ASIGNATURA: FUNDAMENTOS INTEGRANTES: LAURA GENESIS COLQUE ZARATE SANTA CRUZ – BOLIVIA DEFINICION Es un trastorno de la conducta alimentaria que se caracteriza por una restricción de la ingesta alimentaria, lo que da lugar a una considerable pérdida de peso que se mantiene por debajo del mínimo esperable para la edad, sexo o el desarrollo evolutivo de cada paciente, hasta llegar en ocasiones a un estado de grave desnutrición. La anorexia a secas se refiere a un síntoma consistente en la inapetencia alimentaria y puede deberse a muchos factores, comúnmente fisiológicos es muy común experimentarla, por ejemplo, cuando se tiene fiebre, enfermedades digestivas o cierto estrés, la anorexia nerviosa es más concretamente un trastorno de la conducta alimentaria (TCA) psicogénico (de origen mental) caracterizado por un miedo obsesivo a engordar y una percepción distorsionada del propio peso o figura que suelen manifestarse en la forma de un profundo rechazo a la comida. La OMS la define como un trastorno mental del comportamiento. Mental porque el temor a engordar y la falta de autocontrol sobre la alimentación, hace que los sentimientos y pensamientos determinen un estado anímico que acaba en procesos depresivos. CLASIFICACIÓN Se identifica dos tipos: a) Restrictiva: El adelgazamiento se debe a la disminución del consumo de alimentos, que puede complementarse con un ejercicio físico excesivo (pueden hacer ejercicio constantemente, incluso con mal tiempo o lesiones físicas). No se producen episodios de atracones ni de provocación del vómito, ni de abuso de laxantes. b) Compulsivo/purgativo: Además de la dieta y del ejercicio se producen episodios de atracones de forma regular, seguidos de purgas, es decir, provocación del vómito o uso incorrecto de laxantes, diuréticos o enemas. Los pacientes de este tipo suelen ser emocionalmente más débiles y pueden presentar otros problemas de control de impulsos como por ejemplo el abuso de sustancias. Se llevó a cabo un estudio durante 10 años para entender cuáles son las diferencias a nivel sociodemográfico entre los dos tipos de anorexia. Este estudio encontró que: Las niñas afectadas por la restrictiva tienen una mejor relación con su familia y especialmente con su madre. Las personas que la sufrieron de forma compulsiva fueron víctimas, con más frecuencia que los pacientes con la forma restrictiva, de abuso físico o sexual frecuentemente por parte del padre. En ambas formas se encontró un alto porcentaje de caso de abuso de alcohol por parte del padre. Aquellos que manifiestan la forma compulsiva tienen una mayor tendencia a abusar del alcohol y un mayor deseo de suicidio. Se ha descrito en la literatura también otra forma de la anorexia nerviosa, que difiere de las dos anteriores, cuyo nombre, «la anorexia crónica Meyer», se deriva de la académico-Adolf Ernst Meyer. La diferencia sustancial es que esta última solo aparece en la infancia y es de tipo crónico, con resultado de un retardo en la madurez e hipoxia. HISTORIA La anorexia nerviosa se considera un problema de salud del «mundo industrializado», a pesar de que los primeros casos descritos se remontan a antes de Cristo, durante la época helenística, relacionados con la inanición voluntaria por motivos religiosos. En la Edad Media Una época en que los valores religiosos estaban muy arraigados en las personas, la anorexia era vista como una meta espiritual a alcanzar; de hecho, se habló de la «santa anorexia» y «el ayuno ascético» en un período histórico en el cual se perseguía con frecuencia la búsqueda de las virtudes espirituales mediante la mortificación del cuerpo. Las víctimas ilustres del trastorno eran en ese momento mujeres santas, convertidas más tarde. Buscando un «matrimonio con Cristo», se negaban la comida. Entre esas mujeres, estaban santa Catalina de Siena y la beata Ángela de Foligno. En Tiempos Modernos Aunque fue el médico genovés Simone Porta el primero que en 1500 comenzó a estudiar y describir el cuadro clínico de la anorexia nerviosa, tradicionalmente se considera que su descubrimiento se produjo en 1689, año en que el médico británico Richard Morton publicó el primer informe de dos pacientes que, en ausencia de enfermedad manifiesta, se negaban a comer. Morton llamó a este trastorno consumición nerviosa. En 1860, Louis-Victor Marcé describió por primera vez un desorden del estómago, con un predominio en el sexo femenino. Casi de manera simultánea, este concepto lo recuperaron e identificaron: en París, en 1870, como anorexia histérica, Charles Lasègue, quien utilizó esta expresión para resaltar el origen psíquico de la alteración alimentaria, y en Londres, como anorexia nerviosa, William Withey Gull, quien utilizó este término por primera vez en una conferencia en Oxford y la describió como una enfermedad de origen psicológico. Fue el mismo Lasegue quien proporcionó la primera descripción detallada del núcleo psicopatológico central del disturbio, por lo que se debe a él el mérito de haber prestado atención al origen no orgánico de este trastorno y el de haber considerado el importante rol que tiene la familia (véase terapia familiar) en el desarrollo de la anorexia. Entre 1889 y 1911, se puede encontrar interés en este trastorno en la obra de neurólogos como Jean-Martin Charcot y Gilles de la Tourette. Durante 1903, el psicólogo francés Pierre Janet, en su ensayo Les Obsessions et la Psychasthénie (Las obsesiones y la psicastenia), describió las características del trastorno, al dar otra definición: psicastenia. Pensó que se debía a la negativa, por parte de la mujer, de su sexualidad. En 1914, el fisiólogo Morris Simmonds sugirió la hipótesis de la insuficiencia pituitaria grave (es decir, una insuficiencia de la hipófisis) como la base de la patología, y así estableció, para los años sucesivos, un enfoque endocrinológico a la anorexia nerviosa. La categoría de diagnóstico de anorexia nerviosa apareció en el DSM (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) desde su segunda edición (DSM-II), 1968, y desde entonces el trastorno sigue presente en esa publicación, en todas sus ediciones y revisiones, hasta el más reciente, el DSM-V. ETIOLOGÍA La causa de la anorexia nerviosa no debe buscarse en un único factor sino en una combinación de ciertos rasgos de la personalidad, patrones emocionales y de pensamiento, factores biológicos, familiares y sociales. Causas biológicas Las hormonas gastrointestinales desempeñan un rol importante en la regulación neuroendocrina de la ingesta de alimentos y en el sentido de la saciedad. La grelina es una hormona que estimula el apetito: si no funciona correctamente puede ser una causa, así como también de la obesidad y de la anorexia nerviosa. Las personas con enfermedades gastrointestinales presentan un mayor riesgo de desarrollar trastornos alimentarios, principalmente restricciones en la alimentación. La presencia continuada de síntomas digestivos sin un diagnóstico ni un tratamiento efectivo puede hacer que este acabe desarrollando ansiedad y aversión a la comida, lo cual puede provocar la aparición de alteraciones en las conductas alimentarias. Se ha apreciado que la AN tiene una predisposición genética aún no está claro qué genes están involucrados, ya que las personas que tienen un pariente de primer grado que haya sufrido algún trastorno alimentario, tiene mayores probabilidades de desarrollar este problema y aquellos que tienen una tendencia genética al perfeccionismo, la sensibilidad y la perseverancia: características vinculadas a la anorexia nerviosa. Causas sociales Entren ellos pueden ser: la presencia de un miembro de la familia que esté sufriendo o que haya sufrido un trastorno alimenticio, crecer en una familia donde existe una seria dificultad en la comunicación interpersonal y en la expresión de las emociones, problemas graves de autoestima