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Derecho Pena General

Nombre: Esmelida Medina

Matricula: 1-22-5842

Historia del Derecho Penal.

1- Historia:

Es difícil decir exactamente cómo empezó el derecho penal, pero es seguro


suponer que las leyes se han transmitido de generación en generación, sin que
se hayan escrito libros o tesis sobre el tema. La gente tenía sus propias ideas
sobre qué tipo de directrices debían establecerse para cuando algo salía mal.

No fue hasta más tarde que a alguien se le ocurrió la idea de burocratizar el


control de la delincuencia para que pudiera haber más coherencia entre épocas
y lugares. Entre 1550 y 1750, Europa fue testigo de una explosión de la
burocratización, especialmente influenciada por el sistema burocrático chino
de la época.

El primer cambio importante en el derecho penal se produjo cuando a alguien


se le ocurrió la idea de burocratizar el control de la delincuencia para que
hubiera más coherencia entre épocas y lugares. Entre 1550 y 1750, Europa fue
testigo de una explosión de burocratización, especialmente influenciada por el
sistema burocrático chino de la época. Los sistemas burocráticos se
caracterizan por la división del trabajo y la delegación de autoridad en
organismos especializados (como los judiciales o policiales).

Con el paso del tiempo, el derecho penal se centró más en el castigo y la


prevención que en la mera retribución o restitución (como hasta entonces). En
los EE.UU. también se hizo mayor hincapié en los procedimientos del debido
proceso, al tiempo que se mantenían las preocupaciones por la seguridad
pública; esta es la razón por la que hoy en día tenemos tantas fuerzas
policiales.

El derecho penal es una rama de la jurisprudencia. Es el estudio del delito y el


castigo, y de cómo prevenir el delito. El derecho penal no sólo trata de la ley,
sino también del proceso legal.

Además de desarrollar procedimientos para determinar la culpabilidad o la


inocencia, las leyes penales han proporcionado vías para que las personas
acusadas de delitos puedan defenderse. Hoy en día, en muchos países se exige
a los fiscales que prueben su caso más allá de toda duda razonable antes de
que alguien pueda ser condenado (declarado culpable). Esta norma protege a
todas las personas de acusaciones falsas o condenas injustas, incluidas
aquellas con enfermedades mentales que pueden no entender qué hicieron mal
cuando cometieron un delito contra la propiedad o la persona de otra persona.

El derecho penal ha evolucionado a lo largo de la historia y sigue


evolucionando en la actualidad.

El Derecho penal ha evolucionado a lo largo de la historia y sigue


evolucionando en la actualidad. El Derecho penal ha evolucionado en
respuesta a los cambios sociales, los avances científicos, los avances
tecnológicos y los cambios políticos.

El Derecho Penal es un tema fascinante. Es una de las formas más antiguas de


práctica jurídica, pero sigue evolucionando a medida que cambia la sociedad y
se crean nuevos delitos. Esperamos que este artículo te haya ayudado a
comprender mejor su historia y evolución para que puedas tomar tus propias
decisiones sobre cómo debe aplicarse en el mundo actual.

¿Cuál es el significado de venganza?

La venganza persigue un objetivo injurioso antes que reparador. Consiste en


forzar a quien haya hecho algo malo en sufrir el mismo dolor que él infligió, o
asegurarse de que esta persona o grupo no volverá a cometer dichos daños
otra vez.

2: La Venganza privada.

Venganza Privada Absoluta: Reacción arbitraria, instintiva y desproporcional


al daño material del autor como medio de defensa individual del ofendido
contra el ofensor sin la intervención de autoridad pública. El fin era la defensa
individual. No había concepto de pena, sólo de daño. Corresponde a
sociedades primitivas.

Venganza De Sangre: (butvage). Muerte del ofensor o algún otro miembro de


su clan por parte del clan del ofendido. Busca el equilibrio de clanes.

3. La Ley del Talión. Orígenes.

El Talión (o venganza justa). Venganza Privada Reglada que consiste en hacer


sufrir.

La legogogogoón1 (en latín: lex talionis) es la denominación tradicional de un


principio jurídico de justicia retributiva en el que la norma imponía un castigo
que se identificaba con el crimen cometido, obteniéndose la reciprocidad. El
término «talión» deriva de la palabra latina tallos o tale, que significa
«idéntico» o «semejante» (de donde deriva la palabra castellana «tal»), de
modo que no se refiere a una pena equivalente sino a una pena idéntica. La
expresión más conocida de la ley del talión es el pasaje bíblico «Ojo por ojo,
diente por diente, pie por pie».2

Históricamente, constituye el primer intento por establecer una


proporcionalidad entre el daño recibido en un crimen y el daño producido en
el castigo, siendo así el primer límite a la venganza. La mayor parte de los
ordenamientos jurídicos en África y Eurasia se han basado en la ley de talión,
especialmente en Europa en la Edad Antigua y en la Edad Media. La crítica
ilustrada al sistema legal del Antiguo Régimen (particularmente a partir del
tratado de Cesare Beccaria, De los delitos y las penas, 1764) incluyó la
superación de ese concepto. En la actualidad existen ordenamientos jurídicos
que parcialmente incluyen la ley del talión, especialmente la sharia, en vigor
en ciertos países islámicos.

