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UNIVERSIDAD AUTONOMA GABRIEL RENE MORENO

FACULTAD CIENCIAS DE LA SALUD HUMANA


CARRERA DE ENFERMERIA

ANOREXIA NERVIOSA

DOCENTE: SALOME GÓMEZ BAZOBERRY


ASIGNATURA: FUNDAMENTOS
INTEGRANTES: LAURA GENESIS COLQUE ZARATE
SANTA CRUZ – BOLIVIA
DEFINICION
Es un trastorno de la conducta alimentaria que se caracteriza por una
restricción de la ingesta alimentaria, lo que da lugar a una considerable pérdida
de peso que se mantiene por debajo del mínimo esperable para la edad, sexo o
el desarrollo evolutivo de cada paciente, hasta llegar en ocasiones a un estado
de grave desnutrición.
La anorexia a secas se refiere a un síntoma consistente en la inapetencia
alimentaria y puede deberse a muchos factores, comúnmente fisiológicos es
muy común experimentarla, por ejemplo, cuando se tiene fiebre, enfermedades
digestivas o cierto estrés, la anorexia nerviosa es más concretamente un
trastorno de la conducta alimentaria (TCA) psicogénico (de origen mental)
caracterizado por un miedo obsesivo a engordar y una percepción
distorsionada del propio peso o figura que suelen manifestarse en la forma de
un profundo rechazo a la comida.
La OMS la define como un trastorno mental del comportamiento. Mental porque
el temor a engordar y la falta de autocontrol sobre la alimentación, hace que los
sentimientos y pensamientos determinen un estado anímico que acaba en
procesos depresivos.
CLASIFICACIÓN
Se identifica dos tipos:
a) Restrictiva: El adelgazamiento se debe a la disminución del consumo
de alimentos, que puede complementarse con un ejercicio físico
excesivo (pueden hacer ejercicio constantemente, incluso con mal
tiempo o lesiones físicas). No se producen episodios de atracones ni de
provocación del vómito, ni de abuso de laxantes.
b) Compulsivo/purgativo: Además de la dieta y del ejercicio se producen
episodios de atracones de forma regular, seguidos de purgas, es decir,
provocación del vómito o uso incorrecto de laxantes, diuréticos o
enemas. Los pacientes de este tipo suelen ser emocionalmente más
débiles y pueden presentar otros problemas de control de impulsos
como por ejemplo el abuso de sustancias.
Se llevó a cabo un estudio durante 10 años para entender cuáles son las
diferencias a nivel sociodemográfico entre los dos tipos de anorexia. Este
estudio encontró que:
 Las niñas afectadas por la restrictiva tienen una mejor relación con su
familia y especialmente con su madre.
 Las personas que la sufrieron de forma compulsiva fueron víctimas, con
más frecuencia que los pacientes con la forma restrictiva, de abuso
físico o sexual frecuentemente por parte del padre.
 En ambas formas se encontró un alto porcentaje de caso de abuso de
alcohol por parte del padre.
 Aquellos que manifiestan la forma compulsiva tienen una mayor
tendencia a abusar del alcohol y un mayor deseo de suicidio.
Se ha descrito en la literatura también otra forma de la anorexia nerviosa, que
difiere de las dos anteriores, cuyo nombre, «la anorexia crónica Meyer», se
deriva de la académico-Adolf Ernst Meyer. La diferencia sustancial es que esta
última solo aparece en la infancia y es de tipo crónico, con resultado de un
retardo en la madurez e hipoxia.
HISTORIA
La anorexia nerviosa se considera un problema de salud del «mundo
industrializado», a pesar de que los primeros casos descritos se remontan a
antes de Cristo, durante la época helenística, relacionados con la inanición
voluntaria por motivos religiosos.
En la Edad Media
Una época en que los valores religiosos estaban muy
arraigados en las personas, la anorexia era vista como
una meta espiritual a alcanzar; de hecho, se habló de la
«santa anorexia» y «el ayuno ascético» en un período
histórico en el cual se perseguía con frecuencia la
búsqueda de las virtudes espirituales mediante la
mortificación del cuerpo.
