Explora Libros electrónicos
Categorías
Explora Audiolibros
Categorías
Explora Revistas
Categorías
Explora Documentos
Categorías
Biografía
Nació en Florencia el 3 de mayo de 1469, hijo de Bernardo dei Niccolo Macchiavelli,
jurisconsulto, y de Bartolommea dei Nelli, una dama muy bella e instruida. Físicamente
era Nicolás Maquiavelo un hombre enjuto, de regular estatura y rostro anguloso,
expresivo y sereno. Destacó como historiador y como filósofo político; sus escritos sobre
política convirtieron su nombre en un sinónimo de astucia y duplicidad. Maquiavelo trabajó
como funcionario, empezando a destacar cuando se proclamó la república en Florencia
en 1498. En 1502 contrajo matrimonio con Marietta Corsini, del cual nacieron cinco hijos.
Fue secretario de la segunda cancillería encargada de los Asuntos Exteriores y Guerra de
la república. Maquiavelo realizó así importantes misiones diplomáticas ante el rey francés
(1504, 1510-1511), la Santa Sede (1506) y el emperador (1507-1508). En el transcurso de
sus misiones diplomáticas dentro de Italia, conoció a muchos gobernantes italianos, y tuvo
ocasión de estudiar sus tácticas políticas, en especial las del eclesiástico y militar César
Borgia. Entre 1503 y 1506 Maquiavelo reorganizó las defensas militares de la república de
Florencia. Sus actividades como embajador duraron hasta el año de 1512, en que
empieza una época de persecuciones contra él, a causa de que los Médicis recuperan el
poder en Florencia, desintegrándose la república, y privando a Maquiavelo de su cargo,
fue encarcelado durante un tiempo y sometido al tormento por presunta conspiración.
Cuando fue liberado se retiró a sus propiedades cercanas a Florencia, donde escribió sus
obras más importantes. A pesar de sus intentos por ganarse el favor de los Médicis,
nunca volvió a ocupar un cargo destacado en el gobierno. Murió en Florencia, el 21 de
junio de 1527,
Anécdota
Cuenta ésta que en días de enfermedad y poco antes de morir, Nicolás les refirió a sus
camaradas que había visto en sueños a una muchedumbre de hombres miserables y
sufrientes, los cuales, a su pregunta de quiénes eran, le respondieron que, siendo santos
y beatos, iban camino al paraíso. Que vio después a una más reducida fila de personas
de aspecto noble y grave entre las cuales reconoció a Platón, Plutarco y Tácito y que, a
su demanda, le contestaron que eran condenados y que marchaban al infierno. Concluido
el relato, explicó a sus amigos que él prefería, con mucho, ir al infierno para poder
conversar sobre política con los grandes hombres de la Antigüedad, antes que ir al
paraíso a morirse de tedio con los santos y los beatos. Fue su última burla, hecha para
reírse con sus íntimos del infierno y el paraíso.
Filosofía
Maquiavelo es considerado como uno de los teóricos políticos más importantes del
Renacimiento, ya que por medio de él se abre camino a la modernidad política y a la
reestructuración social.
La filosofía política de Maquiavelo se ve expuesta en “El príncipe”, escrita en 1513, es la
obra más relevante de Maquiavelo y la más polémica, en ella se pretende explicar los
medios por los que un príncipe (jefe de un principado) puede mantenerse en el poder
analizando las causas por las que muchos perdieron el poder y otros lo conservaron. El
tratado por lo tanto no pretende ser una obra de como deberían actuar los poderosos sino
como se tiene que actuar cuando se tiene el poder para conservarlo. No busca el autor
explicar cómo alcanzar el “bien social” o “la justicia” sino como alcanzar y mantener el
poder. Hay en esta obra una clara división entre ética y política, pero división no es lo
mismo que enfrentamiento.
En esta obra Maquiavelo intenta mostrar cuales deben ser las virtudes del príncipe. Virtud
y fortuna son elementos claves en su pensamiento político y para explicar su relación
utiliza una famosa metáfora: la fortuna es como un río impetuoso que arrastra todo a su
paso cuando se encoleriza, no obstante, en tiempos de tranquilidad tomamos medidas
contra los ríos violentos colocando diques y canales para contenerlos; de igual modo el
príncipe frente a la fortuna adversa usará su virtud para contenerla o para aprovechar su
ímpetu benéfico.
