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Después de que un estímulo se aplica a un nervio, hay un periodo de latencia antes del
inicio del potencial de acción. Este intervalo corresponde al tiempo que tarda el impulso
en viajar a lo largo del axón, desde el sitio de estimulación a los electrodos de registro. Su
duración es proporcional a la distancia entre la estimulación y los electrodos de registro e
inversamente proporcional a la velocidad de conducción. Si se conoce la duración del
periodo latente y la distancia entre los electrodos estimulantes y de registro, se puede
calcular la velocidad de conducción axonal.
En general, cuanto mayor sea el diámetro de una fibra nerviosa dada, mayor será su
velocidad de conducción. Los axones grandes se ocupan principalmente de la sensación
propioceptiva, la función motora somática, el tacto consciente y la presión, mientras que
los axones más pequeños ayudan en el dolor, las sensaciones de temperatura y en la
función autonómica.
Aunque la clasificación de letras se usa comúnmente para describir las fibras motoras, un
sistema numérico (Ia, Ib, II, III y IV) se utiliza a menudo para clasificar las fibras sensoriales
en función de su diámetro axonal y la velocidad de conducción. El cuadro 4-2 muestra la
clasificación correspondiente al sistema numérico y al sistema de letras.
Mecanoreceptores cutáneos
Las motoneuronas α que inervan las fibras extrafusales en los músculos estriados son el
lado eferente de muchos arcos reflejos. Todas las influencias neuronales que afectan la
contracción muscular finalmente se canalizan a través de ellos hacia los músculos, por lo
que se denominan la vía común final. Numerosas aferencias convergen en las
motoneuronas α; la superficie de una motoneurona promedio y sus dendritas están
compuestas de alrededor de 10.000 botones sinápticos. Al menos cinco aferencias van
desde el mismo segmento espinal a una motoneurona espinal típica. Además de estas,
existen aferencias excitadoras e inhibidoras, generalmente transmitidas a través de
interneuronas, desde otros niveles de la médula espinal, y múltiples tractos descendentes
largos desde el cerebro. Todas estas vías convergen y determinan la actividad en la vía
común final.
El arco reflejo más simple es el que tiene una única sinapsis entre las neuronas aferentes y
eferentes (es decir, los reflejos monosinápticos). Los arcos reflejos en los que se
interponen las interneuronas entre las neuronas aferentes y eferentes se denominan
reflejos polisinápticos. Puede haber desde dos hasta cientos de sinapsis en un arco reflejo
polisináptico.
Cuando un músculo estriado con una inervación nerviosa intacta se estira, se contrae. Esta
respuesta se denomina reflejo de estiramiento o reflejo miotático. El estímulo que inicia
este reflejo es el estiramiento del músculo y la respuesta es su contracción. El órgano
sensorial es una pequeña estructura encapsulada en forma de huso o fusiforme llamada
huso muscular, ubicada dentro de la porción carnosa del músculo. Los impulsos que se
origi- nan en el huso se transmiten al CNS por medio de fibras sensoriales rápidas que
pasan directamente a las motoneuronas que inervan el músculo. El neurotransmisor en la
sinapsis central es el glutamato. El reflejo de estiramiento es el reflejo monosináptico
mejor conocido y estudiado, y lo ejemplifica el reflejo rotuliano.
Huso muscular.
Huso muscular de los mamíferos. A) Representación de los principales componentes del huso muscular, que
incluyen las fibras intrafusales del músculo, las terminaciones de fibras sensoriales aferentes y las fibras
motoras eferentes (motoneuronas γ). B) Tres tipos de fibras intrafusales del músculo: bolsa nuclear
dinámica, bolsa nuclear estática y fibras de las cadenas nucleares. Una sola fibra aferente grupo Ia inerva los
tres tipos de fibras para formar una terminación sensorial primaria. Una fibra sensorial grupo II inerva la
cadena nuclear y las fibras de la bolsa estática para formar una terminación sensorial secundaria. Las
motoneuronas dinámicas γ inervan las fibras de la bolsa dinámica; las motoneuronas estáticas γ inervan
combinaciones de fibras de la cadena y de la bolsa estática. C) Comparación de los patrones de descarga de
la actividad aferente Ia solo durante el estiramiento y en el curso de la estimulación de las motoneuronas γ
estáticas o dinámicas. Sin la estimulación γ, las fibras Ia muestran una pequeña respuesta dinámica de
estiramiento muscular y un aumento modesto en la descarga de estado estacionario. Cuando se activan las
motoneuronas γ estáticas, los aumentos de la respuesta de estado estacionario y la respuesta dinámica
disminuyen. Cuando se activan las motoneuronas γ dinámicas, la respuesta dinámica se incrementa
notablemente, pero la respuesta de estado estacionario vuelve gradualmente a su nivel original.