Las víctimas ilustres del trastorno eran en ese momento mujeres santas,
convertidas más tarde. Buscando un «matrimonio con Cristo», se negaban la
comida. Entre esas mujeres, estaban santa Catalina de Siena y la beata
Ángela de Foligno.
En Tiempos Modernos
Aunque fue el médico genovés Simone Porta el primero que en 1500 comenzó
a estudiar y describir el cuadro clínico de la anorexia nerviosa, tradicionalmente
se considera que su descubrimiento se produjo en 1689, año en que el médico
británico Richard Morton publicó el primer informe de dos pacientes que, en
ausencia de enfermedad manifiesta, se negaban a comer. Morton llamó a este
trastorno consumición nerviosa.
En 1860, Louis-Victor Marcé describió por primera vez un
desorden del estómago, con un predominio en el sexo
femenino. Casi de manera simultánea, este concepto lo
recuperaron e identificaron: en París, en 1870, como
anorexia histérica, Charles Lasègue, quien utilizó esta
expresión para resaltar el origen psíquico de la alteración
alimentaria, y en Londres, como anorexia nerviosa, William
Withey Gull, quien utilizó este término por primera vez en
una conferencia en Oxford y la describió como una enfermedad de origen
psicológico. Fue el mismo Lasegue quien proporcionó la primera descripción
detallada del núcleo psicopatológico central del disturbio, por lo que se debe a
él el mérito de haber prestado atención al origen no orgánico de este trastorno
y el de haber considerado el importante rol que tiene la familia (véase terapia
familiar) en el desarrollo de la anorexia.
Entre 1889 y 1911, se puede encontrar interés en este trastorno en la obra de
neurólogos como Jean-Martin Charcot y Gilles de la Tourette. Durante 1903, el
psicólogo francés Pierre Janet, en su ensayo Les Obsessions et la
Psychasthénie (Las obsesiones y la psicastenia), describió las características
del trastorno, al dar otra definición: psicastenia. Pensó que se debía a la
negativa, por parte de la mujer, de su sexualidad.
En 1914, el fisiólogo Morris Simmonds sugirió la hipótesis de la insuficiencia
pituitaria grave (es decir, una insuficiencia de la hipófisis) como la base de la
patología, y así estableció, para los años sucesivos, un enfoque
endocrinológico a la anorexia nerviosa. La categoría de diagnóstico de anorexia
nerviosa apareció en el DSM (Manual diagnóstico y estadístico de los
trastornos mentales) desde su segunda edición (DSM-II), 1968, y desde
entonces el trastorno sigue presente en esa publicación, en todas sus
ediciones y revisiones, hasta el más reciente, el DSM-V.
ETIOLOGÍA
La causa de la anorexia nerviosa no debe buscarse en un único factor sino en
una combinación de ciertos rasgos de la personalidad, patrones emocionales y
de pensamiento, factores biológicos, familiares y sociales.
Causas biológicas
Las hormonas gastrointestinales desempeñan un rol importante en la
regulación neuroendocrina de la ingesta de alimentos y en el sentido de la
saciedad. La grelina es una hormona que estimula el apetito: si no funciona
correctamente puede ser una causa, así como también de la obesidad y de la
anorexia nerviosa.
Las personas con enfermedades gastrointestinales presentan un mayor riesgo
de desarrollar trastornos alimentarios, principalmente restricciones en la
alimentación. La presencia continuada de síntomas digestivos sin un
diagnóstico ni un tratamiento efectivo puede hacer que este acabe
desarrollando ansiedad y aversión a la comida, lo cual puede provocar la
aparición de alteraciones en las conductas alimentarias.
Se ha apreciado que la AN tiene una predisposición genética aún no está claro
qué genes están involucrados, ya que las personas que tienen un pariente de
primer grado que haya sufrido algún trastorno alimentario, tiene mayores
probabilidades de desarrollar este problema y aquellos que tienen una
tendencia genética al perfeccionismo, la sensibilidad y la perseverancia:
características vinculadas a la anorexia nerviosa.
