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Apuntes Criminologia - Profesor: Elena Larrauri


Resumen de su libro
Introducción a la Criminología (Universitat Pompeu Fabra)

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CRIMINOLOGÍA.

Tema 1: objeto de estudio de la criminología


¿Qué estudia la criminología? La criminología estudia los comportamientos delictivos y la forma de como las
sociedades responden a estos. Es una ciencia social, pues obtiene sus conocimientos de la observación y análisis de
la realidad de la delincuencia y del funcionamiento del sistema penal.

¡¡NO CONFUNDIR CRIMINALÍSTICA CON CRIMINOLOGÍA!!


Criminalística: estudia las técnicas generalmente usadas por la policía para.descubrir el autor del delito.
Criminología: estudia los comportamientos delictivos y la forma de cómo las sociedades responden a estos.

¿Qué estudia la criminología?

Teorías causales/criminológicas

Delincuencia Tipos de delito

Prevención

Víctimas

Criminología

Fuerzas policiales jueces

Sistema penal Sistema judicial fiscales

Sistema de castigos prisión

M.P.A.

Delincuencia.

Cuando analizamos delitos, los criminólogos adoptamos habitualmente una definición jurídica. Desde una
perspectiva jurídica, un comportamiento es un delito cuando influye una norma penal. La mayor parte de delitos
están definidos en el Código Penal que delimita qué comportamientos es y cuando no es delito.
Las categorías legales no deben confundirse con categorías criminológicas, además no coinciden. Son formas de
clasificar distintas.

Por ejemplo: violencia de género, delincuencia juvenil; son conceptos usados en el lenguaje coloquial y también por
la criminología que los agrupa por sus características similares.

- Teorías criminológicas (1800): Las teorías criminológicas son el cuerpo del conocimiento más sistematizado
de la criminología. Su asunción es que si entendemos porqué las personas delinquen, entonces podemos
prevenir estos comportamientos al incidir en ellos mediante políticas públicas de prevención de la
delincuencia. Muchos criminólogos se centran en estudiar tipologías de delitos: delincuencia de guante
blanco, violencia de genero… El objetivo es aplicar las teorías generales a un grupo particular de delitos que
presentan características similares; y la finalidad última es también explicar y prevenir este tipo concreto de
comportamientos.

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- Delitos (Clarke y Felson): Se trata de conocer las condiciones puntuales que hacen posible el delito.
Lleva a estudiar:
1. Las condiciones necesarias que siempre deben estar presentes en los delitos contra las personas o la
propiedad. (Un delincuente motivado, un objeto y ausencia de vigilancia)
2. Los cambios sociales estructurales que facilitan la comisión de delitos.
Teoría de las actividades rutinarias.
3. Las características de las zonas geográficas donde se cometen la mayor parte de los delitos.
(Environmental criminology).
4. La toma de decisiones que incita a la persona a delinquir y a que opte por uno u otro objetivo. ( Rational
choice theory).

Tipos de delito: común (a la calle, agresiones robos), cuello blanco (robo de empresas, instituciones),
organizado, juvenil, contra las mujeres, ambiental (Green criminology).

La cuantificación se basa en estudiar si los delitos suben, bajan, hay más o menos, y también hay diferentes
tipos. Todos ellos se estudian según las estadísticas policiales, jurídicas o penitenciarias: Delitos contra la
propiedad, de la seguridad de tráfico, de la salud pública, violencia de género y delincuencia violenta

La prevención del delito se basa fundamentalmente en la reducción de oportunidades, en la prevención


situacional, ya sea aumentando los costes o disminuyendo las ganancias del delito. Estos expertos se
acostumbra a denominarlos “analistas del delito”

Primaria, secundaria, terciaria (donde primero se ha de entender y


…………………………….luego prevenir)
Prevención situacional (manipular determinadas zonas a partir de unos planos de prevención. Ej.:
………………………………metro, polígonos
Factores de riesgo

- Víctimas: Su estudio surge con el desarrollo de las encuestas de victimización, en las que se pregunta a un
número representativo de la población si ha sido víctima de un delito, aun cuando no lo haya denunciado.
Estas encuestas proporcionan: información sobre los delitos padecidos, los factores de riesgo que facilitan
que una persona sea victimizada, el tipo de relaciones que la víctima mantiene con el delincuente, las
medidas de prevención adoptadas, el porcentaje de denuncias que se interponen, el incremento o
disminución del miedo y la actuación del sistema penal hacia las víctimas.
Un resumen de lo que han desvelado las investigaciones criminológicas destacaría que:
1. No hay división en categorías rígidas entre víctimas y delincuentes, pues muchos delincuentes han sido
también victimizados.
2. El estudio de la víctima muestra que las personas que tienen mayor probabilidad de sufrir delitos proceden
en su mayor parte de los sectores más vulnerables de la sociedad.
3. Las víctimas son una pieza clave en la prevención de la delincuencia, pues suministran la mayor parte de la
información a la policía.
4. La imagen de una “víctima punitiva” es incompleta, ya que la incorporación de la víctima ha permitido
también el desarrollo de experiencias como la mediación con el ofensor o “justicia restauradora”

Sistema penal.

Las sociedades intentan que la gente respete la ley mediante el control informal (desaprobación de nuestra familia,
mala conciencia…)

Además del control informal, la criminología apunta al control formal que está regulado en alguna forma jurídica y es
ejercido por una institución. En consecuencia, frente a todos los comportamientos que pueden ser nocivos
socialmente no interviene el sistema penal.

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La criminología inicia el estudio del sistema penal como resultado de la influencia de la teoría del etiquetamiento.
Para comprender el sentido social de los comportamientos, debe examinarse la reacción social que estos suscitan, la
cual a su vez constituye el objeto de estudio. El sistema penal, por tanto, responde cuando reacciona frente a un
comportamiento, contribuye a que este sea definido como delito.

Por último, la criminología no se dedica al estudio de las leyes que regulan el trabajo de la policía, de los jueces o de
las prisiones, sino que estudia el funcionamiento efectivo de estas instituciones.

- Fuerzas policiales: cuando pensamos en reducir el delito, uno de los actores que primero evocamos es la
policía. La policía es quien dedica realimente una parte de su tiempo a la prevención de la delincuencia y
mucho más a solucionar problemas de convivencia o de orden social.
Los estudios criminológicos se han centrado en analizar cómo se mide la eficacia del trabajo policial. Cuando
(hipotéticamente) decidimos renunciar a la violencia a favor de un cuerpo especializado al que se confió el
monopolio de aquella misma, ello constituye un motivo de seguridad y al propio tiempo de preocupación por
el riesgo de que esta fuerza sea mal usada.
La policía constituye las cifras de la delincuencia cuando envía al sistema penal a algunos de los delincuentes
en vez de a otros. Debido a que no detecta todas las infracciones que se realizan, ni si quiera en la calle (cifra
oscura de la delincuencia), las investigaciones criminológicas examinan qué otros factores, además de la
infracción de una norma penal, se requieren para que la policía registre la infracción de una norma penal
como delito y le dé traslado a los jueces (mediante un atestado).
- Los jueces y los fiscales: son los encargados de procesar y castigar a los delincuentes, garantizar nuestros
derechos individuales y supervisar el poder legislativo y el ejecutivo. Los jueces en numerosas ocasiones no
admiten a trámite determinadas denuncias; en otras ocasiones, después de preparar el caso, el ministerio
fiscal, que es quien ejerce la acusación o la acusación particular, no acusa y el juez no puede seguir delante
de oficio con el proceso.
Cuando pasa eso, se produce el sobreseimiento. Ello da lugar al fenómeno analizado por la criminología de
los attrition rates, la diferencia entre delitos conocidos y condenados por el sistema penal.
Cuando el caso sigue adelante, los jueces y fiscales tienen poder para imponer unas medidas cautelares,
antes de que se realice el juicio penal, para evitar que la persona destruya pruebas y garantizar que asista al
juicio. Una de estas medidas cautelares es la prisión preventiva. Implica que se ingresa en prisión antes de
que se haya realizado el juicio y declarado la culpabilidad.
Un 65% de los casos ante los jueces penales acaba por medio de un acuerdo de conformidad. En los delitos
que tienen una pena asignada hasta seis años, la persona puede conformarse con la petición de pena
solicitada por el fiscal. Si la conformidad se produce en los delitos con una pena asignada de hasta tres años,
entonces la pena se ve rebajada en una tercera parte. Si la persona no ha sido absuelta, sino declarada
culpable y condenada, se le impone una pena, un castigo.
- Los castigos: solo un juez penal puede imponer un castigo (principio de Jurisdiccionalidad) y debe aplicar las
penas fijadas por la ley (principio de legalidad).
Los dos grandes tipos de castigos que existen son las penas privativas de libertad y las no privativas de
libertad. La prisión se defendió porque no elimina físicamente a la persona, era una pena igualitaria que
podía imponerse a quien no tuviera patrimonio y podía dividirse en unidades de tiempo de forma
proporcional.
Dos instituciones: la probation: es una institución por la cual la persona no es condenada a prisión a cambio
de realizar una serie de actividades bajo la supervisión de un agente judicial. M.P.A o penas comunitarias. La
segunda institución es la parole (libertad condicional), se quiere conseguir que la persona cumpla la última
parte de la pena de prisión en libertad.
A estas dos instituciones se les añadieron posteriormente otros castigos conocidos como penas alternativas
M.P.A que se cumplen en medio abierto, “en comunidad”.
El castigo cumple funciones sociales, así pues, la sociología de castigo analiza cómo evolucionan las formas
de castigar, y las relaciones que se establecen entre castigo y estructura económica y cultural. El sistema
penal no es solo una estructura (leyes, tribunales y prisiones), sino agentes humanos que toman multitud de
decisiones diariamente influidos también por su cosmovisión el castigo.

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¿Origen de la criminología? El origen de la criminología se sitúa en la escuela biológica italiana, especialmente en


Lombroso, quien fundó una nueva ciencia independiente del derecho a la que denominó antropología criminal.

Lombroso polemizó con la escuela clásica, esta disputa se interpreta como la respuesta de la medicina, que acentúa
el carácter de enfermedad o locura del delincuente (mad), frente a las afirmaciones de la escuela clásica que
enfatizan el carácter voluntario de los actos que realizan los delincuentes (bad). Esta nueva ciencia (que en torno a
1890 empezó a llamarse criminología) se caracterizaba por los siguientes rasgos:

1. Frente a la preocupación de la escuela clásica por el delito, la escuela biológica se interesa por analizar las
características de los delincuentes.
2. Frente a la preocupación de la e.c. por encontrar una pena proporcional a la gravedad del delito, la e.b.
defendió la discrecionalidad de los jueces para hallar una respuesta adecuada a la peligrosidad del
delincuente.
3. Frente a la defensa del libre albedrío, aseguró que la delincuencia obedece a una predisposición biológica,
hereditaria y el comportamiento humano está esencialmente determinado.
4. Frente al estudio de las leyes que acometió, Lombroso criticó sus elaboraciones por considerarlas
abstracciones teóricas y metafísicas y defendió que la criminología se basa en el estudio de casos, que
pueden ser observados y contados.

Durante el siglo XIX muchos estudios se ocuparon de analizar al criminal, al reincidente, al persistente, el cual se veía
como un enfermo moral. Se empezó a examinar el delito desde una perspectiva social, como un comportamiento
vinculado a una clase, a los pobres, que vivían en las afueras de las grandes ciudades producto de la rápida
urbanización e industrialización.

Ello lleva a contabilizar y desarrollar la estadística (Guerry) para registrar arrestos, condenas y reincidencias con el
convencimiento de conocer los hechos ayudaría a hacer mejores leyes.

¿Es la criminología una ciencia social autónoma? Garland niega que la criminología sea una disciplina autónoma
porque “no tiene un objeto de estudio distintivo y un método de investigación propio”. Señala que es una ciencia
ecléctica que necesita de los saberes de la sociología, psicología, ciencias políticas, derecho, historia, antropología,
salud pública y economía.

La delincuencia se registra en una determinada sociedad (sociología/economía), es un comportamiento individual


(psicología), conlleva la respuesta de un sistema (derecho/ciencia política), se cuantifica (estadística) y tiene una
historia.

¿Las confusiones teóricas de la criminología empírica? Una segunda polémica es el “carácter empírico” de la
criminología. La criminología es una “ciencia empírica” en un intento de diferenciación del derecho penal y de las
“ciencias jurídicas”.

Parece evidente que sostener que “la criminología es una ciencia empírica” no implica que sea innecesaria la teoría,
pues es admitido por la comunidad de criminólogos que “los datos son solo datos en el contexto de una determinada
teoría”

Se afirma que un estudio es empírico como sinónimo de que “conoce bien la práctica” y se descalifica al “teórico”.
Empírico en este caso es sinónimo de “observación directa” y realización de un trabajo de campo. En otras ocasiones
se equipara empírico a quien más números o gráficos usa y se descalifica como no empírico a quien no los intercala.

Es erróneo sostener que los juristas en bloque son “teóricos” y desconocedores de la realidad. Las diferencias entre
criminología y derecho penal están más acentuadas en un sistema de estudio del derecho “formalista”, esto es, que
no atiende a la realidad ni a las consecuencias. Por el contrario, muchos juristas atienden a la realidad para realizar
una aplicación de la ley conforme a valores, principios e investigaciones empíricas.

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Tema 2: métodos de estudio de la criminología


La criminología se denomina ciencia porque usa métodos científicos para descubrir la realidad. Ello se opone a
afirmaciones no científicas, como la astrología, la religión y el “sentido común”.

Los métodos científicos de las ciencias sociales son aquellos que pueden ser contrastados, verificados o falsados, y
permiten ampliar nuestro conocimiento de la sociedad. Para analizar su objeto de estudio usa diversas formas que
llamamos “métodos de investigación criminológica”

¿Positivismo e interpretacionismo? Las distintas maneras de estudiar la sociedad pueden expresarse en


“paradigmas”, los cuales son una forma de ver el mundo, una serie de creencias básicas. Hay dos grandes
paradigmas que impactan en la criminología. El primero, el positivista, defiende que la sociedad puede ser estudiada
con los mismos métodos que las ciencias naturales; el segundo, el interpretacionismo, lo cuestiona.

Para el positivismo, el objetivo de toda ciencia es conseguir una explicación causal de los fenómenos. La observación
de la realidad permite formular una teoría general de la que posteriormente se desprenden deducciones en forma de
hipótesis falsables; estas deben ser objeto de investigación para replicarlas y verificarlas o falsarlas hasta llegar a la
formulación de leyes generales y universales.

Los positivistas, solo es ciencia lo observado, aquello que es accesible a nuestros sentidos y puede ser
verificado/falsado. Para gestionar estos datos y tratarlos, los positivistas introdujeron los métodos estadísticos que
permiten establecer correlaciones y elaborar explicaciones causales.

Se matiza que una teoría sea verificada y se sustituye por “no falsada”.

Por otro lado, las teorías dejan de ser deterministas y pasan a ser probabilistas y ello evidentemente tendrá un gran
impacto en las teorías criminológicas las cuales pasan a afirmar que siempre que se dé un determinado número de
causas es más probable que tenga lugar el comportamiento delictivo.

El segundo gran paradigma teórico para estudiar la sociedad es el denominado interpretacionismo. Lo introduce
Max Weber, que defiende que la acción humana no se explica a partir del sistema social, sino en función del
significado subjetivo que estas tienen para el actor del comportamiento. El objetivo de la ciencia es comprender la
motivación de sus acciones, el significado atribuido por el individuo su comportamiento.

Para entender el comportamiento, hay que situarse en la “perspectiva de quien actúa”, ya que la realidad social no
se explica al margen de cómo esta es percibida. Este paradigma busca enunciado de posibilidad, “esbozar las
condiciones que los hacen posibles”.

El paradigma interpretacioncista tuvo su entrada en la criminología a través de autores agrupados en la corriente del
interaccionismo simbólico, quienes defienden que para entender la realidad, se debe captar el significado que el
autor da a una determinada situación, y que es lo que en definitiva guía su actuación. También se busca comprender
cómo se generan los significados, cómo se construye la realidad y qué actores intervienen en la creación de las
categorías sociales de “delito” y “delincuente”.

Los paradigmas de la investigación sociológica

- POSITIVISMO: ontología: Realismo ingenuo: la realidad social es “real” y conocible (como si se tratara de un
cosa). Epistemología: Dualismo/objetividad. Resultados ciertos Ciencia experimental en busca de leyes.
Objetivo: explicación. Generalizaciones: leyes “naturales inmutables. Metodología: Experimental –
manipulativa. Observación. Separación observador -observado. Predominantemente inducción. Técnicas
cuantitativas. Análisis “por variables”
- POS POSITIVISMO: ontología: Realismo crítico: la realidad social es “real” pero conocible solo de un modo
imperfecto y probabilístico. Epistemología: Dualismo/objetividad modificados. Resultados probablemente
ciertos. Ciencia experimental en busca de leyes. Multiplicidad de teorías para el mismo hecho. Objetivo:
explicación Generalizaciones: leyes “provisionales, abiertas a revisión. Metodología: Experimental –

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manipulativa modificada Observación. Separación observador -observado. Predominantemente deducción


Técnicas cuantitativas con apertura a las cualitativas. Análisis “por variables”.
- INTERPRETACIONISMO: ontología: Constructivismo: el mundo conocible es el de los significados atribuidos
por los individuos. Relativismo (realidad múltiple): estas realidades construidas varían en la forma y el
contenido entre individuos, grupos, culturas. Epistemología: No dualismo; no objetividad. No separación
entre el investigador y el objeto de investigación, sino interdependencia. Ciencia interpretativa en busca de
significado. Objetivo: comprensión Generalizaciones: enunciados de posibilidad; tipos ideales Metodología:
Interacción empática entre investigador e investigado. Interpretación. Interacción observador – observado.
Inducción (el conocimiento emerge de la realidad estudiada) Técnicas cualitativas. Análisis: “por casos”.

¿Características de la criminología positivista? Sus manifestaciones son:

- La creencia de que la sociedad puede estudiarse con los métodos de las ciencias naturales.
- Nuestro conocimiento deriva de la observación, esta nos permite conocer los hechos.
- Los hechos deben distinguirse de los valores.
- El método fundamental es la recolección de datos, el desarrollo de hipótesis y su verificación o falsación.
- Por influencia de las ciencias naturales y del método deductivo predominan los métodos cuantitativos por
encima de los cualitativos.

