Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Los problemas alimenticios resultan con un gran impacto tanto en la salud física como
emocional de cualquier individuo que los parezca. Para el campo de la salud, en
especial de la psicología es un problema de gran impacto, debido a que todo inicia por
la parte de la perspectiva, la autoestima y el impacto que la sociedad causa en el
individuo.
Esta problemática viene desde mucho tiempo atrás, inicio cuando las modas y los
estándares de belleza se hicieron más estrictos con respecto a lo que se considera
“bello” para la sociedad.
La evidencia histórica sugiere que la anorexia y la bulimia han existido desde el siglo I.
Durante la era del César (700 AEC), los romanos ricos se consentían con espléndidos y
abundantes banquetes que comúnmente eran interrumpidos en varias ocasiones para
vomitar y así poder seguir comiendo. Los antiguos egipcios dibujaron jeroglíficos que
representaban purgas mensuales para evitar enfermedades. Manuscritos médicos
persas y pergaminos chinos de las primeras dinastías también describen enfermedades
muy similares a los desórdenes alimenticios modernos.
Aunque él creía que la enfermedad surgía de un estado mental, no creía que los
pacientes que la padecían debían ser tratados como mentalmente insanos, sino que su
tratamiento incluía alimentación forzada, enseñanzas morales y cambios de ambiente.
En Octubre de 1873 presentó sus ideas sobre la “Anorexia Histérica” a sus colegas en
la Sociedad Clínica de Londres y nombró el padecimiento como “Anorexia Nerviosa”.
Con el surgimiento del psicoanálisis, los intentos por definir y explicar este padecimiento
estaban vinculados a los conceptos de trastornos psíquicos que se estudiaban en ese
momento. Frenchman Huchard en 1883 la llamo anorexia mental, cosiderandola crisis
de conversión o histeria. En 1893 se describe el primer caso tratado con hipnosis. Para
1894, la definición de Gull había sido sustituida por la de psiconeurosis de defensa o
neurosis de la alimentación melancólica, vinculándola desde entonces con el cuadro
similar que hoy se conoce por depresión; en 1909, Pierre Janet diferencio entre la
anorexia obsesional y anorexia histérica, según su forma de manifestar el ayuno, siendo
este una expresión de ansiedades reprimidas.
Originalmente se creía que la anorexia y la bulimia eran enfermedades físicas que los
investigadores atribuían a desbalances hormonales y deficiencias endocrinas. Los
médicos también creían que la anorexia era un tipo de tuberculosis.
No fue hasta 1930 que la comunidad médica comenzó a entender que las causas de
estos desórdenes alimenticios eran en parte emocionales y psicológicas más que
físicas. El caso de estudio de Ellen West en los años 1930’s aportó soporte a esta forma
de pensar. El caso de estudio provee la perspectiva de Ellen, que describe su
desesperada obsesión con la comida y la delgadez que eventualmente la llevaron al
suicidio.
La persona con este trastorno mantiene un peso corporal por debajo del nivel normal
mínimo para su edad y su talla (Criterio A). Si la anorexia nerviosa se inicia en la niñez
o en las primeras etapas de la adolescencia, en lugar de pérdida puede haber falta de
aumento de peso (p. ej., mientras que el sujeto crece en altura).
El Criterio A proporciona una guía para determinar cuándo el individuo alcanza el valor
umbral para ser considerado de peso inferior. Esto significa que el peso de la persona
es inferior al 85 % del peso considerado normal para su edad y su talla (de acuerdo con
alguna de las diversas versiones de las tablas de la Metropolitan Life Insurance o de las
tablas de crecimiento usadas en pediatría). Existe otra guía adicional algo más estricta
(usada en los Criterios de Investigación de la CIE-10), en la que se especifica que el
individuo debe tener un índice de masa corporal (IMC) igual o inferior a 17,5 kg/m2. (El
IMC se calcula en metros cuadrados, dividiendo el peso en kilogramos por la altura.)
