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Competencia:
1. Comprende los fundamentos de la doctrina social de la iglesia y a partir de ello
reflexiona sobre la realidad social, dando una respuesta de actitud crítica y
propositiva.
Saber previos:
Es evidente que estamos cada vez más en un contexto global que pone en cuestión la realidad de
lo nacional, se borran las fronteras nacionales, en consecuencia, se limita a los Estados su
capacidad de ser la forma última de la organización social y política. Paradójicamente la
globalización, a pesar de su sentido abarcador, es selectiva, porque no todos participan de la
misma manera. Los capitales se mueven en el mundo al ritmo que desean, por eso, se puede decir
que tenemos “capitales sin fronteras”, pero curiosamente, no existen “trabajadores sin
fronteras”.
Por todo el planeta se extiende la injusticia, con consecuencias visibles que nadie quiere ver:
pobreza, marginación, exclusión, desigualdades sociales, explotación laboral, discriminación,
corrupción, insensibilidad social, mentalidad economicista.
Hoy los excluidos sociales son personas, grupos, países que son descartados, arrojados fuera del
sistema, porque ya no encajan, no sirven “ni siquiera para ser explotados”; de este modo
trabajar en situación de explotación se convierte casi en un privilegio, porque significa “tener un
trabajo”. Además, hay que resaltar que, respecto al trabajo, la situación de la mujer es más
precaria todavía, persiste la discriminación en la remuneración por ser mujer, es común la
eventualidad del trabajo, etc…
Jesús dejó, entre otros, un mandato a sus apóstoles y en consecuencia a todos los cristianos: “Id
por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura” (Mc 16,15). En efecto, “la misión
esencial de la Iglesia es la evangelización a
todos los hombres” (EN, 14).
FE INJUSTICIA
Evangelio Sociedad
GARCIA MAESTRO, J. P. (2012). Conferencia: ‘Evangelizar la Cuestión Social: una aproximación teológica’. Madrid, Pontificia
Universidad de Salamanca. Cfr. http://www.instituto-social-leonxiii.org/index.php/curso-2012/871-evangelizar-la-cuestion-social. Con
acceso en agosto de 2018.
SEGOVIA BERNABÉ, J. L. ‘Evangelii Nuntiandi: evangelización y promoción de la justicia’, en J. Mª MARDONES, F. ELIZONDO,
J. MARTÍN VELASCO y otros. (2006). Evangelizar, esa es la cuestión. En el XXX aniversario de la Evangelii Nuntiandi. Madrid,
PPC. Pp. 123-157.
- Desde el punto de vista de la injusticia, lo que interesa es salir de esa situación. En América Latina
se habla mucho de este esfuerzo de liberarse, es decir de superar las situaciones y estructuras
injustas que determinan la explotación de los pobres, la marginación de tantos sectores de la
sociedad, campesinos, obreros, gentes sin trabajo, niños, hambrientos.
La justicia reclama profundizar los esfuerzos a favor de la igualdad en el mundo: la igualdad de
todos los ciudadanos ante la ley (surge en la Revolución francesa frente a los privilegios
estamentales), la igualdad económica relativa (busca mejor distribución de la riqueza), y la
igualdad de oportunidades (posibilidad de acceso a todos los cargos, puestos y posibilidades en
igualdad de condiciones de partida). Todo ello evidentemente supone un cambio social, inviable
sin el cultivo y la educación en el valor de la justicia.
En realidad, las estructuras injustas reflejan en el fondo, las personas injustas; es decir la
REALIDAD DE PECADO, AHÍ ESTÁ LA RAÍZ DE LA INJUSTICIA ESTRUCTURAL, es el pecado y
el pecado está en el corazón de las personas y sólo la gracia de Cristo nos libera del
pecado.
Como lo expresa R. Antoncich (jesuita), “podemos comparar la fe - injusticia, con el hambre y la salud,
así como la salud, elemento positivo, necesita de la comida, porque si se deja de comer se pierde la
salud, de la misma manera la fe exige suprimir la injusticia, si existe la injusticia la fe va a
desaparecer, o vamos a inventarnos una fe diferente”.
