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Expedientes acumulados
3026-2012 y 3037-2012

APELACIÓN DE SENTENCIA DE AMPARO

EXPEDIENTES ACUMULADOS 3026-2012 Y 3037-2012

CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD: Guatemala, veintinueve de agosto de dos

mil trece.

En apelación y con sus antecedentes, se examina la sentencia de diez de

julio de dos mil doce, dictada por la Corte Suprema de Justicia, Cámara de

Amparo y Antejuicio, en la acción constitucional de amparo promovida por el

Ministerio Público, por medio de la Unidad de Impugnaciones, contra la Sala

Regional Mixta de la Corte de Apelaciones de Huehuetenango. El postulante

actuó con el patrocinio del agente fiscal Vielmar Bernaú Hernández Lemus. Es

ponente en el presente caso el Magistrado Vocal III, Alejandro Maldonado

Aguirre, quien expresa el parecer de este Tribunal.

ANTECEDENTES

I. EL AMPARO

A) Interposición y autoridad: presentado el diecisiete de febrero de dos mil

doce, en el Juzgado de Paz Penal de Faltas de Turno del municipio y

departamento de Guatemala y remitido a la Corte Suprema de Justicia, Cámara

de Amparo y Antejuicio. B) Acto reclamado: sentencia de dos de diciembre de

dos mil once, dictada por la Sala Regional Mixta de la Corte de Apelaciones de

Huehuetenango, que acogió el recurso de apelación especial por motivo de

forma promovido por Alejandro Antonio Arriaza Aguilar, en calidad de abogado

defensor de Víctor Hugo Morales González, contra el fallo condenatorio emitido

en su contra por los delitos de Conspiración y Asociación ilegal de gente

armada. C) Violaciones que denuncia: al derecho de defensa y al principio


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jurídico del debido proceso. D) Hechos que motivan el amparo: de lo expuesto

por el accionante y del estudio de las constancias procesales se resume: D.1)

Producción del acto reclamado: a) el Tribunal de Sentencia Penal,

Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente del departamento de

Huehuetenango, dictó sentencia condenatoria contra Víctor Hugo Morales

González por los delitos de Conspiración y Asociación ilegal de gente armada;

b) por lo anterior, el sindicado y su abogado defensor interpusieron, en forma

separada, recursos de apelación especial, el primero por motivo de fondo y el

segundo por forma, que conoció la Sala Regional Mixta de la Corte de

Apelaciones de Huehuetenango –autoridad cuestionada– que decidió no

acogerlos; c) contra el fallo de segunda instancia, el procesado interpuso

recurso de casación por motivo de forma que, la Corte Suprema de Justicia,

Cámara Penal, declaró con lugar y, como consecuencia, ordenó que la Sala

jurisdiccional emitiera nueva resolución; y d) la autoridad reprochada, en

cumplimiento de lo ordenado por el Tribunal de Casación, emitió sentencia de

dos de diciembre de dos mil once –acto reclamado–, en la que acogió el recurso

de apelación especial por el motivo de forma y, como consecuencia, ordenó el

reenvío del proceso para la celebración de nuevo debate. D.2) Agravios que se

reprochan al acto reclamado: estimó vulnerados el derecho y principio jurídico

enunciados, porque el medio de impugnación planteado por motivo de forma

contenía deficiencias, debido a que el apelante invocó siete submotivos por

injusticia notoria, respecto de una misma norma supuestamente transgredida,

derivando de la falta de motivación la injusticia notoria, lo que no es válido y, a

pesar de ello, la autoridad cuestionada lo analizó. Con ese proceder se violaron

los principios de congruencia y dispositivo que rigen el recurso de apelación


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especial, lo que conlleva vulneración al principio de imperatividad, porque se

