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De
Responsabilidad por Daños
Unidad VII
La responsabilidad no es solo un fenómeno exclusivo de la vida jurídica, sino que se liga a los
dominios de la vida social, donde las personas como parte de la convivencia debe tener
comportamientos donde no perjudiquen a las personas con quienes se vinculan o relacionan.
El vocablo Responsabilidad deriva del latín: “responderé” .Es la obligación de responder, de reparar
que siempre debe asumir una persona por su conducta antijurídica. Aclaremos desde el principio,
que nos abocamos a dar nociones básicas de responsabilidad en el plano estrictamente del Derecho
Civil, es decir “que consiste en reparar por medio de la indemnización pecuniaria, el daño que se ha
causado a otro”.
En el contexto de nuestro derecho civil, se dio origen a la responsabilidad civil como una respuesta
del derecho privado ante daños causados a las personas y a su patrimonio, debiendo repararse en
tales casos. El reproche a la conducta del agente dañador, resultaba fundamental en este esquema,
pues no se admitía la responsabilidad sin culpa y el factor de atribución era solamente subjetiva.
Por efecto de la revolución industrial, que significo el comienzo del uso masivo de maquinarias
riesgosas y peligrosas, que causaron daños a trabajadores y terceros, apareció la teoría del riesgo
creado. Esta teoría consagra un facto de atribución objetivo, al reproche de la conducta del agente
dañador, resultando indiferente su imputación a título de dolo o culpa, criterio este que supo
orientar en sus comienzos a la responsabilidad de las personas, para luego mirar desde la necesidad
de garantizarle a la víctima que es siempre la parte más débil de las relaciones sociales y jurídicas.
En la actualidad, los estudios sobre responsabilidad civil y el derecho de daños atienden a nuevos
fenómenos y preocupaciones. La regulación específica de los derechos inherentes a la persona como
la dignidad, la identidad y la vida, la consagración de los bienes de incidencia colectiva con carácter
fundamental ( por ejemplo la protección del ambiente), la protección diferenciada de determinados
grupos de individuos como los consumidores y usuarios, los pueblos originarios. Es importante
resalta que el progreso científico y tecnológico, trae una mayor potencialidad en los peligros que
van asechando a la humanidad, dando paso a una nueva concepción de la responsabilidad civil,
donde la prevención es una función central del derecho de daño.
No debemos dejar de señalar, que la unificación del Código Civil y Comercial, vigente desde el año
2015, trae la unificación de la responsabilidad contractual y extracontractual, siendo algo
largamente anhelado por la doctrina en general. Se propicia la unidad del fenómeno de la
responsabilidad, por cuanto el concepto de responsabilidad es el mismo y los presupuestos son
comunes.
El Código Civil y Comercial de la Nación, trata a la “Responsabilidad civil, en los artículos 1708 al
1780, situando en el Libro III, Título V, Capítulo I, que divide en 11 secciones. En la norma del artículo
1716, es quizás donde aparece la demostración acabada del sistema unificado. Dice que tanto el
“deber de no dañar”, como el incumplimiento de una obligación, hace surgir el derecho de reclamar
la reparación de un daño causado”.
El Código comienza la regulación con dos normas fundamentales para orientar el razonamiento
jurídico: la primera establece las funciones del sistema , articulo 1708 y la segunda alude a la
prelación normativa, articulo 1709; luego continua con las funciones de la responsabilidad civil ,
articulo 1710 y resarcitoria, articulo 1716 y siguientes.
1.b) Clases.
A los fines de un mejor estudio y siguiendo los lineamientos del Programa. En primer lugar,
expondremos sobre la responsabilidad contractual y luego la responsabilidad extracontractual,
siendo que difieren en razón de los hechos que las originan y por los efectos que la ley les asignan.
La Responsabilidad Contractual.
La Responsabilidad Extracontractual.
Nace de la infracción del deber general de no causar daño a otro. Quien comete un hecho
antijurídico produciendo una lesión de los derechos de la persona, de su patrimonio o de incidencia
de los derecho colectivos que afectan al medio ambiente, deberán responder por ellas, de manera
indemnizatoria.
