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Corporación Universitaria Minuto de Dios

Uniminuto

Nombre de la actividad

Actividad: 2. Ensayo sobre la “Epistemología de la gestión de los ambientes de


aprendizaje”

Curso

Gestión de Ambientes de Aprendizajes

Tutor

Mg. Johnny Waldo López Jerez

Alumno

Luz Argenis Penagos Sánchez

Matricula

 A01312285
Introducción

A continuación se presenta un análisis de los aspectos más relevantes que debe

tener en cuenta un docente a la hora de gestionar ambientes de aprendizajes de manera

exitosa. En primera instancia se resalta la importancia que tiene para el mejoramiento de la

calidad educativa la gestión de ambientes de aprendizajes, contemplados como una de las

mejores estrategias para fortalecer las competencias no solo de los estudiantes sino también

las competencias profesionales de los docentes, ya que un docente que genere óptimos

ambientes de aprendizaje es un docente innovador, activo, critico de sus propias prácticas

de aula, que ve la necesidad de una actualización y capacitación constante. Que no

enmarca los ambientes de aprendizaje solo en lo físico y lo material, sino que tiene un

concepto global que abarca actividades, métodos, planeaciones, relaciones de los

estudiantes, y de la comunidad educativa en general, lo direcciona hacia un espacio de

comunicación.

Posteriormente, se relacionan algunas apreciaciones que caracterizan un ambiente de

aprendizaje exitoso, entre las cuales se destacan la planeación y ejecución de actividades

pedagógicas y didácticas teniendo en cuenta las necesidades, el contexto y saberes previos

de los estudiantes.

Finalmente, se resaltan los aportes del trabajo individual, el trabajo colaborativo, la lúdica,

el juego, la motivación, y la tecnología en la gestión y construcción de ambientes d

aprendizaje que realmente sean significativos que promuevan y faciliten el gusto por el

aprendizaje y que contribuyan al desarrollo y fortalecimiento de las competencias de los

estudiantes.
Los ambientes educativos han adquirido mucha importancia al ser el escenario que

puede favorecer condiciones de aprendizaje y promover el desarrollo de capacidades,

competencias, habilidades y valores. Y más aún en países como Colombia que buscan

afanosamente alcanzar una educación con más calidad, generando aprendizajes que

comprendan capacidades y competencias de alto nivel de complejidad, especialmente en los

estándares de lectura, pensamiento matemático, ciencias y la formación cívica y ética.

Lo primero que el docente debe tener en cuenta a la hora de gestionar estos

ambientes de aprendizaje, es precisamente la necesidad de transformar la educación,

teniendo en cuenta que se pretende alcanzar metas de calidad que solo serán posibles si se

da la transformación en las prácticas educativas. Se debe iniciar con una reflexión y un

cuestionamiento constante de la labor docente. Esto con el fin de que el docente a partir de

su propia autorreflexión propicie acciones de cambio y transformación que lo lleven a

optimizar el proceso de enseñanza-aprendizaje. Es un proceso difícil para la gran mayoría

de docentes, ya que a pesar de tener muchos años de experiencia, nunca contemplaron la

posibilidad de autocrítica de su propio quehacer. Y en su formación como docentes no se

les inculco este principio. “En lugar de aprender a reflexionar sobre los principios que

estructuran la vida y la práctica del aula, a los futuros profesores se les enseñan

metodologías que parecen negar la necesidad misma del pensamiento crítico” (giroux

1997).
De modo que se sugiere que como agente involucrado en la educación el docente

deberá asumir un rol reflexivo:

“El mundo no sólo requiere maestros que enseñan lo que saben sino también maestros que

sospechan de lo que saben y de la manera como lo enseñan; y que por esa sospecha

analizan su quehacer constantemente. (…) la manera de comunicar el saber, pero, ante

todo, la reflexión crítica, racional y argumentada del mismo es lo que verdaderamente

dignifica, orienta y da sentido a la educación”. (Restrepo, A., 2008).

