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El precio de la lealtad.

La famila Montanaro… Juan Francisco Henarejos López

EL PRECIO DE LA LEALTAD. LA FAMILIA MONTANARO Y LA CIUDAD DE


CARTAGENA DURANTE LA GUERRA DE SUCESIÓN 1
Juan Francisco Henarejos López
Universidad de Murcia

INTRODUCCIÓN
El Reino de Murcia jugó un papel destacado en la Guerra de Sucesión. Tras finalizar el
conflicto es bien sabido como el propio monarca, Felipe V, otorgó la séptima corona de su
escudo sobre un león y una flor de lis. El lema “Priscas novissime exaltar et amor” dio constancia de
la lealtad borbónica mostrada. No obstante, 300 años después de la firma del Tratado de Utrech,
aún son muchas las luces y sombras de este conflicto que marcó toda la Modernidad Europea.
Esa división de la sociedad, algo que nos recuerda a unos de los episodios más trágicos de nuestra
historia reciente. Nadie discute el carácter de guerra civil que adquirió este conflicto. Por otro
lado, se pone en entredicho la lealtad Austracista y el posicionamiento en ambos bandos, hecho
bastante discutible. Al igual debemos tener en cuenta las dificultades que en términos militares,
tenía el Alto Mando español. En este sentido, además de combatir una guerra civil se rechazaba
una invasión extranjera 2. El enclave de Cartagena como ciudad portuaria se sitúa como un
ejemplo más que ilustra esa hegemonía comercial europea. Es evidente como manifiestan
diversos autores que la Guerra de Sucesión Española escondía bajo la máscara de un simple
conflicto dinástico, una encrucijada entre dos concepciones de Europa y de las relaciones
internacionales3. En este estudio se va a analizar el comportamiento de la oligarquía local de la
ciudad porturia de Cartagena, en especial la colonia de comerciantes extranjeros, a través de un
estudio de caso: la actuación de la familia Montanaro 4. Se pretende comprobar el grado de
compromiso y fidelidad hacia los dos bandos para superar las visiones en exceso reduccionistas
pues se comprobará cómo incluso dentro de una misma familia se apoyaban a bandos distintos.
La hipótesis que se baraja es que más que una convicción política a estos individuos de la élite
comercial de Cartagena les movía su propio interés.

EL PROGRESO DE LA FAMILIA MONTANARO


Durante el último tercio del siglo XVII la familia Montanaro se establece en Cartagena.
La elección de esta ciudad mediterránea viene promovida por la fructífera actividad comercial que
esta familia realizaba por el mediterráneo. Desde Génova se trasladan a la Cartagena. Juan

1 Este trabajo ha sido posible gracias al proyecto “Realidades familiares hispanas en conflicto: de la sociedad de los
linajes a la sociedad de los individuos. Siglos XVII-XIX, referencia: HAR2010-21325-C-05-01, del que es
investigador principal Francisco Chacón Jiménez; financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad.”
2 Así lo define en un trabajo clásico sobre la Guerra de Sucesión Charles Petrie en referencia a la magnitud que

adquiere este conflicto en términos europeos. En Charles PETRIE, “La Guerra de Sucesión y la Guerra de
Independencia”, Revista de Historia Militar, nº 6, 1960, p. 22.
3 Agustín JIMÉNEZ MORENO, “La búsqueda de la hegemonía marítima y comercial. La participación de Inglaterra

en la Guerra de Sucesión Española según la obra de Francisco de Castellví: Narraciones Históricas”, Revista de
Historia Moderna, nº 25, 2007, pp. 144-178.
4 Se han hecho diversos estudios en torno a la repercusión social de esta familia. El primero de ellos es el de Rubio

Paredes, en dónde manifestaba la repercusión social de la familia Montanaro en Cartagena.Véase José María RUBIO
PAREDES, Nicolás de Montanaro. Observaciones sobre antigüedades de Cartagena. Ed. Molegan, Cartagena, 1977.

