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Universidad Nacional de Formosa.

Facultad de Administración, Encomia y Negocios.

Lecciones
De
Responsabilidad por Daños
Unidad VII

Magister Alfredo Eduardo Niz.

Docente de la Catedra de Derecho Privado I

Instituciones del Derecho.


1) La responsabilidad por daños y clases.

1.a) Nociones generales en la temática de responsabilidad civil.

La responsabilidad no es solo un fenómeno exclusivo de la vida jurídica, sino que se liga a los
dominios de la vida social, donde las personas como parte de la convivencia debe tener
comportamientos donde no perjudiquen a las personas con quienes se vinculan o relacionan.

Cuando se habla de responsabilidad civil, se hace referencia a un término complementario de una


noción más profunda que la de deber u obligación. En las obligaciones contractuales el deudor o
deudores deben cumplir con la prestación objeto de la obligación, en caso de incumplimiento
acarrea una responsabilidad patrimonial. La responsabilidad extracontractual , nace de un hecho
ilícito cometido contra un tercero, fundado sobre el deber de no dañar a otro, de t ener una
conducta de cuidado y previsión en los actos que se ejecutan, en las cosas que se utilizan o por las
actividades riesgosas que se realizan.

El vocablo Responsabilidad deriva del latín: “responderé” .Es la obligación de responder, de reparar
que siempre debe asumir una persona por su conducta antijurídica. Aclaremos desde el principio,
que nos abocamos a dar nociones básicas de responsabilidad en el plano estrictamente del Derecho
Civil, es decir “que consiste en reparar por medio de la indemnización pecuniaria, el daño que se ha
causado a otro”.

En el contexto de nuestro derecho civil, se dio origen a la responsabilidad civil como una respuesta
del derecho privado ante daños causados a las personas y a su patrimonio, debiendo repararse en
tales casos. El reproche a la conducta del agente dañador, resultaba fundamental en este esquema,
pues no se admitía la responsabilidad sin culpa y el factor de atribución era solamente subjetiva.

La responsabilidad civil evoluciono, prevaleciendo el concepto del daño injustamente sufrido y la


garantía del resarcimiento a la víctima, por sobre la idea originaria del daño injustamente causado.

Por efecto de la revolución industrial, que significo el comienzo del uso masivo de maquinarias
riesgosas y peligrosas, que causaron daños a trabajadores y terceros, apareció la teoría del riesgo
creado. Esta teoría consagra un facto de atribución objetivo, al reproche de la conducta del agente
dañador, resultando indiferente su imputación a título de dolo o culpa, criterio este que supo
orientar en sus comienzos a la responsabilidad de las personas, para luego mirar desde la necesidad
de garantizarle a la víctima que es siempre la parte más débil de las relaciones sociales y jurídicas.

En la actualidad, los estudios sobre responsabilidad civil y el derecho de daños atienden a nuevos
fenómenos y preocupaciones. La regulación específica de los derechos inherentes a la persona como
la dignidad, la identidad y la vida, la consagración de los bienes de incidencia colectiva con carácter
fundamental ( por ejemplo la protección del ambiente), la protección diferenciada de determinados
grupos de individuos como los consumidores y usuarios, los pueblos originarios. Es importante
resalta que el progreso científico y tecnológico, trae una mayor potencialidad en los peligros que
van asechando a la humanidad, dando paso a una nueva concepción de la responsabilidad civil,
donde la prevención es una función central del derecho de daño.

No debemos dejar de señalar, que la unificación del Código Civil y Comercial, vigente desde el año
2015, trae la unificación de la responsabilidad contractual y extracontractual, siendo algo
largamente anhelado por la doctrina en general. Se propicia la unidad del fenómeno de la
responsabilidad, por cuanto el concepto de responsabilidad es el mismo y los presupuestos son
comunes.

El Código Civil y Comercial de la Nación, trata a la “Responsabilidad civil, en los artículos 1708 al
1780, situando en el Libro III, Título V, Capítulo I, que divide en 11 secciones. En la norma del artículo
1716, es quizás donde aparece la demostración acabada del sistema unificado. Dice que tanto el
“deber de no dañar”, como el incumplimiento de una obligación, hace surgir el derecho de reclamar
la reparación de un daño causado”.

El Código comienza la regulación con dos normas fundamentales para orientar el razonamiento
jurídico: la primera establece las funciones del sistema , articulo 1708 y la segunda alude a la
prelación normativa, articulo 1709; luego continua con las funciones de la responsabilidad civil ,
articulo 1710 y resarcitoria, articulo 1716 y siguientes.

1.b) Clases.

A los fines de un mejor estudio y siguiendo los lineamientos del Programa. En primer lugar,
expondremos sobre la responsabilidad contractual y luego la responsabilidad extracontractual,
siendo que difieren en razón de los hechos que las originan y por los efectos que la ley les asignan.

La Responsabilidad Contractual.

En este caso se trata de la existencia de una obligación particular y en un sentido contractual. Es


decir convenida libremente por las partes contratantes. Se requiere que esta relación haya sido
incumplida por culpa del deudor en forma voluntaria y consciente, o al menos por la falta de
previsión o por acto de negligencia, lo que constituye la culpa. Así también puede ser atribuido a
título de dolo. Por último, es indispensable que el incumplimiento haya causado un daño al
acreedor, pues sin daño no resulta procedente la reparación.

La Responsabilidad Extracontractual.

Nace de la infracción del deber general de no causar daño a otro. Quien comete un hecho
antijurídico produciendo una lesión de los derechos de la persona, de su patrimonio o de incidencia
de los derecho colectivos que afectan al medio ambiente, deberán responder por ellas, de manera
indemnizatoria.

2) Responsabilidad Contractual: presupuestos de la obligación de resarcir.

En primer término debemos aclarar que nos referimos, en esta ocasión a los presupuestos de la
obligación de resarcir en los casos de la responsabilidad por daños derivados de los actos ilícitos,
también llamado responsabilidad contractual.