Tres discusiones recurrentes que sirven para matizar la creencia de que todos los estudios criminológicos se
adhieren al legado positivista.

¿Pueden las ciencias sociales estudiarse como las ciencias naturales? En las ciencias sociales estudiamos hechos
realizados por personas con libertad de decidir, autonomía y capacidad de autorreflexión. Ello implica probablemente
tres diferencias con las ciencias naturales.

- Diferencia entre determinismo y probabilidad. Buscar la causa de un comportamiento no significa aceptar


un concepto de causa determinista, ya que en ocasiones los factores analizados no producen en cualquier
caso un determinado comportamiento. Por ejemplo, “hay hombres que beben y no maltratan, y existen
hombres que maltratan y no beben”, no elimina la conclusión de que el alcoholismo SÍ es un factor de riesgo.
Eleva la probabilidad de que este comportamiento suceda, pero no presupone la certeza, porque no es un
concepto de causa mecánica determinista, pues puede suceder que se requiera la presencia conjunta de una
“masa crítica de factores” y la ausencia de “factores protectores” que impiden la realización del
comportamiento violento.

- Diferencia entre correlación y causa. En las ciencias sociales se pretende averiguar qué factores causan una
determinada respuesta. En consecuencia, si un factores caría (variable independiente) y ello produce una
variación en el resultado (variable dependiente), si conseguimos determinar la secuencia temporal y si
podemos descartar otros factores que también pueden estar afectando el resultado, entonces podemos
concluir que este factor es la causa del resultado.
En numerosas ocasiones lo que hemos conseguido demostrar es una correlación. Por ejemplo, cuando
observamos que los niños con dificultades en la escuela tienen mayor probabilidad de realizar actos
delictivos. Por último, se apunta además que en las ciencias sociales es muy difícil observar la producción del
resultado y por ello se sostiene que el concepto de causa es teórico, una explicación teórica plausible
producto de una observación

- Diferencia entre factor objetivo y significado. El estudio de los “factores objetivos” que inciden en el
comportamiento de las personas no son “objetivos” sino que dependen en gran medida del significado que
les atribuyamos. Por ejemplo en factor de riesgo de la pobreza para explicar algunos comportamientos de la
delincuencia común no es un factor objetivo, ya que cómo se vive la pobreza depende de muchas
interpretaciones y por ello no todas las personas reaccionan de igual forma frente a los mismos factores de
riesgo.

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¿Se puede dar una separación entre datos y teorías y valores? La segunda crítica a la “criminología positivista” es su
intención de “separar hechos de valores”. “Los datos solo son datos en el contexto de una teoría”. De este modo se
concluye que los datos reflejan la realidad y nuestras asunciones teóricas. Por ejemplo: clasificamos en torno a
variables como edad, género, inmigración (y no peso u optometría). Además de la dificultad de presentar “datos”
exclusivamente también se advierte que hay que abandonar la ingenua ilusión de que los datos hablan por sí solos.
Lo que se deduce que los datos no son “objetivo”, sino que debe interpretarse, y en ocasiones unos datos pueden
ser compatibles con más de una interpretación. Los valores también influyen en qué estudiamos y en la perspectiva
con la que estudiamos. Por tanto, es difícil realizar una separación tajante entre “hechos” y “valores”. Sin embargo,
conviene afirmar que la diferencia entre el discurso criminológico y el mediático es que el primero debe cumplir las
normas de todo discurso científico y debe hacerse explicita esta separación en el discurso, pues, de lo contrario, se
corre el peligro de presentar como datos lo que son convicciones.

¿Son siempre más fiables los métodos cuantitativos? Muchos criminólogos objetan que los datos cuantitativos solo
describen y no ayudan a adquirir conocimiento si no hay una teoría que permita interpretar lo que reflejan. La
prevalencia de estos métodos lleva a excluir determinadas reflexiones que no son traducibles a investigación
empírica comprobable. Las distintas convicciones de cada paradigma se plasman en la forma como uno realiza sus
investigaciones. Así, para el enfoque positivista la recogida de datos implica la construcción de variables con el
objetivo de analizar qué es lo que influye, se correlaciona o causa el resultado. Para comprobar empíricamente la
hipótesis, se necesitan suficientes datos objetivos (hard data) para que el resultado sea representativo y
generalizable. Por el contrario, para el paradigma interpretativo, el objetivo de la investigación es comprender el
significado y, por tato, en su recogida de datos no hay representatividad, sino narrativas y saturación de discursos a
fin de descubrir el punto de vista del actor social y elaborar diversas “categorías ideales”. Si lo que se pretende es
averiguar relaciones causales o correlaciones, deberemos usar los métodos cuantitativos, si en cambio estamos
interesados en describir un caso, captar su significado y entender los motivos por los que la persona efectúa
determinado comportamiento, los métodos cualitativos serán más efectivos.

¿Métodos de investigación criminológica? Toda investigación debe procurar describir y explicar apreciativamente un
fenómeno, institución o colectivo social, y la pretensión última es esperar que nuestras explicaciones ayuden a
elaborar políticas más justas.

El diseño de un proyecto de investigación debe entender a las siguientes fases:

a) Concreción del objeto de estudio, ¿Cuál es la pregunta a la que se quiere contestar?


b) Recolección de los datos existentes respecto al tema de investigación
c) Análisis de lo que revelan los datos que se han obtenido
d) Presentación de los resultados en el contexto de una determinada explicación teórica.

Toda investigación criminológica acostumbra a usar métodos cuantitativos y/o métodos cualitativos. Por último,
debido a la influencia de las primeras teorías criminológicas, se tiende a creer que las investigaciones criminológicas
se limitan a la persona del delincuente. Ello resulta incompleto, puesto que puede constituirlo además el resto de
colectivos inmersos en el sistema penal (por el ejemplo: jueces, policías y las victimas).

- Métodos cuantitativos. Pueden clasificarse en los siguientes.


a) El experimento: Este método también conocido como diseño experimental (o en inglés randomized
controlled trials) pretende averiguar qué factores o qué intervención causa un determinado resultado.
Éste método es una adaptación de los experimentos que se realizan en las ciencias naturales y si se
respetan una serie de condiciones de ellos se pueden deducir relaciones causales. Se recurre al cuasi
experimento en el que el investigador crea dos grupos equivalentes.
Un sector académico anglosajón defiende que la criminología debería ser una ciencia experimental y en
consecuencia rechaza cualquier investigación que no esté basada en un diseño experimental.

b) Las encuestas: se hacen en forma de cuestionario dirigido a obtener una serie de datos y sirven
fundamentalmente para obtener correlaciones. Pueden ser realizadas cara a cara, por teléfono, o
enviadas por correo para ser auto cumplimentadas.

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Por encuesta mediante muestreo entendemos un modo de obtener informaciones: Preguntando a los
mismos individuos objeto de la investigación que forman parte de una muestra representativa,
mediante un procedimiento estandarizado de cuestionario con el fin de estudiar las prelaciones
existentes entre las variables.

En criminología son conocidas las encuestas de victimización. Se sabe que las estadísticas oficiales solo
registran el número de delitos y se espera que las encuestas de victimización permitan disminuir la cifra
oscura, preguntando por algunos delitos que las víctimas han sufrido y no han denunciado.

Otro ejemplo lo constituyen los estudios de autoinculpación. También ayudan a disminuir la cifra oscura
de la delincuencia al preguntar colectivos determinados, habitualmente jóvenes, si han cometido algún
delito. En general la objeción a estos estudios es la inversa de la que se hace a las estadísticas oficiales.
Tienden a sobre representar el delito poco grave realizado por jóvenes de clase media.

c) Las estadísticas oficiales. Son datos que recoge la Administración Pública para conocer cifras sobre la
delincuencia y la actuación de las propias instituciones.
1. Policiales. Anotan el número de denuncias que han llegado a conocimiento de la policía, y su propia
actuación como el número de detenciones
2. Judiciales. Registran los asuntos que entran en el sistema judicial y las condenas efectuadas por los
tribunales. En general guardan muy poca correspondencia con las policiales porque más que medir la
delincuencia se orientan a cuantificar la carga de trabajo de los tribunales.
3. Penitenciarias. Reflejan solo las personas que están en prisión, ya estén condenadas o a la espera de
juicio (preventivas).

Se debe ser consciente de que todos los métodos presentan algunas ventajas e inconvenientes como
medios de conocer y medir la realidad, y en especial las estadísticas oficiales presentan diversas
limitaciones. Una primera es su difícil acceso al no ser objeto de publicación todos los datos que son de
interés. Una segunda consiste en su grado de fiabilidad. La tercera estriba en que no siempre recogen las
variables que el investigador está buscando.

La actitud de los criminólogos frente a las estadísticas oficiales es de suma cautela y pueden distinguirse
tres:

1. La perspectiva realista, admite que hay una cifra oscura, pero en cualquier caso considera que si esta
fuera conocida, no cambiaría la visión de la delincuencia que tenemos.
2. La perspectiva construccionista, estudia cómo se han llegado a generar esos fatos, y considera que las
estadísticas oficiales reflejan más bien las decisiones y procesos de las instituciones que elaboran las
estadísticas que la realidad del delito.
3. La perspectiva radical asume que debido a que el sesgo se encuentra en la definición y aplicación de la
ley penal, las estadísticas oficiales siempre reproducen la misma foto de la delincuencia.

- Métodos cualitativos. Estos métodos son usados por los partidarios del interpretacionismo, para los cuales
se trata de interpretar el significado de un fenómeno y para ello debemos ponernos en el lugar del sujeto
estudiado, ver la realidad “desde la perspectiva del autor”. Corbetta agrupa estos métodos cualitativos en:
a) Observación. Se basa en estudiar a determinados colectivos. La observación puede ser externa o
participante, en esta última, el investigador se integra en el colectivo estudiado. No hay normas rígidas
acerca de cómo proceder en la observación, pero seguramente la más importante es establecer una relación
empática con el colectivo objeto de estudio. Para recoger los datos se lleva un “diario de campo”, que al final
del proceso permite reflejar una descripción profunda del fenómeno y elaborar tipologías generales como
base para establecer una generalización. Es importante not to go native (no convertirse en un nativo) y
aceptar de forma irreflexiva una explicación del colectivo que se está analizando.
b) Entrevistas y grupos de discusión. Pretende entender el significado que un determinado hecho tiene para la
persona que se está entrevistando. La realización entrevistas permite evidenciar distintas “narrativas” que
ayudan a interpretar un determinado hecho. En las entrevistas, las preguntas no están estandarizadas y el

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entrevistado puede expresarse con mayor detalle. La entrevista puede ser más o menos guiada
(semiestructurada), en base a las mismas preguntas (estructuradas) o libre. Los grupos de discusión también
se apoyan en las preguntas del investigador y consisten en reunir a personas de quienes se quiere descubrir
su punto de vista y analizar los “discursos sociales” ante un determinado tema.
c) Análisis documental. El estudio de biografías, las noticias aparecidas en los medios de comunicación, los
documentos históricos (archivos) y las sentencias judiciales son fuentes de información abundante para las
investigaciones criminológicas

Los métodos cualitativos también deben seguir un procedimiento para que la comunidad académica juzgue que
el conocimiento suministrado por estos datos es válidos.

Tema 3: Las primeras escuelas


Las teorías criminológicas son un conjunto de conocimientos que se han desarrollado en la sociedad contemporánea
a fin de comprender por qué la gente lleva a cabo comportamientos delictivos, infringe la ley y causa un daño a otros.

¿La escuela clásica? Lo que hoy denominamos “escuela clásica” es un conjunto de autores (como Beccaria), los
cuales desarrollan sus ideas en el marco del movimiento filosófico – político conocido como la Ilustración. Su análisis
es normativo, en base a un método sistemático y racional, pues no pretende describir lo que hay, sio lo que debería
haber. Realiza aportaciones en:

- Derecho penal La escuela clásica elaboro una serie de principios que debían regir el derecho penal que
denominamos “derecho penal liberal”. El nuevo derecho penal anhela un sistema más humano e igualitario.
Pero el objetico de los reformistas era “no castigar menos, sino castigar mejor”, y para ello se necesitaba un
sistema penal más efectivo, codificado y previsible. Los principios liberales que presiden el nuevo derecho
penal son: Lesividad: Se necesitaba separar el delito de pecado y afirmar que no bastaba con que un
comportamiento estuviera (moralmente) mal, sino que además debía causar un daño (harm) a la sociedad.
Legalidad. Los delitos debían estar previstos en una leu que permitiera conocer lo prohibido y lo permitido
(lex praevia, stricta y scripta), lo cual constituía una garantía para el ciudadano de no ser castigado por un
comportamiento no definido en la ley a su vez se limitaba el arbitrio del juez. Jurisdiccionalidad. Las penas
solo podían ser impuestas por el juez, quien debía limitarse a aplicar la ley, la cual era elaborada por el
Parlamento (representante de la soberanía popular). Culpabilidad. Solo se podía condenar a la persona que
hubiera cometido un delito y fuera capaz de razonar (exclusión de locos y menores), entender el mensaje de
la pena y adecuar su conducta a este. Proporcionalidad. La pena debía ser proporcional al daño y a la
culpabilidad; la pena más severa debía reservarse para la ofensa más grave. Humanidad. Las penas no
podían destruir al ser humano, se reclamaba la prohibición de la pena de muerte.
- Criminología. La escuela clásica aporta a la criminología las siguientes ideas:
1. Todos los hombres son libres y racionales y son capaces de efectuar un cálculo de costes (pena) y
beneficios (delito), por tanto, la escuela clásica no presume que los delincuentes son seres
distintos.
2. Las penas son útiles para prevenir la delincuencia porque son capaces de motivar a la persona
3. Las personas son útiles si presentan las siguientes características
3.1. Severidad, la pena ha de conllevar alfo mayor que el beneficio conseguido con el delito.
3.2. Certeza, la persona debe saber que las penas serán aplicadas, y Beccaria afirma que es más
importante la certeza que la severidad de la pena.
3.3. Celeridad, la pena debe imponerse de forma inmediata después de la comisión del delito
para que se pueda efectuar la asociación mental entre delito y pena.
Las críticas apuntan que asumir que la pena es preventiva no dice cuánta prevención marginal añade a otros
mecanismos preventivos ya existentes en la sociedad.

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- Sistema de penas. La escuela clásica critico las penas del régimen feudal por crueles e inhumanas, pues
destruían a la persona y por ello las nuevas penas debían ser humanitarias. La pena que mejor se adapto fue
la pena de prisión, la cual podía ser una penal igual humana y divisible. Bentham elaboro unas reglas
detalladas para que esta institución ejerciese su función de custodia y reforma. Otras interpretaciones
destacan que la prisión triunfo por motivos económicos al enseñar a los reclusos a ser productivos, según
exigía el nuevo sistema capitalista. La prisión consiguió que se aceptaran las condiciones del nuevo sistema
capitalista y fue una institución en la que se disciplinaba a las personas para integrarlas en la sociedad
capitalista.

¿La escuela biológica? Esta escuela defendió la autonomía de la criminología es una ciencia que se basa en la
observación de los delincuentes que se encontraban en las prisiones italianas. Autores: Lombroso y Ferri. Sus
aportaciones más destacables son:

- Derecho penal. La escuela biológica niega el libre albedrio, y por ello critica la pena y aboga en favor de los
“sustitutos penales”. Von Liszt cataloga a los delincuentes en ocasiones, pasionales y natos o repetidores, y
defiende que la finalidad de la pena es producir efectos en el delincuente. Así la pena tiene como fin
incapacitar, intimidar y rehabilitar. En su libro Programa de Marburgo defiende que se impone una pena
porque es necesaria y para saber cuál es la “pena necesaria”, se requieren conocimientos de sociología,
psicología, antropología y estadística criminal.

- Criminología. Los sujetos delincuentes se diferencian del resto de los ciudadanos, y por influencia de Darwin
afirma que no han evolucionado al mismo ritmo que el resto de la humanidad y que, exhiben rasgos de
atavismo. Los delincuentes poseen características biológicas distintas (enfermedad mental, alcoholismo). La
escuela biológica en criminología también se denomina “modelo médico” de control de la delincuencia. Las
críticas se basan en su predisposición a encontrar una diferencia biológica que distinga a los delincuentes de
los ciudadanos normales. También se la acusa de haber inspirado los programas eugenésicos en Estados
Unidos para evitar que esas personas identificadas como desiguales se reproduzcan.

- Sistema de medidas penales. El delincuente no es libre para actuar en uno u otro sentido, y en
consecuencia, no se puede decir que “merezca” una pena por ser “culpable”, pero ello no implica que la
sociedad no necesite de “protección” frente a los sujetos peligrosos. De ahí se deriva la necesidad de
introducir en los códigos penales las medidas de seguridad diferenciadas de las penas, con lo que se
establece un sistema de “doble vía”, el de penas para las personas racionales y el de medidas de seguridad
para las personas que no tienen capacidad de razonar o controlar su comportamiento (“inimputables”). Las
medidas de seguridad deben ser:
a) Individualizadas, se determinan en función del sujeto delincuente, no del delito cometido.
b) Temporalmente indeterminadas, se basan en la necesidad del tratamiento y a diferencia de la pena,
no fijan un día final de cumplimiento de la condena.
c) Flexibles, los diversos tipos de medidas de seguridad se adaptan al sujeto delincuente y estas
medidas pueden ser modificadas, sustituidas o canceladas en función del éxito del tratamiento.
El sistema de medidas de seguridad ha sido muy cuestionado, ya que si bien está inspirado en la idea de
dispensar un tratamiento personalizado, no se debe olvidar que esa persona ha cometido un delito y el
tratamiento que se le aplica es una medida coactiva, en ocasiones no privativa de libertad y a veces privativa
de libertad, y que por ello requiere que le sea aplicado con las mismas garantías, “como si” fuera una pena
(limitada por la proporcionalidad correspondiente a la gravedad del delito).

¿Contraposición de las principales ideas?


- Escuela clásica: comportamiento libre, delincuente culpable, respuesta del sistema penal: pena,
características de la reacción penal: severa, cierta rápida/inminente.

