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La inclusión financiera se define como el acceso al uso de

servicios financieros formales bajo una regulación apropiada


que garantice esquemas de protección a las personas
usuarias y promueva la educación financiera para mejorar la
capacidad financiera de todos los segmentos de la población.
De acuerdo con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores
(CNBV), la inclusión financiera, a través del acceso al uso de
servicios y productos financieros, ha sido una herramienta para
que la población pueda obtener recursos, satisfacer sus
necesidades financieras y expandir sus posibilidades de
consumo; así como para que las empresas puedan incrementar
sus capacidades de financiamiento y administración financiera,
que trasciendan en una mayor productividad.
De acuerdo con un análisis realizado a diversos estudios que han
mostrado y demostrado los efectos positivos de la inclusión
financiera, se han identificado cinco impactos directos de la
inclusión financiera en la población, tales como resiliencia
financiera, aprovechamiento de oportunidades, inversión de
activos, incremento del bienestar social y empoderamiento de
las mujeres; los cuales contribuyen a lograr una mejor salud
financiera tanto de la población como de las empresas.
Asimismo, se han detectado algunos efectos indirectos en la
población a niveles micro y macroeconómicos como son
crecimiento económico, disminución de la corrupción e
informalidad, y ahorros en el gobierno (CNBV, 2020, Impactos de
la inclusión financiera).

También la Inclusión Financiera propicia menor pobreza y


desigualdad entre de la población. El acceso al crédito
permite que las personas y hogares adquieran patrimonio —
como una casa o un vehículo— o bienes duraderos; que
emprendan alguna actividad productiva que genere
ingresos; que estén financieramente protegidas ante
emergencias o imprevistos, y que cuenten con los
recursos suficientes para vivir tranquilas durante su
jubilación. Además, en el caso de las empresas, las
acerca a mejores posibilidades de crecimiento al
permitirles comprar maquinaria, invertir en
inventario y mejorar sus instalaciones, entre otros beneficios.
La Inclusión Financiera se define como el acceso al uso de
productos y servicios financieros formales bajo una regulación
apropiada que garantice esquemas de protección a las personas
usuarias y promueva la educación financiera para mejorar la
capacidad financiera de todos los segmentos de la población
Una persona será incluida financieramente cuando tenga acceso
al menos a un servicio financiero formal (de instituciones
reguladas) de manera transparente (protección a las personas
usuarias), a la vez que tenga la posibilidad de adquirir la
habilidad de seleccionar los productos y los servicios que más le
convengan (educación financiera). La Inclusión Financiera es un
importante mecanismo que permite incrementar el bienestar
de la población, al poder desplazar los flujos de ingreso y
consumo por medio del ahorro y el crédito, así como la
acumulación de activos y la creación de un fondo para la
vejez.
Solamente 57 millones de personas de 18 a 70 años (68%) tienen
al menos un producto financiero, lo que representa sólo 3
millones más de personas con respecto a 2018. En el mismo
sentido, solo el 49 por ciento de la población adulta en México
tiene una cuenta en un banco o institución financiera. (CNBV-
INEGI, 2021, Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2021).

Una mayor Inclusión Financiera es de interés para


todos los agentes que se desempeñan en el sector
financiero. Pero para alcanzar este fin, es necesario
que los intermediarios públicos, privados y sociales
se den a la tarea de proporcionar las bases de
Educación Financiera para que las personas
usuarias busquen y utilicen acertadamente los
productos y servicios que les resulten más convenientes o se
ajusten a sus necesidades.
La Educación Financiera es un elemento clave para la Inclusión
Financiera, que permite hacer un uso eficiente y consciente de
los productos y servicios financieros. Cuando las personas tienen
acceso al sistema financiero tienen mayores oportunidades de
escoger las opciones que favorezcan su desarrollo, como invertir
en su educación, en un negocio, en su salud o ahorrar para su
retiro.
Las políticas y programas de Inclusión Financiera giran,
principalmente, en torno a cuatro pilares: acceso, uso, protección
a las personas usuarias y Educación Económico-Financiera.

Estos cuatro pilares deben sustentarse en datos precisos,


objetivos y oportunos, para lograr los resultados esperados. Esto
implica que debe existir una adecuada medición para, en
primera instancia, tener un diagnóstico y, posteriormente,
evaluar el impacto de las acciones emprendidas y, en su caso,
hacer los cambios necesarios y lograr el objeto de dichas
acciones. De ahí, la importancia de contar con indicadores que
permitan medir los avances que se van obteniendo.
Frecuentemente el concepto “bancarización” es utilizado para
hacer referencia a la incorporación al sistema financiero de
personas en situaciones de vulnerabilidad, como personas de
escasos recursos o trabajadoras en el sector informal, que
tradicionalmente han sido desatendidos por la banca; sin
embargo, esta bancarización puede ser tanto a través de la
banca comercial, como a través de otras instituciones financieras
no bancarias reguladas, como la banca de desarrollo o las
entidades de ahorro y crédito popular, por lo que se ha tendido a
utilizar el término Inclusión Financiera en su lugar.
La CNBV y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI),
desde el año 2012 llevan a cabo, cada tres años, la Encuesta
Nacional de Inclusión Financiera (ENIF). Esta encuesta está
enfocada en la medición del acceso, uso y barreras de productos
y servicios financieros, uso y destino de instrumentos financieros
informales; uso de pagos digitales, recepción de remesas,
posesión de activos, conocimientos, comportamientos y
actitudes financieras, entre otros temas de la población adulta en
México.
Con los resultados obtenidos de las ediciones de la ENIF, ha sido
posible generar un diagnóstico robusto sobre la situación del
país en materia de Inclusión Financiera, así como identificar las
principales barreras y problemas que obstaculizan que las
personas se beneficien del sistema financiero formal. A partir de
este, se pudo formular la Política Nacional de Inclusión
Financiera (PNIF) de 2016 y, posteriormente, actualizarla en el
2020.
Dicho diagnóstico fue la base para la PNIF 2020, la cual por
primera vez consideró un proceso consultivo y de apropiación
entre personas relevantes del sector financiero público y privado,
academia, personas expertas y organismos internacionales. Su
objetivo general es fortalecer la salud financiera de la población
mexicana, a través del incremento en el acceso y uso eficiente
del sistema financiero, del desarrollo de las competencias
económico-financieras, y del empoderamiento de la persona
usuaria.
La PNIF 2020 contiene una estrategia transversal que busca
generar información e investigación para identificar las barreras
y áreas de oportunidad en la Inclusión Financiera de la población,
siendo una de sus principales herramientas la ENIF. Asimismo,
cuenta con seis objetivos, donde cada uno de los cuales
despliega estrategias y líneas de acción para impulsar la
inclusión y las competencias económico-financieras, así como la
protección al usuario de productos y servicios financieros en
México.
Para cada uno de estos objetivos se establecieron indicadores y
metas para monitorear y evaluar el desarrollo e implementación
de la PNIF. Adicionalmente, para cada estrategia se
establecieron indicadores de seguimiento, los cuales servirán
para monitorear la evolución de la Inclusión Financiera en el país.
Estos indicadores de seguimiento, medidos a través de la ENIF,
son los siguientes:

Fuente: PNIF 2020, solo se reportan los indicadores de los


objetivos, medidos a través de la ENIF.
pP= puntos porcentuales

Es evidente que la Inclusión Financiera es un elemento clave


para reducir la pobreza e impulsar la prosperidad económica y
social del país. Por ello, es importante fortalecer la
infraestructura, física o digital para facilitar el acceso y provisión
de productos y servicios financieros.
Los canales tradicionales (sucursales y cajeros automáticos) son
insuficientes para lograr una cobertura de todo el territorio
mexicano, dados los costos asociados a ello; sin embargo, la
regulación permite modelos de negocio más rentables como son
los corresponsales (tiendas de conveniencia, farmacias o de
servicios), dan la posibilidad de realizar pagos, retirar efectivo o
abrir una cuenta, entre otros.
México presenta un reto en materia de infraestructura
tecnológica para lograr conectividad en la totalidad del territorio
del país, principalmente en las zonas rurales, donde, de acuerdo
con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de
Tecnologías de la Información en los Hogares (ENDUTIH) 2020,
solamente 37% de los hogares del país en localidades rurales
cuentan con servicios de internet.
Por lo tanto, es necesario compartir recursos para lograr no solo
conectividad en todas las comunidades del país, sino también
provisión de servicios financieros a través de modelos de negocio
donde varias instituciones compartan los costos operativos y
financieros involucrados.
En México es un reto en materia de infraestructura tecnológica,
lograr conectividad en la totalidad del territorio nacional,
principalmente en las zonas rurales.
Dados los avances tecnológicos y las brechas generacionales, el
uso de servicios financieros digitales va tomando relevancia y los
proveedores van migrando a ofrecer servicios tales como la
banca electrónica, que ha permitido que se puedan llegar a
realizar algunas operaciones financieras a través de los celulares
o computadoras. Por ello, se vislumbra que en un futuro los
servicios y productos financieros se ofrezcan cada vez más a
través de canales diferentes a los tradicionales. Conforme a la
ENIF 2021, más de la mitad de las personas con cuenta realiza sus
operaciones, como consultas de saldo o transferencias, a través
de la aplicación móvil.
A continuación, se presenta un panorama sobre la Inclusión
Financiera de México.
En cuanto a la infraestructura, al cierre de septiembre de 2021,
había 15 mil 779 sucursales, una disminución del 6.5 por ciento
con respecto al cierre de 2019. Un total de 60 mil 294 cajeros
automáticos, con un incremento del 4.0 por ciento con respecto
al cierre 2019. En la captación de cuentas, se incrementó en un
2.2 por ciento, en relación con el cierre de 2019 para alcanzar la
cifra de 107 millones 204 mil 770 cuentas, los créditos
incrementaron en un 4.1 por ciento con lo cual se sitúan en una
cartera de 54 millones 296 mil 536 contratos.
Es importante que los esfuerzos en promover mayor acceso y
uso de servicios financieros vayan acompañados de
una regulación que garantice que los proveedores de
servicios proporcionen un trato justo y un servicio de
calidad a sus usuarias y usuarios, que facilite la toma decisiones
informadas sobre sus recursos financieros.

Tomando como base la información de sucursales registradas al


cierre de septiembre de 2021, la cobertura municipal fue de 50.2
por ciento, con una cobertura demográfica de 92.4 por ciento.
Mientras que, para el caso de cajeros automáticos, la cobertura
municipal fue de 59.9 por ciento, con una cobertura demográfica
de 95.3 por ciento. Para los corresponsales registrados se tuvo
una cobertura municipal de 74.2 por ciento, con una cobertura
demográfica de 97.7 por ciento. Por lo que, la cobertura
municipal del país con al menos un punto de acceso (sucursal,
cajero automático y corresponsal) al cierre de septiembre de 2021
fue de 78.4 por ciento.

Cobertura municipal de los puntos de acceso físicos (sucursal,


cajero automático o corresponsal)
Fuente: CNBV, mes de septiembre 2021

Particularmente, la Ciudad de México fue la entidad con el mayor


número de sucursales, con 1,793; por su parte, el municipio con
más sucursales fue Guadalajara con 369.
De acuerdo con el Panorama Anual de Inclusión Financiera 2021,
el 82.7 por ciento de la población adulta habita en localidades
con más de 20 habitantes que se encuentran a menos de 2 km
de un punto de acceso. Esta proporción crece a 88.6 por ciento al
considerar un radio de 4 km y 94.2 por ciento, si el radio se
amplía a 7 km. La cobertura municipal con al menos un punto de
acceso fue de 77.6 por ciento para el cierre de 2020.
En específico, el porcentaje de la población con acceso a al
menos a una sucursal a una distancia de 4 kilómetros, en
promedio, fue de 77.0 por ciento y el del acceso de localidades
con más de 20 habitantes del 19.6 por ciento. El porcentaje de la
población con acceso a al menos a un cajero automático a una
distancia de 4 kilómetros, en promedio, fue de 80.4 por ciento y
el del acceso de localidades con más de 20 habitantes del 25.0
por ciento. Finalmente, el porcentaje de la población con acceso
a al menos a un corresponsal a una distancia de 4 kilómetros, en
promedio, fue de 87.5 por ciento y el del acceso de localidades
con más de 20 habitantes del 41.2 por ciento.
De acuerdo con los resultados de la ENIF 2021, respecto a la
tenencia de productos financieros, se obtuvo que el 78 por ciento
de la población adulta del país cuenta o ha contado con al
menos uno de los cuatro instrumentos financieros, como son
cuenta, crédito, seguro o cuenta de ahorro para el retiro, lo que
representa un crecimiento de 2 puntos porcentuales (pp) con
respecto a lo reportado en 2018. La población que cuenta
actualmente con un producto financiero se ha ubicado en 68 por
ciento desde el 2015, lo que sugiere que el porcentaje de la
población potencialmente activaen el sistema financiero se ha
mantenido estable en los últimos años.

De manera particular, alrededor de 49 por ciento de la población


reportó tener al menos una cuenta, lo que representa un
crecimiento de 5 pp con respecto a 2015. Alrededor del 65 por
ciento de la población ha reportado tener o haber tenido una
cuenta, mayor al 59 por ciento reportado en 2018.
La penetración del crédito formal se ha incrementado de 29 por
ciento en 2015 a 33 por ciento en 2021. La población que tiene o
ha tenido al menos un crédito formal se ubicó en 47 por ciento
en 2021, mayor en 4 pp a lo reportado en 2015 y 3 pp más a lo
reportado en 2018. Entre los productos de crédito formal, el más
común son las tarjetas de crédito departamentales,
representando el 20 por ciento de la totalidad del crédito formal.