Causas sociales
Entren ellos pueden ser: la presencia de un miembro de la familia que esté
sufriendo o que haya sufrido un trastorno alimenticio, crecer en una familia
donde existe una seria dificultad en la comunicación interpersonal y en la
expresión de las emociones, problemas graves de autoestima relacionados con
la retroalimentación negativa y repetido por el sistema social, delirios afectivos
marcados o problemas de relación graves en la pareja.
Otros factores de riesgo incluyen pertenencia a ciertos grupos sociales en los
que es importante el tema del control de peso (por ejemplo, los bailarina/as,
gimnasta/s, ciclista/s y otros deportes profesionales), que viven en un área
urbana de un país occidental, donde se enfatiza la delgadez como un valor
social positivo, y el hecho de sufrir un trastorno de personalidad. Un papel
importante es el desempeñado por los medios de comunicación, mostrando a
las mujeres más jóvenes con normas de belleza que no se corresponden con
su físico. En particular, las adolescentes suelen ser más propensas a caer en
anorexia nerviosa, de un modo especial si han sufrido de acoso escolar
(bullying).
Causas psicológicas
Se ha afirmado que la mayoría de los pacientes presentan una personalidad
previa a la aparición del trastorno, caracterizada por tendencia al
perfeccionismo, baja autoestima y personalidad obsesiva. Por otra parte, la
imagen que una persona tenga de sí misma puede ser un factor de riesgo si
esta es negativa.
Rosa María Raich Escursell (catedrática de Intervención Psicológica de la
Facultad de Psicología de la Universitat Autònoma de Barcelona y directora del
Grupo Consolidado de Investigación 2009 SGR 1450: Comportamientos, estilos
de vida y salud en mujeres CEVSD e investigadora principal de diversos
proyectos de investigación sobre prevención de trastornos alimentarios en
adolescentes) dice en uno de sus libros: «El sentirse gordo es una de las
causas más frecuentes que inciden en la aparición de trastornos alimentarios, y
en realidad no es necesario que la persona presente un sobrepeso real, tan
solo es necesario que piense que lo es y que esto le afecte».
Los medios de comunicación contribuyen en una considerable medida a este
trastorno a juzgar por los cánones que imponen principalmente los concursos
de belleza (las consabidas "medidas perfectas —90-60-90—").
Causas psiquiátricas
En la literatura científica se sugiere que en el origen de la anorexia nerviosa
hay una comorbilidad psiquiátrica positiva previa o un pariente con trastornos
en la esfera obsesivo-compulsiva, y esta comorbilidad explica la estructura
obsesiva compulsiva presente sobre todo en una de las dos formas del
trastorno.
Causas genéticas
En los últimos años la atención se ha centrado en la genética y en este sentido,
los investigadores están tratando de determinar las posibles causas del
trastorno. Los estudios se han centrado en la 5-HT (2A) (un subtipo de receptor
de serotonina), cuya función puede resultar durante la etapa de la pubertad. Tal
operación anormal se cree que es una posible causa de la anorexia, pero los
resultados son contradictorios.
Por otra parte, un estudio reciente de asociación del genoma completo, GWAS,
por sus siglas en inglés, encontró ocho loci de riesgo relacionados con padecer
Anorexia nerviosa. De los ocho loci, cuatro de ellos estaban relacionados con
un solo gen y fueron confirmados por eQTL. Los genes resultantes fueron:
FOXP1, MGMT1, CADM1 y PTBP2, los cuales se cree que podrían
desempeñar un papel en la etiología de esta compleja enfermedad.
Familiaridad
En el pasado se asumió una forma de familiaridad del trastorno, hipótesis
confirmada por estudios posteriores que muestran una mayor prevalencia en
los gemelos monocigóticos. Los estudios más recientes sobre heredabilidad,
muestran que los síntomas del trastorno tienen cada uno un diferente grado de
difusión. (por heredabilidad se entiende la probabilidad que una persona tiene
de desarrollar una determinada enfermedad causada por un gen defectuoso
heredado.) En último término, esos estudios apuntan a que la alteración de los
cromosomas 1, 2 y 13, con lugares específicos, es un requisito previo para la
aparición del trastorno.
