Está en la página 1de 20

APUNTES DE FILOSOFÍA DEL DERECHO

La filosofía del derecho es una rama de la filosofía que estudia los fundamentos
filosóficos del derecho como orden normativo e institucional de la conducta humana en
sociedad. Parte de la filosofía que, basándose en el método del conocimiento que
proporciona el materialismo dialéctico y apoyándose en las leyes, regularidades y
categorías de que arma el materialismo histórico, trata de aclarar las regularidades y leyes
del devenir histórico del fenómeno político – social que es el Derecho, busca poner de
manifiesto las últimas razones de su evolución, a partir de descubrir su esencia compleja y
multifacética, e intenta encontrar las regularidades del Derecho dentro de sus múltiples y
cambiantes expresiones, de tal modo, la Filosofía del Derecho marxista se apoya en las
conclusiones de la filosofía materialista avanzada, en los aportes de la dialéctica en
general y de las leyes del desarrollo histórico. Es una disciplina cuyo objeto de
conocimiento fundamental es el conocimiento de lo jurídico. El conocimiento que se
adquiere con base en la filosofía del derecho, es en sí mismo, conocimiento jurídico, pero
no como representación de las instituciones jurídicas, sino como plano problemático sobre
cómo el derecho puede ser entendido.
Generalidades
La Filosofía del derecho es aquella rama de la filosofía que concierne al Derecho. Ahora
bien, Filosofía es el estudio de lo universal, luego en cuanto la Filosofía tiene por objeto el
Derecho, lo toma en sus aspectos universales.
Puede definirse también la Filosofía en general como el estudio de los primeros principios,
porque a estos, precisamente, corresponde el carácter de universalidad. Los primeros
principios pueden referirse ya al ser y al conocer, ya al obrar; de aquí la división de la
Filosofía en practica y teorética. La Filosofía teorética estudia los primeros principios del
ser y del conocer, y se divide a su vez en las siguientes ramas: ontología o metafísica (que
comprende también la Filosofía de la religión), gnoseología o teoría del conocimiento,
lógica, psicología, filosofía de la estética. La Filosofía práctica estudia los primeros
principios del obrar y se divide en Filosofía moral y Filosofía del Derecho.
A menudo se adopta también para la denominarla la palabra ética: mas conviene advertir
que a veces se entiende esta denominación en sentido lato, en cuyo caso es sinónima de
Filosofía practica; y a veces en sentido estricto, en cuyo caso es sinónima de filosofía
moral. El estudio del derecho en sus ingredientes universales constituye el objeto de la
filosofía jurídica. Pero el Derecho puede ser estudiado en sus aspectos particulares: en
este caso es el objeto de la ciencia jurídica o jurisprudencia en sentido estricto. La
diferencia entre ciencia y filosofía del derecho radica cabalmente en el respectivo modo
como una y otra consideran al Derecho: la primera en particular, la segunda en universal.
En todo tiempo y en todos los pueblos se da un sistema positivo de derecho. Se da así una
serie múltiple de sistemas, a tenor de los diversos pueblos y tiempos.
La ciencia del Derecho tiene por objeto los sistemas particulares considerados
singularmente para cada pueblo en una época determinada. Pero además, una ciencia
jurídica no suele comprender propiamente todo un sistema, sino que procede con
ulteriores especificaciones y distinciones, considerando una parte singular del sistema en
cuestión (derecho publico o derecho privado). Pero estas divisiones no han de entenderse
de modo absoluto, siendo numerosas las conexiones e interferencias entre las distintas
ramas, y no excluyéndose la creación de otras nuevas.
Claro esta que ninguna ciencia jurídica en sentido estricto puede explicar que sea derecho
en universal, sino únicamente lo que es el derecho (o una parte del derecho) en un cierto
determinado tiempo. La definición del derecho in genere es una investigación que
trasciende de la competencia de todas y cada una de las ciencias jurídicas particulares: y
constituye precisamente el primer tema de la Filosofía del Derecho. Como lo dijo con gran
justeza Y. Kant, las ciencias jurídicas no responden a la cuestión "quid jus?" (que es lo que
debe entenderse in genere por derecho), sino únicamente a la pregunta "quid juris?" (que
ha sido establecido como derecho por un cierto sistema).
Si se quiere conocer el derecho en su integridad lógica, esto es, saber cales son los
elementos esenciales comunes a todos los sistemas jurídicos, debemos forzosamente
superar las particularidades de estos sistemas y mirar al concepto universal del derecho.
Existe una fuerte tradición, que ha venido identificando la norma jurídica con el Derecho
objetivo. Modernamente, por influjo de la doctrina italiana, se ha puesto de manifiesto que
el Derecho no está integrado solamente por normas, sino que a su existencia y realización
coadyuvan otros elementos (organización), que, sin identificarse con la norma, ayudan a
su producción, aplicación y garantía misma. Y, de otro lado, que existen contenidos
normativos que no se identifican con el Derecho, aunque reciban de él su eficacia
(disposiciones autónomas).
Con el carácter de jurídicas, y por su contraposición al mundo físico y a sus leyes
distinguimos aquellas otras dirigidas a regular la ordenación social, que llevan insita en su
peculiaridad la posibilidad de ser incumplidas y que, referidas al plano del deber ser, por
significar un deseo de perfeccionamiento, denominados normas. Esas normas no son de
un solo tipo, pudiendo separar, convencionalmente, aquellas normas que regulan la
actuación de los miembros sociales, estableciendo modos de conducta cuya infracción no
provoca otra cosa que el reproche, y aquellas otras dirigidas a prevenir y regular conflictos
de intereses entre los hombres.
Objetivo de la Filosofía del Derecho y sus relación con la Teoría del Estado y el
Derecho
El contenido de la filosofía del derecho en un sentido amplio trata de aglutinar el estudio
filosófico no ya sólo de la norma jurídica positiva, sino de todas las corrientes de
pensamiento que sirven de fundamento al propio derecho, entendido éste como el orden
normativo e institucional de la sociedad. Sus campos de estudio se pueden dividir en:

 El estudio del derecho como fenómeno y como ciencia, y de la norma jurídico-


positiva en general (teoría del derecho). Como teoría crítica y como filosofía de la
experiencia jurídica, la Filosofía del derecho debate y cuestiona los fines que persigue
el derecho, las funciones sociales que efectivamente cumple y los principios morales
que la inspiran.1 Trata pues de las cuestiones filosóficas planteadas por el hecho
jurídico, por la existencia y la práctica de las normas.2
 Relacionado con lo anterior, la epistemología, lógica y argumentación jurídicas.
 Historia de la filosofía del derecho, iusnaturalismo y teorías de la justicia; las
corrientes históricas de pensamiento filosófico jurídico-político que tratan de reflexionar
acerca de diversos elementos jurídicos como el estado, la ley, el gobierno, la justicia,
la propiedad, los derechos y la aplicación de un código legal por la autoridad; qué son,
por qué o incluso si son necesarios, qué hace a un gobierno legítimo, qué derechos y
libertades debe proteger y por qué, qué forma debe adoptar y por qué, qué
obligaciones tienen los ciudadanos para con un gobierno legítimo (si acaso alguna), y
cuándo pueden derrocarlo legítimamente (si alguna vez). En definitiva, el estudio del
pensamiento humano acerca de conceptos jurídicos y políticos.
 Para algunos autores, la Filosofía del Derecho se vuelve a la comprensión del
concepto de justicia.
 El fundamento filosófico de los derechos humanos.
 La relación del derecho con la sociología, la antropología, la psicología, la moral,
etc.

Salvo algunas formulaciones idealistas, la filosofía pretendió, en sus inicios, ofrecer la


