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La palabra propiocepción deriva de sus raíces “propio-”, que significa de uno mismo; y “-
cepción”, que significa consciencia. Es decir, la consciencia de lo propio: la consciencia de
la propia postura corporal con respecto al medio que nos rodea.
Propiocepción vs Kinestesia
En la literatura clásica, se ha considerado la propiocepción como “la percepción total que
tenemos de nuestro cuerpo en reposo o en movimiento, que nace de la excitación de
receptores localizados en la piel, cápsulas articulares, músculos y tendones, órgano del
laberinto y del análisis de los impulsos sensitivos por parte de los centros nerviosos
superiores” (Robert Rigal, “Motricidad humana”, cap. 9).
En este sentido, la propiocepción es la suma de las “Sensaciones kinestésicas”
(sensaciones de posición y movimiento que llegan al SNC desde los receptores somáticos
citados) y las “Sensaciones Vestibulares” (en relación con el equilibrio). Como resultado
final, tendremos una percepción de la posición, el movimiento y la fuerza de las diferentes
partes del cuerpo, así como la percepción del cuerpo en el espacio. Dicho de otro modo, la
parte de la propiocepción que corresponde a la conciencia corporal durante el movimiento
se conoce como “kinestesia” o “cinestesia”.
La propiocepción.
La propiocepción es la forma en que los atletas saben cómo navegar sus cuerpos entre los
jugadores y llegar a la pelota. Es su capacidad para levantar el pie justo la cantidad
adecuada para despejar el paso. Es la sensación que tienes cuando miras el obstáculo entre
tú y donde quieres ir y sabes instintivamente si puedes superar el obstáculo o no.
La kinestesia.
La kinestesia, por otro lado, es tu conciencia consciente de ti, de tu cuerpo, y de dónde está
ubicado en el espacio. Si me preguntaras ahora mismo qué lado de la pelvis está más
apoyado en el suelo, respondería inmediatamente “el izquierdo”. O si me preguntaran como
tienes las piernas en este momento te diría que “cruzadas una sobre la otra”. Como
resultado, mi esquema corporal, el mapa interno que mi cerebro tiene de mí y sus partes, es
una representación bastante precisa de mi verdadero ser físico.
Curiosamente, sólo porque los atletas tengan una increíble propiocepción, no
significa que todos ellos tengan una increíble conciencia kinestésica, y sólo porque yo tenga
una buena conciencia kinestésica, no significa que tenga una gran propiocepción. De hecho,
mi propiocepción es menos buena cuando se trata de medir con precisión saltos y
aterrizajes o mover los pies entre conos o vallas.
EJEMPLO:
Cierra los ojos. Mira si puedes sentir cada uno de los dedos de la mano izquierda. ¿Qué tan
largos son? ¿Dónde descansan en relación con el otro? Ahora cambia tu conciencia la mano
derecha. ¿Qué forma tiene la parte superior de tu mano izquierda? ¿Dónde se une al
antebrazo? ¿Qué forma tiene la parte inferior de la mano? ¿Cómo es su arco? ¿Qué forma
tiene pulgar de tu mano?
Ahora, abre los ojos y mira tu mano. ¿Cómo de precisa fue tu representación visual?
¿Hay algo en tu pie que te sorprenda cuando lo miras comparado con lo que se siente en su
mente?
¿Y por qué es importante la propiocepción/kinestesia en fisioterapia?
Los ligamentos desempeñan un papel muy importante en la articulación. Por un lado,
ofrecen resistencia al movimiento anómalo (son como unas cuerdas que impiden que los
huesos se separen más de la cuenta) y, además, aportan una retroalimentación neurológica,
es decir, nos informan sobre la posición de la articulación y produce una respuesta que nos
protege ante la tensión excesiva, evitando así una posible lesión.
Tras la lesión de una articulación, estos mecanismos quedan desorganizados, por lo
que perdemos la estabilización refleja de la articulación (2) y esto contribuye a que la lesión
se reproduzca. Por ejemplo: cuando nos hacemos un esguince de tobillo, los ligamentos,
cápsula, tendones, etc. éstos quedan distendidos. Esta lesión hará que la señal sensorial
llegue alterada a nuestro cerebro, por lo tanto, se enviará una respuesta motora inadecuada;
de manera que será más fácil volver a tener un esguince en el futuro.
Con el trabajo propioceptivo/kinestésico podemos reeducar estas estructuras con el
objetivo de favorecer las respuestas automáticas y reflejas.