Asociación con rasgos psiquiátricos, metabólicos y antropométricos
El análisis de la correlación genética
basada en SNPs (SNP-rg) de los ocho
loci de riesgo de Anorexia nerviosa
descubiertos y múltiples rasgos
externos demuestran que existe una
correlación positiva con trastornos
psiquiátricos como trastorno obsesivo-
compulsivo, depresión, ansiedad y
esquizofrenia. Además, se observa
correlación positiva con la actividad
física y una correlación negativa con rasgos metabólicos y antropométricos,
como la masa grasa, el índice de masa corporal, la obesidad, la diabetes de
tipo 2 y la hormona leptina.
Estas correlaciones demuestran que, además de una contribución psiquiátrica,
existe una contribución metabólica implicada en el desarrollo de este trastorno.
La desregulación metabólica podría contribuir a la dificultad que tienen los
pacientes con anorexia para mantener un IMC sano.
Factores de riesgo
La anorexia es más frecuente en niñas y en mujeres. Sin embargo, cada vez
más, los niños y los hombres presentan trastornos de la alimentación, que,
posiblemente, están relacionados con el aumento de las presiones sociales.
La anorexia también es más frecuente en adolescentes. Este trastorno de la
alimentación puede presentarse en personas de cualquier edad, si bien es
poco frecuente en mayores de 40. Los adolescentes pueden presentar un
riesgo mayor debido a todos los cambios corporales que atraviesan en la
pubertad. También es posible que enfrenten mayor presión de grupo y que
sean más sensibles a las críticas o incluso a comentarios casuales sobre el
peso o la figura.
Ciertos factores aumentan el riesgo de sufrir anorexia, por ejemplo:
Genética: Los cambios en genes específicos pueden hacer que ciertas
personas tengan un riesgo mayor de sufrir anorexia. Aquellos que tienen un
familiar de primer grado (padre, hermano o hijo) que haya padecido el trastorno
presentan un riesgo mucho mayor de tener anorexia.
Dieta y hambre: Estar a dieta es un factor de riesgo de padecer un trastorno
de la alimentación. Existen pruebas contundentes de que muchos de los
síntomas de la anorexia, en realidad, son síntomas de hambre. El hambre
afecta el cerebro e influye en los cambios del estado de ánimo, la rigidez en el
pensamiento, la ansiedad y la reducción del apetito. El hambre y el
adelgazamiento pueden cambiar la menara en la que funciona el cerebro en
personas vulnerables, lo cual puede perpetuar las conductas alimentarias
restrictivas y dificultar el regreso a los hábitos alimentarios normales.
Transiciones: Ya sea cambiar de escuela, casa o trabajo, cortar una relación o
la muerte o enfermedad de un ser querido, los cambios pueden causar estrés
emocional y aumentar el riesgo de anorexia.
Otros
 Estar más preocupado o prestarle más atención al peso y la figura
 Tener un trastorno de ansiedad en la niñez
 Personas con trastornos gastrointestinales, principalmente enfermedad
 celíaca, presentan un mayor riesgo
 Tener una imagen negativa de sí mismo
 Tener problemas alimentarios durante la lactancia o la primera infancia
 Tener ciertas ideas culturales o sociales respecto de la salud y la belleza
 Tratar de ser perfeccionista o demasiado centrado en reglas
FISIOPATOLOGÍA
Cuando un individuo se somete a una situación de ayuno prolongado tienen
lugar en el organismo una serie de mecanismos de adaptación encaminados a
mantener la vida. Todas aquellas funciones «no vitales» (crecimiento,
reproducción) pasarán a un segundo plano. Tales adaptaciones, sin embargo,
no ocurren sin un coste: se produce un deterioro funcional en otros sistemas
que limitan la capacidad del individuo para realizar normalmente sus
actividades físicas y mentales.
Los trastornos endocrinológicos son frecuentes en la anorexia nerviosa e
incluyen:
 Bajos niveles de hormonas gonadales
 Niveles ligeramente reducidos de tiroxina (T4) y triyodotironina (T3)
 Aumento de la secreción de cortisol
La menstruación usualmente cesa, pero éste ya no es un criterio para el
diagnóstico, disminuye la masa ósea, pueden aparecer deshidratación y
alcalosis metabólica y el potasio y/o sodio sérico puede estar bajo; todos se
agravan por los vómitos inducidos y el uso de laxantes o diuréticos.
