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UNIVERSIDAD AUTONOMA DE SANTO DOMINGO

FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y POLITICAS


ESCUELA DE DERECHO

Sustentante:

Alexandra Espiritusanto 100570512

Profesor:

Manuel Francisco Espinal

Asignatura:

Derecho Penal General I

Tema:

Unidad 1 del programa

Sección:

Fecha:

20/02/2023
INTRODUCCION

En esta investigación veremos cuales son las diferentes teorías del


derecho penal confeccionadas por precursores importantes que
fueron evolucionando y haciendo aportes en lo que es el derecho
penal hoy en día en diferentes partes del mundo, así como la
aplicación de esta misma rama tan importante del derecho.

Nuestro sistema penal en este trabajo se ve claramente el porque se


formo y como cada civilización se fue organizando y modernizando
su sistema penal y penitenciario a continuación veremos las causas y
formas en que se estructuraron cada una de estas teorías.
El derecho penal ha pasado por varias fases o etapas que pueden ser
designadas con las siguientes denominaciones
1- Periodo de la venganza privada
2- Periodo teológico- Político de la Venganza Divina y publica de
la intimidación.
3- Periodo humanitario
4- Periodo contemporáneo, Penitenciario y Político.

Periodo de la Venganza Privada


Cuando el Estado no está debidamente organizado y no cuenta
con autoridad pública fuerte y sabiamente constituida, las
Victimas de los delitos o sus parientes reaccionan violentamente
contra la ofensa recibida, sea inmediatamente o más tarde e
infligen al ofensor, o a los miembros de su familia, tribus, clan, o
su región un mal que generalmente ha sido causado por el
delincuente.

La venganza privada tiende hacer “instintiva, excesiva, y atrae


nuevas violencias, como han ocurrido entre familias.

La venganza privada era realizada, en los primeros tiempos,


según sostienen maestros eminentes, de familia en familia, de
tribu a tribu, de clan a clan por lo que se afirma que la
responsabilidad penal, antes que individual, fue social.

Ihering Afirma que la venganza no conoce otra medida, que el


grado puramente accidental, arbitrario y pasajero de
sobreexcitación del individuo lesionado y que, en lugar de
destruir la injusticia, no hace sino doblarla, agregando a la
existente, una nueva.
El talión
La Ley y el Orden aparecieron en época muy lejana, al final de la
primera edad de piedra, un orden fundado en principios, que
aunque toscos y simplísimos se concretó en la ley de Talión, la
cual no permitía hacer al delincuente mayor mal que el que había
causado, constituyo un gran paso de avance en las instituciones
represivas.
Esta ley, no se ha podido determinar ni el tiempo ni el lugar de su
nacimiento, se expresaba así:” alma por alma, ojo por ojo, diente
por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por
quemadura, llaga por llaga, cardenal por cardenal”, esto es, “Tal
pena cual delito”, que es lo que significa la palabra “TALION”.

Se afirma que esta ley se encontró ya escrita en el Código


Hammurabi, 1927 a 2000 años antes de Cristo y con mayor
desarrollo y perfección en algunas legislaciones antiguas, tales como
la hebrea, la griega y la romana.
Su aplicación creo empero graves conflictos, porque no siempre era
posible hacer sufrir al reo tal pena cual delito; sore todo, en algunos
delitos de lascivia o contra honestidad, así como contra la
propiedad, y en algunas circunstancias especiales, como la del
victimario sacara un ojo a un tuerto o cortara un brazo a una mano.

La Composición
Limitación que surgió contra la venganza priva para evitar los
inconvenientes del Talión, mediante la cual el delincuente estaba
obligado por la ley a pagar a la víctima y está a aceptar, mediante su
renuncia a vengarse, una suma de dinero como el precio de la
sangre. Esta transformación de la pena en una reparación pecuniaria
y privada, fue la fuente de los delitos privados que existían en
muchas legislaciones, como la romana y más tarde en los pueblos
germánicos.
La venganza Privada no cede, sin embargo, poco a poco bajo la
influencia de las ideas de la iglesia, gracias al derecho de asilo, a la
tregua de Dios, y debido a un mayor creciente poder público, el cual,
al devenir más fuerte, brinda mejores garantías al individuo, asegura
por medio de penas publicas la defensa de la sociedad y así si,
puede decirse se encargó de satisfacer los deseos de los ofendidos.

