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QUE SE REQUIERE PARA RECIBIR

EL ESPIRITU SANTO
“En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed,
venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.
Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu
Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado”. Jn 7:37-39

La Promesa de Dios- Derramar de su Espíritu Santo (Joel 2)

El cumplimiento de esa Promesa- (Hc 2)

Cualidades de aquellos que reciben la Promesa de Dios (Jn 14:15-17)

Jesús habla en tres ocasiones acerca del Espíritu Santo:

- En la Fiesta de los Tabernáculos (Jn 7:37-39)

Sucot (hebreo, ‫— סֻּכֹות‬sin puntuación diacrítica, ‫סוכות‬, sukkōt—, ‘cabañas’ o ‘tabernáculos’) es una
festividad judía, llamada también precisamente «Fiesta de las Cabañas» o «de los Tabernáculos», que se
celebra a lo largo de 7 días en Israel (del 15 al 22 de Tishrei, en septiembre-octubre) y 8 días en la
diáspora judía (hasta el 23 de ese mes).

Es una festividad de origen bíblico que recuerda las vicisitudes (SITUACIONES) del Israel durante su
deambular por el desierto, y la precariedad de sus condiciones materiales simbolizada por el precepto
de morar en una cabaña provisoria o sucá, luego de la salida de la esclavitud en Egipto: «A los quince
días de este mes séptimo será la fiesta solemne de los tabernáculos a Elohim por siete días» (Levítico).

Junto a las de Pésaj y Shavuot, es considerada una de las festividades más importantes del judaísmo (por
ser una de las tres peregrinaciones), en las que se acostumbraba —en la época del templo de Jerusalén
— peregrinar a Jerusalén, más precisamente al templo de Jerusalén, quedando prácticamente vacío
todo el reino de Israel.

Entonces los judíos durante esa celebración hacían enramadas donde vivir y recordar lo vivido allí en el
desierto durante 40 años, recordar como Dios los vistió, les alimentó, los protegió, los sano, y los
acompaño durante toda esa travesía en medio del desierto. El Señor les dio pan del cielo, agua de la
Roca, sus ropas no se envejecieron durante 40 años. Esa celebración era para recordar lo que habían
vivido, pero también enseñarles a sus hijos que es lo que había hecho Dios con ellos.

Pero en el último día de la Fiesta había una costumbre, el sumo sacerdote derramaba un jarron de agua
en las graderías del Templo, para recordarles que cuando tuvieron sed en el desierto y no había agua,
Dios les proveyó agua de la Roca. (Num 20:1-13).

Es en ese momento cuando las miles de personas, las familias estaban reunidas en Jerusalén, esperando
ese gran momento, es que el Señor Jesús se pone de pie y alzó la voz, diciendo: “Si alguno tiene sed,
venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva” y
el Escritor hace una aclaración “Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues
aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado”.
En otras palabras, Él aquí se identifica con aquella roca en el desierto, de la cual pudo beber todo el
pueblo cuando padecía aquella gran necesidad. YO SOY LA ROCA. El Apóstol Pablo les escribió a los
Corintios y les dijo que los judíos habían bebido de la roca espiritual , y “esa roca los seguía, y la Roca
era Cristo” (1° Cor 10:4)

Esa es la 1° Vez que Cristo habla de aquella Promesa, y es en esa tan especial. Y el presenta tres simples
requisitos: (1) “el que tenga sed”, (2) “Venga a Mí” y (3) “El que cree en mí”

TENER SED

En primer lugar, se necesita tener sed. “Si alguno tiene sed”.

-La Tierra es un lugar con mucha agua. Cerca del 70% de la superficie de planeta está cubierta
de agua. Y el 97% es agua salada y el 3% es agua dulce-

-El agua es el componente químico principal del cuerpo y representa aproximadamente del 50


% al 70 % del peso corporal. Tu cuerpo depende del agua para sobrevivir. Cada célula, tejido y
órgano del cuerpo necesita agua para funcionar correctamente-. Entre el 80% y el 90% de la
sangre es agua. · La piel contiene entre un 70% y 75% de este líquido. · El corazón, el hígado y
los riñones, entre el 70% y el 80%.

LA SED ES UNA SEÑAL DE LA FALTA DE AGUA EN EL CUERPO. Sin embargo, a veces puede estar
deshidratado sin sentir sed.

Existen ciertas señales de que el cuerpo esta necesitando de mas agua (aunque no tenga sed): Dios es
tan sabio, que al crear nuestros cuerpos, el dispuso una alarma para que bebamos agua, incluso cuando
no tenemos sed. La sed es un alarma que indica que existe una deshidratación en el cuerpo. Pero no es
la única alarma, resequeda en la piel, mareos, cansancio. Pero todo porque? Porque no el cuerpo
necesita de agua… y cuando el cuerpo se esta deshidratando, cuando el agua merma, entonces el
cuerpo le da ciertas señales. Y la última de las señales es la sensación de sed, es cuando el cuerpo, le
informa al cerebro, de aquella necesidad y siente la necesidad de beber agua. Y la persona no puede
apagar la sensación de sed, hasta que no toma aquel liquido.