Estos valores límite son sólo una ayuda para el clínico, ya que parece poco razonable
especificar un estándar único para el peso mínimo normal de todos los individuos de
una edad y talla determinadas. Para determinar el peso mínimo normal de un individuo,
el clínico debe considerar también su constitución física y su historia de peso previa.
La incidencia de los malos hábitos alimenticios en la ESFI, son bastante altos, desde el
hecho de no desayunar en casa y comer comida chatarra como primer comida del día,
son problemáticas que comenta el trabajador social de la institución. Estudiantes de
cualquier año tiene disposición a una alteración en sus hábitos, pretendiendo que se
debe a la falta de atención.
1.3. Justificación
La iniciativa por investigar este tema, tiene su origen en que actualmente tanto la
anorexia como la bulimia son patologías que son vistas en la población juvenil, tanto en
ciudades grandes como pequeñas, se pueden observar casos de este tipo. Lo más
preocupante de todo esto, es que la sociedad no tiene información suficiente para
reconocer los síntomas y lo normalizan justificando que todos los adolescentes de
preocupan por su apariencia. Otra cosa que cabe destacar, gran parte de la sociedad
cree que el problema se resuelve comiendo y desconocen que existen múltiples
tratamiento para evitar que la enfermedad trascienda y degenerar a la vida de la
persona afectada por los síntomas.
Llama la atención que con cifras que corresponden a las primeras cinco semanas
epidemiológicas de 2018, ya se hayan registrado el 70 por ciento de los casos que se
tuvieron durante todo el año pasado.
A nivel país son dos mil 927 casos de estos trastornos alimenticios los que se han
reportado por el Dirección General de Epidemiología en las primeras semanas del año.
El Sector Salud advierte que las edades de aparición o inicio del trastorno van desde
los 12 hasta los 25 años, pero algo que no debe dejarse pasar por alto es que la
frecuencia aumenta entre los 12 y 17 años.
Aunque la mayoría de las personas con estos padecimientos son mujeres, los hombres
no están exentos de enfrentar esta problemática.
En el ámbito local, el 22.2 por ciento de las personas detectadas con estos males son
varones, mientras que a nivel país son el 30.3 por ciento.
Cada año se documentan 20 mil casos nuevos de bulimia y anorexia entre
adolescentes, lo que ha representado un aumento del 300 por ciento en los últimos 20
años.
Con el impacto que tienen hoy en día las redes sociales, es más fácil obtener
información acerca de este tipo de trastornos, aunque de igual manera es más fácil que
nos cause impacto la publicidad estereotipada, que puede dañar la susceptibilidad de
los adolescentes.
1.4. Delimitación
Analizar los factores externos e internos que causan trastornos alimenticios en los
adolescentes de la ESFI.
¿Cuáles son los factores externos e internos que causan trastornos alimenticios en los
adolescentes de la ESFI?
1.2. Hipótesis
Los impactos emocionales y sociales son factores internos y externos que causan los
trastornos alimenticios de los adolescentes de las ESFI.
Hesse-Biber, Leavy, Quinn & Zoino (2006) establecen que los desórdenes alimenticios
no son solamente de naturaleza psicológica sino que tienen que ver con una
problemática de índole social, la cual menciona como las afecciones que reciben los
adolescentes por parte de los medios de comunicación, por la cultura y por terceras
personas que puedan afectar la mentalidad y la cuestión de la autoestima.
Comer en exceso y falta extrema de alimentos” y son más comunes en las sociedades
industrializadas donde el alimento es abundante y lo atractivo se equipara con la
delgadez. (Papalia, 2005)
Como definición personal, puedo decir que los trastornos de la alimentación son
enfermedades crónicas y progresivas, que se manifiestan a través de la conducta
alimentaria, a pesar de esto, engloban los factores psicológicos y emocionales entre los
que prevalece una alteración o distorsión de la auto-imagen corporal, hay un gran temor
a subir de peso y la autoestima está definida por la percepción de una buena imagen
corporal.