Comúnmente se detecta una disminución de la masa muscular, el tamaño de
las cámaras y el volumen minuto del corazón; es frecuente el prolapso de la
válvula mitral. Algunos pacientes tienen intervalos QT prolongados (incluso
cuando se corrigen según la frecuencia cardíaca), los que, con el riesgo
impuesto por los trastornos electrolíticos, pueden predisponer a taquiarritmias.
Puede producirse la muerte súbita, principalmente debida a una taquiarritmia
ventricular.
Desde el punto de vista metabólico, a parte de un intento de conservar la
energía, uno de los mecanismos más importantes es la cetoadaptación. A
diferencia de lo que ocurre en otras situaciones de déficit de ingesta, en las que
en un primer momento existe un aumento de la gluconeogénesis a partir de
aminoácidos musculares, glicerol y lactato, en la AN (anorexia nerviosa) no se
produce esta cetoadaptación y las reservas de glucosa, proteínas y
micronutrientes se conservan a expensas de utilizar sólo los depósitos grasos.
Al mismo tiempo el perfil hormonal es característico: existe un descenso de la
concentración de insulina, IGF-1, catecolaminas y triyodotironina y un
incremento del glucagón y de la hormona del crecimiento.
SIGNOS Y SÍNTOMAS
Los signos y síntomas de la anorexia nerviosa están relacionados con la
inanición (extrema debilidad física provocada por la falta de alimento). Este
trastorno también incluye problemas emocionales y conductuales asociados
con una percepción irreal del peso corporal y con un temor muy intenso a
aumentar de peso o a engordar.
Síntomas físicos
 Pérdida de peso excesiva, o no lograr el aumento de peso previsto para
el desarrollo
 Aspecto delgado
 Recuento de células sanguíneas anormal
 Fatiga
 Insomnio
 Mareos o desmayos
 Pigmentación azulada en los dedos de la mano
 Cabello fino o quebradizo, o pérdida de cabello
 Vello suave como pelusa que cubre el cuerpo
 Irregularidades y pérdida de la menstruación
 Alteraciones en los ovarios
 Estreñimiento y dolor abdominal
 Piel seca o amarillenta
 Intolerancia al frío
 Ritmo cardíaco irregular
 Presión arterial baja
 Deshidratación
 Falta de calcio
 Alteraciones bioquímicas en sangre
 Hinchazón de los brazos o las piernas
 Erosión dental y callosidades en los nudillos por la provocación de
vómitos
En casos más graves, se llega a sufrir úlceras esofágicas, osteoporosis,
bradicardias (baja frecuencia del ritmo cardíaco), dentaduras deficitarias,
desnutrición o, incluso, la muerte.
Síntomas emocionales y conductuales
 Restringir estrictamente la ingesta de alimentos mediante las dietas o el
ayuno
 Hacer ejercicios de forma excesiva
 Darse atracones y provocarse vómitos para eliminar los alimentos,
incluyendo el uso de laxantes, enemas, suplementos, etc.
 Negación a mantener el peso adecuado a la edad y la altura.
 Pesarse compulsivamente
 Se tiende a preparar los alimentos a la plancha y a comer sin compañía
 Se disminuye el consumo de líquidos
 Aislamiento social. Se tiende a pasar más horas en soledad y se pierde
el interés por las actividades familiares, sociales o sentimentales.