Pero como no solo con la autocrítica y autorreflexión se generan cambios, es

necesario que el docente tenga un espíritu investigador, preocupado de las problemáticas

sociales, que como lo señala Soubal (2008), debe de ir más allá de simples formas

centradas en los contenidos curriculares y requiere de la actualización pedagógica constante

con vistas a ampliar su bagaje cultural y tener mayores posibilidades de métodos que se

opongan a los utilizados en los modelos clásicos o los utilizados por aquellos docentes

cuyas prácticas son puramente intuitivas. Los procesos de profesionalización deben tener

un giro en sus contenidos y procesos, más que de repasar estrategias, metodologías y

contenidos, deben enfatizar el cambio de paradigma y su fundamentación, para lograr así la

comprensión y sensibilización del cambio necesario. Como lo corrobora Soubal (2008),

todos los gestores educacionales estamos comprometidos con la constante renovación del

saber, el saber hacer y el convivir, a comprender al humano y qué es lo que lo motiva

a actuar en un momento determinado.

Esta reflexión y transformación es sumamente importante, ya que es el docente el

principal generador de estos ambientes de aprendizaje, es el mediador y el diseñador de

situaciones de aprendizaje centradas en el estudiante, y como lo cataloga Torrego (2008),


es el tutor del aprendizaje, es quien motiva a los alumnos, genera preguntas, guía en la

búsqueda de soluciones y evalúa adecuadamente el aprendizaje. Sin lugar a dudas un

docente que en primera medida debe tener una concepción clara y adecuada del termino

ambientes de aprendizaje, que no lo enmarque solo en lo físico, porque el espacio físico no

es más que las paredes que delimitan el aula de clase, los enseres y materiales educativos

que se utilizan en el desarrollo de las prácticas de aula, pero que carecen de vida y sentido

sino se les interrelaciona, sino hay un motor que los engrane, que los mueva, que propicie

una serie de relaciones de estos con los demás actores. un mediador que tenga una

concepción de ambiente de aprendizaje más activa que involucre al ser humano y por tanto

involucra acciones pedagógicas en las que, quienes aprenden, están en condiciones de

reflexionar sobre su propia acción y sobre las de otros, en relación con el ambiente.

Así como lo relaciona Duarte (2003), que se constituya en procesos educativos que

involucren acciones, actitudes, condiciones materiales y socio afectivas, múltiples

relaciones con el entorno y la infraestructura necesaria para la concreción de los propósitos

culturales que se hacen explícitos en toda propuesta educativa. Igualmente que se entienda

como un recurso, el cual debe ser sostenible, con una buena administración, donde haya

una participación equitativa, donde todos los sujetos sean creadores y actores y se evidencia

la participación de manera compartida, solidaria, reflexiva, comprensiva y democrática.

Como también lo contempla Duarte (2003), que la escuela sea un verdadero sistema

abierto, flexible, dinámico y que facilite la articulación de los integrantes de la comunidad

educativa: maestros, estudiantes, padres, directivos y comunidad en general.

Que se convierta en el espacio donde se establece la comunicación y las

interacciones que posibilitan el aprendizaje. Con esta perspectiva se ratifica que en los

ambientes de aprendizaje media la actuación del docente para construirlos y emplearlos


como tal. Es así, como el docente debe tener el fundamento correcto del ambiente de

aprendizaje, para que comprenda la necesaria redimensión de este aspecto en su práctica

docente y sus implicaciones en la calidad educativa.

Otro de los aspectos más importantes que debe tener en cuenta el docente al

momento de gestionar los ambientes de aprendizaje es la forma como este concibe el aula

de clase, ya que el aula de clase es mucho más que el espacio físico denominado salón de

clases; ella abarca la puesta en escena completa, articulada, armonizada, de actividades de

maestros y estudiantes e incorpora, allí mismo, las relaciones entre compañeros de clase. El

aula, en este contexto, es entendida como el espacio privilegiado de aprendizaje en el

sistema de educación formal; es en ella donde ocurre la interacción entre los estudiantes y

los docentes, orientada a lograr de forma sistemática y eficaz, aprendizajes socialmente

definidos. Así como lo menciona Duarte (2003), es aquí donde el maestro se hace y se

muestra, aquí ya los deseos se convierten en una realidad, ya no es el mundo de lo que

podría ser, sino el espacio de lo que es.

