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Expediente 1340-2015 1

APELACIÓN DE SENTENCIA DE AMPARO

EXPEDIENTE 1340-2015
CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD: Guatemala, dieciocho de noviembre de dos
mil quince,
En apelación y con sus antecedentes, se examina la sentencia de dieciséis
de marzo de dos mil quince, dictada por la Sala Quinta de la Corte de Apelaciones
del ramo Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente, constituida en
Tribunal de Amparo, en la acción de amparo promovida por Hilda Mariela Garzaro
Díaz contra el Juez Segundo de Primera Instancia Penal, Narcoactividad y Delitos
contra el Ambiente del departamento de Quetzaltenango. El postulante actuó con
el patrocinio del abogado José Daniel Ochoa Morales. Es ponente en el presente
caso la Magistrada Presidenta, Gloria Patricia Porras Escobar, quien expresa el
parecer de este Tribunal.
ANTECEDENTES
I. El AMPARO
A) Interposición y autoridad: presentado el veintiséis de enero de dos mil quince
en la Sala Quinta de la Corte de Apelaciones del ramo Penal, Narcoactividad y
Delitos contra el Ambiente. B) Acto reclamado: resolución de quince de enero de
dos mil quince, por la que se declaró la reanudación de la persecución penal y la
reapertura a juicio del proceso penal seguido contra la ahora amparista por el
delito de Casos especiales de estafa. C) Violaciones que denuncian: al derecho
de defensa y al principio jurídico del debido proceso. D) Hechos que motivan el
amparo: de lo expuesto por la postulante y de las constancias procesales se
resume: D.1) Producción del acto reclamado: a) ante el Juez Segundo de
Primera Instancia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente del
departamento de Quetzaltenango -autoridad impugnada- se inició proceso penal
contra la ahora amparista por el delito de Casos especiales de estafa, el que, por
no sostener la acusación suficientemente, clausuró provisionalmente la referida
autoridad, ordenando la incorporación de determinados medios de investigación;
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b) el ente investigador presentó los medios que estimó pertinentes, solicitando la


reapertura de la persecución penal y, consecuentemente, la apertura a juicio oral y
público, pretensiones que, en resolución de quince de enero de dos mil quince –
acto reclamado-, se declararon con lugar. D.2) Agravios que se reprochan al
acto reclamado: manifestó que la resolución impugnada viola el derecho y
principio jurídico enunciados, pues no se presentó el requerimiento fiscal en el
plazo fijado en una primera oportunidad, y no se practicaron los medios de
investigación que se ordenaron oportunamente, pretendiendo presentar elementos
que no fueron los que el juzgador ordenó, por lo que era procedente decretar el
sobreseimiento. Agregó que la resolución reprochada carece de la debida
fundamentación, porque la presentación del informe bancario que no contenía lo
requerido por el Juez contralor. D.3) Pretensión: solicitó que se le otorgue el
amparo y, como consecuencia, que se deje en suspenso el acto reclamado. E)
Uso de procedimientos y recursos: ninguno. F) Casos de procedencia: invocó
el contenido en las literales a) y h) del artículo 10) de la Ley de Amparo, Exhibición
Personal y de Constitucionalidad. G) Leyes que estiman violadas: citó los
artículos 2º., 12 y 13 de la Constitución Política de la República de Guatemala; 8°.
y 21 de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos; 14 del Pacto
Internacional de Derecho Civiles y Políticos; 3, 11 Bis, 153 y 340 del Código
Procesal Penal.
II. TRÁMITE DEL AMPARO
A) Amparo provisional: no se otorgó. B) Terceros interesados: a) Eddie
Roderico Gómez Barrios, querellante adhesivo; y b) Ministerio Público. C) Informe
circunstanciado: la autoridad cuestionada realizó resumen de la audiencia de
quince de enero de dos mil quince, en el que se decretó la reapertura de la
persecución penal y se ordenó abrir a juicio penal contra Hilda Mariela Garzaro
Díaz o Géminis Rosario Garzaro Díaz. Adjuntó audio de la referida audiencia. D)
Remisión de antecedente: expediente 09012-2013-00324 del Juzgado Segundo
de Primera Instancia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente del
departamento de Quetzaltenango. E) Medios de comprobación: los admitidos y
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diligenciados por el Tribunal de Amparo de primer grado. E) Sentencia de primer


grado: la Sala Quinta de la Corte de Apelaciones del ramo Penal, Narcoactividad
y Delitos contra el Ambiente, constituida en Tribunal de Amparo, consideró: “…
Del contenido del disco de audio que contiene la resolución objeto del presente
amparo, el juez a aquo manifiesta que el informe del banco no es un informe que
se haya pedido y no se dio autorización judicial, por lo que solo se corrobora en
cuanto a una tarjeta de ahorro que la misma es un documento auténtico que no ha
sido redargüido de nulidad, por lo que el juzgador considera que la información
corroborada es suficiente. Al analizar el acto reclamado, esta Sala determina que
el Juez impugnado al haber resuelto abrir a juicio oral y público y considere que
con todos los elementos de investigación presentado eran suficientes para la
reanudación del proceso, no constituye violación alguna y el hecho de que la
accionante discrepe de la decisión judicial que constituye el acto reclamado, no
significa que exista violación a los derechos constitucionales que denuncia la
postulante, habida cuenta que la actuación del juez a quo se enmarca dentro de
sus funciones jurisdiccionales, por lo que el amparo no es un medio para revisar
los asuntos sometidos a la jurisdicción ordinaria, salvo que exista violación de
normas constitucionales lo cual no se advierte en el presente caso. Por lo antes
relacionado deviene notoriamente improcedente la presente acción de amparo
debiendo denegar el mismo y como consecuencia se condena en costas al
solicitante y se impone la multa al abogado patrocinante por lo antes
considerado…”. Y resolvió: “… I. Deniega el amparo solicitado por Hilda Mariela
Garzaro Díaz, en contra del Juez del Juzgado Segundo de Primera Instancia
Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente del departamento de
Quetzaltenango, por las razones consideradas. II) Se condena en costas a la
solicitante. III) Se impone al abogado patrocinante José Daniel Ochoa Morales una
multa de un mil quetzales, la que deberá ingresar dentro de los cinco días de que
cause firmeza este fallo a la Tesorería de la Corte de Constitucionalidad bajo
apercibimiento de que en caso de incumplimiento su cobro se hará por la vía legal
correspondientes…”.
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III. APELACIÓN
Hilda Mariela Garzaro Díaz, accionante, apeló, argumentando en similar sentido
que en el escrito inicial de amparo y agregó que no pretende convertir el amparo
en instancia revisora de lo resuelto en la jurisdicción ordinaria, sino que lo que
persigue es denunciar las violaciones que le afectan al no conocer de un medio de
investigación en la forma debida.
IV. ALEGATOS EN EL DÍA DE LA VISTA
A) Hilda Mariela Garzaro Díaz, postulante, reiteró lo manifestado en el escrito
inicial de amparo y en el de apelación. Solicitó que se revoque la sentencia
apelada. B) Eddie Roderico Gómez Barrios, tercero interesado, manifestó que
la autoridad reprochada actuó dentro del marco de la ley y que el amparo
interpuesto por la postulante es dilatorio, frívolo e improcedente, ya que
únicamente persigue entorpecer el trámite del proceso subyacente. Solicitó que se
confirme la sentencia impugnada. C) El Ministerio Público, por medio de la
Fiscalía de Asuntos Constitucionales, Amparos y Exhibición Personal,
manifestó que comparte el criterio del Tribunal a quo, ya que el argumento de la
amparista carece de sustento, pues en la etapa en que se encuentra el proceso,
no es necesaria la certeza de la responsabilidad del sindicado, sino que existan
medios suficientes para determinar si existe o no fundamento para someter a
persona a juicio oral y público, conforme al artículo 322 del Código Procesal Penal,
por lo que no existe agravio y, por ello, el amparo resulta notoriamente
improcedente. Solicitó que se confirme la sentencia apelada.
CONSIDERANDO
-I-
Existe violación a la tutela judicial efectiva, cuando la autoridad cuestionada
no toma en cuenta las constancias procesales presentadas por el ente
investigador, para acceder a la reforma del auto de procesamiento, lo que incide
en su deber de motivación de las resoluciones.
-II-
La accionante reclama contra la reapertura de la persecución penal y
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consecuente la emisión del auto de apertura a juicio, pues, a su criterio, la decisión