Conclusión:
Hay varias cosas que influyen en su capacidad de medir con precisión tanto la posición de
tu cuerpo (Kinestesia) como el sentido cinético de ti mismo(Propiocepción). Incluyen la
detección de una sensación de tensión o fuerza, la sensación de esfuerzo y la sensación de
equilibrio. Tu capacidad para observar la posición y el movimiento de las extremidades se
basa en estas cosas, así que es seguro decir que la conciencia cinética informa a la
propiocepción. También me atrevería a decir que una buena propiocepción hace que sea un
poco más fácil mejorar tu conciencia kinestésica.
EJEMPLO:
Coloca el bloque detrás de ti levanta una pierna e intenta tocarlo.
¿eres capaz de articular cómo tocarlo? ¿Apuntaste con el dedo del pie o extendiste la
cadera? ¿Se dobló la rodilla? ¿Rotó tu cuerpo? ¿Cuál fue tu estrategia? Cuanta más
conciencia cinética tengas, más fácil será articular cómo realizaste una habilidad específica.
Ejercicios vestibulares.
La rehabilitación vestibular engloba un conjunto de técnicas y programas de ejercicios
diseñados para mejorar los síntomas de inestabilidad, visión borrosa y desequilibrios
provocados por un episodio de vértigo. Mediante el tratamiento de fisioterapia
proporcionaremos a nuestros pacientes herramientas necesarias para disminuir estos
síntomas y como consecuencia reducir el riesgo de caídas derivados de la patología.
Los ejercicios irán orientados a conseguir una compensación vestibular que haga
disminuir los síntomas. Se realizarán de manera progresiva y se irá de menos a más
complejidad de ejecución
El paciente realizará giros de cabeza mirando a un punto fijo que estará situado a 1
metro de distancia. La velocidad de giro será constante.
Se comenzará a realizarlos en sedestación. A medida que el paciente lo vaya tolerando se
incrementará la velocidad de los movimientos de la cabeza. El paciente deberá descansar
entre cada ejercicio hasta que desaparezcan los síntomas de mareo.
Una vez que mejora la situación del paciente y la sensación de mareo es menor,
comenzaremos a realiza ejercicios de habituación. Estos ejercicios son más complejos y se
realizarán sobre superficies inestables (FOAM), mantenimiento del equilibrio con ojos
cerrados, ejercicios de doble tarea combinados con la marcha, o marcha hacia atrás.
Ejercicios de Frenkel
H.S. Frenkel fue superintendente médico del Sanatorio Freihof de Suiza, realizó un
estudio especial de la tabes dorsal (Degeneración de los cordones posteriores de la médula
espinal y de las raíces nerviosas posteriores, a causa de la infección en el sistema nervioso
central) y promovió un método de tratamiento de la ataxia (trastorno motor que se
caracteriza por una falta de coordinación en la realización de movimientos voluntarios que
altera su velocidad y precisión), que es un síntoma frecuente de la enfermedad, mediante
ejercicios sistemáticos y graduados. Desde entonces sus métodos se han usado para el
tratamiento de la incoordinación resultante de otras muchas enfermedades, por ejemplo, la
esclerosis diseminada.
1. Concentración de la atención.
2. Precisión.
3. Repetición.
Los ejercicios basados en los principios de Frenkel se utilizan para la enseñanza del
movimiento suave y de la precisión, destacando particularmente el objetivo primordial de
ayudar al paciente a desempeñar las actividades normales de la vida diaria.
Progresión
Bajo ningún concepto se debe realizar un trabajo extenuante o que implique una
gran carga muscular. Para progresar en su ejecución, el paciente debe mostrar en el
ejercicio una realización perfecta, sino no conviene empezar a hacer otro.
Técnicas
El paciente se viste adecuadamente en forma que pueda ver sus propios miembros,
en el curso de todos los ejercicios.
El paciente debe prestar una completa atención a la práctica del ejercicio, para que
el movimiento sea suave y adecuado de forma rítmica y precisa, para que puedan
ser efectivos.
El ejercicio debe repetirse muchas veces, hasta que sea perfecto y fácil. Una vez
conseguido, debe sustituirse por uno más difícil y deben realizarse alrededor de
media hora por dos veces al día.
Como, al comienzo, los ejercicios son muy fatigosos, deben permitirse frecuentes
períodos de reposo. El paciente tiene muy poca capacidad para reconocer la fatiga,
pero ésta se indica generalmente por una disminución en la calidad del movimiento
o por un aumento en la velocidad del pulso.
1. El paciente debe dibujar con una tiza dos cruces en el suelo. Para que así pueda
deslizar alternativamente el pie sobre las cruces: adelante, atrás, izquierda y
derecha.
2. Posición inicial: El Paciente bípedo con los pies separados entre 10 y 15 cm. entre
sí.
El paciente debe caminar hacia los costados, comenzando los pasos hacia el lado derecho.
Este ejercicio debe realizarse enumerando detenidamente los pasos: