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CRITERIO
Se sugiere que al intentar impresionar a alguien con palabras, es importante tener en cuenta
que hablar demasiado aumenta la vulnerabilidad y disminuye el control sobre la situación.
Incluso si se habla sobre un tema trivial, se puede hacer que parezca una idea original si se
expresa de manera vaga y enigmática. Las personas poderosas logran impresionar e intimidar a
los demás gracias a su capacidad de decir poco y aportar mucho. Hablar demasiado, por otro
lado, aumenta el riesgo de decir algo tonto o inapropiado. En resumen, el texto aconseja ser
selectivo con las palabras y no hablar en exceso para mantener el control y evitar errores.
TRANSGRESION DE LA LEY
Cayo Coriolano, un héroe militar de la antigua Roma que decide incursionar en la política.
Durante su campaña electoral, pronuncia un discurso público ante el pueblo, mostrando sus
cicatrices de guerra, pero su mensaje no logra captar la atención de la mayoría. En cambio, en
su segundo discurso, dirigido a la aristocracia de la ciudad, Coriolano es más convincente y
gana su apoyo.
Sin embargo, el pueblo se opone a su candidatura y Coriolano jura vengarse. Cuando el Senado
decide distribuir alimentos gratuitamente entre el pueblo, Coriolano interviene y argumenta
en contra, lo que desata la ira de la plebe. Los tribunos exigen una disculpa pública de
Coriolano, pero él se niega y los insulta, lo que lleva a su condena a muerte y posterior
ejecución.
OBSERVANCIA DE LA LEY
En la corte de Luis XIV, los nobles y ministros debatían temas de Estado y elegían a dos
personas para presentar al rey posturas opuestas. Luego de acordar todos los detalles de la
presentación, los representantes abordaban al rey y exponían el tema en cuestión, pero Luis
XIV solía escuchar en silencio y responder "Ya veré", retirándose sin dar más explicaciones.
Semanas después, tomaba una decisión y actuaba en consecuencia sin volver a consultar a los
ministros y cortesanos.
Interpretación.-
Luis XIV, conocido por su famosa frase "El Estado soy yo", era un hombre de pocas palabras y
una actitud taciturna que imponía a quienes lo rodeaban para desconcertarlos y mantener su
poder. A través de su silencio, el rey lograba obtener información valiosa de los cortesanos y
utilizaba esta información en su beneficio. Saint-Simon escribió que Luis XIV sabía vender sus
palabras, sonrisas y miradas, lo que creaba diferencias y realzaba su majestuosidad. En
resumen, su silencio era uno de los pilares de su poder.
INVALIDACION
En ocasiones, es más efectivo hablar y distraer a los demás con palabras vacías para
engañarlos, en lugar de guardar silencio y correr el riesgo de que se interprete mal nuestra
falta de respuesta. Asimismo, se sugiere que, en ciertas situaciones, es más astuto aparentar
ser menos inteligente o menos capaz de lo que realmente somos, ya que esto puede
ayudarnos a engañar a nuestros adversarios con mayor facilidad.