La forma normal de concluir una obligación es el cumplimiento voluntario, en tiempo y forma a lo


pactado entre las partes.
El presupuesto de la obligación de resarcir se presenta ante el incumplimiento de la obligación, por
la culpa o dolo del deudor; es decir cuando el mismo no ha hecho efectiva la prestación convenida.
En este caso deviene procedente la indemnización, como subsidiaria y sustitutoria de aquello
inicialmente pactado. En el supuesto de los hechos ilícitos no existe prestación convenida sino una
obligación genérica de “no causar daño a otro”, por lo tanto lo único exigible es la reparación a
través de la indemnización.

2.a) Los presupuestos para que proceda la responsabilidad contractual son:

a) Que haya incumplimiento absoluto o relativo de la obligación.


b) Que este incumplimiento absoluto o relativo de la obligación sea imputable al deudor a
titulo subjetivo – dolo o culpa – u objetivo- riesgo o actividad riesgosa –
c) Que haya ocasionado daño al acreedor.
d) Que exista un nexo de causalidad entre la conducta incumpliente y el daño causado.

2.b) Formas.

El incumplimiento de la obligación puede adoptar dos formas:

a) Absoluta: En el caso en que el deudor no haya llevado a cabo ninguna conducta tendiente al
cumplimiento.
b) Relativo: En el supuesto en que el cumplimiento haya sido insuficiente, tanto por no
entregarse la cosa, prestarse el servicio o realizar la abstención tal como se había convenido,
así como cuando sea hecho fuera del plazo o en un lugar diferente al pactado.

3) Mora: Concepto y régimen legal. La Mora del acreedor, dolo y culpa, efectos.

La mora es la demora, el retardo o la tardanza en el cumplimiento de la obligación, o también la


inejecución a su debido tiempo de la prestación que es su objeto.

Busso la ha definido como el “retraso contrario a derecho, en el cumplimiento de la obligación”.


Otros autores como Llambria, Alterini, Bueres, “la Mora es el retraso imputable al deudor que no
quita la posibilidad de cumplimiento tardío”.

En el Código Civil y Comercial, el instituto de la Mora se encuentra establecido en los artículos 886,
887 respectivamente.

Requisitos:

Para que se configure la mora del deudor, deben concurrir los siguientes requisitos: 1) El retardo en
el cumplimiento. Ello ocurre cuando el deudor no ha realizado el cumplimiento debido en el tiempo
en que la prestación debía ejecutarse, tal como fuera oportunamente convenida con el acreedor. 2)
Que dicho retardo sea imputable subjetivamente u objetivamente al deudor. El retardo en el
cumplimiento no basta para la configuración de la mora en el deudor, sino que debe existir además
un factor imputable de dicha demora hacia el deudor, que puede se r subjetiva (culpa o dolo) e
inclusive objetivo, es el caso cuando el deudor se ha comprometido a la obtención de un resultado
determinado y especifico y luego no ha podido lograrlo. 3) Constitución en mora. En este caso el
solo transcurrir el plazo establecido, o bien mediante la interpelación o requerimiento expreso que
deberá hacerle el acreedor.

La Mora en el Código Civil y Comercial.

Desde la lectura del artículo 886, se establece la mora automática, al disponer que la mora del
deudor se configura por el solo transcurso del tiempo para su cumplimiento. En razón de ello, una
vez operado el vencimiento de la obligación, el deudor quedara en estado de morosidad, sin que
sea necesario requerimiento alguno por parte del acreedor para su constitución en mora.

Sin embargo, como toda regla general, reconoce excepciones, enunciadas en el artículo 887, en
virtud de las cuales la mora automática no regirá en las siguientes obligaciones:

a) En aquellas sujetas a plazo tácito, si el plazo no está expresamente determinado, pero


resulta tácitamente de la naturaleza y circunstancias de la obligación, en la fecha que
conforme a los usos y a la buena fe, debe cumplirse. En estos casos, el acreedor deberá
interpelar al deudor para constituir en mora. Se trata, como se ve, de un supuesto que exige
la constitución de mora, ejemplo: Si las partes han pactado en una compraventa de un
automóvil que el rodado será entregado por el vendedor el día que el acreedor lo exija,
resulta obvio, por ende, que una vez que el adquirente del vehículo fije la fecha de
cumplimiento recién se estará en condiciones de constituir al deudor en mora.
b) En los casos de obligaciones sujetos a plazo indeterminado, si no hay plazo, el juez a pedido
de parte, lo debe fijar mediante el procedimiento más breve que prevea la ley local, a menos
que el acreedor opte por acumular las acciones de fijación de plazo y de cumplimiento, en
cuyo caso el deudor quedo constituido en mora en la fecha indicada por la sentencia para
el cumplimiento de la obligación. En caso de duda respecto a si el plazo es tácito o
indeterminado propiamente dicho, se considera que es tácito.

Efectos de la mora del deudor.

La mora es configurativa del incumplimiento relativo de la obligación imputable al deudor, por lo


cual a partir de él se produce una serie de efectos o consecuencias que deberá asumir el moroso.
Los principales son:

a) Se produce la apertura de las acciones de responsabilidad contra el deudor, ya que debe


indemnizarle al acreedor por los daños e intereses moratorios.
b) Pone a cargo del deudor los riesgos de la cosa, cuando el deudor incurre en mora, responde
por tales circunstancias, y cuando la prestación se torne de cumplimiento imposible por
caso fortuito o fuerza mayor, el deudor no queda liberado de responsabilidad.
c) Da derecho al acreedor de resolver el contrato, según alcance del artículo 1088 del Código.

Cesación de la mora.

a) Cuando el deudor cumple la prestación, cesa su estado de mora, pero debe pagar los
daños e intereses moratorios hasta ese momento.
b) En supuesto que sobrevenga la imposibilidad de cumplir la prestación, cesan los efectos
de mora, pero el obligado debe los daños e intereses moratorios hasta el día de ocurrido
la imposibilidad y además los daños e interés compensatorios, según artículo 955 del
Código.
c) En caso que el acreedor renuncie a los derechos que le asisten por la mora incurrida.
d) La oferta real de pago, efectivo e íntegro efectuado por el deudor al acreedor tiene
virtualidad suficiente para purgar el estado de mora, e inclusive, para constituir en mora
al acreedor.

La Mora del acreedor.

