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IN TR ODUCCIÓN AL MÓDULO
Introducción
Tema 3: Mora
Introducción
3.2 Función resarcitoria
3.3 Mora
Material de lectura
Hablamos de la responsabilidad, y en cuanto a ella, la forma en que el código trata la misma en cuanto a
prevenirla y sancionarla, el código de Vélez anterior solo trataba la responsabilidad desde el ángulo de la
indemnización, pero no desde la prevención como lo hace la actual normativa, resolviéndose ahora con la
nueva mirada la posibilidad de compensar (como era antes, pero también poder prevenir y sancionar).
Existe, asimismo, en la nueva legislación, lo que se denomina prelación
normativa, es decir, una escala a considerar que norma se debe
aplicar primero, eventualmente la que sigue y así en forma sucesiva.
Todo ello el Código lo aborda en el siguiente artículo:
Art. 1709. Prelación normativa. En los casos en que concurran las disposiciones de este Código y las
de alguna ley especial relativa a responsabilidad civil, son aplicables, en el siguiente orden de prelación:
la autonomía de la voluntad;
EL DEBER DE RESPONDER
ARTÍCULO 1716.- Deber de reparar. La violación del deber de no dañar a otro, o el incumplimiento de
una obligación, de lugar a la reparación de daño conforme con las disposiciones de este código.
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Función preventiva
Art. 1710. Deber de prevención del daño. Toda persona tiene el deber, en cuanto de ella dependa, de:
b) adoptar, de buena fe y conforme a las circunstancias, las medidas razonables para evitar que se produzca
un daño, o disminuir su magnitud; si tales medidas evitan o disminuyen la magnitud de un daño del cual un
tercero sería responsable, tiene derecho a que este le reembolse el valor de los gastos en que incurrió,
conforme a las reglas del enriquecimiento sin causa;
La anterior legislación no tenía contemplado la posibilidad de evitar el daño que pudiera darse, sino trabajaba
sobre la base de aplicar la sanción frente al daño cometido. Por eso no se encuentra en el Código Civil
referencia alguna que claramente hable sobre el deber de evitar el daño o de mitigar el ya producido.
Pero también debemos detenernos en la palabra Se podría interpretar que el primer inciso apunta
EVITAR y ello nos trae como consecuencia el DEBER a quien puede ser el auto del daño y el segundo a
DE PREVENCIÓN de dicho daño, pero no solo evitarlo, aquel que no lo ha causado, pero puede evitar
sino también NO AGRAVARLO si el mismo se ha hacerlo tomando las medidas necesarias e
producido (deber que, por otra parte, también le cabe a incorporando también evitar el agravamiento. Es
la víctima del daño y titular del reclamo). El segundo un deber jurídico que se impone a terceros
inciso del 1710, puede interpretarse como similar en atendiendo las circunstancias del caso y luego
alguna medida al anterior atento que el mismo apunta a obviamente poder cobrarlas al responsable del
la adopción de las medidas razonables para evitar la daño, ahora el tercero también tiene acción
producción del mismo (por ejemplo, una medianera en contra el beneficiado como contra la víctima del
estado defectuoso, poder apuntalarla para evitar su daño. Podemos asociar este resarcimiento a la
derrumbe) siempre se podrá evitar un daño con las que sería la figura de la gestión de negocios.
medidas razonables (casi obvio), pero serán de Este deber se aplica tanto en la faz contractual
interpretación cuáles pudieran ser ellas. como en la extracontractual.
El inc. c) es también algo nuevo, deber de mitigación del daño. Es decir, la víctima no debe agravar el daño,
más allá que él no lo causara, no debe agravarlo por cuanto sería contrario al principio de la bonafide (buena
fe). Por ejemplo, si una persona es lesionada por otra, no puede reclamar los daños si se niega a los
cuidados médicos o desoye el tratamiento.
Así, Borda dice que "si el damnificado pudo evitar mayores daños adoptando las medidas adecuadas, el
autor del hecho deja de ser responsable de la agravación, así ocurre, por ejemplo, si el propietario dejó su
automóvil en el taller más tiempo de lo que era preciso y lo hizo por simple negligencia o incuria, o si lo dejó a
la intemperie sin tomar el cuidado de hacerlo llevar a un taller de reparaciones o a un depósito donde
estuviera resguardado contra las inclemencias del tiempo y la acción de terceros". A su vez, Zavala de
González dice que "así como no existe un derecho a perjudicar injustamente, el damnificado soporta la
carga, como imperativo de su propio interés, de desplegar las diligencias ordinarias para evitar la continuidad
o el agravamiento del perjuicio".
Art. 1794. Toda persona que sin una causa lícita se enriquezca a expensas de otro, está obligada, en la
medida de su beneficio, a resarcir el detrimento patrimonial del empobrecido. Si el enriquecimiento consiste
en la incorporación a su patrimonio de un bien determinado, debe restituirlo si subsiste en su poder al tiempo
de la demanda.
No solo debe existir antijuridicidad, en la valoración del daño, Cuanto mayor sea el conocimiento de
sino que el acto positivo acción como el negativo omisión haga las cosas, mayor será el deber de actuar.
previsible la producción del daño. Esta situación será valorada La regulación es sumamente amplia. No
en abstracto, considerando lo previsible para un hombre medio, es solo para casos de producción de un
evaluando todas las particulares circunstancias. Así, este daño, que puede ser el caso normal, sino
artículo debe ser relacionado con el 1725: también para aquellos en los cuales se
pide el cese de acto dañoso o se trata de
impedir su agravación.
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Acto que perturba a los vecinos más allá de lo tolerable, art. 1973, 2° párr..
Estas acciones son imprescriptibles e independientes El caso previsto en la norma es el del daño ya
de las acciones indemnizatorias, porque suponen producido, por un hecho único, pero que incluso
conductas continuadas. De lo contrario, habría que puede llegar a ser peor. Si no estuviera prevista la
admitir que el paso del tiempo puede purgar la posibilidad de iniciar la acción de cese de
discriminación, la depredación al medio ambiente o la agravamiento, bien podría ser que a la víctima le
exposición de la vida íntima. Pero pueden ocurrir casos dijeran que debió directamente plantear la acción
en los que ya se haya producido y sea irreversible, o indemnizatoria. La acción de cese del
bien que no se trate de una conducta continuada que agravamiento, no está alcanzado, en principio,
se mantiene con el tiempo. por la prescripción liberatoria.
No se exige a quien pretende demostrar que la posibilidad de sufrir un daño es imputable a alguien por culpa
o por riesgo. Ningún factor de atribución es exigible. La antijuridicidad es lo único que se requiere ser
probado. Y como es posible que un acto sea antijurídico sin que sea imputable, es correcto que no se exija la
concurrencia de un factor de atribución.
Por otro lado, lo que la ley busca es que la prevención sea rápida y eficaz. Exigir la demostración de la culpa
de alguien, sería contrario a lo que precisamente se quiere tutelar. Por otro lado, el Juez exigirá la
correspondiente contracautela, con lo que se despeja bastante el riesgo de acciones preventivas
malentendidas.
La ley no exige que se demuestre el factor de atribución, lo que no quiere decir que no pueda probarlo
sumariamente el interesado, si es que está a su alcance hacerlo.