explicación de todos los fenómenos de la naturaleza, la sociedad y el pensamiento
humano, y fue contusionando de manera progresiva, con los trabajos y los datos de las
ciencias particulares que iban obteniendo conclusiones sobre las distintas esferas de
fenómenos de que se ocupa cada una.
Esta situación condujo a que en el siglo XIX la Escuela Alemana intentara hallar un
espacio singular y exclusivo al quehacer filosófico, con lo que redujo la filosofía a su
contenido gnoseológico y planteó, lo que Engels calificó como el problema principal de la
filosofía, la relación pensar – ser.
La Filosofía del Derecho no sólo puede y debe existir, como medición y especulación
concreta sobre el fenómeno derecho asumido en su universalidad, sino que esa medición
únicamente puede hacerse de manera acertada a partir de la adopción de una visión y una
concepción filosófica general, en la cual, debe plantearse y resolverse de forma
conveniente el problema principal de la filosofía, la relación pensar – ser.
La Filosofía del Derecho constituye una esfera especulativa concreta, que trata de elucidar
las leyes y regularidades del fenómeno jurídico entendido en su dimensión más general y
abstracta. Los datos y las conclusiones de las ciencias jurídicas sectoriales enriquecen y
confirman a su vez los resultados de la Filosofía del Derecho. Con esos puntos de vistas,
la Filosofía del Derecho no es concebida como una nueva especulación, como una visión
primigenia de la vida social. Al mismo modo, no aspira a erigirse en ciencia de las ciencias
jurídicas, a la manera cartesiana de entender la filosofía.
Relación entre Teoría del Estado y el Derecho y la Filosofía del Derecho
Esta relación se da cuando se hace una correcta Teoría del derecho, se piensa
filosóficamente sobre este fenómeno social. Cuando se piensa filosóficamente sobre el
Derecho, se teoriza sobre el mismo. Las relaciones entre una y otra no puede encontrarse
en el objeto de estudio, que es el mismo, ni tan siquiera en las pretensiones científicas,
que muchas veces coinciden. La relación entre ambas indagaciones es la que existe entre
la búsqueda de lo general y lo particular.
La Filosofía del Derecho, que constituye una indagación filosófica particular en relación
con la filosofía general, se torna indagación general sobre el derecho en relación con
la Teoría del Estado y del Derecho. Ambas entonces se complementan y alimentan de
manera recíproca. La Filosofía del Derecho tiene una enorme importancia práctica, pues
las ciencias jurídicas sectoriales carecerían de respuestas globales para iniciar sus
conclusiones y no tendrían el arsenal gnoseológico adecuado para avanzar en las mismas,
de no estar pertrechados con una correcta filosofía jurídica.
Historia de la filosofía del derecho
La Filosofía del Derecho, como disciplina autónoma, aparece tardíamente, en el siglo XVII,
de la mano de pensadores adscritos al pensamiento racionalista (Grocio, Pufendorf, etc.),
que son los primeros que propiamente pueden llamarse «filósofos del Derecho», ahora
bien, esto no quiere decir que no se venga filosofando ya desde hace muchos siglos en
torno al Derecho. Puede, incluso, afirmarse que esa reflexión fue muy temprana,
encontrándose ya desde los primeros atisbos de la filosofía, comienzos que han de
considerarse unidos a la iniciación del pensamiento filosófico. Ese momento inaugural lo
referimos a Grecia en los comienzos del siglo VI a. de C.
El hombre, dio, en un principio a las inquietantes preguntas de por qué suceden las cosas,
una respuesta teológica, las mitologías de los pueblos antiguos acallan las inquietudes y
ofrecen a la mentalidad humana la explicación que requiere.
Pero llega un momento en que los hombres intuyen la posibilidad de buscar la explicación
no en una solución sobrenatural, sino natural, no apelando al mito, sino al lógos, a la
razón, no obstante, en los primeros filósofos pesan aún las consideraciones religiosas, así
en Grecia, como en toda cultura, la primera filosofía consiste en la racionalización del
dogma religioso, en la secularización de lo teológico, sin que se prescinda de este
elemento de un modo repentino, sino de la manera paulatina como aconteció hace
veintiséis siglos.
Entonces aparece la primera generación de filósofos, llamados presocráticos,
denominación que no tiene más valor que el cronológico de señalar que son anteriores a
Sócrates.
Cuestiones de la filosofía del Derecho
 Epistemología jurídica: entra en la reflexión sobre el conocimiento del derecho.
Se trata de dilucidar si este conocimiento es posible, qué forma o estructura ha de
tener, cuáles son sus maneras de presentarse en las sociedades, etcétera. Ver
también teoría del Derecho.
 Ontología jurídica: habla de fijar el ser del derecho, es decir, cuál será el objeto
sobre el que se va a filosofar; este objeto es anterior al conocimiento que se le
aplica, es decir, tiene una realidad propia antes de ser estudiado. La ontología
jurídica obtendrá un concepto del derecho que servirá como base para una
reflexión filosófica posterior.
 Axiología jurídica: trata el problema de los valores jurídicos, es decir, dilucida
sobre cuáles sean los valores que harán correcto un modelo de derecho o que
primarán a la hora de elaborar o aplicar el derecho. Así, en los ordenamientos
europeos no existe la pena de muerte; el valor consistente en que "el Estado no
mate" es fundamental. De todos los valores del derecho, el más importante es el
de "justicia"; tiene tanta importancia que algunos autores designan a la axiología
jurídica como teoría de la justicia. Otro valor de gran alcance es la "seguridad
jurídica".
 Filosofía jurídica existencial: tiene su razón de ser en el marco de la
antropología, es decir, trata de poner de relieve la relación entre el hombre y la
realidad jurídica; no podemos prescindir del hombre en la realización del derecho
porque la humanidad es la que crea y aplica el derecho, aún más, crea y aplica a sí
misma el derecho.

La teoría del derecho


Junto con el derecho natural, la parte más importante de la filosofía del derecho lo ha
constituido el estudio de la norma jurídica desde el punto de vista positivo (iuspositivismo).

La teoría del derecho como concepto histórico


La filosofía del derecho aparece, con este preciso nombre, a finales del siglo XVIII e inicios
del XIX. Hasta entonces, la reflexión de carácter filosófico sobre el fenómeno jurídico se
había enmarcado dentro de la tradición de la Filosofía política del derecho natural, bien de
corte escolástico o racionalista. Al lado de las leyes positivas, el derecho natural se
presentaba como un orden válido por sí mismo, evidente, e invariable, que constituía la
regla última de toda comunidad humana. El derecho natural no es obra de los seres
humanos, y no es producto de la historia.3
Frente a esta concepción, las corrientes iuspositivistas consideran a los ordenamientos
jurídicos como creaciones humanas que se desarrollan y cambian en el tiempo histórico. El
derecho es siempre un sistema normativo, coactivo e institucional efectivamente válido y
vigente en un grupo social determinado. No es un orden lógico y racional, surgido de la
naturaleza, sino un conjunto de normas de conducta elaborado artificialmente como
respuesta a los conflictos y a las necesidades de una comunidad específica en un
momento histórico.4
De este modo, durante la segunda mitad del siglo XVIII el concepto «derecho natural» va
perdiendo su primacía y comienzan a aparecer numerosas obras en que la reflexión
teórica sobre las instituciones jurídicas se reviste de otra terminología. En
1797 Kant emplea la expresión «teoría del derecho»; en 1798 Gustav Hugo utiliza
«filosofía del derecho positivo»; en 1803 Jakob Friedrich Fries emplea «teoría filosófica del
derecho», y el término «filosofía del derecho» es empleado desde 1800 en adelante por
autores como W. T. Krug, Chr. Weiss o Karl Christian Friedrich Krause.4 En
1821 Hegel publicó en Berlín sus Principios de la filosofía del derecho, que adquieren una
resonancia decisiva.5

Las grandes cuestiones de la teoría del derecho


 Ontología jurídica: habla de fijar el ser del derecho, es decir, cuál será el objeto
sobre el que se va a filosofar; este objeto es anterior al conocimiento que se le aplica,
es decir, tiene una realidad propia antes de ser estudiado. La ontología jurídica
obtendrá un concepto del derecho que servirá como base para una reflexión filosófica
posterior.
 Axiología jurídica: trata el problema de los valores jurídicos, es decir, dilucida sobre
cuáles sean los valores que harán correcto un modelo de derecho o que primarán a la
hora de elaborar o aplicar el derecho. Así, en los ordenamientos europeos no existe la
pena de muerte; el valor consistente en que «el Estado no mate» es fundamental. De
todos los valores del derecho, el más importante es el de «justicia»; tiene tanta
importancia que algunos autores designan a la axiología jurídica como teoría de la
justicia. Otro valor de gran alcance es la «seguridad jurídica».
 Filosofía jurídica existencial: tiene su razón de ser en el marco de la antropología,
es decir, trata de poner de relieve la relación entre el hombre y la realidad jurídica; no
podemos prescindir del hombre en la realización del derecho porque la humanidad es
la que crea y aplica el derecho, aún más, crea y aplica a sí misma el derecho.

Epistemología y lógica jurídica


La epistemología jurídica (o teoría de la ciencia jurídica) estudia los métodos y los
procedimientos intelectuales que los juristas emplean para identificar, interpretar, integrar,
y aplicar las normas jurídicas. También se ocupa del estudio sistemático de
la argumentación jurídica. La disciplina central es, en este terreno, la dogmática jurídica,
que toma como punto de partida el dogma de la «racionalidad del legislador» y se ocupa
de la descripción de un sistema jurídico positivo entendido como un conjunto de normas,
sin ponerlas en discusión, presentándolas como un orden lógico, coherente y completo,
integrando sus lagunas y resolviendo sus antinomias. La dogmática es la disciplina que
caracteriza la mayor parte de los estudios impartidos en las facultades de derecho.
La discusión sobre si este saber jurídico tiene o no carácter científico es muy larga. La
crítica más célebre contra la ciencia del derecho fue expuesta por Kirchmann en una
conferencia de 1847: «tres palabras del legislador convierten bibliotecas enteras en
basura». Algunos autores (como A. Calsamiglia) se inclinan por considerar que lo que
usualmente se denomina ciencia jurídica es, con más propiedad, una técnica social.
La ciencia jurídica moderna tiene su origen en el siglo XV. De forma paralela en el tiempo
se van desarrollando: en las Islas Británicas, la Escuela Analítica de Jurisprudencia; en
Francia, la Escuela de la Exégesis, y en Alemania, la Escuela Histórica del derecho
(Friedrich Karl von Savigny) y la Jurisprudencia de Conceptos (Ihering).
Un modelo de ciencia jurídica que conserva gran parte de su validez es el propuesto por
John Austin, discípulo de Jeremy Bentham. Para él, la ciencia general del derecho se
clasifica en dos grandes áreas:

 La ciencia de la legislación se ocupa de cómo debe ser el derecho; es normativa,


ya que trata de encontrar las normas adecuadas para regular el comportamiento
social, y es objeto de la atención de políticos y filósofos.
 La jurisprudencia (o dogmática jurídica) se ocupa de describir el derecho positivo,
bien un sector o rama de un derecho nacional (jurisprudencia particular), bien los
principios y conceptos comunes a todos los sistemas jurídicos (jurisprudencia general,
o teoría general del derecho); es descriptiva y neutral, y es el objeto propio del estudio
de los juristas.
IUSNATURALISMO
El derecho natural es una doctrina ética y jurídica que postula la existencia de derechos
humanos fundados o determinados en la naturaleza humana. Propugna la existencia de un
conjunto de derechos universales, anteriores, superiores e independientes al derecho
positivo y al derecho consuetudinario.
También se denomina derecho natural a una de las fuentes del derecho o de
la justicia junto a la costumbre y el derecho positivo o escrito. No debe confundirse con
el iusnaturalismo, un conjunto de pensadores o de escuelas de pensamiento que se
inspiran en el derecho natural; el derecho natural se refiere a un conjunto de normas o
preceptos que nacen de la misma naturaleza o conciencia humana.
Bajo el término «iusnaturalista» se agrupa a un conjunto de teorías sobre el derecho y
la justicia que difieren en métodos y formas de fundamentación, pero que coinciden en
sostener que existen ciertos mandatos o principios que por definición pertenecen
al derecho, de modo que si el derecho positivo no los consagra y sanciona no es
verdadero derecho. Dicho de otro modo, las teorías iusnaturalistas o «jusnaturalistas»
afirman que la legitimidad de las leyes positivas, que son el conjunto de normas
efectivamente vigentes en un Estado, dependen en último término de su concordancia con
el derecho natural. En definición de Johannes Messner, "el derecho natural es orden de la
existencia" (Naturrecht ist Existenzordnung)1 Para Messner, el derecho natural contiene
principios específicos y negar esto implica entrar en contradicción con la conciencia
humana.
Para el iusnaturalismo, la validez de la ley depende también de su justicia (o corrección
material) y por eso la tesis principal del iusnaturalismo se puede resumir en la expresión
de Gustav Radbruch: "La ley extremadamente injusta no es verdadera ley". Experimentos
recientes demuestran además que el sentido de la justicia está ingénito en la especie
humana y es igual en todos los seres que la forman, ya incluso cuando apenas tienen
quince meses.2
En la literatura aparece ya la antinomia entre autoridad humana (el νόμος o nόmos) y las
«leyes no escritas» que provienen de la voluntad divina (los ἄγραπτα νόμιμα o ágrapta
nόmima) en la tragedia Antígona de Sófocles, en cuyos versos se apoyan aquellos que
defienden la existencia de un derecho absolutamente válido superior y anterior a las leyes
humanas. Asimismo, la invocación al derecho natural sirvió a los juristas estadounidenses
del siglo XVIII para proclamar y autentificar la independencia de su país respecto a Gran
Bretaña alegando su derecho de resistencia a la opresión, "consecuencia de todos los
demás derechos" que acogen también las constituciones francesas de 1789 y 1793.
La filosofía del derecho de Radbruch deriva del neokantismo, que postulaba que hay una
ruptura entre ser (Sein) y deber ser (Sollen), o entre hechos y valores. Asimismo, existe
una divisoria tajante entre las ciencias explicativas, causales, como las ciencias de la
naturaleza, y las ciencias interpretativas o comprehensivas ("ciencias del espíritu"). La
ciencia del derecho se situaría, para Radbruch, entre las ciencias del espíritu, pues no se
limita a describir una realidad, sino que aspira a comprender un fenómeno cargado de
valor (el derecho). La ciencia jurídica se distingue así tanto de la sociología del
derecho como de la filosofía del derecho.
El núcleo de la filosofía del derecho de Radbruch consiste en la separación entre derecho
positivo y la idea del derecho. La idea del derecho se define mediante la tríada constituida
por: justicia, utilidad y seguridad. La fórmula de Radbruch se fundamenta en esta tríada.
Radbruch asumió durante la mayor parte de su vida una postura racionalista y relativista,
definiendo el relativismo como "el supuesto ideológico de la democracia".3 Ninguna
ideología es demostrable ni refutable, y todas merecen similar respeto. Sin embargo,
después de 1945 Radbruch experimenta una evolución en sus posiciones teóricas, como
consecuencia de la caída del régimen nazi, el desvelamiento de sus crímenes y la
necesidad de juzgar a los responsables de estos. Admite entonces la posibilidad de un
"derecho supralegal" o "naturaleza de las cosas" que se impone sobre las leyes
abiertamente injustas y arbitrarias. Algunos autores, como Lon Fuller, interpretan esto
como un cambio de postura desde el positivismo al iusnaturalismo; otros, como Erik Wolf,
han defendido la esencial continuidad del pensamiento de Radbruch.4
Como testigo destacado de su época, al analizar el sistema jurídico nacionalsocialista,
Gustav Radbruch constata un hecho incuestionable: el legislador puede hacer leyes
extremadamente injustas. Y como consecuencia de lo anterior este autor postula la
existencia de un derecho "supralegal" que es límite al derecho del Estado. Tal derecho
supralegal se comporta como un índice o parámetro de la validez material de las normas
nacionales y se opone abiertamente a la relatividad absoluta de la justicia. Pero, para
Radbruch, no cualquier injusticia invalida una norma positiva, sólo la injusticia extrema: "La
ley extremadamente injusta no es verdadera ley".
Una consecuencia que habitualmente se extrae de algunas posiciones iusnaturalistas,
particularmente la tomista y la lockeana, es la siguiente: "Sería legítimo resistirse a la
autoridad cuando se intenta imponer el cumplimiento de una ley que no es compatible con
la ley natural".

Tesis
La tesis principal del iusnaturalismo puede resumirse del siguiente modo:

 Existen ciertos principios en relación con el bien o el mal de carácter universal:


leyes naturales o derechos naturales, que actúan como marco supralegal.
 El contenido de dichos principios es cognoscible por el hombre mediante la razón.
 El derecho descansa en la moral (moral, del gen. latín mōris, costumbre, y de ahí
mōrālis, lo relativo a los usos y las costumbres).
 Si estos principios no son recogidos o sancionados por el ordenamiento jurídico
positivo, este último no puede considerarse un verdadero ordenamiento jurídico.
Este último punto, no obstante, no es tratado de manera uniforme por todos los autores
iusnaturalistas. Obviamente, para algunos autores no cualquier omisión o contravención de
los principios morales incorporados al derecho acarrea la invalidez del ordenamiento
jurídico positivo.
Por su parte, Robert Alexy explica que puede entenderse que la aplicación de la llamada
"fórmula de Radbruch" ("la ley extremadamente injusta no es verdadera ley") puede
entenderse de dos maneras, que corresponden a lo que él llama la "tesis de la irradiación"
y la "tesis del derrumbe", respectivamente.
Así, de acuerdo a la primera, la extrema injusticia de ciertas normas fundamentales del
ordenamiento jurídico acarrearían por vía de contagio la invalidez de la totalidad del
ordenamiento jurídico.
De acuerdo a la segunda tesis, la "tesis del derrumbe", la fórmula debe aplicarse a normas
jurídicas particulares, de suerte que el único modo en que un ordenamiento jurídico
positivo pudiera ser considerado inválido en su totalidad tendría lugar porque en él hubiese
muchas normas particulares extremadamente injustas, de modo que la eliminación de
todas y cada una de ellas dejaría al ordenamiento jurídico sin normas suficientes para
poder regular las relaciones sociales. Alexy afirma que debe desecharse la primera tesis,
la "tesis de la irradiación", en consideración a la certeza jurídica. En consecuencia, sólo
admite la segunda forma de aplicación de la fórmula de Radbruch.
Se suele afirmar que la diferencia fundamental entre el iusnaturalismo clásico y el
iusnaturalismo moderno estriba en el énfasis que cada una de ellas pone en la noción de
ley natural y de derecho subjetivo, respectivamente. Así, mientras las doctrinas
iusnaturalistas modernas se desarrollan y articulan fundamentalmente a partir de la noción
de derecho como facultad moral (derecho natural), las teorías iusnaturalistas clásicas lo
harían a partir de la noción de ley natural.5
Asimismo, aunque la transición entre ambas formas de iusnaturalismo fue gradual, se
acepta que la obra de Hugo Grocio constituye el hito que marca la separación entre el
iusnaturalismo clásico y el iusnaturalismo moderno.
Los jesuitas como Francisco Suárez (1548-1617) ya habían afirmado la autonomía de la
ley natural y en el siglo XVII el racionalismo se ocupa del derecho natural con autores
como Hugo Grocio. En medio de las guerras de religión europeas, estos autores intentan
proporcionar un marco moral para las naciones que garantice la paz:
Ciertamente, lo que hemos dicho tendría lugar, aunque admitiésemos algo que no
se puede hacer sin cometer el mayor delito, como es el aceptar que Dios no existe
o que éste no se preocupa de lo humano.6
Thomas Hobbes, también en el siglo XVII, definió en su Leviatán el derecho natural
como:
La libertad que cada uno tiene de usar su propio poder a su arbitrio para la
conservación de su naturaleza, esto es, de su vida, y consiguientemente de hacer
cualquier cosa que, según su juicio y su razón, él conciba como el medio más
idóneo para tal fin.7
El iusnaturalismo en la Filosofía del derecho fue defendido por el citado Tomás de
Aquino (iusnaturalismo teológico) y en manos del iusnaturalismo racionalista dio
origen a las teorías del contrato social o contractualismo. El iusnaturalismo fue la
doctrina más influyente hasta que el positivismo jurídico lo desbancó mediante
posiciones teóricas como la Teoría pura del derecho de Hans Kelsen. A
comienzos del siglo XIX se difunde en Europa la Escuela Histórica del Derecho,
que considera las tradiciones históricas y el derecho consuetudinario como las
fuentes de todo sistema jurídico, limando las diferencias con el positivismo. Su
principal autor es Friedrich Carl von Savigny. Tras la Segunda Guerra Mundial se
reaviva la influencia del iusnaturalismo, como consecuencia del cuestionamiento
de la obediencia de los ciudadanos a los regímenes políticos totalitarios que se
achacó, en parte, a las doctrinas iuspositivistas. Una expresión de ello es
la Declaración Universal de Derechos Humanos.
Uno de los exponentes actualmente es John Finnis, con su teoría de casos
centrales y periféricos.

Iuspositivismo
El iuspositivismo o positivismo jurídico es una corriente de pensamiento jurídico, cuya
principal tesis es la separación conceptual de moral y derecho, lo que supone un rechazo a
una vinculación lógica o necesaria entre ambos. A la vez, el iuspositivismo define las
instituciones jurídicas como un tipo particular de instituciones sociales.1
Considera el conjunto de normas válidas evitando cualquier tipo de interpretación moral o
de valores. La disciplina que lo estudia es la teoría general del derecho, que se encarga de
la dimensión normativa dentro del tridimensionalismo jurídico (norma, hecho y valor). Le da
igual lo justo o injusto de la aplicación de una norma: el jurista simplemente se limita a
acatar lo dictado por ella misma.
No existe una definición universalmente aceptada de iuspositivismo. Sin embargo, sus
diferentes versiones tienen en común un planteamiento antimetafísico, defendiendo que el
objeto de estudio de la ciencia jurídica es, exclusivamente, el derecho positivo, y que éste
tiene, en su origen y desarrollo, una relación directa con determinados fenómenos
sociales.
En alguna de sus versiones, el positivismo jurídico plantea que el derecho es un conjunto
de normas dictadas por los seres humanos (por el soberano), a través del Estado,
mediante un procedimiento formalmente válido, con la intención o voluntad de someter la
conducta humana al orden disciplinario por el acatamiento de esas normas.
Introducción
El iuspositivismo entiende que derecho y moral son distintos. Dado que el derecho existe
con independencia de su correspondencia o no con una u otra concepción moral. Una
norma jurídica puede existir independientemente de una fundamentación moral; en todo
caso, puede ésta afectar su eficacia o legitimidad, mas eso es una cuestión distinta. Una
ley puede ser justa o injusta, aunque lo deseable sea lo primero. Pero una ley inmoral no
deja por ello de ser ley.
El iuspositivismo es tan antiguo como el derecho mismo, aunque alcanzó su mayor
desarrollo teórico a partir de los escritos de los filósofos ingleses Thomas Hobbes (autor de
la obra Leviatán) y Jeremy Bentham (fundador de la doctrina utilitarista). Sin embargo, el
verdadero pilar del iuspositivismo es el jurista austríaco Hans Kelsen, autor de Teoría pura
del Derecho.
Para algunos iusnaturalistas— la postura opuesta al iuspositivismo— los iuspositivistas
son "malos" o "inmorales" porque avalan la existencia del derecho injusto; sin embargo,
como se verá más adelante, existen varias clases de iuspositivismo, y algunos
iuspositivistas también critican las leyes injustas y la obediencia a las mismas, sólo que no
dicen que no sean verdaderas leyes, sino que son leyes injustas.