Para la constitución en mora del acreedor se requiere: a) que exista falta de cooperación en el
acreedor, quien con su conducta renuente obstaculice el cumplimiento de la obligación por parte
del deudor. b) la falta de cooperación debe ser imputable al acreedor, ya sea a título de dolo o de
culpa. c) se produce la suspensión del curso de los intereses compensatorios convenidos durante
el plazo de la obligación que estaba a cargo del deudor. d) En caso de pérdida de la prestación por
resultar de imposible cumplimiento luego de estar el acreedor constituido en mora, la obligación
se extingue quedando liberado el deudor.

3) Responsabilidad extracontractual. Presupuestos de la obligación de resarcir.

a) Violación de la ley.

En el nuevo Código consagra ahora una antijurídica objetiva y material. El artículo 1717 del Código
se refiere expresamente a la antijurídica expresando: Cualquier acción u omisión que causa un daño
a otro es antijurídica si no está justificado. La simple violación del deber general de no dañar implica
ilicitud, salvo que la conducta o el perjuicio se encuentren justificados. Dicho principio tiene rango
constitucional, conforme artículo 19 de la Constitución Nacional.

b) Imputabilidad.

Es la atribución del acto y sus consecuencias al sujeto que lo realizo voluntariamente. Se supone que
ha estado en condiciones de valorar el alcance de su acción. La imputabilidad es un concepto que
se utiliza para establecer si el sujeto demandado tiene suficiente discernimiento o capacidad para
atribuírsele el resultado.

A los fines de la responsabilidad civil, no basta con que una persona sea autora material de un daño,
sino que asimismo debe ser tenida como imputable del mismo. Es necesario que la autoría material
del hecho se cumpla por una persona que, con discernimiento, intención y libertad al tiempo de su
ejecución, hubiese estado en condiciones de preve r y evitar su resultado. Hay imputabilidad
“cuando el acto procede de una libre voluntad”.

Factores de atribución.

Para que las consecuencias de un hecho puedan ser atribuido a un sujeto determinado, es necesario
que el mismo obedezca a un factor de atribución.

El hecho dañoso provoca, fácticamente, la lesión a un sujeto, frente a este fenómeno, el derecho
pregunta si es justo que el daño quede a cargo de quien lo ha sufrido, o si, debe desplazarse sus
consecuencias económicas a otras personas. Si no es justo, impone la obligación de responder, la
razón por la cual produce tal desplazamiento es lo que denomina factor de atribución.

Los factores son:

Subjetivos: toman en cuenta la responsabilidad de la conducta del sujeto ofensor o dañador, sea
porque obro negligentemente (culpa), sea porque lo hizo con intención de dañar (dolo).

Objetivos: son los que no tienen en consideración la reprochabilidad de la conducta, sino alguna
otra razón por la cual es justo provocar el desplazamiento. Se tiene encuenta l a acción en si misma,
que el ordenamiento jurídico repudia al considerarla reprochable o anormal. Son factores objetivos
entre otros, la actividad riesgosa, la cosa peligrosa, etc.

Los factores de atribución en el Código Civil y Comercial.

En el artículo 1721, dispone: “La atribuciones de un daño al responsable puede basarse en factores
objetivos y subjetivos. En ausencia de normativas, el factor de atribución es la culpa”. La norma
incorpora la culpa como factor residual de atribución, como válvula de cie rre, del sistema,
justamente cuando medie vacío legal, porque no existe ninguna norma expresa del Código, ni en
leyes especiales sobre el tipo de factor de atribución.

En cuanto a los factores subjetivos: Son el Dolo y la Culpa.

El dolo, como factor de atribución de responsabilidad subjetiva, articulo 1724 del Código: “El dolo
se configura por la producción de un daño de manera intencional o con manifiesta indiferencia por
los intereses ajenos” La norma identifica el concepto de dolo con la idea de 2dolo obligacional” y “
dolo delictual” , que se consideran subsumidos en el artículo 1724, las que se unifican en función de
querer el resultado previsible de la acción: sea por la intención de dañar o por desentenderse de
ese resultado probable con relación a los intereses ajenos.

La culpa, se configura con dos requisitos: “la omisión de realizar la conducta que exige la naturaleza
de la obligación y la ausencia de propósito deliberado de incumplir o de causar un daño”. El artículo
1724 del Código, dice:” La culpa consiste en la omisión de la diligencia debida según la naturaleza
de la obligación y las circunstancias de las personas, el tiempo y el lugar. Comprende la imprudencia,
la negligencia y la impericia en el arte o profesión. El artículo 1725, establece sobre las reglas que se
deberá tener en cuenta para la valoración de la conducta en torno a la culpa.

En cuanto a los factores objetivos.

Los factores objetivos prescinden de la conducta reprochable del sujeto y pone el acento en la
victima que sufrió un daño y necesariamente debe obtener el resarcimiento del mismo. El artículo
1720, dice: El factor de atribución es objetiva cuando la culpa del agente es irrelevante a los efectos
de atribuir responsabilidad. En tales casos, el responsable se libera demostrando la causa ajena,
excepto disposición legal en contrario, por ejemplo Responsabilidad de los propietarios de
establecimientos educativos.

La responsabilidad es objetiva, cuando la culpa no es necesario para atribuir responsabilidad; más


aún la culpa del agente es indiferente, y se prescinde de ella, por lo que la obligación de reparar se
efectúa con abstracción de la imputación subjetiva. También se señala como rasgo que caracteriza
a la responsabilidad se exonera si acredita la causa ajena, o sea la ruptura total o parcial del nexo
causal, el hecho o la culpa de un tercero por el que no debe responder, articulo 1729 del Código,
del caso fortuito o fuerza mayor, articulo 1730 del Código.

Supuestos más relevantes de la responsabilidad objetiva.

Riesgo, según el diccionario de la lengua española, significa “contingencia o proximidad de un


daño”. Pero en cuanto factor objetivo de atribución el concepto se afirma, por cuanto que, se
introduce en sociedad el uso de cosas o el despliegue de actividades, que agravan, que aumentan
el peligro de dañar, se multiplican las posibilidades de sufrir un perjuicio. Por lo tanto, si se produce
un hecho dañoso, es justo que responda quien ha generado el peligro, es legítimo que quien
introdujo un riesgo asuma la consiguiente responsabilidad por daños injustos a terceros.