SE INTENTA DECIR QUE: La Fe exige (NECESITA) suprimir la Injusticia, así como cada persona exige (NECESITA) Comer para suprimir el
Hambre y mantener la Salud. Cfr. https://www.youtube.com/watch?v=EcRTokFQjCo&t=226s; MIN. 4, SEG. 49.
Los problemas sociales no solo tienen que ver con aspectos técnicos, en los campos de lo
social, económico o político, sino que éstos tienen dimensiones éticas.
Los problemas sociales se originan en el corazón del ser humano, en el pecado personal y
social, en la descristianización, en el olvido de los valores cristianos.
Como lo plantea el Compendio de la doctrina social de la Iglesia, la Iglesia con su doctrina social
quiere anunciar y actualizar el Evangelio en la compleja red de las relaciones sociales. El asunto
no es sólo llegar al hombre en la sociedad, de lo que se trata es de fecundar y fermentar la
sociedad misma con el Evangelio. Por esta razón, preocuparse por el ser humano y su bienestar
significa también velar por la sociedad.
Según esto, la misión de la iglesia comprende dimensiones que incluyen todos los aspectos de la
vida del ser humano. De ahí que, para la Iglesia, evangelizar el ámbito social significa infundir en el
corazón de la persona humana la carga de significado y de liberación del Evangelio, para
promover así una sociedad acorde con las exigencias del Evangelio, una sociedad más humana,
más conforme al Reino de Dios, “en cuanto evangelio que resuena mediante la Iglesia en el hoy
del hombre, la Doctrina Social es palabra que libera” (CDS, 63). De ahí que su misión se realiza de
dos maneras fundamentales que forman parte de su misión profética: el anuncio del evangelio y
la denuncia de las situaciones de injusticia.
Por eso, la D.S.I. puede considerarse un camino muy peculiar, donde se puede ejercer el
ministerio de la Palabra y el ejercicio profético: “en efecto, para la Iglesia enseñar y difundir
Doctrina Social pertenece a su misión evangelizadora y forma parte esencial del mensaje cristiano,
ya que esta doctrina expone sus consecuencias directas en la vida de la sociedad y encuadra
incluso el trabajo cotidiano y las luchas por la justicia en el testimonio a Cristo Salvador” (CA, 5).
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GARCIA MAESTRO, J. P. (2012). Conferencia: ‘Evangelizar la Cuestión Social: una aproximación teológica’. Madrid, Pontificia
Universidad de Salamanca. Cfr. http://www.instituto-social-leonxiii.org/index.php/curso-2012/871-evangelizar-la-cuestion-social. Con
acceso en agosto de 2018.
2. Es indispensable pasar del asistencialismo a la promoción de la justicia mediante el
ejercicio de los derechos reconocidos en las leyes.
3. La justicia exige la simetría y ésta exige el cultivo de la igualdad: igual dignidad, iguales
derechos, responsabilidades y oportunidades. Nunca en nuestra época se han puesto en tela
de juicio, las tres principales fuentes de desigualdad: la clase social, la raza y el sexo 3.
4. Practicar la justicia en nuestro tiempo exige reconocer que el prójimo es otro “yo” al que
hay que reconocer (cfr. Gaudium et Spes, n. 27). La exigencia del evangelio va más allá y
pide incluso que el enemigo se convierta en amigo y hermano.
5. Es necesario recordar que la injusticia no es sólo una cuestión social, política, económica,
sino que vista en profundidad adquiere una dimensión ética y teológica. La injusticia
oculta el rostro de Dios, si no trabajamos y luchamos contra ella, SI NO NOS PONEMOS
DEL LADO DE LAS VÍCTIMAS, colaboramos con el ocultamiento de Dios. La cruz y la
resurrección son los dos misterios que más nos comprometen para estar en contra de las
injusticias del mundo.
6. Finalmente, la promoción de la justicia es tarea de la nueva evangelización. Por una parte,
una mayor preocupación por los grandes dramas de la humanidad invitaría a descubrir lo
esencial: el seguimiento y proseguimiento de Jesús el Cristo.
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SEGOVIA BERNABÉ, J. L. ‘Evangelii Nuntiandi: evangelización y promoción de la justicia’, en J. Mª MARDONES, F. ELIZONDO,
J. MARTÍN VELASCO y otros. (2006). Evangelizar, esa es la cuestión. En el XXX aniversario de la Evangelii Nuntiandi. Madrid,
PPC. Pp. 123-157.