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En principio general, todo daño reparable debe ser antijurídico, salvo como dije antes aquellos en los que
exista justificación, como por ejemplo, la legítima defensa (propia o de 3 eros), el estado de necesidad y el
ejercicio regular de un derecho. En cuanto a los factores de atribución, pueden ser objetivos o subjetivos. En
relación a la culpa, puede ser definida como aquella conducta en la que se opera con negligencia,
imprudencia, impericia o inobservancia, así como también debemos tener en cuenta las circunstancias de
personas, tiempo y lugar (así decía el código de Vélez, derogado), pero la legislación actual toma estos
principios y los continúa. Nuestro Código aborda estos principios desde el art. 1719 en adelante.
Aquí vemos a la víctima con una exposición voluntaria a una situación de peligro, que no justifica el hecho
dañoso ni exime de responsabilidad en principio. La única excepción que contempla el artículo en análisis se
refiere a aquellos supuestos en los cuales la supuesta “aceptación de riesgos” pueda calificarse como un
hecho del damnificado que interrumpe total o parcialmente el nexo causal.
Sin perjuicio de disposiciones Aquí hay que analizar que clases de bienes pueden ser motivo de
especiales, el consentimiento libre e consentimiento y cuáles los recaudos a cumplir en ese
informado del damnificado, en la consentimiento. Entonces puede el damnificado admitir que se
medida en que no constituya una produzca un daño a sus bienes patrimoniales, pero no será igual
cláusula abusiva, libera de la cuando se trate de bienes personalísimos, que únicamente podrán
responsabilidad por los daños encuadrar en esta causa de justificación cuando sean disponibles,
derivados de la lesión de bienes de conformidad con lo dispuesto por el art. 55 CC y C.
disponibles.
Cuando la víctima consiente el daño
sufrido, ello constituye una causal
de justificación, y elimina toda nota
de antijuridicidad, lo que conduce al
rechazo de la pretensión
indemnizatoria promovida por el
damnificado.
Cuando de las circunstancias de la obligación, o de lo convenido por las partes, surge que el deudor debe
obtener un resultado determinado, su responsabilidad es objetiva.
Es la responsabilidad que surge del incumplimiento de una obligación. Así, por ejemplo, si alguien se obligó a
satisfacer el interés del acreedor, no asegurando la obtención del fin perseguido, la obligación será de
medios, y el factor de atribución aplicable es subjetivo. Por el contrario, si el cumplimiento del interés fue
asegurado por el deudor, entonces la obligación es de resultado y, por ende, el factor de atribución es
objetivo.
Tema 3: Mora
Art. 886. Mora del deudor. Principio. Mora automática. Mora del
acreedor. La mora del deudor se produce por el solo transcurso del
tiempo fijado para el cumplimiento de la obligación. El acreedor incurre
en mora si el deudor le efectúa una oferta de pago de conformidad con
el artículo 867 y se rehúsa injustificadamente a recibirlo.
Concepto
Se puede considerar que la mora automática, como regla general, colisiona con la adecuada protección que
debe darse al derecho del deudor a pagar y liberarse de la obligación en todos los casos en los que,
queriendo cumplir a tiempo o ya estando en mora, se encuentra a merced de la conducta abusiva del
acreedor en los casos en que este no coopera en el cumplimiento, o bien se niega injustificadamente a
recibir el pago (Montesano). Pero asimismo el deudor debiera tomar todos los recaudos y adoptar las
medidas necesarias para poder cumplir. Ello no da lugar al ejercicio abusivo del derecho del acreedor un su
rol de sujeto obligacional. En lo que atañe a las obligaciones puras y simples (las que no tienen modalidad
alguna), la aplicación de la mora automática es adecuada con lo contemplado por el inc. a) del art. 871, en
cuanto establece que el "tiempo del pago" de una obligación de exigibilidad inmediata (es decir, las llamadas
puras y simples), el pago debe hacerse en el momento de su nacimiento.
El retardo, que está dado por el incumplimiento relativo (elemento objetivo y material);
La imputabilidad o factor de atribución, que puede ser subjetivo u objetivo según el nuevo
sistema —arts. 774, 1721 a 1725— (elemento jurídico-valorativo), y
CONCEPTO
La mora del acreedor, mora accipiendi, consiste en el retraso en el cumplimiento de la prestación, debida a la
conducta del acreedor, cuando omite la cooperación indispensable de su parte y, en especial, la aceptación
del pago (Galli, Busso, Cazeaux, Compagnucci de Caso).
Vale decir que los requisitos para que se configure la mora del acreedor
son los siguientes:
La existencia de una obligación que para su cumplimiento requiera un comportamiento del
acreedor (en las obligaciones de no hacer no se puede suscitar la mora del acreedor; el deudor
debe limitarse a una abstención).
La existencia de una obligación válida en estado de efectivización (por ej., si la obligación era a
plazo, el mismo debe estar vencido).
EFECTOS
5. autoriza a formular la consignación del pago (cfr. art. 904, inc. a);
6. etcétera.
Sujetas a plazo tácito; si el plazo no está expresamente determinado, pero resulta tácitamente
de la naturaleza y circunstancias de la obligación, en la fecha que, conforme a los usos y a la
buena fe, debe cumplirse;
Sujetas a plazo indeterminado propiamente dicho; si no hay plazo, el juez, a pedido de parte, lo
debe fijar mediante el procedimiento más breve que prevea la ley local, a menos que el
acreedor opte por acumular las acciones de fijación de plazo y de cumplimiento, en cuyo caso
el deudor queda constituido en mora en la fecha indicada por la sentencia para el
cumplimiento de la obligación. En caso de duda respecto a si el plazo es tácito o indeterminado
propiamente dicho, se considera que es tácito.
COMENTARIO
En el caso de las obligaciones a plazo tácito y las de plazo para un momento posterior (Compagnucci de
plazo indeterminado, aunque la ley no prescriba Caso): por ejemplo, cuando es necesario la
específicamente, se exige interpelación del deudor, realización de algún trámite previo para que se
esto es, realizar una intimación fehaciente que conozca en qué momento se producirá el
importe un reclamo formal o una manifestación de la vencimiento o bien cuando se conviene pagar una
voluntad inequívoca por la que el acreedor compele el deuda cuando se mejore de fortuna (Cazeaux). En
cumplimiento de la obligación. Por lo tanto, la estos casos, las partes deberán acordar la fecha
interpelación debe ser firme, clara y precisa y ofrecer de cumplimiento y, en caso de desacuerdo,
cooperación si fuera necesario. En el caso del plazo deberán recurrir a los tribunales mediante la acción
tácito, pasado un tiempo y por las circunstancias de judicial correspondiente (la que tramite por el
la obligación, el acreedor deberá interpelar a su proceso más breve) a fin de obtener la declaración
deudor para constituirlo en mora. En lo que respecto a de fijación del plazo de pago. Por último, cuando
la obligación a "plazo indeterminado" o "sin plazo", se hay duda o si se trata de una obligación a plazo
refiere a cuando las partes han postergado la fijación indeterminado o tácito, la presunción es que es de
del plazo tácito.