4. Orígenes de los Delitos Privados:

Empezando con las bases de Justiniano, quien decía que los delitos son una de
las cuatro fuentes principales de las obligaciones. Tomando como referencia
la Ley de las XII Tablas, donde en la Tabla XII se presenta el derecho
privado. Y dentro de este podemos encontrar dos tipos principales de delito:

Delito público (crimina): Se define como aquel que afecta el orden social y
estos eran castigables con penas públicas. Estos se perseguían de oficio.

Delito privado (delicta): Estos se definen como una relación de tipo


obligatorio, pero a diferencia de los públicos estos se perseguían por la parte
ofendida, los cuales eran castigados a favor de esta y se podía llevar a cabo a
través de un juicio.

Aclarando que los delitos privados han sido tipificados por el derecho civil y
el derecho honorario.

I. Delitos privados dentro del derecho civil.

Robo, Daño en propiedad ajena, Lesiones.

II. Delitos privados dentro del derecho honorario (o derecho público).

Rapiña, Intimidación, Dolo, Fraude a acreedores.

5. Período Teológico-Político de la Venganza Divina y Pública Intimidación:


Este periodo rompe con el esquema de la venganza privada y la justicia queda
en manos de la autoridad pública. Ahora bien, dadas las características
culturales de las antiguas civilizaciones, existe un tono marcadamente
religioso en la aplicación de las leyes y en la condena de lo que se considera
delito. Porque como tal no se considera solo el robo, la violación, el homicidio
y demás, sino que para caer en la categoría de criminal o delincuente también
podía ser por la ofensa a la religión, como la blasfemia, la herejía o incluso el
hecho de considerarse a una persona como poseída de un demonio, o la ofensa
a una autoridad considerada divina o representante de la divinidad. Las
doctrinas legales tenían por tendencia en aquel entonces establecer que las
penas servían para castigo de los malvados y para establecer el temor, así
como para dar ejemplo. Por esa razón, las penas eran desproporcionadas, es
decir, no existía un grado de pena dependiendo del delito cometido, sino que
las condenas eran evidentemente una venganza de la autoridad pública, con
todo el peso del radicalismo que ello conllevaba.

6. Influencia de la Iglesia en la Formulación de la Ley Penal y las Penas


Aplicadas

Si nos embarcamos a leer en el principal libro del cristianismo encontraremos


en su primera página el castigo de Adán infractor de los preceptos divinos, y
el bárbaro crimen de Caín, que inauguró en la tierra el imperio de la muerte.
Pero no es esto solo: por la razón se demuestra asimismo la prioridad de
origen de la ley penal; porque ella concibe con anterioridad a toda otra,
precediendo a la regulación de la propiedad y su derecho, justificado
fundamento de la ley civil , la violación de los derechos que por su misma
naturaleza tiene el hombre a la conservación de la vida y al libre ejercicio de
sus acciones; de cuyas ideas se desprenden inmediatamente , como afirma
Pacheco , las de represión, de expiación y de castigo, bases de la ley penal . Y
no de otro modo podía ser, si tenemos en cuenta que la libertad, innata en el
hombre y condición de su existencia, traía consigo, como consecuencia
indeclinable y fatal, la trasgresión de los preceptos naturales que le gobiernan;
sin que fuera menester para que esa trasgresión se realizara, el trascurso de los
años y el desenvolvimiento de las costumbres, elementos que exigen para su
constitución así la ley civil, como la política.

El mal moral, la culpa y el delito pesan sobre nuestra especie desde su propio
origen, desde el misterioso momento de su creación; y como estas
infracciones, engendrando la idea del castigo, su remedio, dieron vida a la ley
penal.

La influencia de la religión

La religión también ha tenido un papel significativo en la formación del


derecho penal. En la Edad Media, la Iglesia Católica desempeñó un papel
dominante en la legislación penal a través de la Inquisición. Las prácticas de
tortura y castigo eran comunes para reprimir cualquier forma de herejía o
delito contra la fe.

La Iglesia, constituida por una estructura orgánica conforme a la voluntad de


Dios, postula un principio de orden social con base en el equilibro mediante la
realización de la justicia: el Derecho Canónico.

El Derecho Canónico incide en la eficacia normativa, como en los principios


informadores de las relaciones jurídicas. Su Derecho lo podemos desdoblar en
Derecho divino y humano. Mientras que la perspectiva divina hace una
reminiscencia al conjunto de factores jurídicos que tienen como autor a Dios,
de manera que las normas de Derecho humano carecer de valor alguno si no
se subordinan a la misma.

Con independencia de la influencia del humanismo, el derecho Canónico


persistirá durante los siglos XVI Y XVII, aunque con la ineludible disociación
de la ciencia canónica respecto de la ciencia jurídica secular. Ello obedece al
surgimiento de un pluralismo filosófico y religioso que se asienta en el mundo
moderno.