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- Escuela biológica: comportamiento determinado, delincuente peligroso/inimputable, respuesta del sistema


penal medida de seguridad y características de la reacción penal individualizada, indeterminada y flexible.

¿La actualidad de estas discusiones? En el sistema penal juvenil, la pena se denomina “medida”, es flexible y orienta
al autor en vez de dar una respuesta proporcional a la gravedad del delito. En la actualidad, las medidas penales son
medidas coercitivas aun cuando se impongan pensando en el interés del menor. Un segundo ámbito, es acerca de la
finalización de la pena de la prisión. Un tercer ámbito es acerca del marco de las penas comunitarias. En la
actualidad se usan de forma frecuente los instrumentos de evaluación de riesgo desarrollados por psicólogos
canadienses para decidir el tipo de vigilancia y planificar con mayor precisión el contenido de la intervención en el
marco de la medida penal alternativa.

¿La discusión sobre la justificación de la pena? Se castiga porque es justo (doctrinas del merecimiento) y útil
(doctrinas del utilitarista). Quienes defienden la utilidad de la pena para reducir los delitos lo hacen por razones de
prevención general o de prevención especial.

- Doctrinas del merecimiento: para sus partidarios es justo castigar a quien decide cometer un delito. Cuatro
razones: es correcto expresar sentimientos de venganza pública, el delincuente, como sujeto de derechos y
deberes, tiene el derecho de ser castigado, porque el castigo vindica a la víctima y muestra que nos
tomamos su sufrimiento en serio, porque es una forma de expresar nuestra condena a unos actos.
La pena se justifica si:
1. Expresa censura por el delito realizado. Para expresar un juicio de desaprobación, no se requiere
imponer una pena, bastarían formas simbólicas de expresión del juicio de cesura, y seria innecesario el
elemento aflictivo (hard treatment) que caracteriza el castigo.
2. Es proporcional al delito realizado. Hallar una pena igual o semejante para cada delito es impracticable y
comportaría la vulneración de la dignidad de la persona. Una posible salida a esta contradicción es
precisar una “equivalencia de sufrimiento”. Para que la pena esté justificada, su severidad debe ser
proporcional a la gravedad del delito cometido.
3. Respeta la dignidad humana. “penas degradantes (shameful sentences)”. Este tipo de penas pretende
provocar vergüenza o someter a escarnio público a la persona al hacer visible que ha sido condenada.
- Doctrinas consecuencialistas: el castigo está justificado por sus consecuencias sociales. La doctrina
consecuencialista más conocida es la utilitarista.
1. Principio de efectividad: la prevención general es subjetiva en dos sentidos: porque la ponderación de
costes (pena) y beneficios (delitos) es siempre subjetiva; porque lo que cuenta es la percepción subjetiva,
esto es, el infractor debe percatarse de que ha existido un cambio en la severidad de la pena.
2. Principio de necesidad: justifica la imposición de una pena si y solo si no existe un medio menos lesivo
3. Principio de ponderación de males: ponderación global de los costes y beneficios que su aplicación
representa para la sociedad.

Tema 4: teorías criminológicas sociológicas.


La escuela clásica dejo como legado la centralidad de la pena para reducir la delincuencia y el anhelo de establecer
un sistema de penas justo. La escuela biológica legó el estudio de la personalidad del delincuente, y la necesidad de
la intervención y tratamiento sobre el para reducir la delincuencia.

A partir de 1920, los estudios sobre la delincuencia y el sistema penal experimentan diversos cambios. Por un lado el
centro del conocimiento se traslada de Europa a Estados Unidos. El traslado conlleva un cambio de idioma y
académico, ya que los estudios sobre la delincuencia prosiguen en los departamentos universitarios de Sociología. Se
acentúa que el delito es un fenómeno social cuya explicación debe buscarse en las formas de organización social de
las sociedades contemporáneas.

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Las teorías criminologías no son especulaciones sobre los motivos por los cuales las personas cometen delitos, sino
teorías científicas. Pero, ¿Cómo sabemos cuándo un conjunto de ideas deviene una teoría plausible? Aplicamos tres
criterios:

1. Coherencia lógica: la observación de la realidad suministra una correlación entre diversos factores y un
resultado, que la causalidad no se “observa” y que los datos pueden ser explicados por más de un teoría. En
consecuencia, es la que suministra una explicación teórica plausible que permite entender los mecanismos y
procesos por los que está asociación de factores opera y produce como consecuencia un acto delictivo.
2. Validez empírica: significa que debe ser posible deducir de las teorías proposiciones que se testan y
generalizan o falsifican. Algunas teorías permanecen y se modifican, y otras desaparecen, y de esta forma
avanza el conocimiento científico.
3. Guía de políticas públicas de prevención: este factor puede incidirse y modificarse por medio de políticas
públicas preventivas.

- La escuela de chicago. Los principales autores son Shaw y McKay. Lo que sorprendió a estos es que una
mayoría de los delincuentes surge de las mismas áreas, de los mismos barrios; por ello pensaron que debían
fijarse en la organización social, en el ambiente, en la ecología del lugar donde crecen los delincuentes. La
Escuela de Chicago estudió la organización social, o más exactamente, la desorganización social, como factor
relevante en la generación de la delincuencia. La desorganización social se refiere también a la movilidad de
la población, la transitoriedad de las relaciones sociales y la presencia de la inmigración. Producen la
ausencia de unos controles sociales, que actuarían como barreras de contención a la comisión de actos
delictivos al implicar una cierta vigilancia y sanción por parte de colectivos como los vecinos y el resto de
instituciones de carácter comunitario. La desorganización social existente en algunas zonas impide transmitir
una adecuada socialización, debido, a la dificultad de socializar en unos valores que no ayudan a cubrir las
necesidades y deseos de las personas pobres. Las estrategias de prevención del delito se orientan a la
intervención en la zona, en el ámbito en el cual surgen los delincuentes, y se acostumbran a enfatizar un
incremento del control social que permita socializar a sus miembros en las actividades convencionales. Los
planteamientos discuten la relación en un barrio entre comportamientos incívicos (incivilities), desorden
social y delincuencia y, también, analizan los disturbios urbanos (urban riots) para entender por qué algunos
barrios que rodean las ciudades no son auténticos polvorines sociales.

- Teoría de la asociación diferencial. El principal autor es Sutherland quien creo el concepto de White collar
crime (delincuencia de cuello banco). Sutherland pone el énfasis en los valores culturales, que son los que
guían el comportamiento hacia conductas delictivas. Sus conceptos esenciales son:
a) Las definiciones favorables a delinquir, es decir, los valores culturales que facilitan o propician cometer
delitos.
b) Las técnicas de neutralización, con las que se justifican las conductas delictivas.
Una idea clave es que los delincuentes comparten en numerosas ocasiones los mismos valores y por ello
deben “neutralizarlos” previamente a la comisión del delito para justificar su conducta.
Al tratarse de una teoría sociológica, parte de la premisa de que cada individuo desarrolla valores acordes
con su posición en la estructura social. Se apunta como variable fundamental las relaciones sociales que las
personas establecen y que favorece la socialización en unos u otros valores, esto es, que la socialización no es
aleatoria. Lo importante de esta teoría fue centrar la atención en la importancia de los valores y creencias
para la motivación y comportamiento humano. En consecuencia, uno aprende a delinquir cuando se
aprenden valores desviados, o cuando se aprende a neutralizar los valores convencionales. La socialización
en los distintos valores se produce no solo en función del área geográfica, sino también en función de la
pertenencia a uno u otro colectivo. Estos valores se transmiten mediante el aprendizaje del niño en el seno
de la familia o en el grupo de amigos, pero también se aprenden de la “sociedad”, en la medida en que esta
suministra “vocabularios de motivos” que facilitan la comisión de determinados comportamientos delictivos.
Las estrategias de prevención del delito se orientan a conseguir el cambio de ciertos valores culturales a fin
de conseguir así evitar la comisión del delito. Estas estrategias se plasman en el desarrollo de programas
cognitivo-conductuales con miras a cambiar los valores culturales y pautas de comportamiento de las

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personas que delinquen (por ejemplo, maltratadores, delincuentes sexuales, delincuentes violentos). El
análisis teórico contemporáneo se centra en las teorías del aprendizaje, en los efectos que produce la
anticipación del castigo y las recompensas, así como su importancia en la formación de valores y/o en la
determinación del comportamiento humano. 32. 36. 40. 45.

- Teoría de la anomia: El principal autor es Robert Mertor. Este se plantea por qué se registran tasas de
delincuencia tan distintas entre países similares, principalmente en el caso de Estados Unidos. Mertor
argumenta que se da una discrepancia, una “anomia”, entre los objetivos y los medios para conseguirlos.
La teoría de la anomia trata de reflejar que las sociedades contemporáneas se caracterizan por una serie de
factores que en tanto son “funcionales” para mantener el orden social facilitan la comisión de delitos. Estos
factores son los siguientes:
a) Una universalización de las aspiraciones, esto es, todo el mundo tiene derecho a aspirar a la máxima meta.
b) Una monitorización de estas metas, pues el objetivo al que la mayoría de la población aspira es el éxito
económico.
c) Una intensificación permanente de las mismas, puesto que estas metas nunca pueden ser satisfechas, bien
por una cultura consumista las aumenta de forma constante, bien porque los medios son limitados.
d) Un acento excesivo en el triunfo económico sin poner el mismo énfasis en la necesidad de respetar los
cauces legales para conseguirlo.
e) Una desigualdad económica que conlleva que las personas situadas en los estratos sociales inferiores no
tengan las mismas posibilidades de acceder a estos objetivos.
Cuando la sociedad universaliza las aspiraciones se genera en las personas la necesidad de adaptarse a esta
situación. Las formas de adaptación son variadas: conformismo, revelación, rebajar el nivel de sus
aspiraciones y aspiraciones intactas.
Las personas que mantienen sus aspiraciones de éxito económico intactas mientras se les mantiene
restringido el acceso a los medios que permiten satisfacerlas, tienden a buscar y encontrar medios ilegales
alternativos de cubrirlas.
Las estrategias de prevención del delito se orientan sobre los objetivos para reducir las aspiraciones, o sobre
los medios para aumentar la posibilidad de satisfacerlas. Los planteamientos actuales al respecto son:
A nivel macrosociologico, el uso del concepto “anomia” para explicar el aumento de la delincuencia en los
países en transición que no tienen capacidad para ejercer un control social ante la desintegración de las
estructuras estatales
A un nivel microsociologico, esta teoría estudia qué ocasiona y cómo afecta esa tensión al individuo. La
perspectiva contemporánea – y más psicológica – de esta teoría advierte que en cualquier situación de
discrepancia entre aspiraciones y recursos para satisfacerlas, las personas desarrollan un sentimiento de
frustración. En función de cómo la persona convive con este (a quien lo atribuye, como lo racionaliza, las
estrategias que utiliza para disminuirlo) se explica su mayor predisposición a cometer actos delictivos.

- Teoría de las subculturas: su punto de partida es que no toda la delincuencia está motivada por un afán
económico, ya que en su mayor parte con el delito ni se gana ni se invierte. Los actos delictivos de los jóvenes
se caracterizan por su “carácter expresivo”.
La hipótesis es que el joven que inicia su carrera delictiva pretende conseguir un cierto reconocimiento
social. El “triunfo en la calle” se valora, lo que se desvaloriza en la escuela, y a la inversa. El castigo se
muestra como un “gaje de oficio”, un riesgo con el cual se cuenta.
En ocasiones, actuar conforme a estos valores aumenta la realización de (algunos) delitos. A su vez, los
valores pueden surgir para hacer frente a un problema generado por su ubicación en la estructura social.

- Teoría del control. El principal autor es Hirschi para quien el factor más relevante son los vínculos sociales
que uno establece a lo largo de su vida. Por ello se da más delincuencia cuando uno es joven y tiene pocos
vínculos, y esta tiene a disminuir cuando uno establece vínculos con la edad. Hirschi plantea la pregunta de
manera inversa: ¿Quién no delinque y porque? Estamos vinculados a instituciones sociales, como la familia,
escuela, trabajo y sistema jurídico. Estas teorías del control asumen que la delincuencia se desencadena

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cuando los vínculos que nos mantienen unidos en el respeto al orden social se debilitan o rompen. Estos
vínculos son de carácter: Afectivo (no cometemos delitos por miedo a desagradar a nuestro grupos de
referencia), Utilitario (no cometemos delitos por miedo a arriesgar nuestra posición social), Normativos (no
cometemos delitos cuando pensamos en que este acto está mal y/o que es incorrecto infringir la ley)
La persona que carece de estos vínculos es alguien que puede cometer delito al no existir ningún control
social que lo impida.
Las estrategias de prevención del delito de estas teorías del control acostumbran a poner el énfasis en
políticas publicas dirigidas a las familias, pues los vínculos familiares constituyen el primer nivel institucional
que puede evitar los primeros comportamientos problemáticos y delictivos. Los planteamientos actuales se
desarrollan fundamentalmente en torno al estudio del “desistimiento”, que ha conseguido suministrar un
marco teórico para explicar las tasas de reincidencia basándose precisamente en la recuperación de los
vínculos sociales.

- Teoría del etiquetamiento (labeling): El autor más conocido es Lemert. Esta teoría representa un cambio de
paradigma, pues transforma la pregunta de la criminología y en vez de por qué delinque la gente se pregunta
qué sucede cuando se etiqueta a quien ha infringido la ley como delincuente, así como qué efectos produce
la intervención del sistema penal. La consecuencia de este viraje revierte en el análisis criminológico del
sistema penal. Esta teoría estudia fundamentalmente dos cuestiones:
a) El proceso de definición de “delincuente”, para lo que analiza la creación de leyes penales en el Parlamento.
Así, discute los motivos por los que determinadas conductas se definen como delito y otros, no, y la
actuación de los aplicadores del derecho penal para entender por qué algunos delitos se persiguen y otros
no.
b) Los efectos de etiquetar a una persona como “delincuente” pues asume que la persona sometida a una
pena tropieza con el rechazo social. Ello puede comportar que esta persona se una a grupos formados
también por delincuentes de los cuales obtiene el apoyo que no le brinda el mundo hostil circundante. Lo
que empezó siendo un solo acto puntual puede acabar transformándose en la asunción de una nueva
personalidad al ajustarse la persona a su nuevo rol y grupo social.
Las estrategias preventivas consisten en reducir el estigma de la etiqueta, ya que esta incrementa la
posibilidad de reincidencia. Por tanto, las estrategias preventivas para reducir el delito son descriminalizar
contemplar menos delitos en el Código Penal; desjudicializar, evitar el paso por el sistema judicial penal; y
desencarcelar, buscar penas alternativas o alternativas a la pena. Los planteamientos actuales giran
alrededor de la justicia restauradora, que es principalmente una aplicación práctica de esta teoría. Consiste
en derivar al “infractor” fuera del sistema penal, favorecer la mediación entre víctima y ofensor (y evitar
precisamente el uso de etiquetas como delincuente) para alcanzar un acuerdo reparador.

- Criminología crítica. Los autores originarios de esta teoría son Taylor Walton y Young. La principal
aportación es el estudio de la economía capitalista a las variables que estudia la criminología. La economía
es un factor importante para entender por qué delinquen las personas y el sistema de castigos, ya que el
sistema penal se muestra “funcional” para mantener el sistema económico y ello explica la “selectividad” del
sistema penal, pues este castiga generalmente a las clases sociales excluidas del y por el poder económico. La
hipótesis que se deriva de esta teoría es que se registra más delincuencia en los sistemas capitalistas. Esta
tesis simple puede expresarse en forma de múltiples proposiciones, todas ellas discutidas:
a) La pobreza es el factor relevante para explicar la delincuencia.
b) En momentos de recesión económica, la delincuencia aumenta
c) Lo significativo son las condiciones económicas de las unidades geográficas pequeñas
d) La pobreza solo es relevante porque causa muchos problemas sociales que son los que realmente propician
la delincuencia
e) Lo destacado no es la pobreza absoluta, sino la desigualdad comparativa.

Las estrategias preventivas que se derivan de esta teoría son la reforma social, pues si el sistema capitalista es
criminógeno, es importante cambiar el sistema que genera la delincuencia; la abolición de la prisión y la reforma del
sistema para limitarlo y/o transformarlo en un sistema capaz de proteger a los colectivos vulnerables.

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Los estudios contemporáneos incorporan el análisis de otras fuentes de poder, además de la económica y, en
consecuencia, de desigualdad, que estructuran nuestra sociedad en atención a variables como el género o la raza.
También se pone énfasis en los sistemas de economía política y tasas de prisión. Probablemente sea cierta la
apreciación de que en los tiempos actuales de capitalismo neoliberal, la criminología crítica ha revalorizado los
mecanismos de los que dispone un Estado social democrático y que hoy critica el sistema capitalista neoliberal “fuera
de control”.

- Teorías integradoras: Vold y Bernard recogen los conocimientos de las teorías individuales, que se
caracterizan por presentar a los delincuentes con unos rasgos diferentes a los del resto de la población. De
entre los factores individuales más importantes destacan: la educación recibida de niño; ciertas deficiencias
del sistema nervioso; personalidad (impulsividad); determinadas formas de pensar y la frecuencia de las
emociones negativas. Una vez localizado el rasgo, es necesario estudiar el proceso por el cual este facilita la
comisión de algún delito, ya que estos factores se interrelacionan con factores sociales.
Posteriormente se analizan los factores estructurales que pueden ayudar a comprender por qué en
determinadas condiciones sociales es posible que un mayor número de gente delinca.
En nuestra actual época de desarrollo económico se registra un mayor número de delitos contra la propiedad
y un descenso de los delitos violentos. Se perciben nuevos valores culturales que ponen el énfasis en el éxito
económico y coexisten con la distribución desigual de los recursos. El acento en el éxito económico conlleva
ausencia de reconocimiento social a quien carece de éxito material.

Tema 5: prevención del delito


Para contribuir a la prevención de la delincuencia, la criminología estudia diversos tipos de delitos y aporta dos tipos
de conocimientos. Por un lado, el general, basado en las teorías criminológicas. Por otro lado, añade los
conocimientos específicos referidos a formas concretas de delincuencia, ya que se sabe que el delito es una actividad
pautada llevada a cabo en determinados lugares y tiempos, con objetivos claros y víctimas determinadas.

Reducir la delincuencia es una tarea de todas las políticas públicas que se adoptan por un parlamento y un gobierno.
Para reducir la delincuencia, se adoptar unos controles en la Administración Pública a fin evitar la corrupción y el
abuso de la fuerza por parte de todos los funcionarios que tienen capacidad de usarla, etc.

¿Una visión integral de la prevención del delito? Sería mejor hablar de “planes de reducción de la delincuencia”, ya
que prevención da una idea binaria: “se previene o no”, cuando en realidad a lo máximo a lo que nuestras sociedades
aspiran es a reducirla. Adoptar una u otra política pública conlleva opciones éticas, y cada una presenta dificultades y
costes, y que todo lo que se dedica al sistema penal no se dedica a otras necesidades.

¿Los actores?

- Prevención penal. Es la que se persigue mediante los castigos, y así se defiende que la pena previene la
delincuencia porque el castigo que se impone a una persona individual intimida a toda la población, o porque
el castigo afecta a la persona castigada sea porque se la reforma, intimida o incapacita.
Cuando ponderamos los pros y contras de realizar una acción, probablemente se tienen en cuenta muchos
elementos y todo no se reduce a “¿cuánta pena me caerá?”. La prevención penal es “marginal”, aporta un
motivo ulterior para no delinquir que se suma a muchos otros motivos. El castigo es un símbolo potente y
nos preocupa justificadamente, pero si se considera que solo un 2 o 3% de los delitos cometidos finaliza la
condena, se comprenderá que esta amenaza juega un rol complementario.
La prevención penal es costosa, implica un sistema penal, un proceso, un juicio, unas instalaciones y por ello
en muchas ocasiones, el primer mecanismo que acostumbra a activar un gobierno es el más rápido y
expeditivo de las sanciones o multas.

- Prevención policial. El trabajo de la policía también previene la delincuencia. Cuando en estudios


criminológicos se ha preguntado a grupos de jóvenes si les intimida la pena, en muchas ocasiones,

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responden que les intimida el ser detenido, pues esto conlleva consecuencias inmediatas; sin embargo, una
vez descubiertos, el tipo de pena desempeña un papel relativamente secundario.

¿Qué tipo de delincuencia previene la policía? La policía se siente llamada a luchas contra la delincuencia
transnacional, global, organizada, lo que se corresponde más con su imagen idealizada de cuál es el “verdadero”
trabajo policial. Hay un cierto desinterés e impotencia por la pequeña delincuencia y por los actos incívicos, lo
cual lleva a la policía a olvidar el trabajo proactivo llevado a cabo con su presencia, su visibilidad en el espacio
público y su contacto con la población.

- Prevención comunitaria. El tercer acto que realiza la prevención del delito es la “comunidad”. La prevención
comunitaria generalmente engloba al menos dos cuestiones:
a) La movilización de los recursos sociales de los que dispone una determinada sociedad. En estos casos,
cuando algunas personas están en riesgo de exclusión social, o ya han tenido algún contacto con el sistema
penal, se procura conectarlas de nuevo con la red social y reintegrarlas en la sociedad.
b) En ocasiones, prevención comunitaria significa delegar en la comunidad la tarea de reducir el delito en sus
zonas. Entre los esfuerzos específicos dedicados a prevenir el delito se mencionan la neighborhood watch
(vecinos que vigilan o avisan a la policía si ven extraños), o los organismos de participación y prevención
social con todas las entidades vecinales. El problema con este tipo de prevención es que determinadas áreas
son demasiado pobres o están demasiado desestructuradas para poder prevenir el delito, y en consecuencia,
necesitan una intervención gubernamental “desde arriba” antes de poner lanzar alguna iniciativa “desde
abajo”. Por ello se afirma a veces que el miedo a la delincuencia también es un problema, pues impide el
curso normal de la vida pública y la eficacia colectiva de la comunidad.

¿A quién va dirigida? Otra forma de clasificar las campañas de prevención extendida en la criminología es la que
distingue entre prevención primaria, secundaria y terciaria. Este modelo procedente de la medicina pública.

- Prevención primaria. La prevención primaria identifica condiciones del medioambiente social y físico, y la
intervención se dirige a alterar estas condiciones para que el delito no se cometa. En ocasiones se usa
también este término para descubrir las campañas que se dirigen a nivel general a toda la sociedad. La
prevención primaria busca fundamentalmente cambiar los valores culturales, las creencias y conseguir de ese
modo que un determinado comportamiento que es visto como inocuo pase a ser percibido como delito.
- Prevención secundaria Esta prevención va dirigida a grupos que presentan determinados factores de riesgo y
consiste en realizar algún tipo de intervención para evitar que cometan delitos. En parte podemos asumir
que este tipo de prevención es más eficaz que la que se dirige a todo el mundo de forma indiferenciada, ya
que puede enfocar su mensaje de forma más precisa.
Hay que advertir que tanto la prevención primaria como la secundaria se refieren a campañas dirigidas a la
población o a un colectivo específico porque se teme que puedan producirse comportamientos delictivos.
Este tipo de prevención no debiera ser coactiva, porque la persona no ha realizado ningún delito, y tampoco
estigmatizadora, pues a nadie le gusta que le tachen de futuro delincuente.
- Prevención terciaria. La prevención terciaria se dirige a personas que ya han delinquido, pero pretendemos
que no reincidan. También son muy relevantes los programas de deshabituación a las drogas y el alcohol.
Este tipo de programas impuestos por el juez son obligatorios y deben tratarse como un castigo

 PRIMARIA: víctima: mayor control sobre el objeto del delito. Comunidad: vigilancia formal, diseño urbano.
Ofensor: educación y reducción de oportunidades.

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 SECUNDARIA: victima: medidas preventivas sobre grupos de riesgo específico. Comunidad: intervención
sobre el desorden en los barrios. Ofensor: medidas preventivas sobre grupos de riesgo.
 TERCIARIA: víctima: ayuda a las víctimas. Prevención de múltiple victimización y victimización secundaria
Ofensor: puntos calientes (hot spots). Comunidad: programas de rehabilitación en prisión y en el medio
comunitario.

¿Planes de seguridad: gestión urbana de la delincuencia?

La idea fundamental de este grupo de teorías es que no se pretende alterar la motivación de la persona que va a
delinquir, sino incidir sobre las oportunidades físicas para que el delito no pueda llevarse a cabo porque se bloquea o
dificulta la posibilidad. Estas teorías asumen la imagen de un delincuente motivado, y por tanto, optan por la
prevención situacional, esto es, la intervención en la zona o área que se cometen los delitos que se pretenden
prevenir. Sus estrategias preventivas se basan en el diseño ambiental y comprenden una serie de medidas concretas
que impiden la comisión fática del delito. Una de las medidas más populares es el uso de las videocámaras. Estas
estrategias de prevención situacional afrontan generalmente dos críticas. Por un lado, se objeta que no se ocupan de
las “causas últimas” de la delincuencia, sino que pretender incidir sobre el medioambiente, el espacio donde se
produce el delito, y se duda de si ello es suficiente o solo consigue, y esta es la segunda crítica, desplazar el delito a
zonas generalmente con menos recursos y por tanto con menos protección.

En la actualidad, diversos ayuntamientos han elaborado planes de seguridad. Estos planes de seguridad se apoyan en
la “teoría de las ventanas rotas”. En síntesis, la hipótesis de estos autores es que el desorden de un área influye en la
tasa de delitos, en consecuencia, su preocupación primaria son los comportamientos, no necesariamente
criminalizados, que dan una imagen de deterioro urbano, de desorden. Estas conductas crean sentimientos de
inseguridad que provocan que la comunidad se retraiga y deje de ejercer su tarea de control social, lo cual
finalmente da como resultado un territorio en el que la comisión de delitos es más sencilla.

Los mapas de la delincuencia se basan en el análisis geográfico del lugar de comisión del delito.

*mirar cuadro.

¿Evaluación de las políticas públicas de prevención? En opinión de Tilley, los programas de prevención y seguridad
deben recoger datos sobre el delito particular que se pretenda reducir, analizar las condiciones situacionales que lo
facilitan, estudiar las formas que pueden bloquearlo, aplicar las más convenientes también es un coste, supervisar y
evaluar la experiencia.

Elaborar y aplicar un plan de seguridad no es fácil porque la prevención implica a mucha gente e instituciones,
tropieza con rutinas e intereses creados, y la forma de llevarlo a término se deja finalmente a la discrecionalidad de
los últimos agentes. En consecuencia, siempre es posible que el plan de seguridad falle en algún aspecto y se
concluya que no fue bien aplicado.

Evaluar puede parecer un proceso técnico en el cual se enumeran unos criterios sobre los que evaluar, se reúne
información, se elaboran unas conclusiones y se presentan unas recomendaciones.

En ocasiones, resulta imposible aplicar una evaluación objetiva, neutra, pues el tema está inmerso en una contienda
electoral.

Tilley explica las diversas opciones de evaluación conocidas: realizar un experimento natural (random control trial),
un cuasi experimento, pero advierte que ante las dificultades, ya que se acostumbra a intervenir en barrios enteros,
lo único posible habitualmente es realizar una evaluación de “antes y después” o examinar solo “después de” la
intervención.

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En España hay poca cultura de la evaluación antes de introducir una medida o incluso después. Por eso debe insistir
en que es necesario que los programas de prevención y los efectos de las penas se evalúen.

¿Tipos de delincuencia? La sociedad cambia y crea nuevas oportunidades para cometer delitos, y ello conlleva
generalmente que los criminólogos los estudien.

- Delincuencia violenta. El contenido de la delincuencia violenta puede ser diferente según si consideramos
violentos los medios o también lo que conlleva un resultado de muerte.
A su vez, lógicamente es posible que otros homicidios consten o no se estudien en categorías distintas, como
la violencia de género, los delitos de terrorismo… Evidentemente, también es “delincuencia violenta” un
genocidio, pero la criminología ha prestado poca atención a este tipo de crimen y lo ha tratado como un
problema político.

- Agresiones sexuales. Representa un 1% de toda la delincuencia registrada por la policía en España y al igual
que sucede con la delincuencia violenta, suscita lógicamente una gran preocupación. Este es un tipo de
delincuencia muy presente en los medios de comunicación y quizás más en la actualidad debido a la
confluencia de cambios culturales y desarrollos tecnológicos, aun cuando no es seguro si ha aumentado o se
ha incrementado la definición de nuevos comportamientos.
En España legalmente se denominan agresiones sexuales los comportamientos idealizados con violencia, y
abusos sexuales, los cometidos sin violencia. Una división relevante es si la comete un extraño o un conocido
de la víctima, siendo estas últimas agresiones numerosas.
Para explicar este tipo de delincuencia, se recurre a la teoría biológica o psicológica a fin de estudiar la
personalidad y determinar si son personalidades enfermas. En consecuencia, también es relevante observar
otros factores como los valores culturales, ya que este tipo de delincuencia no es considerada igual en todas
las sociedades y como reiteran las investigadoras feministas, la mayor parte de las víctimas son mujeres.
En el marco del respuesta del sistema penal existen cambios muy interesantes: programas de tratamiento
cognitivo-conductual en la prisión y en el contexto de medidas penales alternativas; penas de prisión y
posterior privación o restricción de libertad basada en un pronóstico de reincidencia; registros especiales
para delincuentes sexuales; castración química…
Un aspecto importante es evitar la victimización secundaria por el proceso penal y por ello existen normas
especiales que permiten decidir si la víctima denuncia o no; también hay que ser conscientes de que las
medidas de apoyo a la víctima permiten disminuir el daño del delito.

- Delincuencia común. Es la que lleva a cabo en lugares públicos, tiene menor gravedad pero es la más
frecuente y por ello molesta, pues afecta de forma visible a mucha gente. Aparece contabilizada
generalmente en los cuatro indicadores de la policía:
a) Delitos contra la vida, integridad y libertad de las personas.
b) Delitos contra el patrimonio
c) Faltas de lesiones
d) Faltas de hurto.

Podría pensarse que la delincuencia común es la más grave, sin embargo, es fácil entender que la delincuencia de
guante blanco causa globalmente mayor daño a toda la sociedad. La alarma social que genera la delincuencia
“común” quizás obedece a los siguientes favores:

a) Es la que se comete en la calle


b) Por un tipo de personas vinculadas a la exclusión social y a las que atribuimos peligro para la estabilidad del
orden social.
c) Hay una amenaza latente de violencia
d) Ha sido objeto de atención preferente por los medios de comunicación y el sistema penal

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- Delincuencia de “guante blanco”: las estadísticas no recogen estos indicadores, las encuestas de
victimización tampoco y el sistema de justicia penal no es eficaz por motivos estructurales para perseguir a
los delincuentes poderosos. Los criminólogos apuntan además su mayor complejidad, menor visibilidad
escaso etiquetamiento y reducida repulsa social, pues la población no es consciente del daño social de estos
comportamientos, ni de ser victimizada por delitos que tienen que ver con el incumplimiento de las cargas
fiscales. No crea alarmas sociales como la delincuencia común.
Los expertos distinguen diversos comportamientos: delincuencia corporativa, económica, corrupción lavado
de dinero, delincuencia vinculada a ciertos sectores empresariales. En general, la delincuencia de “guante
blanco” constituye una categoría muy amplia y un concepto impreciso que se usa para describir
comportamientos delictivos cometidos por personas en situación de poder.

- Delincuencia organizada: es también un concepto amplio y difuso que acostumbra a utilizarse para describir
el tráfico de drogas, de personas, de armas, lavado de dinero y terrorismo. “Delincuencia organizada” se
aplica tanto a una estructura más o menos jerárquica como a un grupo de tres delincuentes de barrio.
En general, este concepto sirve para designar comportamientos delictivos cuando estos se sitúan en el
mundo de la economía ilegal.
- Delincuencia juvenil: es una delincuencia que se entiende determinada fundamentalmente por la edad y que
normalmente no tiene continuidad en el tiempo; es grupal y forma parte de la experiencia de crecer, pues la
juventud es un periodo vital en el que se cometen muchos errores, alfunos de los cuales puede constituir
delito. En ocasiones, este tipo de comportamientos persiste en el tiempo y el reto criminológico es intentar
averiguar por qué en la mayoría de casos, la delincuencia juvenil se abandona con la edad, pero en otros
persiste a lo largo de la vida.
Un grupo de autores ha estudiado la prevención de la delincuencia y a catalogado un alista impresionante de
factores de riesgo: individual, social, escolar y familiar, que predicen la posibilidad de llevar a cabo un
comportamiento delictivo o emprender una carrera delictiva. El conocimiento de los factores de riesgo
asociados a los comportamientos delictivos es muy valioso, ya que permite predecir e intervenir. Dos
cautelas:
1. Existe la posibilidad de “falsos positivos”
2. El ser humano dispone de voluntad que se activa en algunos contextos y frente a algunas oportunidades,
y que permite hacer virajes en nuestras decisiones.

- Violencia contra las mujeres: los académicos con una perspectiva feminista acostumbran a referirse a la
violencia de género, ya que en este caso se enfatiza que la víctima mayoritaria de la violencia es la mujer y,
sin despreciar la existencia de otros factores explicativos, es víctima “por el hecho de ser mujer”
El termino violencia de género abarca el estudio de numerosos tipos de violencia contra la mujer. Es difícil
ignorar que además se cometen de forma más frecuente sobre las mujeres pobres. Un último tema muy
polémico es si la prostitución (para unas estudiosas) o trabajo sexual (para otras) debe contabilizarse como
violencia de género.

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EL SISTEMA PENAL
Introducción al sistema penal:

El sistema penal se compone de las fuerzas policiales, del sistema jurídico y del sistema de penas de una sociedad. Su
finalidad es la prevención y persecución de la delincuencia.

Hobbes, Montesquieu o Voltaire inauguraron una nueva forma de entender el Estado como Estado liberal: el
monopolio estatal de la violencia, la división en tres poderes y el respeto a las libertades individuales.

El poder legislativo elabora y aprueba las leyes, también las leyes penales como Código Penal. El poder ejecutivo
está formado por el Gobierno, quien se encarga de llevar a término las leyes y dirigir la Administración. El poder
judicial está representado por los jueces y fiscales, y su finalidad es aplicar las leyes para resolver un conflicto
concreto.

La división de poderes refleja la concepción de un Estado liberal, limitando en sus poderes y necesariamente en
tensión entre los tres.

En un Estado de derecho estos poderes están sometido a la ley, al control de la legalidad, ya que todo el mundo debe
actuar de acuerdo a lo que la ley dispone. En un Estado democrático los tres poderes deben ser transparentes y
atender al pueblo (responsive), promoviendo mecanismos de participación para que los ciudadanos decidan las
prioridades, y finalmente responder de sus actuaciones (accountable).

El concepto de legitimidad ha cobrado actualidad a través de las investigaciones de Tyler sobre policía y tribunales.
Su argumento es que la legitimidad es más importante que los motivos instrumentales para conseguir que las
personas cumplan la ley.

Para que las instituciones sean consideradas legítimas, 6 elementos.

Si las personas han tenido la posibilidad de ser escuchadas. Si las decisiones que se toman son consistentes en el
tiempo y comparativamente con otros casos. Si las autoridades deciden de forma imparcial y sin favoritismos. Si las
decisiones se adoptan mediante un procedimiento adecuado. Si las decisiones pueden ser recurridas ante alguna
autoridad. Si las autoridades tratan a los ciudadanos con respeto y de forma digna.

Tema 6: las fuerzas policiales.


La policía es una institución que surge en el siglo XIX como consecuencia de la desaparición de las comunidades
locales y el trasvase de poder y centralización al Estado. La función era ejercida por diversas instituciones
heterogéneas, como el Ejército, los municipios o delegaciones del Estado independientes entre sí, los señores
feudales, los gremios y las confesiones religiosas. El carácter del control del delito pasó de ser una responsabilidad
generalizada de los ciudadanos y de la sociedad civil a ser una actividad especializada y monopolizada por el Estado.

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Se temía la creación de un cuerpo con poderes extraordinarios y la policía además de regular el orden social y
mantener la paz, era también un instrumento de represión de la oposición a esta nueva sociedad capitalista que
emergía en el siglo XIX.