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Bautista Montanaro será el patriarca de una familia de comerciantes acomodada y con muchas
ambiciones. Sus orígenes manifiestan que Juan Bautista procedía del patriciado genovés, donde
gozaba de gran poder e influencia. Se les podía considerar como la familia más destacada respecto
a la exportación de lana desde Cartagena 5. Sus miembros tenían buenas relaciones con Venecia y
Génova. Juan Bautista Montanaro fue hijo de Jaime Montanaro y Maonero, gobernador de Barazi
(Varese) y de Jerónima de Occa.
Cartagena se componía de un gran núcleo de extranjeros, muchos de ellos dedicados al
comercio. Ciudad que por su posición portuaria y la actividad comercial favorecerá el
afincamiento de este tipo de familias. Según datos del padrón vecinal de 1634, para la ciudad de
Cartagena se contabilizaban 1.174 vecinos de los que 85 tenían procedencia extranjera. 6 De ellos,
un 33% eran genoveses. Los Montanaro pertenecían a este sector.

Diagrama I. Genealogía de la Familia Montanaro.

Jaime Montanaro y
Jerónima Maonero (Gobernador
de de Varese-Génova)
Occa
16__?

Mª Septimia Juan Bautista


Aurelia Ansaldo Mª Ana Montanaro
Leonardís Concepción Verona de Occa
Montenegro

167_?
1679
1698
1702

Nicolás Antonio Mª Montanaro Jose María Juan Agustín Juan Rosalía Jerónima
Montanaro y Leonardíz (I Marqués Montanaro Montanaro Montanaro Montanaro Montanaro
Ansaldo de Montanaro) 1685 1690 1699 1700 1701

Fuente: Elaboración propia.

Los respectivos matrimonios que contrató Juan Bautista Montanaro muestran diversas
estrategias matrimoniales, así como el carácter endogámico de los mismos. Todas las contrayentes
pertenecían a familias adineradas de comerciantes y la mayoría de origen genovés. Su último
enlace con María Concepción Montenegro Corvari Imperial Preve le rentará grandes beneficios.
En calidad de dote y arras propternupcias obtendrá bienes valorados en 10.000 ducados. 7Pese a
que las circunstancias favorecían al crecimiento de esta familia, no estuvieron exentos de
problemas durante el siglo XVII. El más destacado data de febrero de 1684 por un navío
procedente de Génova, que fue interceptado por navíos de guerra franceses 8. Juan Bautista
Montanaro recurrió al Concejo de la ciudad, sobre las graves pérdidas que les había provocado

5 En la ciudad de Cartagena el crecimiento comercial que se intensificó entre 1560 y 1630, a pesar de que el alumbre

y la lana experimentaron la imposición de derechos fiscales desde 1558, pues su demanda fue capaz de sostener una
exportación creciente. Es por tanto donde la familia Montanaro obtiene una coyuntura favorable a sus intereses. En
Vicente MONTOJO MONTOJO, Cartagena en la época de Carlos V, Academia Alfonso X el Sabio, Murcia, 1987.
6 Francisco VELASCO HERNÁNDEZ, “La colonia extranjera de Cartagena en los siglos XVI y XVII: Poder

económico y arraigo social”, en I Coloquio internacional Los extranjeros en la España Moderna, Tomo I, Málaga, 2003, p.
683.
7 Federico MAESTRE- DE SAN JUAN PELEGRÍN, “La Aristocracia de Cartagena en el siglo XVIII”, en

Murgetana, nº 125, Murcia, 2011, p. 113.


8 Archivo Municipal de Cartagena (En adelante AMC), Actas Capitulares, 1684-1695, Cabildo 26-3-1684, fs. 23 r.-24

r.