Cada huso muscular tiene tres elementos esenciales: 1) un grupo de fibras musculares
intrafusales especializadas con extremos polares contráctiles y un centro no contráctil, 2)
nervios aferentes mielinizados de gran diámetro (tipos Ia y II) que se originan de la porción
central de las fibras intrafusales y 3) nervios eferentes mielinizados de pequeño diámetro
que inervan las regiones contráctiles polares de las fibras intrafusales (figura 12-2A). Los
cambios en la longitud del músculo se asocian con variaciones en el ángulo de la articu-
lación; por tanto, los husos musculares proporcionan información sobre la posición (es
decir, la propiocepción).
Las fibras intrafusales se colocan en paralelo a las fibras extrafusales (las unidades
contráctiles regulares del músculo) con los extremos de la cápsula del huso unidos a los
tendones en cada extremo del músculo. Las fibras intrafusales no contribuyen a la fuerza
contráctil total del músculo, sino que cumplen una función sensorial pura.
Hay dos tipos de fibras intrafusales: (1) Fibra de la bolsa nuclear (figura 12-2B), que
contiene muchos núcleos en un área central dilatada. Se divide en dos subtipos de fibras
de la bolsa nuclear: dinámica y estática. (2) Fibra de cadena nuclear, es más delgada y
corta, y carece de una bolsa definida. Normalmente, cada huso muscular contiene dos o
tres fibras de bolsa nuclear y alrededor de cinco fibras de cadena nuclear.
Hay dos tipos de terminaciones sensoriales en cada huso, una terminación primaria
(grupo Ia) simple y hasta ocho terminaciones secundarias (grupo II) (figura 12-2B). La
fibra aferente Ia envuelve el centro de las fibras de la bolsa nuclear dinámicas y estáticas,
y las fibras de la cadena nuclear. Las fibras sensoriales del grupo II están ubicadas
adyacentes a los centros de la bolsa nuclear estática y las fibras de la cadena nuclear;
estas fibras no inervan las fibras de la bolsa nuclear dinámicas. Las aferentes Ia son muy
sensibles a la velocidad del cambio en la longitud del músculo durante un estiramiento
(respuesta dinámica); por tanto, proporcionan información sobre la velocidad de los
movimientos y permiten movimientos correctivos rápidos. La actividad en estado estable
(tónica) de las aferentes del grupo Ia y II proporciona información sobre la longitud del
músculo en esta- do estacionario (respuesta estática). En la gráfica superior en la figura
12-2C se muestran los componentes dinámicos y estáticos de la actividad en una aferente
Ia durante el estiramiento muscular. Nótese que se descargan más rápido mientras se
estira el músculo (área sombreada de los gráficos) y menos rápido durante el estiramiento
sostenido.
Los husillos tienen su propia inervación nerviosa motora llamadas motoneuronas γ; tienen
entre 3-6 μm de diámetro y constituyen aproximadamente 30% de las fibras en las raíces
ventrales. Hay dos tipos de motoneuronas γ: las dinámicas, que inervan las fibras de la
bolsa nuclear dinámica, y las estáticas, que inervan las fibras de la bolsa nuclear y de la
cadena nuclear. La activación de las
motoneuronas γ dinámicas aumenta la
sensibilidad dinámica del grupo de
terminaciones Ia. La activación de las
motoneuronas γ estáticas aumenta el nivel
tónico de la actividad en los grupos de
terminaciones Ia y II, disminuye la sensibilidad
dinámica de grupos aferentes Ia y puede
prevenir el silenciamiento de las aferentes Ia
durante el estiramiento del músculo (figura
12-2C).