Antecedentes del positivismo jurídico


A través de la historia esta corriente ha tenido distintas variaciones, entre los cuales se
encuentran: a) Los alemanes en el siglo XIX que lo denominaban derecho positivo por
posición (por los legisladores) en oposición al derecho natural; b) En el sentido de la
Filosofía positiva por el francés Augusto Comte (la actitud científica es incompatible con las
actividades metafísicas y aprioristas concretándose a la experiencia sensible).
Un antecedente sumamente primitivo del positivismo jurídico lo encontramos al inicio de
la República de Platón cuando el dialoguista Trasímaco señala:
"Y así, cada gobierno establece las leyes según su conveniencia: la democracia, leyes
democráticas; la tiranía, leyes tiránicas, y del mismo modo los demás. Al establecerlas,
muestran los que mandan que es justo para los gobernados, lo que a ellos conviene, y al
que se sale de esto lo castigan como violador de las leyes y de la justicia. Tal es, mi buen
amigo, lo que digo es que en todas las ciudades es idénticamente justo: lo conveniente
para el gobierno constituido. Y éste es, según creo, el que tiene el poder; de modo que,
para todo hombre que discurre bien, lo justo es lo mismo en todas partes: la conveniencia
del más fuerte". Bien podríamos considerar el resto del libro una respuesta a este
argumento.

Clases de Iuspositivismo
 Iuspositivismo ideológico: "El derecho es el derecho y hay que cumplirlo". El
derecho debe ser obedecido. El derecho es razón suficiente para actuar con toda
justificación moral. En esta acepción, el iuspositivismo es una concepción de la
justicia, una ideología relativa a los valores que deben orientar nuestro
comportamiento. No tiene ninguna relación lógica con las restantes acepciones del
iuspositivismo.
 Formalismo: El derecho legislado es un sistema lógico, y goza de la propiedad de
la plenitud hermética, no tiene lagunas. La única interpretación válida del texto legal
será la literal. El derecho es un sistema cerrado, sin contradicciones internas ni
lagunas. La interpretación y aplicación textual de la ley es la única aceptable.
 Imperativismo: Para el imperativismo la norma válida se identifica con un mandato
del soberano respaldado por el hecho de una habitual obediencia. El derecho es un
sistema de normas que reglamentan el uso de la fuerza, y que están respaldadas por
la coacción. Para esta postura la ley es la fuente de derecho predominante, en cuanto
expresa la soberanía del Estado, una decisión o un proceso de decisiones provisto de
autoridad.2
 Iuspositivismo metodológico o conceptual: Defendido, por ejemplo, por H. L. A.
Hart en su libro The Concept of Law (1961) y posteriormente por Joseph Raz y por
Carlos Santiago Nino en su Introducción al análisis del Derecho, es la tesis de que el
derecho se encuentra conceptualmente separado de la moral, por lo que puede ser
identificado, definido y analizado sin hacer referencia a valores morales. Toda ley
positiva es verdadera ley, pero puede haber leyes tanto justas como injustas. Afirmar
que una ley es válida no es decir nada sobre su calidad moral.
 Iuspositivismo lógico de Hans Kelsen, uno de los máximos exponentes del
positivismo jurídico, afirma que la ciencia jurídica al ocuparse de lo mandado
jurídicamente es una ciencia normativa, la cual para mantenerse dentro de los límites
científicos aspira a librar a la ciencia jurídica de elementos extraños, de juicios que no
sean normativos. Para Kelsen, la ciencia jurídica no describe la realidad, no formula
juicios de hecho, no es empírica, puesto que su objeto son enunciados de "deber ser".

Diferencias entre moral y derecho según el


iuspositivismo
La mayoría de los autores que aceptan la separación conceptual entre el derecho y la
moral consideran que mientras el derecho es bilateral, la moral concierne a cada individuo
(es unilateral); el derecho se ocupa fundamentalmente de las conductas externas de los
individuos, en tanto que a la moral le interesan también las intenciones
(exterioridad versusinterioridad). En tercer lugar, mientras que no se puede obligar a
cumplir con la moral, el Estado puede hacer cumplir el derecho (incoercibilidad contra
coercibilidad). Finalmente, la moral suele referirse a la conducta autónoma de los sujetos
mientras que el derecho se impone a ellos (autonomía versus heteronomía).
Siguiendo el ejemplo de Tomasio y Kant, se ha señalado que el derecho y la moral se
diferencian por la distinta materia regulada, es decir, porque, mientras que la moral regula
solamente las conductas internas, las normas jurídicas se circunscriben a la regulación de
las conductas externas de los hombres. Parece inevitable precisar que la moral regula
absolutamente todo el comportamiento humano, pero desde el punto de vista de la
interioridad, de la intencionalidad. Por otro lado, el derecho se preocupa fundamentalmente
de las implicaciones externas de la conducta, ya que trata de garantizar la paz y seguridad
de la vida social. En esta medida, regula prioritariamente las conductas externas (aunque
no todas) y sólo toma en consideración la interioridad o intencionalidad en cuanto que esa
dimensión llega a manifestarse en la conducta exterior, haciéndose captable y mensurable.
Según este criterio de distinción, moral y derecho se diferencian porque, mientras que las
normas morales son subjetivas y unilaterales, las normas jurídicas son objetivas y
bilaterales. La moral es subjetiva por cuanto se refiere al sujeto en sí mismo, es decir,
regula su conducta en atención a su propio interés sin que la estructura de la propia norma
incluya ningún comportamiento de ningún otro sujeto. Y, al mismo tiempo, la moral es
unilateral porque, frente al sujeto a quién obliga, no sitúa a ninguna otra persona que esté
legitimada por la misma norma moral para exigirle el cumplimiento de ese deber. En
cambio, el derecho es objetivo (o transubjetivo), por cuanto regula la conducta relativa o
relacional de los hombres, valorando esa conducta en referencia a la vida social, no en
atención al interés del sujeto obligado. Por eso, establece límites precisos y externamente
verificables: la medida del deber que impone está en la posibilidad jurídica (derecho
subjetivo) que otro sujeto diferente tiene de intentar eficazmente que ese deber sea
cumplido. El derecho es también esencialmente bilateral o bidireccional, puesto que las
normas jurídicas, asignan al mismo tiempo la obligación de un sujeto y la correlativa
pretensión o exigencia del otro. Es decir, atribuyen posibilidades socialmente eficaces de
exigir el cumplimiento de los deberes que imponen. Así, frente al deber jurídico, existe
siempre un derecho subjetivo correlativo.
En aplicación de este criterio, se ha venido proclamando tradicionalmente que la distinción
entre moral y derecho deriva del carácter autónomo de la primera y del carácter
heterónomo del segundo. La moral es constitutivamente autónoma porque el sujeto, para
obrar moralmente, ha de actuar según el principio de su propia racionalidad. Así, el sujeto
cuando se somete a la ley moral, lo hace por coincidencia de ésta con la dimensión
inteligible de sí mismo. Y, en esa medida, se somete a su propia ley. El derecho es, en
cambio, heterónomo, puesto que los sujetos tienen el deber de someterse a las normas
jurídicas, no por coincidencia de esas normas con su propia ley de racionalidad, sino
porque hay un legislador diferente de ellos mismos que tiene la capacidad de imponerles el
cumplimiento de tales normas. Parece evidente, que, desde el punto de vista del sujeto
individual obligado, moral y derecho son igual o paralelamente heterónomos, por lo que la
diferencia entre ambas normatividades ha de quedar reducida al modo de imponerse. Las
normas morales se constituyen en tales para el individuo a través del asentimiento o
reconocimiento de éste. Una norma moral es y opera como tal norma, es decir, obliga al
sujeto, en tanto en cuanto el sujeto le reconoce la virtualidad de obligar. Cualquier norma
moral dejaría de ser verdaderamente moral si el sujeto, al cumplirla, no la acepta como
norma para sí mismo, es decir, si no la reconoce en su conciencia como norma que debe
cumplir. Por el contrario, las normas jurídicas se constituyen en tales para el individuo con
independencia del asentimiento o reconocimiento de éste. La obligación jurídica es
establecida por el derecho de manera pura y exclusivamente objetiva, es decir, con total
independencia de lo que piense o sienta el sujeto en su interior.
Se ha señalado también que moral y derecho se distinguen por la diferente vinculación que
tiene con la posibilidad de recurrir a la coacción para conseguir el cumplimiento de las
conductas que imponen. Las normas morales se caracterizan por establecer unos deberes
cuyo cumplimiento es incompatible con cualquier tipo de realización forzada, mientras que
en el derecho la posibilidad de que el cumplimiento sea impuesto por la fuerza es
consubstancial. Así pues, frente a la natural coercibilidad del derecho (posibilidad del
recurso a la imposición forzada), se destaca, como signo diferenciador definitivo, la
también natural no-coercibilidad de la moral. En el derecho la posibilidad del recurso a la
imposición forzada forma parte de su estructura.
El fin que se propone el derecho de manera inmediata y directa es conseguir el
mantenimiento y el adecuado desarrollo de la vida social. Por tanto, el derecho ha de
regular todas aquellas manifestaciones de la vida comunitaria que interfieran de manera
suficientemente importante en el mantenimiento o ruptura de la convivencia social y ha de
regularlas con las máximas garantías posibles. En cambio, la moral, si bien contribuye
también a que la convivencia social se realice de una manera pacífica y ordenada, tiene
como misión la consecución de la perfección o plenitud vital del individuo. La moral
responde a la necesidad (psicológica) que siente el individuo de estar en paz consigo
mismo, esto es, con su propia conciencia, mediante la fidelidad o sometimiento interior
voluntario a las directrices de la ley moral. El derecho contempla las acciones humanas
desde un punto de vista social atendiendo a las consecuencias que esas acciones van a
tener para la vida del grupo. Por el contrario, la moral contempla la conducta humana
desde el punto de vista subjetivo de la actitud o disposición anímica en que está y con la
que actúa el destinatario de la norma.