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este revés. La reacción causa-efecto fue inmediata. En ese mismo año, Juan Bautista Montanaro
solicitó a la ciudad de Cartagena, una Jarcia con víveres, ropajes y demás intendencia destinada a
los ejércitos de Cataluña 9. Es posible que todo ello hiciese que Juan Bautista Montanaro y su Hijo
Antonio María, se volviesen más afines a la causa Austracista y pasasen a ser parte de ese grupo
de “conspiradores”. El pretendiente francés podría afectar a sus intereses comerciales y como les
ocurrió a otros muchos pertenecientes a esa burguesía emergente, el navegar a contracorriente
podría ser algo beneficioso. Es el momento clave cuando comienza de forma activa a participar
en el conflicto bélico que se avecinaba y a manejar el mejor recurso que esta familia poseía: el
dinero.
Por otra parte, Nicolás Montanaro será afín a la causa borbónica. Así lo demuestra en la
contienda mediante la financiación de tropas. Es muy significativa la situación en que se
encuentra esta familia, fragmentada por la Guerra, pero dentro de una perfecta armonía. Las
operaciones realizadas por los Montanaro no solo serán de índole local, sino provincial e incluso
internacional. El apoyo logístico que realizan será clave en diferentes operaciones en Alicante,
Orihuela, Cartagena y Barcelona. Al tiempo, Juan Bautista Montanaro de convierte en prestamista
y acreedor de la ciudad de Orihuela, financiando y obteniendo gran beneficio por su apoyo en la
sombra a las tropas del Archiduque Carlos. A través del estudio del ciclo vital de esta familia
podemos obtener distintas lecturas. Los Montanaro se posicionarán en ambos lados, padre y
primogénito del lado Austracista e hijo segundo de la parte Borbónica. El Archiduque Carlos
compensara con honores el servicio prestado en la contienda, con la posibilidad de legar un título
nobiliario y un mayorazgo a su familia. Por otro lado, Nicolás Montanaro se convertirá en regidor
perpetuo de la ciudad de Cartagena por su fidelidad a la causa Borbónica, obteniendo la
consolidación familiar deseada en la ciudad de Cartagena. La dinámina familiar, se verá
condicionada tras el legado obtenido en esta época. El mayor legado a sus herederos será las
mercedes borbónicas y austracistas tras la firma de los tratados de Utrecht y Rastald.

LA CIUDAD DE CARTAGENA COMO FOCO DE CONFLICTO


En su participación en la guerra de Sucesión, Cartagena no entrará en un primer plano
hasta 1706. En diciembre de 1700 las calles de Cartagena fueron recorridas por una comitiva
municipal, que anunciaba la muerte de S. M. el rey Carlos II, acaecida el 1 de noviembre de 1700.
El pueblo esperaba conocer la persona en quién recaería en máximo poder español. Cartagena
recibe al Duque de Veragua quien decide comenzar a reclutar efectivos y conducirlos a Sicilia 10.
La proclamación de Felipe V en esta ciudad castellana era un hecho inminente.
Los comerciantes franceses afincados en esta ciudad ven muy provechosa la unión
franco-española Juan Bautista y su primogénito, Antonio María Montanaro, se suman
rápidamente a la causa Austracista. Antonio María envía ayuda a la resistencia de Alicante,
asediada por tropas borbónicas, 150 fanegas de trigo y otras 60 reducidas a harina. Aunque lo
más significativo es que el siguiente hijo de Juan Bautista Montanaro, Nicolás, se posiciona a
favor de la causa borbónica; realiza la misma labor que su padre y hermano, pero posicionado
con el bando contrario.
La trascendental batalla de Almansa 11 el 25 de abril de 1707 y a consecuencia de esta, el
bloqueo de tropas que marchaban a Andalucía, como un punto de inflexión decisivo en la

9 AMC, Petición de Juan Bautista Montanaro a la Ciudad de Cartagena para remitir en una Jarcia surta en su puerto,
paños para vestir a la gente de Guerra y cebada para los ejércitos de Cataluña, 1684, CH02289, 00015.
10 María Dolores COTALLO DE ARANGUREN, Cartagena y el primer Borbón de España. Guerra de Sucesión (1700-

1715), Servicio de Publicaciones de la Diputación Provincial, Murcia, 1982, pp. 37 y 38.


