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Contenido
CAPÍTULO 1
Delimitación conceptual de evaluación ................................................................................ 4
CAPÍTULO 2
CAPÍTULO 3
CAPÍTULO..........................................................................................................................................................4
BIBLIOGRAFÍA ..................................................................................................................................... 39
Módulo de evaluación y sus estrategias en
educación superior
“La evaluación debería servir para dialogar entre los profesores, entre ellos y los
alumnos, entre la sociedad y la universidad, lo cual no significa que todos estemos
de acuerdo y que tengamos que pensar lo mismo. Se trata de desarrollar un
proceso de diálogo que busca comprender la realidad. Si la evaluación genera
comprensión, desde la comprensión podemos mejorar”. Miguel Ángel Santos
Guerra
Capítulo 1.
Delimitación conceptual de evaluación
Frecuentemente en educación, se emplean los términos calificación, medición, valoración y
evaluación como sinónimos, equivalentes, análogos o iguales, lo cual lleva a múltiples confusiones.
Con el fin de partir de términos claros y precisos y no obstante, guardar cierta relación entre sí, se
presentan algunas definiciones básicas, pues estos conceptos se diferencian por los recursos que
utilizan y los usos y fines a los que sirven.
Desde este punto de vista, son características propias de la medición la fiabilidad, la puntualidad, la
objetividad. La medición se basa en criterios estadísticos, es cuantitativa, no requiere relación
interpersonal profunda.
VALORAR: consiste en reconocer o estimar el valor, el mérito o las cualidades de una persona,
situación o cosa. Es el grado de utilidad o aptitud de las cosas para satisfacer las necesidades o
proporcionar bienestar o deleite.
Desde el punto de vista etimológico, valoración viene de la palabra francesa “assesser”, que significa
acompañar como juez asistente o guía. Desde el punto de vista educativo valorar es el proceso de
recopilar información sobre los avances del estudiante y sobre su desempeño.
EVALUAR: es obtener información rigurosa y sistemática para contar con datos acerca de un evento,
persona o institución con el objeto de formar y emitir un juicio de valor con respecto a ella. Estas
valoraciones permitirán tomar decisiones consecuentes en orden a corregir o mejorar lo evaluado.
En este entendido, la evaluación requiere contar con información proveniente de múltiples fuentes.
Por un lado, implica la medición ya que cuando se evalúa se toman medidas, se registran datos y
observaciones; por el otro, implica la valoración, pues se refiere a la comprensión de un fenómeno o
situación específica en un contexto determinado.
De esta manera, el concepto de evaluación supera la medición. Esta cumple un papel funcional e
instrumental dentro del proceso, pero la evaluación la trasciende. Ofrece información útil, que
posibilita el juicio o valoración posterior en qué consiste la evaluación.
Así mismo, la evaluación debe tener presente la valoración, es decir, la consideración de valores de
tipo social y de tipo educativo ya que la evaluación articula valores de los implicados y del contexto
en que se desarrollan. Todo proceso evaluativo, está relacionado con los conocimientos, valores y
actitudes de los involucrados en el proceso: evaluadores y evaluados, convirtiéndose en un proceso
de carácter ético y cultural, que va más allá de la medición. Tal como lo establecer Torres 3, “cada acto
de valoración dependiendo de los valores que entran en juego, tiene una particularidades y unos
significados que lo diferencian de otros actos de valoración. Expresado de otra manera: cada acto de
valoración muestra la impronta de los valores vividos por sus actores”.
1 ALVAREZ MENDEZ, Juan Manuel. Didáctica, curriculum y evaluación. Ensayos sobre cuestiones didácticas. Barcelona: Ed.
Alamex. 1985
2CASANOVA, maría. Antonia.: Manual de evaluación educativa. Madrid, La Muralla. 1999
3 TORRES, Guillermo; ISAZA, Leonor y CHARRIA, Beatriz. “Evaluación y formación de valores para la convivencia”. Análisis
de las interacciones docente alumno en la educación secundaria”. Fundación Universitaria Monserrate – IDEP, 200.
6 Evaluación y sus Estrategias en Educación Superior
Del
anterior marco conceptual se deduce que la evaluación que aborda el presente módulo es de
carácter comprensivo, no técnico 1. Es un proceso reflexivo que facilita la comprensión tanto del
proceso de enseñanza como del proceso de aprendizaje. Desde esta dimensión crítica, autores como
Gimeno Sacristán y Ángel Pérez Gómez definen la evaluación como una instancia que “hace
referencia a cualquier proceso por medio del cual alguna o varias características de un alumno, de un
grupo de estudiantes, de un ambiente educativo, de objetivos educativos, de materiales, profesores,
programas, etc., reciben la atención del que evalúa, se analizan y se valoran sus características y
condiciones en función de unos criterios o puntos de referencia para emitir un juicio que sea
relevante para la educación 4”. Es un proceso de acción permanente, dinamizador e integral del acto
educativo que permite valorar y comprender los progresos, transformaciones y los agentes que
intervienen.
4 GIMENO SACRISTÁN, J. y PÉREZ GÓMEZ, Á.I. et al. La enseñanza: su teoría y su práctica. Madrid: Akal. 1985
Capítulo 2.
El concepto de evaluación a través del tiempo
En términos generales pueden establecerse dos paradigmas desde los que se aborda la evaluación: el
paradigma de la racionalidad técnica y el paradigma de la racionalidad crítica.