Contrariedades y visiones del positivismo jurídico


Dentro de la corriente del positivismo jurídico, la visión que cobró más perdurabilidad en el
tiempo ha sido la que se denomina como positivismo analítico, o más
sencillamente concepción analítica del derecho.
La filosofía analitíca se caracteriza por la primacía otorgada al estudio del lenguaje como
"lugar" filosófico, por el uso de métodos de carácter analítico-descompositivo en el estudio
de ese lenguaje; y por su concentración en las problemáticas lógicas, metaéticas y de la
acción humana, con la consiguiente preterición del resto de los temas de la filosofía
práctica, en especial de los ético-normativos.
En la actualidad muchos filósofos y juristas dicen que el positivismo jurídico se encuentra
en crisis, debido al redescubrimiento de la eticidad del derecho, sin embargo, esto no
significa que la corriente predominante en la filosofía jurídica actual sea
el iusnaturalismo clásico; es más, ni siquiera que se considere a sí misma como
propiamente iusnaturalista. La crisis terminal del positivismo jurídico es motivada
principalmente por su incapacidad para dar respuestas aceptables a los más exigentes
problemas ético-jurídicos de la sociedad. A pesar de esto, se observa una importante
tendencia, entre pensadores no-positivistas o antipositivistas que afirman que es necesaria
la búsqueda de una nueva vía que, sin recaer en el temido iusnaturalismo, provea al
derecho de ciertos elementos que aparecen como racionalmente indispensables: ante
todo, de una justificación racional de la obligación jurídica, más allá del mero factum del
poder coactivo, sea éste estatal o social; y en segundo lugar, de una instancia de
apelación ética, desde la cual sea posible juzgar crítica o valorativamente los contenidos
del derecho positivo.
Uno de los grandes detractores del positivismo jurídico en la actualidad es el controversial
filósofo y físico argentino Mario Bunge, quien señala al positivismo jurídico como el agente
del subdesarrollo de los países latinoamericanos. Destaca en su crítica que esta fue la
doctrina jurídica del régimen nacional-socialista alemán y de la Unión Soviética, además
de la supuesta amoralidad de la ley.

Teoría del Derecho


La teoría del derecho o teoría general del derecho es la ciencia jurídica que estudia los
elementos del derecho u ordenamiento jurídico existente en toda organización social y los
fundamentos científicos y filosóficos que lo han permitido evolucionar hasta nuestros días.
La teoría del derecho tiene como objetivo fundamental el análisis y la determinación de los
elementos básicos que conforman el derecho, entendido este como ordenamiento jurídico
unitario, esto es, un conjunto de normas que conforman un solo derecho u ordenamiento
jurídico en una sociedad o sociedades determinadas.
Solo a través de la comprensión del ordenamiento jurídico en su totalidad se pueden
individualizar las características del fenómeno jurídico de las que habitualmente nos
servimos para diferenciar al derecho de otros ordenamientos como son el moral y el de
los usos sociales.

Fundamentos de la teoría del derecho


El estudio de los fundamentos del derecho se vale de disciplinas filosófico-jurídicas
específicas, a saber:

 Ontología: se enfoca sobre el ser de derecho; aquello que lo separa de cualquier


otro objeto de la realidad, determinando su esencia y calidad. Se pregunta si la norma
es un objeto puramente abstracto y separado de los hechos sociales y axiológicos, o si
los contiene o implica.
 Axiología: se enfoca en los valores inmersos en el mundo normativo,
principalmente el de la justicia, el bien común y la seguridad jurídica.
 Deontología: se enfoca en los fines del derecho, en particular, orden, paz y
armonía sociales.
 Epistemología: se enfoca en la amplitud y contradicciones en la ciencia del
derecho, que es aquella que estudia la norma, dilucidando su carácter ontológico a
priori o a posteriori. Su problema fundamental es sentar las bases de la ciencia del
derecho, establecer los conceptos jurídicos fundamentales y las clasificaciones
axiomáticas. Intenta pues, establecer un conjunto de enunciados relativos a un
conjunto de dogmas (derecho).
 Metodología: se enfoca en descubrir los principios para hacer funcionar y
evolucionar a la dogmática jurídica, por lo que va de la mano con la epistemología.
Define el carácter científico del método peculiar del derecho, el racional, y sus puntos
de unión con los de las otras disciplinas sociales.

Sociología del derecho


La sociología del derecho, también llamada sociología jurídica, es aquella disciplina que
estudia los problemas, las implicaciones, y todo aquello concerniente a las relaciones entre
el derecho y la sociedad. A diferencia de la teoría del derecho y de la filosofía política, el
principal problema u objeto de estudio de la sociología jurídica es el de la eficacia del
derecho.

Teoría jurídica crítica


La teoría jurídica crítica se refiere a un movimiento en el pensamiento jurídico que aplica
métodos propios de la teoría crítica (la Escuela de Frankfurt) al derecho. En términos
generales, este pensamiento postula nociones tales como: El derecho es simplemente
política. El lenguaje jurídico es un falso discurso que ayuda a perpetuar las jerarquías:
hombres sobre mujeres, ricos sobre pobres, mayorías sobre minorías.

Teoría analítica del derecho


El derecho es un lenguaje que nos sirve para conocer la realidad jurídicamente
considerada, misma que es una parte de la realidad universal física. Todo objeto es real si
puede medirse en dimensiones matemáticas: volumen, peso, densidad, etc. Por tanto, el
derecho, al hablar de la realidad social, se vuelve un metalenguaje, que a su vez es
lenguaje objeto de la ciencia del derecho. Cualquier orden jurídico es, por ende, un
esquema de interpretación de la realidad que dice qué es derecho; y es prescriptivo
porque señala qué debe hacer el hombre.
Por otra parte, la ciencia jurídica, a diferencia del derecho, es descriptiva y nos dice cómo
es y como funciona el sistema normativo coactivo, su único objeto de estudio. La teoría del
derecho no debe ocuparse de nociones fuera de su objeto de estudio, tales como los
valores o las causas sociales que motivan la creación de normas jurídicas. Dichas
nociones son el ámbito de investigación de la ética y la sociología. Es pertinente aclarar
que basta con conocer las bases del lenguaje del derecho, su paradigma y reglas de
creación y aplicación, para describirlo y proveer a su eficacia.

INTRODUCCIÓN A LA FILOSOFIA DEL DERECHO DE HEGEL

No cabe duda, que es hegel, una de las figuras mas emblematicas y de consulta obligada en
el desarrollo de los sistemas idealistas postkantianos, su genialidad, le llevo a desenvolver todos los
campos manifiestos del pensar, las artes, la religion, la historia, la logica, la politica, y muy particularmente
el derecho. indago en estas areas, y con profunda agudeza supo proporcionar el momento real del
maximo desarrollo de la filosofia europea del siglo XIX. se dice y muy acertadamente, que es Hegel, el
ultimo y maximo intento de la filosofia occidental, por construir un sistema autosuficiente, que tomo como
caracteristica esencial el desarrollo de un metodo dialectico que propone estudiar la realidad en su
despliege dialectico. Este despliege parte deremanente del espiritu hasta su estado absoluto.
La ultima gran obra publicada por Hegel, fue la filosofia del derecho (1821) aunque algunas notas de sus
conferencias y clases, junto con apuntes de sus alumnos, fueron publicados tambien después de
su muerte.
El termino dialéctica es utilizado por Hegel, para comprender y expresar la situación real del mundo, en la
dialéctica de Hegel queda patente, pues una voluntad de actuación sobre una realidad escindida,
contradictoria y alienada que lucha por superar esta situación.