En primer término debemos aclarar que nos referimos, en esta ocasión a los presupuestos de la
obligación de resarcir en los casos de la responsabilidad por daños derivados de los actos ilícitos,
también llamado responsabilidad contractual.
2.b) Formas.
a) Absoluta: En el caso en que el deudor no haya llevado a cabo ninguna conducta tendiente al
cumplimiento.
b) Relativo: En el supuesto en que el cumplimiento haya sido insuficiente, tanto por no
entregarse la cosa, prestarse el servicio o realizar la abstención tal como se había convenido,
así como cuando sea hecho fuera del plazo o en un lugar diferente al pactado.
3) Mora: Concepto y régimen legal. La Mora del acreedor, dolo y culpa, efectos.
En el Código Civil y Comercial, el instituto de la Mora se encuentra establecido en los artículos 886,
887 respectivamente.
Requisitos:
Para que se configure la mora del deudor, deben concurrir los siguientes requisitos: 1) El retardo en
el cumplimiento. Ello ocurre cuando el deudor no ha realizado el cumplimiento debido en el tiempo
en que la prestación debía ejecutarse, tal como fuera oportunamente convenida con el acreedor. 2)
Que dicho retardo sea imputable subjetivamente u objetivamente al deudor. El retardo en el
cumplimiento no basta para la configuración de la mora en el deudor, sino que debe existir además
un factor imputable de dicha demora hacia el deudor, que puede se r subjetiva (culpa o dolo) e
inclusive objetivo, es el caso cuando el deudor se ha comprometido a la obtención de un resultado
determinado y especifico y luego no ha podido lograrlo. 3) Constitución en mora. En este caso el
solo transcurrir el plazo establecido, o bien mediante la interpelación o requerimiento expreso que
deberá hacerle el acreedor.
Desde la lectura del artículo 886, se establece la mora automática, al disponer que la mora del
deudor se configura por el solo transcurso del tiempo para su cumplimiento. En razón de ello, una
vez operado el vencimiento de la obligación, el deudor quedara en estado de morosidad, sin que
sea necesario requerimiento alguno por parte del acreedor para su constitución en mora.
Sin embargo, como toda regla general, reconoce excepciones, enunciadas en el artículo 887, en
virtud de las cuales la mora automática no regirá en las siguientes obligaciones:
Cesación de la mora.
a) Cuando el deudor cumple la prestación, cesa su estado de mora, pero debe pagar los
daños e intereses moratorios hasta ese momento.
b) En supuesto que sobrevenga la imposibilidad de cumplir la prestación, cesan los efectos
de mora, pero el obligado debe los daños e intereses moratorios hasta el día de ocurrido
la imposibilidad y además los daños e interés compensatorios, según artículo 955 del
Código.
c) En caso que el acreedor renuncie a los derechos que le asisten por la mora incurrida.
d) La oferta real de pago, efectivo e íntegro efectuado por el deudor al acreedor tiene
virtualidad suficiente para purgar el estado de mora, e inclusive, para constituir en mora
al acreedor.
Para la constitución en mora del acreedor se requiere: a) que exista falta de cooperación en el
acreedor, quien con su conducta renuente obstaculice el cumplimiento de la obligación por parte
del deudor. b) la falta de cooperación debe ser imputable al acreedor, ya sea a título de dolo o de
culpa. c) se produce la suspensión del curso de los intereses compensatorios convenidos durante
el plazo de la obligación que estaba a cargo del deudor. d) En caso de pérdida de la prestación por
resultar de imposible cumplimiento luego de estar el acreedor constituido en mora, la obligación
se extingue quedando liberado el deudor.
a) Violación de la ley.
En el nuevo Código consagra ahora una antijurídica objetiva y material. El artículo 1717 del Código
se refiere expresamente a la antijurídica expresando: Cualquier acción u omisión que causa un daño
a otro es antijurídica si no está justificado. La simple violación del deber general de no dañar implica
ilicitud, salvo que la conducta o el perjuicio se encuentren justificados. Dicho principio tiene rango
constitucional, conforme artículo 19 de la Constitución Nacional.
b) Imputabilidad.
Es la atribución del acto y sus consecuencias al sujeto que lo realizo voluntariamente. Se supone que
ha estado en condiciones de valorar el alcance de su acción. La imputabilidad es un concepto que
se utiliza para establecer si el sujeto demandado tiene suficiente discernimiento o capacidad para
atribuírsele el resultado.
A los fines de la responsabilidad civil, no basta con que una persona sea autora material de un daño,
sino que asimismo debe ser tenida como imputable del mismo. Es necesario que la autoría material
del hecho se cumpla por una persona que, con discernimiento, intención y libertad al tiempo de su
ejecución, hubiese estado en condiciones de preve r y evitar su resultado. Hay imputabilidad
“cuando el acto procede de una libre voluntad”.
Factores de atribución.
Para que las consecuencias de un hecho puedan ser atribuido a un sujeto determinado, es necesario
que el mismo obedezca a un factor de atribución.
El hecho dañoso provoca, fácticamente, la lesión a un sujeto, frente a este fenómeno, el derecho
pregunta si es justo que el daño quede a cargo de quien lo ha sufrido, o si, debe desplazarse sus
consecuencias económicas a otras personas. Si no es justo, impone la obligación de responder, la
razón por la cual produce tal desplazamiento es lo que denomina factor de atribución.
Subjetivos: toman en cuenta la responsabilidad de la conducta del sujeto ofensor o dañador, sea
porque obro negligentemente (culpa), sea porque lo hizo con intención de dañar (dolo).
Objetivos: son los que no tienen en consideración la reprochabilidad de la conducta, sino alguna
otra razón por la cual es justo provocar el desplazamiento. Se tiene encuenta l a acción en si misma,
que el ordenamiento jurídico repudia al considerarla reprochable o anormal. Son factores objetivos
entre otros, la actividad riesgosa, la cosa peligrosa, etc.
En el artículo 1721, dispone: “La atribuciones de un daño al responsable puede basarse en factores
objetivos y subjetivos. En ausencia de normativas, el factor de atribución es la culpa”. La norma
incorpora la culpa como factor residual de atribución, como válvula de cie rre, del sistema,
justamente cuando medie vacío legal, porque no existe ninguna norma expresa del Código, ni en
leyes especiales sobre el tipo de factor de atribución.
El dolo, como factor de atribución de responsabilidad subjetiva, articulo 1724 del Código: “El dolo
se configura por la producción de un daño de manera intencional o con manifiesta indiferencia por
los intereses ajenos” La norma identifica el concepto de dolo con la idea de 2dolo obligacional” y “
dolo delictual” , que se consideran subsumidos en el artículo 1724, las que se unifican en función de
querer el resultado previsible de la acción: sea por la intención de dañar o por desentenderse de
ese resultado probable con relación a los intereses ajenos.
La culpa, se configura con dos requisitos: “la omisión de realizar la conducta que exige la naturaleza
de la obligación y la ausencia de propósito deliberado de incumplir o de causar un daño”. El artículo
1724 del Código, dice:” La culpa consiste en la omisión de la diligencia debida según la naturaleza
de la obligación y las circunstancias de las personas, el tiempo y el lugar. Comprende la imprudencia,
la negligencia y la impericia en el arte o profesión. El artículo 1725, establece sobre las reglas que se
deberá tener en cuenta para la valoración de la conducta en torno a la culpa.
Los factores objetivos prescinden de la conducta reprochable del sujeto y pone el acento en la
victima que sufrió un daño y necesariamente debe obtener el resarcimiento del mismo. El artículo
1720, dice: El factor de atribución es objetiva cuando la culpa del agente es irrelevante a los efectos
de atribuir responsabilidad. En tales casos, el responsable se libera demostrando la causa ajena,
excepto disposición legal en contrario, por ejemplo Responsabilidad de los propietarios de
establecimientos educativos.
Esta teoría se sintetiza de la siguiente manera: quien es dueño o se sirve de cosas, o realiza
actividades que, por su naturaleza o modo de empleo generan riesgos potenciales a terceros, debe
responder por los daños que ellas originan.
La denominada relación de causalidad se refiere, a la vinculación que debe existir entre un hecho
antecedente y otro consecuente el resultado (daño), para que el autor de ese comportamiento
deba indemnizar el perjuicio. El hecho debe ser la causa de l daño, y por lo tanto, el detrimento o
menoscabo aparece como el efecto o la consecuencia de ese obrar.
A los fines de la causalidad jurídica, el Código Civil y Comercial, parte de la base de “previsibilidad”
del resultado. Así, teniendo en cuenta la mayor o menor probabilidad de las consecuencias
derivables de un acto, el Código distingue entre consecuencias inmediatas, mediatas y casuales.
El juicio de probabilidad se hace, en abstracto, atendiendo a los que era o no previsible “según el
curso natural y ordinario de las cosas”, es decir, a lo que comúnmente acostumbra a suceder en
casos análogos; salvo si la previsibilidad del agente en concreto era superior a la corriente, por sus
aptitudes sobresalientes o sus conocimientos especiales, en cuyo caso se debe tener en cuenta esa
previsibilidad mayor, según artículos 1724 y 1725 del Código.
Consecuencias inmediatas.
“Son aquellas que acostumbran a suceder según el curso normal y ordinario de las cosas”, según
artículos 1727 del Código. La inmediatez no deriva de la cercanía temporal o especial con el hecho
generador.
Asume tal carácter porque entre el hecho generador y la consecuencia no se advierte la presencia
de ningún hecho intermedio. El hecho y la consecuencia se ligan sin la mediación de otro hecho
que produzca la unión o les sirva de lazo.
Consecuencias mediatas.
“Son mediatas las que resultan solamente de la conexión de un hecho con un acontecimiento
distinto”, según artículo 1727 del Código. En este supuesto el vínculo con el he cho causal no es
directo, pues en la cadena causal se produce la interferencia de otro hecho, que coadyuva al
resultado.
Consecuencias casuales.
Las consecuencias casuales son consecuencias mediatas que no pueden preverse, según artículo
1727 del Código, escapan a toda aptitud normal de previsión , al corresponder a hechos que operan
en forma sobreviniente e inesperada en el proceso casual, inte rrumpiendo su desarrollo.
Precisamente por no ser previsibles, las consecuencias casuales no son imputables, salvo cuando el
autor del hecho las hubiera previsto de manera concreta, en función de las circunstancias del caso
y actuando teniendo en miras ese resultado. Ejemplo si en el ejemplo anterior, además de morir el
animal enfermo, consecuencia inmediata, contagia a los demás como consecuencia mediata y por
esa razón el comprador no puede cosechar en su campo, que le produce la quiebra como
consecuencia remota.
4) Aspectos del Daño. Daño patrimonial: concepto, clases. Daño extrapatrimonial o moral. El daño
psicológico.
Daño. Concepto.
Es importante puntualizar que el daño se presenta en la actualidad como elemento más importe de
la responsabilidad civil, desplazando de este sitial a la culpa. El artículo 1737 del Código, dispone:”
Hay daño cuando se lesiona un derecho o un interés no reprobado por el ordenamiento jurídico,
que tenga por objeto la persona, el patrimonio, o un derecho de incidencia colectiva”.
Para el autor Mosset Iturraspe sostiene que puede sintetizarse la noción de daño, en cuanto
presupuesto de responsabilidad civil como: la lesión o menoscabo a un interés patrimonial o
extrapatrimonial, acaecido como consecuencia de una acción.
El daño puede ser individual o colectivo. En el individual se afecta un derecho o un interés licito y
no contrario a derecho que tiene por objeto el patrimonio o la persona; en el colectivo se afecta un
derecho o un interés que recae sobre un bien de incidencia colectiva. En todos los casos el daño
puede ser patrimonial o extrapatrimonial.
Los derechos de incidencia son aquellos que tutelan bienes colectivos, no susceptible de
apropiación individual excluyente y que pueden ser disfrutados por varias personas sin ser
alterados. La función primordial en este tipo de daños es la preventiva. Estos daños pueden
consistir en la contaminación de las aguas que bañan las costas de una ciudad, la destrucción de
un monumento o de un edificio que constituye patrimonio histórico de este lugar.
a) El daño debe ser personal de quien pretende la indemnización. Se trata de una aplicación
simple del principio fundamental según el cual si no hay interés no hay acción.
Este requisito exige que la lesión recaiga sobre un interés propio, ya sea patrimonial o moral. Es
decir, solamente podrá reclamar la reparación la persona que ha sufrido el perjuicio. Ello, sin
embargo, no es lógico para destacar que el daño, aun siendo personal, puede ser a su vez directo o
indirecto. Es directo, cuando el titular del interés afectado es la victima del ilícito, ejemplo: una
persona que resulta lesionado en un accidente de tránsito y reclama los perjuicios sufridos en su
integridad física. Y será indirecto, cuando el perjuicio propio invocado por el demandante deriva
de una lesión a bienes patrimoniales o extrapatrimoniales de un tercero. Aquí el daño se produce
de manera refleja o de rebote, tal como sucede, por ejemplo, en el supuesto de homicidio en el cual
la viuda y los hijos del fallecido, damnificado indirectos, pueden reclamar la reparación del perjuicio
material y moral derivado de la muerte de un tercero (victima).
Este requisito debe subsistir al tiempo del resarcimiento, es decir, cuando se menciona a la
subsistencia del daño, se hace referencia a que el mismo no debe haber sido aún resarcido por
quien debió hacerlo: el responsable. Si el dañador o responsable no indemnizo el daño, queda
subsistente porque no se lo cancelo y se mantiene con independencia de que la víctima o un tercero
hubieran logrado el restablecimiento de la situación material al momento anterior al hecho lesivo.
Debe mediar certidumbre en cuanto a la existencia misma del daño, ya sea actual, futuro o bien
consistir en la pérdida de la chance, sin perjuicio de la posible indeterminación de su monto. Es
menester que el daño sea real y efectivo, y no puramente eventual o hipotético. El daño cierto
puede ser presente o actual si ya se produjo, o futuro cuan do se producirá segura o probablemente
con posterioridad a la sentencia.
La idea de daño patrimonial se asocia en la práctica al daño material, por oposición al concepto de
daño extrapatrimonial también llamado daño moral, pero hoy propia de la lesión de interés
espirituales en sentido amplio.
El daño será patrimonial, cuando se afectan los derechos económicos del acreedor o víctima del
hecho dañoso. En cambio extrapatrimonial cuando afectan los derechos personalísimos del
acreedor o la víctima o de terceros con derechos a percibir la indemnización por la incidencia del
fallecimiento de la víctima. En estos casos se afectan los derechos a la vida, a la libertad, a la
integridad física, la libertad, etc.
En síntesis, decimos que el daño patrimonial, es a los bienes y a las personas, aunque se refiere
específicamente a una de las categorías del daño; el detrimento o menoscabo de valores
económicos o patrimoniales en ciertas condiciones, llamado daño material.
El daño moral es aquella especie de agravio implicado por la violación de alguno de los derechos
inherente a la personalidad, es decir, a las afecciones legítimas, honor, intimidad , paz, tranquilidad
integridad física, psíquica, identidad.
El lucro cesante, se traduce en el valor de las ganancias frustradas, dejadas de percibir por el
damnificado, a raíz del ilícito o del incumplimiento de la obligación.
El articulo 1738 en la segunda parte, enuncia los daños a la persona humana (violación de los
derechos personalísimos de la víctima, de su integridad física, su salud psíquica, sus afecciones
espirituales legítimas y las que resultan de la interferencia en su proyecto de vida).
Dentro del concepto de daño a la persona, fue incorporado el daño a la salud que es aquel que
atañe al bienestar integral del sujeto, dentro de esta esfera quedan incluidos los siguientes daños:
Esta responsabilidad es la esencia misma del derecho de daños, por cuanto: nada más lógico que
alguien deba responder por los daños que el mismo causa a terceros. Asociado a esta premisa
estuvo durante siglos la necesidad de la presencia de culpabilidad en la conducta del agente, de ahí
surgía el principio de que “no hay responsabilidad civil sin culpa”.
Desde los artículos 1753 a 1756 del Código, en la responsabilidad directa o por el hecho propio, se
responde por la obligación de reparar de quien causó el daño, ya sea por una acción u omisión suya
o bien del deudor de una obligación contractual que incumplió con la prestación prometida.
En este último, el deudor que introduce a un tercero para ejecutar la prestación en su lugar en nada
altera la naturaleza o el fundamento de dicha responsabilidad, según lo normado en los artículos
732 y 1746 del Código.
Asimismo de acuerdo a los alcances del artículo 1749 del Código, segundo supuesto, toda acción u
omisión dolosa o culposa que causa un daño extrapatrimonial, sin que medie una causa de
justificación, compromete la responsabilidad directa de su autor.
El nuevo Código ha hecho prevalecer los nuevos criterios imperantes en el Derecho de Daños,
privilegiando el derecho de las víctimas a la reparación de todo daño injustamente sufrido.
Tales estudios han permitido una mejor determinación del factor de atribución aplicable en la
especie (objetivo), lo que nos lleva a tomar posiciones acerca del fundamento de la responsabilidad
(garantía) y para lelamente, establecer con precisión los requisitos necesarios para que opere la
extensión al principal del deber de reparar los daños derivados de hechos protagonizados por el
dependiente (daño injustamente causado por el dependiente a un tercero) - ver el artículo 1753
del Código.
Este artículo regula los supuestos de responsabilidad del principal por los hechos de los s ujetos que
se encuentran bajo su dependencia o de los cuales se sirve para el cumplimiento de sus
obligaciones, en los casos de responsabilidad extracontractual.
Los resarcimientos por daños y perjuicios pueden darse de dos modos: en especie, también llamado
específico, o en dinero, denominados pecuniarios.
Ellos dependen del tipo de obligaciones de que se trate. En el caso de obligaciones de dar, puede
convenirse la entrega de determinado cosa, cuya calidad y cantidad se precisa, por ejemplo la
entrega de mil resmas de papel, de 80 gramos, de primera calidad.
En las obligaciones de hacer, en el caso que el deudor no las efecti vice, no puede ejercerse violencia
física para exigirle su cumplimiento. En caso de negativa o imposibilidad, solo caben dos soluciones:
el cumplimiento por un tercero, por ejemplo si se contrató la reparación de un ciclomotor y el
obligado se niega hacerlo, puede el acreedor mandarlo a hacerlo por otro, a cargo del deudor o a su
efecto exigirle el resarcimiento en dinero llamado indemnización.
En el caso de haberse contratado un artista para pintar un mural y el mismo se niega a hacerlo o
estuviera imposibilitado para ello, podrá exigirse solamente la indemnización por los daños y
perjuicios, ya en este caso se tuvo en cuenta las condiciones artísticas de la persona obligada.
Reparación integral.
El artículo 1740 del Código, reafirma el principio receptado por el Código anterior al partir de la
reforma de 1968, receptando la doctrina y jurisprudencia anterior y precisando la regla: “La
reparación del daño debe ser pleno e integral, en dinero o en especie, recayendo en la victima la
opción por una u otra modalidad, salvo que la restitución en especie resulte abusiva para el deudor
en cuyo caso solo procederá en dinero. Además y cuando se trata de la violación de los derechos
personalísimos, dada la primacía de la tutela de la persona humana, la condena comprende también
la publicación de la sentencia condenatoria, en sentido acorde con la postura de la Corte
Interamericana de Derechos Humanos. “
La Corte Suprema, sostuvo en reiterados fallos, que: “La indemnización debe ser integral y jus ta, ya
que si no lo fuera y quedara subsistente el daño en todo o en parte, no existirá tal indemnización.
Puesto que indemnizar es eximir de todo daño y perjuicio mediante un cabal resarcimiento, lo cual
no se logra si el daño o el perjuicio subsisten en cualquier medida”.
Se trata del restablecimiento de la situación preexistente al hecho lesivo, sea mediante el pago de
una suma de dinero o de obligaciones de hacer o de dar para recomponer en especie el estado
anterior, siempre con basamento en el principio de razonabilidad que establece el ordenamiento
jurídico.
Es convencional, cuando las partes de común acuerdo la determinan, sea en forma anticipada como
clausula penal o con posterioridad a su producción, generalmente bajo forma de transacción.
Finalmente la valuación judicial, cuando lo realiza el juez al tiempo de dictar sentencia, cuando las
partes no acuerdan el monto de la indemnización o esta no es determinada por ley. El juez la
determina con arreglo a las probanzas del juicio. Esto es sin duda, el modo más frecuente de
resolverse los juicios por daños.
8) Eximentes de responsabilidad caso fortuito, fuerza mayor, estado de necesidad. Conce ptos y
efectos.
Históricamente se hacía una distinción en la doctrina entre caso fortuito y la fue ra mayor. Se
reconocía al primero como hechos producido por la naturaleza que impedía cumplir con la
obligación, ejemplo el granizo que destruyo la totalidad de la cosecha, las copiosas caída de agua
que producen una inundación haciendo perecer los animales que debía entregar el vender de
hacienda al comprador o productor, etc.
La fuerza mayor, es lo proveniente del acto del hombre, ejemplo el secuestro de los stocks de un
producto dispuesta por autoridad competente, la expropiación de un inmueble por el Estado, la
acción bélica o guerra que se produce en una región o País con destrucción de bienes, etc.
El artículo 1730 del Código, dispone como norma: Se considera caso fortuito o fuerza mayor al
hecho que no ha podido ser provisto o que, habiendo si do previsto, no ha podido ser evitado. El
caso fortuito o fuerza mayor exime de responsabilidad, excepto disposición en contrario. Este
código emplea los términos “caso fortuito” y “fuerza mayor” como sinónimos.
Efectos:
El caso fortuito como la fuerza mayor, interrumpe el nexo causal, y por ello las consecuencias del
hecho dañoso no pueden en principio ser atribuidos al deudor demandado.
El caso fortuito provoca la destrucción total o parcial, según los casos, del nexo de causalidad.
Excepciones:
Según el artículo 1733 del Código, se dispone que pese al hecho que reúne la característica del caso
fortuito (imprevisibilidad y/o inevitabilidad), él no produce la liberación del deudor como
responsable. Estos supuestos surgen expresamente de la norma recientemente referida.
Supuestos:
a) Asunción contractual del caso fortuito. Las partes pueden convenir que el obligado garantiza
el resarcimiento de los daños en cualquier circunstancia, aun cuando sobrevenga cualquier
caso fortuito.
b) Disposición de la ley. Excepcionalmente la ley lo establece la exoneración por caso fortuito,
ejemplo cuando el deudor se encuentra en mota con anterioridad al acaecimiento del
hecho, articulo 1733, inciso 3) del Código.
c) Mora del deudor. Uno de los efectos de la mora, es la traslación de los riesgos de l a
prestación, que a partir de ese momento pasan a estar en cabeza del deudor incumplidor.
d) Existencia de la culpa previa del responsable. Es el caso que el deudor no cumplió con la
obligación por su exclusiva culpa y se produce el hecho generador del caso fortuito.
e) Contingencia propia del riesgo de la cosa o la actividad. El caso fortuito debe ser extraño a
la esfera económica del agente, a sus actividades, a su empresa o a las cosas de su
propiedad.
f) Obligación de restituir como consecuencia de un hecho ilícito. Es el caso de un poseedor de
mala fe, por la destrucción total o parcial de la cosa, excepto si ella se habría producido
igualmente si la cosa hubiese estado en poder de quien tenía el derecho a su restitución.
Estado de necesidad.
El Código Civil y Comercial introduce una regulación expresa de esta figura en el artículo 1718 inc.
c) , al disponer que está justificado el hecho que causa un daño, para evitar un mal, actual o
inminente, de otro modo inevitable que amenaza al agente o a un tercero, si el peligro no se origina
en un hecho suyo; el hecho se haya justificado únicamente si el mal que se evita es mayor que el
que se causa. En este caso, el damnificado tiene derecho a ser indemnizado en la medida en que el
juez lo considere equitativo. El estado de necesidad siempre supone un conflicto de intereses en
el que se sacrifica el de menor entidad.