Esta teoría se sintetiza de la siguiente manera: quien es dueño o se sirve de cosas, o realiza
actividades que, por su naturaleza o modo de empleo generan riesgos potenciales a terceros, debe
responder por los daños que ellas originan.

En todos los casos la responsabilidad es objetiva. No son eximentes de responsabilidad la


autorización administrativa para el uso de la cosa o la realización de la actividad, ni el cumplimiento
de las técnicas de prevención, articulo 1757 del Código.

c) Relación o nexo de causalidad.

La denominada relación de causalidad se refiere, a la vinculación que debe existir entre un hecho
antecedente y otro consecuente el resultado (daño), para que el autor de ese comportamiento
deba indemnizar el perjuicio. El hecho debe ser la causa de l daño, y por lo tanto, el detrimento o
menoscabo aparece como el efecto o la consecuencia de ese obrar.

A los fines de la causalidad jurídica, el Código Civil y Comercial, parte de la base de “previsibilidad”
del resultado. Así, teniendo en cuenta la mayor o menor probabilidad de las consecuencias
derivables de un acto, el Código distingue entre consecuencias inmediatas, mediatas y casuales.

El juicio de probabilidad se hace, en abstracto, atendiendo a los que era o no previsible “según el
curso natural y ordinario de las cosas”, es decir, a lo que comúnmente acostumbra a suceder en
casos análogos; salvo si la previsibilidad del agente en concreto era superior a la corriente, por sus
aptitudes sobresalientes o sus conocimientos especiales, en cuyo caso se debe tener en cuenta esa
previsibilidad mayor, según artículos 1724 y 1725 del Código.

Consecuencias inmediatas.

“Son aquellas que acostumbran a suceder según el curso normal y ordinario de las cosas”, según
artículos 1727 del Código. La inmediatez no deriva de la cercanía temporal o especial con el hecho
generador.

Asume tal carácter porque entre el hecho generador y la consecuencia no se advierte la presencia
de ningún hecho intermedio. El hecho y la consecuencia se ligan sin la mediación de otro hecho
que produzca la unión o les sirva de lazo.

Consecuencias mediatas.
“Son mediatas las que resultan solamente de la conexión de un hecho con un acontecimiento
distinto”, según artículo 1727 del Código. En este supuesto el vínculo con el he cho causal no es
directo, pues en la cadena causal se produce la interferencia de otro hecho, que coadyuva al
resultado.

Ejemplos de estas consecuencias: Si un estanciero vende a otro un lote de vacunos enfermos de


aftosa, y como consecuencia de ello se enferma el resto de la hacienda, es responsable no solo de
los daños derivados de la muerte de los animales vendidos (consecuencia inmediatas), sino también
de la propagación de la enfermedad (consecuencias mediatas), pues este daño pudo
razonablemente preverse.

Consecuencias casuales.

Las consecuencias casuales son consecuencias mediatas que no pueden preverse, según artículo
1727 del Código, escapan a toda aptitud normal de previsión , al corresponder a hechos que operan
en forma sobreviniente e inesperada en el proceso casual, inte rrumpiendo su desarrollo.
Precisamente por no ser previsibles, las consecuencias casuales no son imputables, salvo cuando el
autor del hecho las hubiera previsto de manera concreta, en función de las circunstancias del caso
y actuando teniendo en miras ese resultado. Ejemplo si en el ejemplo anterior, además de morir el
animal enfermo, consecuencia inmediata, contagia a los demás como consecuencia mediata y por
esa razón el comprador no puede cosechar en su campo, que le produce la quiebra como
consecuencia remota.

4) Aspectos del Daño. Daño patrimonial: concepto, clases. Daño extrapatrimonial o moral. El daño
psicológico.

Daño. Concepto.

Es importante puntualizar que el daño se presenta en la actualidad como elemento más importe de
la responsabilidad civil, desplazando de este sitial a la culpa. El artículo 1737 del Código, dispone:”
Hay daño cuando se lesiona un derecho o un interés no reprobado por el ordenamiento jurídico,
que tenga por objeto la persona, el patrimonio, o un derecho de incidencia colectiva”.

Para el autor Mosset Iturraspe sostiene que puede sintetizarse la noción de daño, en cuanto
presupuesto de responsabilidad civil como: la lesión o menoscabo a un interés patrimonial o
extrapatrimonial, acaecido como consecuencia de una acción.

El daño puede ser individual o colectivo. En el individual se afecta un derecho o un interés licito y
no contrario a derecho que tiene por objeto el patrimonio o la persona; en el colectivo se afecta un
derecho o un interés que recae sobre un bien de incidencia colectiva. En todos los casos el daño
puede ser patrimonial o extrapatrimonial.

Los derechos de incidencia son aquellos que tutelan bienes colectivos, no susceptible de
apropiación individual excluyente y que pueden ser disfrutados por varias personas sin ser
alterados. La función primordial en este tipo de daños es la preventiva. Estos daños pueden
consistir en la contaminación de las aguas que bañan las costas de una ciudad, la destrucción de
un monumento o de un edificio que constituye patrimonio histórico de este lugar.

Requisitos del daño.


Según el artículo 1739 del Código, dice: “Para la procedencia de la indemnización debe existir un
perjuicio directo o indirecto, actual o futuro, cierto y subsistencia”. Es conteste la doctrina que para
que el daño sea resarcible debe ser: personal, cierto y subsistente.

a) El daño debe ser personal de quien pretende la indemnización. Se trata de una aplicación
simple del principio fundamental según el cual si no hay interés no hay acción.

Este requisito exige que la lesión recaiga sobre un interés propio, ya sea patrimonial o moral. Es
decir, solamente podrá reclamar la reparación la persona que ha sufrido el perjuicio. Ello, sin
embargo, no es lógico para destacar que el daño, aun siendo personal, puede ser a su vez directo o
indirecto. Es directo, cuando el titular del interés afectado es la victima del ilícito, ejemplo: una
persona que resulta lesionado en un accidente de tránsito y reclama los perjuicios sufridos en su
integridad física. Y será indirecto, cuando el perjuicio propio invocado por el demandante deriva
de una lesión a bienes patrimoniales o extrapatrimoniales de un tercero. Aquí el daño se produce
de manera refleja o de rebote, tal como sucede, por ejemplo, en el supuesto de homicidio en el cual
la viuda y los hijos del fallecido, damnificado indirectos, pueden reclamar la reparación del perjuicio
material y moral derivado de la muerte de un tercero (victima).

b) El daño debe ser subsistente.

