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Muchos de los fracasos en las decisiones de diversificación son consecuencia de las dificultades
que las empresas afrontan a la hora de dirigir múltiples unidades de negocio. A medida que la
empresa aumenta su cartera de actividades y se diversifica, la gestión corporativa se vuelve
más compleja y difícil y los costes organizativos se incrementan. El diseño de las estructuras
organizativas, los sistemas administrativos (sistemas de planificación y control, presupuestos,
sistemas de información…) y estilos de dirección son factores críticos en la implantación
exitosa de la estrategia de diversificación. El papel desempeñado por la sede central (oficina o
dirección corporativa), que debe tratar de añadir valor a los diversos negocios agrupados
mediante sus actividades y funciones, es también un elemento crucial. Pero tampoco en este
tema hay una única receta exitosa que pueda ser aplicada a todas las empresas diversificadas.
Como hemos visto, hay múltiples razones a través de las cuales la diversificación puede crear
valor y es lógico pensar que cada una de ellas requiera de un estilo de gestión diferente,
ajustado especialmente al grado y tipo de relaciones entre las unidades de negocio.
Estructuras Multidivisionales
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Williamson O. (1975): Markets and Hierarchies: Analysis and Antitrust Implications, Free Press, Nueva
York .
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estrategia común y a su vez diferente de la estrategia adecuada para otras actividades y/o
unidades estratégicas. Estas divisiones o UEN son unidades organizativas internas
relativamente autónomas, de forma que los directivos divisionales pueden decidir sobre los
productos, inputs y proveedores, canales de distribución, precios y estrategias de
comercialización, etc. Cada división contiene su propia jerarquía funcional. En general estas
UEN se constituye como centro de beneficios en el sentido que tienen responsabilidad sobre
los ingresos y gastos de las actividades que realizan. Sus directivos al frente (directivos
divisionales) son enteramente responsables del rendimiento final obtenido (control por
resultados).
- En resumen, en una estructura multidivisional existe siempre separación entre las decisiones
y funciones operativas, que son responsabilidad de los directivos divisionales, y las decisiones
de estrategia corporativa que corresponden a la sede central.
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Williamson (1975), basado en estos argumentos, planteó la hipótesis de que la estructura de forma-M
es más eficiente para la gestión de empresas diversificadas, que ha sido contrastada en numerosos
estudios .
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El papel de la sede central en las empresas diversificadas
La oficina corporativa de una empresa diversificada es la más alta dirección de dicha
empresa y su misión principal es la de crear valor para las distintas UEN y, sobre todo, para
el conjunto de la empresa. Se supone que la sede central será efectiva y añadirá valor
siempre que el valor de mercado del conjunto de la empresa sea mayor que la suma de las
divisiones por separado. Pero además, debería crear el máximo valor posible, es decir, que
las divisiones o UEN valgan más englobados en esa matriz que en cualquier otra rival. Eso
es lo que se conoce como ventaja de matriz (parenting advantage) 3. Este concepto es
análogo al de ventaja competitiva a nivel de un negocio. Para que se logre una ventaja de
matriz han de darse tres requisitos:
- El conjunto de los negocios de la empresa diversificada vale más junto que su suma por
separado.
- Los gastos derivados de la existencia de la sede central no sobrepasan al valor creado
- Esa dirección corporativa añade más valor que ningún otro posible propietario o matriz.
Pero ¿cómo la sede central puede añadir valor a las UEN y al conjunto? A través de sus
actividades y funciones, las cuales pueden resumirse básicamente en cuatro áreas: gestión
de la cartera de negocios, formulación de las estrategias competitivas, seguimiento y
control de los resultados y gestión de las interrelaciones o interdependencias entre las
divisiones.
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Goold, M.; Campbell, A. y Alexander, M. (1994): Corporate level strategy. Creating value in the
multibusiness company, John Wiley, Nueva York.
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los resultados divisionales. Actividades y decisiones a través de las cuales la sede central
ejerce una influencia individualizada en cada negocio pueden ser la fijación de objetivos de
resultados, el nombramiento o destitución de directivos divisionales, la aprobación o
rechazo de presupuestos, o proyectos de inversión o mediante el diseño de un sistema de
control y auditoria de los resultados de cada negocio. El grado de influencia de la dirección
corporativa en las estrategias a nivel de negocio dependen de dos factores principales: los
resultados de la división y las interrelaciones entre divisiones. Unos resultados divisionales
satisfactorios facilitan una mayor autonomía. Al contrario, si una división está obteniendo
unos resultados por debajo de lo esperado, es más probable que la sede central
intervenga con mayor intensidad. También es esperable una mayor intervención en
general cuando existen importantes interdependencias entre las divisiones cuya gestión
hace necesario coordinar y centralizar algunas decisiones.