11 Sobre esta batalla existen diversos trabajos que analizan la trascendencia en esta batalla en el desarrollo de la

Guerra de Sucesión. Véase Francisco GARCÍA GONZÁLEZ, La Guerra de Sucesión en España y la Batalla de Almansa,
Sílex, 2009; Germán GARCÍA SEGURA, “Almansa (1707): La nueva infantería española en acción”, Revista de

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victoria borbónica. Previa a esta decisiva batalla, ocurrieron otros acontecimientos que pasaron
más desapercibidos. De este modo, un año antes, Cartagena proclamaba de forma popular al
Archiduque Carlos de Austria como rey de las Españas, el 24 de junio de 1706. Esta
excepcionalidad existente en proclamar rey al candidato de los Austrias en una ciudad castellana
es un hecho relevante, pero no único. Oligarquías urbanas, burguesía y sectores nobles
compartían estas aspiraciones políticas y dinásticas, como ocurría en una u otra medida, en otras
ciudades del Reino 12.

Mapa1: Puerto de Cartagena, Anónimo.

Fuente: Archivo General de Simancas. MPD XXVI-65, Guerra y Marina, Leg. 2338.

En su participación en la guerra de Sucesión, Cartagena no entrará en un primer plano


hasta 1706. En diciembre de 1700 las calles de Cartagena fueron recorridas por una comitiva
municipal, que anunciaba la muerte de S. M. el rey Carlos II, acaecida el 1 de noviembre de 1700.
El pueblo esperaba conocer la persona en quién recaería en máximo poder español. Cartagena
recibe al Duque de Veragua quien decide comenzar a reclutar efectivos y conducirlos a Sicilia 13.
La proclamación de Felipe V en esta ciudad castellana era un hecho inminente. Los comerciantes
franceses afincados en esta ciudad ven muy provechosa la unión franco-española Juan Bautista y
su primogénito, Antonio María Montanaro, se suman rápidamente a la causa Austracista. Antonio
María envía ayuda a la resistencia de Alicante, asediada por tropas borbónicas, 150 fanegas de
trigo y otras 60 reducidas a harina. Aunque lo más significativo es que el siguiente hijo de Juan
Bautista Montanaro, Nicolás, se posiciona a favor de la causa borbónica; realiza la misma labor
que su padre y hermano, pero posicionado con el bando contrario.

Historia Militar, nº 51, 2007, pp. 245-281; Josep M TORRAS I RIBÉ, “Catalunya després de la Batalla d´Almansa: Els
desastres de la Guerra contra la població civil (1707-1711)”, Pedralbes, nº 24, 2004, 311-334, entre otros.
12 Uno de los mayores especialistas en esta cuestión es Muñoz Rodríguez, quien ha planteando la problemática

existente en el Reino de Murcia durante la Guerra de Sucesión: Julio D., MUÑOZ RODRIGUEZ, Felipe V y cien mil
murcianos. Movilización social y cambio político en la Corona de Castilla durante la Guerra de Sucesión, Universidad de Murcia,
Tesis doctoral, 2010.
13 María Dolores COTALLO DE ARANGUREN, Cartagena y el primer Borbón de España. Guerra de Sucesión (1700-

1715), Servicio de Publicaciones de la Diputación Provincial, Murcia, 1982, pp. 37 y 38.

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Mapa 2: Actividad desarrollada por la Familia Montanaro durante la Guerra de Sucesión.

Fuente: Elaboración propia.