Desde el primero, -la racionalidad técnica-, enmarcada desde el positivismo, la evaluación se concibe
como un ejercicio autocrático, que coloca a los agentes evaluadores en una relación de poder
favorable, por la posibilidad de someter a los sujetos evaluados a una relación desfavorable,
caracterizada por el desconocimiento y sometimiento a los instrumentos y a la información
manipulada por los primeros (Niño Zafra 5). Dentro de este paradigma se pueden mencionar la
“evaluación por objetivos”, la “evaluación como juicios de valor o determinación de méritos” y la
“evaluación para la toma de decisiones”.
En este paradigma, la función de la evaluación es la de vigilar y controlar que las acciones de los otros
sean encauzadas. Se evalúa para recoger información desde la cual se puedan tomar decisiones para
corregir el proceso, pero fundamentalmente se evalúa para asegurar el cumplimiento de los
objetivos. Evaluar es medir, calificar, corregir. El ejercicio evaluativo está centrado en el resultado o
logro de objetivos en el marco de criterios de eficacia, eficiencia, rentabilidad. El evaluador busca la
neutralidad y objetividad, siendo el examen y los test, la única fuente de información.
5 NIÑO ZAFRA, Libia Stella, PERAFÁN Andrés y CARRILLO Liberia. La Evaluación: ¿Instrumento de Poder o Acción Cultural?
UPN. Santafé de Bogotá. 2006
6 ALVAREZ MENDEZ, Juan Manuel. Evaluar para comprender, Examinar para excluir. Ed. Morata. Madrid. 2001
6 Clara Ruth Vargas Amaya Evaluación y sus Estrategias en Educación Superior 9
es no dejar a nadie fuera. Tomar conciencia de este hecho es comprometerse con modos razonables
de actuar con cada sujeto que se encuentre en esa situación delicada para no excluir a nadie de la
participación del saber.
A partir de estos dos paradigmas, más allá de las definiciones que existen en torno al término de la
evaluación, se señalan una serie de rasgos que caracterizan enfoques evaluativos en uno y otro, si
bien en algún caso están referidos a ámbitos de aplicación que trascienden lo educativo en un
sentido restringido, tal como pueden ser la evaluación de programas o evaluación curricular como
referentes próximos.
Para el análisis del concepto de evaluación que subyace a cada enfoque, se presenta un cuadro que
tiene en cuenta las siguientes dimensiones:
Capítulo 3.
La evaluación frente a los desafíos del siglo XXI
6 Evaluación y sus Estrategias en Educación Superior
Es
importante señalar que hablar de evaluación no es hablar de una propuesta técnica, sino, por el
contrario, “es el resultado de un proceso de construcción que incluye la interacción de factores
políticos, culturales, axiológicos y de representaciones sociales” (Elichiry 7). Por tanto, el concepto de
evaluación es un concepto histórico y situado en un contexto sociocultural; estos dos aspectos, el
contexto y el momento histórico en que se desarrolla la práctica evaluativa, le otorgan una
significación intencionada y una funcionalidad específica.
Por tanto, cuando se caracterizan los paradigmas evaluativos y su relación con un sistema educativo,
es necesario tener en cuenta el contexto político, el componente técnico y el carácter axiológico, ya
que, la evaluación da cuenta de posiciones controvertidas y polémicas no solo desde una perspectiva
política, sino también pedagógica y de carácter axiológico que sugiere la necesidad de considerar a la
vez los problemas éticos. Por tal motivo, para analizar la evaluación universitaria se requiere pensar
en forma integrada cada uno de estos componentes que den luces sobre los proyectos educativos y
la forma de concretarse en la sociedad.
Desde la década de los 60, las instituciones internacionales (Banco Mundial, CEPAL, Banco
Internacional de Desarrollo, Fondo Monetario Internacional) han venido desarrollando políticas
educativas con énfasis en la importancia del “capital humano” como ingrediente indispensable en los
procesos productivos; la educación pasó a ser una variable imprescindible del desarrollo económico 8.
El Banco Mundial se incorporó - desde ese momento a la financiación condicionada de la educación.
Sin embargo, la elaboración más específica de políticas educativas, es característica de esta
reestructuración mundial.9
7 ELICHIRY, N. “Apuntes críticos para una mirada Psicológica de la evaluación Educativa”. En: Revista del Instituto de
Investigaciones en Ciencias de la Educación. Año VI, Nº11, 1997.
8 CEPAL UNESCO, Educación y conocimiento: eje de la transformación productiva con equidad. Santiago de Chile, 1994.
9 APPLE, Michael. ¿Pueden las pedagogías críticas interrumpir las políticas neoliberales? Encuentro Internacional sobre
políticas, investigaciones y experiencias en Evaluación Educativa. En: Revista Opciones Pedagógicas. No. 31. 2003.
10 Ibíd. Pág. 17
En consecuencia, el modelo sobre el cual se desarrollan nuestros procesos de formación, es un
modelo estructurado sobre relaciones de poder. El discurso se elabora desde el poder y contribuye a
su consolidación. La práctica pedagógica reproduce las relaciones de dominación y dependencia, por
medio de las cuales los docentes instauran un estilo educativo que no tiende al crecimiento de
nuevos sujetos y nuevos educadoras, sino a su dependencia y subordinación.
Desde esta perspectiva, las instituciones monetarias internacionales actúan como líderes de las
propuestas educativas. Trasladan el formato de sus análisis económicos al campo de la educación. La
educación es vista como insumo para generar “capital humano.” Su eficacia se mide en la relación
costo/beneficio. La calidad del capital humano es lo que asegura un efecto positivo en relación al
empleo y al ingreso. Así, la mayoría de las instituciones de enseñanza están organizadas para el éxito
de quienes se acomodan al sistema. Triunfa el que no analiza, no discute y se adapta al modelo
repitiendo lo que los otros quieren; el que interioriza el orden institucional y no lo cuestiona, el que
se adapta subordinadamente a la lógica institucional, de tal forma que se expulsa al diferente y se
promueve al pasivo receptor y repetidor de conocimientos y normas.