EFECTOS DE LA MORA
Las consecuencias jurídicas, de la mora nuestro código las refleja, entre otros, en los arts. 1716, 1737 a
1740); 2º) la que pone a cargo del deudor los riesgos del contrato (arts. 746, 755 y concs.); 3º) la que impide
que el deudor invoque la teoría de la imprevisión (art. 1091); 4º) la que da derecho a resolver el contrato por
virtud del pacto comisorio (art. 1083 y ss.); 5º) la que habilita el ejercicio de la cláusula penal (arts. 790, 792 y
concs.); 6º) la que hace caer la facultad de ejercer de arrepentirse (arts. 1059 y 1060); 7º) la que suspende
el curso de la prescripción (art. 2541); etcétera (Rivera y Medina).
Para que las consecuencias jurídicas de la mora no le sean atribuidas al deudor, este deberá demostrar que
el retardo no le es imputable. El estado de mora exige, efectivamente, la concurrencia de un factor de
atribución (subjetivo u objetivo), puesto que es menester contar con la presencia de un fundamento que
justifique los graves efectos que se derivan del incumplimiento de la obligación.
Art 1722: Los fundamentos objetivos se deben direccionar a la atribución del deber de "garantía" o
"responsabilidad" del deudor, tales como el riesgo creado, la garantía, la equidad, el deber de seguridad, la
igualdad ante las cargas públicas, etcétera (cfr. arts. 1721 a 1724, nuevo Código). Ahora en el caso de la
mora, puede darse que se configure un factor de atribución (subjetivo u objetivo), pero—a la vez— que se
presente una eximente que libere al deudor de los efectos de la mora (por ej., la culpa del acreedor, la
imposibilidad de pago, etc.). Pero ocurre que habrá que atender solo aquellos que correspondan a la
naturaleza de la obligación. Esto lo refiere el art. 1723 que establece que cuando "...de las circunstancias de
la obligación, o de lo convenido por las partes, surge que el deudor debe obtener un resultado determinado,
su responsabilidad es objetiva".
Así pues, en las obligaciones de medios podrán admitirse como causales de exoneración de la mora la falta
de culpa (arts. 774, inc. a y 1768) o bien el caso fortuito (art. 1730); en cambio, en las obligaciones de
resultado solo posibilitarán invocar el casus, el hecho de un tercero (art. 1731) o la imposibilidad de
cumplimiento objetiva y absoluta (art. 1732), más no la "falta de culpa" dado que en estas obligaciones la
culpabilidad es un elemento extraño por haberse prometido un "resultado eficaz" en la prestación de un
hecho o servicio (cfr. arts. 774, 1716, 1721 a 1724, nuevo Código).
Por otra parte, también habrá de ponderarse si se trata de una obligación principal o accesoria, puesto que —
como es sabido— la esfera de relevancia de la obligación se extiende más allá de la prestación principal,
comprendiendo las obligaciones accesorias o secundarias que ayudan y concurren a integrar el llamado
cumplimiento. Nos referimos a las obligaciones de seguridad, garantía o protección en general (cfr. arts.
1097, 1098, 1100, 1101, 1286, 1753, 1761, 1762, 1767, 1768, entre otros, nuevo Código).
LUGAR
La última parte del artículo en comentario dispone que, cualquiera sea el lugar de pago de la obligación, para
eximirse de los efectos de la mora, el deudor debe demostrar que no le es imputable. Con esta disposición
legal, queda cerrada toda discusión doctrinaria en torno a qué sucede si el lugar de pago es el domicilio del
deudor, adhiriéndose, pues, a la solución de la doctrina plenaria de las Cámaras Nacionales en lo Civil y en lo
Comercial. En el nuevo Código, la controversia en torno a las reglas onus probandi ha quedado zanjada.
No obstante lo expuesto, no podemos dejar de indicar que la solución coloca al deudor en la difícil situación
de tener que aguardar todo el día en su domicilio la llegada del acreedor y en su caso demostrar que este no
compareció para eximirse de las responsabilidades de la mora (Montesano).
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Art. 791. Objeto. La cláusula penal puede tener por objeto el pago de
una suma de dinero, o cualquiera otra prestación que pueda ser
objeto de las obligaciones, bien sea en beneficio del acreedor o de
un tercero.
Material de lectura
Art. 793. Relación con la indemnización. La pena o multa impuesta en la obligación suple la
indemnización de los daños cuando el deudor se constituyó en mora; y el acreedor no tiene derecho a otra
indemnización, aunque pruebe que la pena no es reparación suficiente.
Relación con la indemnización. La pena o multa impuesta en la obligación suple la indemnización de los
daños cuando el deudor se constituyó en mora; y el acreedor no tiene derecho a otra indemnización, aunque
pruebe que la pena no es reparación suficiente.
El caso fortuito
Aquí citaremos al Dr. Cazeaux (1980), quien explica que si el incumplimiento se debiera a caso fortuito o
fuerza mayor, la pena no sería exigible.
Es decir, que la excepción de exención debe ser juzgada con mucho cuidado y restrictivamente.
El primer aspecto que determina el art. 793 es el carácter de la cláusula penal cuando es "compesatoria". En
ese caso viene a sustituir la indemnización de los daños, y como consecuencia de ello el acreedor tiene
limitado su reclamo al importe o valor de la cláusula penal. Es la aplicación del principio de "inmutabilidad"
que se hace extensivo a otros artículos y tiene como efecto práctico dejar firme y estable lo convenido por
las partes. La ley lo aclara bien, tal como lo hace el Código Civil en los arts. 655 y 656, que aun demostrando
que el daño fue mayor, carece de derecho a un incremento de la cláusula, como también el deudor está
impedido de solicitar disminuciones porque el perjuicio fue menor.
Art. 794. Ejecución. Para pedir la pena, el acreedor no está obligado
a probar que ha sufrido perjuicios, ni el deudor puede eximirse de
satisfacerla, acreditando que el acreedor no sufrió perjuicio alguno.
Los jueces pueden reducir las penas cuando su monto
desproporcionado con la gravedad de la falta que sancionan, habida
cuenta del valor de las prestaciones y demás circunstancias del
caso, configuran un abusivo aprovechamiento de la situación del
deudor.
La primera parte del art. 794 consagra en plenitud el principio de inmutabilidad de la cláusula y además su
función de sustitución de los daños y perjuicios por el incumplimiento del deudor. Por ello, el acreedor no
puede reclamar un importe mayor demostrando que los daños exceden el cálculo de la cláusula; ello lleva
como contrapartida que el deudor tampoco puede pretender pagar menos (aun cuando el perjuicio tuviere
disminuida entidad). Se justifica la solución legal en razón que de esa forma se fijan convencionalmente los
daños y se da garantía suficiente del importe debido ante el incumplimiento.
Facultad judicial de atenuar la pena. Tiene su fundamento en el abuso del derecho, la moral y las buenas
costumbres. Para ello dispone diferentes pautas a tener en consideración: a) la gravedad de la falta
sancionada; b) el valor de las prestaciones, y c) las demás circunstancias que configuren un "abusivo
aprovechamiento de la situación del deudor".
En cuanto a la gravedad, se tiene en cuenta aspectos subjetivos de las partes contratantes, pero también los
aspectos objetivos en lo que hace a los perjuicios ocasionados.