Igualmente se deben de construir ambientes de aprendizaje contextualizados a las

necesidades y requerimientos de los estudiantes y de toda la comunidad que circunda la

escuela, donde se permita la participación de todos los agentes, y de esta manera se estará

generando como lo señala Duarte (2003), un gran sentido de pertenencia en todos los

agentes involucrados en el proceso. Ambientes de aprendizaje que ofrezcan distintos

escenarios, actividades y propuestas, los cuales se generaran con la construcción de

currículos integradores. Currículo que como también lo ratifica Torrego (2008), estén

impregnados de coherencia, significatividad y funcionalidad para los estudiantes.


Pero además de contextualizados los ambientes de aprendizajes deben de partir de

un diagnóstico oportuno y de uno saberes previos bien identificados, de esta manera se

estará apuntando al logro de un aprendizaje realmente significativo, este ocurre cuando una

nueva información se relaciona con la ya existente, esto implica que las nuevas ideas, los

conceptos y las proposiciones pueden ser aprendidos significativamente en la medida en

que otras ideas, conceptos o proposiciones relevantes estén adecuadamente claras y

disponibles en la estructura cognitiva del individuo y que funcionen como un punto de

“anclaje” a las primeras. Además donde se diseñen procesos de aprendizaje por

descubrimiento y por recepción de acuerdo con las competencias básicas de cada área,

ambientes de aprendizaje o metodologías que impliquen.

El aprovechamiento de los espacios y sus elementos para apoyar directa o

indirectamente el aprendizaje, lo cual permite las interacciones entre los alumnos y el

maestro; en este contexto cobran relevancia aspectos como: la historia del lugar, las

prácticas y costumbres, las tradiciones, el carácter rural, semirural, indígena o urbano del

lugar, el clima, la flora y fauna, entre otros. Asimismo, en el hogar, como ambiente de

aprendizaje, los estudiantes y los padres de familia tienen un marco de intervención para

apoyar las actividades académicas, al organizar el tiempo y el espacio en casa.

Potencializando la acción mediadora del docente, para que desarrolle en sus

estudiantes las capacidades de aprender a aprender, es decir, enseñar a los alumnos a que se

vuelvan aprendices autónomos, independientes y autorreguladores. Generando de esta

manera, como lo menciona Soubal (2008), actividades pedagógicas que estén sustentadas

teóricamente en un modelo en que el alumno interactúe socialmente, modificando sus

estructuras cognitivas a partir de sus conocimientos previos en unidad con lo afectivo


motivacional y los valores, en un modelo escolar, que simule el contexto social en que se

desenvuelve, o sea la vida.

Por consiguiente es crucial que haya generación de diferentes ambientes de

aprendizaje, centrados en el estudiante, que despierten la motivación de los alumnos, que

estén orientados como lo estima Duarte (2003) hacia la lúdica, la relajación, la libertad de

hacer, otros espacios más individuales y otros más colectivos. Mediante el trabajo

individual se propicia la autonomía, donde en las distintas actividades e interacciones que

tiene el estudiante, aprenda a pensar por propia cuenta, es importante tener en cuenta que

para el desarrollo de esta autonomía el docente debe propiciar espacios donde se

desarrollen las competencias comunicativas, especialmente el enseñar a escuchar a los

demás y exponer sus propias ideas, de esta manera los estudiantes reconocerán que son

seres únicos e irrepetibles, con las competencias para fijarse sus propias metas y trazar las

estrategias para cumplir con los compromisos adquiridos.

De esta misma forma en la construcción de un buen ambiente de aprendizaje, es

decisivo el trabajo colaborativo, ya que es una de los más acertados métodos para

desarrollo integral en los estudiantes en los aspectos social, afectivo y cognitivo. De tal

forma que como lo sustenta Duarte (2003) se generen ambientes de aprendizaje altamente

favorables para la convivencia social y los aprendizajes. El docente debe aprovechar las

distintas oportunidades para entusiasmar a los estudiantes a unir los esfuerzos en la

realización de actividades y proyectos en forma grupal. Para ello, debe proponer

actividades cuya realización requiera del trabajo en equipo, pero, al mismo tiempo,

posibilite los desarrollos individuales. Es también de resaltar que un ambiente de

aprendizaje adecuado debe asegurar un espacio favorable para la interacción entre el


docente y los estudiantes, y entre los estudiantes mismos, de tal manera que se generen

procesos comunicativos donde las mediaciones de aprendizaje sean múltiples.