Michael Apple plantea que en las sociedades contemporáneas –construidas desde una perspectiva
neoliberal- se está produciendo un cambio sustantivo en la lógica del trabajo. Un proceso de
desadiestramiento. Es decir, es posible utilizar personal menos adiestrado y costoso. Además, puede
aumentarse el control del ritmo y de los resultados del trabajo. El poder opera invisiblemente en la
producción y lo hace a través de la administración técnica. Manifiesta el autor que:
11 Ibíd. Pág. 17
12 El término competencias aplicado a la educación se ha convertido rápidamente en un soporte fundamental de la
estrategia del neoliberalismo pedagógico. Si se revisa cierta documentación al respecto, originada en los más diversos
lugares del mundo, se encuentra una repetición constante de ese vocablo. Lo emplean en Estados Unidos, en la Unión
Europea, en los países de Europa del Este, en América Latina, en el sudoeste asiático y un gran número de países.
13 La primera vez que se empleó el término competencia fue en 1992 en los Estados Unidos, cuando la Secretaria de
Trabajo de ese país conformó una comisión de expertos que elaboró un documento titulado “Lo que el trabajo requiere
de las escuelas”.
6 Clara Ruth Vargas Amaya Evaluación y sus Estrategias en Educación Superior 15
A través de este esquema, se espera entonces lograr una mayor relación entre los cambios del
mundo laboral y una nueva formación educativa que considere al mismo tiempo la capacidad de
gestión, la capacidad de aprender y la capacidad de trabajo grupal. De allí se deriva una relación
directa entre los cambios tecnológicos y la organización del trabajo y entre la transformación de los
procesos productivos, las condiciones de empleo y la capacitación de los “recursos humanos”.
Estructurar la educación a partir de las competencias, tal y como las entienden estos organismos
burocráticos, significa que los sistemas educativos nacionales promuevan como dice Apple “el control
sobre el currículo y la enseñanza” haciendo la educación más disciplinada y competitiva, como único
mecanismo para lograr “escuelas efectivas”.
Por eso, el Banco Mundial, basándose en su visión economicista, presiona a los países para que
estructuren su sistema educativo basándose en la eficacia, entendida en términos de costos, y para
que asuman como prioridad la educación primaria y el suministro de insumos tecnológicos que
favorezcan la adquisición de lo que el nuevo “pedagogo mercantil” entiende por competencias
básicas.
Con respecto a las competencias, puede concluirse que no solamente la educación se ha convertido
en un servicio mercantil, dominado por la lógica de la competencia, sino que además sus resultados
deben ser reducidos a “indicadores de desempeño” estandarizados, que midan el grado de
adiestramiento “competencias” que han adquirido los actores del sistema para ser competitivos en el
mercado capitalista.
Clara Ruth Vargas Amaya 17
La influencia de estos planteamientos dados por los organismos internacionales deben responder a
las señales y reglas del mercado generando nuevas burocracias y estableciendo instituciones nuevas
dentro de un mercado protegido, por lo tanto, el concepto de evaluación atiende criterios de
eficiencia centrándose exclusivamente en lo observable y cuantificable como lo es la cobertura, tasas
de reprobación y deserción y resultados con evaluaciones comparativas y con estándares nacionales
e internacionales. La evaluación dentro de este marco no da cuenta de los procesos de formación de
valores, de pensamientos, de constitución de personalidad, ni del desarrollo de bienes culturales.
En muchos casos la evaluación queda reducida a indicadores numéricos, generando una disyuntiva
entre la calidad del proceso formativo versus la fiscalización de las autoridades. Esto se ha limitado a
una verdadera oleada de instrumentos que en la práctica no ha representado una real y seria
aplicación de procesos evaluativos y, en últimas, muestra el afán por ejercer un control sobre la
comunidad educativa.
Estos paradigmas han llevado a generalizar el concepto sobre la evaluación dándole un carácter
formal, ya que procura clarificar procesos objetivos, inteligibles para obtener evidencias en los
resultados y/o en los productos como es el caso de las pruebas estandarizadas, así como el
establecimiento de evaluaciones docentes con base en desempeños y certificaciones y acreditaciones
de programas e Instituciones.
6 Evaluación y sus Estrategias en Educación Superior
La
evaluación formal muestra, evidentemente, que la contribución al mejoramiento de la calidad
educativa ha sido mínima teniendo en cuenta que su sentido no es de fondo, sino, superficial que
busca generar exclusión y asumir políticas de represión a nivel estatal e institucional, a lo que se
suma el hecho de que no ha generado un proyecto a largo plazo que logre redimensionar las
prácticas educativas.
Las políticas evaluativas enfocan la calidad educativa con base en factores aislados (rendimiento
escolar, calidad docente, procesos de certificación y acreditación), desconociendo, en gran parte,
otros factores como los escenarios, la sociedad, las profesiones, la universidad y el aula; además de
los sistemas de relaciones formadas por personas que interactúan en un espacio y tiempo común y,
por último, la estructura curricular. Por ello, el enfoque exclusivo en uno de los actores no es
suficiente para incrementar los niveles educativos del país, ya que no existe una apropiación crítica y
constructiva por parte de ellos que permita alcanzar los propósitos deseados, ya que en este marco la
evaluación requiere cumplir un rol más formativo y orientador del trabajo profesional para que se
convierta en una herramienta indispensable para incrementar las posibilidades de mejoramiento de
las instituciones universitarias.
