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Definición de Calvinismo
2.- Entre sus principales diferencias con la Iglesia católica apostólica romana está
la de no considerar el sacerdocio como un sacramento.
3.- Dentro de sus principios está el de declarar una creencia absoluta en Dios y su
soberanía.
5.- Así mismo, el Calvinismo asume que Dios es soberano, omnipotente, y tiene
competencia en todos los ámbitos de la vida humana, es decir en el plano físico,
intelectual, emocional y económico, tanto en la Tierra como en el Cielo. De esta
forma, el plan de Dios se trabaja en todos los aspectos de la vida.
7.- Así mismo, el Calvinismo se caracteriza por tener una base teológica, basada
en cinco grandes preceptos, que son conocidos como los “Cinco Puntos del
Calvinismo”. De acuerdo a la Historia de la religión, estos principios son basados
en la respuesta de Sínodo de Dort a la Protesta Arminiana.
2. Ideología
La depravación total del hombre: según esta religión protestante, motivo del
pecado original de Hombre, cada persona sobre la tierra vive esclavizada
por el pecado. Es decir, que naturalmente las personas no están
preparadas o dispuestas a Amar a Dios, prefiriendo el bien egoísta y
personal, y siendo incapaces de escoger por voluntad propia el seguir a
Dios.
3. Teorías de Luteranismo
Postulados
Las ideas básicas de la teología luterana, que suelen concordar en su gran
mayoría con la fe evangélica, se sintetizan en tres fórmulas latinas:
Sola gratia (solo por la Gracia): Cristo es el único que puede justificarnos.
Las obras, incluidos los ritos eclesiales y cualquier otro tipo de esfuerzo
humano, no son la causa de la salvación del hombre. Cristo murió por
nosotros y a través de Él, por medio de la fe, somos salvos, para que nadie
crea que fue salvo por su propio mérito, ni para que se glorifique de sus
propias obras. Por lo tanto, la salvación es obra de la sola gracia de Dios.
(Efesios 2:8-10).
Sola fide (solo por la fe): La fe es lo único que, mediante la gracia de Dios,
nos salva. Ninguna obra puede salvarnos, sino sólo la fe. Dice el apóstol
Pablo: "Porque en el Evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe,
como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá." (Romanos 1:16-17).
4. Ética de Kant
Su principio de universalidad requiere que, para que una acción sea permisible,
debe ser posible aplicarla a todas las personas sin resultar contradictoria. Su
formulación de la humanidad como un fin en sí misma exige que los humanos
nunca sean tratados meramente como un medio para un fin, sino también un fin
en sí mismos. La formulación de la autonomía concluye que los agentes
racionales están obligados a la ley moral por su propia voluntad, mientras que el
concepto de Kant del Reino de los fines exige que las personas actúen como si los
principios de sus propias acciones establecieran una ley para un reino hipotético.
Kant también distinguió entre deberes perfectos e imperfectos. Un deber perfecto,
como el deber de no mentir, es siempre verdadero; uno imperfecto, como donar a
la caridad, puede flexibilizarse y aplicarse en un tiempo y espacio particulares.
Aunque Kant desarrolla su teoría ética a través de toda su obra, es definida más
claramente en Fundamentación de la metafísica de las costumbres, Crítica de la
razón práctica y Metafísica de las costumbres. Como parte de la tradición de la
Ilustración, basó su teoría ética en la creencia de que la razón debería usarse para
determinar cómo debería obrar una persona. No intentó prescribir una acción
específica, sino que enseñó que la razón debe usarse para determinar cómo
comportarse.
En el conjunto de sus escritos, Kant construyó las bases para una ley ética a partir
del concepto del deber. Comenzó su teoría ética argumentando que la única virtud
que puede ser incondicionalmente buena es una buena voluntad. Ninguna otra
virtud tiene este estatus debido a que todas las otras virtudes pueden usarse para
lograr fines inmorales (la virtud de la lealtad no es buena si se es leal a una
persona malvada, por ejemplo). La buena voluntad es única en que siempre es
buena y mantiene su valor moral incluso cuando fracasa en el logro de sus
intenciones morales. Consideró la buena voluntad como un principio moral
individual que libremente elige usar a las otras virtudes para fines morales.
Para Kant una buena voluntad es una concepción más amplia que una voluntad
que actúa por deber. Una voluntad que actúa por deber es distinguible como una
voluntad que supera los obstáculos con el fin de cumplir la ley moral. Es por tanto
un caso especial de buena voluntad que se hace visible en condiciones adversas.
Kant sostiene que solo los actos realizados por deber tienen valor moral. Esto no
quiere decir que los actos realizados solamente en conformidad con el deber sean
despreciables (estos todavía merecen aprobación y apoyo), pero las acciones que
se realizan por deber poseen una consideración especial.