II. Periodo teológico- Político de la Venganza Divina y publica de la


intimidación.
En este periodo llego el momento donde se quedó constituida la
autoridad pública y tomando así, el encargo de sancionar las ofensas
al derecho; Ya no eran solamente contra la victima de la infracción
sino que, como esa autoridad se presentaba con calidad de
delegada o representante de la divinidad, se las estimaba dirigidas
contra ella, y es por eso que los actos menos graves, aun en las
simples palabras, eran considerados como turbadores del orden
público y religioso, y como tales, castigados con penas rigurosas;
con suplicios destinados a apaciguar a la divinidad o a la autoridad
ofendida, y a colmar, no solo de dolor y sufrimiento al reo, sino de
terror a los que, en el futuro, pensasen o quisiesen delinquir.

Eran castigados con la muerte por medio del fuego, la blasfemia, el


ateísmo, o negación de la existencia de Dios; la herejía, o sea, el
error pertinaz contra lo que cree la iglesia; la brujería y la posesión
demoniaca. Se puede decir que la penalidad europea, desde la
antigüedad hasta fines del siglo XVIII, reposaba sobre la idea de
venganza social y de la intimidación.

Los jurisconsultos romanos enseñaban, que la pena tenía como fin,


la defensa social por el temor; es por eso también , que la legislación
y la jurisprudencia francesas estaban impregnadas de sentimientos
que se expresaban así: “ La venganza está prohibida a los hombres, y
solo el Rey puede ejercerla por medio de sus oficiales”, y que “ las
penas han sido establecidas para causar temor, terror y ejemplo a
todos, especialmente a los malvados”.

En esos tiempos, se instruían procesos a los animales; que se


enjuiciara a los cadáveres, y que la vindicta alcanzara aun las cosas
mobiliarias o inmobiliarias pertenecientes a los culpables de
crímenes de lesa majestad; como fuese tan grane el deseo de llevar
la intimidación a su más alto grado, que hiciese inventar y
multiplicar los suplicios; condenar a pena de muerte, no solo por
hechos de sangre, sino aun por robos domésticos o robos simples
cometidos por reincidentes, y someter a los reos más repugnantes
suplicios por medio de penas burlescas como la picota, la berlina, la
publicidad de la ejecución, etc. Y en cuanto a los infelices no eran
condenados a muerte, sino a otras penas, se les arrojaba a las más
inmundas prisiones, sin que se cuidase nadie de las reglas más
elementales de la higiene; sin que nadie se preocupase por llevar
hasta esos antros, socorros morales o religiosos, trabajo y
ocupación, en fin, eran tratados como bestias, a la más infame y
brutal arbitrariedad y explotación de sus carceleros.
Citaremos algunas de Las duras y groseras de esas penas en Roma y
Francia:
En la antigua Roma:
• Pena de muerte por decapitación
• la horca, por sato de la Roca Tarpeya
• en la cruz; por combates con las fieras
• por la inmersión en el agua en un saco con un gallo, un mono
y una víbora para los parricidas.

En la antigua legislación francesa eran aplicables en esa época, como


aflictivas e infamantes:
La muerte por descuartizamiento
Por el fuego
En la rueda y en la horca
En total 115 casos.
Galeras a perpetuidad.

Destierro perpetuo
Galeras temporal
Azotes Publicos
Multta honorable
Destierro temporal
La marca, colgar un reo por el sobaco.
Colocar en un enrejado para ser arrastrado
El cadáver de los grandes criminales
Mutilación del puño a los parricidas
Amputación de la lengua
La picota
Reclusión perpetua
Prisión perpetua

Penas aflictivas o infamantes.


Decapitación a los nobles, tortura con o sin reserva de pruebas,
reclusión perpetua y azotes públicos.
Penas Infamantes Principales
Admonición, interdicción o suspensión de un oficio público,
abstención de presentarse en ciertos lugares, reparación de honor y
privación de privilegios.
Accesorias
Muerte civil, degradación de nobleza, condenación de la memoria
del difunto, reprobación o vituperio, y el más ampliamente
informado.
Los caracteres más salientes de esas penas en esos tiempos, los
cuales se extienden hasta las reformas llevadas a cabo por la
Revolución Francesa eran los siguientes:
Incertidumbres en las leyes, incertidumbres de las penas y poder
arbitrario del juez, excesiva severidad y visible crueldad,
desproporción con la gravedad del hecho sancionado; un rigor fuera
de toda medida para los crímenes contra la religión, contra el Estado
y contra el soberano; barbarie de la penalidad y su ejecución;
desigualdad de las penas según la condición social del reo; penas
aberrantes que atacaban a personas que eran los autores del hecho;
y, en fin, no se tenía en cuenta sino la materialidad del hecho, ya que
solo se trataba de intimidar y de ejemplarizar ; y en cuanto al
procedimiento, era secreto y no contradictorio.
Los principios directores de la penalidad, inspirados en la razón de
Estado y en la necesidad de la defensa de la autoridad real o
religiosa, fueron explicados y defendidos
En Italia por Julio Claro y Farinacio;
En Francia por Ayrault, Muyart de Vouglans y por Jousse
En Alemania por Sochwerzenbert y por Carpzovio.