relacionados con la retroalimentación negativa y repetido por el sistema social, delirios afectivos marcados o problemas de relación graves en la pareja. Otros factores de riesgo incluyen pertenencia a ciertos grupos sociales en los que es importante el tema del control de peso (por ejemplo, los bailarina/as, gimnasta/s, ciclista/s y otros deportes profesionales), que viven en un área urbana de un país occidental, donde se enfatiza la delgadez como un valor social positivo, y el hecho de sufrir un trastorno de personalidad. Un papel importante es el desempeñado por los medios de comunicación, mostrando a las mujeres más jóvenes con normas de belleza que no se corresponden con su físico. En particular, las adolescentes suelen ser más propensas a caer en anorexia nerviosa, de un modo especial si han sufrido de acoso escolar (bullying). Causas psicológicas Se ha afirmado que la mayoría de los pacientes presentan una personalidad previa a la aparición del trastorno, caracterizada por tendencia al perfeccionismo, baja autoestima y personalidad obsesiva. Por otra parte, la imagen que una persona tenga de sí misma puede ser un factor de riesgo si esta es negativa. Rosa María Raich Escursell (catedrática de Intervención Psicológica de la Facultad de Psicología de la Universitat Autònoma de Barcelona y directora del Grupo Consolidado de Investigación 2009 SGR 1450: Comportamientos, estilos de vida y salud en mujeres CEVSD e investigadora principal de diversos proyectos de investigación sobre prevención de trastornos alimentarios en adolescentes) dice en uno de sus libros: «El sentirse gordo es una de las causas más frecuentes que inciden en la aparición de trastornos alimentarios, y en realidad no es necesario que la persona presente un sobrepeso real, tan solo es necesario que piense que lo es y que esto le afecte». Los medios de comunicación contribuyen en una considerable medida a este trastorno a juzgar por los cánones que imponen principalmente los concursos de belleza (las consabidas "medidas perfectas —90-60-90—"). Causas psiquiátricas En la literatura científica se sugiere que en el origen de la anorexia nerviosa hay una comorbilidad psiquiátrica positiva previa o un pariente con trastornos en la esfera obsesivo-compulsiva, y esta comorbilidad explica la estructura obsesiva compulsiva presente sobre todo en una de las dos formas del trastorno. Causas genéticas En los últimos años la atención se ha centrado en la genética y en este sentido, los investigadores están tratando de determinar las posibles causas del trastorno. Los estudios se han centrado en la 5-HT (2A) (un subtipo de receptor de serotonina), cuya función puede resultar durante la etapa de la pubertad. Tal operación anormal se cree que es una posible causa de la anorexia, pero los resultados son contradictorios. Por otra parte, un estudio reciente de asociación del genoma completo, GWAS, por sus siglas en inglés, encontró ocho loci de riesgo relacionados con padecer Anorexia nerviosa. De los ocho loci, cuatro de ellos estaban relacionados con un solo gen y fueron confirmados por eQTL. Los genes resultantes fueron: FOXP1, MGMT1, CADM1 y PTBP2, los cuales se cree que podrían desempeñar un papel en la etiología de esta compleja enfermedad. Familiaridad En el pasado se asumió una forma de familiaridad del trastorno, hipótesis confirmada por estudios posteriores que muestran una mayor prevalencia en los gemelos monocigóticos. Los estudios más recientes sobre heredabilidad, muestran que los síntomas del trastorno tienen cada uno un diferente grado de difusión. (por heredabilidad se entiende la probabilidad que una persona tiene de desarrollar una determinada enfermedad causada por un gen defectuoso heredado.) En último término, esos estudios apuntan a que la alteración de los cromosomas 1, 2 y 13, con lugares específicos, es un requisito previo para la aparición del trastorno. Asociación con rasgos