no fue debidamente motivada. Lo anterior porque, afirma, al declararse la clausura
provisional, en un primer momento, el juez contralor ordenó la incorporación de un
informe, pero cuando este fue emitido no cumplía con lo requerido por el citado
funcionario judicial y, no obstante ello, este accedió a decretar la apertura a juicio.
-III-
El derecho a la tutela judicial efectiva exige, como instrumento que
garantiza decisiones exentas de arbitrariedad e irrazonabilidad, que la resolución
que se emita esté fundada en Derecho, lo que exige motivación fáctica y jurídica
clara, completa y congruente con el asunto en discusión.
Para resolver el asunto puesto a conocimiento de la justicia constitucional,
se hace preciso referirse a los estados intelectuales del juez en cada una de las
distintas etapas del proceso, es decir, el mayor o menor grado de convencimiento
que el juzgador –sea el que conoce en primer grado o el tribunal de alzada que
controla la decisión de aquel– ha de adquirir respecto de la comisión de un hecho
sancionado como delito o falta por la ley penal y la participación del imputado,
estado intelectual que ha de quedar reflejado en los correspondientes
razonamientos vertidos en la decisión judicial.
En la doctrina, se aprecia clara e ilustrativa la explicación que ofrece
Cafferata Nores, quien señala: “La ley subordina el dictado de las decisiones
judiciales que determinan el inicio, el avance o la conclusión del proceso a la
concurrencia de determinados estados intelectuales del juez en relación con la
verdad que se pretende descubrir. a) En el inicio del proceso no se requiere más
que la afirmación, por parte de los órganos públicos autorizados […] de la posible
existencia de un hecho delictivo […]. […] b) Para vincular a una persona con el
proceso, como posible responsable del delito que en él se trata, hacen falta
motivos bastantes […] para sospechar de su participación en la comisión de un
delito […], lo cual impide una imputación arbitraria (la más próxima manifestación
del principio de inocencia es la de no ser imputado arbitrariamente). Ello impedirá
el sometimiento de aquella al procedimiento si se tiene la certeza de que no hubo
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‘participación en un hecho típico, antijurídico, culpable y punible’, o esta aparece


como improbable (ya que la improbabilidad de su participación es, lógicamente,
incompatible con sospechas motivadas al respecto). […] d) En el momento de la
clausura de la instrucción y elevación a juicio, la ley también sujeta el dictado de
las resoluciones autorizadas para esta fase a la existencia de determinados
estados intelectuales: 1) La certeza negativa determinará, ahora como antes, el
sobreseimiento. 2) La elevación a juicio requerirá probabilidad, cuya existencia
derivará […], del hecho de mantenerse la que dio fundamento al procesamiento,
cuyo dictado y mantenimiento son presupuestos legales de la elevación a juicio
[…]. […] e) En la oportunidad del dictado de la sentencia definitiva, después del
debate oral y público, se establece que solo la certeza sobre la culpabilidad del
imputado autorizará una condena en su contra […], pues, gozando este de un
estado jurídico de inocencia constitucionalmente reconocido […] únicamente podrá
ser declarado culpable cuando las pruebas hayan producido la más plena
convicción del tribunal al respecto.” (La prueba en el proceso penal, Ediciones
Depalma, Buenos Aires, mil novecientos noventa y ocho, páginas nueve a doce).
De lo expuesto pueden destacarse distintos elementos que denotan el
estados intelectivos del juzgador durante las diferentes etapas del proceso penal:
a) En la etapa preparatoria, para emitir auto de procesamiento, el juez no
debe limitarse a recibir el requerimiento fiscal, sino que se exige que la
información existente revele, a criterio del juzgador, motivos racionales suficientes
para creer que el ilícito ha sido cometido y que el imputado ha participado en él
(artículos 13 constitucional y 321, numeral 4), del Código Procesal Penal), esto es
la sospecha fundada que impide una imputación arbitraria, limitando el ejercicio
del ius puniendi estatal;
b) En la etapa intermedia, por su parte, para dictar auto de apertura a juicio,
más que sospecha, se exige que el juez considere la probabilidad de la
responsabilidad del acusado fundada en los elementos de convicción que se le
presenten (artículos 332, 332 Bis, 340 y 342 del Código Procesal Penal), esto es
que exista fundamento para someter a la persona a juicio por su probable
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participación en el hecho que transgrede la ley penal; y