Periodo Humanitario
Contra principios tan absurdos, expresión de un desmedido empeño
de intimidar y de hacer sufrir a todo trance, se produjo una reacción:
Cristo predico la caridad, la fraternidad, y acerca de la redención del
ser humano; y es por esto que la legislación penal canónica,
inspirada en tales ideas, puso al servicio del derecho penal la piedad,
la humanidad y la moderación como medio, no de emplear sus
penas para castigar, como único fin, sino de conseguir la enmienda y
la rehabilitación del hombre caído en el delito.

Los sistemas penitenciarios fueron inaugurados por la Iglesia en la


Edad Media llegaron a tener un adelanto y una perfección tales, que,
según opiniones no carentes de razón, muchas legislaciones
modernas no han alcanzado todavía las metas logradas por ellos en
las instituciones represivas.

Las penas canónicas eran: la detención perpetua, el internamiento


temporal en un monasterio, las penitencias canónicas,
peregrinaciones y limosnas, y la excomunión para los incorregibles.
Entre esas penas no figurase la de muerte, entonces tan usada; pero
la razón de ello reposa en que la iglesia no la admitía, porque, como
decían los doctores, “Eclesia abhorrem sanguine”
En siglo IV de la era Cristiana, comienzan a ser establecidas las
prisiones como medio de reprensión del delito, en el concilio de Aix-
La-Chapelle, en 817, las bases para la reglamentación de la prisión
celular en los monasterios, con trabajo obligatorio.
El monje Benedicto Mabillon, resumió en el siglo XVII en su obra
intitulada “Reflexiones sobre las prisiones de las ordenes religiosa”
(1690 a 1695), y proclamo, que “en la justicia secular se tiende,
principalmente, a conservar y reparar el buen orden y a imprimir el
terror a los malvados.
Obra, de la iglesia, ejercieron influencia en el anido de algunos
gobiernos y particulares, y es así como, por ejemplo, los burgueses
de Ámsterdam fundaron en 1595 una prisión para hombres, y, en
1596, otra para mujeres, con el fin marcado en ambas, de conseguir
la reclasificación de los condenados por medio del trabajo y del
desarrollo de los sentimientos religiosos. Así mismo, en el siglo XVII,
en Holanda y en Alemania, fueron fundados establecimientos
penitenciarios con fines similares.
En Italia el papa Clemente XI, en 1703, fundo la prisión de San
Miguel para jóvenes delincuentes, y escribió en el frontispicio de la
sala principal, esta frase que ha llegado a convertirse en el
frontispicio de la sala principal, contra el delito: “Parum est coercere
improbus poena, nisi probus eficias disciplina”, o sea: de nada vale
castigar a los delicuentes con la pena, si no que les enmienda con
disciplina.
Clemente XII creo en 1735una prisión para mujeres; la Emperatriz
María Teresa de Austria hizo en Milán, 1795, una prisión con 140
celdas, de las cuales 25 eran para mujeres, 20 para los muchachos y
el resto para hombres. Pero a mejor de todas las de ese tiempo, la
que despertó los mayores entusiasmos, fue la fundada en 1775 por
el vizconde Vilain XIV, gran Bailli de Gantes, con el sistema celular.
Sherif del Condado de Belford, John Howard, Emprendió una serie
de viajes por Europa, con el fin de estudiar las con el fin de estudiar
las prisiones existentes, las que encontró, salvo raras excepciones, en
deplorables condiciones. Escribió su celebre obra “Estado de las
Prisiones e Historia de los Lazaretos”, falleció en Kerson, Crimea, en
1790, atacado de una fiebre carcelaria.
Como bases de las urgentes reformas de las cárceles indico las
siguientes:
• 1ero. Necesidad de higiene y de un régimen alimenticio
fortificante
• Disciplinas diferentes para los prevenidos y para los
condenados
• Educación moral y religiosa
• Obligación de trabajar, y educación profesional
• Sistema celular dulcificado por la educación moral, religiosa y
profesional
Este hombre tuvo una gran influencia en la reforma penitenciaria
que se realizó en el curso del siglo XVIII en Estados Unidos, en
Inglaterra, en Italia, en los Países Bajos, en Prusia, y aun en lo poco
en que Francia se hizo al respecto. Los más notables de sus
discípulos fueron Betham y Mirabeau.