Por otro lado, en 2021, la población que ha tenido seguro en


algún momento se ubicó en 32 por ciento, cifra menor a la
reportada en 2018 y menor a la reportada en 2015. Solo 21 por
ciento de la población reportó tener un seguro al momento del
último levantamiento de la ENIF, porcentaje 4 pp menor al
reportado en 2018 y en 2015.
Respecto a las cuentas de ahorro para el retiro o Afores, que son
cuentas individuales a las cuales contribuye la persona
trabajadora, el patrón y el Gobierno Federal, donde los recursos
se van acumulando a lo largo de la vida laboral, y le dan derecho
a la persona trabajadora a una pensión al momento de su retiro,
se obtuvo que el 39 por ciento de la población adulta reportó
tener una de ellas. Este porcentaje fue marginalmente menor al
reportado en 2018.

Un sistema financiero no puede operar de forma eficiente sin la


confianza de su población usuaria, puesto que si las personas
perciben que sus recursos no están seguros o que las
instituciones financieras no velan por sus intereses, estarán
menos dispuestas a participar en el sistema financiero a través
de la contratación de productos o de la utilización de sus canales
de acceso físicos o digitales.
Una forma de fortalecer la confianza en las instituciones
financieras es a través del establecimiento de políticas para la
protección de la población usuaria. Esto incluye medidas como
establecer canales adecuados para recibir y resolver quejas y
reclamaciones en caso de problemas con productos e
instituciones financieras, así como mecanismos como el seguro
de depósito, que protege los ahorros de la población usuaria en
caso de cierre o quiebra de una institución.
Por ello, la ENIF 2021 incluyó preguntas relacionadas con el nivel
de confianza por parte de la población en las instituciones
financieras resultando que 65 por ciento de la población con al
menos un producto financiero considera que su dinero estaría
seguro en un banco o cualquier otra institución financiera. Este
porcentaje es incluso menor al preguntar si considera que la
institución resguardaría sus datos personales (61 por ciento) o si
la institución resolvería sus quejas y reclamaciones (56 por
ciento).

Con relación a medios de pago, gracias a la ENIF 2021, se pudo


notar que, aunque la mayor parte de la población usa de forma
recurrente el efectivo para realizar compras y pagos de servicios,
con instituciones financieras o incluso negocios, otros medios
están siendo utilizados para realizar estas acciones, como son las
tarjetas de crédito y débito.
Durante el periodo de 2018 a 2021, la población que tiene una
tarjeta de débito o crédito se incrementó. En particular, el
porcentaje de la población adulta con una tarjeta de crédito,
bancaria o departamental, se incrementó únicamente en un
punto porcentual para ubicarse en 25 por ciento, la proporción
que cuenta con al menos una tarjeta de débito se incrementó en
12 pp, alcanzando el 46 por ciento.

De igual manera, para 2021, los medios digitales también han


ganado terreno, particularmente, dentro de los medios de pago
en supermercados, tiendas departamentales y en pagos de
servicios públicos y privados.

En referencia a los comportamientos financieros, los cuales se


refieren a las acciones que toman las personas al momento de
manejar sus recursos financieros y que pueden estar
relacionados con la forma en que las personas controlan sus
gastos, adquieren información sobre los productos que
consumen y la forma en que responden a choques financieros,
los resultados de la ENIF 2021 sugieren que estos
comportamientos no están tan ampliamente extendidos entre la
población del país. Solo 2 de cada 10 personas reportaron que
llevan un presupuesto, 4 de cada 10 llevan un registro de sus
deudas pendientes y el 50 por ciento dijo separar su dinero entre
deudas y gastos. Asimismo, existe una relación positiva entre el
nivel académico y el reportar haber realizado este tipo de
comportamientos.

De acuerdo con la información generada por la CNBV, al cierre


de septiembre de 2021, se reportó que el sector de la banca
múltiple está conformado por 51 instituciones, el de la banca de
desarrollo por 6, el de las sociedades cooperativas de ahorro y
préstamo (Socap) por 155 y el de las sociedades financieras
populares (Sofipo) por 39.
Al cierre de septiembre de 2021, los activos totales de estos
sectores ascendieron a 13 mil 561 miles de millones de pesos. De
este monto, el 81.7 por ciento correspondió a la banca múltiple, el
16.5 por ciento a la banca de desarrollo, el 1.5 por ciento a las
Socap y el 0.3 por ciento a las Sofipo.
En tanto, la cartera total de crédito de estos sectores alcanzó un
saldo de 6 mil 561 miles de millones de pesos al cierre de
septiembre de 2021, donde el 82.0 por ciento fue de la banca
múltiple.

La captación total de recursos de estos sectores se ubicó en 8 mil


043 miles de millones de pesos. De este monto, 83.1 por ciento
correspondió a la banca múltiple y 14.5 por ciento a la banca de
desarrollo.
Fuente: CNBV, Boletín Estadístico Banca Múltiple, Banca de
Desarrollo, SOCAP y SOFIPO, mes de septiembre 2021
Padrón de Entidades Supervisadas [1]