7. Sistemas Penitenciarios de la época.

LA EVOLUCIÓN DE LOS SISTEMAS PENITENCIARIOS

La idea de la cárcel de custodia fue superada, aunque muy lentamente, a lo


largo de los siglos XVI-XIX, desde la creación de las Casas de Corrección,
hasta la aparición del sistema filadélfico, gracias a la llegada de los sistemas
penitenciarios americanos.

Frente a la permanente situación de abandono e inhumanidad aparecieron


ideas de reformar las prisiones. Así pues, John HOWARD fue uno de los
primeros que suscitó esta reforma penitenciaria en su obra «The state of the
Prisons in England and Wales» (Londres, 1777), a la vez que Beccaria
denunciará una reforma referida al sistema de los delitos y de las penas en
1764.

En el s. XVIII, el estado y las condiciones de las prisiones eran aún peores que
doscientos años antes. Ante esta situación, HOWARD determinaría ciertos
medios que deberían aplicarse en el ámbito penitenciario, los cuales llegarían
a ser las bases de su sistema reformador.

El Sistema Penitenciario se encarga de vigilar que las personas, que por


alguna razón se encuentran privadas de su libertad en los distintos centros de
readaptación y reinserción social, establecimientos penitenciarios, separos
preventivos y centro de internamiento y atención juvenil del estado, se les
garantice y gocen de todos sus derechos fundamentales, a excepción hecha de
aquellos que legalmente les han sido limitados.

¿Qué hace?

Supervisa que el lugar o la instancia en que se encuentran las personas


detenidas estén en adecuadas condiciones estructurales y funcionales, que
haya buena iluminación, ventilación, higiene, y que cuenten con todos los
servicios indispensables y necesarios para que puedan vivir dignamente.

Revisa que se les otorgue alimentación en calidad y cantidad suficiente;


atención médica, psicológica, psiquiátrica, educación, actividades laborales,
recreativas y deportivas; comunicación telefónica con su familia, defensor e
Instituciones, visita conyugal y familiar.

8. El Periodo Humanitario

Es considerada una de las etapas del derecho penal que surge ante la excesiva
crueldad y continua con un movimiento humanizador de las penas y en
general de los sistemas penales, esta tendencia se dio hasta la mitad del siglo
XVIII con el Marqués César Beccaria y con los filósofos y pensadores
Voltaire, Roussean, Mountesquieu, etc. Beccaria publicó su libro "Del Delito
y de la Pena", en el año 1764; el cual consistió en una crítica demoledora
contra los sistemas empleados hasta entonces y la proposición creadora de
nuevos conceptos y nuevas prácticas.

9. Los Enciclopedistas y Filósofos del siglo XVIII.

El Sistema Penal en el Siglo XVIII De manera general, el derecho penal


vigente en Europa Occidental en el siglo XVIII estaba basado en un derecho
común romano-canónico y en la gran labor exegética que, sobre el derecho
romano, y en especial sobre las codificaciones justinianas, habían hecho los
diversos · comentaristas y glosadores. Subsistían también aún ciertas
costumbres de origen bárbaro.

Beccaria describe el sistema penal de su Milán natal así: "Algunos restos de


leyes de un antiguo pueblo conquistador ... mezclados después con ritos
lombardos y contenidos en farragosos volúmenes de intérpretes privados y
oscuros.

La Situación fuera del Ducado de Milán no era Diferente. En el siglo XVIII el


concepto de pena arrastraba todavía su primitivo origen: se consideraba como
su
finalidad la venganza o la expiación de un delito o pecado (lo social y lo
religioso estaban íntimamente mezclados).

Las penas en sí se caracterizaban por su extrema dureza. Se contemplaba la


pena de muerte para una amplia gama de infracciones de variable gravedad, lo
que hacía notorio y evidente la desproporción existente en muchos casos entre
el delito y la pena.

En algunas localidades, por ejemplo, tanto el parricida como el que besara a


una mujer sin su consentimiento se veía castigado con la muerte. Al mismo
tiempo, la gravedad del delito no se medía por el daño causado al bien público
sino por la intención del infractor, la gravedad del pecado, o la dignidad de la
persona ofendida.

Esta última, si pertenecía al clero o a la nobleza, gozaba, además, en caso de


encontrarse como reo, de privilegios que le permitían presentarse ante
jurisdicciones especiales, obviar ciertas penas consideradas deshonrosas, y
disfrutar de ciertas inmunidades.

En materia de procedimiento criminal eran todavía más notorias las


deficiencias del sistema imperante. Para comenzar, no existía distinción entre
el proceso de instrucción ("proceso informativo") y el juicio ("proceso
ofensivo").

El mismo juez actuaba en ambas partes del proceso. Además, todo el


procedimiento desde la acusación hasta la sentencia se llevaba a cabo en
secreto.

