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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE MÉXICO

FACULTAD DE ESTUDIOS PROFESIONALES


“ACATLÁN”

ELEMENTOS DE IDENTIFICACIÓN INDIVIDUAL

Fecha: _31_/_03_/_2023_
DÍA MES AÑO
Nombre del alumno(a): ___________Herrera_____________Sánchez____________Jesús__
APELLIDO PATERNO APELLIDO MATERNO NOMBRE(S)

Trabajo a elaborar: _______Resumen_______Matrícula. ______422091233____

Nombre de la asignatura: ________________Didáctica de la Historia_____________

Título del tema(s): __Enseñanza de la historia, sus directrices__ Grupo: ___2401___

Fuentes de consulta:

Braudel, Fernand, “Enseñanza de la Historia, sus directrices”, La Tarea No 9, revista de


educación y cultura de la Sección 47 del SNTE, Guadalajara, México, marzo 1997, pp. 70-
73

Contenido:
Título: Sobre el oficio del historiador: Su espíritu y las ciencias sociales

Introducción: El francés Fernand Braudel escribe este texto en relación a la cátedra que se da en
una universidad de Brasil, la cual es llamada “Cátedra de historia de la civilización”. Hace uso de
esta para hablar de manera general sobre la enseñanza de la historia, el espíritu del historiador y
la relación de las ciencias sociales con el trabajo del historiador. Hace un recorrido por múltiples
aspectos de la cátedra histórica, el oficio del historiador y el aprendiz de historia, siempre
enfocándose en el aspecto de la enseñanza de la disciplina. Dirige su obra tanto a alumnos como
profesores y al público en general interesado en el tema. El autor toma el caso particular de Brasil
para hacer un análisis de todo lo mencionado anteriormente, aplicándolo a ese caso particular
como al caso general de la disciplina a nivel mundial

Contenido: Son tres los puntos que, considero, toma Braudel para desarrollar sus ideas:

La disciplina histórica: Sobre este aspecto escribe múltiples ideas, y sobre él gira toda la
investigación y sus aseveraciones. Escribe, por ejemplo, que es la ciencia social más vieja,
apareciendo desde los inicios de la humanidad de la mano de leyendas cantadas por el hombre.
Por su antigüedad y su cualidad de ser multitemática, la disciplina histórica contiene en sí misma
una gran serie de dificultades. Entre estas dificultades se encuentra, según el autor, el hecho de
que el historiador trabaja con lo inexistente. Pero sobre esta misma dificultad ofrece, basándose
en otro autor, la solución. Esta no es más que utilizar el presente para comprender el pasado.
Invariable e inevitablemente el presente es consecuencia de lo sucedido en el pasado, ya sea de
manera directa o indirecta, implícita o explícita. Ahora, si el historiador trata de hacer una historia
general de un largo periodo, estará limitando su campo de observación de la historia, haciendo
esto que aparezca otra de las dificultades, que es el aspecto multitemático de la historia y que nos
obliga, queramos o no, a fragmentar el quehacer histórico entre miradas particulares para
comprender el todo. ¿Cómo debe el historiador dividir la historia? ¿En función a qué? Para ello
comenzamos con el segundo punto

La importancia de las ciencias sociales: Son las demás ciencias sociales las que nos darán las
miradas particulares con las que el historiador deberá ejercer su oficio. Braudel asegura que la
relación entre las ciencias sociales es solidaria, apoyándose cada una en las demás. Es obligación
del historiador conocer todas y cada una de estas ciencias sociales, enfocándose en conocer su
temática, porque todas, absolutamente todas, tiene como objeto de estudio a la sociedad,
variando solamente en la forma en que estudian a este. Ya sea la sociología, etnografía,
lingüística, etc., todas tienen como centro de su estudio a la sociedad. El historiador, al no poder
estudiar la historia de manera general y desde todas sus temáticas, está obligado a fragmentar la
historia en temáticas para una mejor comprensión. Y nada mejor que las ciencias sociales para
comprender todas y cada una de estas formas de ver a la sociedad como sujeto histórico. Al unir
todas y cada una de estas visiones particulares, el historiador conocerá entonces la historia
verdadera. En función a esto, ¿Qué otros conocimientos debe tener el historiador para emprender
su oficio? Con ello abrimos paso al tercer punto.

El aprendiz de historia: Sobre esto habla Braudel a lo largo de toda su obra, señalando pequeños
pero importantísimos aspectos que debe tener en cuenta el historiador cuando comienza a
comprender su oficio. Para empezar, el historiador debe tener un espíritu. Este debe estar
enfocado en comprender su oficio. Para ello, debe “dispersarlo”, hacer que este espíritu vague a lo
largo y ancho de las ciencias sociales. Se debe dejar que este espíritu aprenda, se enriquezca de
los métodos y técnicas que utilizan las ciencias sociales para estudiar a la sociedad. Tras este
largo y enriquecedor viaje, el historiador deberá volver el espíritu a sí mismo, y con ello, enfocarlo
a un trabajo especializado. Como ya hemos mencionado antes, es trabajo del historiador
fragmentar la historia para poder abordarla de mejor manera, y por ello no se debe dejar que el
espíritu utilice indiscriminadamente su conocimiento multitemático, sino que, por el contrario,
deberá utilizar un método específico para un trabajo especializado. Por otro lado, ya después de
conocer las ciencias sociales, el historiador deberá enfocarse en los métodos y técnicas
especificas de la historia. ¿Cómo ha de conocer estos? Para empezar, se debe tener en cuenta
que la cultura historica no se adquiere solamente a traves de manuales. Es necesario que el
historiador experimente “prueba y error” en su oficio. La experiencia de la investigación es mas
que necesaria para el aprendiz de historiador, ya que solo a través de la práctica será capaz de
comprender por completo su oficio. Sobre este aspecto de la investigación y escritura de obras de
historia, Braudel hace un llamado a los que ha denominado “eruditos”. Llama así a quienes son
historiadores sólo de nombre, que se dedican solamente a recabar y memorizar dato tras dato de
historia, sin jamás escribir sobre ello. Son, dice Braudel, como químicos que conocen toda la
teoría de su ciencia y que tiene todo lo necesario para experimentar a partir de sus conocimientos
y, sin embargo, no lo hacen por miedo a incendiar los hornos. El verdadero historiador pierde el
miedo a escribir sobre sus conocimientos. Como el novelista, el historiador da vida, a través de
sus obras, a hechos, personajes y procesos que han dejado ya de existir. Los resucita y los hace
hablar para que el mundo los conozca. Finalmente, el historiador debe tener pasión, deseo y
necesidad de conocer su pasado y el pasado humanos, debe ser políglota, abarcando desde
lenguas muertas hasta lenguas dominantes actuales y debe tener una sólida cultura filosófica

En torno a todo esto gira el texto de Braudel.

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