variaron las formas del proceso. Afirmó que los argumentos contenidos en el

acto reclamado no constituían motivo suficiente para decidir la anulación de la

sentencia y ordenar el reenvío, debido a que el fallo de primer grado se

encontraba fundamentado, porque en este, de una forma clara y precisa, se

realizó la valoración de las pruebas de carácter decisivo, en cumplimiento de las

reglas de la sana crítica razonada. Por el contrario, es la Sala reprochada la que

transgredió el artículo 11 Bis del Código Procesal Penal, porque su fallo carece

de una debida fundamentación, debido a que no indicó en qué forma el tribunal

sentenciador omitió realizar la valoración probatoria de conformidad con el

sistema de la sana crítica razonada, lo que es incongruente con las constancias

procesales, porque el tribunal de juicio hizo una debida exposición de las

razones por las que al sindicado, conforme a los medios de prueba que fueron

incorporados y valorados en el debate, se le declaró responsable y se le

condenó por los delitos imputados. La referida autoridad no tomó en

consideración que el tribunal sentenciador tuvo por acreditados los hechos que

sustentan la plataforma fáctica, probatoria y jurídica de la hipótesis acusatoria

planteada por el ente acusador, ignorando que los hechos probados son

congruentes con los elementos de convicción que permitieron concluir sobre la

culpabilidad del procesado. Expresó que la facultad del tribunal de segunda

instancia conferida por el artículo 432 del Código Procesal Penal requiere la

concurrencia de un vicio procesal de tal magnitud que amerite la anulación de la

decisión recurrida, lo que no sucedió en el presente caso, por lo que, con la

emisión del acto reclamado, la autoridad reprochada se excedió en el ejercicio

de sus facultades. Refirió que invocar la inobservancia de normas concernientes


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a injusticia notoria es inadmisible, porque el recurso de apelación especial se

limita a revisar la legalidad de las resoluciones y, para determinar la injusticia

notoria en un caso concreto, es necesario entrar en el campo de valoración de la

prueba y examinar la forma en que quedaron establecidos los hechos que se

juzgan, lo cual está prohibido al tribunal de apelación. Concluyó que en el fallo

de primer grado no existen los vicios referentes a injusticia notoria que adujo la

autoridad cuestionada. D.3) Pretensión: solicitó que se le otorgue amparo y,

como consecuencia, se deje en suspenso en forma definitiva el acto reclamado.

E) Uso de procedimientos y recursos: ninguno. F) Casos de procedencia:

invocó los contenidos en las literales a), b) y d) del artículo 10 de la Ley de

Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad. G) Leyes que estima

violadas: citó los artículos 12 y 251 de la Constitución Política de la República

de Guatemala; y 3, 11 Bis y 20 del Código Procesal Penal.

II. TRÁMITE DEL AMPARO

A) Amparo provisional: no se otorgó. B) Terceros interesados: a) Víctor Hugo

Morales González, sindicado; b) Carlos Abraham Calderón Paz y Edgardo

Enrique Enríquez Cabrera, abogados defensores; y c) Ministerio Público, por

medio de la Fiscalía de Delitos contra la Narcoactividad. C) Remisión de

antecedentes: expedientes con número único trece mil treinta y uno – dos mil

ocho – cero cero cero cuarenta y nueve (13031-2008-00049) de la Sala Regional

Mixta de la Corte de Apelaciones de Huehuetenango y del Tribunal de Sentencia

Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente del departamento de

Huehuetenango. D) Pruebas: los antecedentes identificados en la literal

anterior. E) Sentencia de primer grado: la Corte Suprema de Justicia, Cámara

de Amparo y Antejuicio, consideró: “…En el presente caso, luego del estudio de


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los antecedentes del proceso, la acción de amparo y las normas aplicables al

caso concreto, esta Corte concluye que la Sala Regional Mixta de la Corte de

Apelaciones del departamento de Huehuetenango al emitir la sentencia del dos

de diciembre de dos mil once, lo hizo dentro del ejercicio de las facultades que

la ley le confiere, toda vez que aplicó correctamente una facultad conferida por

la ley (artículo 409 del Código Procesal Penal), sin que ese ejercicio denote

violación a derecho fundamental alguno, pues para llegar a la conclusión de

anular la sentencia dictada por el Juez de primer grado, lo hizo con la

consideración de que (…) resultando que esa facultad de valorar, estimar y

resolver la realizó conforme lo establecido en el artículo 203 de la Constitución

