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UNIVERSIDAD DE EL SALVADOR

FACULTAD DE JURISPRUDENCIA Y CIENCIAS SOCIALES

ESCUELA DE CIENCIAS JURÍDICAS

DEPARTAMENTO DE CIENCIAS POLÍTICAS

CATEDRA DE FILOSFIA DEL DERECHO

CATEDRÁTICO: LICDA. DORIS LUZ RIVAS GALINDO

GRUPO TEÓRICO: 07

PRIMERA EVALUACIÓN FORMATIVA

ALUMNOS: CARNET:

CABRERA GUTIÉRREZ ANDREA GRACIELA CG18007

CASTRO HELENA ANDREA STEFANY CH16033

ESCOTO PALACIOS DANIEL ALFREDO EP18001

QUINTANILLA FUENTES MICHELLE ALEJANDRA QF18007


Para hablar de la filosofía del derecho resulta fundamental el iniciar definiendo su
concepto, esto con la finalidad de contar con fundamento del cual partir para abordar los
próximos puntos con una mayor exactitud. Es una disciplina o rama que se ocupa de
proporcionar un análisis filosófico general del derecho y las instituciones jurídicas. Los
problemas en el campo de la misma van desde preguntas conceptuales abstractas sobre la
naturaleza de la ley y los sistemas legales hasta abordajes complejos sobre la relación entre
la ley y los valores, principios y la moral

Con respecto a los problemas de la iusfilosofia, el Dr. Vigo señala 4 los cuales abordaremos
de forma sucinta, el primero de ellos el ontológico donde encontramos la interrogante de
¿Qué es el derecho?, en esa línea el Dr. Vigo sostiene que existen tres conceptos todos de
diferentes teorías, el concepto positivista donde el derecho se reduce a la ley, la versión
iusnaturalista donde el derecho es relativo a la naturaleza del hombre y por ultimo las
teorías criticas para la cual el derecho es una cuestión de política. El segundo problema es
el gnoseológico respecto del saber jurídico si es posible que este alcance las características
del saber teórico. El tercer problema el cual es el problema lógico versa sobre que cuales
son las categorías lógicas en el derecho; y por último tenemos el problema axiológico y
respecto de la moral se encuentran tres escuelas axiológicas el individualismo donde los
valores los pone cada uno, luego el Inter subjetivismo la cual sostiene que los valores los
pone la sociedad y por último el objetivismo donde se afirma que existen valores más allá
de creaciones culturales humanas.

En cuanto al principalísimo, consiste en concebir al derecho más allá de una doctrina


normativista o positivista, según la cual solo la ley es el derecho, sino que es necesario la
integración de principios y valores, en la actualidad y como sostiene el Dr. Vigo el
principalísimo viene a ser una especie de “derecho concentrado”, y eso lo podemos
observar en la actualidad en donde en diversas normas jurídicas de una amplia variedad de
cuerpos normativos vemos plasmados diversos principios así como normas donde se
expanden o desarrollan.

En relación con el Estado Constitucional de Derecho y su relación con la filosofía del


derecho puede considerarse que el Estado Constitucional de Derecho puede convertirse en
un fundamento sobre el cual se puede desarrollar la filosofía del derecho sobre este tipo
de
Estados, en especial con países latinos tanto americano como europeos (España, Portugal e
Italia), esto en atención a que estos Estados tienen una afinidad sobre aspectos
fundamentales tales como el punto de vista de sus sistemas jurídicos y de sus lenguas,
poseen una rica tradición de pensamiento jurídico, destacando que el Estado constitucional
opera como un ideal regulativo para el desarrollo del derecho y de la cultura jurídica. No
obstante, esto como señala Atienza existen dos grandes problemas a superar para lograr esta
meta

Uno es el que el mismo Atienza denomina como “neo-constitucionalismo”, el cual se basa


en desconocer al derecho como un fenómeno autoritativo dentro del cual las normas a pesar
de no ser únicas, son fundamentales y por lo tanto se ve reducido a un conjunto de
principios y valores, que si bien son relevantes en los derechos no pueden ser el objeto
exclusivo del derecho, por lo que este se desnaturaliza y como bien señala “pasa a ser
considerado como un capítulo más de la moral”. Por otra parte, encontramos el segundo
problema, que es el formalismo o positivismo, el cual, curiosamente, y al contrario del
anterior, asila el derecho de los problemas y factores sociales y culturales y lo limita a su
minina expresión, la ley.

Todo esto resulta de suma importancia porque es vinculante con la importancia de la


filosofía para los abogados y el jurista puesto que las realidades jurídicas dependen
mucho de la realidad social que se vive, de tal manera que la filosofía se vuelve de vital
importancia en el ámbito jurídico pues nos permite analizar como ciencia cada una de las
situaciones que puedan existir para tener siempre unas perspectiva de un análisis objetivo el
cual nos va a permitir ser críticos realmente.

La filosofía del derecho en el ámbito profesional nos da una contribución para el jurista
para poder conocer el ser del derecho y poder auxiliarnos para que toda decisión jurídica
tenga una base lógica, ética, antropológica, ontológica y epistemológica que nos permita
cuestionar realmente si la decisión que tomamos como jueces, abogados defensores,
legisladores o cualquiera que sea el puesto que estemos ejerciendo determine que el
argumento que presentaremos es racional, todo eso gracias al estudio de la filosofía del
derecho.

Tener en cuenta la importancia que la influencia de la filosofía tiene en los abogados nos
permitirá la compresión de las paradojas de la forma de operar del derecho y la realidad del
derecho en los tribunales o mejor dicho en el ámbito laboral porque tenemos un ejemplo
claro en las sentencias las cuales tenían una posición positivista en el siglo diecinueve las
cuales
eran de difícil compresión para los iuspositivistas, y acá podemos observar como la
influencia de la filosofía es clave en el derecho puesto que este ha ido evolucionando desde
“la realidad del derecho” positivista que surgió desde la revolución francesa, dio un giro
impredecible y con esto el pensamiento de los que nos involucramos directamente con el
derecho va cambiando puesto que las cátedras que nos enseñan a los alumnos del 2022 no
es la misma que fue enseñada en el 2021 y esto queda totalmente evidenciado como la
filosofía es una fuente de aprendizaje y cambios radicales en el derecho.

El derecho con la filosofía nos dan fenómenos de realidad y conocimiento que admite
realidades analógicas; que permite que la filosofía tenga relación directa con el acceso a la
realidad como tal, en el derecho existe una realidad jurídica la cual busca que cada uno de
nosotros la interpretemos de una manera directa y el conocimiento solo es verdadero
cuando esta ajustado a la realidad.

Por otro lado, respecto a la importancia de la Filosofía del Derecho Regional, el Dr.
Atienza comienza manifestando en la lectura “LA FILOSOFÍA DEL DERECHO COMO
FILOSOFÍA “REGIONAL”; acerca de la universalidad y/o totalidad que envuelve a tal
Derecho; y, es que no contradice en absoluto la universalización o totalización que
caracteriza a la filosofía. Simplemente, totalización no significa aquí un discurso referido a
un todo (ni a todo lo que existe, en general, ni a todo el Derecho), sino un discurso con
vocación de traspasar las fronteras de una ciencia, técnica, práctica…o de varias de ellas,
con vocación de interdisciplinariedad (en relación con disciplinas que pueden estar más o
menos alejadas entre sí) y de mestizaje.

Y esa actividad transfronteriza que es la filosofía puede practicarse, a su vez, con mayor o
menor pretensión de sistematicidad. Pero me parece (cada vez más), continúa explicando,
que su función no tiene por qué limitarse a servir de intermediario entre esas distintas
disciplinas o prácticas. Además de contribuir a mantener abiertas las fronteras del Derecho,
la filosofía jurídica tiene también otras importantes funciones que desempeñar, en el
sentido de que debería ser más “intervencionista” de lo que normalmente es y cumplir un
cierto papel de guía en relación con la práctica jurídica y con las instituciones sociales en
general.

Esto, en razón, de que el Dr. Atienza ve la filosofía como una práctica social que conlleva
como consecuencia diversos cambios sociales, la cual debe de tener como base
fundamental
los principios y valores con el único fin de ser conducido por la mera práctica y
transformación social en las diferentes categorías que van desde el tiempo, libertad, entre
otras; en el sentido de la totalidad anteriormente mencionada que se encuentra sujeta a los
procesos históricos-social que sostiene una visión regional de misma realidad y no una
aplicación anglosajona de la visión filosófica.