Igualmente, se consideraba la confesión que admitía culpabilidad como la


reina de las pruebas y la tortura sistemática como el mejor medio de obtenerla.
Por esta razón, la aplicación de la tortura judicial se convirtió en un cruel y
odiado arte que pretendía desentrañar mediante el sufrimiento humano la
verdad del caso.

Finalmente, el juez poseía en todos los casos· una gran libertad de acción.
Podía, por ejemplo, ajustar las leyes o la jurisprudencia a los casos mediante
amplias interpretaciones; es decir, en caso de "delitos" no previstos por la ley
el juez por analogía imponía la pena que él juzgara conveniente. Podía
también imponer penas a discreción cuando la ley no preveía una pena
determinada, caso común en el derecho de la época. Y por. último, el juez
podía apreciar soberanamente las

circunstancias ·agravantes y atenuantes de cada caso lo que le concedía de


hecho más autoridad que la misma ley en el proceso judicial.
10. Reformas de la Revolución Francesa.

Vale la pena recordar que en el primer tercio del siglo XIX los franceses
Beaumont y Tocqueville habían viajado a los Estados Unidos, como otros
observadores europeos, para apreciar de cerca los éxitos del penitenciarismo
norteamericano.

Tocqueville dejaría mejor constancia de su genio en el análisis de la


democracia en América. En fin, el paso diligente del penitenciarismo
norteamericano resonaría en México; aquí, los estudiosos y los estadistas
conocían las tareas carcelarias de aquel país y ponían sus esperanzas en la
creación de un sistema penitenciario mexicano inspirado en los modelos del
penitenciarismo celular y progresivo que se instalaron en los Estados Unidos.
Hubo vez en que el gobierno mexicano encomendó su representación a
especialistas norteamericanos para que recabasen las experiencias carcelarias
en boga e informaran a nuestro país acerca de las doctrinas y prácticas
correccionales.

En rigor, la institución del sistema penitenciario no se concibió inicialmente


como una gran tarea nacional, que hallara expresiones en toda la República.
Más cautelosos, los hombres de la primera mitad del siglo XIX pretendían
solamente la edificación de alguna gran prisión ejemplar, en la que se
recogiese un verdadero sistema penitenciario, como los de Filadelfia o
Auburn.

Al respecto, fueron verdaderamente notables los esfuerzos del ilustre Mariano


Otero. Este joven patriota, formado en las luces de muchas disciplinas -fue
jurista insigne, creador, con Rejón, del juicio de amparo; escribió páginas
penetrantes sobre la situación social y política del pueblo mexicano;
incursionó en la economía- asumió con vigor la propuesta de erigir una
penitenciaría.

Para ello denunció el estado de las prisiones en México: Uno de los


espectáculos que más frecuentemente hieren nuestra vista escribió, es el de
esos desgraciados a los que la ley ha condenado como criminales. Sea que los
contemplemos sumidos en nuestras lóbregas y hediondas cárceles, respirando
un aire mortífero, sujetos a los más bárbaros padecimientos, y consumiendo su
vida en la ociosidad y abyección más vergonzosas, o bien que los miremos
cuando expuestos a la

vergüenza pública y cargados de cadenas salen a emplearse en los más


asquerosos trabajos y a adquirir el funestísimo hábito de la impudencia,
siempre su estado lamentable debe excitar las más profundas conmociones y
dar lugar a investigaciones de una naturaleza grave y severa.
Otero ensayó normas, sugirió medios de financiamiento, promovió concursos,
autorizó planos. Propuso adoptar el régimen de Filadelfia. A su empeño se
debió que Guadalajara erigiera la primera penitenciaría del país, establecida
en 1840.36 El trabajo voluntarioso de Mariano Otero constituye un dato
indispensable para entender el "estado de ánimo" que en esta materia
presidiría los trabajos del Constituyente liberal. La misma idea gravitaba sobre
los gobiernos de entonces; así se mira en el discurso del presidente José
Joaquín Herrera, el 1 de enero de 1851, al abrirse las sesiones extraordinarias
del Congreso:

La reforma de las cárceles ocupó al Gobierno desde los primeros días de su


instalación; aunque obra muy larga el establecimiento de Penitenciarías,
cuando no se podía disponer para él de fondos considerables, se ha avanzado
lo posible, existiendo ya una casa de corrección para jóvenes delincuentes, y
estando en vía de ejecución los trabajos para ir planteando los demás
establecimientos que previene la ley.

11. Periodo Penitenciario y Científico.

El periodo contemporáneo, penitenciario y científico del derecho penal es la


época que nos lleva a investigar al individuo desde diferentes Angulo, porque
tenemos claro realmente existen factores que intervienen directa o
indirectamente en el mismo momento de realizar o determinar un crimen o
delito.

La sociología jurídica según su conceptualización estudia al individuo en su


conducta natural y social interno o externo, pero existen factores que se
encuentran en lo más profundo de cada persona que aun ni siquiera los
psicólogos han podido descubrir el porqué; creo que solo Dios podría analizar
o el auto análisis que toda persona debe hacerse y el razonamiento que debe
hacerse para determinar el porqué de las cosas que decimos y realizamos.