Cuando habla del valor de las prestaciones, debemos considerar que la cláusula de la que hablamos debe
guardar proporcionalidad con la prestación principal por tratarse de una obligación accesoria. En cuanto al
abusivo aprovechamiento, significa que debemos considerar las dos condiciones anteriores, y evaluar al
deudor en cuanto a una situación de extremo desamparo y debilitamiento jurídico. Dicha presunción puede
ser destruida por prueba en contrario.
Se ha controvertido si la alteración del importe de la cláusula penal puede ser hecha de oficio o bien
requiere petición de parte interesada. Por la primera idea se inclina gran parte de la doctrina y la
jurisprudencia, y ello porque la sanción tiene su fundamento en principios de orden público y afectación a
la moral y las buenas costumbres. Por otra parte, se sostiene que el juez no puede actuar de oficio y solo
a petición y requerimiento de parte interesada. Y ello en razón de que hay que invocar y acreditar hechos
que justifiquen el requerimiento, y además que la sanción constituye una nulidad relativa y por ello
solamente argüible por parte interesada.
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IN TR ODUCCIÓN AL MÓDULO
Introducción
Introducción
En este módulo comenzaremos viendo las teorías sobre la causa, los artículos del Código Civil y Comercial
relativos a ellas. Luego continuaremos con los factores de atribución.
Contenidos del módulo
Se trata del enlace material que existe entre un hecho antecedente y otro consecuente, y que permite
establecer a quien debe ser imputado un hecho determinado y sus consecuencias.
De modo que si se quita la causa, desaparece la consecuencia. No hay diferencias cualitativas entre ellas,
todas tienen el mismo valor. Las condiciones que pueden ser mentalmente suprimidas, sin afectar el
resultado, no son causa.
Se considera causa aquella que con un criterio temporal se halla más próxima al resultado. Proviene de
FRANCIS BACON, que elabora esta teoría ante la dificultad jurídica de juzgar las causas de las causas. Pero
se la critica, ya que no siempre la condición última es la verdadera causante de un daño. ORGAZ señala
como ejemplo el de la enfermera que suministra el veneno puesto por otro, y que desconoce. De modo que
puede decirse que el orden cronológico no es necesariamente el orden causal.
Tiene dos vertientes (Lopez Mesa): cuantitativa, en el sentido de que la verdadera causa es la que en mayor
cantidad ha contribuido a la producción del daño; y cualitativa, mediante un juicio de valor.
Es la teoría mayormente seguida, y la que como regla general adopta el CCyC, y también había adoptado el
Cód. Civil. Se originó por VON BAR (1871) y el fisiólogo VON CRIES (1888). Esta teoría parte de un criterio de
previsibilidad, recurriendo a la vida misma y a lo que de ordinario acontece. No todas las condiciones son
causa. Para que sea tal en virtud de un juicio de probabilidad, debe ser causa adecuada.
El siguiente material les será de utilidad para comprender qué se entiende por "daño", según la normativa
vigente. Además, podrán cuáles son los tipos de indemnización que considera la legislación y su relación
con la causalidad.
Relacion de causalidad..pdf
1.5 MB
Hay veces que quien parecería ser responsable por la comisión del hecho que causa un daño no lo es, ya
que el mismo se debió a una causa y/o hecho ajeno a su persona. Estos supuestos son denominados por el
Código Civil y Comercial de la Nación como causales de eximición, previstas en el artículo 1729, que regula
el hecho del damnificado, el artículo 1730, que establece el supuesto del caso fortuito o fuerza mayor; y el
artículo 1731, que prevé el hecho de un tercero.
Por su parte, el artículo 1732 del CC y C dice: "El deudor de una obligación queda eximido del cumplimiento y
no es responsable, si la obligación se ha extinguido por imposibilidad de cumplimiento objetiva y absoluta,
no imputable al obligado. La existencia de esta imposibilidad debe apreciarse teniendo en cuenta las
exigencias de la buena fe y la prohibición del ejercicio abusivo de los derechos".
El artículo 1729 del CC y C prescribe con entre el hecho del agente y el ordenamiento jurídico en sentido
la denominación HECHO DEL amplio. Si se causa un daño merced a acción u omisión, el
DAMNIFICADO que "La responsabilidad agente sobre quien eventualmente recae el calificativo de
puede ser excluida o limitada por la dañador solo podrá eximirse de responder si el hecho resulta
incidencia del hecho del damnificado en captado por una causa de justificación. En el artículo 1718 del
la producción del daño, excepto que la CC y C se mencionan como causas de justificación el ejercicio
ley o el contrato dispongan que debe regular de un derecho, la legítima defensa y la evitación de un
tratarse de su culpa, de su dolo o de mal actual o inminente que amenace al mencionado agente o a
cualquier otra circunstancia especial". un tercero (estado de necesidad).
ASUNCIÓN DE RIESGOS
El artículo 1719 CC y C prescribe "La exposición voluntaria por parte de la víctima a una situación de peligro
no justifica el hecho dañoso ni exime de responsabilidad, a menos que, por las circunstancias del caso, ella
pueda calificarse como un hecho del damnificado que interrumpe total o parcialmente el nexo causal. Quien
voluntariamente se expone a una situación de peligro para salvar a la persona o los bienes de otro tiene
derecho, en caso de resultar dañado, a ser indemnizado por quien creó la situación de peligro, o por el
beneficiario por el acto de abnegación. En este último caso, la reparación procede únicamente en la medida
del enriquecimiento por él obtenido".
A su vez, el artículo 1720 a "CONSENTIMIENTO DEL que involucra la actividad no debe exceder
DAMNIFICADO" precisa que "Sin perjuicio de sus propios límites ni implicar peligros
disposiciones especiales, el consentimiento libre e adicionales. Los presupuestos que connotan
informado del damnificado, en la medida en que no esta figura se evidencian de manera
constituya una cláusula abusiva, libera de la manifiesta en la práctica de deportes
responsabilidad por los daños de la lesión de bienes peligrosos (automovilismo, artes marciales,
disponibles El artículo 1720 del CC y C condiciona su montañismo) y asimismo en el turismo de
aplicación a que el riesgo aventura.
HECHO DE UN TERCERO POR EL QUE NO HAY QUE RESPONDER
La jurisprudencia ha resuelto “la empresa transportista no puede ser responsabilizada por los daños
sufridos por una pasajera que sufrió lesiones al colisionar el interno en el que era transportada, en tanto se
verifica una ruptura del nexo causal por la intervención de un tercero por el que no debe responder dado que
el impacto se produjo por haber sido el colectivo embestido en su parte trasera por una camioneta" (CNCiv.,
Sala G, 9/2/2012, La Ley, 2012-B, 548).
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Establecida la causalidad (que es anterior al factor de atribución, ya que este presupone aquella), el
ordenamiento, a través de los factores de atribución, da los fundamentos o las razones de justicia por los
cuales manda a soportar el daño al responsable, haciendo nacer la obligación de repararlos, o haciendo
pesar las consecuencias del incumplimiento obligacional en cabeza del acreedor o del deudor, según el
caso. Son, en definitiva, el porqué de la responsabilidad civil.
