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A propósito de la crisis en Las Bambas

La sostenibilidad corporativa atraviesa por una serie de categorías que


las empresas eligen seguir, sobre la base de su propia actividad
productiva, modelo de gestión, alcance operativo, plan de crecimiento,
desafíos de contexto, entre otras variables que enfrentan.

La sostenibilidad corporativa es un enfoque que involucra conceptos


de mucho mayor alcance que la tradicional gestión empresarial. Va
mucho más allá de un plan de responsabilidad social empresarial o la
excelencia operacional, por ejemplo; ya que se concibe y se desarrolla
incorporando tres ideas altamente vinculadas:
1. La viabilidad económica y financiera, la estructura corporativa, así
como la generación de rentabilidad y crecimiento del negocio.
2. La propia Responsabilidad Social con sus diversos stakeholders,
incluyendo a la comunidad y a sus trabajadores,
fundamentalmente.
3. La responsabilidad medioambiental con el cuidado de la
biodiversidad y el aprovechamiento sostenible de los recursos
naturales.
La mayoría de empresas del sector extractivo está involucrada en esta
apuesta por ser sostenibles. Para ello, eligen algunas estrategias que
les ayude a posicionar su compromiso, en este caso, con los 17
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Para ello no deben dejar de
ver estos tres elementos mencionados, de manera interdependiente.

Hace algunos días me encontré con un interesante documento


(Mapping Mining to the Sustainable Development Goals: a Preliminary
Atlas), desarrollado en conjunto por Columbia Center on Sustainable
Investment, Sustainable Development Solutions Networks, el PNUD, y
el Foro Económico Mundial. En su contenido se recomiendan ciertas
acciones al sector minero, con la finalidad de contribuir a los Objetivos
de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y, a través de ello,
obtener una mayor legitimidad y sostenibilidad en sus diversas
operaciones en el mundo.
Como se lee, este documento fue desarrollado para ayudar al sector
minero a contribuir directamente con la obtención de los ODS,
identificando las intersecciones y relaciones que existen entre estos
objetivos y las actividades de la industria (desde la exploración hasta
el cierre de minas)

Así, por ejemplo, dentro de una serie de diagramas, gráficos y mapas


conceptuales que presenta, hay uno que es bastante ilustrativo y
pretende ayudar a las empresas del sector a ubicarse mejor en
los programas de desarrollo social que debe promover en los diversos
ámbitos donde opera.
En este gráfico se identifican claramente dos ideas: marca una línea
divisoria entre los ODS que las empresas pueden ayudar a mejorar a
través de sus actividades productivas frente a aquellos objetivos en los
que debe tener cuidado en mitigar, por el impacto de sus operaciones.
Sin embargo, también los categoriza entre aquellos objetivos en los
que, según el estudio, impacta, muy directamente; y otros, en los
cuales no tienen mayor impacto. De esa manera, el gráfico se
visualiza como sigue:

Vamos a quedarnos a analizar aquellos objetivos en los cuales, desde


el punto de vista de este mapa, la minería tiene un impacto muy
directo.

 Objetivo 7: Energías Renovables (limpia y accesible)


 Objetivo 8: Empleo Digno y Crecimiento Económico
 Objetivo 9: Innovación e Infraestructura
 Objetivo 6: Agua Limpia y Saneamiento
 Objetivo 15: Flora y Fauna Terrestres (Protección de la
Biodiversidad)
 Objetivo 13: Lucha contra el cambio climático
Según la clasificación de este estudio, para los tres primeros objetivos
de esta lista (7, 8 y 9) la minería puede impactar positivamente de
manera muy directa. Para los otros tres objetivos restantes (6,15 y 13),
la minería debe ayudar a mitigarlos, también de manera muy directa.
Para acotar mejor este análisis en este artículo, vamos a trabajar solo
aquellos objetivos en los que la minería impactaría MUY
DIRECTAMENTE de manera positiva. Son distintas las preguntas que
me nacen, entonces.

1.- ¿De qué manera la minería en nuestro país está involucrada en


estos procesos?