El esbozo de una teoria del derecho, mas ampliada y depurada, es hecha con el objetivo de dejar claras
las bases del derecho, como ciencia, y lleva implícita tambien la investigación y desarrollo completo de
esta ciencia. Pero al hacerlo no pretende de ninguna manera, dejar creada, una estructura teorica que a
manera fidedigna reproduzca la verdad, pues la filosofia es según Hegel una construcción efímera como
la tela de Penélope que cada dia era comenzada de nuevo. La tarea del escritor, y mas importante, del
filosofo, es el descubrir la verdad, decir esta verdad y difundirla, con argumentos exactos (notese el
surgimiento del ideal griego del sabio, como amigo del saber, amante de la sabiduría), y es ante todo al
filosofo, al que corresponde esta asignación. En materia de derecho, afirma Hegel que este junto con la
etica y el estado, profesan una verdad de antaño, reconocidas en el anterior desarrollo de las leyes, la
moral publica y los sistemas religiosos, desde aquí, el derecho y las leyes, se encaminaron al progreso
que han alcanzado.
Pero tambien, Hegel reconoce y "concibe" como contraria a la libertad del individuo, el hecho de atenerse
y dejarse persuadir a lo públicamente aceptado, y las leyes creadas para la regulación de cada individuo
del estado, este ultimo pues no debe ser al final la determinación ultima y apodictica del modo de actuar
de los individuos. Reconoce que el hombre busca y crea en el pensamiento su libertad y el fundamento de
la etica.
Mas sin embargo, esta libertad que el hombre posee y determina a actuar, caen en un contenido sin
razón, si unicamente posee valor efectivo para el pensamiento. El hombre es libre, solo en la medida que
discrepe de lo que es reconocido y aceptado por voto universal y sepa crearse una realidad singular que
le autodetermine a dirigirse.
Esta idea de la libertad, constituye un papel fundamental en el desarrollo del derecho individual, y el
hombre, como sustancia etica de la sociedad civil, solo desarrolla todo su devenir, en base a la libertad.
Libertad no es un concepto limite en Hegel, sino es la misma autoconciencia que se determina a obrar y
moldear el contenido de su voluntad.
El mundo etico (el estado, la razón) como resultado del elemento de la autoconciencia, no goza de la
fortuna de tener a su base la razón que le afiance como fuerza y potencia. El universo espiritual
corresponde al mundo del acaso y del capricho de la voluntad divina, abandonado por Dios.
Hegel considera al estado, como la rica estructura de lo etico, la arquitectura de su racionalidad que con
la determinada distinción de las esferas de la vida publica y de sus derechos le construye bases solidad,
que son a la vez las bases verdaderas de todo estado, con bases armonicas y establecido según un
criterio de verdad. Y cuando toda esta estructura es de buena ley, parte de lo intimo hacia la
revelada luz del desenvolvimiento de la idea, llevando consigo su interna necesidad de la veneración, de
la verdad y una ley que es elevad por si y en si, por encima de toda forma subjetiva de sentimiento. La ley
no puede estar consentida por el sentimiento, puesto que es en si o debería ser en si, una forma universal
del desarrollo de los individuos.
El derecho, la etica, el mundo real del derecho, son formas que se aprehenden con el pensar, los
conceptos determinan la forma de la racionalidad (es decir la ley). La ley es en cierta medida el Scibboleth
(signo de reconocimiento entre los hebreos) en el cual se identifican las habitantes de la nación y los
amigos de esta. Hegel tambien toma la idea determinante, de que la filosofia deberia ser como el
principio motor de la aplicación del derecho y las leyes, pues la falta de este principio, conduciria a los
estados a una superficialidad respecto a lo etico, al derecho , y sobre todo al deber. Esto es la fatuidad. El
estado caeria por esto, como en un estado de disolución de toda etica interior, de la conciencia justa,
del amor y del derecho entre los particulares, asi como la destrucción del orden publico y las leyes del
estado (pues estas ultimas estarian basadas en propósitos y opiniones subjetivas, en el sentimiento
subjetivo y en una convicción individual).
El contenido de la filosofía, el saber conceptual de Dios y de la naturaleza física y espiritual, se veria
seriamente afectado.
La primera fase del espiritu objetivo, es la esfera del derecho (das recht) la persona, el sujeto individual
consciente de su libertad ha de dar expresión exterior de su naturaleza como espiritu libre. Ha de darse a
si mismo una esfera externa de la libertad. Asi pues, la libertad es el principio primero y unitario de cada
individuo como parte del estado, y la ciencia del derecho parte de la libertad en su despliegue dialectico.
Introduce Hegel, tambien el concepto de propiedad, vinculado directamente con un acto de la voluntad,
por naturaleza una persona se convierte en el dueño de una cosa, no por un mero acto interno de la
voluntad, sino por la apropiación efectiva que el sujeto hace sobre la cosa, ejerce naturalmente toda su
voluntad en esta cosa. La ciencia filosófica del derecho tiene por objeto la idea del derecho, o sea, el
concepto del derecho y su realización. La realización, es la configuración que toma el concepto para si en
un hecho efectuado, constituye el momento esencial de el, y pasa, de mera constitución teorética a la
realización por la cual se concibe.
La ciencia del derecho es parte de la filosofia se concibe como una ciencia y tiene el punto de partida, que
es el resultado y la verdad de lo que antecede y lo que constituye la llamada demostración. Es por lo
tanto, una ciencia teorética, que necesita ser demostrada en la practica. Pero Hegel diferencia entre
concepto de derecho y ciencia del derecho, este ultimo es la constitución teorica del primero, y conforme
a su devenir cae fuera de ella, puesto que debe ser admitido como dado.
Sin embargo, a la ciencia positiva del derecho no le importaria esto, puesto que ella principalmente tiende
a señalar lo que es jurídico, es decir son las particulares prescripciones legales; pues la ciencia del
derecho, constituye esencialmente la zona de las cosas legales y jurídicas en-si, bajo la universalidad y
en razón del estado particular. Estas prescripciones jurídicas, que corresponden a la ciencia del derecho,
reultan evidentes y son determinaciones universales, e decir, la contraparte de lo que es prescrito por ella
como no jurídico. De esta manera se discierne lo que científicamente es esencial. En cuanto al contenido
de la prescripción jurídica la necesidad de la cosa, pero en si y por si misma, es decir el derecho como tal
y en la naturaleza del concepto. Hegel es claro, no puede haber correcta aplicación del derecho, si no
existe un principio de razón suficiente (dictado por la filosofia, claro) que determine las acciones de los
individuos de un estado, y determine a obrar, a los que elaboran y aplican las leyes.
Los conceptos acerca de lo verdadero y las leyes de lo etico no son mas que opiniones y convicciones
subjetivas, y estas son puestas al lado de aquellas que constituyen la universalidad y el interes de todos
los hombres y todos los vinculos del mundo etico. Como la filosofia, es el sondeo de lo racional,
justamente es la aprehension de lo presente y de lo real ( lo que es racional es real; y lo que es real es
racional) ahora bien, el derecho es real, por lo tanto es algo racional, que se constituye como una parte de
la filosofia.
El objetivo de Hegel, en su tratado sobre filosofía del derecho, es presentar una una autentica ciencia del
estado, y presentar a este como algo racional en si, sin embargo, no es un modelo o forma
"de gobierno ideal" la que pretende dejar explicada, sino mas bien de que manera debe concebirse el
estado como el universo etico, y concebirse a cada individuo, como hijo de su tiempo, y la filosofia, y la
filosofia en su transparencia, quedaria tambien como el propio tiempo aprehendido con el pensamiento.
La forma en su mas concreta significación, es la razón como conocimiento que concibe y el contenido es
la razón como esencia sustancial de la realidad etica, y tambien de la natural y la identidad conciente de
forma y contenido constituye la idea filosofica. Asi como una verdadera filosofia, conduce a Dios, tambien
un verdadero estado lo hace.
Al hablar, aun de la teoria de cómo debe ser el mundo, la fillosofia, por lo demas, llega siempre
demasiado tarde. Pues cuando ella surge, el mundo ya fue concebido y realizado. A continuación, hegel
pasara a desarrollar su teoria del derecho, en la cual, el individuo es el centro y el centro de la
realización moral solo se da en el plano de la libertad, hasta llegar, al plano de la volunta, en el que la
conciencia, alcanza una verdadera autoconciencia.
La medida, sin embargo y criterio del concepto necesario no es la repreentacion sino que mas bien, le
sirve de autorregulación al concepto necesario. Este debe tomar su verdad de esta representación y
reconocerse asi. El derecho es positivo en general; y Hegel lo explica asi:
- es positivo, primero por la forma de tener vigencia en un estado; esta es como una autoridad legal que
es el comienzo para el conocimiento del derecho, que es la ciencia positiva del derecho. Este derecho
positivo, en cuanto a su contenido, recibe este elemento positivo de dos fuentes primarias, a saber: a) del
particular carácter nacional de un pueblo, del grado de su desarrollo historico y de la conexión de todas
las relaciones que pertenecen a la necesidad natural, de este pueblo como nación.
b) por la necesidad con que un sistema de derecho legal debe encerrar la aplicación del concepto
universal a la naturaleza particular de los objetos y de los casos que la realidad exterior muestra. Es decir,
en Hegel, el derecho tiene fuentes originarias endógenas y exógenas, la primera porque el derecho, parte
de una necesidad interior de cada uno de los habitantes que componen la el estado civil, y la segunda por
el hecho de que las necesidades de la nación son demostradas en la vida practica. Cuando el derecho
positivo y las leyes, se ven contrariados por el sentimiento del corazon, el impulso y lo arbitrario, no es la
filosofia la que reconoce su autoridad.
La opresión y la tiranía pueden ser elementos del derecho positivo contingente a el y no afecta a su
naturaleza esencial. Una prescripción jurídica puede manifestarse, por las circunstancias y desde
las instituciones motores de la parte jurídica, como plenamente fundada y consecuente, y sin embargo,
ser en si y para si, injusta e irracional. Las leyes (aclara Hegel) son solo positivas, en cuanto que tienen,
en general su significación y oportunidad en circunstancias dadas, y definidas; por lo tanto solo poseen un
valor historico, por lo cual son de naturaleza transitoria. Hegel alude mucho al derecho romano, y ratifica
particularmente la importancia que este tuvo en el desarrollo de los sistemas jurídicos posteriores.
A cada momento historico, corresponde necesariamente una serie de leyes necesarias para ese momento
y delimitadas por las circunstancias del estado. La sabiduría de los legisladores y de los gobiernos, en
cuanto que han hecho para las condiciones dadas y establecido acerca de la situación temporal,
constituye algo en si y pertenece a la valoración de la historia, pero esta legislación tendra mucho mas
valor, y gozara de profundidad mayor cuanto que fue asistida por un punto de vista filosofico.
El campo del derecho es, en general, el campo de la espiritualidad, y su proximo lugar y punto de partida
es la voluntad, que es libre. Puesto que para Hegel, el sistema del derecho es el reino de la libertad
realizada en el mundo del espiritu, voluntad y libertad, seran los dos conceptos fundamentales del
desarrollo de la ciencia del derecho, como ciencia del desarrollo de los ideales del estado y de cada uno
de sus habitantes en particular.
En el mundo del espiritu, uno se auto dirige a actuar, como por una manifestacion de libertad absoluta. La
libertad,(reconoce Hegel ) es como un hecho de la conciencia y se debe creer en ella, y
esta deducción de que la voluntad es libre, solo puede tener lugar en la conexión con el todo. Por eso
Hegel empleara claramente un concepto de voluntad, como concepto universal. Cada uno posee la
capacidad de poder abstraer todo lo que es, y por lo tanto, determinar el contenido de su voluntad, y tener
en la propia conciencia de si mismo, un ejemplo para todas las determinaciones.
La voluntad encierra el elemento de la pura indeterminación o de la pura reflexion del yo sobre si; posee y
contiene la ilimitada infinitud de la absoluta abstracción o universalidad, el puro pensamiento de si mismo .
La voluntad se determina a si misma, y cuando reflexiona su contenido, reflexiona sobre si misma. La
libertad negativa, es en cierto sentido, parecida a la ilusion trascendental de Kant, en la que la razón
busca respuestas sobre lo incondicionado, topa y se limita, cuando se da cuenta que es imposible, la
libertad no tiene limites en Hegel, o pretende no tenerlos. En el espiritu, tal como este es en si y por si, en
el que la determinación es simplemente la suya y verdadera la relacion de la conciencia constituye solo el
lado fenomenico de la voluntad, la cual aquí no es ya una cosa por si. Las determinaciones volitivas
(querer, desear, amar) son propias de la voluntad reflejada su individuación, y son contenidos, que se
determinan por la conciencia.
La voluntad libre solo en si es la voluntad inmediata o natural, las determinaciones, son los contenidos de
la voluntad que aparecen en la voluntad como existentes, son los estimulos, los deseos, las inclinaciones,
con las que la voluntad se determina por la naturaleza. Este contenido es para mi, y me pertenece en lo
absoluto. Con la decisión, la voluntad se pone como voluntad de un individuo determinado distinto frente a
otro. La voluntad es por esto individualmente volitiva, esta en co pertenencia con el yo personal de cada
uno. Es el pensamiento una actividad universal y en el, el objeto y el contenido, permanecen como algo
universal. La libertad de la voluntad según la determinación de infinitud, es arbitrio, en el cual estan
contenidos: la reflexión que es toda liberta, abstrae de todo, y la dependencia del contenido y de la
materia, considerados interna o externamente.
Luego Hegel, promulga la determinación de la voluntad, como una cosa-en-si, pues es en si y por si, e
verdaderamente infinita, por que es ella misma su objeto que autodetermina. El objeto no es para ella,
otra cosa, ni un limite, sino que es la voluntad vuelta a si. El derecho es algo sagrado, es la existencia del
concepto absoluto, el area de la libertad incondicional, el area de la libertad auto conciente. Existe
tambien una esfera del derecho mas formal (en su sentido abstracto "periculosus arbitrius") en la cual este
ha llevado en si a determinación y realidad a los otros momentos contenidos en su idea, tiene por ello la
determinación de un derecho mas elevado.