Factores subjetivos
DOLO
En el art. 1724 del CCyC se dispone que "El dolo se configura por la Producción de un daño de manera
intencional o con la manifiesta indiferencia por los intereses ajenos":
Una conducta cuya finalidad sea la afectación directa de los intereses de terceros.
CULPA
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Introducción
Tema 3: Responsabilidad por el hecho de los hijos y por otras personas a cargo
Introducción
Code: MW-RL
Client IP: 206.189.65.204
En este módulo, habiendo analizado los presupuestos de la responsabilidad civil en su función resarcitoria y
abordado el estudio de aplicación de los factores de atribución, se analizarán algunos supuestos especiales
de responsabilidad.
2. Profesionales liberales
En el art. 1753 del CCyC se dispone: "Responsabilidad del principal por el hecho del dependiente. El principal
responde objetivamente por los daños que causen los que están bajo su dependencia, o las personas de las
cuales se sirve para el Cumplimiento de sus obligaciones, cuando el hecho dañoso acaece en ejercicio o
con ocasión de las funciones encomendadas. La falta de discernimiento del dependiente no excusa al
principal. La responsabilidad del principal es concurrente con la del dependiente". A su vez, en el art. 732 del
CCyC se establece: "Actuación de auxiliares. Principio de equiparación. El incumplimiento de las personas de
las que el deudor se sirve para la ejecución de la obligación se equipara al derivado del propio hecho del
obligado".
La responsabilidad es concurrente, cada sujeto responde por su propia causa: el dependiente, en razón de
su propia responsabilidad (directa, o emanada del hecho de las cosas o las actividades riesgosas), en tanto
que el principal, por ser tal.
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Los arts. 1754 a 1756 del CCyC disponen respecto de la responsabilidad indirecta de aquellos que tienen un
rol jurídico de contralor o vigilancia respecto de otras personas, no ya por una cuestión de dependencia, sino
porque la ley les asigna una función de protección y contralor respecto de terceros, derivado ello de la
incapacidad, la capacidad restringida, o una situación de vulnerabilidad del protegido.
La responsabilidad parental es "es el conjunto de deberes y derechos que corresponden a los progenitores
sobre la persona y bienes del hijo, para su protección, desarrollo y formación integral mientras sea menor de
edad y no se haya emancipado" (art. 638 del CCyC).
A fin de hacer ver la importancia del tema que impacta por su cotidianidad, se acompaña el siguiente
enlace:
Microjuris.com (2013). Responsabilizan en un 70% a los padres del menor que ocasionó la
pérdida de la vista de otro al arrojarle un elemento mientras jugaban.
https://aldiaargentina.microjuris.com/2013/07/01/responsabilizan-en-un-70-a-los-padres-
del-menor-que-ocasiono-la-perdida-de-la-vista-de-otro-al-arrojarle-un-elemento-mientras-
jugaban/
REQUISITOS
Como en toda responsabilidad refleja, el hecho dañoso de autoría material del hijo debe reunir los requisitos
propios para atribuirle responsabilidad civil, sea o no imputable, rigiendo las normas generales ya
estudiadas. En caso contrario, los progenitores no responden.
Factor de atribución
Sea que el daño causado por el hijo a un tercero haya sido involuntario o no, la responsabilidad de este
último es concurrente con la de sus padres.
Naturaleza de la responsabilidad
Si es atribuible a los dos progenitores, la obligación entre ambos (frente a la víctima) es solidaria, sin
perjuicio de la concurrencia con la responsabilidad personal del hijo.
Cesaría la responsabilidad paterna solo en los Progenitor no conviviente: En caso de que no conviva el
casos en que la, privación o la suspensión de la padre con el hijo, siempre por una causa lícita (por ej. la
responsabilidad parental se produjera por separación de los progenitores), se dispone que cesa la
causas no imputables al padre (por ej. ausencia responsabilidad en tanto y en cuanto -claro está- no se
con presunción de fallecimiento, o la limitación encuentre a su cargo o deba estarlo al tiempo de la
de la capacidad). causación del daño.
En el art. 1755 del CCyC se establece que "cesa si el hijo menor de edad es puesto bajo la vigilancia de otra
persona, transitoria o permanentemente. No cesa en el supuesto previsto en el art. 643".
El art. 1756 del CCyC dispone: "Otras personas encargadas. Los delegados en el ejercicio de la
responsabilidad parental, los tutores y los curadores son responsables como los padres por el daño causado
por quienes están a su cargo. Sin embargo, se liberan si acreditan que les ha sido imposible evitar el daño;
tal imposibilidad no resulta de la mera circunstancia de haber sucedido el hecho fuera de su presencia. El
establecimiento que tiene a su cargo personas internadas responde por la negligencia en el cuidado de
quienes, transitoria o permanentemente, han sido puestas bajo su vigilancia y control".
En el siguiente material abordaremos la responsabilidad por el hecho de las cosas y las actividades
riesgosas.
Ley Nacional Nro. 26944: “Esta ley rige la responsabilidad del Estado
por los daños que su actividad o inactividad le produzca a los bienes
o derechos de las personas. La responsabilidad del Estado es
objetiva y directa. Las disposiciones del Código Civil no son
aplicables a la responsabilidad del Estado de manera directa ni
subsidiaria. La sanción pecuniaria es improcedente contra el Estado,
sus agentes y funcionarios".
Asimismo, esta ley dice expresamente que la responsabilidad del Estado es amplia y se refiere a todos los
daños que sean consecuencia de su actividad o inactividad. En otras palabras: comprende los daños
ocasionados por los hechos y actos, así también por las omisiones, y esta parte se la puede vincular con lo
que la doctrina denominó los daños provocados, ya sea por una no prestación del servicio o por una
prestación irregular del servicio y, por ello, el afectado puede accionar: solicitando la prestación omitida o
deficientemente prestada o reclamar la reparación de los perjuicios derivados de la conducta no realizada o
realizada deficientemente.
En el art. 1768 del CCyC se dispone: "Profesionales liberales. La actividad del profesional liberal está sujeta a
las reglas de las obligaciones de hacer: La responsabilidad es subjetiva, excepto que se haya comprometido
un resultado concreto. Cuando la obligación de hacer se preste con cosas, la responsabilidad no está
comprendida en la Sección 7, de este Capítulo, excepto que causen un daño derivado de su vicio. La
actividad del profesional liberal no está comprendida en la responsabilidad por actividades riesgosas
previstas en el art. 1757".
Microjuris.com (2019) Error evitable: Mala praxis que derivó en el fallecimiento de la paciente por la mala
atención recibida ante un cuadro de hipertensión arterial y cefalea grave (RECUPERADO 19-2-
2020) https://bit.ly/2VheqzR
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Además de las normas generales de la responsabilidad de las profesionales liberales, las actividades de los
médicos están regidas en Capital Federal y territorios nacionales: ley 17.132 (Normas para el Ejercicio de la
Medicina, Odontología y Actividades de Colaboración); ley 22.914 (Salud Pública. Internación y Egresos de
Establecimientos de Salud Mental); ley 23.674, Salud Pública, entre otras.
Las normas deontológicas tienen alta relevancia. En Argentina está el "Código de Ética de la Confederación
Médica de la República Argentina", con aplicación en todo el territorio nacional. Cada Colegio Médico
provincial tiene también su propio Código de Ética.
Obligación de informar.
Trato digno y respetuoso al paciente.
Deber de seguridad.
Responsabilidad directa.
1. Por su naturaleza.
Se dan tres situaciones, cada una con sus propios efectos jurídicos a la hora de determinar la
responsabilidad por daños: tratamiento con médicos independientes del establecimiento; tratamiento con
médicos vinculados al establecimiento; las obligaciones del establecimiento ajenas a la tarea médica.
Se da responsabilidad indirecta del principal (establecimiento), por el hecho del "dependiente" (en sentido
amplio); otros postulan una responsabilidad directa derivada de la actividad riesgosa. Otros postulan el
factor de la garantía, consistente en que el establecimiento asegura la adecuada prestación del servicio, lo
que supone -en definitiva- la previa determinación de la responsabilidad del médico.
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Están regidas esencialmente por la ley 23.660 (obras atención por médicos en relación de
sociales) y 23.661 (seguro nacional de salud). Están dependencia; pago por prestación médica;
confiadas a los sindicatos, de una manera indirecta, y sistema de "capitación"; sistema de "reintegro".
deben adecuarse a las pautas fijadas por el Ministerio Pero a los fines de la responsabilidad civil,
de Salud de la Nación. Existen varias modalidades para resulta irrelevante el sistema de contratación. El
contratar los servicios por ellas ofrecidos: afiliado es ajeno a ese contrato, y no le es
oponible.
Existen varias formas en que el abogado puede vincularse con quien requiere de sus servicios, y ello tiene
algunas consecuencias diferentes: actuación como patrocinante (simple patrocinio, situación asimilable al
asesoramiento legal y a la defensa del imputado en sede penal); actuación como procurador; actuación
como apoderado; actuación como asesor o ante un dictamen.
Sin embargo, pueden existir obligaciones de resultado. Por ejemplo, en el caso de que sean aplicables las
reglas del contrato de obra (redacción de un dictamen, de un contrato, etc.). También, en el ámbito de un
proceso judicial, si bien la tarea debe considerarse "única", en ciertos casos será posible desdoblarla,
considerando algunos deberes jurídicos en particular.
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Se desarrolla dentro de un complejo marco daños producidos por las personas que se
jurídico: el punto de partida es el contrato de obras encuentran en relación de dependencia.
y servicios (arts. 1251 y SS. CCyC), en particular
las primeras, en donde existe regulación
Daños causados después de entregada la obra: la
específica.
legitimación pasiva del art. 1277 del CCyC es
sumamente amplia. La responsabilidad de estos
Daños causados durante la ejecución de la obra: legitimados pasivos es concurrente con la del dueño
el empresario y el director responden como del bien.
guardianes; también como principales por los
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Sobre el contrato que celebran los requirentes con el notario y la clasificación de las
obligaciones en de medios y resultado.
En general se entiende que entre los requirentes y el escribano se celebra un contrato de locación de obra,
que algunos le agregan “intelectual”. De modo que, también se sostiene en general que dicho contrato
engendra para el escribano una obligación de resultado.
La doctrina en general ha entendido que pesa sobre el escribano una típica obligación de resultado, derivada
del contrato de locación de obra. Bustamante Alsina (1993) afirmó que “En cuanto a la naturaleza de la
obligación es, sin duda, una obligación de resultado, pues el escribano se compromete al otorgamiento de
un instrumento válido en cuanto a las formalidades legales que él debe observar como autorizante” (p. 528).
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IN TR ODUCCIÓN AL MÓDULO
Introducción
Introducción
Code: MW-RL
Client IP: 206.189.65.232
En el siguiente módulo, nos dedicaremos a recorrer las diferentes variantes de la responsabilidad, tanto en
aspectos generales con especiales: por ejemplo, responsabilidad del transportista; del shopping center; la
responsabilidad por actos discriminatorios; responsabilidad colectiva, entre otras. Finalmente,
desarrollaremos aquellas acciones posibles que se encuentran entre lo civil y penal: las acciones de
indemnización.
1. Responsabilidad colectiva
Art. 1286, 2.ª parte CCCN Responsabilidad del transportista. “Si el transporte es de cosas, el transportista se
excusa probando la causa ajena. El vicio propio de la cosa transportada es considerado causa ajena →
obligación de resultado”.
Es necesario diferenciar al menos dos lugares distintos en los cuales pueden manifestarse situaciones de
responsabilidad civil del centro comercial. El primero de ellos es dentro del espacio físico del centro
comercial propiamente dicho, es decir, en el interior del edificio en el cual está montado el shopping center o
hipermercado.
Toda persona que ingrese al establecimiento, que aunque todavía no haya finiquitado un acto de consumo y
no exista vínculo contractual alguno, puede afirmarse con toda certeza que se trata de un consumidor, el
cual se encuentra bajo el tamiz protectorio de la relación de consumo consagrada por el artículo 42 de la
Constitución Nacional y la ley 24240 y que en caso de sufrir un daño, sea porque se resbaló en el suelo
mojado del baño o en la escalera mecánica o porque padece un daño por otro consumidor o por ser víctima
de un violento asalto o de un silencioso hurto, podrá demandar al centro comercial o hipermercado, fundado
en que estamos ante una relación de consumo conforme a lo normado por el artículo 42 de la CN, "los
consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la relación de consumo, a la protección de
su salud, seguridad e intereses económicos". Dicha relación da lugar a un deber de seguridad, derivado de la
Ley 24.240 (de Defensa del Consumidor), que establece que "los servicios deben ser suministrados o
prestados de forma tal que, utilizados en condiciones previsibles o normales, no presenten peligro alguno
para la salud o integridad física de los consumidores o usuarios". El deber de protección y seguridad no solo
contempla el espacio de compra, sino también el de cocheras.
En este ámbito de responsabilidad resulta interesante en fallo que se transcribe relacionado con
"Responsabilidad caídas en escaleras mecánicas".
ACCEDER A WEB
260.258 CARATULADOS “ROMERO LILIANA DEL VALLE C/ IRSA PROPIEDADES COMERCIALES S.A. P/ D. Y P.”
Recuperado19-2-2020) http://www2.jus.mendoza.gov.ar/listas/proveidos/vertexto.php?ide=6317206471
El segundo caso es el supuesto tal vez de mayor controversia, y es el acontecimiento dañoso en las playas
de estacionamiento que ofrecen los hipercentros de consumo, sobre todo ante la sustracción de vehículos o
motocicletas estacionados en esos espacios. En este punto, para justificar el deber de responsabilidad de
los titulares de los centros comerciales, se han expuestos diferentes argumentos.
En este sentido, la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de San Isidro obligó a la empresa
Cencosud a resarcir a un cliente a quien le sustrajeron su vehículo de la playa de estacionamiento.
La etapa precontractual: es decir, cuando el potencial usuario se traslada por el lugar en que se
desarrollará la relación de consumo. Esto significa que el proveedor tiene la obligación de
ofrecerle un marco de seguridad cuando este se encuentra en esa superficie.