Este requisito debe subsistir al tiempo del resarcimiento, es decir, cuando se menciona a la
subsistencia del daño, se hace referencia a que el mismo no debe haber sido aún resarcido por
quien debió hacerlo: el responsable. Si el dañador o responsable no indemnizo el daño, queda
subsistente porque no se lo cancelo y se mantiene con independencia de que la víctima o un tercero
hubieran logrado el restablecimiento de la situación material al momento anterior al hecho lesivo.

c) El daño resarcible debe ser cierto y no eventual.

Debe mediar certidumbre en cuanto a la existencia misma del daño, ya sea actual, futuro o bien
consistir en la pérdida de la chance, sin perjuicio de la posible indeterminación de su monto. Es
menester que el daño sea real y efectivo, y no puramente eventual o hipotético. El daño cierto
puede ser presente o actual si ya se produjo, o futuro cuan do se producirá segura o probablemente
con posterioridad a la sentencia.

Daño Patrimonial y daño extrapatrimonial.

La idea de daño patrimonial se asocia en la práctica al daño material, por oposición al concepto de
daño extrapatrimonial también llamado daño moral, pero hoy propia de la lesión de interés
espirituales en sentido amplio.

El daño será patrimonial, cuando se afectan los derechos económicos del acreedor o víctima del
hecho dañoso. En cambio extrapatrimonial cuando afectan los derechos personalísimos del
acreedor o la víctima o de terceros con derechos a percibir la indemnización por la incidencia del
fallecimiento de la víctima. En estos casos se afectan los derechos a la vida, a la libertad, a la
integridad física, la libertad, etc.

En síntesis, decimos que el daño patrimonial, es a los bienes y a las personas, aunque se refiere
específicamente a una de las categorías del daño; el detrimento o menoscabo de valores
económicos o patrimoniales en ciertas condiciones, llamado daño material.
El daño moral es aquella especie de agravio implicado por la violación de alguno de los derechos
inherente a la personalidad, es decir, a las afecciones legítimas, honor, intimidad , paz, tranquilidad
integridad física, psíquica, identidad.

Por lo tanto, los daños serán patrimoniales o extrapatrimoniales, fundamentalmente si producen


un menoscabo patrimonial o en la esfera espiritual. Si la lesión repercute en el patrimonio, ya sea
produciendo una disminución de ingresos (daño emergente), o impidiendo su incremento (lucro
cesante), estaremos ante un daño de tipo patrimonial. Pero si incide sobre valores como los
sentimientos o el proyecto de vida, será de carácter extrapatrimonial.

Daño emergente y lucro cesante.

El daño emergente, consiste en la pérdida o disminución de valores económicos ya existentes en


el patrimonio, a raíz del hecho ilícito aquiliano o del incumplimiento obligacional. Adviértase que
la prestación debida representar para el acreedor un valor económico y que, al producirse el
incumplimiento, éste queda privado del mismo, generándose un empobrecimiento patrimonial a
raíz de dicha perdida.

El lucro cesante, se traduce en el valor de las ganancias frustradas, dejadas de percibir por el
damnificado, a raíz del ilícito o del incumplimiento de la obligación.

Daño a la Persona. Daño Psicológico.

El articulo 1738 en la segunda parte, enuncia los daños a la persona humana (violación de los
derechos personalísimos de la víctima, de su integridad física, su salud psíquica, sus afecciones
espirituales legítimas y las que resultan de la interferencia en su proyecto de vida).

Dentro del concepto de daño a la persona, fue incorporado el daño a la salud que es aquel que
atañe al bienestar integral del sujeto, dentro de esta esfera quedan incluidos los siguientes daños:

1) El daño a la vid de relación: se configura cuando el damnificado experimenta una


disminución psicofísica que le impide o dificulta la aptitud para gozar de los biene s de la
vida que tenía antes del hecho lesivo ejemplo practicar deporte, viajar, estudiar, trabajar,
etc. )
2) El daño estético: La misma deriva en la degradación de aspecto de la persona. Es el que
ataca a la fisonomía o afecta al cuerpo de las personas, ejemplo alguna desfiguración física
producida por las lesiones sufridas.
3) El daño sexual: es aquel que produce la “pérdida de la función de los órganos sexuales, lo
que tiene que ver, con la reproducción y el placer, ejemplo quien sufre o experimenta la
imposibilidad para procrear, etc.
4) El daño psíquico: entendido como una perturbación de la conducta o que genere alguna
patología de enfermedad psiquiátrica que trae la pérdida del equilibrio emocional de la
persona.
5) Daño al proyecto de vida: se trata de un daño que trunca en mayor o menor medida el
proyecto de vida, que impide poder realizarse. Este daño afecta la manera de vivir que cada
persona ha elegido, es decir de ser como somos y no de una manera distinta, impuesta por
terceros.
5) Responsabilidad por el hecho propio y por el hecho ajeno.

Responsabilidad por el hecho propio.

Esta responsabilidad es la esencia misma del derecho de daños, por cuanto: nada más lógico que
alguien deba responder por los daños que el mismo causa a terceros. Asociado a esta premisa
estuvo durante siglos la necesidad de la presencia de culpabilidad en la conducta del agente, de ahí
surgía el principio de que “no hay responsabilidad civil sin culpa”.

Desde los artículos 1753 a 1756 del Código, en la responsabilidad directa o por el hecho propio, se
responde por la obligación de reparar de quien causó el daño, ya sea por una acción u omisión suya
o bien del deudor de una obligación contractual que incumplió con la prestación prometida.

En este último, el deudor que introduce a un tercero para ejecutar la prestación en su lugar en nada
altera la naturaleza o el fundamento de dicha responsabilidad, según lo normado en los artículos
732 y 1746 del Código.

Asimismo de acuerdo a los alcances del artículo 1749 del Código, segundo supuesto, toda acción u
omisión dolosa o culposa que causa un daño extrapatrimonial, sin que medie una causa de
justificación, compromete la responsabilidad directa de su autor.

Responsabilidad del principal por el hecho del dependiente.

El nuevo Código ha hecho prevalecer los nuevos criterios imperantes en el Derecho de Daños,
privilegiando el derecho de las víctimas a la reparación de todo daño injustamente sufrido.

Tales estudios han permitido una mejor determinación del factor de atribución aplicable en la
especie (objetivo), lo que nos lleva a tomar posiciones acerca del fundamento de la responsabilidad
(garantía) y para lelamente, establecer con precisión los requisitos necesarios para que opere la
extensión al principal del deber de reparar los daños derivados de hechos protagonizados por el
dependiente (daño injustamente causado por el dependiente a un tercero) - ver el artículo 1753
del Código.

Este artículo regula los supuestos de responsabilidad del principal por los hechos de los s ujetos que
se encuentran bajo su dependencia o de los cuales se sirve para el cumplimiento de sus
obligaciones, en los casos de responsabilidad extracontractual.

La mayoría de la doctrina entienden que el verdadero fundamento de la responsabilidad del


comitente o principal, está en la garantía hacia los terceros, es decir se trata de una obligación legal
de garantía, impuesta por consideraciones de justicia y de interés social y como medio de brindarle
mayor protección a la víctima ante la imposible insolvencia del autor directo del daño.

Es importante resalta que esa subordinación entre el dependiente y el principal, no es de estricto


orden económico, pudiendo serlo de manera onerosa o gratuita. Además se entiende que esa
subordinación puede ser permanente, temporal u ocasional, no debiendo encuadrarse en estricto
esquema de relación laboral, sino podrá provenir de vínculos sociales más o menos estrechos o aun
de tipo familiar.
6) El resarcimiento: concepto. Resarcimiento específico y resarcimiento pecuniario. Valuación del
daño.

Los resarcimientos por daños y perjuicios pueden darse de dos modos: en especie, también llamado
específico, o en dinero, denominados pecuniarios.

Ellos dependen del tipo de obligaciones de que se trate. En el caso de obligaciones de dar, puede
convenirse la entrega de determinado cosa, cuya calidad y cantidad se precisa, por ejemplo la
entrega de mil resmas de papel, de 80 gramos, de primera calidad.

En las obligaciones de hacer, en el caso que el deudor no las efecti vice, no puede ejercerse violencia
física para exigirle su cumplimiento. En caso de negativa o imposibilidad, solo caben dos soluciones:
el cumplimiento por un tercero, por ejemplo si se contrató la reparación de un ciclomotor y el
obligado se niega hacerlo, puede el acreedor mandarlo a hacerlo por otro, a cargo del deudor o a su
efecto exigirle el resarcimiento en dinero llamado indemnización.

En el caso de haberse contratado un artista para pintar un mural y el mismo se niega a hacerlo o
estuviera imposibilitado para ello, podrá exigirse solamente la indemnización por los daños y
perjuicios, ya en este caso se tuvo en cuenta las condiciones artísticas de la persona obligada.

Desde la visión del Código Civil y Comercial, la indemnización es la consecuencia, el resultado, o el


efecto del daño como lesión o detrimento a la persona, al patrimonio o a un derecho de incidencia
colectiva. Puede ser patrimonial o extrapatrimonial. El objetivo de la indemnización es restablecer
a la víctima a la situación anterior al hecho dañoso, fundada en la noción de justicia, su finalidad es
resarcitoria.

La indemnización de daños y perjuicios es un medio indirecto de cumplimiento de las obligaciones


de carácter subsidiario. A él se puede acudir solamente cuando es i mposible obtener el
cumplimiento in natura de la prestación.

La indemnización tiene por finalidad, reparar el daño, restableciendo el desequilibrio patrimonial


sufrido por la víctima.

Reparación integral.

El artículo 1740 del Código, reafirma el principio receptado por el Código anterior al partir de la
reforma de 1968, receptando la doctrina y jurisprudencia anterior y precisando la regla: “La
reparación del daño debe ser pleno e integral, en dinero o en especie, recayendo en la victima la
opción por una u otra modalidad, salvo que la restitución en especie resulte abusiva para el deudor
en cuyo caso solo procederá en dinero. Además y cuando se trata de la violación de los derechos
personalísimos, dada la primacía de la tutela de la persona humana, la condena comprende también
la publicación de la sentencia condenatoria, en sentido acorde con la postura de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos. “

La Corte Suprema, sostuvo en reiterados fallos, que: “La indemnización debe ser integral y jus ta, ya
que si no lo fuera y quedara subsistente el daño en todo o en parte, no existirá tal indemnización.
Puesto que indemnizar es eximir de todo daño y perjuicio mediante un cabal resarcimiento, lo cual
no se logra si el daño o el perjuicio subsisten en cualquier medida”.
Se trata del restablecimiento de la situación preexistente al hecho lesivo, sea mediante el pago de
una suma de dinero o de obligaciones de hacer o de dar para recomponer en especie el estado
anterior, siempre con basamento en el principio de razonabilidad que establece el ordenamiento
jurídico.

La indemnización, solamente es completa o integral cuando se restaura o repone la situación


precedente al hecho dañoso. Por ello se mantiene plena la vigencia todas las consideraciones acerca
del alcance y contenido del artículo 1740 del Código. La norma no establece prevalencia de una
modalidad sobre otra (en dinero o en especie) porque lo que se trata es de la restitución de la
situación del damnificado.

Valuación del daño.

La valoración del daño puede ser legal, convencional o judicial.

Es legal, cuando la estimación o la forma de practicar la valuación surgen expresamente de una


norma jurídica. Cuando las leyes determinan pautas tarifarias o montos topes indemnizatorios
máximos o mínimos. Tales los que suceden en materia de accidente de trabajo, por la ley N°
26773/2012, la indemnizaciones laborales por despido, artículos 232, 233, 245 y 247, ley N° 20744.

Es convencional, cuando las partes de común acuerdo la determinan, sea en forma anticipada como
clausula penal o con posterioridad a su producción, generalmente bajo forma de transacción.

Finalmente la valuación judicial, cuando lo realiza el juez al tiempo de dictar sentencia, cuando las
partes no acuerdan el monto de la indemnización o esta no es determinada por ley. El juez la
determina con arreglo a las probanzas del juicio. Esto es sin duda, el modo más frecuente de
resolverse los juicios por daños.

8) Eximentes de responsabilidad caso fortuito, fuerza mayor, estado de necesidad. Conce ptos y
efectos.

Se los puede definir como un acontecimiento extraordinario, imprevisible e inevitables, no


imputable al deudor, que impiden el cumplimiento de la obligación.

Históricamente se hacía una distinción en la doctrina entre caso fortuito y la fue ra mayor. Se
reconocía al primero como hechos producido por la naturaleza que impedía cumplir con la
obligación, ejemplo el granizo que destruyo la totalidad de la cosecha, las copiosas caída de agua
que producen una inundación haciendo perecer los animales que debía entregar el vender de
hacienda al comprador o productor, etc.

La fuerza mayor, es lo proveniente del acto del hombre, ejemplo el secuestro de los stocks de un
producto dispuesta por autoridad competente, la expropiación de un inmueble por el Estado, la
acción bélica o guerra que se produce en una región o País con destrucción de bienes, etc.

El artículo 1730 del Código, dispone como norma: Se considera caso fortuito o fuerza mayor al
hecho que no ha podido ser provisto o que, habiendo si do previsto, no ha podido ser evitado. El
caso fortuito o fuerza mayor exime de responsabilidad, excepto disposición en contrario. Este
código emplea los términos “caso fortuito” y “fuerza mayor” como sinónimos.

Efectos:
El caso fortuito como la fuerza mayor, interrumpe el nexo causal, y por ello las consecuencias del
hecho dañoso no pueden en principio ser atribuidos al deudor demandado.

El caso fortuito provoca la destrucción total o parcial, según los casos, del nexo de causalidad.

En el ámbito del incumplimiento obligacional o contractual produce dos efectos fundamentales:

Extingue la obligación por imposibilidad sobreviniente o imposibilidad de pago.

Libera al deudor de responsabilidad por dicho cumplimiento.

Excepciones:

Según el artículo 1733 del Código, se dispone que pese al hecho que reúne la característica del caso
fortuito (imprevisibilidad y/o inevitabilidad), él no produce la liberación del deudor como
responsable. Estos supuestos surgen expresamente de la norma recientemente referida.

Supuestos:

a) Asunción contractual del caso fortuito. Las partes pueden convenir que el obligado garantiza
el resarcimiento de los daños en cualquier circunstancia, aun cuando sobrevenga cualquier
caso fortuito.
b) Disposición de la ley. Excepcionalmente la ley lo establece la exoneración por caso fortuito,
ejemplo cuando el deudor se encuentra en mota con anterioridad al acaecimiento del
hecho, articulo 1733, inciso 3) del Código.
c) Mora del deudor. Uno de los efectos de la mora, es la traslación de los riesgos de l a
prestación, que a partir de ese momento pasan a estar en cabeza del deudor incumplidor.
d) Existencia de la culpa previa del responsable. Es el caso que el deudor no cumplió con la
obligación por su exclusiva culpa y se produce el hecho generador del caso fortuito.
e) Contingencia propia del riesgo de la cosa o la actividad. El caso fortuito debe ser extraño a
la esfera económica del agente, a sus actividades, a su empresa o a las cosas de su
propiedad.
f) Obligación de restituir como consecuencia de un hecho ilícito. Es el caso de un poseedor de
mala fe, por la destrucción total o parcial de la cosa, excepto si ella se habría producido
igualmente si la cosa hubiese estado en poder de quien tenía el derecho a su restitución.

Estado de necesidad.

El Código Civil y Comercial introduce una regulación expresa de esta figura en el artículo 1718 inc.
c) , al disponer que está justificado el hecho que causa un daño, para evitar un mal, actual o
inminente, de otro modo inevitable que amenaza al agente o a un tercero, si el peligro no se origina
en un hecho suyo; el hecho se haya justificado únicamente si el mal que se evita es mayor que el
que se causa. En este caso, el damnificado tiene derecho a ser indemnizado en la medida en que el
juez lo considere equitativo. El estado de necesidad siempre supone un conflicto de intereses en
el que se sacrifica el de menor entidad.

Requisitos:
a) La existencia de un peligro actual o inminente de sufrir un daño en la persona o en las cosas.
b) El peligro no debe ser imputable al autor de un daño, ni debe estar obligado a soportar la
situación de peligro.
c) El daño causado debe ser de naturaleza patrimonial, ya que no se admite que un hombre
para salvar su propia vida ataque la vida de otro, salvo en caso de defensa propia.
d) Que no exista otra manera de eludir el peligro.
e) Que el daño que se pretenda evitar sea cualitativa o cuantitativamente superior al que se
ocasiona al tercero.

Efectos:
Esta figura importa de justificación, y por ende el agente no responde por los daños y perjuicios.
Y tiene derecho a ser indemnizado en la medida en que juez lo considere equitativo, conforme a lo
dispuesto en la norma señalada.

9) Fijación judicial del resarcimiento: Principios aplicables.

La reparación del daño que deberá ser integral, se asienta en cuatros principios o reglas
fundamentales: 1) El daño debe ser fijado al momento de la decisión judicial; 2) La indemnización
no debe ser inferior al perjuicio; 3) la apreciación debe formularse en concreto; 4) La reparación no
debe ser superior al daño sufrido, ni mucho menos menor a la probado.

El artículo 1069 del Código, admite expresamente la atenuación de la responsabilidad al disponer


que la norma prevé la indemnización de equidad. Las directivas que contienen son: 1) La facultad
judicial de atenuar la indemnización, lo que significa que no procede automáticamente y que su
aplicación es potestativo y no imperativo; 2) no es procedente si media dolo del deudor; 3) las
pautas para valorar su admisibilidad son el patrimonio del deudor, la situación de la víctima y todas
las circunstancias del hecho dañoso.

10) Responsabilidad del profesional en Ciencias Económica: Civiles, penales, administrativas.