En contraposición a esta postura, se plantea que la calidad educativa debería medirse por la índole y
la extensión de las contribuciones de la escuela al desarrollo económico y social sostenible de las
comunidades donde se inserta, a través de la formación de capital humano y capital social. En este
sentido, cobra valor la evaluación formativa, vista como una actividad de reflexión continua que
ayuda a juzgar lo que es importante en el aprendizaje, afecta la motivación del estudiante, ayuda a
formar hábitos de estudio y estrategias de aprendizaje y consolida el aprendizaje.
Por otro lado, plantean WHORTEN y SANDERS 14 que el rendimiento de los estudiantes mejora cuando
tres contextos, escuela, familia y comunidad, trabajan hacia el objetivo común del éxito escolar. La
reflexión individual-colectiva sobre la interacción entre estos tres contextos permite la comprensión
global de lo que ocurre en el contexto educativo y propicia la transformación del mismo hacia la
calidad de todo el sistema.
14 WHORTEN Blain, R y SANDERS, James R. Educational Evaluation. Longman. New York. 1998
Capítulo 4.
El concepto de competencia y la evaluación a
través de competencias
Al término competencia se le han atribuido diversos significados, los cuales han respondido a
circunstancias históricas y sociales particulares. El análisis presentado abarca los ámbitos: científico,
social, político y educativo, con el propósito de establecer una visión holística de las competencias y
determinar qué concepción de competencia responde de mejor manera a las necesidades de la
formación tomando como eje lo humano y todas sus manifestaciones para propiciar procesos
evaluativos que contribuyan al perfeccionamiento del proceso formativo. • Contexto Científico
El concepto ha pasado desde la psicología genética de Piaget, Dewey, Wallon, Merani como una
realidad física observable a la psicología constructivista (Bruner, Ausubel, Nova, Carretero) referido a
estructuras cognoscitivas15* dinámicas que se transforman de acuerdo a los contextos de interacción.
Otros autores (Gardner, Eisner) la entienden como operaciones mentales y estructuras cognitivas
indispensables para el pensamiento artístico y científico y unos más, desde la psicología cultural y la
sociolingüística (Vygostsky, Bruner, Chomsky, Habermas), como las funciones desplegadas en una
situación determinada y que se diferencian de acuerdo a los usos particulares de los procedimientos
y las herramientas culturales. A continuación se detalla un poco más cada una de estas concepciones.
Esta corriente, ha estudiado como se construyen y cómo evolucionan los esquemas intelectuales,
proporcionando un modelo de desarrollo de la competencia en términos de capacidad operatoria
realidad física observable. Se entiende el término competencia en torno a operaciones de
aprendizaje (clasificación, seriación, inclusión, conservación) que se articulan. Se puede así, favorecer
la competencia intelectual mediante tareas operatorias.
15 Las estructuras cognoscitivas son formas de interpretar, de pensar, de sentir, que involucran la estética, afectividad, la
axiología, las actitudes, y por su puesto la elaboración conceptual y metodológica.
6 Evaluación y sus Estrategias en Educación Superior
La
Psicología Constructivista de acuerdo con los planteamientos de Bruner y Ausubel , el conocimiento225
En la misma línea, autores como Mario Carretero 326, sostienen que los nuevos conocimientos
mantienen en la mente del sujeto representaciones alternativas acerca de los fenómenos,
articulándose con las nuevas experiencias de aprendizaje.
Es importante esto por cuanto previene en contra de una imagen triunfalista de la formación por
competencias, en particular acerca del momento de su evaluación, en tanto proceso de acumulación
de experiencias exitosas como medida válida de una formación adecuada. En el
2
25 BRUNER, Jerome (1969). Hacia una teoría de la instrucción. México, Hispanoamérica, P. 34. AUSUBEL, D, P.
(1982). Psicología Educativa: un punto de vista cognoscitivo. México, Trillas, P.45.
3
CARRETERO, Mario (1994). Constructivismo y Educación. Buenos Aires: Editorial Aique,.
P. 124
Clara Ruth Vargas Amaya 21
sentido de la formación significa que no es suficiente un saber disciplinar, sino que se requiere el
desarrollo de otros factores de carácter ético, sociales, culturales y humanos.
Lo mismo sucede desde el modelo de la competencia generativa: “también ella se opone al saber, ya
que pertenece en propiedad al sujeto, del que es expresión espontánea, mientras que el saber se
presenta tradicionalmente como un sistema de enunciados cuya validez es independiente del sujeto
que lo expone”.
Gardner1627, desde la psicología cognitiva por su parte trabaja hace algunos años con la idea de las
Inteligencias Múltiples. Para este autor, no existe una única inteligencia, sino un grupo de diferentes
tipos de inteligencias que van a variar su presencia en función del individuo y la cultura en la cual se
inserta el mismo.
Según este autor1728, las inteligencias no son algo que pueda ser visto o contado, son un potencial,
presumiblemente neural, que puede ser o no activado en dependencia del valor que se le otorgue en
una cultura en particular, las oportunidades disponibles en dicha cultura y las decisiones personales
tomados por individuos y/o sus familiares, profesores, etc.
La teoría de la gestión por competencias de Gardner 1829, plantea que existen diferencias según la
forma de relacionarse tres elementos: inteligencia, ámbito y campo, en función de la cultura en la
que se inserten los individuos. Teniendo presente este elemento cultural, habría una gran amalgama
de competencias intelectuales y simbólicas, que en los diferentes contextos trabajan para lograr una
serie de metas propuestas.