La etapa contractual: involucra a todas las subetapas, es decir, tanto la iniciación del contrato,
la de efectiva ejecución, como la que se vincula con el mantenimiento o garantía del bien o
servicio.
El contrato de garaje es aquel por el cual un sujeto deja en custodia un vehículo por un período de tiempo
determinado, pudiendo ser oneroso o gratuito. El contrato de garaje ha sido regulado a partir de considerarlo
un supuesto de “depósito necesario”, partiendo del caso en que el vehículo se introduce en un hotel y
expandiendo dicha figura a los demás supuestos del contrato de garaje (arts. 1370, inc. b], y 1375, CCyCN).
Señala el art. 1370, inc. b), del CCyCN que el hotelero responde por “el vehículo guardado en el
establecimiento, en garajes u otros lugares adecuados puestos a disposición del viajero por el hotelero”.
Asimismo, el art. 1375 en su primer párrafo señala: “Las disposiciones de esta sección se aplican a los
hospitales, sanatorios, casas de salud y deporte, restaurantes, garajes, lugares y playas de estacionamiento
y otros establecimientos similares que prestan sus servicios a título oneroso”.
Eximentes de responsabilidad
Para que se configure la responsabilidad será necesario que concurran sus elementos esenciales, vale
decir:
En el siglo XX aparece un nuevo bien, el digital. toda índole, a través del servicio de Internet, se
La digitalización hace posible su masificación, encuentra comprendida dentro de la garantía
transformándolos en bienes abundantes, de constitucional que ampara la libertad de expresión. A su
disponibilidad ilimitada y común, en la medida vez, el Decreto 1279 de 1997 establece que el servicio
en que permanezcan bajo el dominio público. de Internet se halla alcanzado por la referida tutela,
Los bienes digitales son todos aquellos bienes correspondiéndole las mismas consideraciones que a
culturales y no culturales que tienen forma los demás medios de comunicación social. En el mismo
digital, interpretados y presentados por las sentido, se han expedido, también, la Relatoría para la
computadoras en forma de información, bases Libertad de Expresión de la Organización de los Estados
de datos, programas de computadora, Americanos, del Consejo de Derechos Humanos de las
imágenes, música, sitios Web, textos, libros, Naciones Unidas y de la Comisión Interamericana de
videos, entre muchos otros. Derechos Humanos.
La atribución de responsabilidad
En la República Argentina, ante la omisión legislativa, la doctrina y jurisprudencia han esbozado opiniones
diametralmente opuestas. En efecto, por un lado, están quienes pregonan un factor de atribución de
responsabilidad objetivo cimentado en la teoría del riesgo y, por el otro, quienes postulan un factor de
atribución subjetivo basado en el conocimiento efectivo de la ilicitud del contenido al que se accede a través
del motor de búsqueda.
1 Factor de atribución objetivo: Borda opina que los buscadores desarrollan una actividad con
autonomía dañosa que consiste en una estructura organizada que intensifica la producción de
perjuicios. Para decirlo en otras palabras, si bien el menoscabo es causado de modo directo
por el proveedor del contenido, el intermediario facilita su divulgación y potencia sus efectos
nocivos.
2 Factor de atribución subjetivo: Los buscadores serán responsables cuando, pese a conocer la
existencia de contenidos nocivos en su lista de resultados, omitan bloquearlos. Por supuesto
que la decisión será diferente si los buscadores asumieron un rol activo, subiendo en su
página web algún contenido propio y/o modificando o editando los de terceros, ya que en esos
supuestos su calidad de intermediario se desvanece.
La Corte destacó que convenía distinguir entre los casos en que el daño es manifiesto y grosero, en cuyo
caso bastaba con una comunicación fehaciente del damnificado, y los supuestos en los que el perjuicio es
opinable, dudoso o exige un esclarecimiento, que corresponde exigir la notificación judicial o administrativa
competente. Esta postura va en sintonía con el pensamiento de autores como Tomeo que estiman que el
contenido debe ser eliminado de los resultados cuando resulte ostensible y manifiestamente ilegal.
En este grupo, se englobó a la pornografía infantil, la provisión de datos que faciliten o instruyan la comisión
de delitos, “que pongan en peligro la vida o la integridad física de alguna o muchas personas, que hagan
apología del genocidio, del racismo o de otra discriminación con manifiesta perversidad o incitación a la
violencia, que desbaraten o adviertan acerca de investigaciones judiciales en curso y deban quedar
secretas, como también los que importen lesiones contumeliosas al honor, montajes de imágenes
notoriamente falsos o que, en forma clara e indiscutible, importen violaciones graves a la privacidad
exhibiendo imágenes de actos que por su naturaleza deben ser incuestionablemente privados, aunque no
sean necesariamente de contenido sexual”.
Tutela preventiva
La Corte ha señalado que toda restricción, sanción o limitación a la libertad de expresión debe ser de
interpretación restrictiva y toda censura previa que sobre ella se ejerza padece una fuerte presunción de
inconstitucionalidad. En definitiva, en lo que concierne a medidas adoptables a futuro, consideró que no
procede la tutela preventiva, que puede generar una censura previa, sino determinar en todo caso
responsabilidades ulteriores.
Lorenzetti y Maqueda consideraron, que es posible reconocer una acción judicial a fin de que se adopten las
medidas necesarias para prevenir futuros eventos dañosos (tutela sustancial inhibitoria); esto es, para evitar
que en tiempos venideros se establezcan nuevos vínculos que afecten los derechos personalísimos y se
produzca la repetición de la difusión de información lesiva. Un mandato preventivo, “que persigue evitar la
repetición, agravamiento o persistencia de daños”, habilitado por la “sola amenaza causalmente previsible
del bien jurídico tutelado”.
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Que dicho grupo desarrolle una actividad riesgosa: la actividad desplegada por el grupo debe
ser pasible de ser calificada como riesgosa.
Relación causal entre la acción del grupo y el daño denomina un supuesto de “complejidad
causal” o “una manifestación diversa de causalidad” (Larenz).
Eximentes
ARTÍCULO 1760.- Cosa suspendida o arrojada. Si de una parte de un edificio cae una cosa, o si
esta es arrojada, los dueños y ocupantes de dicha parte responden solidariamente por el daño
que cause. Solo se libera quien demuestre que no participó en su producción.
Antecedentes de la responsabilidad colectiva a los supuestos de las acciones ‘de deiectis vel effusis’ que
se otorgaba a la víctima de un daño causado a raíz de que se le hubiera arrojado algo desde un edificio
mientras transitaba por la vía pública o un camino sujeto a servidumbre de tránsito, y ‘de costis vel
suspendis’ para el caso que la lesión proviniera de la caída de cosas suspendidas o expuestas a caer. El
edicto del pretor concedió en forma solidaria acción contra cada uno de los ocupantes de la casa, cuando no
fuera posible establecerse quién la había arrojado.
El art. 1760 hace referencia a que la cosa haya caído o haya sido arrojada “de la parte de un edificio”. O sea,
que es necesario delimitar la parte del edificio de la cual puede haber caído o sido arrojada la cosa, lo cual en
la práctica no parece una tarea sencilla.
En cuanto al factor de atribución, la doctrina mayoritaria sostiene que el factor de atribución es objetivo y se
funda en el riesgo.