psiquiátricos, metabólicos y antropométricos El análisis de la correlación genética basada en SNPs (SNP-rg) de los ocho loci de riesgo de Anorexia nerviosa descubiertos y múltiples rasgos externos demuestran que existe una correlación positiva con trastornos psiquiátricos como trastorno obsesivo- compulsivo, depresión, ansiedad y esquizofrenia. Además, se observa correlación positiva con la actividad física y una correlación negativa con rasgos metabólicos y antropométricos, como la masa grasa, el índice de masa corporal, la obesidad, la diabetes de tipo 2 y la hormona leptina. Estas correlaciones demuestran que, además de una contribución psiquiátrica, existe una contribución metabólica implicada en el desarrollo de este trastorno. La desregulación metabólica podría contribuir a la dificultad que tienen los pacientes con anorexia para mantener un IMC sano. Factores de riesgo La anorexia es más frecuente en niñas y en mujeres. Sin embargo, cada vez más, los niños y los hombres presentan trastornos de la alimentación, que, posiblemente, están relacionados con el aumento de las presiones sociales. La anorexia también es más frecuente en adolescentes. Este trastorno de la alimentación puede presentarse en personas de cualquier edad, si bien es poco frecuente en mayores de 40. Los adolescentes pueden presentar un riesgo mayor debido a todos los cambios corporales que atraviesan en la pubertad. También es posible que enfrenten mayor presión de grupo y que sean más sensibles a las críticas o incluso a comentarios casuales sobre el peso o la figura. Ciertos factores aumentan el riesgo de sufrir anorexia, por ejemplo: Genética: Los cambios en genes específicos pueden hacer que ciertas personas tengan un riesgo mayor de sufrir anorexia. Aquellos que tienen un familiar de primer grado (padre, hermano o hijo) que haya padecido el trastorno presentan un riesgo mucho mayor de tener anorexia. Dieta y hambre: Estar a dieta es un factor de riesgo de padecer un trastorno de la alimentación. Existen pruebas contundentes de que muchos de los síntomas de la anorexia, en realidad, son síntomas de hambre. El hambre afecta el cerebro e influye en los cambios del estado de ánimo, la rigidez en el pensamiento, la ansiedad y la reducción del apetito. El hambre y el adelgazamiento pueden cambiar la menara en la que funciona el cerebro en personas vulnerables, lo cual puede perpetuar las conductas alimentarias restrictivas y dificultar el regreso a los hábitos alimentarios normales. Transiciones: Ya sea cambiar de escuela, casa o trabajo, cortar una relación o la muerte o enfermedad de un ser querido, los cambios pueden causar estrés emocional y aumentar el riesgo de anorexia. Otros Estar más preocupado o prestarle más atención al peso y la figura Tener un trastorno de ansiedad en la niñez Personas con trastornos gastrointestinales, principalmente enfermedad celíaca, presentan un mayor riesgo Tener una imagen negativa de sí mismo Tener problemas alimentarios durante la lactancia o la primera infancia Tener ciertas ideas culturales o sociales respecto de la salud y la belleza Tratar de ser perfeccionista o demasiado centrado en reglas FISIOPATOLOGÍA Cuando un individuo se somete a una situación de ayuno prolongado tienen lugar en el organismo una serie de mecanismos de adaptación encaminados a mantener la vida. Todas aquellas funciones «no vitales» (crecimiento, reproducción) pasarán a un segundo plano. Tales adaptaciones, sin embargo, no ocurren sin un coste: se produce un deterioro funcional en otros sistemas que limitan la capacidad del individuo para realizar normalmente sus actividades físicas y mentales. Los trastornos endocrinológicos son frecuentes en la anorexia nerviosa e incluyen: Bajos niveles de hormonas gonadales Niveles ligeramente reducidos de tiroxina (T4) y triyodotironina (T3) Aumento de la secreción de cortisol La menstruación usualmente cesa, pero éste ya no es un criterio