Las penas que en esa época podían ser aplicadas, quedaron


reducidas a estas: La muerte, la cadena por no más de 24 años, la
reclusión en una casa de fuerza, la prisión, la multa, y la confiscación
especial.
Como una reacción al Antiguo régimen, la Asamblea Constituyente,
para terminar con el poder arbitrario de los jueces, decreto la fijeza
de las penas, de tal modo, que, desde ese momento, el juez quedo
convertido en distribuidor automático de ellas, sin que fuese
permitido adaptarlas a las diversas circunstancias de hecho, relativa
unas al hecho mismo, y otras al agente; y, finalmente, suprimió,
debido a los abusos a que había dado lugar, la facultad de conceder
gracia a los condenados.

Modificar en hecho la ley penal, cuando la encontrase


demasiado rigurosa o en discordancia con el estado social.
En esta época fue establecida la distinción de los delitos políticos de
los de derecho común, surgieron dos escalas de penas, una para
cada clase de infracción, y en 1848, se suprimió la pena de muerte
en materia política.
El asunto penitenciario no experimento progreso alguno durante el
Imperio, y persistió bajo el dominio de la reglamentación de los
artículos 603 a 605 del Código de Instrucción Criminal, con sus
consecuencias de promiscuidad, holgazanería, falta de higiene, y
fuente de contagio moral más peligroso.

CAPITULO XV
Periodo Contemporáneo, Penitenciario y Científico. La Escuela
Clásica
Las concepciones acerca del delito y del delincuente nacieron en
Italia, y puede decirse que Beccaria fue su autor. A los que le
siguieron Inmediatamente o se le anticiparon, a todos, se les llamo
clásicos del Derecho Penal, y a su escuela, la Escuela Clásica, la cual
fundaba la responsabilidad penal en el libre albedrio, esto es en la
libertad de decisión de la voluntad humana.
Hasta este instante se creyó que las causas del crimen eran
exclusivamente las malas pasiones como la avaricia, la pereza, la
venganza, los celos, la lujuria, la ambición, etc. Surgen nuevas
tendencias, dos nuevas escuelas, bajo la denominación común de
“positivas”. Sus fundadores son también en gran parte italianos,
porque Italia es, puede decirse, la madre legitima del Derecho Penal.
Ellos son: Cesar Lombroso, profesor de medicina legal de la
Universidad de Turín; Enrico Ferri, profesor de Derecho Penal; y
Rafael Garofolo, magistrado, a quienes se ha dado el nombre de los
“tres evangelistas del Derecho Penal” aunque debían ser cuatros, ya
que Beccaria, por lo dicho es merecedor de tal título también, ya que
a él se debe que el Derecho Penal llegase a ser tenido como una
ciencia.

Hay tres Obras fundamentales que estos tres hombres de la ciencia


han expuesto que son:
• EL HOMBRE DELICUENTE de Lombroso (1876)
• SOCIOLOGIA CRIMINAL de Ferri (1881), publicada
primeramente con el nombre de “los nuevos horizontes del
Derecho Penal”
• LA CRIMINALOGIA DE GAROFOLO (1885)

Escuelas Antropológica y Sociológica.


Estas escuelas, al exponer y fundamentar sus doctrinas, parten de
principios que pueden ser enunciados así, según expresan Vidal et
Magnol:
Toda acción humana es el efecto de causas internas o externas que
obran sobre nosotros, y contra las cuales cada individuo reacciona
de una manera diferente, según su carácter particular. Tal acción no
es por tanto, el producto de una voluntad libre.

