejemplo, la separación de la entonación y el timbre del
habla genera a su vez una separación del sonido y del acontecer escénico. Por lo tanto, la voz
no debe ser considerada solo como una rama más del sonido, sino como un nuevo cuerpo que
parasita el cuerpo material."
3
Por último, la analogía del cine y teatro posmoderno se hace vigente también en la forma en
que se acoplan las distintas secuencias por una parte, y cuando se acoplan imagen y sonido
por la otra. Con respecto a esta lógica de montaje, sigue existiendo la división tradicional de
prologo-epilogo, actos y escenas, además de una nueva división por sets-sections; sin
embargo lo que los va a mantener unidos unos a los otros en el teatro posmoderno ya no es
una línea de acción sino un ritmo audiovisual. Este ritmo es definido por la autora como un
proceso del montaje de las cadenas sígnicas visuales y sonoras caracterizadas por la
repetición regular de una marca.
Con respecto a esta última forma de acoplamiento, es en esa unión de diferenciales de sentido
de distintas cadenas, en la coincidencia de estas, que se producen potenciales de sentido; la
fusión o unidad entre imagen y sonido permite que lo diferente se vuelva significante de lo
otro mediante la puesta en paralelo de los sentidos, del ojo y el oído. La superposición de
sonido e imagen generan un potencial de sentido o más bien “música para los ojos y los
oídos” que permite romper con la identificación automatizada e inconsciente tradicional del
espectador para poder lograr una experimentación del proceso de su comprensión. En este
proceso, o desprendimiento del yo, el espectador descubre el proceso del sujeto, que no es
más que un efecto de los lenguajes y se constituye en ellos y a través de ellos. En conclusión,
el teatro posmoderno propone una utopía del lenguaje y busca convertirse así en música para
los ojos y los oídos, uniendo ópera y filme.