16 GARDNER, Howard (1995). Inteligencias múltiples. La teoría en la práctica, Paidós, Barcelona, P. 126
17 Ibíd., p. 127
18 Ibíd., p. 128
19 GOLEMAN, Daniel.(2007). Inteligencia social: La nueva ciencia de las relaciones humanas. España: Paidós, p.18
6 Evaluación y sus Estrategias en Educación Superior
Elliot Eisner2031, por su parte, apunta al desarrollo de las competencias que tendrán que ver con el
desarrollo de la visión artística. Propone desarrollar la sensibilidad visual y lograr que los ojos de los
alumnos vean por placer y que intenten encontrar relaciones intertextuales entre distintos productos
culturales. La adquisición y desarrollo de competencias según su enfoque estaría encaminada a
discriminar lo relevante, lo singular de los acontecimientos dados en un contexto determinado. El
profesional debe proceder a la identificación de los problemas de la práctica, lo cual implica
participar en un proceso reflexivo mediante el cual interactivamente se define y enmarca el escenario
dentro del que se mueve.
La competencia, desde esta perspectiva, es una condición de potencialidad, una capacidad para, la
que es independiente de su puesta en ejecución, pero que la determina. Desde esta lógica “el
conocimiento es de carácter independiente del contexto pero la actuación se enmarca en un sistema
de conocimientos y es ahí donde se empieza a hablar de competencias cognitivas” 2334.
Para Habermas2737, la competencia interactiva implica el esfuerzo por darse a entender y por
comprender al otro. El concepto de acción comunicativa de Habermas fuerza u obliga a considerar
también a los actores como hablantes u oyentes que se refieren a algo en el mundo objetivo, en el
mundo social y en el mundo subjetivo, y se entablan recíprocamente a este respecto pretensiones de
validez que pueden ser aceptadas o ponerse en tela de juicio. De esta manera, indica que el sentido
de los actos de interpretar, argumentar y proponer es el mismo, para todas las ciencias.
Desde esta perspectiva, la competencia se hace manifiesta en los procesos que desarrolla la persona
en los niveles de interpretación, argumentación y de proposición en su quehacer investigativo y
profesional. Por lo tanto, el desempeño no es acción aislada, sino la resultante de todo el entramado
sociocultural, producto de los actos comunicativos.
• Contexto Social
El concepto de competencia en el contexto social, surgió en los años ochenta con fuerza en países
industrializados, como respuesta a la urgencia de fomentar la formación de mano de obra y ante las
demandas surgidas en el sistema educativo y el productivo.
Comenzó a usarse en el Reino Unido en los primeros años de la década del ochenta con el propósito
de formar personas competitivas a nivel internacional, con flexibilidad, sin requisitos de ingreso
acorde a las necesidades del entorno laboral. Para ello se implementó un sistema nacional de
formación y certificación de competencias con el fin de cualificar el personal de las empresas, brindar
titulaciones con base en las competencias de acuerdo a los requerimientos de los puestos de trabajo,
mayor calidad en la evaluación y la certificación.
24 DE ZUBIRÍA, Miguel y otros. Enfoques Pedagógicos y Didácticas Contemporáneas. Fundación Internacional de Pedagogía
Conceptual Alberto Meran. Bogotá 2004.
25 HYMES, D. (1972). La competencia comunicativa. Sociolingüística. Londres: Penguin Books. P. 269-293.
26 VYGOTSKY, L (1979). El desarrollo de los psicológicos superiores. Barcelona. Crítica Grijalbo. P. 138
27 HABERMAS J. (1987).Teoría de la acción comunicativa. Madrid: Taurus, p. 84
6 Evaluación y sus Estrategias en Educación Superior
Aunque el término competencia laboral en términos generales se ha entendido como “la capacidad
de hacer, de llevar a cabo las funciones propias de una ocupación conforme a resultados deseados
integrando conocimientos, habilidades y comprensión” 3040, existen múltiples definiciones de
competencias:
Una mejor comprensión del término, se logra con las definiciones del INEM de España, la OIT y
González Maura, que le imprimen además de un complejo conjunto de atributos, el componente de
construcción social.
En ese sentido, toma especial relevancia el concepto de competencia laboral, entendida como la
capacidad productiva de un individuo que se define y mide en términos del desempeño en un
determinado contexto laboral, y no solamente de conocimientos, habilidades o destrezas en
abstracto; es decir, la competencia es la integración entre el saber, el saber hacer y el saber ser.
“La competencia laboral proporciona información sobre el capital intelectual que portan los
individuos, asegura si realmente éstos cumplen con el estándar de calidad establecido por rama,
industria o área ocupacional, y determina el nivel de desempeño de la fuerza de trabajo” 3243. (Ibarra,
2000).
En efecto, según Gallart3445, algunos autores han advertido que el traspaso del concepto de
competencias al mundo de la educación induce a la idea de que un currículo basado en competencias
es canal de un modelo de desarrollo económico y social que tiende a sustituir valores tales como la
31 DUCCI, María A (1997). El enfoque de competencia laboral en la perspectiva internacional. En: Formación basada en
competencia laboral, Montevideo, Cinterfor/OIT, p. 39
32 Ibarra, El Sistema Normalizado, Op. cit. P. 125
33 SEPÚLVEDA, L (2002). El concepto de competencias laborales en Educación. Notas para un ejercicio crítico.
Revista digital UMBRAL 2000, No. 8. 34
34 Gallart, M. Antonia; Jacinto, Claudia (1997). Competencias laborales: tema clave en la articulación educación trabajo,
En: Cuestiones actuales de la formación, Montevideo, Cinterfor/OIT, p. 54.
6 Evaluación y sus Estrategias en Educación Superior
ciudadanía social, la igualdad y la solidaridad por la competitividad. “En ese sentido, los programas
que se estructuran en términos de competencias, constituyen una tentativa por reproducir a nivel del
sistema educativo, la ideología que domina actualmente en el mundo económico” 3546.