LAS ESCUELAS PENALES: Las escuelas penales son aquellas que tratan,
funciones del derecho penal, de la legitimidad del estado, actuando por medio
del derecho penal, presentando diversas concepciones sobre el fin, de la pena,
analizando el fenómeno del delito y la pena. Los pensadores penales, se han
conformado no en pensamientos idénticos, sino en teorías que tienen rasgos
comunes. Se denominan escuelas penales aquellas en que los rasgos comunes
del pensamiento jurídico - criminal son los que prevalecen.

12. La Escuela Clásica:

En este periodo se centra en los delitos y determinada clases de delincuentes


que nacieron en Italia, y se puede decir que Cesar Beccaria fue su autor 1974
publicó un libro de “Los Delitos y de las Penas”, combatiendo los excesos de
la justicia y alego que las penas debían ser proporcionales a la gravedad de los
delitos, que estos debían ser determinados con certidumbre, que el criminal
debía castigarse sin crueldad, solo con el fin de que no cometiese nuevos
hechos; de ahí surgen nuevas escuelas la cual tuvo varios autores en lo que fue
llamado clásico del Derecho Penal. Primera parte se fundaba la
responsabilidad penal en el libre albedrío, esto es, en la libertad de decisión de
la voluntad humana.

Hasta este instante se creyó que las causas del crimen eran exclusivamente las
malas pasiones como la avaricia, la pereza, la venganza, los celos, la lujuria, la
ambición, etc. Surgen ahora nuevas tendencias, dos nuevas escuelas, bajo la
denominación común de “positivas”, Sus fundadores son también en gran
parte italianos, porque Italia es, la madre legítima del derecho penal. Ellos
son: Cesar Lombroso, con su libro EL HOMBRE DELINCUENTE, escrito en
el año 1876; Enrico Ferri, con SOCIOLOGIA CRIMINAL, también conocida
como “Los Nuevos Horizontes del Derecho Penal” en el año 1881; y Rafael
Garrofolo, con LA CRIMINOLOGIA DE GARROFOLO. Las ideas que
contenían estas obras recibieron gran publicidad. La opinión pública las ha
hecho objeto de las más enconadas discusiones, no solo en libros y discursos,
sino en varios e importantes congresos internacionales de Derecho Penal y de
Antropología Criminal, por ejemplo, el de Roma, en noviembre del 1885; el
de París en agosto de 1889; el de Bruselas, en agosto de 1892, el de Génova
en agosto de 1896; el Ámsterdam en 1901, el de Colonia en octubre de 1911 y
otros más. Esta nueva tendencia ha tenido muchos votos a favor, aunque
también muchos opositores.

Estas concepciones tuvieron su primera concreción máxima en el proyecto de


Código Penal Italiano del año 1921, redactado por Ferri, el cual ha sido objeto
de estudio y comentarios de la mayor parte de los estudiosos del Derecho
Penal del mundo entero.

13. Escuela Positivista Italiana

Sustituyo al estudio del delito en sí, modificando la aplicación de las penas


según la categoría de los criminales, y completando la lucha contra la
criminalidad, mediante instituciones preceptivas que tuviesen por finalidad
evitar las ocasiones y las tentaciones a las cuales sucumbían algunos de esos
delincuentes. Estableciendo que se hablara de pena o castigo, sino de
sanciones.

Estas sanciones: Para los criminales enajenados, el internamiento por


sentencia en manicomios cambiarlos por asilos especiales de enajenados.

Para los criminales natos, la muerte, la deportación, considerada aberraciones


del siglo XIX, cambiarla por una colonia agrícola, con trabajo al aire libre.
Para los criminales de habito, la misma penalidad, con la sola diferencia, de
que la pena eliminatoria podía ser aplicada al criminal nato en su primer
crimen.

Para los criminales de ocasión, someterlos a sistema penitenciarios.

Ramos (1986) sostiene que los representantes de esta escuela son; Cesar
Lombroso, profesor de medicina legal en la universidad de Turín. Enrrico
Ferri, profesor de derecho penal y Rafael Garofolo, magistrado a quienes le
llamaron los tres evangelistas del derecho penal. Aunque deben ser cuatro ya
que Beccaria también realizo aportes al derecho penal.

En sus teorías sostenía que el hombre está sometido a las leyes exteriores de la
naturaleza y de la vida.

La escuela positivista estima que todo el derecho se encuentra contenido en la


realidad positiva, por lo que toda búsqueda de un derecho natural es estéril y
que debe emprenderse el estudio de las legislaciones positivas.

El positivismo fue preparado por la escuela de la Exegesis que nace tras la


codificación napoleónica y triunfa en el siglo XIX, los representantes de la
escuela profesaron en su mayor parte ideas políticas mordidas.

El derecho positivo es el derecho fundamentado en un acto de voluntad,


situado en el espacio y en el tiempo ya que se trate unilateral del príncipe o del
acuerdo de las voluntades de los que laboran las leyes.