c) Por último, para dictar sentencia condenatoria, el juez deberá
convencerse de la responsabilidad del acusado, en tanto el derecho fundamental a
la presunción de inocencia exige un grado de certeza respecto de la existencia del
hecho que viola la ley penal y la participación del procesado (artículos 14
constitucional, 14 y 392 del Código Procesal Penal).
Como se indicó, el estado intelectual del juzgador debe quedar expuesto en
las motivaciones contenidas en la resolución, lo que requiere la indicación expresa
de las razones que han determinado la decisión asumida, en tanto revelan
objetivamente (por apoyarse en la información existente y en las actuaciones
procesales) que el juez considera que ha adquirido el mayor o menor “grado de
convencimiento” que para cada etapa se exige constitucional y legalmente.
Esa indicación expresa de las razones de la decisión judicial no es otra
cosa que el cumplimiento del deber de motivación a que alude el artículo 11 Bis
del Código Procesal Penal, el que se relaciona directamente con el derecho a la
tutela judicial efectiva que exige, como instrumento necesario para excluir la
arbitrariedad o la irrazonabilidad del fallo, que las decisiones de los tribunales de
justicia estén fundadas en Derecho.
En otras palabras, cuando la autoridad judicial decide admitir la acusación y
abrir a juicio contra el procesado, es decir, cuando emite auto de apertura a juicio,
la exigencia de motivación de dicho auto responde tanto a los límites de la
acción punitiva del Estado en orden a la garantía del derecho a la presunción
de inocencia, pues solo es viable abrir a juicio cuando se considere
fundadamente la probabilidad de la existencia del delito y la participación del
acusado en este, como a la garantía del derecho a la tutela judicial efectiva, en
tanto solo una resolución judicial motivada, que permita conocer las razones de
hecho y de derecho en que se funda la decisión, y que dé respuesta a las
pretensiones de las partes, provee tutela en los términos constitucionalmente
exigidos.
Del estudio de los antecedentes, este Tribunal estima necesario citar lo
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conducente del acto reclamado, en el que la autoridad impugnada consideró: “…


el día de hoy nos presenta la fiscalía un informe en donde se indica, del Ministerio
de Comunicaciones (…) hay un informe en donde se indica que no hay dirección
en este departamento, indica que ante esa dirección general del transporte (…) se
hace de su conocimiento que no existe ninguna solicitud de línea nueva de la ruta
de cuatro caminos San Cristóbal Totonicapán, al municipio de San Marcos a
nombre del señor Eddie Roderico Gómez Barrios. (…). El día de hoy advertimos
que no se indicó por parte de la fiscalía si se tiene algún video, entendemos que
no existe, únicamente nos trae un estado de cuenta de depósitos de ahorros de
marzo del año dos mil diez, y abril del año dos mil diez, en donde se nos indica
que el trece de abril del año dos mil diez, se hace un retiro de veintisiete mil,
tendríamos que indicar que coincide, porque aquí son medios de investigación o
de convicción, no estamos todavía en la etapa para poder, en este caso y el día
dice, trece de abril del año dos mil diez, aproximadamente a las quince horas nos
indica que en este caso, sí está el movimiento del trece de abril del año dos mil
diez, que entenderíamos que es la forma en que nos trae la fiscalía del Ministerio
Público, ya será en su etapa siguiente si la misma tiene valor o no. En este caso,
estima el juzgador que habiéndose cumplido con esos requisitos que se han
solicitado, si bien es cierto nos indica la defensa el día de hoy que no se gestionó
correctamente si, ante la Dirección General de Transportes y Obras Públicas,
correctamente esto pues tendríamos que indicar que es lo que se tenía
conocimiento si se había solicitado alguna solicitud (…) tendríamos que indicar
que hasta este momento no existe (…) en este caso solo se corrobora en cuanto a
una tarjeta de ahorro que la misma pues también se advierte que es un
documento auténtico, es decir que no ha sido redargüido de nulidad o falsedad. En
tal virtud estima el juzgador que la información corroborada es suficiente. En
cuanto a lo demás, tal y como se ha indicado, pues no se verificó sobre una
inspección ocular sobre el lugar donde ocurre el hecho; pues eso no fue el objeto
de la clausura provisional y por lo tanto no tendría razón de ser pues sí se cuentan
con los demás medios de investigación. Ahora en cuanto o al análisis que hace la
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defensa, en cuanto al hecho imputable, pues tendríamos que indicar que el mismo
tendría que realizarse en su momento procesal oportuno, es decir en la siguiente
etapa en virtud de que ya se determinaba si se incluían esos medios de
investigación, si no la fiscalía no traía dichos medios de investigación, tendríamos
que, en este caso, sobreseer el presente proceso; es decir, que en cuanto a lo
demás que se indica de si hubo engaño o error, que es lo que discute la defensa,
será en la siguiente etapa, por qué, porque en este caso se dictó un auto de
procesamiento, en este caso se dictó una clausura provisional porque se
necesitaban algunos medios de investigación, entonces el análisis indica la
defensa, será en la siguiente etapa. Sí es en este caso, un verbo rector se ha
cumplido, pues estimamos que hasta este momento se determina que no existe
ningún otro elemento de investigación que indique que la persona agraviada, pues
es otro tipo de contrato, otro tipo de actividad o negocio que se haya realizado.
Pues aquí viene a confirmar que en este caso se presentan dos fotocopias (…) en
este caso de Eddi Roderico Gómez Barrios (…) pues tendríamos que advertir que
en este momento se corrobora que tenía la intención de indicarle a la persona que
sí se iba a tramitar la obtención de dichas autorizaciones para poder operar como
transportista en este lugar, y al no haberse determinado que sea por otro tipo de
contrato, pues determina el juzgador que por el momento no ha lugar a dichas
peticiones (…) por ahora estima el juzgador que es procedente continuar con la
siguiente etapa en donde se debe establecer la inocencia o culpabilidad de la
persona, en todo caso pues ya se cumplió con esta etapa de investigación (…).
Hasta este momento estima el juzgador entonces que con todos los elementos de
investigación que se han presentado para la reanudación fundamentado en los
artículos 332, 332 Bis, (…) al momento de resolver el juzgador declara: I) no ha
lugar el sobreseimiento (…). II) Admite la acusación formulada (…) y como
consecuencia se abre a juicio penal por el delito de casos especiales de
estafa…”.Al hacer el análisis correspondiente, este Tribunal advierte que el fallo
que ahora se reprocha en amparo carece de la debida motivación, pues no explica
con claridad las razones por las que la autoridad cuestionada admitió la acusación
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y, por ende, decretó la apertura a juicio; por el contrario, el Juez reprochado se