¿Qué debe hacer uno para tener sed? Absolutamente nada. La sed surge de una necesidad del
organismo; cuando el creyente entiende la necesidad del Espíritu Santo, a toda hora está con ese deseo,
con ese anhelo de recibir, porque algunos piensan que para recibir el Espíritu Santo se necesita un culto
especial, y si no lo recibieron en ese culto ya salen todos desanimados y ya no vuelven a pedir, ni a orar
ni nada; están enfocando mal el asunto, el que tiene sed, si aquí no hay agua, la va a buscar donde sea,
el que tiene sed no se calma hasta saciarla.

Si entendemos la necesidad del Espíritu, en su casa o en cualquier lugar; hay quienes han recibido el
Espíritu Santo en el comedor cuando han orado por el alimento, otros estando en el trabajo, salió
hablando en lenguas. Debe entender que le falta algo (el bautismo del Espíritu Santo)… y que debe
saciarlo… (a como de lugar, y hasta no conseguirlo, no para)

VENIR A CRISTO

La Consulta del Señor es… “Si alguno tiene sed”. Si alguno entiende su necesidad, si alguno se ha dado
cuenta que debe satisfacer esa necesidad, si alguno comprende su deshidratación espiritual- Entonces
“Venga a mí y beba”
Pensamos que para recibir el Espíritu Santo, debemos asistir a un evento especial, o al campamento o a
la Convención Nacional. Pero no es allí, es ir a Cristo, el es la fuente que saciara tu sed, él es quien
bautiza con el Espíritu Santo.

Juan el bautista se presento como la “voz del que clama en el desierto, él debía preparara camino para
el Señor… y predicaba diciendo: “viene tras mí el que es más poderoso que yo, aq quien no soy digno de
desatar encorvado la correa de su calzado. Yo a la verdad os he bautizado con agua, pero él os bautizará
con Espíritu Santo” (Mr 1:7-8)

“Y yo no le conocía, pero el que me envió a bautizar en agua me dijo: ``Aquel sobre quien veas al Espíritu
descender y posarse sobre El, éste es el que bautiza en el Espíritu Santo."(Jn 1:33)

No es el Predicador reconocido, o el misionero o el Pastor, a quien debes ir a saciar tu sed. Es


únicamente a Cristo. Cristo es la Roca, Cristo es la fuente que puede saciar nuestra sed espiritual.

Todos los que fueron bautizados con el Espíritu Santo, recurrieron a la misma fuente… y no ha
cambiado… “si alguno tiene sed, venga a mí y beba”. Ve a Cristo a saciar esa necesidad. ¿Qué tanto lo
estas buscando? ¿Qué tanto lo estas persiguiendo?

Nos dice la Biblia allá en San Juan 6- que el Señor había alimentado a una multitud de 5.000 hombres.
Toda aquella multitud estaba en el desierto y habían seguido al Señor para escucharle enseñar. Y allá se
presenta la necesidad de alimento, y es Jesús quien se da cuenta de ello. En la multitud había un niño
con 5 panes y 2 pececillos, y el Señor hace recostar a la multitud y multiplica aquel alimento y le provee
a toda la multitud. Al día siguiente el Señor había cruzado al otro lado del mar con sus discípulos, y
cuando se dieron cuanta que allí él no estaba, “entraron en sus barcas y fueron a buscarle” buscando a
Jesús- Me gusta, por que lo buscaban a él, claro esto enojo al Señor, porque querían mas alimento y por
le buscaron…

Pero aquí en nuestro texto, él nos dice: “Si alguno tiene sed, venga a mí ,y beba”… él no se enojara, ni
nos reprochará que lo estemos buscando para saciar nuestra sed, para ser bautizados con el Espírtu
Santo. Por el contrario, el nos dice: “venga a mí y beba”.

CREER EN JESÚS

“El que cree en mí, como dice la Escritura”- hay que creer en Cristo, pero no como enseña la tradición,
sino como enseñan las Escrituras.

¿Qué enseña la tradición de la iglesia Católica, con respecto a Cristo? Se enseña muchas cosas, como por
ejemplo, que Jesús nació en un pesebre, vivió y murió en una cruz. La idea que tiene todo católico
acerca de Jesucristo, es la del niño Jesús, o es la idea de un gran ejemplo de vida y enseñanza, o la idea
de un hombre que por su manera de tratar a la gente fue llevado a la Cruz y allí le crucificaron. Pero si
leemos las Escrituras, debemos entender que no fue un simple hombre, sino que es Dios manifestado en
carne. Y que no quedo clavado en la cruz, como pretenden exsibir esa imagen.

Debemos creer la verdad de Dios, como esta escrita. Debemos creer en él, pero como dice la Escritura,
no a nuestra manera, no según la tradición, no según lo que nos digan, SINO COMO DICE LA ESCRITURA,
la Palabra de Dios.

No es asunto, de decir – YO CREO EN JESÚS- Sino que es creer en él como dice la Escritura.

El Antiguo Testamento lo presenta como el Mesías, como el Salvador, como el que perdona, como
aquel que ha su vida por nuestros pecados. “He aquí el cordero de Dios, que quita el pecado del
mundo”. Es así como lo presenta la Biblia.

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