para el diagnóstico, disminuye la masa ósea, pueden aparecer deshidratación y alcalosis metabólica y el potasio y/o sodio sérico puede estar bajo; todos se agravan por los vómitos inducidos y el uso de laxantes o diuréticos. Comúnmente se detecta una disminución de la masa muscular, el tamaño de las cámaras y el volumen minuto del corazón; es frecuente el prolapso de la válvula mitral. Algunos pacientes tienen intervalos QT prolongados (incluso cuando se corrigen según la frecuencia cardíaca), los que, con el riesgo impuesto por los trastornos electrolíticos, pueden predisponer a taquiarritmias. Puede producirse la muerte súbita, principalmente debida a una taquiarritmia ventricular. Desde el punto de vista metabólico, a parte de un intento de conservar la energía, uno de los mecanismos más importantes es la cetoadaptación. A diferencia de lo que ocurre en otras situaciones de déficit de ingesta, en las que en un primer momento existe un aumento de la gluconeogénesis a partir de aminoácidos musculares, glicerol y lactato, en la AN (anorexia nerviosa) no se produce esta cetoadaptación y las reservas de glucosa, proteínas y micronutrientes se conservan a expensas de utilizar sólo los depósitos grasos. Al mismo tiempo el perfil hormonal es característico: existe un descenso de la concentración de insulina, IGF-1, catecolaminas y triyodotironina y un incremento del glucagón y de la hormona del crecimiento. SIGNOS Y SÍNTOMAS Los signos y síntomas de la anorexia nerviosa están relacionados con la inanición (extrema debilidad física provocada por la falta de alimento). Este trastorno también incluye problemas emocionales y conductuales asociados con una percepción irreal del peso corporal y con un temor muy intenso a aumentar de peso o a engordar. Síntomas físicos Pérdida de peso excesiva, o no lograr el aumento de peso previsto para el desarrollo Aspecto delgado Recuento de células sanguíneas anormal Fatiga Insomnio Mareos o desmayos Pigmentación azulada en los dedos de la mano Cabello fino o quebradizo, o pérdida de cabello Vello suave como pelusa que cubre el cuerpo Irregularidades y pérdida de la menstruación Alteraciones en los ovarios Estreñimiento y dolor abdominal Piel seca o amarillenta Intolerancia al frío Ritmo cardíaco irregular Presión arterial baja Deshidratación Falta de calcio Alteraciones bioquímicas en sangre Hinchazón de los brazos o las piernas Erosión dental y callosidades en los nudillos por la provocación de vómitos En casos más graves, se llega a sufrir úlceras esofágicas, osteoporosis, bradicardias (baja frecuencia del ritmo cardíaco), dentaduras deficitarias, desnutrición o, incluso, la muerte. Síntomas emocionales y conductuales Restringir estrictamente la ingesta de alimentos mediante las dietas o el ayuno Hacer ejercicios de forma excesiva Darse atracones y provocarse vómitos para eliminar los alimentos, incluyendo el uso de laxantes, enemas, suplementos, etc. Negación a mantener el peso adecuado a la edad y la altura. Pesarse compulsivamente Se tiende a preparar los alimentos a la plancha y a comer sin compañía Se disminuye el consumo de líquidos Aislamiento social. Se tiende a pasar más horas en soledad y se pierde el interés por las actividades familiares, sociales o sentimentales. Saltar comidas o rehusarse a comer con frecuencia Negar el hambre o poner excusas para no comer Comer solo unos pocos alimentos con bajo contenido de grasas y calorías Adoptar rituales rígidos para las comidas o la alimentación, por ejemplo, escupir la comida después de masticarla No querer comer en público Mentir sobre la cantidad de comida que se ingirió Sentir temor a aumentar de peso Mirarse con frecuencia al espejo para ver los defectos que se perciben Quejarse por estar gordo o tener partes del cuerpo que son gordas Cubrirse con capas de ropa Aumento de las horas de estudio Estado de ánimo indiferente (falta de emociones) Irritabilidad Disminución