La Comisión Nacional Bancaria y de Valores tiene a disposición


del público el Padrón de Entidades Supervisadas, conocido como
PES, que es una herramienta que brinda información sobre las
entidades financieras en el país que se encuentran en operación.
En el PES se puede encontrar la lista de entidades autorizadas,
reguladas y supervisadas La información se puede buscar por:
razón social, nombre corto y sector financiero
La información disponible sobre las entidades financieras es la
siguiente: denominación o razón social; domicilio de la oficina
principal o corporativo; teléfonos y otros medios de contacto;
sectores del sistema financiero en los que operan; y el área
administrativa de la CNBV responsable de su supervisión.
[1]Fuente:
https://www.cnbv.gob.mx/Paginas/PADR%C3%93N-DE-
ENTIDADES-SUPERVISADAS.aspx
Nota: La CONDUSEF también cuenta con padrón de
instituciones financieras denominado “Sistema de Registro de
Prestadores de Servicios Financieros” (SIPRES), que se aborda
en otra sección y el cual define su marco de actuación.
Existen tres fondos de protección de los ahorros de los clientes o
socios dependiendo del sector a que se refiere, esto es:
Existen tres fondos de protección de los ahorros de los clientes o
socios dependiendo del sector a que se refiere, esto es:
1. Los ahorros de los clientes de la banca están protegidos por
un seguro de depósito, bajo la administración del Instituto
para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), que cubre un
monto de hasta 400,000 UDIs.
2. Los ahorros de los socios de las SOCAP están protegidos por
un seguro de depósito, bajo la administración del
Fideicomiso Fondo de Supervisión Auxiliar de Sociedades
Cooperativas de Ahorro y Préstamo y de Protección a sus
Ahorradores (FOCOOP), que cubre un monto de hasta
25,000 UDIs.
3. Los ahorros de clientes y socios de las SOFIPO y Sociedades
Financieras Comunitarias (SOFINCO) están protegidos por
un seguro de depósito, bajo la administración del Fondo de
Protección de Sociedades Financieras Populares y de
Protección a sus Ahorradores (PROSOFIPO), que cubre un
monto de hasta 25,000 UDIs.
Uno de los principales retos que enfrenta México es garantizar el
desarrollo económico y reducir las brechas económicas y
sociales. Hacia este objetivo se encamina el trabajo que, a través
de programas y proyectos, emprende cada uno de los sectores
de la administración pública conforme a sus facultades y
atribuciones.[2]
Mujeres y hombres tienen los mismos derechos y deberían tener
las mismas oportunidades también. Sin embargo, durante
muchos años, ellas han enfrentado una situación de desventaja
en diversos aspectos. En reconocimiento a esta situación, se ha
hecho indispensable que las políticas públicas incluyan la
perspectiva de género en su planeación, diseño, ejecución y
seguimiento.
Particularmente, la división sexual del trabajo no favorece a las
mujeres. Para ellas, incorporarse a la vida económica es un hecho
condicionado por factores como el estado conyugal o tener a su
cuidado infantes o personas adultas mayores, personas enfermas
y personas con discapacidad, lo cual les impide compaginar un
trabajo remunerado con los deberes familiares que les son
asignados culturalmente, o bien, a obligarse a ejercer su carrera
profesional de manera interrumpida o aceptar empleos de
menor calidad. Las responsabilidades familiares, entonces, llegan
a convertirse en barreras para su participación equitativa en el
trabajo remunerado, pues su inserción sucede de forma
restringida y en condiciones de desventaja. Eso se ve reflejado en
la participación de las mujeres en el mercado laboral, la cual es
de menos de la mitad de las mujeres adultas.
La responsabilidad social de crear programas sensibles al género
ayuda a mostrar y hacer más transparente la relación existente
entre los objetivos políticos y los ingresos y el gasto público, así
como, entre la política y la distribución del gasto en todas las
actividades del gobierno. Incorporar entonces el enfoque de
género en los programas y, en general, en todas las acciones que
el gobierno despliegue, requiere unir el conocimiento sobre los
roles y las relaciones de género y el conocimiento sobre el sector
público y la economía.
Otra característica que deben de tener estos esfuerzos es que
deben ser trasversales, es decir, que deben de estar
contemplados en todos los programas sociales de todas las
dependencias para que tengan un resultado significativo y no
sea esfuerzo de una sola dependencia o sector.
La Educación Financiera con perspectiva de género podría
resultar una herramienta con profundas implicaciones, no solo
en términos de igualdad social y económica, sino también en la
consecución de determinados estándares de vida.
En específico, la CNBV ha realizado y continúa realizando
diversas acciones en materia de inclusión financiera con
perspectiva de género, lo que facilita la medición de brechas de
género[3].
Las actividades con perspectiva de género en materia de
medición se pueden resumir en:
• Desde 2012 y de manera trienal, la CNBV, en colaboración
con el INEGI, ha realizado el levantamiento de la ENIF, que
recopila información sobre el acceso, tenencia y uso de
productos financieros, así como de alfabetización y
bienestar financiero; de la cual todos los datos son
desagregados por sexo, por tipo de localidad de residencia
(urbano y rural), y adicionalmente se pueden obtener otras
desagregaciones como edad, nivel académico, estado civil,
situación laboral, ingreso mensual, y —a partir de la edición
de 2021— de las personas hablantes de lenguas indígenas,
receptoras de programas sociales y receptoras de remesas.
• Desde 2016 se incorporó la desagregación por sexo en los
reportes regulatorios de la CNBV, particularmente en los
datos de cuentas y créditos, de la banca y las entidades de
ahorro y crédito popular. Con esta información, a partir de
2017, se incluye un apartado de inclusión financiera con
perspectiva de género en los reportes o panoramas anuales
de inclusión financiera; y desde 2018, se pone a disposición
del público estos datos de manera trimestral en sus bases
de datos.
• En 2022 se incorporó dentro de los reportes públicos del
Portafolio de información de la banca múltiple el "Reporte
por tipo de cartera y sexo de la persona acreditada", en el
cual se desglosa por sexo toda la cartera de créditos de
vivienda, consumo y empresarial.

Asimismo, la CNBV tiene a su cargo la Secretaría Ejecutiva del


Consejo Nacional de Inclusión Financiera (CONAIF), bajo el cual
se diseñó la PNIF de 2020. Dentro de la PNIF, la estrategia 6.4
está enfocada en “Realizar acciones dentro de las instituciones
financieras privadas y públicas para fomentar la inclusión
financiera de las mujeres”, las cuales están enfocadas en dos
grandes rubros, en el diseño de productos y servicios financieros
con perspectiva de género y en la representación de las mujeres
en puestos directivos y de alta decisión en las instituciones
financieras y órganos reguladores.
En junio de 2021, la CNBV publicó una reforma a la regulación en
materia de reservas de capital de las instituciones bancarias. Esta
regulación establece un factor de ajuste a la baja en los créditos
otorgados a las mujeres, con el cual se busca mejorar la tasa de
interés que les es otorgada.
Por otro lado, en marzo de 2022 se firmó un Convenio de
Coordinación y Colaboración Interinstitucional Público-Privado
en materia de igualdad de género en el sistema financiero
mexicano que, entre otros, creó el “Comité Interinstitucional
para la Igualdad de Género en las Entidades Financieras”
(CIIGEF).
Este comité buscará desarrollar propuestas y compartir
experiencias entre las instituciones financieras para lograr un
mayor equilibrio en la representación de puestos de toma de
decisión, impulsar la educación e inclusión financiera de las
mujeres y prevenir y erradicar la discriminación, el hostigamiento
y acoso sexuales, así como otras formas de violencia de género.
Además, contará con un sistema de auto- monitoreo con el que,
a través de indicadores clave, medirá el avance de las
instituciones en materia de igualdad de género. Asimismo, se
diseñó un sistema de gobernanza para asegurar la participación
de personas de alto nivel, así como la presencia de ambos sexos.
El comité está integrado por la Asociación de Bancos de México,
la Asociación Mexicana de Capital Privado, la Asociación
Mexicana de Instituciones de Seguros., la Asociación Mexicana de
Administradoras de Fondos para el Retiro, el Banco de México, la
Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios
de Servicios Financieros, la Comisión Nacional del Sistema de
Ahorro para el Retiro, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores,
la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, el Fideicomisos
Instituidos en Relación con la Agricultura, la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público y el Instituto Nacional de las Mujeres.
En el marco de las actividades del CIIGEF, en mayo de 2022 se
publicó el “Diagnóstico de la incorporación de la perspectiva
de género en el quehacer de las entidades financieras en
México”, el cual presenta un panorama descriptivo de la
incorporación de la perspectiva de género en las entidades
financieras en México, a partir de tres aspectos:
1. La adopción de diversas políticas y prácticas que fomenten
la igualdad al interior de sus centros laborales
2. Las brechas de género en posiciones de liderazgo
3. La oferta de productos y servicios financieros enfocados a
las mujeres.
El estudio concentra las respuestas de una muestra de más de
220 entidades y autoridades financieras, lo que significó que 6 de
cada 10 entidades financieras de los sectores encuestados y la
totalidad de las autoridades que conforman el Consejo Nacional
de Inclusión Financiera (CONAIF), brindaron su información.