• Contexto Educativo
El MEN define una competencia como un saber hacer en contexto. En palabras de Bogoya3748, una
competencia es una actuación idónea que emerge en una tarea concreta, en un contexto con
sentido. Se trata entonces de un conocimiento asimilado con propiedad y el cual actúa para ser
aplicado en una situación determinada, de manera suficientemente flexible como para proporcionar
soluciones variadas y pertinentes.
De manera similar, Gonczi3849, plantea que posee competencia profesional quien dispone de los
conocimientos, destrezas y actitudes necesarias para ejercer su propia actividad laboral, resuelve los
problemas de forma autónoma y creativa, y está capacitado para actuar en su entorno laboral y en la
organización del trabajo.
Sin embargo, tras estas definiciones aparece la cuestión de que el concepto de competencias se ha
manejado de una forma totalmente acrítica: este enfoque se ha incorporado al mundo educativo una
visión del mundo del mercado, lo cual responde a una filosofía que permea las aulas pero de la cual
35 Ibíd., p. 56
36 Aragón, A (2002). Situación actual y perspectivas sobre la formación de profesionales en Cuba. Conferencia magistral. III
Encuentro sobre Formación Tecnológica de Europa y América Latina. Ciudad de la Habana. Memorias.
37 ICFES Instituto para el fomento de la Educación Superior. Grupo de Evaluación de la Educación Superior.
Fundamentación conceptual y especificadores de prueba. ECAES. Comunicación de Información 2004.
38 GONCZI, Andrew (1998). Enfoques de educación y capacitación basada en competencia: la experiencia Australiana, En:
Formación basada en competencia laboral, Cinterfor/OIT p. 34 28 Ibíd. P. 120
Clara Ruth Vargas Amaya 21
se tiene poca conciencia. El interés es formar personas que tengan un saber hacer idóneo en el
mundo laboral y profesional, descuidándose aspectos como la convivencia y la solidaridad.
El concepto de competencia liderado por el MEN deja por fuera aspectos tan importantes como el
monitoreo de la propia actividad, la comprensión del sentido que tiene, de las razones para llevarlo a
cabo, de sus implicaciones éticas, sociales, económicas y políticas y la detección de oportunidades de
hacer lo que se sabe hacer.
Tobón4052, plantea alrededor de esta situación la siguiente cuestión y postura ¿son las competencias el
nuevo enfoque que la educación requiere? La educación tiene el reto de mejorar su calidad, pero
para ello es requisito indispensable ir más allá de asumir las competencias como un saber hacer en
contexto. En primer lugar, el saber hacer puede ser operacional y procedimental, mientras que la
racionalidad humana exige el saber entender, comprender, implicar hechos, prever y asumir
consecuencias. En segundo lugar, las competencias no sólo se deben referir a la actuación en
contexto, sino también a la transformación de éste. Finalmente, se requiere abordar las
competencias desde la actuación y no sólo desde el hacer. Acorde a esto, entonces, en una lógica
compleja de las competencias se trata de ir del hacer en contexto al actuar en contexto y del actuar
en contexto al crear en contexto, a partir de una interrelación con otras profesiones y disciplinas.
En éste sentido, se trata de poner en encuentro lo que Barnett 4153, nomina como dos visiones rivales
de la competencia: la académica (referida al dominio disciplinar), y la operacional (referida al
desempeño). Esto es similar a lo que Cortina 4254 llama el doble sentido del concepto de competencia
en dos campos semánticos, el laboral en cuanto a la eficacia y eficiencia en el trabajo, y el educativo,
en cuanto a la formación de sujetos críticos y autónomos. El encuentro propuesto es posible, en
tanto más allá de una mutua distancia de ambas nociones de competencia, se integren el saber, el
39 TOBON, T. Sergio (2004). Formación Basada en Competencias. Pensamiento complejo, diseño curricular y didáctica.
Bogotá: Ecoe Ediciones.
40 Ibíd., p.117
41 BARNETT, R. (1999). Op. cit. P.167.
42 CORTINA, A. (1990). Ética sin moral. Madrid – España: Editorial Tecnos. P. 126
6 Evaluación y sus Estrategias en Educación Superior
En síntesis, se puede afirmar que la evaluación por competencias laborales presenta una serie de
limitaciones tales como: la multiplicidad de tareas que se asignan y valoran, la mayoría de ellas
relacionadas con criterios de eficiencia y eficacia; la evaluación dependiente del grado en que el
evaluado satisface los propósitos institucionales de formación, lo que conlleva a la homogenización,
pues todos son calificados bajo los mismos criterios, indicadores y estándares (niveles de idoneidad y
suficiencia deseables); la concepción de la docencia como una función auxiliar e instrumental de las
organizaciones educativas, que puede perfeccionarse a través de cursos de capacitación; el uso de la
evaluación con efectos punitivos; la evaluación descontextualizada y distante de los actores que
participan en ella; la concepción de la evaluación como un fin en sí misma encaminada a controlar y
vigilar el desempeño unificado de profesionales, docentes, estudiantes; el empleo de la evaluación
para señalar resultados y adquirir recursos para los centros educativos. Según Santos Guerra 43, esta
43 Santos Guerra, M. A. “Evaluar es comprender. De la concepción técnica a la dimensión crítica”. En: Boggino, N. y
Avendaño, F. (Comp.). La escuela por dentro y el aprendizaje escolar. Bs. As: Ediciones HomoSapiens, 2000.