El libre albedrio no es sino una apariencia, porque todo hecho de la


actividad humana, y en particular, todo delito, es el producto de una
doble serie de factores, a saber:
1. Los factores internos o endógenos, orgánicos o biológicos
inherentes al carácter individua, a la constitución fisioquimica
del autor del hecho.
2. Los factores externos o exógenos, naturales o sociales,
inherentes al medio físico y social en el cual vive el individuo.
Los papeles respectivos de esos diversos factores son muy poco
diferentes:
Los factores externos constituyen las causas ocasionales de los
delitos.
Los factores internos las causas determinantes de ellos, y resultantes
de predisposiciones individuales, según los biólogos.
El delito, como toda otra acción humana, es un fenómeno de origen
complejo, tanto biológico como físico-social, según los grados y las
modalidades, los que varían con las diversos factores tienen un valor
y una influencia respectiva y variable según los individuos y las
circunstancias: tanto es el carácter individual, antisocial, el que
determina el delito, sin causa ocasional importante o aparente, tanto
al contrario, son las causas externas u ocasionales las que influyen e
impulsan hacia el crimen a naturalezas débiles que oscilan sin cesar
entre el bien y el mal.
Esta comprobación determina una primera división de los criminales
en:
a) Criminales por causas endógenas o criminales por causas
biológicas. En esta clase de delincuentes, el factor individual es
preponderante y se les divide en dos clases:
1era. Los criminales natos, que sufren una perversión y una
alteración congénita del sentido moral, y son sínicos, fríos,
premeditan el crimen sin pensar ni remordimientos; que viven del
delito y no lo distinguen de la industria honesta.
2da. Los criminales por arrebato o por pasión, quienes sufren un
simple debilitamiento del sentido moral, y son impulsivos, prontos y
vivos en la acción y la reacción, que tienen pasiones violentas, que
cometen delitos instantáneamente y sin reflexión, bajo el impulso de
una especie de huracán psicológico.

B) Criminales por causas exógenas o sociales. En estos delincuentes,


se decía, la influencia del medio es la determinante de sus acciones.
A estos se les dividió en dos clases también:
1) Los criminales de ocasión. Estos son relativamente honestos; están
dotados de sentido moral; pero son débiles en la resistencia y se
dejan arrastrar por las tentaciones y las ocasiones.
2) Los delincuentes por habito adquirido, los cuales son empujados
al delito por los malos ejemplos, la mala educación, por haber
estado en un ambiente corruptor, como la prisión; porque no han
podido rehabilitarse después de una primera condenación.
A estos grupos criminales se agregó. otro, el de los criminales
enajenados.

Caracteres distintivos que fueron atribuidos a cada clase de


delincuente:
Criminales Natos: Se caracterizaban según ferri,
-Estigmas degenerativo de diversa naturaleza, que forman el tipo
criminal.
- Estigmas anatómicos o morfológicos son:
- Mirada fría, vidriosa, cruel y dura
- Talla baja, cráneo pequeño, braquicéfalo asimétrico
- Frente estrecha, arcada superciliar prominente
- Ojos hundidos y oblicuos
- Faz larga y ancha, pómulos salientes, huesos zigomáticos
prominentes
- Nariz aguileña, labios delgados, mandíbulas voluminosas
- Orejas en forma de asa, asimetría craneana y facial
- Cabellos abundantes, barba rara, rostro pálido.

2do. Estigmas biológicos y funcionales que consistían


principalmente, en las anomalías de la sensibilidad táctil y
dolorifica, o de diversas funciones de los órganos del cuerpo
como son:
- Sensibilidad táctil y dolorifica, mas obtusa en la derecha o
igual en los dos lados en los criminales natos
- Funcionamiento de los órganos de los sentidos irregular,
principalmente la vista y anomalías como el daltonismo.
- Funciones del movimiento irregulares, frecuentemente el
manicismo, ineptud y torpeza.
- Anomalías constitucionales, que se manifiestan por la
afeminación y masculinidad, presenta cierto carácter del sexo
opuesto.