La concepción kantiana del deber no implica que las personas realicen sus tareas
de mala gana. Aunque el deber a menudo limita a las personas y las motiva a
actuar en contra de sus inclinaciones, todavía proviene de la voluntad de un
agente: desean mantener la ley moral. Por lo tanto, cuando un agente realiza una
acción por deber es porque los incentivos racionales le importan más que sus
inclinaciones opuestas. Kant deseaba ir más allá de la concepción de la moral
como deberes externamente impuestos y presentar una ética de autonomía,
donde los agentes racionales reconocen libremente las exigencias que la razón les
hace.
Imperativo categórico
Universalización
Cuando alguien obra, es de acuerdo a una regla o máxima. Para Kant, una acción
solo está permitida si uno está deseando que la máxima que permite la acción sea
una ley universal conforme todos obrasen.15 Las máximas fallan esta prueba si
producen una contradicción en la concepción o en la voluntad cuando son
universalizadas. La primera ocurre cuando, si una máxima fuese universaliza, deja
de tener sentido ya que la "máxima necesariamente se destruiría a sí misma tan
pronto como se hiciese una ley universal". Por ejemplo, si la máxima "Es
aceptable romper promesas" se universalizara, nadie confiaría en ninguna
promesa, así que la idea de una promesa perdería su sentido; la máxima sería
auto contradictoria, ya que, cuando universalizada, las promesas dejan de tener
significado. La máxima no es moral porque es lógicamente imposible de
universalizar: no podríamos concebir un mundo en el que esta máxima fuese
universalizada. Una máxima también puede ser inmoral si crea una contradicción
en la voluntad cuando se universaliza. Esto no significa que sea lógicamente
contradictoria, sino que la universalización de la máxima conduce a un estado de
cosas que ningún ser racional podría desear. Por ejemplo, Driver argumenta que
la máxima 'No haré caridad' produce una contradicción en la voluntad cuando se
universaliza porque un mundo en el que nadie da a la caridad no sería deseable
para la persona que se comporta bajo esa máxima.
Kant creía que la moralidad es la ley objetiva de la razón: así como las objetivas
leyes físicas exigen acciones físicas (las manzanas caen a causa de la gravedad,
por ejemplo), las objetivas leyes racionales obligan acciones racionales. Por
consiguiente creía que un ser perfectamente racional también debe ser
perfectamente moral, porque un ser perfectamente racional subjetivamente
encuentra necesario hacer lo que es racionalmente necesario. Debido a que los
seres humanos no son perfectamente racionales (obran en parte por instinto),
creía que los seres humanos deben someter su voluntad subjetiva a las leyes
racionales objetivas, lo que llamó la obligación de sometimiento. Argumentó que
la ley objetiva de la razón es a priori, existente externamente del ser racional. Del
mismo modo que las leyes físicas existen antes de los seres físicos, las leyes
racionales (moral) existen antes de los seres racionales. Por lo tanto, según Kant,
la moral racional es universal y no puede cambiar dependiendo de las
circunstancias.
Kant sostenía que los seres racionales nunca pueden tratarse simplemente como
un medio para un fin; siempre deben tratarse también como fines en sí mismos, lo
que requiere que sus propios motivos razonados deban ser igualmente
respetados. Esto se deriva de su afirmación de que la razón motiva la moral: exige
que respetemos la razón como un motivo en todos los seres, incluidas otras
personas. Un ser racional no puede racionalmente consentir ser utilizado
simplemente como un medio para un fin, por lo que siempre deben tratarse como
un fin. Kant lo justifica argumentando que la obligación moral es una necesidad
racional: aquello que es deseado racionalmente es moralmente correcto. Debido a
que todos los agentes racionales desean racionalmente ser un fin y nunca solo un
medio, es moralmente obligatorio que se les trate como tales. Esto no significa que
no podamos tratar nunca a un humano como un medio para un fin, sino que
cuando lo hacemos tenemos que tratarlo además como un fin en sí mismo.
Fórmula de autonomía
Otra formulación del imperativo categórico es el Reino de los fines. Obra como si
por medio de tus máximas fueras siempre un miembro legislador en un reino
universal de los fines.
La Ética de Immanuel Kant (1724 -1804) constituye una notable expresión del
pensamiento ético moderno.
Kant mostró una gran preocupación por los asuntos morales. Kant se dio a la tarea
de salvar el espíritu, el saber, la moral y la religión en un mundo invadido por
sistemas de pensamientos diversos y antagónicos entre sí como el empirismo, el
fideísmo y el escepticismo por mencionar sólo algunos.