En España, la policía está integrada por: la Guardia Civil, que se creó en 1844, y la cual es un cuerpo militarizado que
no se puede sindicar, y que depende del Ministerio de Defensa (en lo orgánico) y del Ministerio del Interior (en lo
funcional). Tiene poderes de policía en las áreas rurales y también sobre algunos delitos especializados, explosivos y
control de fronteras; el Cuerpo Nacional de Policía se creó en 1986, es un cuerpo de naturaleza civil que depende del
Ministerio del Interior. Tiene funciones de policía de prevención y persecución de la delincuencia en las áreas
urbanas. Se organiza por jefaturas superiores, comisarias provinciales y unidades menores como comisarías de
distritos así como en policías autonómicas presentes en Catalunya, Navarra y País Vasco. Desempeñan funciones
integrales de policía excepto en aquellos temas en los que el Cuerpo Nacional de Policía o la Guardia Civil mantienen
la competencia exclusiva (control de extranjería). Se organizan en unidades territoriales que se dedican a la seguridad
ciudadana y los problemas más comunes de la calle y servicios centrales especializados. Además, la Policía Local
depende de los ayuntamientos y realizan funciones de policía administrativa. Tiene competencias especialmente
sobre el tráfico vial, pero también puede ejercer alguna tarea en la prevención y persecución del delito ( Barcelona o
Madrid).

Lo más destacable de las fuerzas policiales es la separación entre fuerzas armadas y cuerpo de seguridad y en
segundo lugar, que los órganos políticos del poder ejecutivo ejercen el mando de las fuerzas y cuerpos de seguridad,
a través del secretario de Seguridad, el director general de la Policía y el regidor de Seguridad.

En ocasiones oímos la expresión policía judicial, para describir a los agentes del Cuerpo Nacional de Policía o de las
policías autonómicas cuando actúan bajo las órdenes de un fiscal o juez. Está funcionalmente a los órdenes del juez y
del fiscal, pero en otras ocasiones es la policía quien solicita autorización del juez para realizar determinadas
actuaciones y continuar con la operación.

A veces se usa el término de policía científica para describir aquellas unidades centrales que desempeñan una
función de investigación de huellas, pruebas toxicológicas, ADN, falsificación de productos o balística, y cuyos
informes serán enviados al juez.

También se emplea el término policía administrativa, para describir la tarea realizada por la policía local, consistente
en aplicar las ordenanzas municipales y la normativa administrativa y sancionar cuando esta normativa se vulnera.

El Tratado de Maastricht creó Europol en 1992, la cual empezó con una unidad de drogas, hasta abarcar funciones
muy amplias. Las policías de los Estados europeos cuentan con unidades y agentes destinados a Europol y además
hay unas novecientas personas trabajando en el cuartel central de La Haya. Europol facilita la investigación de delitos
que afectan a más de un país de la Unión Europea y el intercambio de información entre cuerpos de policía
nacionales. La Orden Europea de Detención y Entrega facilita que la policía de un país de la Unión Europea detenga y
entregue a otra un delincuente buscado (para cumplir una pena). Además, la Comisión Europea recoge el número de
policías que existen en cada país europeo.

¿Trabajo policial? Las funciones y principios de actuación policial se regulan en la LO 2/1986 de 13 de marzo de
Fuerzas y Cuerpos de seguridad, la LO 4/2015 de 30 de marzo de Protección de la Seguridad Ciudadana (LOPSC) y
la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LECrim).

El trabajo policial pone énfasis en el mantenimiento de la convivencia social, de la paz social y el orden que requiere
toda sociedad para poder existir. La policía cumple una función importante de control del espacio público para
asegurar la convivencia (la policía local regula el tráfico, hace de policía administrativa). También el Cuerpo Nacional
de Policía realiza trabajo de mantenimiento del orden social. La policía guarda un preciso orden social. Desempeña la
función específica de prevenir y perseguir la delincuencia, pero eso ocupa relativamente poco tiempo de su trabajo.

Dos tipos de delincuencia que preocupan en la actualidad como delincuencia económica y el delito de violencia de
género, no eran visibles para la policía.

Reiner dice que lo característico del trabajo policial es que se llama a la policía en caso de conflicto, en situaciones de
emergencia, y la llamada puede activar su rol de “fuerza” y acabar persiguiendo un delito; o activar su faceta de

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“trabajador social” y pacificar la situación, derivándola a otros servicios sociales o sanitarios, y solucionando el
problema sin el recurso a la ley penal.

La policía realiza un número intenso de labores: trabajo de asistencia social. Mantenimiento de la paz pública.
Regulación del tráfico. Prevención y persecución del delito en la calle y en el ámbito doméstico. Garantía de los
derechos en la vía pública. Asimismo, la policía garantiza la seguridad de personas amenazadas. Busca personas
desaparecidas. Patrulla en las fronteras y lucha contra el terrorismo y las mafias que trafican con personas.
Característico de todas ellas es que son situaciones de conflicto social, de emergencia, en las que el recurso a la
fuerza es una posibilidad siempre latente.

¿Modelos de policía? Dos modelos que de forma simple se denominan “modelo continental” y “modelos
anglosajón”. El primero enfatiza la policía como parte del poder ejecutivo del estado y su función histórica era ser el
representante del Estado en un determinado territorio. El modelo anglosajón, enfatiza el surgimiento de la policía
“desde abajo”, el policía es un ciudadano uniformado que tiene la función de patrullar y mantener la paz en la
comunidad.

- Modelo comunitario: tiene sus orígenes en los países anglosajones donde se concibe al agente de policía
como un ciudadano con uniforme. Se basa en el origen idealizado del Bobby, de la policía de barrio, el agente
pasea entre los vecinos, y con su presencia y su colaboración disuade de los actos delictivos, soluciona
problemas vecinales y realiza tareas que hoy llamaríamos de mediación comunitaria (peacekeeping) .
Estas estrategias policiales fueron complementadas con unidades centrales especializadas de policía en
algunos ámbitos y con fuerzas policiales que puedan movilizarse en caso de graves altercados políticos,
laborales o sociales.
La policía comunitaria se conoce como “policía de proximidad” o policía de barrio, y es la que se promueve
en buena parte de los discursos oficiales y alternativos sobre cómo debe actuar la policía. El policía es un
agente encargado de la solución de problemas para dar respuesta a las preocupaciones de la gente, con la
particularidad de que puede recurrir a la fuerza.
- Modelo profesionalizador: la policía se concibe y legitima como un cuerpo técnico cuya función es ser un
especialista en la persecución del delito. Constituye un organismo relativamente independiente del poder
ejecutivo y se relacionan con la ciudadanía de una manera instrumental.
El uso del teléfono y la motorización culminó su alejamiento de la población y si bien la policía puede acudir
rápidamente cuando es llamada, este proceso descuidó la prevención y la presencia en el barrio, es decir, el
trabajo preventivo proactivo queda postergado y el reactivo adquiere mejor consideración. Por otro lado, la
imagen del agente como luchador incansable contra la gran delincuencia es en cierta medida una imagen
idealizada, porque ese policía que lucha contra la gran delincuencia, organizada, transnacional, global, no
deja de ser en muchos casos un trabajador de oficina que analiza datos y solo ve alterada su rutina por
dramas ocasionales.
El proceso de profesionalización de la policía ha ensayado diversas tácticas smartpolicing (policía basada en
las labores de inteligencia, en el estudio de datos e investigación), hotspots, política de tolerancia cero y en la
actualidad, los mapas geoespaciales (crime mapping), para lograr una mayor efectividad en la persecución
de la delincuencia.

¿Los poderes de la policía? Las tareas que la policía debe realizar para mantener el orden y perseguir la delincuencia
son muy variadas. Estos poderes están regulados en las leyes de forma muy amplia y ello permite y ello permite una
aplicación dispar.

- Identificación: esta atribución es importante porque puede someter a los ciudadanos a una intromisión que
es vivida como un agravio y acoso cuando no está justificada. Para que la policía pueda legítimamente para y
requerir la identificación de un ciudadano la LOPSC exige “indicios de que han participado en la comisión de
una infracción” o “se considere razonablemente necesario que acrediten su identidad para prevenir la
comisión de un delito”.

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El Cuerpo Nacional de Policía o los Mossos pueden pedir la identificación de una persona y si no se identifica
debidamente, pueden requerirla para que les acompañe a las dependencias policiales.
La identificación es un medio muy poco efectivo de prevención del delito y supone una pérdida de recursos
para la policía. La perspectiva policial apunta que el objetivo de la identificación es fundamentalmente
permitir labores de inteligencia de prevención e investigación de la delincuencia. Se producen motivadas
por la aplicación de un concreto plan de trabajo referido a la prevención de una tipología delictiva precisa.
Cuando solo un colectivo de ciudadanos se ve sometido a estas prácticas por su perfil étnico, ello se conoce
con el nombre de racial profiling y constituye una práctica discriminatoria.
La nueva LOPSC señala que en la práctica de la identificación se debe respetar el principio de no
discriminación y también ordena que se entregue un volante acreditativo a la persona que ha sido
desplazada a las dependencias policiales a efectos de identificación.
El segundo contexto en el que se producen la práctica de la identificación es para dar complimiento a la ley
de extranjería, cuya competencia corresponde al Cuerpo Nacional de Policía. La nueva LOPSC permite
identificar solo si hay indicios de la comisión de una infracción administrativa y en esta medida se interpreta
que prohíbe los controles generalizados para “pedir papeles”.
La Sentencia del Tribunal Constitucional 13/2001 de 29 de enero, afirmó que pedir la identificación en base a
un determinado perfil racial no podía considerarse discriminatorio, pues “la actuación policial usó el criterio
racial como meramente indicativo de una mayor probabilidad de que la interesada no fuera española”.

- Dispositivos masivos de identificación: la LOPSC prevé la posibilidad de realizar cierres perimetrales o


controles preventivos “en supuestos de alteración de la seguridad ciudadana o de la pacífica convivencia, o
cuando existan indicios de que pueda producirse dicha alteración” Esta formulación es imprecisa y ha sido
criticada cuando es usada para “hacer una redada” y acosar a personas que están ejerciendo la prostitución
en la calle.
También se realizan controles preventivos de alcoholemia para comprobar si se conduce con más alcohol del
permitido y esos se planifican teniendo en cuenta determinadas pautas de ocio y siniestralidad.
- Registro personal: La LOPSC permite a un policía “cachear”. Si el resultado es positivo y se encuentra algún
objeto, la policía denuncia la infracción de una norma administrativa y se impone una multa. Se puede
proceder a la detención y denuncia penal por un delito ante el juzgado penal.
Los registros pueden producirse en la vía pública, lo que aumenta la sensación de humillación. En el caso de
que se deba mostrar parte del cuerpo, debe hacerse en un lugar reservado y dejarse constancia por escrito
de esta diligencia, de los motivos y del agente que lo pide. Estos cacheos o palpaciones superficiales son
distintos a los registros más exhaustivos que se realizan a los detenidos para asegurarse de que no portan
instrumentos peligrosos.
- Denuncia: el artículo 262 de la LECrim, el policía debe poner en conocimiento del juez la existencia de
cualquier delito público.
El policía no goza de discrecionalidad y debe comunicar al juez todas las denuncias, si bien en la práctica ello
no es tan rígido.
Las denuncias que la policía presenta ante el juez se recogen en un documento que se llama atestado
policial (art. 292 LECrim). El atestado no tiene presunción de veracidad, sino que es “objeto de prueba” y sus
afirmaciones deben ser contrastadas con medios probatorios adicionales en el juicio.
- Detención: el poder para detener está regulado en el art. 17 de la Constitución y en el art. 492 de la LECrim,
que obliga a detener cuando hay “motivos racionales bastantes” para creer que se ha producido un delito y
que la persona tuvo participación en él. Las detenciones se producen por delito flagrante, tras una
investigación, o bien siguiendo las órdenes de un juez. Duran un máximo de setenta y dos horas y pueden
prorrogarse cuarenta y ocho horas más en caso de delitos vinculados al terrorismo.
A las personas detenidas se las debe informar de sus derechos (…). A pesar de que existe un sistema de
gestión de la calidad relacionado con el proceso de detención. La detención es una privación de libertad, un
acto traumático en el que uno se encuentra solo en una celda, y se siente vulnerable y atemorizado. Existen
posibilidades de incurrir en el abuso de la fuerza con el fin de conseguir que la persona confiese.

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Se debe tener en cuenta además que el solo hecho de ser detenido por la policía genera “ antecedentes
policiales”. Estos no son antecedentes penales en España, pues el Registro Central de Penados solo anota
condenas, pero sus efectos pueden ser igualmente devastadores en el momento de solicitar algunos trabajos
o permiso de residencia.
- Sanción: La LOPSC permite que la policía imponga “sanciones administrativas” por infracciones que afectan
a la seguridad ciudadana. Además, la policía también puede sancionar de acuerdo a otras leyes
administrativas como la ley de seguridad vial. Y también hay sanciones impuestas por la policía local por
infracciones de las ordenanzas cívicas de cada población
Estas sanciones no tienen el carácter de pena, la cual solo puede ser impuesta por el juez.
- Investigación y base de datos policiales: la policía lleva a cabo diversas tareas de investigación o
“inteligencia policial” para prevenir la delincuencia, lo cual requiere contar con numerosas bases de datos.
Estas deben ser comunicadas a la Agencia Española de Protección de Datos y están sometidas a la LO
15/1999 de Protección de Datos de Carácter Personal que exige su cancelación cuando los datos no sean ya
necesarios (art.22.4), ya que figurar en una base de datos policial puede suponer la posibilidad de sufrir un
estigma y otros prejuicios. Además de estas bases de datos “internas”, la LOPSC prevé que las infracciones
contra la seguridad ciudadana queden anotadas en un registro.
La policía dispone de unos poderes extra-ordinarios, los cuales se justifican por su labor en la persecución de
delitos y mantenimiento del orden social. Estos se aplican más a determinados colectivos, ya que la policía
patrulla entre los que se hallan en los márgenes de la sociedad. Estos colectivos excluidos socialmente son
grupos sin poder social para hacerse oír y por ello sectores más vulnerables.

¿El control de la policía? La discusión acerca del control sobre la policía pretende analizar la eficacia de esta
institución para cumplir con su finalidad y el modo como ejerce los poderes que tienen atribuidos.

- Control del poder legislativo y ejecutivo: el poder político puede ejercer control sobre la policía de diversas
formas: mediante leyes. Mediante la comparecencia ante el Parlamento de los responsables policiales. Por
medio de la dependencia orgánica, es decir, mediante el mando que el poder ejecutivo tiene sobre la
policía.
Las leyes deben regular la actividad de la policía, pero son amplias e imprecisas. Existen leyes generales.
También hay leyes específicas que prevén el uso de armas cuando existe un “riesgo racional para la vida o
seguridad ciudadana”. Resulta difícil concretar más por medio de leyes, y por ello hay instrucciones y
protocolos que concretan el detalle de la actuación policial. Son primordiales en la actividad cotidiana de la
policía. Lo que no concretan las leyes ni los protocolos lo deberá suplir la policía de acuerdo a sus propias
normas culturales.
La segunda forma de control político sobre la policía es la obligación de rendir cuentas de su actividad ante
el Parlamento. Acostumbra a ser un trámite en el que se anuncia que ha descendido la delincuencia o ha
subido.
La última forma de ejercer el control por el poder político es por medio del mando sobre la policía. El poder
ejecutivo tiene la potestad de dirigir la actuación policial y la capacidad de adoptar sanciones disciplinarias.
En ocasiones evitan la necesidad de recurrir a un proceso penal y pueden ser más severas que una pena.
El poder político tiene ciertas dificultades para ejercer el control de la policía. En primer lugar, porque el
poder político está atemorizado frente a las posibles presiones de los sindicatos; en segundo lugar porque la
crítica a la policía se entiende como un cuestionamiento de la misma y el poder político es consciente de
que su cuestionamiento redunda en una mayor resistencia para llevar a cabo cualquier tarea. Por último, la
dificultad del control político sobre quien ejerce el mando orgánico en la policía se debe quizás a relaciones
demasiado tensas, que permiten averiguar poco, o a relaciones demasiado empáticas, que generan una
complicidad y una ilusión de que el poder político ejerce el mando sobre el poder policial.
- Control judicial: el ministerio fiscal o el juez controlan la actuación de la policía, quien debe actuar amparada
por una autorización judicial cuando se deben llevar a cabo actuaciones impliquen una infracción de los
derechos fundamentales de los ciudadanos.
El poder judicial es el encargado de juzgar a los miembros de la policía acusados de un delito. La ineficacia
del control judicial se debe a motivos estructurales que deberían ser contrastados o desmentidos por

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investigaciones criminológicas: cuando hay un policía acusado, el ministerio fiscal no ejerce la acusación, y si
no hay acusación particular, el caso decae. En ocasiones, los policías no acuden a declarar, o se ponen de
acuerdo en las declaraciones. Muchos jueces creen, erróneamente, que los policías gozan de “presunción
de veracidad”.
- Control interno: la policía cuenta con unidades de asuntos internos especializadas en la investigación de
infracciones administrativas o penales cometidas por cualquier miembro del cuerpo policial. Las dificultades
estriban en este caso en la existencia de una cultura corporativa y la existencia de unas fuerzas sindicales
profesionales que sistemáticamente se oponen a cualquier sanción a alguno de sus afiliados.
Una forma de garantizar la responsabilidad es mediante la obligación de llevar en un lugar visible su
número de identificación profesional. También hay códigos éticos a nivel internacional y europeo y
recientemente se aprobó el Código Ético de la Policía de Cataluña. Los códigos éticos deben orientar a los
agentes de policía en el ejercicio de sus funciones.
- Control público: los estereotipos sociales nacen del desconocimiento y molestan profundamente. Dos
reflexiones intuitivas.
La ciudadanía confía en la policía por su conciencia de ser un servicio público, y mantener una mayor
proximidad física y social con la ciudadanía.
La policía tiene como característica específica usar la fuerza y por ello es lógico someterla a un grado de
supervisión mayor que a otras instituciones.

¿Estudios criminológicos sobre la policía? Las investigaciones criminológicas intentan conocer no solo las normas
que regulan la actuación de la policía (el debe ser) sino su funcionamiento en la realidad (lo que es).