3. ACTIVIDADES SUGERIDAS (Actuar)
Trabajo grupal
Trabajo personal
BIBLIOGRAFÍA
REFERENCIAS DIGITALES
● https://www.oxfam.org/sites/www.oxfam.org/files/file_attachments/bp-economy-for-99-percent-
160117-summ-es.pdf
SIGLAS:
2. La iglesia puede hablar de temas sociales porque: (marca la alternativa o alternativas correctas)
a. Es su misión *
b. El hombre es hijo de Dios *
c. Los problemas sociales son fruto del pecado *
d. Porque en la sociedad se niega la atenta contra la dignidad humana *
3. Según el Compendio de doctrina social de la Iglesia, la Iglesia con su doctrina social busca
anunciar y actualizar el evangelio en la sociedad
a. Verdadero *
b. Falso
6. Explique porque las injusticias sociales comprenden una dimensión ética y teológica
Respuesta en máximo 50 palabras
Saberes previos:
Entonces El señor dijo a Abraham:” deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, y
vete a la tierra que te mostrare. Haré de ti una nación grande, y te bendeciré; hare
famoso tu nombre, y serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a
los que te maldigan; “por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra”. Abraham
partió como el señor le había dicho (Génesis 12,1-3)
El señor hace un llamado a Abraham para que nos sea fiel y nos sirva y a cambio le promete hacer
de Israel una nación grande y bendecida. Abraham acepta este llamado dejándolo todo: su país,
su familia y a los de su raza.
Del mismo modo hoy, el Señor habla a su pueblo y lo invita a una reflexión profunda sobre los
problemas sociales que vivimos.
A través de la doctrina social de la Iglesia nos da orientación para ayudar a la solución de los
problemas sociales como son: falta de amor al prójimo, carencia de solidaridad, injusticia,
segregación racial y económica, homicidios, genocidios, etc.
El cristiano de hoy, está llamado a actuar como Abraham: “acudiendo al llamado de Dios para
servirlo en la construcción de un mundo más solidario y justo.
5. ¿Cuál es la primera encíclica que aparece?, ¿Quién fue el autor?, ¿En qué año fue escrita?
Por otro lado encontramos otra definición de Juan Pablo II, en la encíclica Sollicitudo Rei Socialis
(1987), define la DSI como la “cuidadosa formulación del resultado de una atenta reflexión sobre
las complejas realidades de la vida del hombre en la sociedad y en el contexto internacional, a
la luz de la fe y de la tradición eclesial.
La DSI surge del mensaje Evangélico, que interpela al hombre para orientar su conducta hacia el
bien social. Que generan injusticias, inequidades, violencia, pobreza, corrupción, guerras, etc.
Frente a ellas el creyente no puede quedarse tranquilo, sino que debe actuar y ser consecuente
con el mensaje de Jesús; de ese modo se actualiza el mensaje social del evangelio en cada tiempo
y contexto.
- Atenta reflexión: La DSI es fruto de la reflexión sobre la realidad social, sobre sus
problemas, y limitaciones. Porque es en esa sociedad, compleja, difícil, contradictoria
(donde existen injusticias, corrupción, explotación, a todo nivel: político, económico,
social, etc.) y es donde vive y se desarrolla el ser humano.
Porque esta reflexión se sitúa en el CRUCE que se da entre las injusticias sociales y la
conciencia cristiana, y debe manifestarse en los esfuerzos que realizan los individuos, las
familias, los hombres de Estado, etc. para darle forma y aplicación en la historia.
De ahí que la reflexión sobre la realidad debe ser crítica, objetiva y con la ayuda de
especialistas de las ciencias sociales y humanas (políticos, economistas, sociólogos,
antropólogos, etc.)
Esta reflexión debe ser realizada por TODOS, “comunidades cristianas en comunión con los
Obispos, en diálogo con los demás hermanos y TODOS los hombres de buena voluntad.
Para ver las opciones y compromisos que conviene asumir para realizar las
transformaciones sociales, políticas y económicas que aparezcan necesarias con urgencia en
cada caso”. OA, 4.