6 Evaluación y sus Estrategias en Educación Superior
Desde este enfoque, el evaluado es un catalizador de cambios, no se limita a ser un técnico del
modelo propuesto por la Institución, sino que contribuye a cualificarlo. Dado que fundamenta su
trabajo en la autorreflexión, la práctica diaria y la fundamentación de la acción deben formar un
todo. La formación que recibe de la institución en la que se encuentra vinculado es integrada, en
función de sus características y particularidades permitiéndole evolucionar, elaborar y adaptar su
desempeño. De esta manera el estudiante o el profesional se caracteriza por: centrar su atención en
la producción de conocimiento mediante la combinación de la reflexión y la práctica académica; ser
capaz de comprender el fenómeno educativo como la confluencia de perspectivas, motivaciones y
valoraciones e interpretar la educación como un proceso de interacción con el medio; desarrollar una
práctica situada, en relación directa con el contexto próximo y ser promotor del diálogo y el consenso
dentro del colectivo del cual participa. Es un colaborador frente a sus pares, es un apoyo dentro del
colectivo que conforma de tal manera que de manera conjunta cumple con unos propósitos
socialmente establecidos.
La evaluación por tanto, se centra en la cualificación permanente del desempeño a través del
fortalecimiento de la autonomía. Esta evaluación fomenta la investigación como recurso por
excelencia para la reflexión, la contextualización y la transformación de la realidad. La cual puede
adoptar múltiples formas y concepciones, que no es posible pensar sino de manera situada, es decir,
en relación con los actores concretos que participan en ella. Lo anterior, implica que la evaluación sea
una reflexión hacia dentro y hacia fuera, que supera la rendición de cuentas. La persona evaluada
conoce el deber ser frente al que será valorada su acción, para asegurar que existe transparencia y
equidad en la apreciación que se haga de ella. El evaluado participa en la determinación de ese deber
ser, para comprometer el interés del sujeto evaluado. La conceptualización de lo evaluado es
revisada, reflexionada y consensuada por un colectivo abierto en el que participan equipos de
trabajo.
Los mecanismos, periodicidad, instrumentos y aspectos evaluados, son particulares para cada
institución. La autoevaluación y la investigación acción cobran un papel fundamental. Tal como lo
establece Elliot4458, la investigación cobra sentido, como estudio de una situación social con el fin de
mejorar la calidad de la acción dentro de la misma. Desde este punto de vista, el desarrollo
profesional mediante la investigación se fundamenta en el supuesto de que los individuos son
autónomos y tienen la capacidad de desarrollar investigación sobre su propia experiencia práctica,
basada en la búsqueda de datos e informaciones que permitan la reflexión sobre los problemas de un
aprendizaje particular, su comprensión y su mejora.
44 ELLIOT, John (1990). La investigación acción en Educación. Madrid: Morata. P. 103
Clara Ruth Vargas Amaya 21
De otra parte, en la evaluación a través de competencias para el desarrollo profesional, los evaluados
se encuentran comprometidos en cambios que trascienden el ámbito del aula. De esta manera, la
institución educativa, se constituye en el centro del cambio, la unidad en la que operar para
promover una mejora sustancial de la enseñanza. Los resultados de esta evaluación son fundamento
para organizar la realidad, dominarla y garantizar los procesos de comunicación dentro del colectivo.
Fortalecen la conciencia de grupo, el reconocimiento social, así como la conciencia de persona y su
identidad. Se enmarca en la mejora continua, no sólo del estudiante, de un programa o de una
Institución sino de la calidad de la educación universitaria en relación con el mundo productivo.
Por lo tanto, esta concepción de evaluación para el desarrollo profesional aborda las competencias
desde la actuación más que desde el hacer, involucrando procesos de interacción consigo mismo y
con los otros. Supera el hacer en contexto, actuando y modificando el contexto, es decir, los
evaluados se encuentran comprometidos en cambios que trascienden el ámbito de las aulas,
permitiendo considerar el desarrollo profesional en diferentes niveles donde se aprovechan los
conocimientos propios, sin que ello impida la posibilidad de contar con la evaluación externa..
Por el contrario, la evaluación desde competencias para el desarrollo profesional, responde a una
concepción determinada de entender cómo una persona se forma y perfecciona. Es un proceso que
implica cuestionarse, no sólo por los resultados esperados, sino por la forma en que operan y se
6 Evaluación y sus Estrategias en Educación Superior
relacionan los diferentes actores; implica un sistema de evaluación capaz de reconocer los aspectos
susceptibles de mejora, que permita establecer temas que deben nuevamente ser evaluados, que
identifique las preguntas claves y se ubique el verdadero papel del análisis, la síntesis, el debate-
argumentación y la comunicación oral y escrita en el desarrollo de habilidades para el desempeño
cualificado en contextos específicos.
De acuerdo con Barnett4559, los procesos educativos no son estáticos y por tanto los actores que lo
conforman tampoco; se transforman a través del tiempo y se van haciendo diferentes a medida que
cambian el macro y el microcontexto y la misión de la Universidad. La evaluación a través de
competencias profesionales, es consistente con los planteamientos de autores como Parlett,
Hamilton, Guba quienes defienden el paradigma cualitativo centrado en la persona y en el
descubrimiento del significado, en los motivos y las intenciones que ella tiene. Su intención es
comprensiva, se orienta hacia el proceso enmarcado en unas especificidades a partir de cuya
singularidad no es posible establecer generalizaciones; el trabajo sobre los datos se hace desde la
interacción con ellos; no basa su validez ni su fiabilidad en la “objetividad” sino en la riqueza y
profundidad de sus descubrimientos.