- Discrecionalidad: las investigaciones han puesto de manifiesto que en los cuerpos policiales se da la paradoja
de que cuanto más abajo te sitúas en la escala jerárquica, de mayor discrecionalidad se disfruta. Se ve como
un problema al interpretarse que la policía no cumple de forma adecuada las leyes y también se considera un
obstáculo para emprender cualquier reforma. En consecuencia, no puede eliminarse la discrecionalidad, pero
esta no puede derivar en prácticas discriminatorias, ya que ello vulnera el principio de igualdad y además
erosiona la legitimidad de la policía especialmente frente a los colectivos discriminados.
- Subcultura: la policía reacciona frente a determinados problemas estructurales con la creación de una
subcultura. Skolnic señaló tres rasgos del trabajo policial: sentimiento de alerta constante frente a un peligro
que puede surgir en cualquier momento. Clara conciencia de que quizás habrá que usar la fuerza. Presión de
ser examinados por su eficacia en la lucha contra el delito. Reiner resume diversas investigaciones
criminológicas que se han revelado una “subcultura policial”: sentido de “misión” en su trabajo, que deja
paso al pesimismo o al cinismo. Sospecha de todos y tendencia a actuar de acuerdo a estereotipos.
Solidaridad interna, aislamiento y desconfianza frente a los de fuera. División de los ciudadanos en función
de su capacidad para causar más o menos problemas a la policía. Políticamente conservadores. Valores
machistas en una institución predominantemente masculina que aún valora como máximo atributo la fuerza
física. Valores racistas producto de tratar con una subpoblación a la que la desigualdad relega a una posición
de exclusión. Pragmáticos.
Torrente y Loftus: la subcultura policial no es monolítica, como en todas las subculturas, la gente no siempre
actúa de acuerdo a sus valores y no siempre hacemos lo que decimos y lo que se dice no es siempre lo que
se hace. La policial refleja la cultura social más amplia en la que está inmersa y como todas las subculturas, se
desarrolla en función del trabajo, posición y rango que ocupa y como en todas las subculturas, cumple la
función de servir de guía de nuestro comportamiento y hacer frente al estés que su profesión conlleva.
- Eficacia de la policía: tienden a medir la eficacia de la policía en base a indicadores de eficiencia (número de
detenciones). Dixon explica que la policía no puede prevenir la delincuencia por sí sola, e introduce además
una serie de reflexiones.
- Legitimidad: cuanta mayor confianza, mayor legitimidad se le otorga y mayor disposición de los ciudadanos a
cooperar con la policía, lo que permite precisamente un menor recurso a la fuerza. Por ello se estudia qué
estilos o tácticas policiales incrementan la legitimidad y cuáles la subvierten.

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¿La entrada al proceso penal? hay muchos delitos que no se denuncian y la policía no detecta (“cifra oscura”). No
obstante, otros delitos sí llegan a la policía y no acaban en condena (attrition rates).

El sistema penal es un conjunto infinito de decisiones de sus agentes y que entonces la discrecionalidad es inevitable.
Siempre hay una brecha (gap) entre la ley y su interpretación y aplicación y quizás finalmente debamos revisar la
opinión de que el sistema penal falla o funcional mal si todos los hechos que infringen una norma penal no llegan al
proceso judicial.

Tema 7: Sistema judicial penal


En muchas ocasiones los criminólogos trabajan con el sistema judicial y hay que entender su funcionamiento para
dar explicaciones a los clientes y al público, pues muchos tópicos cinéfilos surgen del desconocimiento y hay que
entenderlo para emprender cualquier tipo de investigación criminológica.

¿Por qué hay jueces? Los jueces surgen en un primer momento como una delegación del poder del rey, es la forma
en que extiende e impone el poder del monarca en distintos territorios bajo su soberanía.

Cumple una finalidad que constituye su justificación y está regulada por la Constitución.

Los jueces penales se encargan de imponer penas a personas por los delitos cometidos. El delito no pertenece a la
víctima, si lo fuera, se trataría de un sistema privado y la víctima recibiría no oslo los beneficios, sino también el
deber de soportar los costes.

Además de su tarea de juzgar, dictar y ejecutar el castigo, los tribunales tienen la finalidad de proteger los derechos
de las personas acusadas. Es el acusado contra quien la fuerza del Estado se dirige y por ello el juez debe asegurarse
de que este poder del Estado, sea ejercido de acuerdo a unas normas procesales que garantizan que solo será
privado de sus derechos si se respetan los procedimientos legales.

Por último, los tribunales tienen como función controlar el poder político. No obstante, los jueces pueden plantear
una cuestión de inconstitucionalidad al Tribunal Constitucional para algunas leyes. Los dos poderes están en tensión:
se puede pensar que el Parlamento representa al pueblo y su voluntad debe tener primacía, pero no debemos
olvidar que precisamente el rol del poder judicial es proteger los derechos de las minorías.

¿Actores básicos de la justicia penal? en un proceso penal estos son los siguientes actores básicos:

- El acusado: la persona a la que se le imputa un delito, después de prestar declaración ante la policía, es
citada a declarar ante el juez, y si ha sido detenida inmediatamente después de que se hayan realizado las
diligencias policiales indispensables, debe ser puesta a disposición judicial o dejada en libertad.
Al juicio, el acusado debe acudir con un abogado, al que puede nombrar personalmente o ser asignado de
oficio. La persona puede negarse a declarar. En España se puede ser juzgado in absentia, sin estar presente,
si la pena que se pide no pasa de dos años de privación de libertad. En muchas ocasionas, las personas no
sabe que ha sido condenada y es puesta en “búsqueda y captura” para ejecutar la condena.
- La victima: la víctima del delito puede “constituirse en parte” (acusación particular) pero no es obligatorio. Si
se elige, se necesita abogado. Además, de la víctima individual, existe una figura denominada “acusación
popular”, la cual puede intervenir en el proceso penal en defensa de sus intereses.
Si la víctima no se constituía en parte, no tenía ningún derecho de participación en el proceso, ya que al ser
el delito considerado “daño público”, el Estado, a través del ministerio fiscal, se encargaba de su persecución.
- El fiscal: el trabajo del ministerio fiscal está regulado en la LO 50/1981 del Estatuto Orgánico del Ministerio
Fiscal. Esta figura ejerce la acusación y también defiende la legalidad. Hay fiscalías especializadas que se
ocupan de la persecución de unos delitos concretos.
En España rige el principio de obligatoriedad del ejercicio de la acción penal, lo que implica que el ministerio
fiscal no puede decidir dejar de perseguir un delito, sino que debe ejercer la acusación.

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En los países que se rige el principio de oportunidad se debe decidir qué conductas no son perseguibles
como delitos. Esta decisión es relevante, pues si no se ejerce la acusación, el juez no puede seguir adelante
con el proceso ni abrir el juicio oral.
El último aspecto clave es que el ministerio fiscal está jerarquizado y los fiscales deben actuar de acuerdo a
las Instrucciones de la Fiscalía General del Estado. El Gobierno nombra fiscal general del Estado y de esta
forma puede dirigir indirectamente la política criminal de un país a la par que dar sugerencias (“ interesar
actuaciones”) a la Fiscalía General del Estado.
- El juez o jurado: el juez penal es independiente y no está sometido a ningún otro poder que el de interpretar
la ley; también es imparcial i no debe favorecer a ninguna de las dos partes del proceso. Los jueces penales
juzgan todos los delitos si bien a veces hay algunos especializados. El juzgado es unipersonal y el Tribunal
Penal es colegiado. El juzgado penal realiza cuatro funciones: prepara el juicio (juez de instrucción), juzga e
impone una pena o absuelve (juez sentenciador), ejecuta la pena, es decir, aplica la pena (juez de
ejecución) y supervisa el tiempo que dure la ejecución de la pena (juez de vigilancia penitenciaria).
En la práctica, el jurado responde a una serie de preguntas que le realiza el juez sobre los hechos que deben
considerarse probados y declara al acusado culpable o inocente, luego es el juez quien decide la calificación
jurídica de los hechos y la pena.

- El abogado: es relevante porque toda persona acusada de un delito tiene derecho a defensa. Si no se
dispone de un abogado propio, se asigna uno de oficio, el cual tiene la tarea de representar al acusado hasta
que se dicte sentencia. Un abogado puede representar al acusado en la fase de ejecución judicial de la pena
e incluso durante todo el periodo en que se cumpla la pena en todo lo que se refiere a su causa penal. EL
beneficio de la justicia gratuita solo cubre la asistencia hasta la sentencia. La intervención del abogado solo
está prevista cuando el interno apela a la Audiencia Provincial; y por último solo este trámite está cubierto
por el beneficio de la justicia gratuita. En consecuencia, el derecho a la defensa de las personas internas no
está garantizado cuando estas reclaman ante la Junta de Tratamiento o el juez de vigilancia penitenciaria.

¿Organización de la justicia penal en España? la justicia penal en España es estatal. Se organiza por territorio y por
materias:

- Juzgado penal: es el juzgado que instruye y ante el que se realiza el juicio oral cuando la pena es menor de
cinco años, el que ejecuta la pena y supervisa el cumplimiento de las mismas.
- Audiencias provinciales: es un órgano colegiado ante el que se interponen recursos contra las decisiones del
juez penal y también juzga por primera vez si la pena es superior a cinco años. En algunos pocos delitos se
juzga por delito.
- Audiencia Nacional: es un órgano centralizado ante el que se llevan actuaciones penales por delitos
específicos, generalmente de gravedad.
- Tribunal Supremo: tiene cinco Salas. La Sala Penal tiene por misión resolver recursos y unificar los criterios
diferentes que se producen en distintas sentencias; cuando de forma repetida dicta sentencia en un sentido,
crea jurisprudencia. Esta es fuente de derecho, pero a diferencia del sistema inglés, los tribunales inferiores
no están vinculados por el procedente.
- Juzgado de menores: son jueces penales especializados en jóvenes de catorce a dieciocho años (los cuales
además tienen su propia ley, Ley Orgánica Reguladora de la Responsabilidad Penal de los Menores)
- Tribunal Constitucional: su función es analizar la compatibilidad de las leyes con la Constitución y velar por
los derechos constitucionales de las personas. La persona individual puede recurrir a él mediante recurso de
amparo cuando considera algún derecho fundamental vulnerado. En criminología es especialmente
importante seguir las sentencias del Tribunal Constitucional respecto a los derechos de las personas en
prisión.

¿Principios que rigen la actuación de los jueces penales? Los principios más relevantes son:

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- Principio de tutela judicial efectiva: todas las personas tienen derecho a acceder a la justicia para defender
sus derechos, el derecho de defensa, y a obtener una resolución motivada.
- Principio de Jurisdiccionalidad: solo los jueces pueden juzgar y no se admite que alguien se tome la justicia
por su mano (“justicia privada”). Por consiguiente, no se puede imponer una pena sin una sentencia judicial.
- Principio de imparcialidad: los jueces no pueden favorecer a una parte por encima de otra, y para
garantizarlo, se establecen las causas de abstención y recusación de los jueces.
- Principio de independencia: los jueces no están sometidos a ningún mandato imperativo, a ninguna orden,
excepto la ley.
- Principio de legalidad: los jueces solo pueden interpretar y aplicar los delitos y las penas recogidas en la ley.
En algunos sistemas, el Parlamento elabora y aprueba leyes más amplias y concede una mayor
discrecionalidad a los jueces.
- Principio de publicidad: los juicios y las sentencias son públicos, pues la transparencia es una forma de
control del poder judicial por los ciudadanos.
- Presunción de inocencia: la persona acusada debe presumirse inocente hasta que mediante pruebas se
demuestre su culpabilidad. Es la acusación quien debe mostrar la culpabilidad y el estándar de prueba en los
juicios penales es elevada.

Dos modelos de proceso penal: el modelo crime control (represión del delito), que prima las conclusiones
alcanzadas por la policía en las diligencias policiales, favorece una represión rápida del delito y sitúa el centro en
el procedimiento administrativo, que se lleva a cabo ante la policía. El modelo due process (garantista) pone
énfasis en respetar la presunción de inocencia, exige que la prueba se practique toda en el juicio oral para
permitir así la presencia directa del juez y la contradicción, y sitúa el juicio público y oral en el centro.

También se distingue entre el modelo acusatorio (adversarial), que una persona investiga, la otra acusa y una
última juzga. El juez está por encima de las partes (juez de garantías) y su proceder está limitado por las
peticiones de las partes. Este modelo antepone el respeto de las garantías en el proceso. En el modelo
inquisitorio se pone el acento en alcanzar la verdad y se da más importancia a las gestiones realizadas por la
policía, además el mismo juez que dirige la investigación juzga, y no está limitado por las peticiones de la
acusación. La crítica es la unión de las tres funciones provoca que el juez se “contamine”. Ambas son “categorías
ideales”.

¿Fases del proceso penal? en el supuesto de que se supere este primer filtro, se inician las siguientes fases:

- Instrucción: consiste en preparar el juicio una vez llega la denuncia de una persona o el atestado de la policía.
Es un momento importante, pues es cuando se obtiene el material probatorio y se delimitan los hechos
sobre los que versará el juicio.
El juez puede dictar medidas cautelares (orden de alejamiento)
La dirección de la instrucción corresponde al juez y quien lleva a cabo las gestiones es la policía (judicial). Esta
fase no es pública y a veces se declara el “secreto de las actuaciones”, incluso para las partes porque no se
quiere dar información de lo que se está investigando. A pesar de que hay “ secreto del sumario”, en
ocasiones se filtra a la prensa y se produce lo que se conoce con el nombre de “juicio paralelo”. Una vez el
casi está instruido, está listo para ir a la segunda fase del juicio oral.
- Juicio oral: si el caso no ha sido sobreseído, se abre un periodo intermedio para que las partes elaboren sus
“escritos de calificación” y ejerzan la acusación.
Antes de la fase del juicio oral se puede producir un acto de relevancia criminológica, las “sentencias de
estricta conformidad”. Los delitos en que el marco de la pena es hasta seis años, la persona puede
conformarse con la pena que pide el fiscal. En los juicios rápidos, existe además la conformidad premiada y a
la persona se le rebaja un tercio la pena.
La institución del plea bargain o sentencias de estricta conformidad es muy cuestionada porque la persona
puede conformase sin saber exactamente qué le puede suceder. El caso más claro es cuando la persona se
conforma con un delito de seguridad vial.

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Si no hay acuerdo en el juicio oral, se practican las pruebas preparadas en la instrucción y se someten a
contradicción, esto es, la defensa las discute. Ello se debe a que se considera que la presencia judicial
garantiza que la persona presta declaración libremente y que su declaración es sometida a contradicción.
En el juicio oral también se puede convocar a expertos (“peritos forenses”) hasta que el juez llega al
convencimiento “más allá de toda duda razonable” y dicta sentencia en la que declara que la persona es
inocente y la absuelve o culpable y la condena. El juicio oral es público porque su publicidad constituye una
garantía para el ciudadano.
La sentencia también señala la pena. Si la persona es culpable, el principio de legalidad conlleva que el juez
debe aplicar la pena que figura en la ley.
La sentencia debe ser motivada y es importante no confundir discrecionalidad con arbitrariedad: la primera
requiere basar la decisión en motivos que consideramos legítimos y explicar las razones; la segunda consiste
en basar la decisión en motivos que no son aceptados por nuestra sociedad, y además hacerlo
caprichosamente, sin dar razones.
- Ejecución judicial de la pena (sentencing): cuando la sentencia deviene firme porque ya no caben más
recursos contra ella, se inicia la fase de ejecución judicial. El objetivo de esta fase es adaptar la pena a las
circunstancias individuales de la persona, individualizar la pena.
Para que el juez pueda individualizar la pena, requiere información, una parte de la cual ya la tiene por el
atestado policial, y en función del tipo de pena, solicita la hoja de antecedentes penales, informes sobre la
situación patrimonial o sobre el tratamiento de deshabituación.
Durante la ejecución judicial de la pena se debe dar audiencia a la persona. En numerosas ocasiones
lamentablemente solo es un trámite por escrito, si buen algunos jueces realizan una audiencia oral. En la fase
de ejecución el juez tiene la facultad de:
1. Suspender la pena de prisión: si la pena de prisión es igual o inferior a dos años, el juez puede
suspenderla siempre y cuando se den los requisitos que la ley exige. Si la pena de prisión se suspende, el
juez puede además añadir algunas reglas de conducta.
2. Decretar la entrada en prisión: si la pena impuesta en sentencia es la prisión, el juez dicta un
“mandamiento de prisión”. En este auto se conceden unos días para que la persona pueda arreglar todos
sus asuntos antes de ingresar en prisión de forma voluntaria y en caso contrario, se dicta orden de
“busca y captura.
Una vez entra en prisión, el juez procede a la “liquidación de la condena” en la que descuenta el tiempo
que ha estado en prisión preventiva, constata el día de inicio y señala el final de condena.
3. Ejecutar el resto de penas: si la pena impuesta en sentencia es de multa, entonces el juez requiere al
penado para que pague la cantidad fijada en la sentencia, o inicia la vía de apremio (embargo de sus
bienes), o declara la responsabilidad personal subsidiaria por impago de multa; en el caso de los trabajos
en beneficio de la comunidad le deriva a la Administración para que se le asigne una plaza en que
cumplir esta pena; y en el caso de inhabilitación de un derecho, se le requiere por ejemplo, para que
entregue su carné de conducir.
Cuando ya se ha firmado el auto de ejecución, se requiere a la persona y se le notifica personalmente la
pena para que empiece a cumplirla. El auto de ejecución también se debe motivar.

¿Cumplimiento de la pena y supervisión judicial? La Administración es la responsable directa del cumplimiento de la


pena y de la persona condenada, se conoce como “ejecución administrativa de la pena”, sin embargo durante este
periodo existe un control judicial.

En el caso de que la persona deba entrar en prisión es facultad de la administración penitenciaria decidir a qué
prisión entra, y en qué grado y régimen de vida se la clasifica dentro de prisión. También en el caso de las penas
comunitarias, es la Administración quien asigna una plaza, el horario exacto y a cuantas sesiones debe asistir. El
poder de la Administración es amplio y acaba influyendo en la intensidad de la pena (punitive bite) que realmente se
cumple. Durante el cumplimiento de la pena de prisión, la institución básica es la “junta de tratamiento” y en el caso
de las penas comunitarias, la figura central es el “delegado de ejecución de penas”. En la ejecución de la pena
participan miembros de diversas profesiones sociales. Dichos profesionales controlan a los penados y disponen de
una cierta discrecionalidad para decidir en qué casos solicitan la revocación al juez y a qué condenados les dan otra

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oportunidad. Hay casos de no cumplimiento de la pena, lo que sucede cuando el Gobierno concede un indulto. Esta
decisión es discutida.