Los sectores financieros encuestados fueron: banca múltiple,


banca de desarrollo, organismos de fomento, sociedades
cooperativas de ahorro y préstamo, sociedades financieras
populares, casas de bolsa, fondos de inversión, administradoras
de fondos para el retiro e instituciones de seguros.

Entre los hallazgos que contiene el diagnóstico en sus tres


secciones, destacan los siguientes:

a) Desde la perspectiva de género en las políticas y prácticas


de las entidades financieras.

• El 68% contó con una política o práctica de igualdad de


género; sin embargo, solo el 27% contó con una que
contenga indicadores para medir su avance.

• El 54% contó con un comité encargado de la atención de


asuntos relativos a la igualdad y no discriminación.

• El 55% realizó algún cuestionario de clima laboral que


contemplo aspectos sobre igualdad y no discriminación.

• El 44% realizó campañas de sensibilización en materia de


igualdad laboral y no discriminación.

• El 50% contó con programas de capacitación sobre


igualdad laboral y no discriminación
• 1 de cada 4 ofreció días de incapacidad o permisos de
maternidad o paternidad superiores a los marcados por la
ley.

b) Sobre la representación de las mujeres en posiciones de


liderazgo en la entidad u organismo.

• Del total de personas contratadas en 2020, el 48% fueron


mujeres, asimismo, del total de personas que dejaron de
laborar en la entidad o autoridad financiera, el 47% fueron
mujeres.

• Del total de personas que obtuvieron un ascenso, la mitad


fueron mujeres, mientras que del total que recibieron una
capacitación en temáticas gerenciales, el 51% fueron
mujeres.

• Del total de personas que laboraron en las entidades y


autoridades financieras, el 51% fueron mujeres (tercer y
cuarto nivel). Sin embargo, esta proporción disminuyó a
26% tanto en los puestos directivos, como en los puestos de
alta dirección (primer o segundo nivel).

c) De la oferta de productos y servicios enfocados en las


mujeres por parte de las entidades financieras.

• El 14% de las entidades declaró tener al menos un producto


financiero diseñado para las mujeres.

• El 60% consideró que las mujeres suelen tener mejor


comportamiento de pago que los hombres, en términos del
cumplimiento en los periodos establecidos.
• El 44% consideró que las mujeres necesitan productos
financieros con características distintas que los ofrecidos a
los hombres; sin embargo, de las entidades que
respondieron afirmativamente, solamente 1 de cada 5 contó
con un producto o servicio con tales características.

• Los factores que consideraron que podrían fomentar un


aumento en el acceso y uso de productos y servicios
financieros de las mujeres fueron:
▪ Brindar beneficios diferenciados para las mujeres, por
el 44% como una tasa de interés más baja con
respecto a los hombres para un producto crediticio
similar.
▪ Ampliar el número de tipos de garantía viables para
adquisición de financiamiento por el 46%.
▪ Utilizar estrategias de mercadotecnia enfocadas a las
mujeres, por el 77% de las entidades.

• Del total de personas que laboraron en las entidades y


autoridades financieras al cierre de 2020, el 51% son
mujeres. Sin embargo, esta proporción disminuyó a 26%
tanto en los puestos directivos, como en los de alta
decisión.

• El 68% de las entidades financieras encuestadas cuenta con


una política o práctica de igualdad de género. En tanto, el
27% dispone de una que incluye indicadores para medir su
avance.
• El 44% de las entidades encuestadas consideró que las
mujeres necesitan productos financieros con características
diferentes a las ofrecidas a los hombres; no obstante, de las
entidades que respondieron afirmativamente, solamente 1
de cada 5 refirió contar con un producto o servicio con tales
características.

En este sentido, la encuesta también identificó que alrededor de


2 de cada 5 entidades financieras encuestadas consideraron que
otorgar beneficios diferenciados con respecto a los hombres,
específicamente una tasa de interés más baja con respecto a los
hombres para un producto similar sería necesario.

Ahora bien, y de conformidad con la ENIF 2021, se registran las


siguientes brechas de género en la tenencia de productos o
servicios financieros.
Cuentas de captación:
Durante el periodo de 2015 a 2021, la población que tiene una
cuenta tuvo un crecimiento de cinco puntos porcentuales (pp), al
pasar de 44 a 49 por ciento. Si se considera a la población que en
algún momento tuvo una cuenta, el porcentaje total de la
población que ha tenido una cuenta —es decir que tiene o tuvo
una cuenta— en este lapso pasó de 59 a 65 por ciento.
Como se puede observar en la siguiente gráfica, la población que
ha tenido cuenta presentó brechas a favor de los hombres,
principalmente en el 2021 con 11 pp a favor de ellos.
Crédito:
Los resultados referentes a la población adulta que ha tenido
crédito —es decir que tiene o tuvo un crédito—se incrementaron
cuatro pp de 2015 a 2021; en específico, el porcentaje de personas
que tiene un crédito fue lo que provocó dicho aumento.
En este periodo, se observaron brechas a favor de los hombres en
la población que ha tenido crédito. Particularmente para 2015 se
tuvo una brecha de cero pp, mientras en 2018 la brecha fue de 7
pp, que fue la mayor brecha existente en el periodo de análisis;
finalmente, en 2021 se presentó una brecha de 3 pp a favor de los
hombres.

Seguro:
En lo que se refiere al porcentaje de la población que ha tenido
seguro —es decir que tiene o tuvo un seguro—, este se redujo de
37 a 32 por ciento de 2015 a 2021, principalmente en el bloque de
las personas que actualmente disponen de algún tipo de seguro.