del interés en las relaciones sexuales y por las actividades lúdicas o recreativas TRATAMIENTO Todos los pacientes con anorexia nerviosa precisan tratamiento, aunque el abordaje será diferente si se trata de un niño, un adolescente o un adulto. El mayor reto consiste en conseguir que el paciente reconozca que tiene una enfermedad. Casi todos la niegan, por lo que cuando acuden al médico la enfermedad está bastante avanzada. Tipos de tratamientos para la anorexia nerviosa: Terapia nutricional Un plan de recuperación de peso y reeducación dietética y nutricional. El objetivo principal del tratamiento es la recuperación de peso hasta alcanzar el 90% del peso ideal. Se intenta implicar al paciente en su recuperación y se le debe tratar de tranquilizar en el sentido de que no se permitirá un aumento descontrolado de peso. La terapia nutricional se basa en el seguimiento continuo con controles frecuentes para que la recuperación del peso sea gradual, incluye comprobar el estado nutricional de una persona, es necesario el consumo de 1500-1800 kcal por día, comer alimentos sólidos es el mejor tratamiento, pero a veces también se administran complementos líquidos, reducir la pérdida ósea con vitamina d y calcio, estudio y tratamiento de los problemas de la dieta que afecten al paciente, así como de los factores que influyen en los atracones y en los vómitos (problemas en el colegio, con los padres o con los amigos). Con muy poca frecuencia, las personas gravemente desnutridas o las que se resisten a ingerir alimentos necesitan ser alimentadas a través de una sonda que se introduce por la nariz y se hace descender por la garganta hasta el estómago (sonda nasogástrica). Terapia farmacológica No hay un tratamiento farmacológico eficaz. Sobre todo, es prioritaria la recuperación nutricional. La medicación no está indicada como primera opción de tratamiento. Las medicaciones pueden ser útiles para tratar diferentes síntomas que aparecen junto con el TCA como son los síntomas depresivos, ansiosos u obsesivos entre otros. También puede ser útil la medicación en algunos casos en que aparecen síntomas que dificultan el tratamiento y la recuperación (incremento de la actividad física, episodios de agresividad etc.). Entre los fármacos más utilizados en la Anorexia Nerviosa destaca la fluoxetina (antidepresivo), pero también se usan otros fármacos. Terapia psicológica El objetivo principal es normalizar los hábitos y las conductas de alimentación para apoyar el aumento de peso. El segundo objetivo es cambiar las creencias y los pensamientos distorsionados que mantienen la alimentación restrictiva. La terapia continúa durante 1 año entero después de que la persona haya recuperado el peso perdido. La psicoterapia puede ser: a) Individual: Para los adultos la terapia cognitivo-conductual (específicamente la terapia cognitivo-conductual mejorada) ha demostrado buenos resultados. b) Familiar: En los pacientes más jóvenes es esencial que la familia participe activamente en el tratamiento. En la actualidad se mira a la familia como una solución, más que como parte de la causa del trastorno. Esta terapia puede mejorar las interacciones entre los miembros de la familia y enseñar a los padres a colaborar para que sus hijos recuperen el peso perdido, esta forma de intervención clínica generalmente lleva a obtener buenos resultados. c) Grupal: En los últimos años estas formas de terapia también se jugaban con la contribución de los grupos de autoayuda, en los que existe la figura del «terapeuta» en el sentido clásico, donde el médico asume, en vez de sanar pacientes, el papel de «facilitador», que alienta a los miembros del grupo con el diálogo y el diálogo de las dificultades prácticas y emocionales. Así, los pacientes se convierten en «co- terapeutas» de sí mismos. La psicoterapia es más eficaz en adolescentes o jóvenes que no hayan sufrido la enfermedad durante más de 6 meses. Hospitalización