Decía que "si una persona desea fundar un estado y crear sus leyes, debe comenzar por
asumir que todos los hombres son perversos y que están preparados para mostrar su
naturaleza, siempre y cuando encuentren la ocasión para ello." Según Maquiavelo el ser
humano es fácilmente engatusado por las apariencias y más pronto a obedecer por miedo
que por voluntad propia. El hombre atiende a la ley, pero también a la fuerza; sería
maravilloso que los hombres atendiesen siempre a la ley, pero como esto no es así el
príncipe debe saber cómo utilizar la fuerza. Los príncipes que han hecho uso de la fuerza
desmedida no han obtenido sus propósitos porque han soliviantado a los nobles o al
pueblo; los príncipes que han renunciado a la fuerza han sido tomados por débiles y han
perdido igualmente el poder; si el príncipe sabe usar con contundencia su fuerza, pero
también es astuto mantendrá el poder.
Lógicamente para Maquiavelo el papel de las armas sea fundamental en el estado. Un
gobierno debe tener buenas armas y buenas leyes, pero como no es posible las buenas
leyes sin buenas armas el príncipe debe asumir que el conocimiento del arte de la guerra
tiene un lugar privilegiado en la política. Hemos visto que muchos gobernantes perdieron
el poder por ejercer la fuerza desmedidamente entonces ¿cómo se debe de administrar la
fuerza? El príncipe debe intentar ser amado y temido, pero si no puede conseguir ambas
cosas debe preferir ser temido ya que la gente obedece más firmemente a alguien por
miedo que por amor. Pero, aunque el príncipe deba hacerse temer debe intentar por todos
los medios no hacerse odioso a sus súbditos; si los gobernados odian al príncipe se
conjugarán para derrocarlo, por mucha violencia que use siempre habrá personas
dispuestas a unirse en su contra. Por esta razón la crueldad debe administrarse con
prudencia, aunque también con mano firme.
En la vida ordinaria hay cosas que llamamos virtud pero que no son tales en el príncipe.
La sinceridad, por ejemplo, tiene sentido en la sociedad civil en donde hay tribunales que
juzgan y condenan la mentira, pero ¿si la cabeza del estado miente quién lo juzgará? Si
un príncipe en peligro violando un acuerdo o asesinando traicioneramente a sus enemigos
se mantiene en el poder debe mentir y asesinar si es preciso; de nada sirve la bondad que
te lleva a la ruina. Si los hombres todos fueran buenos y actuaran justamente el príncipe
debería ser bueno, pero como no es así la bondad en este mundo de lobos sólo lleva a la
perdición. A pesar de todo el príncipe debe acrecentar su prestigio de virtud ya que la
apariencia de bondad es un arma poderosa por la que se guían los hombres. El
gobernante deberá cuidar el parecer justo, compasivo y religioso pero se deberá cuidar
también de serlo cuando no conviene a sus intereses ya que, por ejemplo, ser compasivo
y no aniquilar a un enemigo derrotado que se rinde podría conllevar una guerra en el
futuro que ocasionase más sufrimiento al pueblo y más peligros a un príncipe pusilánime
que a un gobernante que no temiese ser cruel. De esta idea viene la célebre frase
atribuida falsamente a Maquiavelo de “el fin justifica los medios”.
Como se dijo Maquiavelo siempre ha sufrido una simplificación de su pensamiento: por un
lado, es verdad que considera que el príncipe está más allá de la moral ordinaria y no
deben juzgarse sus actos en sí sino por sus consecuencias pero por otro lado asume que
satisfacer las exigencias del pueblo para no ser víctima de su odio es uno de los factores
vitales de la política; el pueblo adquiere así un papel central en la reflexión del florentino.
Obras
La mayor parte de su obra la escribió durante su exilio posterior a 1512 y lo hizo por
encargo o por regalo, pues se dedicó a las labores del campo en el día y a la lectura y
escrituras por las tardes. Estas son las obras que se conocen de Maquiavelo:
Discursos sobre la primera década de Tito Livio (1513-1521)
Historia Florentina (1521-1525)
Sobre el arte de la guerra (1521)
Mandragora (1524)
Clizia (1525)
El Príncipe (escrita en 1513 y publicada en 1532)
Frases
Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos.
La naturaleza de los hombres soberbios y viles es mostrarse insolentes en la
prosperidad y abyectos y humildes en la adversidad.
El que es elegido príncipe con el favor popular debe conservar al pueblo como
amigo.
Los hombres ofenden antes al que aman que al que temen
En todas las cosas humanas, cuando se examinan de cerca, se demuestra que no
pueden apartarse los obstáculos sin que de ellos surjan otros.
En general, los hombres juzgan más por los ojos que por la inteligencia, pues
todos pueden ver, pero pocos comprenden lo que ven.
De vez en cuando las palabras deben servir para ocultar los hechos.