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5.1.La Guerra de la Independencia: antecedentes y causas.

Bandos en conflicto y
fases de la guerra
Antecedentes y causas
Los inicios de la crisis del Antiguo Régimen coinciden con el reinado de Carlos IV (1788-1808).En este
período se juntaron tres importantes eventos: la crisis socioeconómica, las consecuencias de la revolución
francesa y las dificultades políticas de la monarquía.

En la economía los problemas más graves estuvieron en la agricultura, se rompió con el equilibrio entre
población y recursos, debido a las malas producciones.Sin embargo, también afectó al sector manufacturero.
De igual manera, el estallido de la revolución francesa en 1789 tuvo consecuencias como como un frenazo a
la política ilustrada, llevando a incremento de la censura y la reactivación de la Inquisición por miedo.
Asimismo, en la política internacional se produjo un cambio de alianzas, la revolución llevó al enfrentamiento
con Francia y a la alianza con el Reino Unido.

Por otro lado, hubo una crisis del sistema del gobierno durante Carlos IV.El reino fue dirigido por Manuel
Godoy (favorito del rey), pero su política como la desamortización (las tierras pasan a ser del mercado libre)
que ordenó para hacer frente a la crisis financiera, suscitó cada vez más oposición. Otro motivo de
descontento fue la subordinación de España a las necesidades de Francia, ya que llevó a sucesos como la
derrota en la batalla de Trafalgar (1805) o el tratado de Fontainebleau (1807) donde supuestamente las tropas
francesas pasarían por España para conquistar Portugal y le darían una provincia a cambio a Godoy.

Crisis
Se levantó en oposición un “partido antigodoyista”, estaba integrado por nobles y clérigos a favor del príncipe
Fernando, hijos de Carlos IV. El partido fernandino preparó una conspiración contra el rey a la cual llamaron
proceso de El Escorial (1807) que mostró las miserias de la monarquía española, pues el mismo Fernando
pidió perdón por haber conspirado contra su propio padre y rey.

El motín de Aranjuez (1808) provocó la destitución de Godoy y la abdicación de Carlos IV en su hijo


Fernando, y aunque el motín ofreciera una apariencia de protesta popular, la alta nobleza del partido
fernandino estuvo implicada en él.

Napoleón intervino en los asuntos de la familia real española y los convocó a la ciudad francesa de Bayona,
debieron salir todos de Madrid y el 2 de mayo de 1808 ante la salida de los últimos representantes de la
familia real, el pueblo de Madrid se alzó contra las tropas francesas. Murat (general francés) reprimió el
levantamiento mientras que en Francia Carlos IV y Fernando VII renunciaron al trono para dárselo a José
Bonaparte (José I de España), obligados por Napoleón. José I carecía de autonomía en el gobierno y buscó
el apoyo en los ilustrados españoles.

Establecieron el estatuto de Bayona (carta otorgada) redactado por los ilustrados españoles siguiendo las
directrices de Napoleón. En él se estableció el liberalismo político como principal sistema de gobierno
resaltando ser un país político y la concentración de poderes en el rey, donde se incluía una limitada
declaración de derechos y reformas como libertad de imprenta, de comercio y el habeas corpus (derecho de
un detenido a ser juzgado en menos de 24 horas).

Fases de la guerra
La victoria española en la batalla de Bailén (julio de 1808) obligó a José I a abandonar Madrid y las tropas
francesas se retiraron al norte de la Península. En diciembre de 1808, Napoleón con un ejército de 150.000
hombres entró en Madrid y José I regresó también, el cual suprimió la Inquisición, el régimen señorial y los
conventos. A agosto del mismo año, el general Wellesley (duque de Wellington), desembarcó en la Península
para ayudar a Portugal, el ejército español colaboró con ellos.

En 1809, Napoleón ganó en Ocaña y ocupó casi toda España salvo Cádiz y el este peninsular. De 1810-1812,
las tropas napoleónicas alcanzaron el máximo control sobre suelo español, llegando a haber 360.000
soldados franceses. De igual modo, los efectos adversos de la campaña de Rusia obligaron al emperador a
retirar tropas de España, aprovechándose así las tropas angloespañolas.

Tras las batallas de Ciudad Rodrigo y los Arapiles (1812), Wellington derrotó a los franceses y las Cortes
españolas lo nombraron comandante en jefe de los ejércitos españoles. Asimismo, Jose I y los franceses
abandonaron Madrid y se situaron en Valencia. La derrota francesa en Vitoria (1813) precipitó el abandono de
España de José I y en octubre en la batalla de San Marcial, su ejército se marchó de España.

Napoleón y Fernando VII firmaron el Tratado de Valençay donde finalizaron las hostilidades y Fernando VII
fue repuesto en el trono.

Bandos en conflicto y tres centros de acción


El primer bando fueron los afrancesados (heterogéneos), se les acusó de ser infidentes o traidores, tomaron
una actitud ambigua o desinteresada frente a la nueva dinastía de José I, para mantener su estatus social, sin
embargo, se comprometieron y colaboraron con ella. El segundo, los patriotas, defendieron la monarquía
borbónica surgiendo dos posturas: el liberalismo, defensores de cambios hechos por juntas y Cortes; y los
absolutistas, valedores del viejo orden y en contra de nuevas reformas.

El proceso revolucionario tuvo tres centros de acción. El primero, las guerrillas donde se canalizó la lucha del
pueblo llano contra el invasor, surgió de manera espontánea y estaba compuesto por campesinos y
bandolerismo, pronto fue regulada por la Junta Central. La segunda, las juntas, se formaron ante el vacío de
poder por la invasión; la aparición de juntas provinciales promovió la creación de la Junta Central (1808). La
tercera, cuando la revolución adoptó forma jurídica con la convocatoria de Cortes por la Junta Central; se
eligió unas Cortes Generales por sufragio universal masculino indirecto y en las que la representación fuera
de la nación, y no por estamentos.

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