2.- Si está involucrada, ¿cómo mide el impacto de sus intervenciones?

3.- ¿Es esta clasificación adecuada a los intereses de desarrollo de


nuestras empresas y nuestro país?

4.- ¿Deberíamos hacer un ejercicio para contextualizar estos procesos


y acondicionar las prioridades de la minería en el país con la finalidad
de contribuir mejor a nuestro desarrollo integral?

5.- ¿Cuánto compromiso genuino y verificable podemos obtener?

6.- ¿Ayudaría en la viabilidad y legitimidad de nuestros proyectos


mineros una priorización de este tipo?

Protesta por el proyecto minero Las Bambas

Por ejemplo, coloquemos este mapa de intervención minera en el


contexto de Las Bambas y evaluemos con ello la sostenibilidad
corporativa de MMG en este contexto sociopolítico. ¿Sería un
instrumento útil para su legitimidad y futura sostenibilidad corporativa?
¿Es la priorización de objetivos propuestos la más adecuada, por
ejemplo, para la sostenibilidad de este proyecto en Cotabambas y
Grau? ¿Cuánta legitimidad podría obtener MMG orientándose a
trabajar los objetivos 7, 8 y 9 y dejando de trabajar otros objetivos
vinculados al desarrollo local de Apurímac? Con absoluta convicción,
creo que no obtendría mucha legitimidad. Este contexto
socioeconómico registra problemas estructurales que deben hacer
reflexionar la priorización planteada por este estudio.

¿No sería recomendable desarrollar un ejercicio estratégico, con miras


a la sostenibilidad corporativa y al desarrollo sostenible del entorno,
centrándonos en los objetivos 1, 4 y 17, por ejemplo? De manera
temeraria colocaría los objetivos 1, 4 y 17 en el espacio de
intervención “Muy Directo” para impactar positivamente en todo lo que
le concierne a estos objetivos. Todo ello, con la finalidad de planificar
estrategias y actividades orientadas a tener un impacto directo sobre
la reducción de la pobreza, la mejora de la educación y la
consolidación de alianzas institucionales, alrededor de Cotabambas y
Grau, por ejemplo.

Digo esto debido a que los objetivos 7, 8 y 9 pueden ser vistos como
parte directa de la gestión empresarial, apropiada a las necesidades
de la compañía, principalmente. La percepción que provoca intervenir
principalmente en estos objetivos de Energías Renovables, Empleo
Digno e Inversión de Infraestructura es que esta inversión redunda en
la eficiencia y alta productividad de la empresa, pero no aporta mucho
al desarrollo local. Por lo menos, no tanto, como si aportaría intervenir
en los objetivos 1, 4 y 17. De manera que, priorizar esfuerzos e
inversiones en los objetivos 7, 8 y 9 solo contribuirá a la productividad
y rentabilidad de la empresa, pero muy poco en la solución de
problemas estructurales de la comunidad, necesario aliado de la
operación minera.

Por ello, recomendamos utilizar este Atlas, relativizándolo y


contextualizando en función de las necesidades operativas de cada
operación minera. En este caso, un ejercicio efectivo en los objetivos
1, 4 y 17 no necesariamente contribuye, de manera directa, en la
productividad de sus actividades anuales, pero sí influye en su
viabilidad y sostenibilidad corporativa, la cual se mide en el largo
plazo. Y ello sí configura una valoración muy alta para la reputación de
la compañía.

En síntesis, es posible desarrollar proyectos extractivos sostenibles si


enfocamos bien la priorización de necesidades de nuestros contextos
sociopolíticos y socioeconómicos. No está demás reflexionar sobre las
principales omisiones y errores cometidos en nuestro trajinar
corporativo con el fin de verificar que hay nuevas e innovadoras
oportunidades para legitimar el negocio, desarrollando el entorno
inmediato.

Como parte del servicio de capacitación a la medida, GERENS ofrece


el Programa en Gestión de las Relaciones y Conflictos con los Grupos de
Interés, con el cuál podrá evitar o manejar posibles conflictos con los
stakeholders. Si tiene alguna pregunta, escríbanos al formulario de
contacto.

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