 Saltar comidas o rehusarse a comer con frecuencia
 Negar el hambre o poner excusas para no comer
 Comer solo unos pocos alimentos con bajo contenido de grasas y
calorías
 Adoptar rituales rígidos para las comidas o la alimentación, por ejemplo,
escupir la comida después de masticarla
 No querer comer en público
 Mentir sobre la cantidad de comida que se ingirió
 Sentir temor a aumentar de peso
 Mirarse con frecuencia al espejo para ver los defectos que se perciben
 Quejarse por estar gordo o tener partes del cuerpo que son gordas
 Cubrirse con capas de ropa
 Aumento de las horas de estudio
 Estado de ánimo indiferente (falta de emociones)
 Irritabilidad
 Disminución del interés en las relaciones sexuales y por las actividades
lúdicas o recreativas
TRATAMIENTO
Todos los pacientes con anorexia nerviosa precisan tratamiento, aunque el
abordaje será diferente si se trata de un niño, un adolescente o un adulto. El
mayor reto consiste en conseguir que el paciente reconozca que tiene una
enfermedad. Casi todos la niegan, por lo que cuando acuden al médico la
enfermedad está bastante avanzada. Tipos de tratamientos para la anorexia
nerviosa:
Terapia nutricional
Un plan de recuperación de peso y reeducación dietética y nutricional. El
objetivo principal del tratamiento es la recuperación de peso hasta alcanzar el
90% del peso ideal. Se intenta implicar al paciente en su recuperación y se le
debe tratar de tranquilizar en el sentido de que no se permitirá un aumento
descontrolado de peso.
La terapia nutricional se basa en el seguimiento continuo con controles
frecuentes para que la recuperación del peso sea gradual, incluye comprobar el
estado nutricional de una persona, es necesario el consumo de 1500-1800 kcal
por día, comer alimentos sólidos es el mejor tratamiento, pero a veces también
se administran complementos líquidos, reducir la pérdida ósea con vitamina d y
calcio, estudio y tratamiento de los problemas de la dieta que afecten al
paciente, así como de los factores que influyen en los atracones y en los
vómitos (problemas en el colegio, con los padres o con los amigos).
Con muy poca frecuencia, las personas gravemente desnutridas o las que se
resisten a ingerir alimentos necesitan ser alimentadas a través de una sonda
que se introduce por la nariz y se hace descender por la garganta hasta el
estómago (sonda nasogástrica).
Terapia farmacológica
No hay un tratamiento farmacológico eficaz. Sobre todo, es prioritaria la
recuperación nutricional. La medicación no está indicada como primera opción
de tratamiento. Las medicaciones pueden ser útiles para tratar diferentes
síntomas que aparecen junto con el TCA como son los síntomas depresivos,
ansiosos u obsesivos entre otros. También puede ser útil la medicación en
algunos casos en que aparecen síntomas que dificultan el tratamiento y la
recuperación (incremento de la actividad física, episodios de agresividad etc.).
Entre los fármacos más utilizados en la Anorexia Nerviosa destaca la fluoxetina
(antidepresivo), pero también se usan otros fármacos.
Terapia psicológica
El objetivo principal es normalizar los hábitos y las conductas de alimentación
para apoyar el aumento de peso. El segundo objetivo es cambiar las creencias
y los pensamientos distorsionados que mantienen la alimentación restrictiva.
La terapia continúa durante 1 año entero después de que la persona haya
recuperado el peso perdido. La psicoterapia puede ser:
a) Individual: Para los adultos la terapia cognitivo-conductual
(específicamente la terapia cognitivo-conductual mejorada) ha
demostrado buenos resultados.
b) Familiar: En los pacientes más jóvenes es esencial que la familia
participe activamente en el tratamiento. En la actualidad se mira a la
familia como una solución, más que como parte de la causa del
trastorno. Esta terapia puede mejorar las interacciones entre los
miembros de la familia y enseñar a los padres a colaborar para que sus
hijos recuperen el peso perdido, esta forma de intervención clínica
generalmente lleva a obtener buenos resultados.
c) Grupal: En los últimos años estas formas de terapia también se jugaban
con la contribución de los grupos de autoayuda, en los que existe la
figura del «terapeuta» en el sentido clásico, donde el médico asume, en
vez de sanar pacientes, el papel de «facilitador», que alienta a los
miembros del grupo con el diálogo y el diálogo de las dificultades
prácticas y emocionales. Así, los pacientes se convierten en «co-
terapeutas» de sí mismos.
La psicoterapia es más eficaz en adolescentes o jóvenes que no hayan sufrido
la enfermedad durante más de 6 meses.