3ro. Los estigmas Psicológicos


- Insensibilidad moral
- La imprevisión
- La vanidad

2do. Criminales enajenados: Aquellos que, bajo la impulsión de


una enfermedad mental, cometen crímenes o delitos.
Criminales de habito: son Aquellos que, después de haber
cometido su primer delito, ordinariamente en la juventud, y
contra la propiedad, no a consecuencia de tendencias innatas,
sino más bien de un medio corrompido, persisten más tarde en el
crimen, contraen el habito crónico de él, y hacen de ello una
verdadera profesión.
Criminales pasionales- Son individuos de un temperamento
sanguíneo y nervioso, de una sensibilidad exagerada, algunas
veces desequilibrados o epileptoides, que han tenido una vida
regular e irreprochable, cometen un atentado en contra de las
personas, bajo la impulsión de una violenta pasión.
Criminales de Ocasión- No tienen, por naturaleza una tendencia
al delito, es más bien empujado por las circunstancias exteriores y
las tentaciones resultantes de las condiciones del medio en el
cual vive.
SISTEMA PENAL Y PREVENTIVO DEL POSITIVISMO
La escuela positivista, tomando como partida la bancarrota del
sistema penal existente, y el fracaso de la represión, tal como se
practicaba, declaro que era preciso cambiar enteramente ese
sistema penal y su aplicación por medio represivos nuevos,
Modificando la aplicación de las penas según la categoría de los
criminales, y completando la lucha contra la criminalidad,
mediante instituciones preventivas que tuviesen por finalidad
evitar las ocasiones y las tentaciones a las cuales sucumbían
algunos de estos delincuentes.
Las sanciones debían ser:
1. Para los criminales enajenados, el internamiento por sentencia,
en manicomios o asilos especiales de enajenados criminales.
2. Para los criminales natos, la muerte, la deportación perpetua, o
el internamiento por tiempo ilimitado, en una colonia agrícola,
con trabajo al aire libre.

CAPITULO V

LA UNION INTERNACIONAL DE DERECHO PENAL.

Las doctrinas sustentadas por la escuela clásica antropológica y


sociológica, ha sido realizada por tres profesores de derecho
penal mundialmente conocidos que son : M. Von Hamel,
holandés, profesor de la Universidad de Amsterdam; Adolfo Prins,
belga, Profesor de la universidad de Brucelas y el ultimo, Von
Liszt, alemán, profesor de la Universidad Marboug y luego de las
Hale y Berlín.
Con este fin fundaron en 1899, la Unión Internacional de Derecho
Penal, la cual ha reunido congresos internacionales periódicos, y
publicado una revista de sus trabajos escrita en francés y alemán,
hasta que se disolvió al iniciarse la primera guerra mundial en
1914.
La doctrina científica ha sido resumida así:
1) Sin aceptar todas las ideas de la escuela italiana, ha reconocido
la necesidad de adoptar el método experimental, y de tener en
cuenta los estudios antropológicos y sociológicos para la
investigación de las causas diversas de la criminalidad.
2) La pena no es el único medio de lucha, y debe de ser
completada con la organización de instituciones preventivas,
que tengan por fin hacer mas raras las ocasiones y las
tentaciones de delinquir.
3) La pena no debe tener un fin exclusivo, sino tender, según los
casos, a la intimidación, a la expiación, a la reparación y a la
enmienda.
4) La pena, en su aplicación, debe ser individualizada, es decir,
adaptada a las exigencias resultantes de las condiciones
personales y sociales del delincuente.
5) No es posible luchar contra el delito, sino por una acción
positiva sobre esta doble clase de factores, el carácter del
delincuente cambia, y se deben modificar los medios de lucha.

La Unión Internacional de Derecho Penal ha propuesto que se


admita, además, que ciertos individuos, por sus antecedentes
judiciales, por sus malos hábitos de vida, por sus taras fisiológicas
y mentales, deben ser declarados en estado dañoso, y que
convendría tomar a este respecto, fuera de toda pena
propiamente dicha, una medida de seguridad de duración
indeterminada, destinada a hacerles sufrir un tratamiento
apropiado.

La Unión Internacional de Derecho Penal, como hemos dicho, se


desorganizo a consecuencia de la primera guerra mundial del año
1914, pero es indudable que su labor, aunque criticable en ciertos
aspectos, fue eminentemente provechosa.

LA ASOCIACION INTERNACIONAL DEL DERECHO PENAL.


Esta nueva institución que comprende grupos nacionales
adherentes, no se ha enfeudado en la escuela alguna: admite a
todos los criminalistas, sea cual fuere la tendencia científica a que
pertenezcan, ha reunido Congresos Internacionales, el primero de
los cuales se llevo a efecto en Bruselas en el año 1926, y decidió
publica una revista trimestral, la Revista Internacional de Derecho
Penal.

BREVE HISTORIA DE NUESTRO DERECHO PENAL.