La norma establece una inversión de la carga probatoria a favor de la víctima, de tal forma que son los
dueños y ocupantes del edificio de donde se ha caído o arrojado la cosa; quienes deben probar que no
intervinieron en la producción del daño. Dicha presunción de causalidad, conforme a lo previsto en el art.
1736 del nuevo C.C.C.N., defiende la postura que se trata de una responsabilidad objetiva (arts. 1722 y 1723
del C.C.C.N.).
Autor anónimo
En el supuesto previsto en el art. 1760, se trata de un grupo de vecinos, sean dueños u ocupantes, que
habitan un edificio, en cambio, en este caso se trata de un grupo de personas que sin realizar una actividad
peligrosa o riesgosa pueden generar un daño. Por ejemplo: asistentes a un espectáculo teatral o
cinematográfico, procesión religiosa, etc.
En tal caso, todos los miembros del grupo responden solidariamente, salvo aquel o aquellos miembros que
demuestren que no han contribuido a la producción del daño.
REQUISITOS
Que el daño causado deba ser el resultado probable de una acción individual de
una persona o más personas dentro de un grupo determinado.
Los sujetos responsables son las personas que conforman el grupo 1761 establece la responsabilidad
de autores probables del daño. La norma presume de la integración de todos los integrantes del grupo
del grupo y, consecuentemente, la autoría probable, de todos los “excepto que demuestre que no ha
integrantes del grupo frente a la víctima y les impone la solidaridad. contribuido a su producción”.
La norma prevé el supuesto de un daño que tiene causa en la actividad peligrosa para terceros de un grupo
de personas. La causalidad que presupone la norma es actuación común o en conjunto, del grupo mediante
una acción grupal. El daño debe derivar de una actividad peligrosa, desarrollada en conjunto.
El anonimato del miembro del grupo, que efectivamente sea autor material del daño, es
irrelevante; su individualización no libera a los demás miembros del grupo.
La causa del daño es la actividad riesgosa o peligrosa del grupo, en cambio, en la autoría
anónima es un antecedente del caso.
En el supuesto de grupo peligroso la causa del daño es compleja y se sitúa en el riesgo creado
por el grupo, en cambio, en la responsabilidad por autoría anónima la causa es única.
Material de lectura
Galdos, J. (2015). El art. 1757 del Código Civil y Comercial y la actividad riesgosa y peligrosa.
http://todosxderecho.com/archivos/f12/civil%20II/Responsabilidad%20derivada%20de%20
actividades%20riesgosas.pdf
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Concepto de deporte
2. de naturaleza competitiva;
Desde los albores de la humanidad se encuentra el origen del deporte. En Grecia Aristóteles desarrollo la
escuela peripatética (paseante) y en los jardines del liceo se armó un gimnasio.
Se señala que los juegos se venían celebrando en Olimpia con regularidad desde antes del 776 a.C. La
organización de los Juegos era supervisada por el Senado o Consejo Olímpico, que se encargaban de
administrar y cobrar los tributos que debían pagar todas las ciudades participantes en concepto de ayuda
militar, donaciones, alquiler de terrenos y sanciones de participantes; así como, la designación de los
sacerdotes y los cargos inferiores. “Los atletas que no cumplían el reglamento […] eran castigados con
multas y sanciones. Las sanciones podían ser políticas, económicas, deportivas y corporales”.
Roberto H. Brebbia señala que “el daño no intencional ocasionado a otra persona (deportista, árbitro,
espectador, etc.), durante la realización de un certamen o competición deportiva por uno de los
participantes(…)el deportista agente del perjuicio debe haber actuado al producirse el accidente,
ajustándose, en principio, a lo que disponen las leyes del juego, ya que, si así no lo hubiere hecho, no podría
afirmarse que hubiere estado practicando un deporte”.
Bueres y Bustamente Alsina sostienen que el deber de responder por las lesiones deportivas tiene origen en
dos casos:
a) Cuando existe una acción excesiva, que viola grosera y abiertamente el reglamento del juego; y
En general, la jurisprudencia ha decidido que los riesgos en deportes de contacto físico son previsibles, y
que la culpa debe valorarse con un criterio singular y específico, sopesándose si se ha actuado con torpeza
manifiesta o dolo, el infractor no está obligado a reparar los perjuicios cuando estos se consideran como
una alternativa común y habitual en el juego. Por el contrario, si la violación del reglamento es grave (golpe de
puño, foul, artero a un jugador caído, etc.), la conducta es excesiva, imprudente, y el deportista deberá
reparar las consecuencias dañosas.
Daños sufridos por espectadores
La Ley Nº 23.184 – B.O. 24/06/1985 –, en su art. 32, dispone que “el de anticipación, comunicar el lugar,
poder ejecutivo podrá disponer la clausura definitiva o temporaria de fecha y hora de realización del
los estadios, cuando los mismos no ofrezcan seguridad para la vida o evento, características, estimación
para el desarrollo normal del espectáculo, sea por deficiencia de los de público asistente, estando el
locales o instalaciones, sea por falla de organización para el control y Ente facultado a disponer la
vigilancia”. Esta ley tuvo su origen como consecuencia de las inspección del estadio hasta 24
reiteradas manifestaciones de violencia en los estadios de fútbol y horas antes del encuentro a fin de
por medio de su reglamentación – Decreto Nº 307/91, B.O. constatar acerca de las medidas
22/02/1991 – se creó el Ente Nacional Argentino del Deporte, de seguridad.
debiendo las autoridades de los estadios con noventa y seis horas
hábiles
En el ámbito de la responsabilidad
civil, la Ley Nº 23.184, en su art. 33,
dice que las entidades o
asociaciones participantes de un
espectáculo deportivo son
solidariamente responsables
civiles de los daños sufridos por
los espectadores de los mismos
en los estadios y durante su
desarrollo, si no ha mediado culpa
por parte del damnificado.
LEY 23798
Artículo 6: Los profesionales que asistan a personas integrantes de grupos en riesgo de adquirir el síndrome
de inmuno deficiencia están obligados a prescribir las pruebas diagnósticas adecuadas para la detección
directa - indirecta de la infección.
Artículo 8: Los profesionales que detecten el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) o posean presunción
fundada de que un individuo es portador, deberán informarles sobre el carácter infectocontagioso del
mismo, los medios y formas de transmitirlo y su derecho a recibir asistencia adecuada.
La enfermedad es factible que provoque:
Daños morales, como podrían ser, en determinados supuestos en que así quede
demostrado, las perturbaciones psicológicas que puedan derivarse.
En los albores del siglo XXI, la publicación de las revistas Science y Nature dieron noticia de la culminación
de la etapa de secuenciación del ADN humano, en medio de la ejecución del Proyecto Genoma Humano.
Daño genético
Es todo daño, alteración y modificación, operada por las técnicas genéticas, capaz de afectar la biología,
autonomía, dignidad e integridad del individuo, en virtud de fracturar sustancialmente su constitución
genética original con fines de predeterminar o determinar artificialmente su existencia.
Erick Valdés & Llaura Victoria Puentes, Daño genético. Definición y doctrina a la luz del
bioderecho, 32 Revista de Derecho Público, Universidad de los Andes, 1-24-2014.
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