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Canto de entrada:
Cuando rezamos, cuando cantamos,
cuando la fiesta es
un celebrar gozoso es el día
grande: Pentecostés.
Cuando llevamos en nuestras manos
un resplandor de luz
/ en nuestro pecho vive y palpita,
el que murió en la cruz. / (2)
1. Monición de entrada, (general que explica que es pentecostés, leída por uno).
La imagen en los signos referentes y se escucha parte de la introducción con esa
imagen de fondo y luego aparece la imagen del que habla.
Monición General.
2. El celebrante inicia(sacerdote)…
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo…Amén...
La gracia y la paz de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión
del Espíritu Santo que hoy es comunicado a la Iglesia como en el día de
Pentecostés, esté con ustedes.
5. (en este momento se escucha una canción de fondo y con la imagen en el cirio
encendido, luego se difumina para ir apareciendo en la imagen de todos los jóvenes
con sus velas encendidas en las manos, entendiendo que la han tomado del cirio…
ojalá que toda la familia eje y escoge y allegados puedan aparecer para motivar y
animar a todos… Cada uno dice algo, otros solo la muestran)
Esta es la luz de Cristo; yo la haré brillar.
Esta es la luz de Cristo; yo la haré brillar.
Soy cristiano y esta luz, yo la haré brillar.
Soy cristiano y esta luz, yo la haré brillar.
Soy cristiano y esta luz, yo la haré brillar.
Llevo mi luz por la ciudad, yo la haré brillar.
Llevo mi luz por la ciudad, yo la haré brillar.
Llevo mi luz por la ciudad, yo la haré brillar.
Nunca la ocultaré, yo la haré brillar.
Nunca la ocultaré, yo la haré brillar.
Nunca la ocultaré, yo la haré brillar.
Siempre la defenderé, yo la haré brillar.
Siempre la defenderé, yo la haré brillar.
Siempre la defenderé, yo la haré brillar.
Toma hermano esta luz y hazla tú brillar.
Toma hermano esta luz y hazla tú brillar.
Toma hermano esta luz y hazla tú brillar.
Esta es la luz de Cristo; yo la haré brillar.
Brillará,
(el último dirá) …y brillará, sin cesar.
(lo lee un joven) Hoy, al celebrar este momento con el Espíritu Santo, en la
espera de un renovado pentecostés, pidamos que el agua purificadora del
perdón nos renueve en la gracia del Señor, y nos recuerde que, por el
Bautismo fuimos purificados y santificados. SEÑOR TEN PIEDAD
(lo lee un joven) Pidamos con humildad a nuestro Dios y Señor, que nos
perdone, que nos renueve a fin de permanecer fieles al Espíritu Santo que
hemos recibido. CRISTO TEN PIEDAD
(lo lee un joven) Pidamos que esta pandemia que ha sometido al mundo
entero, que no ha respetado clase social ni culturas, que ha muerto mucha
gente sin darnos la oportunidad de despedir a los muertos y ni acompañar
como debemos a los enfermos, que salgamos de este sometimiento con la
mirada en la misericordia de Dios. SEÑOR TEN PIEDAD
8. (lo lee un joven) Hagamos todos juntos el Gloria, la alabanza que todos los
cristianos hacemos para reconocer la grandeza de Dios Padre Hijo y Espíritu Santo.
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso Señor, Hijo
único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros;
tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica;
tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros;
porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor,
sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén.
9. LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO (Un joven lee la monición de los dones del
espíritu)
Recordemos que como en el primer pentecostés el Espíritu Santo de Dios se derrama
sobre el mundo y renueva la tierra, viene a nosotros y habita en nuestro corazón. Es
nuestro divino Huésped, que en esta situación especial que estamos viviendo, rompe
nuestra soledad y si le abrimos la puerta de nuestra vida, el viene a cultivar nuestro
huerto interior, a embellecer nuestra existencia, a dar fuego y calor a nuestra alma,
para que las manifestaciones de nuestra vida cambien con el viento fresco del
espíritu que penetra hasta los tuétanos del alma. Dejemos que el Espíritu Santo
venga a llenar los cántaros y las tinajas y a hacernos sentir su ternura y su amistad.