2.1.1. Antecedentes
Los adolescentes son quienes tienen más contacto con los medios de comunicación en
especial el internet, cuando obtienen la información de una manera tan sencilla.
Las dietas restrictivas, el control del peso, la preocupación por la figura, el querer ser
delgado, el miedo a engordar son prácticas y actitudes frecuentes en la población
general, muy enraizadas en nuestra cultura.
2.1.2. Tipos
2.1.2.1. Anorexia
2.1.2.1.1. Antecedentes
La anorexia ha existido desde la Edad Media, pero no era tan común como en nuestros
días, ya que el sobrepeso se consideraba signo de salud y belleza, cuando las clases
altas eran las únicas que se permitían comer lo suficiente.
La anorexia se daba comúnmente en religiosas, donde el ayuno era el medio por el cual
el espíritu triunfaría y a la vez se veía como un signo de santidad. Es importante
mencionar que la anorexia en esta época, era utilizada como sinónimo de falta de
apetito y algunos trastornos del estómago.
Setenta y seis años más adelante, Robert Whytt la llama atrofia nerviosa, donde asocia
dos enfermedades que están relacionadas con la anorexia, la inanición y la bradicardia,
ya que la anorexia produce daños cerebrales. Ese mismo año se relaciona a la anorexia
con la histeria, esta idea se mantuvo durante muchos años. En 1860 Louis Victor
Marce, muestra un modelo de esta enfermedad en su libro titulado "Nota sobre una
forma de delirio hipocondríaco y caracterizado principalmente por el rechazo
alimentario”.
William Gull en 1874 descubre que a pesar de recibir poca alimentación, una de los
síntomas de la anorexia era la hiperactividad, fue el primero en utilizar el término de
anorexia nerviosa.
Henri Huchard piensa que la anorexia es una enfermedad mental. Jean Martin Charcot,
consideraba que pacientes con esta enfermedad nerviosa debían ser aislados de todo,
hasta obtener buenos resultados, aunque por otro lado, los pacientes con anorexia
necesitan el apoyo y comprensión de la familia.
Pierre Janet, divide la anorexia en dos, obsesiva e histérica. En 1914, M. Simmonds dijo
que la amenorrea, la caquexia, el adelgazamiento y la apatía se debían a un
alteramiento de la hipófisis.
Por último, La APA publica dos manuales de trastornos, en el cual se habla acerca de la
anorexia, el primero llamado CIE y el segundo DSM, en el cual vienen casos clínicos,
tratamientos y diagnósticos para la recuperación de la persona que padece esta
enfermedad.
2.1.2.1.2. Definición
2.1.2.1.3. Clasificación
2.1.2.1.4. Causas
2.1.2.1.5. Sintomatología
“Las personas con este trastorno se niegan a mantener su cuerpo con un peso situado
dentro de los límites de la normalidad, tienen mucho miedo de ganar peso o de llegar a
ser obesas y están exageradamente preocupadas por su figura. Además, la valoración
que hacen de sí mismas como personas viene determinada por la opinión sobre su
cuerpo” Turón, Vicente J. (2010).
La comida siempre la tienen controlada, creen saber qué engorda más y qué lo hace
menos, cuántas calorías tienen los distintos alimentos.
Suelen verse más gordas de lo que están, aunque hay excepciones, ya que hay
personas que sufren este problema y se ven delgadas, pero aún quieren estarlo más o
se niegan a recuperar un peso saludable, ya que la alteración de su percepción visual
les hace creer que su aspecto físico es saludable o no es suficientemente delgada
como la “meta” a la cual desea llegar.
Suelen ser personas muy perfeccionistas, quieren hacerlo todo bien y se esfuerzan en
exceso para que así sea, de ahí la gran fuerza de voluntad que le ponen para seguir
una dieta, porque tienen una gran autodisciplina y suelen ser muy rígidas en su dieta,
su vida escolar y cotidiana.