LA SUSTANCIA ETICA, TEORIA DEL ESTADO

Hegel, insiste en el concepto de individualidad de la voluntad, y como instrumento social posee los
siguientes aspectos:
-es inmediata, su concepto es abstracto (la personalidad) y su existencia es una cosa inmediata y externa;
la esfera del derecho abstracto o formal.
-la voluntad, es capaz de reflejar en si desde la existencia exterior, o interior el mundo existente; el
derecho de la voluntad subjetiva en relacion con el derecho del mundo y el derecho de la idea, que es la
esfera de la moralidad. Para Hegel, la voluntad introduce en su esencia todos los aspectos de la realidad,
y es auto consciente, la idea pensada del bien se realiza en la voluntad, y se refleja tambien en ella. La
idea en su existencia universal en si y para si, constituye la etica.
Para Hegel, la sustancia etica es: a) espiritu natural; la familia; b) en su desunión y apariencia;
la sociedad civil, c) el estado, precisamente, en cuanto libertad universal y objetiva, en la libre autonomia
de la voluntad individual. El estado como espiritu real y organico de un pueblo, atraves de las relaciones
de los especificos espiritus racionales, y se realiza y manifiesta en la historia universal como espiritu
universal del mundo. El derecho que corresponde al estado, es el ser supremo. Y este ser supremo solo
es realizable en la libertad individual. Hegel distingue varias clases de injusticias o fases: -la injusticia civil

Crítica de la filosofía del derecho de Hegel


La Crítica a la filosofía del derecho de Hegel es una obra escrita por Karl Marx en 1843.
En este mano a mano, criticará algunos párrafos de la obra de Hegel relacionados a su
filosofía del derecho, subrayando ciertas contradicciones de este pensamiento. Aquí Marx
toma distancia de Hegel, siendo una obra que aporta un punto de vista diferente en la
relación que vincula a ambos pensadores.

Introducción, la religión el “opio de los pueblos”


En el prólogo a esta obra, el autor desarrolla una detallada invectiva contra la religión,
acusándola de “opio de los pueblos”. Cabe destacar que, como todo filósofo moderno,
Marx desconfía abiertamente de la religión. No obstante, a diferencia de la crítica
iluminista, que antepone a la razón como punto de partida fundante de toda existencia (y
en este sentido hace otra religión), la crítica marxista parte del materialismo, es decir, la
religión es obra intencionada de los hombres; obra que pretende negar la realidad en pos
de una promesa infundada. Luego, la subversión de la religión es la vuelta a la realidad de
“acá”, a los problemas del hombre en su mundo verdadero, a su ignominia y a sus
posibilidades de emancipación. En otras palabras, la erradicación del opio que mantiene
extasiados a los pueblos.
La miseria religiosa es, al mismo tiempo, la expresión de la miseria real y la protesta contra ella. La
religión es el sollozo de la criatura oprimida, es el significado real del mundo sin corazón, así como
es el espíritu de una época privada de espíritu. Es el opio del pueblo.1
Marx considera que la religión, ese “reflejo sagrado del valle de lágrimas”1 (valle al cual
está temporalmente confinada la consciencia del hombre), aleja a los pueblos de sí
mismos, los enajena, disipando así su potencial revolucionario. Por otra parte, la crítica a
la religión despierta al hombre a su ignominia actual, en la cual se encuentra esclavizado y
sin utopías. La crítica a la religión sólo puede ser filosófica e histórica, ambas disciplinas
deberán establecer la “verdad del acá” luego de desenmascarar la farsa del “allá”, que
impone la religión y su promesa del paraíso después de la muerte. La aniquilación del
hombre “profano” (o mundano, el hombre real), ocurre a las anchas de las élites
dominantes, mientras tanto, la religión hace máquina con este proceso negando la
existencia del hombre carnal. Se cierra de esta forma la lógica justificativa de la
explotación más onerosa: no puede existir tal explotación sin el cuerpo de la víctima, es
decir, sin el hombre mundano.
La tarea de la historia, por lo tanto, es establecer la verdad del acá, después que haya sido disipada
la verdad del allá. Ante todo, el deber de la filosofía, que está al servicio de la historia, es el de
desenmascarar la aniquilación de la persona humana en su aspecto profano, luego de haber sido
desenmascarada la forma sagrada de la negación de la persona humana. La crítica del cielo se
cambia así en la crítica de la tierra, la crítica de la religión en la crítica del derecho, la crítica de la
teología en la crítica de la política.1
La negación del hombre mundano en pos de su espíritu, cuyo lugar a la vera de Dios ha
sido prometido, opera con una doble finalidad: control social, necesario para impartir
libremente la explotación de los pueblos; y la legitimación (por el hábito, o bien por el
fundamento que las religiones hacen de las preferencias de Dios) del derecho a
explotación de esos pueblos por parte de las elites. Desenmascarar la aniquilación de los
hombres en el mundo real es, al mismo tiempo, desenmascarar la negación de dicha
aniquilación.

Introducción, la coyuntura alemana de mediados del siglo


XIX
La segunda parte de la introducción propone esclarecer la situación alemana de la época.
Al contrario, entusiastas ingenuos, alemanes de sangre y liberales por reflexión, buscan nuestra
historia de la libertad más allá de nuestra historia en las primitivas selvas teutónicas. Pero, ¿en qué
se distingue nuestra historia de la libertad de la historia de la libertad del jabalí, si se debe ir a
encontrarla sólo en las selvas? Además, es sabido que en cuanto se grita en la floresta, resuena el
eco fuera de ella. ¡Paz, por lo tanto, a las primitivas selvas teutónicas! ¡Guerra a las presentes
condiciones germánicas! ¡Absolutamente! Ellas están por debajo del nivel de la historia, por debajo
de toda crítica, pero siguen siendo objeto de la crítica, como el delincuente que está por debajo del
nivel de la humanidad no deja de ser un problema para el verdugo. En la lucha con ellas, la crítica
no es una pasión del cerebro, sino el cerebro de la pasión. No es el escalpelo anatómico: es un
arma. Su objeto es su enemigo, que ella no quiere discutir, pero sí aniquilar, puesto que el espíritu
de estas condiciones es impugnado.1
Luchar contra el statu quo alemán es luchar contra todo lo premoderno que aún existía en
Europa (y en otras regiones quizás más acentuado, como en Rusia y demás países
eslavos, por ejemplo). Por aquel entonces (mediados del siglo XIX), todo lo referente
al Antiguo Régimen (en francés, l'ancien régime) era amenazador para el Estado moderno,
es por eso que Marx aprovecha este hecho para que los pueblos europeos modernos
tomen conciencia y se interesen por el combate a estas forma arcaica de sociedad.
Es bastante instructivo para ellos ver l’ancien régime, que concluye su tragedia entre ellos, recitar su
comedia como estribillo alemán. Trágica era su historia hasta cuando él era la fuerza preexistente
del mundo y, la libertad, al contrario, una idea personal; en una palabra, hasta que ella creía y debía
creer en su legitimidad. Hasta cuando l'ancien régime, como orden social existente, luchaba con un
mundo que se venía formando, existía de parte suya un error de la historia mundial, pero no un error
personal. Por eso su ruina era trágica. En cambio, el actual régimen alemán, un anacronismo, una
flagrante contradicción contra un axioma reconocido universalmente, que mostraba a los ojos de
todo el mundo la nulidad de l'ancien régime, se figura que puede aún creer en sí mismo y quiere que
el mundo comparta esta supersticiosa idea.1
Se tiende, por consiguiente, a principiar ahora en Alemania por donde en Francia y en Inglaterra se
comienza a terminar. El antiguo estado de descomposición contra el cual estos Estados se rebelan
teóricamente y que ahora soportan sólo como si soportaran las cadenas, es saludado en Alemania
como el alba naciente de un hermoso futuro, que apenas osa pasar de la sutileza teórica a la
práctica libre de recatos. Mientras el problema en Francia y en Inglaterra se plantea así: Economía o
dominio de la sociedad sobre la riqueza, en Alemania suena así: Economía nacional o imperio de la
propiedad privada sobre la nacionalidad. Luego, esto significa suprimir en Francia y en Inglaterra el
monopolio, que ha sido empujado hasta sus últimas consecuencias; y, en Alemania, significa ir
hasta las últimas consecuencias del monopolio. Allá se trata de una solución y, en cambio aquí y por
ahora, de una colisión. He aquí un ejemplo muy a propósito de la forma alemana de los problemas
modernos, un ejemplo que nuestra historia, semejante a una recluta inhábil, hasta ahora sólo tiene
la tarea de repetir historias ya vividas.1