Metodológica Establece la observación intencional, Implica una reflexión hacia dentro y hacia fuera,
la medición y la cuantificación con que supera la rendición de cuentas; reconoce
fines comparativos con el apoyo de que existen situaciones y problemas que no son
instrumentos estandarizados y posibles de avaluar únicamente bajo métodos
parametrizados. de medición estadística. En este sentido los
fenómenos humanos son mejor descritos,
Se fundamenta en modelos valorados y comprendidos por medio del
exclusivamente cuantitativos para la análisis cualitativo.
evaluación de conocimientos y
desempeños medibles. Concibe la realidad como subjetiva y dinámica
que se interpreta de acuerdo con el sujeto y
La evaluación se concentra en las con el contexto en el que se encuentra inmerso.
acciones y en los desempeños que se
Mecanismos, periodicidad e instrumentos son
adapten a los objetivos de formación
particulares para cada Institución;
predeterminados; en menor
corresponden en forma articulada con su
proporción se valoran aspectos de
modelo de enseñanza - aprendizaje.
carácter humano.
Capítulo 5.
Hacia una propuesta de modelo evaluativo
La evaluación concebida y ejercida con fines formativos
• Porque es un proceso de comprensión de lo que sucede con las pretensiones, con las
actuaciones, con las repercusiones.
• Porque permite establecer un diagnóstico de lo que sucede y abre pistas sobre la forma en
que puede solucionarse un problema o mejorarse una situación.
Justificación • Porque la evaluación es responsabilidad de todos, no sólo de los políticos o de los
gestores. Nace de todos y a todos se dirige.
¿Por qué?
• Porque produce una reflexión sistemática y rigurosa sobre la práctica de los profesionales.
• Porque la evaluación institucional permite afrontar las opiniones, reflexionar con rigor y
empeñarse en la mejora para servir a otras instituciones y a la sociedad en general
6 Evaluación y sus Estrategias en Educación Superior
Evalúan, todos los miembros que directa o indirectamente participan en el acto educativo.
• Evalúan los docentes, la tarea por ellos realizada y el aprendizaje de los estudiantes. Así
pueden reajustar sus decisiones y prácticas en beneficio del proceso.
• Evalúan los estudiantes, desde sus propias posibilidades, haciendo escuchar su voz sobre
Agentes del
las propuestas de los docentes, sobre su propio desempeño como estudiantes y como
Proceso
miembros de un grupo. Ellos evalúan sus logros y dificultades y pueden generar
¿Quiénes propuestas para superarlos.
evalúan? • Evalúa la comunidad para exigir al poder que ponga en marcha las exigencias de cambio
que ha descubierto la evaluación.
• Evalúan los administradores como apoyo indispensable que soporta y fomenta la
autoevaluación institucional, que crea y facilita los medios y las condiciones para que ésta
se realice.
Se evalúa:
• La implicación activa de los sujetos y la negociación entre las partes sobre el cómo, para
qué, por qué, para quienes, cuando y con qué. La negociación se da en varios niveles:
a) Entre evaluadores y evaluados
b) Entre los diferentes evaluados
c) Entre la sociedad y las instancias educativas
• La contextualización de cada situación, en atención a que cada situación es diferente,
dinámica, cruzada por relaciones interpersonales, por su propia cultura e historia.
• La flexibilidad, que conlleva a que de la evaluación vayan emergiendo situaciones,
condicionantes, exigencias justificadas que modifican los planteamientos iniciales.
Metodología • El empleo de múltiples evidencias y enfoques (exámenes, entrevistas, talleres, trabajos,
debates, portafolios, proyectos). La utilización de métodos diversos garantiza la validez de
¿Cómo se los conocimientos obtenidos en la evaluación.
• La atención a los valores, no solo a los conocimientos, habilidades y destrezas.
evalúa?
• ¿Cuáles son las concepciones de conocimiento y de aprendizaje que subyacen a las distintas
prácticas evaluativas?
• ¿Cómo integrar la evaluación con los procesos cotidianos de enseñanza-aprendizaje?
• ¿cómo poner en marcha un sistema de evaluación para la mejora del proceso de enseñanza, del
proceso de aprendizaje y el perfeccionamiento de la docencia?
• ¿Contribuye la evaluación por competencias al desarrollo personal y profesional de estudiantes,
docentes e instituciones? ¿Qué tipo de competencia sería la más adecuada para fomentar la
evaluación formativa y crítica?
• ¿Qué propuestas se pueden construir desde una mirada formativa y crítica de la evaluación?
• ¿Qué relación existe entre las políticas evaluativas y la administración educativa?
• ¿cuáles serían las condiciones esenciales que han de tenerse en cuenta para determinar una
evaluación integral de la calidad de la educación?
6 Evaluación y sus Estrategias en Educación Superior
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autor, AVALIAÇAO. Da excelência à RegulaÇao das Aprendizagens. Entre Duas Lógicas. Porto Alegre: Artmed Editora, 1999,
plantea actualmente a la evaluación “entre dos lógicas”: una evaluación al servicio de la selección, tradicionalmente
asociada en la escuela a la creación de “jerarquías de excelencia” (acreditación); y una evaluación al servicio de los
aprendizajes. Es importante diferenciar el concepto de acreditación del concepto de evaluación, aunque, en la práctica,
habitualmente se homologuen ambos conceptos. Díaz Barriga (1987) sostiene que: “La acreditación se relaciona con la
necesidad institucional de certificar los conocimientos; está referida a ciertos resultados de aprendizaje que a veces pueden
estar contemplados en los mismos objetivos de aprendizaje, pero que no dejan de ser cortes artificiales en el proceso de
aprendizaje de una persona.”
La evaluación requiere de la formulación de criterios, es decir, patrones desde donde se construirán juicios de valor. Tal vez sea
este uno de los mayores desafíos del ámbito de la evaluación, ya que esos criterios deben permitir obtener información
válida y confiable. Estamos hablando en este caso de los criterios explícitos de evaluación, aunque sin duda existen también
criterios implícitos.