RESUMEN DE LOS PUNTOS DE VISTA DE LA ESCUELA ITALIANA

1-. Sustituyo al estudio del delito en sí, apreciado en su gravedad intrínseca u


objetiva en el estudio directo del delincuente apreciado en su temperamento,
sus ideas, sus tendencias en conjunto de los cuales permite fijar su grado de
peligrosidad, el daño que representa para la seguridad publica su
“temibilidad”, según la expresión un poco inapropiada, de la cual depende la
clase a que pertenezca el delincuente y sirve para determinar los medios de la
naturaleza que debe emplear contra él.

2-. Estimo que la voluntad humana no es libre, sino determinada; que la


responsabilidad en consecuencia no es moral, sino jurídica, social o legal, y
que, todo individuo temible es responsable, aunque no sea imputable.

3-. En la responsabilidad social, la calidad más o menos antisocial de los


motivos que lo hayan impulsado a cometer el delito, la criminalidad varia con
el grado de antisocialidad de los motivos.

14. ESCUELAS ANTROPOLOGICA Y SOCIOLOGICA


Esta escuela, al exponer y fundamentar sus doctrinas, parten de principios que
pueden ser enumerados así, según expresa Vidal et Magnol.

Toda acción humana es el efecto de causas internas o externas que obra sobre
nosotros, y contra las cuales cada individuo reacciona de una manera
diferente, según su carácter particular tal acción no es, por tanto, el producto
de una voluntad libre.

El libre albedrío no es sino una apariencia, porque todo hecho de la actividad


humana, y en particular todo delito, es el producto de una doble serie de
factores a saber:

1. Los factores internos endógenos orgánicos o biológicos inherentes al


carácter individual a la constitución fisicoquímica del autor del hecho.

2. Los factores externos son exógenos naturales o sociales inherentes al medio


físico y social en el cual vive el individuo.

Vidal et Magnol: sostiene que estas escuelas parten de principios que pueden
ser enunciados como toda acción humana es el efecto de causas internas o
externas que obran sobre nosotros, y contra los cuales cada individuo
reacciona de una manera diferente, según su carácter particular tal acción no
es por tanto el producto de una voluntad libre; el libre albedrio, no es sino una
apariencia, porque toda actividad humana y por consiguiente todo delito, es el
producto de una doble serie de factores.

Los factores que señalan las escuelas mencionadas son; los factores externos
constituyen las causas ocasionales de los delitos; los factores internos, las
causas determinantes de ellos, y resultantes de predisposiciones individuales,
según los biólogos; por eso se explica que un grupo de individuos colocados
en un mismo medio, con las mismas condiciones sociales no se comporta de la
misma manera ante la misma tentación y situación; por eso algunos cometen
un crimen o delinquen, otro resisten a la tentación y otros se suicidan.

El delito, es un fenómeno de origen complejo tanto biológico como físico-


social, lo que varían son las diversas circunstancias personales, reales, de
tiempo y de lugar.

DIVISION DE LOS CRIMINALES

Criminales por Causas Endógenas o Biológicas:

En esta clase de delincuente el factor individual es determinante y se divide en


dos clases:
Criminales Natos: sufren una perversión y una alteración congénita del
sentido moral, y son cínico, fríos, premeditan el crimen sin pensar ni
remordimiento; que viven del delito y no lo distinguen de la industria honesta.

Criminales por Arrebatos o por Pasión: Estos sujetos son débiles moralmente,
sufren impulsos, son vivos en la acción y la reacción, tienen pasiones
violentas y cometen delitos de manera instantánea y sin reflexión alguna sobre
las consecuencias que le pueda sobrevivir por la comisión de ese crimen.

Criminales por Causas Exógenas o Sociales:

En estos individuos el factor social es preponderante, aquí también hay que


distinguir dos clases que son:

Los Criminales de Ocasión: Estos individuos son generalmente honestos;


están dotados de sentido moral, pero son muy débiles en la resistencia y se
dejan arrastrar fácilmente por las tendencias. Es por eso que los crímenes que
ellos comenten son muy ocasionales, es decir, no tienen ese hábito de
distinguir.

Los Delincuentes por Habito Adquirido: Estos individuos son empujados al


crimen por los malos ejemplos, la mala educación, tal es el caso de un
individuo que permanecido en un ambiente corrupto como es el caso de la
prisión, que hubieran sido honestos si hubiesen permanecido en otro ambiente
más adecuados donde se respire un ambiente de paz y tranquilidad, estos son
procesos de reincidente por causas adquirida, contrario al criminal natos que
son por causas congénitas.

15. Reseña Histórica Del Derecho Penal Dominicano.

El derecho penal dominicano

Antes de que los españoles llegaran a nuestra isla, el derecho penal no era
conocido ni necesitado, puesto que la mayoría de las tribus eran pacíficas y
respetuosas unas con las otras. Las pugnas entre individuos de la misma tribu
no eran frecuentes no acarreaban mayores problemas.