¿Estudios criminológicos del sistema judicial? La criminología se ha preocupado también del estudio del sistema
judicial y en este ámbito hay una serie de temas que presentaremos de forma muy esquemática.

El primero es quienes son los jueces y de qué estratos sociales provienen. Como los jueces administran la justicia en
nombre del pueblo, se asume que sería positivo que fueran representativos del mismo.

La criminología también estudia cómo los jueces ejercen su discrecionalidad, y hay estudios empíricos destinados a
responder a las preguntas acerca de si los tribunales aplican la ley de forma igualitaria, o con sesgo por género o por
pertenencia a una minoría étnica. No ha aportado un resultado concluyente.

En tercer lugar, se analizó si los discursos punitivos habían ocasionado variaciones en las prácticas judiciales. Por otro
lado, se estudia el distinto impacto que puede tener el hecho de que en unos países, los jueces sean juristas en vez
de legos. Por último, también se estudia su rol en el proceso de desistimiento de la persona condenada.

Un cuarto tema relevante es la relación entre justicia y democracia.

Un último ámbito que se discute es como los jueces deben responder frente a la comunidad.

¿La contribución de las ciencias forenses? Por criminalística se entiende generalmente un conjunto de técnicas
iniciadas con el fin de identificar a los delincuentes reincidentes por medio de fotos y posteriormente huellas
dactilares. Estas técnicas van destinadas a probar determinados aspectos del delito o la identidad de los
participantes, y consisten en el análisis de las huellas dactilares, o pruebas de ADN, pruebas periciales caligráficas,
pruebas documentales o documentoscopia, y balística.

El concepto de “ciencias forenses” se usa para describir aquellas profesiones que poseen conocimientos específicos
con el objeto de probar algún aspecto en el proceso penal.

Tema 8: el sistema de penas.


Definir un comportamiento como delito conlleva dar una respuesta penal.

El principio que rige en nuestra cultura jurídica es que podemos abordar los problemas sociales de nuestras
sociedades contemporáneas con políticas públicas y reservar el derecho penal para casos excepcionales.

El principio ultima ratio del derecho penal intenta limitar la intervención del sistema penal a los casos en que el
Parlamento decide que determinado comportamiento resulta grave socialmente, que merece un reproche penal y
que la pena es necesaria porque se espera conseguir algún bien. No obstante, es necesario recordar que incluir un
comportamiento en el Código Penal no significa que este acabe siendo castigado con una pena.

¿Penas y sanciones? Cuando el derecho interviene no lo hace siempre por medio del derecho penal. Hay muchos
comportamientos que no llegan al sistema penal, a pesar de que sus autores son conocidos.

Ello es debido a que estos comportamientos se resuelven a veces de modo informal y en otras se sancionan por
medio de ramas del ordenamiento jurídico distintas del derecho penal. Las sanciones administrativas son
generalmente pecuniarias, multas¸ y también pretenden que las personas actúen de acuerdo a la norma porque
entendemos que esta regulación sirve al interés social general.

Una pena no puede ser aplicada retroactivamente. El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), para evitar
que los gobiernos esquiven las garantías alegando que es “una sanción”, afirma que con el objeto de decidir si una

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medida es una pena, se debe atender a los siguientes criterios: si se impone después de una condena, su naturaleza
y finalidad, su regulación en la legislación nacional y su grado se severidad.

¿Clasificación del sistema de penas? Los códigos penales acostumbran a clasificar las penas en distintas categorías,
no obstante, la clasificación criminológica más relevante es entre penas privativas de libertad y penas no privativas
de libertad.

La pena privativa de libertad se cumple en prisión y es la pena más grave en Europa.

Las penas no privativas de libertad son castigos alternativos a la prisión e implican que la persona cumple esta pena
en un medio abierto, en la comunidad. Su justificación inicial es que hay delincuencia poco grave que no merece ir a
la prisión. Se defienden porque presentan una mayor capacidad para rehabilitar. Por último se alega que son
infinitamente más económicas que la pena de prisión.

¿Medidas penales alternativas? Son penas no privativas de libertad: multa, inhabilitación, los trabajos en beneficio
de la comunidad y la suspensión de la pena.

No todas las MPA son iguales. Estas MPA se cumplen de forma instantánea o prácticamente con la exclusiva
intervención del sistema judicial, si bien en algunas existe también un control policial. Un tercer grupo como los
trabajos en beneficio a la comunidad o la suspensión de la pena de prisión impone en ocasiones la obligación de
someterse a un programa formativo o de tratamiento y están dirigidas a conseguir que la persona adquiera técnicas,
habilidades y valores o supere circunstancias personales muy difíciles.

- La multa: la pena de multa es la más impuesta por los jueces penales y presenta numerosas ventajas frente a
la prisión. Se enfrenta con el obstáculo de que muchas de las personas que cometen delitos no tienen
medios para pagar la multa correspondiente. Ello no solo convierte esta pena en ineficaz para este tipo de
personas, sino que además la transforma en una pena desigual, pues, en efecto, quien puede pagar lo hace, y
quien no, se ve sometido a una pena de prisión.
Una propuesta es añadir junto a la pena de multa “proporcional” la de “días multa”. Los días indican la
gravedad y el patrimonio se adecua a los ingresos que posee la persona.
Otra forma de atenuar esta crítica de desigualdad consiste en la previsión del Código Penal español de que si
la persona condenada no tiene dinero, en vez de ser enviada a prisión, el juez puede imponer trabajos en
beneficio de la comunidad.
El Código Penal impone una multa conjunta con la pena de prisión, por lo que no puede considerarse
realmente como alternativa a la prisión. Hay cierta desconfianza hacia la multa y muchas personas piensan
que las multas no se pagan. Una tercera consideración, respecto a un grupo de personas que realizan delitos
económicos, es que el problema no es la falta de dinero, sino la complejidad de los mecanismos para
averiguar y confiscar el matrimonio.
Para finalizar es importante no confundir la una de multa con otras cargas económicas que surge como
consecuencia de un proceso penal.
- Inhabilitación: la inhabilitación consiste en la privación o restricción de algún derecho. La filosofía que inspira
este tipo de penas es la incapacitadora, esto es, dificultar que la persona esté en situación de realizar un
delito y por ello deberían aplicar en relación al delito cometido.
El problema de estas penas es que casi nunca están previstas como penas únicas, sino adicionales a la pena
de prisión, pues no se consideran suficientemente severas a pesar de su larga duración. Un segundo
problema es cómo asegurar su efectividad.
Finamente, hay poca discusión criminológica respecto a estas penas a pesar de que pueden ser una
alternativa viable a la prisión para un número diverso de delitos.
- La localización permanente: El Código Penal prevé la localización permanente de manera legal como una
pena privativa de libertad, pues en algunos casos, su cumplimiento puede realizarse los fines de semana en
un centro penitenciario, no obstante, su cumplimiento puede realizarse en el domicilio o algún otro lugar
fijado por el juez con una duración máxima de seis meses. La localización permanente está prevista como

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pena principal en algunos casos en que la pena de multa se considera inapropiada. La localización
permanente está prevista como una pena sustitutoria en el supuesto de que no se pague una multa y el
delito sea leve. Y en los casos en que la pena de prisión deba sustituirse de forma obligatoria por ser inferior
a tres meses.
- El trabajo en beneficio de la comunidad: la pena de trabajos en beneficio de la comunidad presenta varias
ventajas: la persona no está privada de libertad y puede conservar vínculos sociales; la Administración
procura organizar esta pena de forma que el culpado conserve su trabajo si lo tiene, y si no tiene trabajo,
quizás adquiera con los trabajos en beneficio unos hábitos de disciplina horaria, laboral; y simbólicamente la
comunidad obtiene de la persona que ha delinquido algún modo de reparación. En resumen, esta apena se
defiende como una sanción más resocializadora porque permite mantener los contractos con el exterior y
rehabilitadora si el puesto de trabajo asignado guarda relación con el delito.
Los trabajos en beneficio están previstos en el Código Penal, primero como una pena directa para muy pocos
delitos; segundo, como una forma de cumplir la pena de multa en caso de que la persona no posea bienes;
tercero, cuando se sustituye de forma obligatoria una pena de prisión inferior a tres meses; y ultimo, cuando
se suspende una pena de prisión no superior a dos años.
Presenta varios problemas: el legislador prevé esta pena directa para muy pocos delitos; por otro lado, a
nivel judicial no es una pena fácil de aplicar, ya que requiere que la administración de justicia esté cercana al
juez para indicarle de qué plazas dispone. Los jueces a veces se quejan de la ausencia de plazas y en
ocasiones desconfían de que esta pena llegue a cumplirse en efecto

¿La suspensión de la pena y la probation? Primero, el Parlamento indica al juez que puede dictar a prisión a este
delito, luego le permite suspender su ejecución. La justificación es que en los delitos no graves ( criterio de
prevención general) y frente a un autor con un pronóstico de no reincidencia (criterio de prevención especial) se
faculta al juez para que, sobre la base un análisis individualizado, decida caso por caso. Esta regulación implica dos
cuestiones: delega la competencia al juez en vez de ser el Parlamento el que indique claramente que estos delitos
menores no merecen prisión. Consigue que esta institución sea vista como un beneficio, pues si el legislador prevé la
pena de prisión, los jueces consideran que en ocasiones, a pesar de concurrir a las condiciones legales, la persona no
es “merecedora” de ese beneficio.

En el primer delito, el juez acostumbra a suspender la pena de prisión, pero en el segundo delito, el acusado no solo
irá eventualmente a la prisión, sino que además se le sumará la condena del primero.

En los países anglosajones existe la probation que implica que se debe realizar algún tipo de programa o tratamiento,
se tiene supervisión de un delegado, se puede imponer numerosas veces, puesto que es una pena en sí misma y si se
delinque no se va a prisión, sino que el juez vuelve a examinar que tipo de condena debe imponer. Además, el juez
dispone de un informe social (presentece report) en el que constan las circunstancias individuales y sociales de la
persona.

Suspensión de la pena de prisión: la única condición es no delinquir de nuevo durante un determinado plazo, no
acostumbra a existir un informe social que proporciones información individualizada al juez, no hay supervisión de un
delegado de ejecución de penas, solo se puede imponer generalmente a las personas que delinquen por primera vez,
si la persona delinque mientras la pena está suspendida, se revoca eventualmente la suspensión, y la pena que
resurge es la de prisión.

Para conceder la suspensión, el juez debe tomar en cuenta especialmente: la ausencia de una carrera delictiva. Que
la pena o la suma no sean superiores a dos años. Haber satisfecho la responsabilidad civil.

Factores clave para que el juez adopte esta decisión son: el número, gravedad y antigüedad de los antecedentes, si
la persona está en libertad o en prisión preventiva, la opinión del fiscal, si se aprecia drogodependencia, si ha
pagado responsabilidad civil y si tiene abogado propio o de oficio.

- Suspensión ordinaria: la única condición es no delinquir durante el periodo fijado or el juez. Es la forma
tradicional y la más usada en España.

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La suspensión de la pena de prisión es una condena que se inscribe en el Registro Central de Penados y
genera antecedentes penal, y a pesar de que no se impongan exigencias adicionales a no delinquir, es una
pena no desdeñable por el largo periodo de tiempo que la persona está sometida a la amenaza penal y por el
tiempo añadido de vigencia de los antecedentes penales que le puede impedir.
- Suspensión con reglas de conducta: una de las exigencias más impuestas es la obligación de asistir a un
programa formativo. Este requerimiento debe aplicarse siempre si se condena por un delito de violencia de
género y ha empezado también a dictarse en delitos contra la seguridad vial i delitos sexuales de escasa
gravedad.
Las reglas de conducta previstas pueden tener un carácter rehabilitador, de control e incapacitadora. La
supervisión de realiza por los delegados de ejecución de penas de discrecionalidad para decidir en qué casos
solicitan la revocación al juez y en cuales informan favorablemente del cumplimiento de la pena.
- Suspensión especial para personas drogodependientes: el juez penal tiene tres posibles respuestas:
imponer una medida de seguridad privativa o no de libertad y someter a la persona a un tratamiento
ambulatorio o ingresarla en un hospital, centro psiquiátrico o comunidad terapéutica. Aplicar una pena de
prisión con la esperanza de que dentro del centro la persona pueda tratar su drogodependencia y esta no se
agudice. Dictar una pena de prisión y suspenderla si la pena de prisión no es superior a cinco años y la
persona acredita que está deshabituada o sometida a tratamiento.
Es una suspensión más amplia que las anteriores porque puede concederse a personas con diversos
antecedentes, siempre que no sean reos habituales y la pena puede ser de hasta cinco años.
Un problema recurrente es si el juez puede suspender la pena de prisión en la fase de ejecución, a pesar de
que en la sentencia no se ha apreciado la atenuante drogadicción.
En EEUU existen drug courts, juzgados especializados que supervisan el tratamiento, realizan controles de
drogas, y ejercen un seguimiento continuado del penado.

¿Sustitución por expulsión? La presencia de numerosos inmigrantes en España y en los centros penitenciarios motivó
la introducción de la sustitución de la pena de prisión por la explosión. Por un lado, hay personas que opinan que es
un castigo muy benévolo, otros creen que es un castigo severo.

En el supuesto de que el juez opte por la explosión, la persona previsiblemente ira a un centro de internamiento de
extranjeros durante sesenta días, y si en este tiempo no es expulsado, debe ser trasladada a un establecimiento
penitenciario para cumplir la pena. La reforma de la ley permite que el juez no sustituya la pena de prisión por
explosión si esta fuera desproporcionada.

El Código Penal de 2015 dispone que la sustitución de la pena de prisión por la expulsión pueda llevarse a cabo, aun
cuando el ciudadano esté en el país.

¿Justicia juvenil? Hay dos decisiones que tomar legalmente: la primera es a partir de qué edad pensamos que un
menos debe ser responsable penalmente y la segunda es hasta qué edad pensamos que se le puede derivar a un
sistema penal juvenil distinto del sistema de adultos.

La decisión de dar una respuesta diferenciada a los menores de dieciocho años que cometen un delito obedece a un
consenso que favorece la respuesta resocializadora. Ello se debe a que se admite que la persona aún no ha
terminado su proceso de maduración.

En la literatura criminológica son conocidos los siguientes modelos: “modelo tutelar” originario parte de que su
función es la protección del menor; el “modelo educativo” se basa en una respuesta asistencial, no punitiva, y
debido a que se inspira en hacer el bien al menor, se presume que es un modelo benévolo y descuida las garantías
necesarias para imponer una sanción penal; y el “modelo responsabilizador” pretende combinar la orientación
educativa con la conciencia de que se impone una sanción penal.

Las notas distintivas de la LORPM son:

1. Juzgados específicos llamado Juzgados de Menores. Los jueces y magistrados deben ser especialistas.

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2. El distinto rol del ministerio fiscal. El ministerio fiscal realiza la instrucción del procedimiento y rige el
principio de oportunidad. El ministerio fiscal es el que indica qué casos deben pasar al proceso penal y cuáles
pueden ir a mediación o ser sobreseídos.
3. La mediación es posible al inicio del proceso, dejando en suspenso la medida o incluso en el momento de
ejecución de la condena. Hay un gran uso de la mediación entre el joven y la victima; y este acuerdo
mediador no se inscribe en el Registro de Sentencias de Responsabilidad Penal de Menores como condena.
4. El uso obligado del informe social y la presencia de los técnicos en el juicio para asesorar al juez sobre la pena
que imponer.
5. Las medidas no son estrictamente proporcionales, sino que se imponen en función del delito y de las
circunstancias del menor. El principio del “interés superior del menor” es prevalente y el juez debe
considerar fundamentalmente que la medida no resulte perjudicial para el menor.
6. Las penas, llamadas medidas, a la vez educativas y sancionadoras, son distintas de las previstas en el Código
Penal y son más flexibles, ya que el juez puede cambiarlas en cualquier momento. Se prioriza la intervención
en el propio medio del joven, en el medio comunitario, y la más aplicada es la “libertad vigilada”.
7. El legislador compele a los jueces a imponer un mínimo de periodo de internamiento, especialmente para la
franja de dieciséis a dieciocho años en caso de delitos muy graves. Es importante también recordar que en
España cuando el joven tiene veintiún años, pasa a una prisión de adultos, aun cuando el hecho fuera
cometido cuando era menor.
8. En la mayor parte de las comunidades españolas, la inmensa mayoría de los centros de menores ha sido
privatizada
9. El joven tiene derecho a la asistencia letrada. Estos abogados han de ser especialistas en menores.
10. El juez abre una pieza de responsabilidad civil separada. En caso de que el menor no la pueda pagar, esta
pasa a ser responsabilidad subsidiaria de los padres.

¿Medidas de seguridad y libertad vigilada? La imposición de una medida de seguridad es la respuesta que se da
cuando una persona que consideramos aquejada de una grave enfermedad mental comete un delito y es declarara
por el juez “inimputable”. Debido a la influencia de la escuela biológica, a esta persona no se la puede “ castigar con
una pena”, entonces, en el caso de ser declarada inimputable, el juez aplica una eximente completa y la “absuelve”
de una pena, condenándola a una medida de internamiento por el tiempo que hubiera durado la pena de prisión.
Todos los inimputables condenados no acaban en la cárcel porque también hay medidas de seguridad no privativas
de libertad, y en este caso, el seguimiento acostumbra a recaer.

Si la persona es declarada semiimputable, se le impone una medida de seguridad y una pena. Primero debe cumplir
la medida de seguridad y luego la pena. Este sistema de doble vía se conoce con el nombre de “sistema vicarial” y
consiste en imponer una pena, y el tiempo transcurrido en la primera computa a efectos de la pena.

¿Responsabilidad civil? La responsabilidad civil no es legalmente una pena y si la persona no la paga, no se


transforma en responsabilidad personal subsidiaria, sino que se realiza un procedimiento de apremio y se embarga el
sueldo o los bienes que se encuentren, o se dicta una declaración de insolvencia.

