preferible? La primera decisión de la estrategia de financiamiento es la estructura de capital, es decir, qué porcentaje de los recursos permanentes se debe financiar con deuda dejando el resto para el capital propio. Los ganadores del Premio Nobel de Economía Franco Modigliani y Merton Miller publicaron un trabajo en 1958 que cambió radicalmente el modo de abordar esta cuestión que, aún todavía, no ha sido asimilada completamente. En este vídeo explicaremos la intuición central de este aporte, asumiendo un escenario sin impuesto a las ganancias. Supongamos que una empresa sin deuda utiliza el "CAPM" para determinar que su "Ke" y, por tanto, también su "WACC", es 10 por ciento. Como el acreedor tiene menos riesgo que el accionista, el "Kd" siempre será menor que el "Ke". En nuestro ejemplo, la empresa cuenta con la posibilidad de endeudarse emitiendo un bono de 4 por ciento. ¿Le conviene endeudarse? ¿Cuál sería el nivel de endeudamiento ideal? Antes de la aparición de Modigliani y Miller, se pensaba que debía existir una combinación ideal de deuda y "equity" que minimizara el "WACC". Cuanto menor fuera el "WACC", mayor sería el valor de la empresa, porque se calcula como el valor actual de su flujo descontado con el "WACC". Al incorporar más deuda, que es el recurso más barato, el "WACC" tendería a bajar. En realidad, al aumentar el nivel de endeudamiento, el acreedor tiene más riesgo y aumentará su tasa. Por tanto, si el endeudamiento fuera demasiado alto, el WACC dejaría de caer y empezaría a aumentar nuevamente. El endeudamiento que obtenía el mínimo "WACC" era la estructura de capital ideal en el mundo antes de Modigliani y Miller. Al aumentar el endeudamiento, no sólo aumenta el riesgo del acreedor sino también el del accionista. Por tanto, el "Ke" también debe aumentar. En la medida que este aumento sea pequeño, el "WACC" seguirá disminuyendo. Sin embargo, si el aumento de "Ke" fuera muy grande, el WACC podría llegar a crecer a pesar de estar incorporando deuda barata en su composición. Para encontrar el "WACC" óptimo, es necesario conocer cómo varía el "Ke" al aumentar la deuda. Pero, antes de Modigliani y Miller, esto no tenía respuesta, por lo que se estaba en un callejón sin salida. Supongamos que soy el único accionista de una empresa que no tiene deuda y, por tanto, recibo todo el flujo del negocio. Mis acciones valen 100 millones porque es ese el valor actual del flujo de fondos. Siguiendo la postura tradicional anterior a Modigliani y Miller, pienso que un poco de deuda puede ayudar a mi empresa a bajar el costo de capital y a aumentar su valor. Para esto, la empresa emite un bono por 50 millones. Debido a que sólo quiero cambiar la forma de financiar la empresa sin modificar nada en la operación del negocio, la empresa reduce el capital accionario con los 50 millones obtenidos. La empresa no cambió nada operativamente, continúa con los mismos activos y generando el mismo flujo del negocio que antes de tomar deuda, pero ahora, tiene un endeudamiento del 50 por ciento. Como accionista, conservo la mitad de mis acciones y recibo los 50 millones en efectivo. El flujo del negocio se reparte ahora entre los acreedores, que poseen los bonos, y yo, que poseo las acciones. Por último, decido comprar, a título personal, los bonos en el mercado utilizando los 50 millones en efectivo. La empresa continúa operando como si nada hubiera pasado, manteniendo el 50 por ciento de endeudamiento. Como tengo todos los bonos y las acciones, nuevamente, recibo todo el flujo del negocio. ¿Soy más rico que al inicio? Claramente, no, como recibo el mismo flujo que al principio, no soy ni más rico ni más pobre, tengo 100 millones. Originalmente, la empresa generaba un flujo cuyo valor actual eran 100 millones, por tanto las acciones valían 100 millones. Al incorporar deuda sin cambiar nada en el negocio, el flujo sigue valiendo 100 millones, por lo tanto, en conjunto, la deuda más las acciones, no pueden valer otra cosa que 100 millones. El financiamiento puede ser del 50 por ciento o del 30 por ciento pero, siempre, la deuda más las acciones, en conjunto, deben valer 100 millones. Notemos que lo