No fue sino hasta que los españoles arribaron que se hizo oportuna la
necesidad de leyes que controlaran la manera de actuar de los que en la isla
habitaban, ya que el hurto, la mentira, la usura, el maltrato, y demás abusos
eran hasta entonces desconocidos por los aborígenes que habitaban en la isla.

Las primeras leyes puestas en función dentro del territorio de la española


fueron las Leyes de Indias, puestas en vigor a partir de 1525, y estas eran el
resultado de la Ordenanzas, que eran disposiciones de los reyes para los
territorios recién descubiertos. Todas estas leyes no contemplaban a los
indígenas o taínos como seres humanos, sino como cosas u objetos,
consideraban que los taínos eran propiedad de los españoles, por tanto, no
tenían derecho alguno, según los españoles de la época. Gracias a esto los
taínos eran cruelmente maltratados e

impuestos a trabajos forzosos por los españoles, lo que los llevo a la extinción.
Así que las leyes que operaban eran las mismas que las que estaban en
vigencia en España, por tanto, cualquier litigo legal era remitido a los reyes y
podía tardar años una respuesta de estos.

Hacia 1795, por el tratado de Basilea Francia obtuvo por parte de España el
dominio de la colonia, y se hicieron a parte las leyes españolas entraron en
vigor las leyes francesas, y con ella la implementación de lo que más tarde
sería conocido como códigos napoleónicos, aunque unos años después España
recobra el control de la colonia, la influencia de las leyes francesas era algo
que no dejaría la isla.

Y aunque España recuperó el control de la isla y al hacerlo instauró la


Constitución de Cádiz, en 1812, y el Código Civil de Comercio español, al
realizar la independencia efímera, se conservaron las lees españolas, pero en
1822 los haitianos nos invadieron, y ocuparon durante 22 años, en los cuales
las leyes haitianas fueron reinstaladas en la vida jurídica de la isla, estas leyes
tenían como base las leyes francesas. En 1844 efectuada ya la independencia
definitiva e instaurada la nación como república, empieza a tomar control de
la existencia jurídica de la recién formada nación en 1845 el código francés
quedo vigente en las legislaciones nacionales, era el código francés de 1832.

Años más tarde, como el código que se usaba estaba en francés, se nombró
una comisión para que tradujesen del francés al español el código y que, a su
vez, hicieran las modificaciones de lugar para que se adaptara a la situación
actual del país. Esto fue por que la diferencia de lenguas la falta de
entendimiento por parte de los legisladores traía inconvenientes e
inestabilidad jurídica a una nación ya de por sí inestable por sí condición de
nación recién formada.

Pero unas décadas más tarde gracias a la incompetencia y falta de fe de los


gobernantes, se buscó a anexión en 1861, a España, instaurando de esta forma
el código penal español, pero el 11 de mayo de 1865 por la Guerra de la
Restauración se expulsaron los españoles y se obtuvo de nuevo la soberanía de
la república, trayendo con esta el código Penal francés en nueva ocasión.

Pero este código tenía innumerables defectos e incompatibilidades con


respecto a la sociedad a la que estaba siendo aplicado, así que una mejor
traducción fue requerida. Estas modificaciones al Código Penal fueron puestas
en manos de cinco
abogados dominicanos, José de Jesús Castro, Apolillar de Castro, Manuel de
Jesús Galván, José Joaquín Pérez, José Ma. Valencia, ellos deberían de
finalizar la corrección en un año, así que el 20 de agosto de 1884 fue puesto
en vigor el nuevo Código Penal.

Pero el recorrido de cambios correcciones de nuestro Código Penal, no se


paran ahí, puesto que esta última modificación tampoco fue lo suficientemente
correcta como para que los legisladores pudieran seguirla sin problemas, así
que en el 1935 el Licenciado Arturo Logroño fue designado, por el Poder
Ejecutivo, para que revisara los ante proyectos del Código, no siendo este
fructífero, por eso en 1936, se designó otra comisión para reformarlo, no
aportando los resultados esperados. Por esto el Código Penal que nos rige en
la actualidad es el francés de 1832, traducido y con pocas modificaciones, eso
nos pone a siglos de atraso en materia penal.

Debido a la ancianidad del Código Penal vigente en la República Dominicana,


existen muchos huecos en materia Penal de la nación, estar regidos por un
Código que tiene siglos de escrito, y que no ha sido concretamente adaptado a
nuestra forma de sociedad, nos ha costado años de desarrollo.

16. Periodo de la Dominación Haitiana; Periodo de la Anexión y Periodo de la


Restauración.

Periodo de la Dominación Haitiana

Con el Derecho Penal de la colonia española viene a dar al traste la invasión


haitiana del 1822, imponiendo los Derechos consuetudinario e intermediarios
anteriores al napoleónico del Consulado y del Imperio.

En el mismo sentido se expresa el Lic. Néstor Contén Aybar: el derecho


vigente en Santo Domingo en ese tiempo no fue el propio de los ocupantes y
dominadores,

sino una mezcla de derecho consuetudinario y del Derecho Intermedio


francés, vigente en Haití.