José Gabriel García nos dice, en su Compendio de Historia de Santo


Domingo, que “la administración de justicia estaba a cargo de los
nitaínos, quienes formaban un tribunal cuyas decisiones eran
irrevocables después que pasaban por el juicio de los ancianos”, son
muy pocos los datos que tenemos de esa época, y ninguno revela
cuales eran las normas que tales jueces seguían para la incriminación
y sanción de los hechos prohibidos u ordenados por los
gobernantes, ni cuales eran esos hechos.
En la obra de Fay Bartolomé de las Casas nos dice mas adelante que:
“Gobernaban los caciques de esta isla, manu regia, conviene a saber,
sin leyes, por su buen albedrío, tantos pueblos y tantas gentes que
eran sin número”.

Descubierta la isla, llamada luego La Española, el 5 de diciembre de


1492, los españoles, sus descubridores, comenzaron a poner en
vigor desde 1525 las Leyes de Indias, las cuales se formaron por
acervo de Ordenanzas, Provisiones, Cedulas e Instrucciones Reales y
por Acuerdos del Consejo de Indias.

En 1795, España traspaso a Francia el dominio de la isla por el


tratado de Basilea. Pero Touissant Louverture, Caudillo Haitiano,
después de romper con el gobierno francés, invade la parte oriental,
se apodera de Santo Domingo y se proclama Jefe supremo de la isla
y decreta una constitución que la declara una e indivisible.
En 1809, realizada la Reconquista por Juan Sánchez Ramírez, el
valiente contuisano, vuelve España a ser dueña de nuestro destino.
El carácter obligatorio de las leyes penales españolas en nuestro
territorio fue consagrado formalmente más tarde, por la
Constitución de Cádiz de fecha 18 de marzo de 1812, en cuyo Art.
258 se lee: “El Código Civil y Criminal y el de Comercio, serán unos
mismos para toda la Monarquía, sin perjuicio de las variaciones que
por particulares circunstancias podrán hacer las Cortas”.

Al ser proclamada de independencia de la parte española de la isla


en 1821 por el Licenciado José Núñez de Cáceres, siguieron en vigor
en materia penal las leyes españolas, tal como se consigna en el Art.
26 del Reglamento Provisional para el bien orden y régimen del
Estado, dado el 1ro. De diciembre de 1821 en el cual se expresa:
“Para la decisión de las causas en lo civil y la imposición de las penas
en lo criminal, se arreglarán los jueces de primera instancia y los de
la Corte Superior de Justicia, a lo dispuesto en las leyes existentes al
tiempo de la publicación de la Constitución Política de la Nación
Española.

El día 24 de febrero del año 1822, comenzó la ocupación de nuestro


territorio por los haitianos, quienes pusieron en vigor su Código
Penal el día 1ero. De febrero del año 1827, en francés, y estuvo en
vigencia hasta que fue derogado el 4 de julio de 1845, año en el cual
adoptamos como nuestra legislación penal, declarada ya la
independencia el 27 de febrero de 1844, el Código Penal Frances de
la Restauración, esto es, el que regia en Francia en el año 1832, el
cual debía aplicarse, según lo expresa la ley.

En Marzo de 1936, fue designada una comisión para la revisión de


los códigos, de la cual formo parte el autor de estas Notas, durante
un año. Pero en vista de que esta labor se retardaba, tal vez por
estar sus miembros dedicados al servicio de otros cargos, y también
por lo numerosas que era, y además, por las distintas tendencias
existentes entre sus miembros, pues unos aspiraban a un nuevo
Código y otros a reformar simplemente el actual, no se hizo gran
cosa, y por ello fue celebrado, en cuento al Código Penal, un
contrato con el licenciado Juan Tomas Mejía, para redactar un nuevo
proyecto cuyo contenido desconocemos.

Por tanto, el Código Penal que nos rige es el año 1832 francés, con
muy ligeras reformas en la parte especial; y estamos, por
consiguiente, en materia penal en el siglo XVI.

CAPITULO VI

FUNDAMENTOS DEL DERECHO DE IMPONER PENAS.


El Estado, desde hace siglos, viene ejerciendo el derecho de imponer
penas a aquellos que no ajusten los actos de su vida al
cumplimiento de los deberes en que se concreta el mínimum de
moralidad exigido a los asociados, como condición del
mantenimiento del orden público; y nadie, salvo Emilio Giraldin,
Bruno Wilde, Leon Tolstoy, Luis Molinari, Anatola France y algún
otro, le discuten el derecho a ejercer este magisterio.

Acerca de ello podemos señalar varias teorías como son:


1) La contractual
2) La utilización
3) La de la justicia absoluta o de la expiación
4) La ecléctica
5) La de la defensa social.