Existe una gran irritabilidad, cambios bruscos de humor y una gran ansiedad
ocasionados por la falta de alimento y por el hecho de tratar todo lo relacionado con la
comida, la imagen, el peso, la ropa y lo relacionado con el aspecto físico.
2.1.2.1.6. Consecuencias
2.1.2.2. Bulimia
Las personas con bulimia nerviosa comen excesiva cantidad de alimentos, luego
purgan sus cuerpos de los alimentos y las calorías que tanto temen usando laxantes,
enemas o diuréticos, vomitando y/o haciendo ejercicio. A menudo actúan en secreto, se
sienten asqueados y avergonzados cuando comen en gran cantidad, pero también
aliviados de la tensión y las emociones negativas una vez que sus estómagos están
nuevamente vacíos.
2.1.2.2.1. Antecedentes
2.1.2.2.2. Definición
La bulimia se puede definir con facilidad como la sensación de hambre anormal y muy
acusada.
2.1.2.2.3. Clasificación
Bulimia purgativa o purgante: Este tipo de bulimia se caracteriza por venir acompañada
por una fase de purgación. Las purgas suelen ser impulsivas, sin pensar en hecho de
hacerlas, por otro lado, otra conducta que caracteriza la bulimia purgativa es el hecho
de recurrir a diuréticos y laxantes.
Bulimia no purgativa: En este tipo de bulimia después del atracón no hay una purga,
sino una conducta compensatoria, se emprenden acciones para compensar esa ingesta
de caloría, como por ejemplo hacer mucho ejercicio cardiovascular o ayunar durante
largos períodos.
2.1.2.2.4. Causas
2.1.2.2.5. Sintomatología
Para entender mejor la bulimia es necesario conocer los síntomas físicos como lo son la
taquicardia, caries, dolor de garganta, alteraciones menstruales, trastornos
gastrointestinales y alteraciones metabólicas.
Los síntomas psicológicos presentes en una persona con bulimia suelen tener una gran
impulsividad y un bajo autocontrol, lo que les lleva a no poder controlar muchas
situaciones, y en especial a no poder dejar de darse atracones. Esto les lleva también a
meterse en situaciones peligrosas o a entrar en discusión con gran facilidad, teniendo
unos grandes cambios de humor.
Tienen una baja autoestima, no se valoran a sí mismas y no se aceptan tal como son, al
igual que la anorexia, causando usualmente síntomas depresivos, aunque el factor
psicológico fundamental en la bulimia es la ansiedad. Una ansiedad que genera el
ponerse frente a la comida, el peso, las conductas purgativas.
“Es necesario tomar en cuenta que en el caso de la anorexia el trastorno está asociado
a un elevado riesgo de mortalidad, además de tener la característica de presentar un
reducido porcentaje de recuperación, si además aunamos a esto que los TCA
constituyen hoy la tercera enfermedad crónica entre la población femenina adolescente
y juvenil en las sociedades desarrolladas y occidentalizadas” (Peláez, Labrador & Raich
2005).
2.1.2.2.6. Consecuencias
Alteraciones asociadas a la inducción del vómito o el uso de laxantes, que afectan el
sistema digestivo: úlceras en el esófago, problemas estomacales, pérdida importante
del esmalte dental y aparición de caries. Del mismo modo, la aspiración accidental del
vómito puede dar paso al desarrollo de ronqueras o de infecciones en los pulmones.
2.1.2.2.7. Tratamientos
Los principales tratamientos para los trastornos alimenticios suelen ser la psicoterapia,
control y atención médica, asesoramiento nutricional, medicamentos, todos los
anteriores se integran para llevar a cabo un tratamiento formidable en la sanación de la
persona afectada.