Hospitalización
En los casos en que la vida puede estar en peligro, como en la extrema
delgadez con consecuencias clínicas significativas, puede ser necesaria la
hospitalización, aunque esté ausente la voluntad o la conciencia del trastorno
de la persona involucrada. Este tipo de vivienda se llama TSO (tratamiento
médico obligatorio). Esto es muy recomendable esto cuando la persona ha
perdido mucho peso (por debajo del 30 % de su peso corporal ideal, respecto a
su edad, complexión y talla), y continúa perdiendo peso a pesar del tratamiento
o se presentan complicaciones médicas, como insuficiencia cardiaca,
alteraciones en los niveles de sodio, cloro y potasio en sangre, depresión o
intento de suicidio.
¿Cuánto tiempo lleva recuperarse de la anorexia nerviosa?
El tiempo de recuperación varía según la persona. A partir del diagnóstico la
recuperación lleva un promedio de cinco a seis años o puede durar menos
tiempo como meses. El 50% de las personas anoréxicas se recuperan por
completo. Aproximadamente dos de cada 10 personas no logran recuperarse, y
padecen de un trastorno alimentario crónico.
Es importante que se busque ayuda mientras más pronto lo reciba, más
probabilidades de recuperación tendrá.
COMPLICACIONES
La anorexia nerviosa puede tener muchas complicaciones, en su forma más
grave, puede ser mortal. La muerte puede ocurrir de manera repentina, incluso
cuando una persona no está excesivamente delgada. Puede ser resultados de
ritmos cardíacos anormales (arritmias) o un desequilibrio de los electrolitos
(minerales como el sodio, el potasio y el calcio que mantienen el equilibrio de
los líquidos en el cuerpo).
 Alteraciones metabólicas: Una disminución de la tasa metabólica
basal (bajo gasto de calorías), alteración de la temperatura corporal
(intolerancia al frío), hipercolesterolemia e hipercarotinemia.
 Alteraciones cardiovasculares: Bradicardia (latidos cardíacos lentos),
hipotensión (presión arterial baja), disminución del tamaño cardíaco,
alteraciones del ritmo cardíaco (latidos cardíacos rápidos, lentos o
irregulares).
 Alteraciones Gastrointestinales: Como gastroparesia (lentitud en el
vaciamiento gástrico), estreñimiento, y la mayor de las veces distensión
abdominal.
 Alteraciones Renales: Alteraciones hidroelectrolíticas por pérdida de
electrolitos por vómitos o uso de diuréticos o laxantes, o uremia
prerrenal: (por deshidratación) que puede llegar a enfermedad renal
crónica.
 Alteraciones Endocrinas: Amenorrea (ausencia de la menstruación),
disminución de T3 (tiroides).
 Alteraciones Óseas: Osteopenia u Osteoporosis por falta de depósito
de calcio en los huesos y retraso de maduración ósea.
 Alteraciones Dermatológicas: Piel seca a lo que se puede agregar
pelo y uñas quebradizas, pérdida de pelo y lanugo (vello corporal blanco
y fino).
 Alteraciones Hematológicas: Pancitopenia (baja cantidad de glóbulos
rojos, blancos y plaquetas) y/o hipoplasia de la médula ósea.
 Alteraciones Cognitivas y del comportamiento: Depresión, dificultad
de la concentración y obsesión por la comida.
Si una persona anoréxica está en estado de desnutrición grave, todos los
órganos del cuerpo pueden sufrir daños, incluido el cerebro, el corazón y los
riñones. Es posible que este daño sea irreversible, incluso cuando la anorexia
está bajo control.
CUIDADOS DE ENFERMERIA
 Enseñar y reforzar los conceptos de buena nutrición con el paciente y
seres queridos.
 Vigilar los parámetros fisiológicos, signos vitales y niveles de electrolitos
según sea necesario.
 Pesar diariamente a la misma hora del día y después de evacuar al
paciente.
 Establecer expectativas sobre conductas de alimentación adecuada.
 Controlar las conductas del paciente respecto a la alimentación pérdida
y ganancia de peso.
 Limitar la actividad física, si es necesario.
 Proporcionar apoyo a medida que el paciente incorpora conductas de
alimentación.
 Determinación de una dieta adecuada para el establecimiento de un
peso adecuado.

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