El conflicto bélico llega directamente a Cartagena en los primeros meses de 1706, cuando
se conoce la presencia de fuerzas navales inglesas en el Mediterráneo. Fue en el mes de junio,
cuando son avistadas doblando el Cabo de Palos. Desde Murcia acuden tropas para atacar el
puerto de Cartagena. Pero la traición del conde de Santa Cruz de Los Manueles, cuadralbo de las
galeras de Felipe V, posibilitó que el día 24 de junio de 1706, las tropas austriacas, italianas e
inglesas, al mando del Duque de Peterborough y el almirante Leake, hicieran su entrada en
Cartagena. Montanaro, al igual que su primogénito, apoyan de forma activa la entrada de estos
contingentes. Los invasores reforzaron el sistema defensivo del puerto cartagenero con la
fortificación de la Puerta de San José, la construcción de la torre de San Julián y la instalación de
baterías en Los Picachos y el Cabezo de los Moros. Cuando el curso de la guerra parecía
favorecer a los aliados, Luis XIV envió un cuerpo expedicionario bajo el mando del Duque de
Berwick, cuya intervención resultó determinante. El Duque de Berwick, acude en ayuda del
obispo Belluga y marcha sobre Cartagena, venciendo en la batalla del Albujón. El conde de Santa
Cruz de los Manueles, huye en dos galeras que, hasta ese momento, defendían la entrada del
puerto.
La conquista de Cartagena por Berwick sucedió el día 19 de noviembre de 1706. Liberada
la ciudad de Cartagena de fuerzas Austracistas, comienzan días amargos y trágicos de saqueos y
caos. Primero, por los partidarios del Archiduque Carlos y, posteriormente, por las tropas

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borbónicas. Pese a las fortificaciones llevadas a cabo en esta ciudad, en ningún momento
Cartagena se convirtió en un bastión que ofreciese resistencia 14.

VICTORIA Y EXILIO TRAS LA GUERRA DE SUCESIÓN: LA CONTINUIDAD DE


LOS MONTANARO
Tras la participación de Antonio María en la Guerra de Sucesión del lado austracista, éste
se establece de forma permanente en Viena 15, formando parte del séquito personal del
Archiduque Carlos. El hijo de este último matrimonio, Agustín María Montanaro, heredará el
título de Marqués de Montanaro, como hemos comprobado en su testamento 16. La tensión entre
descendientes del mismo Antonio María Montanaro derivó en un largo pleito 17, no solo por la
herencia del título, sino por la posesión del mayorazgo fundado por Juan Bautista Montanaro. El
mayorazgo fue heredado por José Juan Montanaro y Aguado, último poseedor del mismo entre
1759 y 1764. Tal y como indicábamos, la familia Montanaro, de procedencia genovesa, se
establece en la ciudad de Cartagena a mediados del siglo XVII. Juan Bautista Montanaro como
principal cabeza de familia, pronto comienza a establecer relaciones siguiendo la estrategia de
alianzas matrimoniales. En torno a la concesión del título de Marqués de Montanaro existen
ciertas controversias y contradicciones. Por una parte, el titulo de Marqués de Montanaro se le
atribuye a Antonio Mª Montanaro Leonardíz, por su apoyo y compensación durante la Guerra de
Sucesión. Montanaro tuvo una gran implicación y entrega a favor de la escuadra angloholandesa
en Cartagena en apoyo y proclamación del archiduque como rey. Este título se concedió por el
mismismo Archiduque Carlos de Austria, el 31 de marzo de 1708. De forma inicial se le otorgó el
título de Marqués de Huércal-Overa, señor de los Alcázares y sus aljibes, que tras la entronización
borbónica se cambio por el de Marqués de Montanaro.
“El Archiduque Carlos de Austria me tiene hecha merced del título de Castilla, Marqués de Huercavera
(Huércal-Overa).” 18
El final de la guerra afectó de forma notable a su patrimonio, ya que sufrió diversas
expropiaciones por una finca situada en Almoradí tras la ocupación borbónica de la zona de
Orihuela. La explicación fue su condición de austracista, así como de acreedor y prestamista del
Ayuntamiento de Orihuela 19. Con el acceso de los Borbones, Juan Bautista Montanaro se exilió a
Barcelona; previamente había fundado un mayorazgo. Testó a favor de la amplia familia que
poseía, falleciendo allí en 1710. Existe abundante información en el Archivo Histórico Nacional 20
en torno a su marcha a Barcelona pero que no termina de esclarecer la concesión del título. Lo
que si conocemos es que la familia Montanaro, mediante méritos militares, consiguió la concesión
de mayorazgo y un título nobiliario que incrementó más su poder. Nicolás Montanaro, fiel a la
causa borbónica, permaneció en Cartagena, convirtiéndose en regidor perpetuo de la misma. La
repercusión social de la Guerra de Sucesión en esta familia fue su perpetuación en el levante
mediterráneo y la conservación de los dominios adquiridos durante el conflicto.