Política de la República de Guatemala. De lo anterior, se evidencia que el acto

reclamado sí contiene una correcta fundamentación, ya que la autoridad

recurrida realizó una debida argumentación de los motivos de hecho y de

derecho que lo llevaron a otorgar el recurso de apelación interpuesto y anular la

sentencia recurrida; es decir, haciendo alusión de los aspectos fácticos y

preceptos legales aplicables al caso concreto; por tal razón, no se evidencia la

violación a los artículos 12 de la Constitución Política de la República y 11 Bis

del Código Procesal Penal. Sobre la base anterior es oportuno señalar que en el

proceso de amparo, las pretensiones del solicitante deben encaminarse a

denunciar violación concreta y directa de preceptos constitucionales o legales, y

no pretender que este tribunal, se constituya para valorar, calificar y emitir un

juicio de valor de lo que ya fue discutido por la justicia ordinaria, lo que

convertiría a la acción de amparo en una instancia revisora constitucionalmente

prohibida (…) Razonamientos que se fortalecen con la reiterada jurisprudencia

sentada por esta Cámara y por la Corte de Constitucionalidad, en el sentido de


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que el amparo planteado es improcedente, cuando del estudio del mismo se

determina que la autoridad contra la que se reclama ha actuado de conformidad

con las normas aplicables al caso concreto, no pudiendo ni debiendo

considerarse que el solo hecho de que lo resuelto sea contrario a sus intereses,

se convierta en una violación a sus derechos, cuando dentro de la tramitación

del expediente respectivo, tuvo a su alcance los medios de impugnación que

consideró pertinentes para poder lograr sus propósitos dentro del proceso

relacionado, por lo que en consecuencia, el amparo solicitado es notoriamente

improcedente y debe denegarse al emitirse el pronunciamiento legal

correspondiente…”. Y resolvió: “…I) Deniega, por notoriamente improcedente,

el amparo solicitado por el Ministerio Público contra la Sala Regional Mixta de la

Corte de Apelaciones del departamento de Huehuetenango. En consecuencia: a)

no se condena en costas al postulante, ni se impone multa al abogado

patrocinante...”.

III. APELACIÓN

El Ministerio Público, por medio de la Unidad de Impugnaciones y de la Fiscalía

de Asuntos Constitucionales, Amparos y Exhibición Personal, apeló reiterando

los argumentos contenidos en el escrito inicial de amparo.

IV. ALEGATOS EN EL DÍA DE LA VISTA

A) Ministerio Público, por medio de la Unidad de Impugnaciones y de la

Fiscalía de Asuntos Constitucionales, Amparos y Exhibición Personal,

reiteró los argumentos contenidos en sus escritos de apelación. Solicitó que se

revoque la sentencia impugnada y se le otorgue amparo. B) Víctor Hugo

Morales González, tercero interesado, alegó que la acción constitucional

promovida resulta improcedente, porque la autoridad cuestionada emitió el fallo


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que constituye el acto reclamado apegado a Derecho, como órgano fiscalizador

de legalidad. Solicitó que se declaren sin lugar los recursos de apelación y se

confirme la sentencia impugnada.

CONSIDERANDO

-I-

El amparo no es procedente cuando el estudio de las actuaciones revela

que la autoridad contra la que se reclama ha actuado en ejercicio de las

facultades que le confieren las disposiciones aplicables al caso concreto y sin

causar agravio dentro de la esfera de los derechos del solicitante.