El tratamiento que hasta ahora se ha demostrado que es más eficaz para intervenir en
imagen corporal ha sido la terapia cognitivo-conductual. (Salaberria, 2000)
Estudios realizados por Raich. (1997), han demostrado que el tratamiento cognitivo
condutal para intervenir en imagen corporal es efectivo comparándolo con un grupo
control.
Existe un tratamiento muy eficaz para el trastorno dismórfico llevado a cabo por Rosen
et al. (1995) (Raich 2004). Este tratamiento se aplica de forma grupal. El objetivo es
conseguir respecto a la imagen corporal un cambio en las tres dimensiones: actitudinal,
perceptivo y comportamental. La terapia tiene una duración máxima de 8 semanas. En
cada sesión hay ejercicios terapéuticos, proporcionar información sobre un tema,
repasar tareas, etc., finalizando con la prevención de recaídas. El objetivo principal que
tiene esta terapia es que el sujeto que tiene pensamientos negativos acerca de su
cuerpo se vea con más objetividad y a sentir menos malestar (Raich 2013).
Exposición con prevención de respuesta para eliminar los rituales de comprobación del
cuerpo: tienen como objetivo eliminar conductas como pesarse muchas veces
compararse con otras personas y mirarse en el espejo repetidas veces.
Prevención de recaídas: tiene como objetivo que se reconozcan las situaciones que
tienen alto riesgo para desarrollar técnicas que puedan poner en marcha cuando se
encuentren en esas situaciones que les producen malestar.
Por otro lado se encuentran los medicamentos, tales como los antidepresivos,
antipsicóticos o estabilizadores del ánimo. Estos pueden ser útiles en el tratamiento de
los trastornos alimentarios y otras enfermedades coexistentes, tales como la ansiedad o
la depresión.
2.2. Adolescentes
Ruiz Lázaro en su libro adolescencia, nos hace mención sobre los cambios mentales
por los que cruza a un adolescente:
“este periodo de transición adolescente, el puente entre la niñez y la adultez, inicia con
el estirón adolescente y la aparición de las características sexuales primarias y
secundarias en el periodo anteriormente denominado como pubertad, finalizando con la
asunción de un modelo adulto de trabajo, vida y relaciones interpersonales” Lahey,
Benjamin (1999).
Desde el punto de vista del ciclo vital, la adolescencia se percibe como un producto del
desarrollo del niño y como un precursor del desarrollo del adulto. No es un período
aislado de la vida sino una parte importante en el continuo del ciclo vital.
La adolescencia como un momento de transición y nos resumen una serie de
implicaciones que dicha transición conlleva: una anticipación entusiasta del futuro, lo
cual se refiere a que el adolescente desea llegar a la etapa adulta teniendo múltiples
expectativas de lo que le puede esperar en la próxima etapa de su vida; un sentimiento
de pesar por el estado que se ha perdido, aquí nos refiere que al dejar atrás su etapa
de niñez, les produce cierto nivel de nostalgia; un sentimiento de ansiedad en relación
con el futuro, al sentir cerca y al tomar en cuenta las expectativas tanto positivas y
negativas le produce cierto grado de ansiedad por lo que le puede llegar a esperar en
un futuro; un reajuste psicológico importante, las ideas que pudo haber tenido
anteriormente irán cambiando dependiendo las situaciones por las cual pase cada
individuo, tanto su manera de ver cada cosa, su nivel de madurez, su percepción y
demás cosas que se incluyen en los cambios psicológicos; un grado de ambigüedad de
la posición social durante la transición, esto se refiere a que su posición social variara
dependiendo las personas con las que conviva, el factor económico, el hecho de
adquirir un trabajo, entre otras cosas en las cuales se verá relacionada la posición
social y las variaciones que puedan ocurrir en ella.
Con respecto a la salud física y mental, por la naturaleza edad la gran mayoría de
adolescente son sanos pero, si se reconoce una probabilidad incrementada de volverse
adicto, practicar deportes extremos, unirse a grupos de delincuencia, practicar sexo
desprotegido, y sufrir de trastornos alimenticios, los cuales conocemos como conductas
de riesgo o factores de riesgo.