14 Así se pone de manifiesto en diversa correspondencia que llega desde Madrid, en la que exigen que se defienda la
ciudad de Cartagena con una mayor firmeza, dada su importancia geoestratégica. AMC, Misivas desde Madrid a la
Ciudad de Cartagena, Extrañándose que esta ciudad no haya hecho demostración alguna para la defensa de esta
plaza, confiando en que más adelante lo haya con mayor celo y firmeza, 1709, CH 02194, 00001.
15 Archivo Histórico Nacional (En adelante AHN), CONSEJOS, 5240, Exp. 34.
16 Archivo General de la Región de Murcia (En adelante AGRM), Protocolo Notarial 4916, referencia al testamento

de Agustín María Montanaro, Marqués de Montanaro.


17 AHN, Sec. Consejo de Castilla, Leg. 31.594, Nº 3.
18 AMC, Expediente de Hidalguía instruido a favor de Pedro Montanaro, CH00341 00007, Año 1784. Fragmento

perteneciente a la copia del testamento de Juan Bautista Montanaro, fechado a 5 de agosto de 1710. p. 13.
19 Vicente MONTOJO MONTOJO, “Confiscaciones de bienes en Orihuela desde Murcia durante la Guerra de

Sucesión”, Murgetana, nº 21, Murcia, 2009, p.125.


20 Archivo Histórico Nacional, Consejo de Castilla, Leg. 31594, Nº3.

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La monarquía borbónica eligió a Cartagena como base naval para la defensa de los
intereses españoles en el Mediterráneo, los que durante el siglo XVIII fueron múltiples, dado el
continuo estado de lucha contra la piratería berberisca, la situación de frontera marítima contra
los norteafricanos y la necesidad constante de fortificación, avituallamiento y dotación de tropas a
los presidios allí establecidos, las reiteradas guerras contra los ingleses o las periódicas
expediciones que tenían a nuestra ciudad como base de partida o de apoyo, así las de las
conquistas de reinos en Italia para los hijos de Isabel de Farnesio o las expediciones a Argel (1775
y 1783) 21.

CONCLUSIONES
A modo de conclusión, el estudio de la Familia Montanaro nos ha permitido conocer
mejor el estudio de una etapa más de la Guerra de Sucesión en el frente mediterráneo y el como
una familia de comerciantes genoveses llega a ser tan decisiva en este conflicto. El caso de los
Montanaro es un perfecto ejemplo de cómo la participación en la Guerra de Sucesión condicionó
las estructuras de poder local a finales del Antiguo Régimen. La concesión de títulos y bienes será
resultado de la lealtad mostrada, así como de la participación activa en el conflicto. El
posicionamiento de diversos miembros de esa familia en la causa Austracista y la causa Borbónica
permitirá la perpetuación de esta familia en Murcia y Cartagena durante todo el Antiguo Régimen.
La familia se superpone a la lealtad monárquica, buscando el único objetivo de su perpetuación.

21Federico MAESTRE DE SAN JUAN PELEGRIN, “La aristocracia en Cartagena en el siglo XVIII”, Murgetana, nº
125, 2011, p. 114.

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