Como se sabe, Derecho Consuetudinario es el que se forma por las


costumbres, pero: «Según algunos autores, la expresión también se aplicaría a
las normas de derecho que se originan en las soluciones de la jurisprudencia.

Características del Derecho Consuetudinario francés:

En teoría, sin duda, en Francia, como en los otros países de Europa, se


distinguían dos clases de penas: las unas, llamadas ordinarias o legales, eran
determinadas por las ordenanzas o por las costumbres locales, las otras,
llamadas extraordinarias o arbitrarias, comprendían aquellas cuya aplicación
era dejada, por la ley o por la costumbre, al poder arbitrario de los jueces. Pero
esta distinción se hace a un lado poco a poco, en Francia más que por todos,
los otros lugares, y el principio de la arbitrariedad de las penas se convirtió en
la regla consagrada por el uso. Ello permitía a los jueces: castigar hechos no
previstos, y elegir, entre las penas en uso en el reino, aquellas que les
parecieran convenientes; modificar las penas legales, sea atenuándolas, sea
agravándolas de toda manera, por ejemplo, por un cúmulo, de lo cual los
fallos nos ofrecen numerosos y crueles ejemplos.

La única cosa que le estaba prohibida era inventar una pena nueva. Salvo esta
reserva, la represión estaba abandonada al poder discrecional de los tribunales,
y se puede decir, con certeza, que no hubo en Francia, bajo el antiguo
régimen, derecho penal propiamente dicho.

Ni los delitos ni las penas fueron regulados y rigurosamente determinados por


la ley misma. Este sistema permitió a los tribunales seguir el progreso de las
costumbres públicas y alegar, en la aplicación, un sistema penal que nos
parece hoy muy riguroso, pero que era sobre todo muy arbitrario. La realiza
misma sustituía a menudo su voluntad a la acción regular de los tribunales:
ella tenía el derecho de gracia y de amnistía, y ella hizo abuso de las órdenes
de remisión, de perdón, de abolición de procedimiento; ella se consideraba
como teniendo el derecho de infligir una pena sin la intervención de la
justicia, pena ejecutoria sobre una simple ordenanza del Rey, que se llamaba
orden de prisión. Al lado de la arbitrariedad del juez, había la arbitrariedad del
Rey.

Características del Derecho Intermedio francés:

El Derecho Intermedio es el: «Derecho elaborado por las asambleas de la


Revolución. Su nombre proviene de que se reputa que constituye la transición
entre el derecho antiguo y el moderno.

Los rasgos principales de este sistema de legislación han sido muy a menudo
recalcado. Sin duda, limita la acción de la ley penal sólo a los actos nocivos a
la sociedad y al rigor de la penalidad, a las únicas penas necesarias. Proclama
el principio de la legalidad de los delitos y de las penas. Es la parte,
irreductible en lo sucesivo, del derecho penal moderno. Pero, por reacción
contra el antiguo estado de cosas, estableció, en materia criminal, las penas
fijas y definitivas, cuya duración y cualidad son determinadas de antemano
por la ley, sin que el juez pueda hacerlas variar, sin que él las pueda adaptar a
las circunstancias del hecho, a las situaciones diversas de los culpables.

Y para dar a este sistema toda su pureza, abole el derecho de gracia y suprime
las penas perpetuas. Es la omnipotencia de la ley, sustituyendo la del juez y la
del administrador. En esta concepción, el delincuente no es un ser viviente y
activo, sino un tipo abstracto, concebido por la razón pura real, sino una
fórmula jurídica inscrita en un Código; la pena no es una defensa apropiada al
ataque, sino un sistema teórico concebido por sabios que no tienen en cuenta
la naturaleza del delincuente, y toda la ciencia penal es así continuada en los
textos y en los libros.

El Derecho Intermedio tuvo su representación más conspicua en el Código


Penal de 1791, que

El Código Penal haitiano de 1826:

En mil ochocientos veintiséis (1826) Haití promulga su Código Penal, este


contiene 5 leyes, las cuales se subdividen en capítulos y en títulos: consta de
413 artículos. Corresponden estos a los 407 del Código francés con leves
supresiones en el Código haitiano. Este último Código fue sucesivamente
enmendado en 1835, 1836, 1840 y 1841. El Decreto del Gobierno Provisional
del 1843 le sustituye por el antiguo Código del 1826.

Características del Código Penal francés adoptado por Haití:

Las ideas utilitarias del inglés Jeremías Bentham lo modelan; contiene penas
muy severas: la confiscación general, la marca, la mutilación de la mano antes
de ajusticiar al parricida y las penas perpetuas; aumento de los casos en que
había de aplicarse la pena de muerte (para el incendiario y el falsificador de
moneda); supresión de las penas rígidas, permitiendo a los jueces oscilar entre
un mínimum y un máximum; el sistema de las circunstancias atenuantes,
aunque restringidas.

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