-II-

Del estudio de las constancias procesales, esta Corte determina que en el

proceso sub iudice Víctor Hugo Morales González y su abogado defensor

interpusieron, en forma separada, recursos de apelación especial por motivos de

fondo y forma, respectivamente, contra el fallo condenatorio emitido en su contra

por los delitos de Conspiración y Asociación ilegal de gente armada. En el

motivo de forma, el defensor técnico invocó siete submotivos por inobservancia

o errónea aplicación de la ley, referentes a motivos absolutos de anulación

formal, con fundamento en el artículo 420 numerales 5) –vicios de la sentencia–

y 6) –injusticia notoria– del Código Procesal Penal, señalando como violados los

artículos 11 Bis y del 181 al 186 ibidem, argumentando, en esencia, falta

fundamentación e incorrecta valoración de la prueba en la sentencia de primera

instancia.

La Sala Regional Mixta de la Corte de Apelaciones de Huehuetenango –

autoridad reprochada–, al conocer del recurso de apelación especial, lo acogió

por el motivo forma en la sentencia que constituye el acto reclamado, para lo


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cual, en lo conducente, consideró: “…Del examen de este segundo submotivo,

estima este Tribunal de Apelación que cuando los Juzgadores de primer grado,

valoraron esta prueba material, veinticinco bolsas de nylon transparente con

letras negras vacías ya utilizadas para suministro de suero, les confirieron valor

probatorio para determinar que la idea de cometer los hechos ilícitos

relacionados surgió en la mente del activo Víctor Hugo Morales González, como

miembro de la organización criminal a la cual perteneció. Estima el Tribunal de

alzada que el razonamiento de los Jueces del Tribunal de Sentencia

evidentemente no es objetivo. Este extremo no fue acreditado en el desarrollo

del proceso, de donde se vició el procedimiento al carecer de fundamentación

objetiva, lógica y jurídica que es la [que] debe sustentar el fallo. Además,

conculcó el derecho de defensa del procesado porque lo deja sin una

explicación clara de cómo arribaron los Jueces de Sentencia a la conclusión de

que en su mente surgió la idea a que ellos se refieren y que toman como

fundamento para sustentar su razonamiento. No hay vinculación entre el medio

de convicción, el valor probatorio que le fue otorgado, el razonamiento y la

conclusión de los juzgadores, por lo que es evidente la existencia del vicio

denunciado en la sentencia que se examina (…) Asiste la razón al apelante

cuando en el fallo que se estudia, se encuentra que los Jueces del Tribunal de

Sentencia, no fundamentan de conformidad con el artículo 11 bis del Código

Procesal Penal su razonamiento para arribar a la conclusión de que el

procesado es autor de los delitos de Conspiración para la comisión del delito de

Asesinato y Asociación ilegal de gente armada, la Ley contra la Delincuencia

Organizada en su artículo 3 se refiere a la Conspiración, disponiendo que

comete este delito la persona que se concierte con otra u otras con el fin de
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cometer uno o más delitos. En el numeral e.3) del mismo artículo se refiere

concretamente al delito de Asesinato. En el artículo 5 de la mism a ley, se

establece Asociación ilegal de gente armada. Preceptuando que comete este

delito la persona que organice, promueva, pertenezca a grupos o asociaciones

no autorizadas, para el uso, entrenamiento o equipamiento con armas. Ahora

bien, en ningún pasaje del fallo al que esta instancia ha venido haciendo

referencia se aprecia que los elementos de este tipo penal hayan sid o

acreditados. En el folio 1660 de la pieza XI de este proceso, se lee que los

jueces del Tribunal de Sentencia determinaron que la conducta delictiva del

acusado encuadra en las figuras delictivas de a) Conspiración para cometer

delitos de asesinato, toda vez que el acusado se concertó con otros sujetos

miembros de una estructura criminal, con el fin de eliminar físicamente a [una]