La razón pura se expresa por medio de juicios analíticos y juicios sintéticos, nos
dice Kant.
b) Categóricos; Ej. "El hombre debe ser veraz". En este último ejemplo, el
imperativo ordena una acción de manera absoluta, es decir que la acción no se
considera como medio, sino como un fin en sí mismo, último e incondicionado.
De acuerdo con Kant, el ideal moral está formado por imperativos categóricos que
se originan en la voluntad moral, una voluntad autónoma que se encuentra libre de
los fines u objetos de deseo.
Lo que persigue Kant es fundamentar una ética racional universal basada en leyes
que determinan la voluntad y que no puede estar sustentada en la pluralidad de
fines, puesto que éstos varían y son contingentes. Si puede haber una Ética
Racional, ésta descansará sobre principios universales y no sobre relativismos
culturales, históricos, etcétera.
El acto moral.
Si un individuo actúa por temor y no por respeto al deber implícito en la ley moral,
sus acciones no serán morales. Tampoco lo serán aquellas que se realizan por
accidente o como medio para obtener beneficios posteriores.
Por ejemplo, la acción de pagar una deuda puede no tener ninguna significación
moral (amoral) si se realiza por temor a las consecuencias.
Una promesa que se cumple por accidente, o porque se desea obtener algo como
resultado de la acción, tampoco tienen significación moral conforme a la ética
kantiana.
Las acciones que se realizan de acuerdo a la buena voluntad, es decir las que se
realizan por deber y conforme al deber (imperativo categórico) son las acciones
valiosas que hacen del individuo una persona genuinamente moral.
Kant define el deber como “la necesidad de una acción por respeto a la ley”.
Las acciones pueden ser hechas por inclinación (mediata o inmediata), o por
deber. Son hechas por inclinación cuando las hacemos porque nos parece que
con ellas podemos obtener un bien relacionado con nuestra felicidad: en el caso
de las que se buscan por inclinación inmediata porque la acción misma produce
inmediatamente satisfacción (ver una película, por ejemplo); en el caso de las que
hacemos por inclinación mediata porque con dichas acciones conseguimos una
situación, hecho o circunstancia que produce satisfacción o ausencia de dolor (ir al
dentista, por ejemplo). Sin embargo, las acciones hechas por deber se hacen con
independencia de su relación con nuestra felicidad o desdicha, y con
independencia de la felicidad o desdicha de las personas queridas por nosotros,
se hacen porque la conciencia moral nos dicta que deben ser hechas.
Moralmente moralmente
la inclinación ir al cine un fin de semana
indiferentes indiferente
Moralmente
la inclinación mala robar
malas
Irracionalismo
«La cultura occidental está viciada desde su origen. Su error, el más pertinaz y
peligroso de todos, consiste en instaurar la racionalidad a toda costa».
La voluntad de poder
Cuando Nietzsche critica el racionalismo, ataca también sus consecuencias,
como, en este caso, la ciencia. No la idea del conocimiento en sí, sino aquello que
representa: la debilidad. El hombre necesita saber, investigar, conocer, etc. porque
es un ser débil. No es capaz de aceptar el caos de la realidad. No es capaz de
vivir sin certezas. Primero, usó a los dioses para explicar aquello que no conocía,
y después, usó a la ciencia para dar un sentido racional a lo que le rodea. En
ambos casos, se equivoca.
Contra la religión
«Todos los conceptos de la Iglesia se hallan reconocidos como lo que son, como
la más maligna superchería que existe, realizada con la finalidad de desvalorizar la
naturaleza, los valores naturales; el sacerdote mismo se halla reconocido como lo
que es, como la especie más peligrosa de parásito, como la auténtica araña
venenosa de la vida…».
Esclavitud moral
«El triunfo de un ideal moral se logra por los mismos medios inmorales que
cualquier triunfo: la violencia, la mentira, la difamación y la injusticia».
El freno moral al hombre
Esta cita une ambos conceptos: por un lado, la maldad intrínseca del cristianismo
y su ideal moral; por otro, la negación de lo que esa misma entiende que es
grande y virtuoso (clemencia, caridad, altruismo, pacifismo). El cristianismo y su
código es un freno para el hombre, que le impide llegar a su máximo potencial.
Egoísmo es una palabra maldita aún hoy. Parece que nada peor puede hacer una
persona que ser egoísta. Nietzsche califica de necio tales pensamientos. El
hombre es naturalmente egoísta, y está bien que lo sea. Es su vida de la que ha
de hacerse responsable, no pedir a los demás que vivan para él. Es él mismo
quien ha de solucionar sus problemas y alcanzar sus sueños, sin lloriquear. Todo
lo que nace de la naturaleza del hombre es bueno, y nada de lo que defiende el
código impuesto podrá cambiar la realidad. Nietzsche odia el altruismo, la
obligación moral de que uno sólo es bueno si renuncia a su propia vida para vivir
para los demás. Un invento de los débiles para poder vivir a costa de los fuertes y
brillantes.