Será para nosotros defensor y compañero, médico y maestro, consejero y animador.
Será para nosotros consuelo y alegría, fuerza y esperanza, fuente de los mejores
sueños. Abramos de par en par las puertas al Espíritu de Dios para que sea siempre
tu mejor compañero y amigo. Él es el único que puede llenar tu vida de luz, de
libertad y de paz.
11. lo lee un joven) Dios de amor, regálanos la Sabiduría. Que con el amor que nuestros
mayores nos enseñan, a trabajar con paciente esperanza para que nuestra vida
forjada en la paciencia se convierta en construcción de paz y de alegría.
13. (lo lee un joven) Dios de amor, danos el don del consejo, así sabremos mostrar el
camino del bien a nuestros hermanos, podremos mostrar el camino de la fe a todos y
podremos aprender a dejarnos conducir por el camino del amor de Dios con el
consejo oportuno que forma en el creyente un camino de verdad y de esperanza.
15. (lo lee un joven) Danos, Dios de amor, el don de la Ciencia, para que ilustrados en
los valores de la fe verdadera, sepamos guardar en el corazón tus enseñanzas que
superan todo saber y podamos mostrar a cuantos han caído en el error, la vía
luminosa de tu verdad.
17. (lo lee un joven) Dios de amor, la fuerza que de ti procede para ser capaces de dar
aliento y paz a los que sufren, de poner en el corazón herido por el dolor de la
violencia y del desamor, el bálsamo de la fortaleza que sana y consuela, que alienta
y restaura la vida.
19. (lo lee un joven) Danos, Dios de amor, que nuestra inteligencia, iluminada por el
esplendor de la verdad, construya la vida y transforme el mundo con tu amor para
que podamos enseñar con acierto, iluminar el entendimiento, abrir la ventana de tu
gozosa verdad al corazón que yace en sombras y dolor.
23. (lo lee un joven) Danos, Dios de amor, la gracia de tu santo temor, el propósito de nunca
ofenderte, la voluntad de seguir tus mandamientos, el firme deseo de ser fieles a tu
voluntad para que, del mismo modo, podamos ofrecer el consuelo del perdón a quienes
nos han hecho sentir las espinas del dolor, de modo que seamos en todas partes signos de
esperanza y de reconciliación. Una vez dispuestas todas las luces, puede entonarse un
canto de alabanza.
Dios de amor, que en este día grande, nos concedes acoger tu Espíritu de amor,
haz que la Iglesia extendida de uno a otro confín de la tierra, con las puertas de los
templos cerrados pero la Iglesia desde los hogares y desde las redes sociales
manifestando la fe y esperanza en medio del mundo dividido por odios y
discordias, amenazada por el nuevo orden mundial y los intereses de los poderosos,
nos ayude a mantenernos unidos y ser siempre instrumento de tu paz y vínculo de
amor para todos los pueblos, sin aparcar tus exigencias de la instauración del reino
de Dios. Por nuestro Señor Jesucristo, tu hijo, que vive y reina en la unidad del
Espíritu Santo, Amén.
26. Canto alusivo a la Palabra de Dios, y se alterna la imagen del referente altar con el
cirio y la Biblia…
27. (la lee un joven) Monición a la primera lectura
El Espíritu Divino viene para permitir un lenguaje fácil, como el del amor, en el que
podamos expresarnos, con la libertad de los hijos de Dios. Es el lenguaje del amor,
porque es el idioma de Dios, del Dios de la vida. Él nos ofrece en la palabra que
vamos a escuchar, una invitación a buscar la unidad, el amor auténtico y verdadero
que supera toda división y nos une en la verdad y en la esperanza.
28. (la lee un joven) Lectura del libro del Génesis 11,1-9
Toda la tierra hablaba la misma lengua con las mismas palabras. Al emigrar (el
hombre) de oriente, encontraron una llanura en el país de Sanaar y se establecieron
allí. Y se dijeron unos a otros: «Vamos a preparar ladrillos y a cocerlos.»