Las respuestas dinámicas y estáticas aferentes del huso muscular influyen en el temblor
fisiológico. La respuesta de las terminaciones de la fibra sensorial Ia a la respuesta
dinámica (fásica), así como a los eventos estáticos en el músculo, es importante, porque la
respuesta fásica marcada y rápida ayuda a amortiguar las oscilaciones causadas por
retrasos de conducción en el circuito de retroalimentación que regula la longitud
muscular. Por lo general, se produce una pequeña oscilación en este bucle de retro-
alimentación. Este temblor fisiológico tiene una amplitud baja (apenas visible a simple
vista) y una frecuencia de aproximada- mente 10 Hz. El temblor fisiológico es un
fenómeno normal que afecta a todos mientras se mantiene la postura o durante los
movimientos. Sin embargo, el temblor sería más prominente, si no fuera por la
sensibilidad del huso a la velocidad de estiramiento. Puede ser prominente en algunas
situaciones, como cuando estamos ansiosos o cansados, o debido a la toxicidad de los me-
dicamentos. Numerosos factores contribuyen a la génesis del temblor fisiológico.
Depende tanto de un origen central (oliva inferior) como de factores periféricos, entre
ellos, la velocidad de descarga de la unidad motora, los reflejos y la resonancia mecánica.
Las motoneuronas γ están reguladas por tractos descendentes que se originan en áreas
del cerebro que también controlan las motoneuronas α (descritas a continuación). A
través de estas vías, la sensibilidad de los husos musculares y, por tanto, el umbral de los
reflejos de estiramiento en varias zonas del cuerpo se pueden ajustar y cambiar para
satisfacer las necesidades del control postural.
Hasta cierto punto, cuanto más fuerte se estira un músculo, más enérgica es la
contracción refleja. Sin embargo, cuando la tensión se vuelve lo suficientemente grande,
la contracción cesa de forma brusca y el músculo se relaja. Esta relajación en respuesta a
un estiramiento potente se denomina reflejo de estiramiento inverso. El receptor del
reflejo de estiramiento inverso se encuentra en el órgano tendinoso de Golgi (figura 12-
5), que consiste en un conjunto reticular de nudos de terminaciones nerviosas entre los
fascículos de un tendón.
Existen entre 3 y 25 fibras musculares por cada órgano tendinoso. Las fibras de los
órganos tendinosos de Golgi constituyen el grupo Ib de las fibras nerviosas sensitivas,
mielinizadas, de contracción rápida. La activación de estas fibras Ib conduce a los IPSP en
las motoneuronas que inervan al músculo del que surgen las fibras. Las fibras Ib terminan
en la médula espinal en las interneuronas inhibidoras que terminan directamente en las
motoneuronas (figura 12-3). También hacen conexiones excitadoras con las
motoneuronas que inervan a los antagonistas al músculo.
Debido a que los órganos tendinosos de Golgi, a diferencia de los husillos, están en serie
con las fibras musculares, son estimu- lados tanto por el estiramiento pasivo como por la
contracción activa del músculo. El umbral de los órganos tendinosos de Golgi es bajo. El
grado de estimulación por estiramiento pasivo no es muy grande debido a que las fibras
musculares más elásticas absorben la mayor parte del estiramiento, por lo que se necesita
un estiramiento potente para producir relajación. Sin embargo, la descarga se genera de
modo regular por la contracción del músculo y, por tanto, el órgano tendinoso de Golgi
funciona como un transductor en el circuito de retroalimentación que controla la fuerza
muscular de una manera análoga a como lo hace el circuito de retroalimentación del huso
que regula la longitud del músculo.
Las terminaciones primarias en los husos y los órganos del tendón de Golgi juntos regulan
la velocidad de la contracción muscular, la longitud del músculo y la fuerza muscular. La
interacción de la descarga del huso, la descarga del órgano tendinoso y la inervación
recíproca determina la velocidad de disparo de las motoneuronas α.