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La separación de poderes, una garantía democrática. T 2 c.

DEMOCRACIA
La separación de poderes es un sistema que busca la independencia entre el poder
legislativo, el ejecutivo y el judicial para evitar el abuso de poder
Las manifestaciones que han tenido lugar en Polonia, las más multitudinarias en décadas, han
provocado que el gobierno posponga la casi prohibición del aborto en el país. Pero las
protestas por la prohibición del aborto han evidenciado también otras problemáticas sociales y
políticas.

Los manifestantes han reivindicado otros temas y han protestado contra el partido


gobernante ultraconservador y contra la influencia que la Iglesia tiene en el Gobierno y en la
sociedad.

Una de las problemáticas en Polonia es el control del funcionamiento de la justicia por


parte del partido gobernante, Ley y Justicia. Los políticos intentaron influir en el
nombramiento de los jueces y en el trabajo del Tribunal Constitucional. Según la agencia AP,
podrían incluso despedir jueces que critiquen sus decisiones.

Estos cambios han sido criticados por organismos internacionales y por la Unión Europea,
que lo considera un ataque al Estado de derecho y a los valores europeos. De hecho, la
Comisión Europea inició acciones legales contra el país por las interferencias con el sistema
judicial, según la organización Human Rights Watch.

Las interferencias con el sistema judicial vulnerarían la teoría de la separación de poderes.


Pero: ¿Qué implica esa teoría y cómo fue inventada?
Tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial

La teoría clásica de la división de poderes fue elaborada, entre otros, por elfilósofo francés
del siglo XVIII Montesquieu. Según esta teoría, los poderes del Estado son tres: ejecutivo,
legislativo y judicial.

Cada uno de ellos tiene una competencia delimitada: el poder ejecutivo; administrar y


gobernar, el poder legislativo; elaborar y aprobar las leyes, y el poder judicial: juzgar y hacer
cumplir las órdenes de los jueces. En España, por ejemplo, el poder ejecutivo recae en
el Gobierno; el legislativo en las Cortes Generales (Senado y Congreso de los Diputados), y
el poder judicial, en el Tribunal Supremo.

Las teorías políticas de Montesquieu influyeron en cierta medida en la formación de los


estados modernos. Aunque falleció en el año 1755, su influencia perdura hasta nuestros
días. Según su obra, estos tres poderes debían estar separados para garantizar un equilibrio e
independencia y así evitar que los gobernantes acumulasen demasiado poder.

La división de poderes es una de las características de los estados de derecho. En este tipo de


estado todos los miembros de una sociedad, incluso los gobernantes, deben cumplir con la
ley.

Limitar la influencia de los gobernantes para evitar el abuso de poder

Montesquieu vivió en un momento histórico en el cual la mayoría del territorio europeo estaba
gobernado por monarquías absolutas. Eso significa que un gobernante acumulaba la
mayoría del poder. Sin embargo, los ciudadanos, especialmente aquellos que tenían más
poder económico, pedían tener más poder a la hora de tomar decisiones que les afectasen.

En 1789 tuvo lugar la Revolución Francesa, una revuelta de la ciudadanía para terminar con
el abuso de poder por parte de la monarquía y de la nobleza del país. Tras derrocar la
monarquía, se constituyó una Asamblea con el fin de redactar una Constitución, una ley
fundamental para construir un estado democrático.
El 27 de agosto de 1789 la Asamblea publicó la Declaración de los Derechos del Hombre y
del Ciudadano. En el documento se definían los derechos personales y los de la
comunidad. El artículo 16 de esta Declaración establecía que un estado que no garantice los
derechos humanos y no establezca la separación de poderes, no puede tener Constitución.
Por lo tanto, no puede ser del todo democrático.

La independencia y la separación de los tres poderes del Estado, suponen una garantía, para
que no se produzcan abusos o injusticias por parte de los gobernantes. Esa separación fue
recogida en la mayoría de las Constituciones de los Estados democráticos del siglo XIX y
todavía hoy están presentes en las constituciones de muchos países y en las vidas de sus
ciudadanos.

Fuentes: AP, La Vanguardia, The New York Times, Tribuna Salamanca

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