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Tu decides hasta dónde quieres llegar

Por: David Valois

Casi siempre te conviertes en aquello que imaginas. Y sólo tú decides que pensar.
Somos responsables de lo que ocurre en nuestra vida. A partir de los dieciocho años e
incluso antes, decidimos sobre nuestra vida en cada momento. Somos responsables de
las consecuencias de estas decisiones.

Así que tú eres aquello que decidiste ser. Tienes el trabajo que elegiste y ganas el
salario que seleccionaste. Tienes plena libertad para escoger. Una vez hecha la elección
debes aceptar las consecuencias, sean buenas o malas.

La responsabilidad personal es fundamental en la vida y en la sociedad. Es lo más


importante. Existentes dos escuelas de pensamiento sobre esta afirmación. Los que
piensan que la causa de sus infortunios está en el gobierno o la sociedad. Y los que
piensan que la sociedad se basa en la libertad individual y que cada uno es
absolutamente responsable de las consecuencias de sus conductas. Somos
responsables de lo que hacemos y no hacemos.

Es decir que ser libre y feliz es obligatorio. Evolucionamos en función de la


responsabilidad que asumimos y nadie puede sustituirnos.

Cuanto mayor sea el grado de tu responsabilidad y la capacidad de autoexaminarte,


más dispuestos estarán los demás en ayudarte. Y lo que es más curioso: cuanto menor
sea tu aceptación de responsabilidad, más se alejarán de ti y por lo tanto más tenderás
a echar la culpa a los demás de lo que te pasa.

Cada cual es libre de elegir sus pensamientos y acciones

Lo que haces es el resultado de tu decisión personal. Eres lo que eres y estás dónde
estás porque tú lo has decidido así. Te guste o no.

La responsabilidad empieza por el control de la mente.


Lo que piensas determina tu realidad. Dado que sólo controlamos lo que pensamos,
manejamos las ideas y las enfocamos en nuestros deseos – desviándolas de lo que no
deseamos– es el principio de autocontrol y poder personal.

Nadie acudirá a tu rescate

Todo depende de ti. Si deseas que empiecen a ir las cosas mejor en tu vida, empieza
por ti mismo. Te sorprenderás de los cambios en poco tiempo a tu alrededor.
Asumiendo tu propia responsabilidad experimentarás una extraordinaria sensación de
control y libertad en tu vida. Te sentirás satisfecho y te desharás de la creencia que
todo se mueve por accidente y avanzarás más y más rápido hacia tus metas.

Empieza por asumir la responsabilidad en tu trabajo. Los empleados triunfadores son


aquellos que actúan como si la empresa les perteneciera. Son independientes y los
más apreciados por la compañía.
No culpes a los demás. No digas: ¡No es asunto mío!. Esto creen las personas sin
futuro. Evita esta actitud. Tú eres responsable.

Ofrécete voluntario para tareas adicionales. Participa en las reuniones cuando se


necesite hacer algo. Toma la iniciativa. Se proactivo. Dile a tu jefe que deseas más
responsabilidad. Pídeselo las veces que haga falta.
Si te dan una tarea, hazla rápido y bien. Desarrolla un sentido de la urgencia. Imagina
que estás en un partido de fútbol y esta oportunidad es el balón.

¡Mete ese gol!


Describe tus Objetivos (Parte I)
Por: David Valois

«El éxito reside en los objetivos. Todo lo demás son


hipótesis.»

Lloyd Conant, sobre el éxito y la consecución de


objetivos

Si sabes lo que quieres conseguir en todas las áreas de la vida, tu éxito está
garantizado.

Tras cada situación de envergadura, hay un objetivo claro.

Cuánto más precises en tus objetivos, más fácil podrás tomar decisiones. Tendrás claro
tus prioridades y gestionarás mejor tú tiempo acorde al objetivo. Cuánto más tiempo
inviertas en tus objetivos, mayores serán tus logros. Cuánto más experimentes la
sensación de triunfo, mayores serán tus deseos de logro. Es una espiral. Es una
sensación de satisfacción increíble.

Imagina que han pasado cinco años y que tu vida es perfecta. No tienes problemas de
dinero, tu familia y tú gozáis de una salud estupenda y tienes el trabajo ideal.
Pregúntate ahora ¿Con quién estaría?, ¿Cómo sería mi familia?, ¿Qué ingresos tendría?
¿Qué casa y coche tendría?, ¿Qué ropa llevaría?, ¿Cómo sería mi aspecto físico?

Haz una lista con tus sueños

Cuánto más detalles describas, mejor. Según vayas haciendo la lista entrarás cada vez
en más pequeños detalles. Algunos tienen suficiente con diez cosas, pero se puede
llegar a doscientos o más. Tu motivación irá en aumento. Ahora mismo el 80 % de tu
motivación es como consecuencia de lo que estás imaginando que quieres conseguir.
Cuánto más claras sean tus ideales, más motivado estarás y por lo tanto más decidido
estarás para realizarlo.