Requisitos:
a) La existencia de un peligro actual o inminente de sufrir un daño en la persona o en las cosas.
b) El peligro no debe ser imputable al autor de un daño, ni debe estar obligado a soportar la
situación de peligro.
c) El daño causado debe ser de naturaleza patrimonial, ya que no se admite que un hombre
para salvar su propia vida ataque la vida de otro, salvo en caso de defensa propia.
d) Que no exista otra manera de eludir el peligro.
e) Que el daño que se pretenda evitar sea cualitativa o cuantitativamente superior al que se
ocasiona al tercero.
Efectos:
Esta figura importa de justificación, y por ende el agente no responde por los daños y perjuicios.
Y tiene derecho a ser indemnizado en la medida en que juez lo considere equitativo, conforme a lo
dispuesto en la norma señalada.
La reparación del daño que deberá ser integral, se asienta en cuatros principios o reglas
fundamentales: 1) El daño debe ser fijado al momento de la decisión judicial; 2) La indemnización
no debe ser inferior al perjuicio; 3) la apreciación debe formularse en concreto; 4) La reparación no
debe ser superior al daño sufrido, ni mucho menos menor a la probado.
En este aspecto, debemos considerar que el contrato que celebra el profesional con su
cliente es como regla general, un contrato de servicio autónomo, porque genera una
obligación de hacer. Puede ser una locación de servicio o de obra, cuando en este último de
comprometer a la entrega de una actividad técnica contable o tributaria (entrega) o un
informe de auditoría.
Así, la relación que mantiene el profesional con su cliente puede ser también bajo los
alcances de un contrato de servicio dependiente cuando se desempeña en una empresa,
con subordinación jurídica, técnica o económica. Muchos autores sostienen que estamos
ante un contrato multiforme, porque dada la heterogeneidad de relaciones que existen
no puede pensarse en la relación en una sola figura jurídica. Que sea omnicomprensiva de
todas ellas.
Se resalta que los caracteres de este contrato son: consensual, bilateral, oneroso y no
formal. En algunos aspectos son instuite personae, que son exigidas cuando el profesional
cuenta con una especialidad en el estudio de las ciencias contables, por la que se contrató
al profesional. El otro aspecto es el grado de confianza en que se confiara la atención del
servicio profesional.
2) Factor de atribución.
Cuando se trata de culpa habrá de examinar si el profesional omitió desarrollar una conducta
conforme a las exigencias de un buen profesional, conforme con las circunstancias de tiempo,
persona y lugar. El profesional es un experto y por lo tanto se le exige una mayor previsión,
siendo aplicable el artículo 1725 del Código.
En el Código Civil y Comercial, ha quedado zanjeado que según el artículo 1768 del Código, se
refiere a los profesionales liberales y establece que la responsabilidad es subjetiva, excepto
que se haya comprometido un resultado concreto .
3) Causalidad.
La relación de causalidad es la unión del obrar del profesional con el daño, es decir, que el
daño que sufre la persona pueda ser atribuida al Contador por una serie ininterrumpida
de causas, y efectos de valor legal. Esto implica que el Contador va responder por las
consecuencias inmediatas, mediatas de sus actos y solo las consecuencias casuales si tuvo
en mira al cometer el ilícito.
4) Daños – indemnización.
Hay daño cuando se lesiona un derecho o a un interés, que no sea contrario al ordenamiento
jurídico. De allí que se distingue entre daño lesión y la indemnización, según articulo 1737 y 1738
del Código. La indemnización comprende la pérdida o disminución del patrimonio de la víctima,
el lucro cesante en el beneficio económico esperado de acuerdo a la probabilidad objetiva de su
obtención y la perdida de chances. Para la procedencia de la indemnización debe existir un
perjuicio directo o indirecto, actual o futuro, cierto y subsistente.
5) Eximente de la responsabilidad.
En el ámbito del derecho penal, del desempeño de la función pública y de la designación como
perito.
Los Contadores, por disposición de la Ley de Profesionalización , tienen entre otros cometidos el
ejercicio como Peritos Contables o Tributarios , siendo auxiliares judiciales, para que puedan
realizar los respectivos informes que permitan conocer o apreciar los hechos importante que se
requiera como conocimiento de la contabilidad o de los hechos imponibles de la tributación.