Algunas características de esta etapa pueden ser la preocupación por los cambios
físicos, los cuales son vividos como una irrupción; pensamiento abstracto concreto;
aumentan tanto las habilidades cognitivas como la fantasía; frecuentes fantasías
sexuales y autoerotismo; variaciones en el ánimo y autoestima; impulsividad; intensa
amistad con adolescentes de su mismo sexo; y menor interés en los padres.
Por otro lado, tienen pensamientos lógicos y una tendencia a despreciar pensamientos
imaginativos de la infancia. Aumenta la capacidad para acumular grandes
acontecimientos y aplicar nuevos conceptos, además de un mayor interés por aprender
habilidades de la vida.
Por lo que respecta a su desarrollo moral, suelen ser egocéntricos en general, aunque
ya tiene conciencia. Comprenden los conceptos lo que es justo y la negociación. No
siempre se ve reflejada su capacidad moral en su comportamiento, ya que suelen
romper reglas, haciendo notar que tienen capacidad para tomar decisiones propias. Y
en cuanto lo relacionado con el concepto de sí mismos, podemos decir que en gran
medida está influido por las relaciones con los miembros de su familia, profesores y
cada vez más, por sus compañeros y la sociedad. Muchos niños tienden a imitar el
estereotipo masculino y por otro lado, el auto-imagen de muchas niñas puede sufrir con
la llegada de la pubertad.
Adolescencia media, de los 14 a los 16 años. Sus cambios físicos son más marcados,
el cuerpo sigue creciendo y cambiado; relaciones de pareja más formales y de
enamoramiento y compromiso afectivo. Interés en la experimentación sexual;
sentimientos de omnipotencia, se sienten invulnerables, pueden presentar conductas de
riesgo; período de mayor acercamiento y participación con sus pares y de compartir sus
valores; suele ser el período de máximo conflicto con sus padres.
Adolescencia tardía, que sucede de los 17 a los 19 años. Se caracteriza por tener
características sexuales secundarias definidas; consolidación del pensamiento
abstracto; consolidación de la capacidad de intimar y establecer relaciones de parejas
estables; disminuye la importancia del grupo de pares, surge un retorno a estar
emocionalmente cercanos a sus padres; en la mayoría de los casos hay aceptación de
su propia imagen corporal; desarrollo de su propia escala de valores; metas de vida y
proyectos más reales; alcanza su propia identidad, tanto en lo personal como en lo
social, que a comparación de las anteriores etapas mencionadas estaba en busca de la
propia identidad, alcanzándola de alguna manera en esta etapa.
Comienzan los contactos con el sexo opuesto y las pandillas mixtas. La principal
preocupación es el sexo y conseguir gustar y seducir a los miembros del sexo contrario.
Son frecuentes las dudas sobre orientación sexual y la experimentación con estímulos
fuertes como el alcohol, las drogas y el tabaco, lo cual se consideran conductas de
riesgo.
Tienen una mayor capacidad para pensar de forma abstracta e hipotética sobre el
presente y el futuro, debido a que pueden entender y compartir mejor los
acontecimientos que les rodean y que ocurren más allá de su círculo social inmediato,
pueden adoptar una nueva conciencia social.
Con respecto a su desarrollo moral, suelen ser menos egocentrismo y presenta mayor
énfasis sobre valores abstractos y principios morales. Como el desarrollo emocional y el
desarrollo cognitivo no van al mismo paso, es posible que los mismos adolescentes que
fortalecen ciertos valores, los violan a la vez. En cuanto lo relacionado con el concepto
de sí mismos, como mencionamos anteriormente, es la etapa en la que los
adolescentes forman su propia identidad. Los conflictos internos de identidad se van
resolviendo, el grupo de amigos pierde importancia frente a la búsqueda de pareja.