El Superhombre
«El hombre es una cuerda tendida entre la bestia y el superhombre, una cuerda
sobre un abismo».
La superación de la religión
7. Teorías Axiológicas
Epicureísmo
Todo valor entonces, estaría plenamente regido por la actividad sensible del
cuerpo. Así lo bueno moralmente no sería otra cosa que aquello que produjera
sensaciones agradables al hombre: el placer. Pero no se entienda aquí la
búsqueda de placer como la simple satisfacción inmediata y amoral de las
necesidades fisiológicas y tendencias psíquicas, sino como la búsqueda del mejor
estado físico. La preservación saludable y satisfactoria del cuerpo humano era
considerada como el fin moral por excelencia.
El utilitarismo cuántico
Teoría de Scheler
La palabra valor viene del latín valor, valore (fuerza, salud, estar sano, ser fuerte).
Cuando decimos que algo tiene valor afirmamos que es bueno, digno de aprecio y
estimación. En el campo de la ética y la moral, los valores son cualidades que
podemos encontrar en el mundo que nos rodea. En un paisaje (un paisaje
hermoso), en una persona (una persona honesta), en una sociedad (una sociedad
tolerante), en un sistema político (un sistema político justo), en una acción
realizada por alguien (una acción buena), en una empresa (organización
responsable), y así sucesivamente.
Aunque son complejos y de varias clases, todos los valores coinciden en que
tienen como fin último mejorar la calidad de nuestra vida. La clasificación más
extendida es la siguiente:
De la anterior tabla, los más importantes son, sin duda, los valores morales, ya
que estos les dan sentido y mérito a los demás. De poco sirve tener muy buena
salud, ser muy creyente o muy inteligente o vivir rodeado de comodidades y
objetos bellos, si no se es justo, bueno, tolerante u honesto, si se es una mala
persona, un elemento dañino para la sociedad, con quien la convivencia es muy
difícil. La falta de valores morales en los seres humanos es un asunto lamentable
y triste precisamente por eso, porque los hace menos humanos.
Los valores morales son los que orientan nuestra conducta, sobre la base de ellos
decidimos cómo actuar ante las diferentes situaciones que nos plantea la vida.
Se relacionan principalmente con los efectos que tiene lo que hacemos en las
otras personas, en la sociedad, en la empresa o en nuestro ambiente en general.
De esta manera, si deseamos vivir en paz y ser felices, debemos construir entre
todos una escala de valores que facilite nuestro crecimiento individual para que, a
través de él, aportemos lo mejor de nosotros a una comunidad que también tendrá
mucho para darnos. Son, pues, tan humanos los valores, tan necesarios, tan
deseables, que lo más natural es que queramos vivirlos, hacerlos nuestros,
defenderlos cuando estén en peligro o inculcarlos en donde no existan. En este
punto es donde intervienen la moral y la ética.
8. Teorías Analíticas
Las identidades culturales reclaman cada vez más nuestra atención, más allá del
pluralismo que se pueda defender desde postulados liberales y más allá del
multiculturalismo (que como hemos visto en países como en Francia puede llevar
a ghetos), llegando a una ciudadanía intercultural.
Ética.
La ética tiene una íntima relación con la moral, tanto que incluso ambos ámbitos
se confunden con bastante frecuencia. En la actualidad se han ido diversificando
la Ética son el conjunto de normas que vienen del interior y la Moral las normas
que vienen del exterior; es decir, de la sociedad. Además se considera una rama
de la filosofía relacionada con la naturaleza del juicio moral, que medita sobre lo
que es correcto o incorrecto (lo bueno y lo malo) en nuestra sociedad y en nuestra
conducta diaria.
Está establecida como una ciencia normativa, ya que se ocupa de las normas de
la conducta humana, y se distingue de las ciencias formales, como las
matemáticas y la lógica, y de las ciencias empíricas, como la química y la física.
Las ciencias empíricas sociales, sin embargo, chocan en algunos puntos con los
intereses de la ética ya que ambas estudian la conducta social.
Evolución
Los orígenes de la ética han sido la religión y la filosofía, pero a partir del siglo
XIX, con la aparición de la teoría de la evolución por selección natural, comenzó a
establecerse una ética evolucionista, que se basa en el proceso de la evolución
biológica.
Edad Antigua:
Edad Moderna:
Edad Contemporánea