que acabamos de decir es independiente de quién sea el dueño de los bonos o de las acciones, es decir, no hace falta que sea la misma persona. Por este motivo y contra la intuición de la mayoría del mundo financiero, Modigliani y Miller sostienen que el valor de la empresa es independiente del financiamiento. Pero el razonamiento requiere un supuesto clave, que el financiamiento no afecte a mi negocio, es decir, que el flujo de fondos de los inversores no se vea afectado por la deuda. Como estamos asumiendo que no hay impuesto a las ganancias esto es lo mismo que decir que el "Free Cash Flow" sea independiente de la deuda. Recordemos que el valor de la empresa es el valor actual del "Free Cash Flow", descontado con el "WACC". Por tanto, si el "Free Cash Flow" y el valor de la empresa son independientes del financiamiento, el "WACC" también debe serlo. Es decir, si el "Free Cash Flow" y el valor de la empresa son constantes a lo largo de los diferentes niveles de endeudamiento, entonces el "WACC" también debe ser constante. Si bien esta afirmación es un poco desconcertante, nos puede ayudar a comprenderla que pensemos que la tasa de descuento de un flujo es el costo de oportunidad de realizar una inversión de riesgo similar. Por tanto, no hay motivo para cambiar la tasa de descuento del "Free Cash Flow" si este no es afectado por el financiamiento. Antes de Modigliani y Miller, no se podía conocer la evolución del "WACC" porque no se conocía la dinámica del "Ke" al variar el financiamiento. Modigliani y Miller nos muestran el camino para abandonar este callejón sin salida. Al mostrarnos que el "WACC" es independiente del financiamiento, Modigliani y Miller nos indican cómo debe comportarse el "Ke" para que el "WACC", efectivamente, sea constante. El sentido común no termina de aceptar que la deuda sea irrelevante. Lo que acabamos de ver parece lejano del mundo real. ¿Cómo va a ser irrelevante el nivel de deuda? Modigliani y Miller no dicen que la deuda sea irrelevante en la práctica, sino que nos muestran dónde debemos mirar para decidir sobre el endeudamiento. La irrelevancia se da en la medida que la deuda no afecte al flujo del negocio, por tanto, Modigliani y Miller nos dicen que miremos en qué circunstancias la deuda sí afecta al flujo de los inversores. Es fácil ver que el flujo de los inversores se ve afectado por la deuda en el caso de que los intereses permitan reducir el impuesto a las ganancias. La deuda también puede modificar el flujo del negocio en la medida que la empresa caiga en estrés financiero. Por ejemplo, se dañaría el negocio si la empresa debe malvender activos para afrontar pagos de la deuda, o sus proveedores le restringen entregas ante el temor de falta de pago, o los clientes deciden comprar productos de un competidor cuya supervivencia no peligra. La deuda, entonces, contará a su favor con el ahorro fiscal y, en contra, con los posibles daños que genere en las operaciones una excesiva deuda. Pero, ¿la deuda no convenía porque era más barata que el "equity"? Modigliani y Miller nos muestran que esto es una falacia. El acreedor no nos regala nada, la deuda es más barata porque tiene menos riesgo, que es absorbido por el accionista. Si el flujo que reciben en conjunto acreedores y accionistas es el mismo, el único modo de que el accionista gane valor, es porque el acreedor lo pierde. Si tenemos en cuenta que los acreedores no suelen exigir una tasa menor a la que les corresponde por el riesgo que asumen, entonces, el accionista no estaría ganando valor. En este vídeo hemos visto una mirada intuitiva de gran aporte de Modigliani y Miller. Comenzamos mostrando cómo se miraba la decisión de endeudamiento antes de Modigliani y Miller. Se pensaba que se podía crear valor incorporando deuda porque, al ser más barata, se bajaría el costo de capital. Sin embargo, Modigliani y Miller mostraron que eso no es relevante en la decisión. La deuda es más barata porque tiene menos riesgo, que es absorbido por el accionista. Por tanto, en la práctica, se debe elegir el endeudamiento mirando qué cosas afectan al flujo de fondos, en particular, los impuestos y el estrés financiero.