Cuenta de ahorro para el retiro:


Durante el periodo de 2015 a 2021, el porcentaje de la población
que tiene una cuenta de ahorro para el retiro o Afore disminuyó
de 41 a 39 por ciento[4].
Por otro lado, se observaron brechas a favor de los hombres para
cada año reportado.

Las brechas de género ENIF 2021 muestran que las mujeres


tienen un rezago en materia de tenencia de cuentas, créditos,
seguros y cuentas de ahorro pare el retiro a Afores.
El Sistema Financiero Mexicano (SFM) se entiende, en términos
generales, como el conjunto de autoridades que lo regulan y
supervisan, los bancos múltiples y de desarrollo, las
sociedades financieras de objeto múltiple (SOFOMES); las
Casas de Bolsa, las Bolsas de Valores, las Casas de Cambio, las
Aseguradoras, las Administradoras de Fondos para el Retiro
(AFORES), las Sociedades Financieras de Ahorro y Crédito
Popular (SOFIPOS), las Cajas de Ahorro Popular, Uniones de
Crédito, y las recientes Instituciones de Tecnología Financiera
(IFT), por citar las más relevantes.

Los avances tecnológicos que acompañan a los nuevos


desarrollos financieros, abren nuevos horizontes y posibilidades
de desarrollo y negocios en el sector, lo que obliga a considerar e
incluir nuevas experiencias como las FinTech que constituyen un
horizonte reciente tanto de nuevos productos y servicios
financieros, como de otros servicios complementarios no
financieros de vanguardia tecnológica.
También se puede definir al SFM, como el conjunto de
instituciones que tienen por objeto el otorgamiento de créditos o
financiamientos a los diferentes sectores de nuestra economía y
la captación de recursos de manera profesional, bajo la
supervisión y vigilancia de las autoridades del sistema financiero
en un marco jurídico establecido, para impulsar el desarrollo del
país.
Son entidades financieras las que intervienen generando,
captando, administrando, orientando y dirigiendo tanto el ahorro
como la inversión; instituciones de servicios complementarios;
auxiliares o de apoyo a dichas entidades; de agrupaciones
financieras que prestan servicios integrados; así como otras
entidades que limitan sus actividades a información sobre
operaciones activas o prestan servicios bancarios con residentes
en el extranjero.
Para el Diplomado de Educación Financiera,por SFM se
entenderá: el conjunto de instituciones, dependencias y
organizaciones, tanto públicas como privadas, por medio de
las cuales se captan, administran, regulan y dirigen los
recursos financieros que se negocian entre los diversos
agentes económicos, dentro del marco de la legislación
aplicable.

La importancia del SFM, radica en que permita llevar a cabo la


captación de recursos económicos de personas u
organizaciones para ponerlo a disposición de otras
organizaciones, empresas o instituciones gubernamentales,
privadas o sociales que lo requieren para invertirlo.
En términos sencillos es todo lo referente al mercado (compra
venta, uso y depósito, entre otros) del dinero, y en donde estas
últimas harán negocios y devolverán el dinero que obtuvieron
además de una cantidad extra (rendimiento), como pago, lo cual
genera una dinámica en la que el capital es el motor principal del
movimiento dentro del sistema. Esto conlleva a que se pueda
alcanzar un mayor desarrollo y crecimiento económico, lo
cual se refleja en la generación de un mayor número de
empleos, derivado de la inversión productiva que realizan las
empresas, las personaso instituciones gubernamentales con el
financiamiento obtenido a través del sistema financiero.
A través del Sistema Financiero, se realizan toda clase de
actividades financieras, tales como transferir recursos entre
sectores y regiones por lo que esta función permite que las
inversiones se dediquen a usos más productivos y pertinentes.
En la actualidad el Sistema Financiero Mexicano regulado y
supervisado por las autoridades del gobierno mexicano, está
integrado de la siguiente manera (información que se
encuentra disponible en el Buró de Entidades Financieras al 4er
trimestre del 2021):
a. 2,992 Instituciones Financieras reguladas por las
autoridades mexicanas como: Secretaría de Hacienda y
Crédito Público (SHCP), Banco de México (BANXICO),
Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los
Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF), Comisión
Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), Comisión Nacional
de Seguros y Fianzas (CNSF), Comisión Nacional del
Sistema de Ahorro para el Retiro (CONSAR), entre otras.
b. 12,980 Productos y Servicios Financieros disponibles en el
SFM. Los productos de colocación con mayor presencia en
el Catálogo Nacional de Productos y Servicios Financieros
del Buró de Entidades Financieras son el crédito simple,
crédito personal y crédito en cuenta corriente. A su vez, los
productos de captación más populares son el de cuenta de
nómina, cuenta de ahorro y los instrumentos de inversión.
c. 25 Sectores diferentes de los cuales los 5 más
representativos por su número son: Sociedades Financieras
de Objeto Múltiple Entidades No Reguladas (SOFOM E.N.R),
Fondos de Inversión, Sociedades Cooperativas de Ahorro y
Préstamo (SOCAP) e Instituciones de Seguros y las Uniones
de Crédito.
La finalidad prioritaria del sistema financiero (SF), es llevar a
cabo las funciones de captación de las unidades económicas
con superávit y canalizarlo a unidades económicas
deficitarias, lo que significa que el sistema financiero se
ocupa de captar el dinero ahorrado y canalizarlo a quien lo
necesita. Se trata de una función de intermediación pertinente y
necesaria en cualquier contexto o agregado social. Así, por
ejemplo, los bancos son capaces de prestar dinero a algún
usuario porque hay otras personas que a su vez depositaron
sus ahorros en la institución financiera.
Dentro de cualquier SF es importante contar con un marco legal.
Por ello existen entidades encargadas de su regulación, algunas
de éstas son la SHCP, Banxico o la CNBV.
El SFM se integra por dos componentes. En el primero están los
organismos encargados de poner las reglas del juego y aplicarlas.
Éstos son, principalmente la SHCP y Banxico. Aunque también
hay otros, como la Comisión Nacional Bancaria y de Valores
(CNBV); la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF) el
Instituto de Protección al Ahorro Bancario (IPAB) o la Comisión
Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de
Servicios Financieros (CONDUSEF).
En el segundo componente están las Instituciones que ofrecen
productos o prestan servicios financieros en distintos sectores de
operación, como la banca comercial, la banca de desarrollo, las
instituciones de seguros y fianzas, así como el mercado de
valores, con todos sus integrantes.
El SF también está integrado por diferentes intermediarios y
mercados financieros, a través de los cuales y de una variedad de
instrumentos, moviliza el ahorro hacia usos productivos. Los
bancos son quizá los intermediarios financieros más conocidos,
puesto que ofrecen directamente sus servicios al público y
forman parte medular del sistema de pagos. Sin embargo, en el
sistema financiero participan muchos otros intermediarios y
organizaciones que ofrecen servicios de gran utilidad para la
sociedad.
Un sistema financiero estable, eficiente, competitivo e innovador
contribuye a elevar el crecimiento económico sostenido y al
bienestar de la población. Para lograr dichos objetivos, es
indispensable contar con un marco institucional sólido, con
capacidades suficientes para llevar a cabo la regulación y
supervisión financiera que salvaguarde la integridad del
mismo sistema y proteja los intereses del público usuario. Por
lo anterior, el Banco de México tiene entre sus objetivos, el
promover el sano desarrollo del sistema financiero y, en
particular, de los sistemas de pagos.