En los casos en que la vida puede estar en peligro, como en la extrema delgadez con consecuencias clínicas significativas, puede ser necesaria la hospitalización, aunque esté ausente la voluntad o la conciencia del trastorno de la persona involucrada. Este tipo de vivienda se llama TSO (tratamiento médico obligatorio). Esto es muy recomendable esto cuando la persona ha perdido mucho peso (por debajo del 30 % de su peso corporal ideal, respecto a su edad, complexión y talla), y continúa perdiendo peso a pesar del tratamiento o se presentan complicaciones médicas, como insuficiencia cardiaca, alteraciones en los niveles de sodio, cloro y potasio en sangre, depresión o intento de suicidio. ¿Cuánto tiempo lleva recuperarse de la anorexia nerviosa? El tiempo de recuperación varía según la persona. A partir del diagnóstico la recuperación lleva un promedio de cinco a seis años o puede durar menos tiempo como meses. El 50% de las personas anoréxicas se recuperan por completo. Aproximadamente dos de cada 10 personas no logran recuperarse, y padecen de un trastorno alimentario crónico. Es importante que se busque ayuda mientras más pronto lo reciba, más probabilidades de recuperación tendrá. COMPLICACIONES La anorexia nerviosa puede tener muchas complicaciones, en su forma más grave, puede ser mortal. La muerte puede ocurrir de manera repentina, incluso cuando una persona no está excesivamente delgada. Puede ser resultados de ritmos cardíacos anormales (arritmias) o un desequilibrio de los electrolitos (minerales como el sodio, el potasio y el calcio que mantienen el equilibrio de los líquidos en el cuerpo). Alteraciones metabólicas: Una disminución de la tasa metabólica basal (bajo gasto de calorías), alteración de la temperatura corporal (intolerancia al frío), hipercolesterolemia e hipercarotinemia. Alteraciones cardiovasculares: Bradicardia (latidos cardíacos lentos), hipotensión (presión arterial baja), disminución del tamaño cardíaco, alteraciones del ritmo cardíaco (latidos cardíacos rápidos, lentos o irregulares). Alteraciones Gastrointestinales: Como gastroparesia (lentitud en el vaciamiento gástrico), estreñimiento, y la mayor de las veces distensión abdominal. Alteraciones Renales: Alteraciones hidroelectrolíticas por pérdida de electrolitos por vómitos o uso de diuréticos o laxantes, o uremia prerrenal: (por deshidratación) que puede llegar a enfermedad renal crónica. Alteraciones Endocrinas: Amenorrea (ausencia de la menstruación), disminución de T3 (tiroides). Alteraciones Óseas: Osteopenia u Osteoporosis por falta de depósito de calcio en los huesos y retraso de maduración ósea. Alteraciones Dermatológicas: Piel seca a lo que se puede agregar pelo y uñas quebradizas, pérdida de pelo y lanugo (vello corporal blanco y fino). Alteraciones Hematológicas: Pancitopenia (baja cantidad de glóbulos rojos, blancos y plaquetas) y/o hipoplasia de la médula ósea. Alteraciones Cognitivas y del comportamiento: Depresión, dificultad de la concentración y obsesión por la comida. Si una persona anoréxica está en estado de desnutrición grave, todos los órganos del cuerpo pueden sufrir daños, incluido el cerebro, el corazón y los riñones. Es posible que este daño sea irreversible, incluso cuando la anorexia está bajo control. CUIDADOS DE ENFERMERIA Enseñar y reforzar los conceptos de buena nutrición con el paciente y seres queridos. Vigilar los parámetros fisiológicos, signos vitales y niveles de electrolitos según sea necesario. Pesar diariamente a la misma hora del día y después de evacuar al paciente. Establecer expectativas sobre conductas de alimentación adecuada. Controlar las conductas del paciente respecto a la alimentación pérdida y ganancia de peso. Limitar la actividad física, si es necesario. Proporcionar apoyo a medida que el paciente incorpora conductas de alimentación. Determinación de una dieta adecuada para el establecimiento de un peso adecuado.