Responsabilidad en el ejercicio libre de la profesión: como funcionario público, como perito.
La responsabilidad de los profesionales de Ciencias Económicas, se basan fundamentalmente
entorno al término de profesión liberal que hace hincapié en que se trata de un sector limitado,
pero que cuya actividad presenta ciertas singularidades, entre las que se destacan:

a) Autonomía, propia del saber especializado.


b) Sujeción a normas técnicas y reglamentarias que se imponen para realizar las
actividades que son de su incumbencia profesional.
c) Sujeción a normas éticas y del régimen disciplinario según la colegiación o
matriculación.

Presupuestos de la responsabilidad Profesional:

1) Antijuridicidad. Para que hablemos de responsabilidad tenemos que probar que el


Contador o Graduado en Ciencias Económicas, no cumplió con la ley en sentido amplio,
sean decretos, reglamentaciones, ordenanzas, circulares, resoluciones judiciales o el
Contrato que lo vinculaba con su cliente. En este sentido la doctrina clasifica a la
responsabilidad de los graduados en contractual y extracontractual.
La responsabilidad contractual: surge de los deberes y obligaciones asumidas ante nuestro
mandante como consecuencia de haber aceptado la realización de una tarea profesional
en el marco de su competencia. La obligación del profesional es de hacer y debe cumplir
conforme a lo pactado , como a los estándares que son aplicables al ejercicio profesional,
es decir a la técnica que rija en la materia de especialización contable en general.

En este aspecto, debemos considerar que el contrato que celebra el profesional con su
cliente es como regla general, un contrato de servicio autónomo, porque genera una
obligación de hacer. Puede ser una locación de servicio o de obra, cuando en este último de
comprometer a la entrega de una actividad técnica contable o tributaria (entrega) o un
informe de auditoría.

En lo atinente al desenvolvimiento del ejercicio profesional de forma independiente, el


tema de la responsabilidad profesional se circunscribe a la relación profesional – cliente.
En este sentido la manera más común de vinculación es a través de un contrato, escrito o
no, según lo acuerden las partes.

Así, la relación que mantiene el profesional con su cliente puede ser también bajo los
alcances de un contrato de servicio dependiente cuando se desempeña en una empresa,
con subordinación jurídica, técnica o económica. Muchos autores sostienen que estamos
ante un contrato multiforme, porque dada la heterogeneidad de relaciones que existen
no puede pensarse en la relación en una sola figura jurídica. Que sea omnicomprensiva de
todas ellas.

Se resalta que los caracteres de este contrato son: consensual, bilateral, oneroso y no
formal. En algunos aspectos son instuite personae, que son exigidas cuando el profesional
cuenta con una especialidad en el estudio de las ciencias contables, por la que se contrató
al profesional. El otro aspecto es el grado de confianza en que se confiara la atención del
servicio profesional.

La responsabilidad extracontractual: es el resultado de la ejecución de la labor profesional


encomendada por el cliente, y que por dolo, impericia o imprudencia, ocasiona un daño económico
a un tercero.

2) Factor de atribución.

a) Subjetiva: Dolo y culpa.

El acto doloso comprende no solo la manera intencional de producir un daño, sino la


manifiesta indiferencia por los intereses ajenos, según el artículo 1724 de l Código. La culpa es
la omisión de las diligencias debida según la naturaleza de la obligación y las circunstancias de
las personas, el tiempo y el lugar. Comprenden la imprudencia, la negligencia en el arte o
profesión.

Cuando se trata de culpa habrá de examinar si el profesional omitió desarrollar una conducta
conforme a las exigencias de un buen profesional, conforme con las circunstancias de tiempo,
persona y lugar. El profesional es un experto y por lo tanto se le exige una mayor previsión,
siendo aplicable el artículo 1725 del Código.

En el Código Civil y Comercial, ha quedado zanjeado que según el artículo 1768 del Código, se
refiere a los profesionales liberales y establece que la responsabilidad es subjetiva, excepto
que se haya comprometido un resultado concreto .

3) Causalidad.

La relación de causalidad es la unión del obrar del profesional con el daño, es decir, que el
daño que sufre la persona pueda ser atribuida al Contador por una serie ininterrumpida
de causas, y efectos de valor legal. Esto implica que el Contador va responder por las
consecuencias inmediatas, mediatas de sus actos y solo las consecuencias casuales si tuvo
en mira al cometer el ilícito.

4) Daños – indemnización.

Hay daño cuando se lesiona un derecho o a un interés, que no sea contrario al ordenamiento
jurídico. De allí que se distingue entre daño lesión y la indemnización, según articulo 1737 y 1738
del Código. La indemnización comprende la pérdida o disminución del patrimonio de la víctima,
el lucro cesante en el beneficio económico esperado de acuerdo a la probabilidad objetiva de su
obtención y la perdida de chances. Para la procedencia de la indemnización debe existir un
perjuicio directo o indirecto, actual o futuro, cierto y subsistente.

5) Eximente de la responsabilidad.

Los eximente de responsabilidad son aquellas circunstancias que liberan de responsabilidad al


Contador. Es necesario tener presente los eximentes de responsabilidad a los efectos de
determinar de antemano si tiene o no responsabilidad ante una determinada situación presente,
futura o pasada.

En el ámbito del derecho penal, del desempeño de la función pública y de la designación como
perito.

En el ejercicio de la profesión el Contador, puede desempeñarse en distintas funciones de la


Administración Pública Nacional, Provincial o Municipal y de los entes autónomos o autárquicos. En
particular en este ámbito tenemos los delitos de Abuso de Autoridad, Peculado, Corrupción de
Funcionarios en sus diversas modalidades, que si bien les son imputables a los funcionarios públicos
que ejercen sus funciones que vulneran las normas y provocan deterioro patrimonial en las
instituciones para las que se vinculan. En este aspecto podrá quedar comprendido el caso de los
Contadores que desempeñen determinadas funciones.

Los Contadores, por disposición de la Ley de Profesionalización , tienen entre otros cometidos el
ejercicio como Peritos Contables o Tributarios , siendo auxiliares judiciales, para que puedan
realizar los respectivos informes que permitan conocer o apreciar los hechos importante que se
requiera como conocimiento de la contabilidad o de los hechos imponibles de la tributación.

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