La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), con


fundamento en las: fracciones VI, VII y VIII del Artículo 31 de la Ley
Orgánica de la Administración Pública Federal, le corresponde
realizar o autorizar todas las operaciones en que se haga uso
del crédito público; planear, coordinar, evaluar y vigilar el
sistema bancario del país que comprende al Banco Central, a
la Banca Nacional de Desarrollo y las demás instituciones
encargadas de prestar el servicio de banca y crédito; y ejercer
las atribuciones que le señalen las Leyes en materia de
seguros, fianzas, valores y de organizaciones y actividades
auxiliares del crédito.

La Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), de acuerdo


al Artículo 2 de la Ley de la Comisión Nacional Bancaria y de
Valores, tiene por objeto supervisar y regular en el ámbito de
su competencia a las entidades integrantes del sistema
financiero mexicano que esta Ley le señala, a fin de procurar su
estabilidad y correcto funcionamiento, así como mantener y
fomentar el sano y equilibrado desarrollo de dicho sistema en su
conjunto, en protección de los intereses del público.
La Comisión Nacional de Seguros y Fianzas (CNSF), con
fundamento en el Artículo 108 de la Ley General de Instituciones
y Sociedades Mutualistas de Seguros y en los Artículos 68 y 69 de
Ley Federal de Instituciones de Fianzas, está encargada de
supervisar que la operación de los sectores asegurador y
afianzador se apegue al marco normativo, preservando la
solvencia y estabilidad financiera de las instituciones de Seguros
y Fianzas, para garantizar los intereses del público usuario, así
como promover el sano desarrollo de estos sectores con el
propósito de extender la cobertura de sus servicios a la mayor
parte posible de la población.
La Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro
(CONSAR), con fundamento en el Artículo 2 de la Ley de los
Sistemas de Ahorro para el Retiro, le corresponde la
coordinación, regulación, supervisión y vigilancia de los sistemas
de ahorro para el retiro.
El Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB), de
conformidad con el Artículo 67 de la Ley de Protección al Ahorro
Bancario, tiene por objeto garantizar los depósitos bancarios de
los pequeños y medianos ahorradores, y resolver al menor costo
posible bancos con problemas de solvencia, contribuyendo a la
estabilidad del sistema bancario y a la salvaguarda del sistema
nacional de pagos.
El Banco de México (Banxico), es la Banca Central del SFM y la
máxima autoridad monetaria. De conformidad con el Artículo
2 de la Ley del Banco de México, esta institución central
tendrápor finalidad proveer a la economía del país de moneda
nacional, procurar la estabilidad macroeconómica y conservar el
poder adquisitivo de dicha moneda. Serán también finalidades
del Banco promover el sano desarrollo del SF y propiciar el buen
funcionamiento de los sistemas de pagos.
Una de las tareas del Banxico, es promover el desarrollo del
sistema financiero para garantizar que funcione en favor del
desarrollo económico, que sea accesible para los usuarios y que
opere en un ambiente competitivo y eficiente. Cuando el SFM
cumple estos criterios, facilita el cumplimiento de otras tareas
del banco central, como la provisión de moneda nacional a la
sociedad -a través de la banca comercial- y la ejecución de las
políticas monetarias y cambiarias. Cualquier cambio que se
haga en dichas políticas, tendrá un efecto en los precios que
se pactan en los mercados financieros, como las tasas de
interés (costo de los créditos, rendimientos, etc.) o el tipo de
cambio. Es a través de este sistema, que el banco central lleva a
cabo sus labores para cumplir con su objetivo prioritario, que es
cuidar que el dinero en la economía no pierda su valor
(capacidad de compra) a lo largo del tiempo.
También se encarga de la emisión de instrumentos de crediticios
y la regulación monetaria gubernamental, la fijación de criterios
generales a los que deben sujetarse los participantes en el
mercado de dinero, así como también propiciar el buen
funcionamiento de los sistemas de pago.
Los Organismos Financieros Multilaterales (OFM), son
organizaciones que están conformadas por tres o más naciones,
y su principal objetivo será el trabajar en conjunto en las
problemáticas que afectan los países que integran la
organización en cuestión.
La meta de los organismos multilaterales es conseguir acuerdos
globales o regionales. A través de ellos ha sido posible lograr
consensos para implementar acciones multilaterales concretas
en relación a temas económico-financieros, incluyendo el
Desarrollo Sostenible y así mantener el equilibrio de intereses
entre las naciones, a través, del establecimiento de marcos
regulatorios que ayuden a la prevención y a la resolución de
conflictos.
La Organización de Naciones Unidas, El Fondo Monetario
Internacional, el Banco Mundial y la Organización Mundial del
Comercio, entre otros, son algunos de los organismos
multilaterales más conocidos e importantes del mundo.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), por ejemplo, nació en
el marco de las Naciones Unidas, en el año 1945, tiene como
objetivos primordiales, evitar las crisis financieras en los sistemas
monetarios de sus estados miembros, la promoción de políticas
cambiarias sostenibles y de cooperación a nivel internacional, la
apertura del comercio internacional y la reducción de la pobreza
de todos aquellos países partes. El FMI es uno de los organismos
multilaterales y especializados y actualmente tiene 185 países
miembros y su sede se encuentra en Washington.
El multilateralismo de este organismo queda fielmente
expresado, en la metodología multilateral de pagos que facilita y,
por otro lado, por el otorgamiento temporal de recursos
financieros a aquellos miembros que presentan problemas en
sus balanzas de pagos, por ejemplo, un país inscrito al FMI tendrá
el acceso automático al 25% de su cuota.
El FMI actúa como fondo al cual los países miembros podrán
recurrir en caso de necesidades de financiamiento de algunos de
sus proyectos.
El Banco Mundial (BM), se crea en contexto de los acuerdos de
Bretton Woods (1944) con la misión específica de impulsar la
reconstrucción europea en la postguerra; una vez cumplido el
cometido original el Banco Mundial se ha concentrado en
otorgar financiamientos y asesoría en proyectos para el
desarrollo a las naciones más pobres del mundo. www.wb.org
La Organización Mundial del Comercio (OMC), originalmente
llamada Acuerdo General de Aranceles y Tarifas, (GATT), es la
organización internacional que tiene como objetivo liberalizar de
aranceles y cuotas el comercio internacional para favorecer el
libre intercambio de mercancías entre las economías del orbe.