Si la persona no tiene medios económicos, ello no se trasforma en una pena privativa de libertad, ya que en caso
contrario habría persona que irían a prisión por no tener dinero con el que hacer frente a la indemnización. Lo que
no es lógico es que en este caso la víctima no cobre, y por ello, en la actualidad diversos Estados disponen de Fondos
Estatales de Compensación, que permiten indemnizar a la víctima de un delito violento, terrorista o de tráfico.

¿Sanciones colaterales de una condena? Las sanciones colaterales de la condena indican que además de la pena
fijada en la condena, la persona sufre otras consecuencias que son “castigos invisibles”.

En estas consecuencias están vinculadas al hecho de que la persona condenada tiene antecedentes penales que se
mantienen en vigor mucho tiempo después de haber finalizado su condena.

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Las sanciones colaterales son muchas veces invisibles para el juez y para el abogado, ya que generalmente ellos
saben la condena que se impone en el proceso penal, pero no siempre conocen el alcance de esta en otros sectores
del ordenamiento jurídico.

Los antecedentes penales perduran mucho tiempo después de haberse cumplido la condena: En España, un máximo
de diez años, y ente sentido son una “doble pena”.

Tema 9: sistemas penitenciarios.


El estudio criminológico de la prisión se centra en dos cuestiones: en qué medida las sociedades actuales recurren a
la pena de prisión y cómo es la vida en el interior de la prisión.

Cuando se impone una pena de prisión, se tiende a defender con argumentos de proporcionalidad y en ocasiones no
se conoce lo que verdaderamente es la pena de prisión que estamos justificando. Describirla como una “privación de
libertad” ni se aproxima a la realidad.

La justicia es la primera virtud que deben perseguir todas las instituciones sociales. También en la prisión deben
respetarse los principios de reconocimiento de derechos y promoción de la igualdad de oportunidades, pues la
persona está privada de libertad pero no del resto de derechos.

Nuestra civilización ha llegado a un grado de desarrollo y sensibilidad por el que no permitimos castigos inhumanos y
degradantes, en consecuencia en la prisión se debe mantener un “estándar de dignidad”. La sociedad debe conocer
no solo las leyes que regulan la prisión, sino cómo es la vida en prisión.

¿Origen y críticas a la prisión? La prisión surgió en Estados Unidos. La creación del Estado moderno implico que el
rey asumiera el poder de castigar el más importarte además de cobrar impuestos. Ello conllevó una prohibición de
los poderes privados de castigar. El poder de castigar fue civilizándose y ello experimentó un gran impulso durante la
Ilustración

Todos estos procesos unidos, con características específicas de cada país y en momentos distintos, conllevaron que
cuando se codificó la ley penal, la pena de prisión ocupó un lugar preeminente en el sistema de penas. Se priva de
libertad y de esta forma se puede prescindir de la pena de muerte y de las penas corporales, pues la pena de prisión
puede ser aplicada de forma igualitaria, se puede dividir y contar el tiempo, el cual empieza a tener un valor en
dinero y además permite la reforma por medio del trabajo, educación y la introspección religiosa.

Los primeros estudios criminológicos cuestionan precisamente la humanidad de esta pena: la prisión quizás destruye
de otra forma la humanidad de las personas. Las primeras críticas llegan de EEUU, país en el que se desarrollan
etnografías en prisión y se exportan los conceptos de “prisonización” y las “penalidades de la prisión”. La conclusión
es que la prisión es una organización que provoca un gran deterioro personal y social de la persona, además conlleva
un estigma que dificulta de reintegración ante los prejuicios sociales.

En definitiva, se percibe que la prisión presenta contradicciones estructurales: para intimidar debería ser una pena
atroz, pero si es una pena atroz, nuestra civilización y nuestras sensibilidades culturales y jurídicas no la admiten,
pues resultaría una pena degradante e inhumana. La prisión debería rehabilitar, pero si se quiere enseñar a la
persona a vivir en sociedad, no es buena idea hacerlo en un lugar en que se la priva de ella.

¿Por qué se castiga con la pena de prisión? Castigamos a quien ha cometido un delito porque es justo hacerlo o
porque es útil hacerlo. Estas dos posiciones se conocen como teorías del merecimiento (just deserts) y teorías
utilitaristas.

- Se castiga porque es justo (para retribuir): la prisión es precisamente la pena proporcional y no lo es otro
tipo de pena. El principio de proporcionalidad solo afirma que al delito más grave le corresponde la pena más
severa, pero no indica cuál debe ser la más severa. El máximo de pena de prisión que admiten los liberales es

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una condena de cinco años. La proporcionalidad de la prisión no puede defenderse solo en base al variable
tiempo, ya que debe valorarse también el tipo de pena.
- Se castiga porque es útil (para prevenir): La prisión se justifica en opinión de esta teoría porque resulta útil
por razones de prevención general, ya que es la pena que más atemoriza. Lo que intimida es ser descubierto
o proceso públicamente o que la prisión solo intimida a quien no ha estado en ella.
Otros afirman que la prisión es la única pena útil para incapacitar. Incapacitar por medio de la prisión a toda
persona que comete un delito conllevaría un sistema penitenciario de unas dimensiones tan inmensas que
toda la sociedad debería trabajar solo para mantenerlo.
Finalmente, otros afirman que la prisión es útil para rehabilitar.
Por último, debe añadirse, en el lado de los costes, que la prisión refuerza la exlusion social. Las personas
experimentan la ruptura con los débiles vínculos sociales que tienen. Haber estado en prisión dificulta la
posibilidad de retomar los vínculos y actividades anteriores porque han adquirido rutinas, porque uno se
siente enojado o deprimido y porque el mundo de fuera ha cambiado.
La prisión de hoy se admite con tres principios limitadores: principio de última – mejor de extrema – ratio,
que supone que enviar a la prisión al menor número de gente y por el menos tiempo posible.
La prisión no debe ser un castigo inhumano y degradante.
El tercer principio es que la prisión debe tener como un fin último promover la integración social de las
personas condenadas.

¿La entrada en prisión? Después de la sentencia, el juez abre la fase de ejecución y si esta no se suspende la pena de
prisión, aquel dicta un mandamiento de prisión que se notifica a la persona o a su abogado y la persona dispone de
unos días para entrar.

Las “entradas voluntarias” permiten elegir el establecimiento penitenciario. Si no se acude de forma voluntaria, se
dicta una orden de “busca y captura” y cuando se es detenido por la policía, esta conduce a la persona al juzgado de
guardia, desde entonces se la deriva al centro penitenciario de su circunscripción. La persona puede pedir su traslado
a la administración penitenciaria.

La entrada en prisión es cuando más riesgo hay de suicidio o autolesión (entry shock). Una vez dentro se entiende
mejor el concepto de institución total, que es aquella en la que todos los detalles de la vida cotidiana están
regulados y cuyas reglas, no comporta cuán nimias ni incomprensibles sean, se deben cumplir; todo lo que se hace es
observado y cualquiera puede advertir una falta en cualquier momento del día, y toda infracción se toma en cuenta
para evaluar el permiso solicitado, por lo que el autocontrol debe ser casi absoluto. Se caracteriza por acoger a dos
grupos de personas, los internos y los encargados. Y en una institución total uno debe adaptarse, ya que a diferencia
de la vida en sociedad, uno no es libre de irse y desconectar.

Sentimientos comunes que se experimentan a la entrada en prisión:

- Miedo: existe un temor frente a los demás, miedo a la propia reacción frente a los demás. La necesidad de
mantener una pose de duro para no ser objeto de abusos o ataques por parte de los otros presos.
- Aburrimiento: la falta de trabajo repercute no solo en las habilidades que se dejan de aprender, sino en la
falta de dinero, que en ocasiones se necesita para vivir un poco mejor dentro de la cárcel o para enviar fuera
a la familia.
- Falta de autonomía: todo está regulado, hasta a qué hora se puede o no se puede hacerse. Finalmente, ello
produce una falta de responsabilidad, un automatismo, pues es poco lo que se puede decidir por uno mismo
y todo viene dado.
- Sensación de agravio: agravio por la causa penal y por la dureza de la pena, y por las noticias que llegan del
exterior y que llevan a la convicción de que acabar dentro de la prisión o no salir en tercer grado es hasta
cierto punto aleatorio. Y sensación de impotencia por desconfiar finalmente de que sirva de algo recurrir a
alguna autoridad.
- Incomprensión: muchos presos no entienden sus causas, nada saben de si tendrán o no “papeles” cuando
salgan, desconocen los motivos por los que se les deniega un programa, un permiso, una progresión de
grado, y todo ello produce angustia e incomprensión.

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- Soledad y ruptura de relaciones: las visitas están limitadas y la prisión acostumbra a estar lejos de los
centros urbanos.

¿Clasificación en grado? Una vez dentro del establecimiento, lo más importante es la clasificación en grado, pues en
función del mismo se tiene un régimen de vida u otro en el interior de la cárcel y la posibilidad de acceder a permisos
de salida.

El primer grado es el encierro de una persona en condiciones totalmente solitarias de veintiuna horas diarias. Se
debe producir solo en casos excepcionales, o bien por extrema peligrosidad de la persona, o por inadaptación al
régimen penitenciario ordinario. Se caracteriza por un mayor aislamiento: la persona está sola en una celda, no tiene
ningún contacto con otro preso o personal, la comida se le sirve a través de una reja, cuando sale al patio está solo,
no realiza actividades, las visitas están restringidas y no goza de permisos de salida al exterior. Mayor grado de
control sobre el interno, y el registro de la celda y el cacheo son diarios

El segundo grado es el más habitual y se denomina “régimen ordinario”. Este viene caracterizado porque la persona
está en una celda sola durante todo el día o por la noche.

Durante el día debes estar en espacios comunes realizando alguna actividad; estas pueden ser educativas; destinos o
productivas. Tienen mayor nivel de apertura al exterior que el primero y permite recibir más visitas. También está
prevista en la Ley General Penitenciaria la posibilidad, cuando ya se ha cumplido una cuarta parte de la condena, de
solicitar un permiso de salida, que puede llegar a treinta y seis días al año.

El tercer grado se denomina régimen abierto y se puede cumplir en la propia prisión o en un centro abierto en la
ciudad, pues este último caso se está trabajando y solo se vuelve a la prisión por la noche. Advertir también que en
este último caso puede haber control electrónico que permite no acudir a dormir al centro abierto penitenciario.

Hay algunas cuestiones adicionales que tener en cuenta respecto a la clasificación en grado:

El sistema de clasificación en grado se denomina progresivo y no es rígido ya que no requiere pasar por los distintos
grados, ni automatico, pues la clasificación se realiza en baso a un juicio individualizado.

Puede haber personas clasificadas directamente en tercer grado, sin embargo, hay corrientes de opinión que lo
critican porque “vacía” la condena.

La ley Orgánica General Penitenciaria (LOGP) permite situaciones intermedias de acuerdo al principio de flexibilidad

¿La vida en prisión? La vida en el interior de la prisión viene determinada también por la clasificación interior, por el
módulo en el que se ubica al preso. Un módulo puede albergar aproximadamente entre cien y doscientas personas.

Clasificar en módulos a mil personas, organizar las rutinas y actividades diarias, garantizar el ejercicio de los derechos
de los presos, mantener el orden, evitar actos violentos, garantizar los derechos de los trabajadores del centro, todo
ello requiere de una compleja organización que comparte aspectos comunes con la organización de la sociedad.

Se mantiene el orden en prisión mediante castigos. Sin duda, hay un sistema de sanciones administrativas dentro de
la prisión, no obstante, no puede funcionar solo en base a sanciones, se necesita una cierta cooperación por parte de
las personas.

Si obedecen, se les conceden ciertos beneficios y privilegios que las leyes penitenciarias permiten en el ámbito de la
discrecionalidad de cada prisión y que les pueden ser retirados en cualquier momento. Debe haber un cierto grado
de legitimidad de las normas y del personal que pretende imponerlas. Para conseguir la obediencia son más
importantes también en prisión los motivos normativos que los instrumentales.

En toda organización social se produce una estratificación en función de diversos factores, de forma que tal que unos
grupos tienen más poder que otros. Los funcionarios detentan el poder en las prisiones, pero no constituyen una
categoría homogénea, y además su poder está limitado por arriba.

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Los presos poseen un cierto poder, aun cuando ciertamente la disparidad en una prisión es enorme. Ello no implica
que sea un poder absoluto, ni que sea un poder ilegal, ni que sea un poder basado en la fuerza física, pero “el uso
inapropiado del poder blando puede tener unas consecuencias igualmente devastadoras”.

Se estudia cuál es el rol de los valores culturales en prisión. Los valores culturales unen a los colectivos, motivan a
actuar en uno u otro sentido, generan expectativas de que actuamos de acuerdo a ellos y contribuyen a mantener el
orden social dentro de la prisión. La adopción de este código carcelario conlleva el efecto de la “prisonización” y
puede dificultar la posterior reintegración del preso a la sociedad.

¿La salida de la prisión? Además de “salidas programadas”, salidas para formación profesional, salidas para
trabajar, o salidas para un tratamiento de drogas, la institución más importante para los presos es el permiso. En el
primer grado no hay permisos, en el segundo grado hay hasta treinta y seis días, y hasta cuarenta y ocho días y fines
de semana en el tercero, y pueden legalmente solicitarse una vez cumplida la cuarta parte de la condena.

Su concesión es discrecional, pero en la práctica se otorgan una vez se ha cumplido la mitad de la condena y
dependen de una serie de criterios.

Una segunda posibilidad de salir al exterior y volver al centro penitenciario solo a dormir depende de ser clasificado
en tercer grado.

Por último, un aspecto clave en el régimen abierto es conseguir un adecuado compromiso entre el control que debe
ejercerse y la supervisión en forma de ayuda para que la persona mantenga el trabajo, no consuma drogas ilegales y
no realice ninguna actividad delictiva. Esta supervisión es importante para entender por qué además de progresión
hay regresión, la cual acostumbra a suceder por la comisión de una infracción penal, el incumplimiento de alguna de
las condiciones de supervisión, el consumo de drogas, el retraso o no retorno al centro, o el impago de la
responsabilidad civil.

Una vez clasificado en el tercer grado, se puede conceder la libertad condicional, y si bien se está aún cumpliendo la
pena, ya no se debe acudir al centro penitenciario. La libertad condicional conlleva la obligación de no delinquir y
además pueden imponerse reglas de conducta.

¿El personal de la prisión? Cuando hablamos de “funcionarios”, normalmente pensamos en el uniformado (los
guardias), sin embargo, la vida del preso también está influida por el educador, el trabajador social, el psicólogo y el
jurista.

Las relaciones con los presos son la base de la seguridad dinámica indispensable para mantener el orden en prisión
además de la seguridad estática. Los guardias están también en prisión y pasan muchas horas de pie en el módulo
conviviendo con los presos.

Se enfatiza que el funcionario puede hacer de modelo social (rol model) para la persona presa y transformar así al
guardia de custodia en un “funcionamiento educador”. El hecho de que el guardia se implique en tareas educativas
es una fuente de satisfacción también para él.

Se sostiene que la calidad de vida en las prisiones depende de las condiciones materiales y especialmente de la
calidad de las relaciones que los funcionarios consiguen establecer con los presos.

Las subculturas surgen como respuesta a los problemas presentados por la estructura y los funcionarios no son una
excepción.

Los estudios de la prisión detectan una subcultura de los guardias que se caracteriza por: realzar la división del
mundo en dos bloques morales, entre ellos y nosotros. Su carácter autoritario, el hecho de que se considere que
“los presos tienen su merecido y son todos unos manipuladores”. La desconfianza, la sensación de no ser queridos
por la sociedad.

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Además de la subcultura también ha sido objeto de estudio cómo los funcionarios ejercer la autoridad. A pesar de
que en la prisión existan reglas, o precisamente porque existen muchas reglas, la discrecionalidad no se elimina.
Siempre hay una regla que puede invocarse.

El segundo grupo del personal en prisión es el “personal de tratamiento”. Está compuesto por educadores,
psicólogos, trabajadores sociales y juristas, quienes además de un trabajo individual con los presos, se reúnen y
toman decisiones respecto de cambios de módulo, traslados de prisión, salidas, permisos, clasificaciones en grado y
solicitud de libertad condicional en la Junta de Tratamiento.

Además de los guardias y del equipo de tratamiento, el funcionamiento de una prisión está influido por la figura del
director. Llevar una prisión implica asegurar que los presos puedan ejercer todos los derechos de los que no están
privados y supone además gestionar una organización humana.

¿Supervisión de la prisión? La supervisión implica dar cuenta de las acciones y decisiones adoptadas por la
administración penitenciaria, y evaluar en función de unos parámetros preestablecidos en textos en textos
internacionales y leyes nacionales.

Hay distintos tipos de supervisión:

- Inspecciones de una entidad externa lleva a cabo de manera sistematica por medio de visitas a la prisión.
Esta entidad tiene libre acceso a todos los espacios, a todas las personas y a todos los documentos del centro
penitenciarios.
- Supervisión judicial: la existencia de un juez cuya función específica es supervisar el cumplimiento de la
legislación penitenciaria
- Acreditación: se trata de una modalidad de inspección dentro de la lógica de un sistema de prisiones
privadas, en el cual se requiere la acreditación para optar a un concurso público en el sistema correccional.

Principios consensuados en nuestro momento social y que deben regir en la prisión:

1. Toda prisión debe ser usada lo mínimo. Hay otros castigos y otras formas de resolver problemas sociales.
2. Las personas que están en prisión tienen derechos humanos porque son personas. Se les priva de libertad,
pero el resto de derechos no pueden ser afectados.
3. Las condiciones de vida en prisión deben ser lo más semejantes a las del exterior.
4. La reintegración es el objetivo último de la prisión, ya que si bien la pena tiene otras finalidades adicionales,
la de la administración de la prisión es la de reintegrar a las personas una vez cumplan su condena
5. La prisión debe ser lo más transparente posible
6. El personal de la prisión se encarga de la seguridad, de evitar fugas y altercados en el interior.
7. Las prisiones deben ser inspeccionadas por el Gobierno y por los organismos independientes.
8. La prisión no puede discriminar a los presos y se debe estar atento a las necesidades de colectivos
específicos.

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