limitó a relacionar el cumplimiento de lo ordenado en la clausura provisional
previamente decretada, pero la verificación de esto no faculta al juzgador a omitir
indicar suficientemente si existen graves indicios y motivos materiales suficientes
para creer que la acusada es responsable penalmente, conforme a lo requerido
por el artículo 332 del Código Procesal Penal, no bastando la simple alusión del
referido artículo, por lo que se advierte vulneración al derecho a la tutela judicial
efectiva. Lo anterior sin perjuicio de que, sin entrar a valorar los elementos o
medios de investigación, sí debe analizar y motivar si estos son suficientes para
sostener la acusación y no proceder a efectuar la remisión del expediente al
tribunal sentenciador , para que sea este el que determine tal extremo.
Por lo anterior, esta Corte concluye que la autoridad impugnada, en la
emisión del acto reclamado, violó los artículos 12 de la Constitución Política de la
República de Guatemala, 11 Bis y 332 del Código Procesal Penal, por lo que el
amparo debe otorgarse y, habiendo resuelto en sentido contrario el Tribunal de
Amparo de primer grado, procede revocar la sentencia apelada, sin condenar en
costas a la autoridad reprochada por la presunción de buena fe que revisten las
actuaciones judiciales.
LEYES APLICABLES
Artículos citados, 265, 268 y 272, inciso c), de la Constitución Política de la
República de Guatemala; 8º, 10, 42, 44, 46, 47, 57, 60, 61, 66, 67, 149, 163, inciso
c), 185 y 186 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad;
29, 36, 72 y 73 del Acuerdo 1-2013 de la Corte de Constitucionalidad.
POR TANTO
La Corte de Constitucionalidad, con base en lo considerado y leyes
citadas, resuelve: I) Con lugar el recurso de apelación interpuesto por Hilda
Mariela Garzaro Díaz, accionante, y, como consecuencia, revoca la sentencia
venida en grado y resolviendo conforme a Derecho, dispone: a) otorga el amparo
solicitado por Hilda Mariela Garzaro Díaz y, como consecuencia: i) se le
restablece en la situación jurídica afectada, dejando en suspenso el acto
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reclamado; ii) para los efectos positivos del presente fallo, deberá dictarse la
resolución que corresponda, para lo cual se conmina a la autoridad impugnada
para que dé exacto cumplimiento a lo resuelto, dentro del plazo de cinco días
contados a partir del día en que este fallo quede firme, bajo apercibimiento de que,
en caso de incumplimiento, se le impondrá multa de dos mil quetzales
(Q2,000.00), sin perjuicio de las demás responsabilidades en que pudiera incurrir;
y b) no condena en costas a la autoridad impugnada. II) Notifíquese y, con
certificación de lo resuelto, devuélvase el antecedente.

GLORIA PATRICIA PORRAS ESCOBAR


PRESIDENTA

MAURO RODERICO CHACÓN CORADO HÉCTOR HUGO PÉREZ AGUILERA


MAGISTRADO MAGISTRADO

MARÍA DE LOS ANGELES ARAUJO BOHR CARMEN MARÍA GUTIÉRREZ DE COLMENARES


MAGISTRADA MAGISTRADA

MARTÍN RAMÓN GUZMÁN HERNÁNDEZ


SECRETARIO GENERAL

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