TEORIA CONTRACTUAL
La idea de la existencia de un contrato social en cuya virtud los
hombres se hubiesen puesto de acuerdo al entrar en sociedad, y por
medio del cual sacrificaron parte de su libertad o de sus derechos en
interés de la seguridad de cada uno o de la paz común, sacrificio
reducido al mínimum necesario, fue la obra de Hobbes, Gracio,
Beccaria, Fichte y de Juan Jacobo Rousseau, con el fin de reaccionar
contra la exageración de las penas de que ya hemos hablado, que
regían antes de la Revolución francesa.
Como el fundamento histórico del derecho de castigar, ni como
suceso que presidido la formación de las sociedades, sino como la
base racional de las leyes y de las penas, pues los hombres,
debiendo aceptar sabia y espontáneamente las obligaciones de la
vida social, se presume que aceptan anticipadamente, las leyes y las
penas destinadas a asegurar la ejecución de las obligaciones por
ellas creadas.

TEORIA UTILITARIA

Esta teoría, sirvió como directiva a los redactores del Código Penal
francés de 1810, y respiran aun hasta cierto punto, bajo el articulado
del nuestro. Se funda en que la legitimidad de la reprensión resulta
de la responsabilidad del criminal frente a la sociedad. La pena,
decía Bentham, que es su fundador, es un medio de intimidación o
de reparación, cuyo empleo es legítimo, porque es necesario para el
mantenimiento del orden social.

TEORIA MORAL DE LA JUSTICIA ABSOLUTA.


La teoría moral de la justicia absoluta o de la expiación, obra de
platon, Kant y J. Demestre, se resume en esta máxima “puntuir quia
pecatum est”, y conduce a esta conclusión: el autor de un delito
debe ser castigado, porque es justo que aquel que ha hecho sea
castigado y expíe su falta. La pena debe ser proporcionada a la
gravedad de la falta, y no debe atacar sino a los delincuentes
responsable en la medida de su culpabilidad. La pena no tiene para
ellos un carácter de utilidad social; solo tiende a restablecer en su
integridad el deber moral, y no conduce, por lo menos , según Kant,
a la enmienda del culpable para el porvenir. Esta teoría, se dice,
contiene el error de ser exclusivista, y como tal falta y dañosa.

TEORIA ECLETICA
Esta teoría, que es la que ha inspirado las reformas hechas al Código
Penal francés en el año 1832, y presidio la redacción de la mayoría
de los Códigos de esa época y de muchos que aun existen, fue
explicada por Cousin, Guizot y De Broglie ; pero quien mayor
impulso le dio fue rossi.
Este sistema trata de combinar entre si, temperando la una con la
otra, las dos teorías anteriores, esto es, la utilitaria y de la justicia
absoluta.
Tiene por objeto impedir que se cometan o repitan infracciones.
Pero la sociedad no puede ni debe castigar, sino conforme a la
justicia y en los límites de la justicia.
La pena no debe imponerse, sino cuando sea necesaria y justa, y sus
límites son : la utilidad y la justicia, Pero la justicia no es el fin de la
penalidad, sino su medida; no es un fin, sino un medio.

TEORIA DE LA DEFENSA SOCIAL


La doctrina de la defensa social, sostenida por la escuela positivista
italiana , enseña que la sociedad, atacada y amenazada en su
seguridad y en las condiciones esenciales de su vida y su
funcionamiento regular por los delincuentes, se defiende poniendo a
a los peligrosos en la imposibilidad de perjudicarla de nuevo, por
una privación temporal o perpetua de la libertad, e infligiendo a los
autores de la infracción un mal cuya amenaza y en temor les impida
recomenzar, e impida a los otros imitarlos.
Conclusión

A partir de lo expuesto anteriormente, podemos concluir que en diversos tiempos y


años fueron avanzando nuestro sistema penal con muchas teorías que aportaron para
la evolución del mismo.

Considerando cada una de estas y como fue, donde al principio su lema fue “Ojo por
Ojo, Diente por Diente”, pero aquí vimos como muchos precursores analizaron que
debían mejorar las penas, cárceles y castigos, y muchos decidieron viajar a través de
muchos Estados para ver como era el sistema penitenciario y que podían hacer para
mejorarlo, cada vez mas fue desarrollándose y evolucionando creando así, lo que hoy
en día conocemos como Sistema Penal.

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