La Reforma Financiera realizada en México en 2014 se impulsó y


se aprobó para lograr los siguientes objetivos:
• Incrementar la competencia en el sector financiero.
• Fomentar el crédito a través de la Banca de Desarrollo.
• Ampliar el crédito a través de las instituciones financieras
privadas.
• Mantener un sistema financiero sólido y prudente.
• Hacer más eficaces a las instituciones financieras y el actuar
de las autoridades en la materia.
• Impulsar mecanismos de transparencia hacia el público
usuario
Pilares de la Reforma Financiera
A. Incrementar la competencia en el sector financiero.
La Reforma Financiera establece un conjunto de medidas para
fomentar la competencia dentro del sistema financiero y con
ello abrir nuevos canales de oportunidad para las empresas y
los diversos demandantes de financiamientos, así como para
inhibir prácticas anticompetitivas. A continuación, se describen
algunas de estas medidas:
• Fortalecimiento de la Comisión Nacional para la Protección
y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros
(CONDUSEF).
• Medidas contra ventas atadas.
• Regulación de Redes de Medios de Disposición.
• Investigación de la Comisión Federal de Competencia
Económica sobre nivel de competencia del sector
financiero.
• Movilidad de garantías y de operaciones (potabilidad de
créditos).
• Mayor número de corresponsales de Ahorro y Crédito
Popular.
• Creación del Buró de Entidades Financieras.
B. Fomentar el crédito a través de la Banca de Desarrollo.

La Banca de Desarrollo debe otorgar crédito a quienes, por


fallas de mercado, no son atendidos por las instituciones
privadas, o bien complementar los productos que dichas
instituciones ofrecen.
Con la Reforma Financiera, se apuntala a la Banca de Desarrollo
con un marco normativo que, le permita instrumentar políticas
que sumen tanto a la creación como a la preservación de los
empleos e inversiones.
La Banca de Desarrollo debe contribuir, de manera eficaz, con
la actividad productiva del país, la creación de valor y
el desarrollo del campo y, a su vez, permitir y respaldar el ahorro
popular en beneficio del bienestar de las familias mexicanas.
Entre las modificaciones legales implementadas destacan:
• El Fortalecimiento de la Banca de Desarrollo se refleja al
definir con claridad el mandato de sus instituciones, y el
fomento de la economía a través de la atención de sectores
estratégicos que enfrentan limitantes para tener acceso a
alternativas de financiamiento.
• La flexibilización del marco normativo de las instituciones,
eliminando restricciones innecesarias para su desarrollo
• La obligación de crear programas de inclusión financiera
para las micro, pequeñas y medianas empresas, así como
para los pequeños productores del campo.
• Acorde con las mejores prácticas bancarias, se da mayor
claridad acerca del control y vigilancia de las instituciones
para evitar duplicidad de funciones y cargas administrativas
innecesarias.
• La regulación y supervisión bancaria queda a cargo de la
Comisión Nacional Bancaria y de Valores, el Banco de
México y la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en el
ámbito de competencia que corresponda a cada una.
• Se refuerza la obligación de prestar asistencia técnica y
capacitación, particularmente en los servicios y productos
financieros de innovación, creación de patentes y demás
derechos de propiedad industrial.
• La Banca de Desarrollo deberá promover la inclusión
financiera de la población, particularmente, la de mujeres,
niños y jóvenes, así como la promoción del ahorro e
inversión en comunidades indígenas.
• Las instituciones también deberán implementar programas
y productos específicos con perspectiva de género, para
fomentar la igualdad de hombres y mujeres en materia de
acceso a servicios financieros.
• Cada institución financiera de desarrollo podrá allegarse de
los recursos requeridos para el cumplimiento de su
mandato, principalmente capital humano; fortaleciendo a
sus órganos de gobierno para que determinen, haciendo
uso de recursos propios, la estructura organizacional y
necesidades de recursos humanos a fin de poder llevar a
cabo sus actividades sustantivas de forma más efectiva.
• Las instituciones deberán promover la sustentabilidad
ambiental en sus programas operativos y financieros, así
como incentivar la responsabilidad ambiental corporativa
en ellas mismas, en los términos que establezca su Consejo
Directivo.
• Las instituciones de Banca de Desarrollo podrán realizar
funciones de banca social
• La Financiera Rural se transforma en la “Financiera
Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y
Pesquero”. Dentro del rediseño estructural se encuentra la
flexibilización de su regulación para que pueda mejorar su
esquema operativo e incrementar el crédito que otorga.
C. Ampliar el crédito a través de las instituciones financieras
privadas
La Reforma Financiera contempla elementos y herramientas
para acelerar e incidir en el otorgamiento de crédito vía las
instituciones financieras privadas. Algunos de ellos son:
• Mejorar el régimen de garantías.
• Mejorar el régimen de concursos mercantiles.
• Resolución de controversias en Tribunales especializados.
• Evaluación periódica a los bancos.
• Otorgamiento de mayores facultades a la Comisión
Nacional Bancaria y de Valores.
• Fortalecimiento del mercado de las Sociedades Anónimas
Promotoras de Inversión Bursátil.
• Ampliación de obligaciones sobre información crediticia.
D. Mantener un sistema financiero sólido y prudente.
• La Reforma Financiera integró, entre otros, las siguientes
medidas que contribuyen al fortalecimiento del sector para
mantener su solidez:
• Fortalecimiento de medidas prudenciales.
• Fortalecimiento del procedimiento de liquidación
Bancaria.
• Coordinación en Materia de Estabilidad Financiera.
Adicionalmente, la reforma hace más eficaces a las instituciones
financieras y el actuar de las autoridades en la materia.
La Reforma Financiera moderniza la legislación en este sentido a
través de algunas de las siguientes medidas:
• Flexibilización del régimen corporativo de los fondos de
Inversión para hacerlos accesibles al pequeño inversionista
• Fortalecimiento del Régimen del Mercado de Valores.
• Se eleva a rango de ley el Consejo Nacional de Inclusión
Financiera.
• Se eleva a rango de ley el Comité de Educación Financiera.
• Se mejora y fortalece el Esquema de Sanciones y
Autocorrección.
La Reforma Financiera sienta bases sólidas para que el sector
financiero contribuya en mayor medida al desarrollo económico
incluyente y hará del crédito un mayor detonador de crecimiento
económico en favor de las familias mexicanas.
Se establece un marco jurídico que promueve la competencia,
multiplicando y mejorando las opciones de crédito para los
mexicanos. Así mismo fortalece la regulación, la coordinación y el
sano desarrollo del sector.
El propósito de la Reforma Financiera es claro: que haya más
crédito y más barato.

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