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c. Puestos de enlace entre divisiones: para reducir el tiempo que los directivos
divisionales emplean en la coordinación.
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Goold, M.; Campbell, A. y Alexander, M. (1994): Corporate level strategy. Creating value in the
multibusiness company, John Wiley, Nueva York.
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prestan apoyo a las UEN (muchos directivos y muchos servicios y departamentos que
dependen de ella). Se promueve la cooperación y coordinación interdivisional y se utilizan
muchos mecanismos de coordinación entre ellas para facilitar la gestión de las
interdependencias y la explotación conjunta de recursos. Los sistemas de incentivos
priman la aportación al conjunto más que los resultados individuales de cada negocio. El
protagonismo excesivo y la interferencia de la sede central puede reducir la independencia
de las divisiones, inhibiendo su iniciativa y ralentizando la adopción de decisiones y los
controles a largo plazo poco exigentes pueden reducir la capacidad de reacción de la
empresa ante malos resultados. En general es un estilo adecuado a empresas con un
número reducido de negocios distintos y con importantes conexiones entre ellos
(diversificación relacionada). También es más adecuado para sectores intensivos en
tecnología donde la consecución de las metas a largo plazo es más importante que los
beneficios corto plazo y se centralizan las actividades de I+D. Suelen ser empresas o grupos
empresariales que crecen preferentemente a través de crecimiento interno.
c. Control estratégico: Se colocaría en una posición intermedia entre los dos modelos
anteriores ya que se combina una moderada influencia de la sede central en la
planificación estratégica divisional con un estricto control estratégico. Aunque la
formulación de las estrategias de negocio comienza en las UEN, luego, la sede central
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juega un papel importante de revisión. Los directivos corporativos pueden sugerir temas
estratégicos o valores comunes que guíen el proceso de planificación, y el esfuerzo por
explotar sinergias y revisar interdependencias entre divisiones es menor que en la
planificación estratégica. La sede central tiene un tamaño intermedio y existen menos
servicios centrales de apoyo y pueden ser de acceso voluntario. Se combinan objetivos de
carácter financiero y estratégico pero estos son en general más precisos y detallados que
en la planificación estratégica y los objetivos financieros son metas que es necesario lograr
y que producen recompensas o sanciones. Se busca un equilibrio entre objetivos a corto y
largo plazo. En definitiva se trata de combinar las ventajas de los dos modelos anteriores
sin caer en sus inconvenientes. Pero también puede crear ambigüedad y confusión. Suele
ser habitual en grupos con numerosos negocios pero con entornos y factores clave de
éxito similares.
Una empresa puede decidir reorganizar su cartera de negocios por distintas razones. Por
ejemplo, para concentrarse en algunas actividades y deshacerse de aquellas que se alejan
de sus áreas de negocio centrales o de sus competencias centrales (especialización o
refocusing). Una estrategia de diversificación previa inadecuada está en el origen de
muchos movimientos de reestructuración corporativa. También puede vender una división
para mejorar sus disponibilidades financieras y, por ejemplo, financiar nuevas
adquisiciones que se esperan más rentables. O simplemente, la dirección del grupo no está
satisfecha con los resultados alcanzados por esa unidad de negocio o ésta no tiene buenas
expectativas de futuro.
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- cambio equipo directivo responsable
- cambio estratégico o redefinición de la estrategia competitiva
- venta de activos
- políticas de recorte de gastos: El objetivo es una mejora de la productividad
mediante procesos de reingeniería y eliminación de equipos y activos y puestos de
trabajo redundantes. Se da una reducción de recursos, pero manteniéndose o
incluso fortaleciéndose la posición que la empresa ocupa en su negocio.
- políticas de recorte de plantillas o downsizing, decisiones voluntarias de reducir
el tamaño de la plantilla de la empresa para mejorar sus resultados, su
productividad y/o competitividad. La disminución de la plantilla puede
materializarse en una amplia variedad de políticas operativas: como son los
despidos colectivos, los expedientes de regulación de empleo, las jubilaciones
anticipadas, las bajas incentivadas o la congelación de nuevas contrataciones.