- Orientar, toda esta reflexión está dirigida a orientar la conducta de los cristianos en la
sociedad. Es decir que los cristianos no podemos, dejarnos llevar por la “corriente social”,
si esta vulnera los derechos de las personas. Por eso debemos estar atentos a los
principios y orientaciones que brinda nuestra Iglesia al respecto.
La DSI nos ayuda a saber qué enseña la Iglesia en materia social, especialmente frente a las
flagrantes injusticias que afectan la dignidad de la persona. Por otra parte, también es un recurso
para saber cómo deben actuar los católicos, principalmente, pero también las personas de buena
voluntad ante las injusticias y de ese modo se tome conciencia de la competencia de la Iglesia
para hablar acerca de estos temas.
Con su doctrina social la Iglesia quiere hacer “oír su voz ante determinadas situaciones humanas
individuales y comunitarias, nacionales e internacionales, para las cuales formula una verdadera
doctrina, un corpus, que le permite analizar las realidades sociales, pronunciarse sobre ellas y dar
orientaciones para la solución de los problemas derivados de las mismas” (CA,5).
Por otra parte, frente a algunas voces que intentan identificar la DSI con alguna ideología, o
sistema político o económico, el Papa Juan Pablo II trazó los límites que demarcan su reflexión.
4
Compendio de la D.S.I., p. 34.
5
OA, 4.
6
Ibid.
“Más que una teoría se orienta a la acción”
Objetivo de la DSI
La Iglesia con su doctrina social, quiere reconocer, revalorar la dignidad de la persona, por eso:
Finalidad de la DSI
Según el Compendio de la DSI (CDSI) la finalidad de la doctrina social “es de orden religioso y
moral.
- Religioso, porque la misión evangelizadora y SALVÍFICA de la Iglesia alcanza al
hombre «en la plena verdad de su existencia, de su ser personal y a la vez de su ser
comunitario y social».
3. Tomar
2.
1. Examinar la decisiones
Discernimiento
7 realidad
Fue el sacerdote belga = VER(1882-1967) quien, en su esfuerzo por revisar la coherenciaconcretas
Joseph Cardijn = de los jóvenes
entre vida-trabajo
= JUZGAR
obreros JOC (Juventud Obrera Cristiana), creó el método de revisión de vida, este método fue asumido después por la Acción Católica.
A esto se suma la teología del trabajo de Marie-Dominique Chenu, y la teología de las realidades ACTUAR
terrestres de Gustave Thils. En:
BIORD CASTILLO, Raúl. Conferencia dictada en las XXII Jornadas de Teología y Reflexión, Criterios para efectuar un discernimiento
cristiano de una situación histórica, 23 de marzo de 2004.
- Ver (la realidad)
Esto significa detenerse a mirar la realidad, auscultarla, diagnosticarla, pero con el concurso
de las ciencias sociales para tener una mirada objetiva, así no caer ni en suposiciones, ni en
abstracciones; esto implica también buscar las causas de los conflictos y las consecuencias
que pueden generar a futuro. Mirar la realidad implica tener una percepción y estudio de los
problemas reales y de sus causas, su análisis corresponde a las ciencias humanas y sociales.
Solo en la medida que se realice un análisis serio y se identifiquen las causas que provocan las
situaciones de injusticia, explotación, miseria, desigualdad, etc. se puede proponer acciones
transformadoras orientadas a atacar las raíces de los problemas más eficientemente. Por
eso se puede decir que este es el momento de TOMA DE CONCIENCIA DE LA REALIDAD.
- Juzgar (discernimiento)
El segundo momento del método califica el ver para
proponer cómo debería ser la situación analizada
desde el punto de vista teológico. ¿Qué dice/diría
Dios respecto de esta realidad? ¿Está en armonía
con los valores que propone el cristianismo?
- Actuar (compromiso)
El actuar implica dar respuestas a la realidad observada (ver) y valorada (juzgar), tendientes a
mejorarla y transformarla, de modo que se convierta en compromisos concretos.
El actuar tiene que ver con la elección. Ello requiere una verdadera conversión, es decir, la
transformación interior que es disponibilidad, apertura y transparencia a la luz purificadora de
Dios. Proponer pistas y acciones transformadoras evita quedarse en la reflexión teórica,
necesaria, pero insuficiente para mejorar las condiciones de vida de la sociedad.
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