Emplearon ladrillos en vez de piedras, y alquitrán en vez de cemento. Y dijeron:
«Vamos a construir una ciudad y una torre que alcance al cielo, para hacernos
famosos, y para no dispersarnos por la superficie de la tierra.» El Señor bajó a ver la
ciudad y la torre que estaban construyendo los hombres; y se dijo: «Son un solo
pueblo con una sola lengua. Si esto no es más que el comienzo de su actividad, nada
de lo que decidan hacer les resultará imposible. Voy a bajar y a confundir su lengua,
de modo que uno no entienda la lengua del prójimo.»
32. Lectura del Profeta Ezequiel 37, 1-14 (la lee un joven)
En aquellos días, la mano del Señor se posó sobre mí, y con su Espíritu el Señor me
sacó y me colocó en medio de un valle todo lleno de huesos. Me hizo dar vueltas y
vueltas en torno a ellos: eran innumerables sobre la superficie del valle y estaban
completamente secos. Me preguntó: —Hombre mortal, ¿podrán revivir estos
huesos? Yo respondí:
—Señor, tú lo sabes. Él me dijo: —Pronuncia un oráculo sobre estos huesos y
diles: ¡Huesos secos, escuchen la Palabra del Señor! Así dice el Señor a estos
huesos: «Yo mismo traeré sobre ustedes espíritu y vivirán. Pondré sobre ustedes
tendones, haré crecer sobre ustedes carne, extenderé sobre ustedes piel, les infundiré
espíritu y vivirán. Y sabrán que yo soy el Señor.»
37. (lo lee el sacerdote) Lectura del santo Evangelio según San Juan 7, 37-39
El último día, el más solemne de las fiestas, Jesús en pie gritaba: —El que tenga
sed, que venga a mí; el que cree en mí que beba. (Como dice la Escritura: de sus
entrañas manarán torrentes de agua viva.)
Decía esto refiriéndose al Espíritu, que habían de recibir los que creyeran en él.
Todavía no se había dado el Espíritu, porque Jesús no había sido glorificado.
Palabra del Señor
41. Por la Iglesia, para que unida al Papa Francisco en la caridad, sea constructora de
paz en medio del mundo, Roguemos al Señor. (la lee un joven)
42. Por nuestros pastores, para que, imitando la mansedumbre y la bondad del Pastor de
los pastores, hagan crecer en la esperanza a cuantos les han sido encomendados,
Roguemos al Señor. (la lee un joven)
43. Por los sacerdotes y diáconos, para que, enriquecidos con la Prudencia, sigan
sirviendo al Pueblo de Dios que se les ha confiado, en especial en estos tiempos de
pandemia. Roguemos al Señor. (la lee un joven)
44. Por los que gobiernan las naciones para que, movidos por la paciencia, sean
servidores de la unidad y de la reconciliación, en medio de un momento en que
necesitamos honestidad y concertación nacional. Roguemos al Señor. (la lee un
joven)
45. Por los hogares, para que, valorando la modestia, la castidad, trabajen unidos en el
gozo de la fe y alienten a todos a soportar estos momentos difíciles y a vivir en el
amor de Dios en todo momento y lugar, Roguemos al Señor. (la lee un joven)
46. Por nuestra comunidad Parroquial, para que, al estar tantos tiempos separados
físicamente, pero unidos en la fe y en la oración y en la esperanza, sea enriquecida
especialmente con los dones del Espíritu y demos frutos de gracia y podamos ser
mensajeros de esperanza y de vida, Roguemos al Señor. (la lee un joven)
47. (el sacerdote) Acoge, Señor, nuestras súplicas confiada y concédenos la alegría de
servirte con limpio corazón, por Cristo, nuestro Señor. R. Amén.
Y con tu espíritu.
Dios, Padre de las luces, que en este día se dignó iluminar la mente de los discípulos
con el don del Espíritu Paráclito, los alegre con sus bendiciones, y los enriquezca
con los dones de su mismo Espíritu.
Amén
El mismo fuego que descendió sobre los Apóstoles, con su fuerza poderosa
purifique sus corazones de todo pecado y los ilumine con su claridad.
Amén
Y que quien congregó las más diversas lenguas en la confesión de una sola fe, les
conceda perseverar en esta misma fe, y, por ella, los haga pasar de la esperanza a la
gloria.
Amén