Tómate el tiempo que haga falta. No importa el orden de tus ideas, lo importante es,
que salgan.

Ahora toca ordenarlo por prioridades:


Escribe A junto a las cosas que pueden hacer cambiar tu vida de forma importante.
B, junto a las cosas que son también importantes, pero que no hacen cambiar de
forma radical tu vida.
Y C, lo que te gustaría conseguir, pero que tampoco te preocupan demasiado si no las
consigues.
Ahora haz un listado con los objetivos A, otra con los objetivos B, y otra, con la C.

Coge la lista A y pregúntate: ¿cuál de estos objetivos supondría al máximo un impacto


a mi vida? Márcalo como A1. Ahora pregúntate ¿qué otra cosa más aparte de esto me
apasionaría alcanzar? Márcalo como A2. Haz lo mismo con el resto, A3, A4, etc…hasta
haberlos ordenado todos por prioridad.
Enfócate en el objetivo A1, tu sueño, tu cometido. El cumplimiento de esta meta
fundamental hará que logres todas las demás.
Es el objetivo A1 la esencia de tu existencia, el punto de partida de tu vida. Este
objetivo ha de ser seleccionado por ti y solo por ti sin ningún impacto externo y sin
preguntar a nadie. ¿Ya lo tienes?

¡Enhorabuena!, ya perteneces al 3 % de la sociedad.


Describe tus Objetivos (Parte II)
Por: David Valois

El ejercicio de consecución de objetivos se utiliza también con fines empresariales.


Aquí, los ejecutivos han de verse dentro de cinco años e imaginarse que la compañía
es perfecta. Luego describen el cargo que les gustaría tener y su propia perspectiva de
la compañía. Después se discuten los objetivos de cada uno. El fin de la compañía
queda perfectamente definido. Los demás objetivos no son más que los pasos a seguir
para lograr el objetivo principal.

Ahora tú: Divide los objetivos que hiciste siguiendo los pasos del anterior Newsletter en
cualitativos, materiales y de desarrollo.

Los cualitativos son aquellos que guardan una relación directa con las personas y la
calidad de vida. Son fines personales y familiares. Se sincero contigo mismo y describe
las razones personales que le hacen desear ese objetivo. ¿Por qué haces esto y no otra
cosa? No lo mezcles con lo material. Esto último es muy importante.

Los objetivos materiales son aquellos que han de cumplirse para llegar a los objetivos
cualitativos. Es decir ¿qué tengo que hacer?, qué cosas tengo que hacer para llegar al
“Por qué”. Está ligado a los ingresos económicos y los objetos materiales en general.

Los objetivos de desarrollo personal y profesional son las cosas que tienes que hacer y
aprender para llevar a cabo los otros dos objetivos. Es decir ¿Cómo tengo que hacer
para conseguirlo?

El equilibrio de tu Vida se asienta en esto tres objetivos

Todos guardan relación.


Cuándo hayas terminado con los anteriores pasos ya estás preparado para la
planificación.
Coge un papel y escribe el Objetivo A1 en primera persona y en presente. Por ejemplo:
«Yo gano 60.000 dólares anuales».

Ahora haz una lista con todo lo que podrías hacer para alcanzar esa meta. Las
primeras cuestan mucho, pero a medida que vas escribiendo verás que salen cosas
nuevas.

Haz lo mismo con el resto de Objetivos A. Cuándo acabes verás que los fines de todos
los demás objetivos están relacionados.

Define ahora una sublista de tareas por tiempo y prioridad. ¿Qué tengo que hacer
primero? Recuerda que tienes que pensar en las tareas que facilitan al máximo el
cumplimiento del Objetivo principal. Vuelve a poner una A, una B y una C a cada
acción. Y luego una A1, A2…B1, B2…etc…

Ahora ya tienes la lista de tus objetivos más importantes organizados por prioridades y
una lista de actividades para lograrlos, también organizada por prioridades. Un plan
perfecto para cada área esencial de tu vida.
Revísalo a diario y haz algo todos los días que empuje al logro de ese objetivo. Con el
tiempo entrarás en una especie de inercia y verás con qué rapidez progresas. Un
método sencillo y eficaz.

Recuerda:

Decide exactamente lo que quieres. Muy poca gente lo hace.


Escríbelo de forma clara y detallada.
Ponte fechas para el gran objetivo y subfechas para el resto de objetivos.
Haz una lista con un plan de actividades que lleven a tu objetivo.
Ordénalo por prioridades.
Haz algo todos los días para lograrlo.

¡Manos a la obra!

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