Desde el punto de vista social según Lahey (1999) se completa el cambio de estar
centrados en los padres a centrarse en las relaciones con los compañeros.
El desarrollo social de una adolescente se verá afectado por su entorno y los factores
socioculturales y religiosos que su comunidad o familia le provean, como puede ser la
manera de vestir, lenguaje que utilizará, valores con los cuales se verá identificado a lo
largo de este periodo o incluso a lo largo de su vida.
Por otro lado, el adolescente en la búsqueda por su independencia, toma prioridad por
los amigos y la búsqueda por formar relaciones amorosas, lo cual lo identificará como
una persona capaz de poder sobre llevar relaciones intrapersonales.
Otro factor de suma importancia que se está notando en los últimos años es el impacto
de los medios de comunicación, ya que por medio de estos se identifican con las
nuevas tendencias que adoptan como propias y con las cuales van forjando una
identidad que lo diferencie de otros individuos.
“Cabe recalcar que el apoyo familiar se plantea como un importante recurso social para
el adolescente cuya influencia en el bienestar puede ser tanto directa como que el
adolescente sepa que cuenta con el apoyo de los padres durante esta transición y
disponer de su ayuda como indirecta como lo son las estrategias de afrontamiento y la
autoestima” (Musitu, Buelga, Lila, & Cava, 2001).
El modelo propuesto por Musitu, Buelga, Lila & Cava, 2001 denominado Modelo de
Estrés Familiar en la Adolescencia analiza el funcionamiento familiar y considera como
dimensiones básicas, la cohesión o vinculación emocional, la adaptabilidad o flexibilidad
y la comunicación. (López, 2006)
Este modelo que plantean Musitu, Buelga, Lila & Cava, entiende que la familia
evoluciona y afronta, con mayor o menor éxito, transiciones, tensiones y situaciones
estresantes; asimismo, dispone de recursos familiares que, además, contribuyen al
desarrollo de ciertos recursos personales.
2.3.1. Autoestima
Estos autores hacen referencia que la auto-evaluación que se hace a partir de juicios
propios donde aprobamos o rechazamos lo que se hace y de igual manera nuetra
capacidad de notar nuestras virtudes y capacidades, iremos formando lo que
definiremos como autoestima.
Brander nos menciona que parte de tener una buena autoestima es necesario saber de
lo que somos capaces de lograr y de cómo enfrentamos los desafíos básicos de
nuestra vida, como también sentirnos con el derecho de que somos dignos de ser
felices y de triunfar, conociendo nuestras necesidades y carencias, sintiéndonos dignos
de gozar de nuestros propios frutos.
“se vive como un juicio positivo sobre uno mismo, al haber conseguido un entramado
personal coherente basado en los cuatro elementos básicos del ser humano: físicos,
psicológicos, sociales y culturales. En estas condiciones va creciendo la propia
satisfacción, así como la seguridad ante uno mismo y ante los demás” Rojas (1995).
Este nos dice que claves para lograr una buena autoestima se necesita tomar en
cuenta el juicio personal, ya que a partir de este se comprenderá el haber y el deber de
lo que quiero lograr y lo que he conseguido como persona; la aceptación de uno mismo,
consiste en conocer las limitaciones y aptitudes que como individuos nos caracterizan,
al reconocer y aceptar ambas se alcanzara un estado de paz relativa; el aspecto físico,
comprendiendo la morfología corporal y nuestras características fisiológicas,
integraremos nuestro aspecto físico a la aceptación de la propia personalidad; el
patrimonio psicológico que es el aspecto de integrar el pensamiento, la inteligencia,
conciencia, fuerza de voluntad, la interpretación de la vida, etc. Y percibir esta totalidad
como positiva; y por último, el entorno sociocultural, que es en donde se desarrollan los
recursos de la comunicación interpersonal, al mantener relaciones sociales saludables,
se verá reflejado en la autoestima.