Introducción, la teoría alemana


Según Marx, el Afirma que esta teoría podrá volverse práctica en la medida de que sea ad
hominem y por ende, radical. Esto es, atacando el problema de raíz que disuade al pueblo
alemán de una revolución que eleve su nivel histórico: la religión.
La teoría es capaz de adueñarse de las masas apenas se muestra ad hominem, y se muestra ad
hominem apenas se convierte en radical. Ser radical significa atacar las cuestiones en la raíz. La
prueba evidente del radicalismo de la teoría alemana y, por lo tanto, de su energía práctica, es hacer
que tome como punto de partida la cortante, positiva eliminación de la religión. 1
A su vez, la revolución necesitará de una base material: el pueblo, luego, la teoría se
realiza en el mismo cuando alcanza a contemplar sus necesidades.
Las revoluciones tienen necesidad especialmente de un elemento receptivo, de una base material.
La teoría en un pueblo alcanza a realizarse, en tanto cuanto se trata de la realización de sus
necesidades.1
Más allá de la fortaleza del statu quo alemán, Marx señala la falta de ciertos atributos
espirituales que hacen a una clase social emanciparse por sobre otras. Esto se hace
negando el estado actual de una sociedad, al mismo tiempo que se identifica con el “alma
del pueblo” encarnando las necesidades de este último.
(...) Alemania falta a cada clase particular no sólo el espíritu de consecuencia, la severidad, el
coraje, la irreflexión que podría imprimirle el carácter de representante negativo de la sociedad; falta,
igualmente, a cada estado social aquella amplitud de alma que la identifique, siquiera sea
momentáneamente con el alma del pueblo; falta la genialidad que hace de la fuerza material un
poder político; falta el empuje revolucionario que arroja a la cara del adversario la insolente
expresión: Yo no soy nada y debería ser todo.1
No obstante esolas limitaciones de la coyuntura alemana del siglo XIX, según el autor, el
proletariado alemán comienza a ver como antagonista a la clase social que se encuentra
por encafasdima de él: la burguesía. Ahora bien, el binomio burgués-proletario no se
encuentra claramente demarcado, dado que la burguesía está la lucha con la burocracia
estatal alemana que a su vez choca con el clero y la nobleza aún latentes. De esta forma,
Marx establece el conflicto inevitable de clases en tanto estas coexisten en el mismo
espacio social. Esto no se presenta sino como un obstáculo para alcanzar la revolución
proletaria en Alemania.
(...) la relación de las varias esferas de la sociedad alemana no es dramática, sino épica. Cada una
de ellas comienza a adquirir la conciencia de sí misma y a tomar un puesto al lado de las otras con
exigencias espaciales, no ya desde el momento en que es oprimida, sino apenas las condiciones
sociales de la época constituyen, sin su cooperación, un substractum social, sobre el que la clase
contigua pueda ejercitar su opresión (...) el príncipe se halla en lucha con el poder real, el burócrata
con la nobleza, el burgués con todos éstos, mientras el proletario ya comienza a encontrarse en
lucha con el burgués.1

CONCEPTOS:
Teleología: Creencia en que la marcha del universo es como un orden de fines que las
cosas tienden a realizar, y no una sucesión de causas y efectos. Estudio de las causas
finales.
Bien Común: es un concepto que en general puede ser entendido como aquello de lo que
se benefician todos los ciudadanos o como los sistemas sociales, instituciones y medios
socioeconómicos de los cuales todos dependemos que funcionen de manera que
beneficien a toda la gente.

Justicia: Principio moral que inclina a obrar y juzgar respetando la verdad y dando a
cada uno lo que le corresponde.
Seguridad Jurídica: es un principio del derecho, universalmente reconocido, que se basa en
la «certeza del derecho», tanto en el ámbito de su publicidad como en su aplicación, y que
significa la seguridad de que se conoce, o puede conocerse, lo previsto como prohibido,
ordenado o permitido por el poder público.

Metafísica: Parte de la filosofía que trata del ser, de sus principios, de sus propiedades
y de sus causas primeras.
Ontología: Parte de la metafísica que estudia el ser en general y sus propiedades.

Lógica: Parte de la filosofía que estudia las formas y principios generales que rigen el
conocimiento y el pensamiento humano, considerado puramente en sí mismo, sin
referencia a los objetos.
Ética: Disciplina filosófica que estudia el bien y el mal y sus relaciones con la moral y el
comportamiento humano.
Metodología: Parte de la lógica que estudia los métodos. Conjunto de métodos que se siguen
en una investigación científica, un estudio o una exposición doctrinal.

Filosofía Analítica: es un modo particular de hacer filosofía desarrollado a principios


del siglo XX a partir de las obras de Bertrand Russell, George Edward Moore, varios
miembros del Círculo de Viena y Ludwig Wittgenstein, entre otros. La filosofía analítica se
dejó de centrar sólo en el lenguaje, y la unidad de la tradición recayó en la exigencia de
claridad y rigor en la argumentación, en la atención a los detalles y en la desconfianza
hacia los grandes sistemas filosóficos

Axiología: es la rama de la filosofía que estudia la naturaleza de los valores y juicios


valorativos.

Antropología Filosófica: estudio filosófico del ser humano utilizando las enseñanzas de las
ciencias naturales (como la biología, zoología, etología, paleoantropología, etc.) y las
ciencias humanas para tratar de identificar las características de la especie humana y su
posición específica en el mundo y el entorno natural.
Estructuralismo: es un enfoque de las ciencias humanas que creció hasta convertirse en
uno de los métodos más utilizados para analizar el lenguaje, la cultura y la sociedad en la
segunda mitad del siglo XX.

Bibliografía
Algunos libros que se pueden consultar sobre filosofía son:
 Atienza, Manuel: Filosofía del Derecho.
 Atienza, Manuel (2013): Curso de argumentación jurídica, Madrid.
 Almoguera, Joaquín (1995): Lecciones de Teoría del Derecho, Madrid, Reus.
 Atienza, Manuel (1985): Introducción al Derecho, Barcelona, Barcanova.
 Ballesteros, Jesús (1984): Sobre el sentido del Derecho. Introducción a la Filosofía
jurídica, Madrid, Tecnos.
 Bittar, Eduardo; Almeida, Guilherme (2016). Curso de Filosofia do Direito. 12. ed.
São Paulo: GEN/Atlas, 2016.
 Bobbio, Norberto (1990): Contribución a la Teoría del Derecho, trad. cast. y edic. a
cargo de A. Ruiz Miguel, Madrid, Debate, 2ª edic.
 Casanovas, P., y Moreso, J. J. (eds.) (1994): El ámbito de lo jurídico. Lecturas de
pensamiento jurídico contemporáneo, Barcelona, Crítica (útil recopilación de textos).
 Díaz, Elías (1998): Curso de Filosofía del Derecho, Madrid, Marcial Pons.
 Dworkin, Ronald (1984): Los derechos en serio, trad. cast. M. Guastavino, pról. A.
Calsamiglia, Barcelona, Ariel.
 Fernández, Eusebio (1990): Estudios de Ética Jurídica, Madrid, Debate.
 García San Miguel, Luis (1975): Notas para una crítica de la razón jurídica, Madrid,
Facultad de Derecho de la Univers. Complutense, 2ª edic.
 Garzón Valdés, E., y Laporta, Fco. (eds.) (1996): El derecho y la justicia,
Enciclopedia Iberoamericana de Filosofía, Madrid, CSIC-BOE-Trotta.
 Hart, H.L.A. (1963): El concepto de Derecho, trad. cast. por G. Carrió, Buenos
Aires, Abeledo Perrot.
 Kelsen, Hans (1979): Teoría pura del Derecho, trad. cast. por R. Vernengo,
México, U.N.A.M.
 Legaz y Lacambra, Luis (1979): Filosofía del Derecho, Barcelona, Bosch, 5ª edic.
 López Calera, Nicolás (1997): Filosofía del Derecho (I), Granada, Comares.
 Nino, Carlos S. (1994): Derecho. moral y política. Una revisión de la teoría general
del Derecho, Barcelona, Ariel.
 Peces-Barba, Gregorio (1983): Introducción a la Filosofía del Derecho, Madrid,
Debate.
 Peces-Barba, Gregorio (y otros) (1995): Curso de derechos fundamentales. Teoría
general, Madrid, Universidad Carlos III - BOE.
 Pérez Luño, Antonio E. (1995): Lecciones de Filosofía del Derecho. Respuestas
para una filosofía de la experiencia jurídica, Sevilla, Minerva.
 Radbruch, Gustav (1944): Filosofía del Derecho, Madrid, Revista de Derecho
Privado, 2ª edic.
 Ross, Alf (1970): Sobre el Derecho y la Justicia, trad. cast. por G. Carrió, Buenos
Aires, Eudeba, 2ª edic.
 Fernández, Eusebio (1990). Estudios de ética jurídica, Madrid, Debate, pp. 20 y ss.
 Dworkin, R. M. (comp.) (1980): La Filosofía del Derecho, México, Fondo de Cultura Económica,
p. 7.
 Peces-Barba, Gregorio (1983): Introducción a la filosofía del Derecho, Madrid, Debate, pp. 207
y ss.
 González Vicén, Felipe (1979): La Filosofía del Derecho como concepto histórico, en Estudios
de Filosofía del Derecho, Universidad de La Laguna, Facultad de Derecho (pp. 207-257).
 Hegel, G. W. F. (1988). Principios de la Filosofía del Derecho, trad. cast. y edic. de J. L.
Vermal, Barcelona, EDHASA.
 Kirchmann, Julius von (1983): La jurisprudencia no es ciencia, Madrid, Centro de Estudios
Constitucionales, 3ª edic., trad. de A. Truyol Serra.
 Calsamiglia, Albert (1986): Introducción a la ciencia jurídica, Barcelona, Ariel.
 Austin, John (1981): Sobre la utilidad del estudio de la jurisprudencia, Madrid, Centro de
Estudios Constitucionales, est. prelim. de F. G. Vicén.

También podría gustarte