Es así que el Derecho, obviamente, no es sólo argumentación, de manera que optar por ese
enfoque significa también darse cuenta de que lo que se lleva a cabo con el mismo no es
una investigación completamente general sobre el Derecho. No se trata de dar cuenta de
toda la realidad en que consiste el Derecho; pero la elección de esa perspectiva lleva
necesariamente a introducir en el Derecho métodos y contenidos de otras disciplinas: de la
lógica, de la retórica, de la dialéctica, de la lingüística, de la epistemología, entre otras: que
permiten volver operativas para el jurista teorías iusfilosóficas de carácter general.

Ofrece orientaciones para la práctica del Derecho. Y podría contribuir también de una
manera relevante al desarrollo de una sociedad democrática: la capacidad argumentativa de
los ciudadanos es una condición necesaria para ello, y el Derecho es, probablemente, la
práctica social en la que la argumentación adquiere un papel más sobresaliente.

También encontramos La Naturaleza de la Filosofía del Derecho de lo cual analicé y


comprendí que tener una concepción del mundo por uno mismo y por los demás, es tener
una concepción acerca de lo que existe. La acción, por su parte, presupone una concepción
acerca de lo que debe hacerse o de lo bueno. A este respecto, cabe decir que el
razonamiento acerca de la pregunta general sobre lo que existe, es lo que conforma a la
metafísica en cuanto ontología; y el razonamiento acerca de la pregunta sobre lo que debe
hacerse y sobre lo bueno, constituye a la ética. En la filosofía del derecho, la dimensión
analítica se refiere a conceptos como los de norma, “deber ser”, persona, acción, sanción e
institución. La dimensión sintética se define por el intento de unir esto en un todo
coherente. Un panorama coherente y fundado en profundidad acerca de lo que existe, lo que
debe hacerse y lo bueno, y lo que podemos saber, es la idea regulativa de la filosofía, o en
términos más simples, su finalidad última. Esto implica que la filosofía es necesariamente
holística. Como consecuencia, nuestra definición de la filosofía debe complementarse con
lo siguiente: la filosofía es normativa (o crítica), analítica, y holística (o sintética). Los tres
conceptos de la
definición: reflexiva, general y sistemática, y los tres conceptos del corolario: normativa,
analítica y holística, son descripciones de las mismas cosas, vistas desde diferentes
perspectivas.

La filosofía del derecho, en cuanto filosofía, es una reflexión de índole general y


sistemática, y tiene, exactamente como la filosofía en general, una dimensión normativa,
otra analítica y otra holística. Su diferencia especifica consiste en su objeto: el derecho. La
filosofía del derecho no se dirige en general a las preguntas acerca de lo que existe, lo que
debe hacerse o es bueno, o lo que puede conocerse, sino a estas preguntas en relación con el
derecho. Plantear estas preguntas en relación con el derecho es preguntar por la naturaleza
del derecho. Esto parece llevar, desde luego, a definir a la filosofía del derecho como
razonamiento acerca de la naturaleza del derecho. La pre comprensión del derecho no es
sólo la pre comprensión de una entidad que en sí misma es altamente compleja. A esta
primera complejidad se suma
– como una segunda complejidad – el hecho de que la pre comprensión como tal puede
conocer variantes extremas. La escala se extiende desde el “hombre malo” de Holmes , que
define un punto de vista externo más bien independiente, hasta el “Juez Hércules” de
Dworkin , que representa un punto de vista más bien interno e idealista. La filosofía del
derecho como una empresa que al mismo tiempo es sistemática y crítica, no puede partir
sólo de una pre comprensión. Por el contrario, debe tener en cuenta todas las existentes y,
más aún, tiene que analizar la relación que tienen todas ellas con todas las propiedades del
derecho.

La exigencia de tener en cuenta todas las pre comprensiones que se encuentran en el


derecho y en la filosofía del derecho, de un lado, y todas las propiedades del derecho, del
otro, sugiere la idea de algo así como un catálogo de todas las perspectivas y todas las
propiedades. Pero,
¿cómo puede elaborarse una lista semejante? El mero hecho de recoger y compilar cada
perspectiva y cada propiedad que aparece en la historia o en el presente ante nuestro ojo, no
sería un sistema racional sino solamente una agregación compilada por azar. No es
necesario argumentar para afirmar que esto sería incompatible con el carácter sistemático y
crítico de la filosofía. La reflexión filosófica exige un sistema.

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