Estas actividades individuales y colectivas deben de ser aplicadas teniendo en

cuenta también ambientes lúdicos, que permitan mediante el juego desarrollar

competencias en los estudiantes. El docente debe tener claro que el juego no se debe

fundamentar en simple pasatiempo o entretenimiento, el juego va más allá. Duarte (2003),

habla claramente el juego desarrolla la creatividad, mediante el seguimiento de reglas se

potencian las capacidades humanas, igualmente lo ratifica Flórez, los jóvenes aprenden y

se forman mejor cuando producen por medio de una actividad lúdica, con sentimiento,

creatividad y alegría. “El juego es una actividad clave para la formación del género humano

en relación con los demás, con la naturaleza y consigo mismo en la medida en que le

propicia un equilibrio estético y moral entre su interioridad y el medio con el que

interactúa”(Flórez, 2000: 39).

Además de las estrategias anteriormente mencionadas el docente debe de tener en

cuenta a la hora de gestionar ambientes de aprendizaje exitosos, el potencial tecnológico e

informático. Gracia (2001) señala que el docente debe de conocer las estrategias

tecnológicas para poder potenciar y maximizar el uso de estos recursos en el aula.

Es así como existen muchas estrategias, métodos y actividades que le sirven al

docente para gestionar diversidad de ambientes de aprendizajes, como lo relaciona Soubal

(2008) el alumno a formar deberá recibir las influencias de otros modos educativos,
distintos a los existentes, para que interprete la realidad, sea crítico y humanamente

sensible, resuelva los problemas y transforme.

Conclusiones

Es importante que el docente a la hora de gestionar ambientes de aprendizaje, los

contemple como la mejor estrategia de apoyo en el proceso de enseñanza aprendizaje.

 Igualmente que lo caracterice como  el espacio donde se establece la comunicación y las

interacciones que posibilitan el aprendizaje. Con esta perspectiva se asume que en los

ambientes de aprendizaje media la actuación del docente para construirlos y emplearlos

como tales.

Se trata de esta forma de gestionar ambientes que posibiliten la comunicación, el

diálogo y la deliberación, que formen en prácticas de respeto, tolerancia y aprecio por la

pluralidad y la diferencia, la autonomía, el ejercicio de los derechos y las libertades,

aprendiendo a comportarse en beneficio de los derechos humanos propios y demás. Por

medio de la ejecución de actividades enmarcadas en el trabajo individual y el trabajo

colaborativo, que lleven al estudiante a ser autónomo pero al mismo tiempo desarrollan el

aspecto social, afectivo y cognitivo.

Ambientes de aprendizajes que involucren actividades lúdicas por medio de los

cueles se despierte la creatividad de los estudiantes y que al mismo tiempo sea la

motivación y el motor para que se dé el proceso de aprendizaje más fácilmente. De esta

misma manera no se debe dejar a un lado el potencial tecnológico y la innovación, pero


siempre y cuando se haga un adecuado uso de estas tecnologías de la información , ya que

estas actividades deben siempre apuntar al desarrollo del pensamiento de los estudiantes y

sobre todo la constante renovación de métodos, estilos y estrategias docentes para hacer

más cualitativo el aprendizaje.

Bibliografía

Duarte,J. (2003), Ambientes de aprendizajes una aproximación conceptual. Revista

Iberoamericana de educación.

Garcia, J. (2001) El potencial tecnológico y el ambiente de aprendizaje con recursos

tecnológicos: informáticos, comunicativos y de multimedia. una reflexión

epistemológica y pedagógica. Facultad de investigación. Universidad de Costa Rica.

Giroux, H (1997). Los profesionales como intelectuales transformativos. En Los

Profesores como Intelectuales: Hacia una pedagogía crítica del aprendizaje Barcelona,

Editorial Paidós.

Soubal, S (2008). La gestión del aprendizaje Algunas preguntas y respuestas sobre en

relación con el desarrollo del pensamiento en los estudiantes. Revista Polis,

editorial de la Universidad Bolivariana de Chile, Vol. 7 No. 21. ED

Torrego, J.C. (2008). El profesor como gestor de aula, Universidad de Alcalá.

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ITORIAL DE LA UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE CHILE,DITORIAL DE LA UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE


CHILE,

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