Por otro lado, Virginia Satir nos dice que la autoestima se compone principalmente de
dos cosas: sentirse digno de ser amado y sentirse capaz. Una de las ideas más
novedosas de Satir fue que "el problema presentado pocas veces es el problema real,
en tanto que la forma que tiene la gente de encarar el problema presentado la que crea
el problema real". Satir también ofreció propuestas acerca de los problemas particulares
generados por baja autoestima en las relaciones.
Podemos entender por autoestima “la relación positiva entre la percepción de uno
mismo (visión objetiva) y el ideal de uno mismo (aquello que la persona valora, lo que le
gustaría ser)” (Raich, Mora 2005) A diferencia del autoconcepto que es el propio sentido
de identidad: qué es lo que piensa una persona de sí misma como individuo. Esto
implica percepción, a diferencia de la autoestima que trata de la valoración.
“En conclusión, podemos decir que la autoestima está formada por la relación entre el
autoconcepto y el ideal. Si la persona se acerca más a su ideal tendrá más autoestima,
en cambio, cuanto menos se ajuste a ese ideal, la autoestima de esa persona será
menor” (Raich, 2005).
Todas estas definiciones tienen como fin conocer un poco más sobre lo que es la
autoestima y a partir de ello ir creando nuestro propio concepto de una autoestima
estable.
Los adolescentes son el sector de la población más sensible a las influencias del
entorno. Se trata de una etapa decisiva en la adquisición y consolidación de los estilos
de vida, ya que se reafirman algunas tendencias comportamentales adquiridas en la
infancia y se incorporan otras nuevas provenientes de dichos entornos de influencia.
Para Martínez (1998) La comunicación se puede definir como un proceso por medio del
cual una persona se pone en contacto con otra a través de un mensaje, y espera que
esta última de una respuesta, sea una opinión, actividad o conducta”. Martínez nos
hace ver la comunicación como un ciclo, en el cual emisor y receptor cambian
constantemente de papel para comunicar sus ideas.
Los medios masivos de comunicación muestran la imagen estética perfecta como un fin
para alcanzar la felicidad, el éxito, y el logro de las metas, utilizando el cuerpo como
una vía para alcanzar los sueños y así mismo producirlo comercializarlo y volverlo un
negocio.
Según la RAE, podemos definir estereotipo como una imagen estructurada o una idea
aceptada por un grupo de personas y por la sociedad, con carácter inmutable. Esta
imagen es considerada como representativa de un determinado colectivo.
Por otro lado, la imagen corporal es la representación del cuerpo que cada persona
construye en su mente. (Raich, 2000) esta, es la representación mental que cada
persona tiene sobre su propio aspecto físico, esta también tiene que ver con los
sentimientos y emociones que experimenta la persona respecto a cómo percibe su
físico, cómo se siente con su cuerpo y dentro de su propio cuerpo.
Una cosa es la apariencia física y otra distinta la imagen corporal, personas con una
apariencia física que se aleja de los cánones de belleza pueden sentirse bien con su
imagen corporal y de modo contrario, personas socialmente evaluadas como bellas
pueden no sentirse así.
Para Bruch (1973) la distorsión de la imagen corporal así como las disfunciones
alimentarias, tiene un carácter simbólico considerándolos como formas de camuflaje de
diversos problemas que por otros medios no ha sido posible resolver.
La imagen de nuestro cuerpo es lo que nos hace sentirnos insatisfechos y mal con
nosotros mismos, no el cuerpo en sí mismo. Por mucho que manipulemos nuestro
cuerpo, si no cambiamos nuestra forma de pensar y sentir sobre él, si no nos
aceptamos, seguiremos sintiéndonos mal y con una imagen corporal negativa. El
trabajo de los aspectos emocionales es imprescindible para lograr una imagen corporal
adecuada.
Bibliografia
http://www.who.int/topics/nutrition_disorders/es/