persona; b) Asociación ilegal de gente armada: toda vez que el acusado

perteneció a un grupo o asociación no autorizada, para el uso o equipamiento de

armas, las cuales se utilizaron cuando se cometieron los hechos ilícitos que

mencionan, como se demuestra con el material bélico que fue localizado en el

lugar de los hechos, pero no razonan los juzgadores, como la ley lo exige, lo s

motivos que los llevaron a tener por acreditados estos hechos, violentando en

este sentido el contenido del artículo 11 bis del Código Procesal Penal,

causando por lo mismo al juzgar una injusticia que por su trascendencia puede

resultar notoria, razonamiento que lleva a esta instancia a acoger el submotivo

que se analiza (…) El estudio de lo expuesto por el apelante realizado (sic),

lleva a esta instancia a considerar que lo dicho para el sub motivo anterior

puede aplicarse también en este caso. El Tribunal omite el discernimiento

jurídico que sustenten los motivos válidos que acrediten que el sindicado haya
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realizado los hechos imputados. Con base al material probatorio el juzgador ha

de ir fundamentando su razonamiento lógico jurídico para concluir de manera

indudable el por qué de su decisión. Sin embargo, al no pronunciarse en este

sentido es claro que deja al imputado en ignorancia de las causas por las cuales

se le condena. Con este proceder se violenta el derecho de defensa, y de esa

cuenta, este submotivo debe acogerse, ya que se establece que el

procedimiento ha sido conculcado (…) En este agravio, advierte este tribunal de

alzada, que el recurrente también alega como vicio que los Jueces del Tribunal

de Sentencia arribaron a conclusiones sin manifestar razonadamente por qué

resolvieron de esa forma. Denuncia la ausencia de valoración adecuada de los

medios de convicción que sostengan la resolución de los juzgadores ya que en

el razonamiento contenido en la sentencia omiten manifestar de manera clar a

sobre qué fundamentos de prueba descansa su decisión. Del examen realizado

por este Tribunal de Apelación a este submotivo, resulta que el agravio que

contiene es el mismo que en los submotivos invocados antes, de donde deviene

aplicable el mismo razonamiento y la misma decisión en virtud que al apelante le

asiste la razón (…) Este Tribunal de alzada analiza el último de los sub motivos

de forma por injusticia notoria, invocado por el apelante (…) y trae a cuenta lo

que el artículo 186 del Código Procesal Penal establece, cuando dispone que

todo elemento de prueba para poder ser valorado de manera válida por el

juzgador, tiene que haber sido obtenido a través de un procedimiento permitido

por la ley e incorporado al proceso conforme a las disposiciones del mismo texto

legal. En este sentido, hay que distinguir dos momentos uno, si el objeto de

prueba fue introducido legalmente al proceso; y, otro con ese medio de prueba

introducido válidamente qué es lo que se pretende evidenciar. En el presente


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caso, el recurrente objetó no cómo se introdujo el medio de convicción (chaleco

antibalas) al proceso, sino la valoración que los jueces hicieron de dicho medio

de prueba. El razonamiento de los juzgadores, ciertamente, aparte de indicar

que lo tuvieron a la vista, no se refiere al mismo objeto de manera individual ni lo

valora independientemente. De conformidad con el análisis de laboratorio, y las

actuaciones, lo que se determinó es que la sangre encontrada en el chaleco

descrito en el fallo, es humana tipo O, agregando los jueces sentenciadores que

por sentido común se entiende pertenece al sindicado, siendo esta

circunstancia, lo que de conformidad con el fallo acredita que las manchas de

sangre que aparecen en el chaleco blindado es sangre del sindicado.

Razonamiento que este Tribunal de Apelación no puede tener por válido, en

virtud de que el Ministerio Público debió realizar en la etapa de investigación un

examen específico para determinar de manera clara y científica que la sangre

encontrada en el chaleco antibalas que portaba el sindicado era de su persona,

certeza que se hubiera obtenido con el resultado del examen correspondiente a

la sangre del sindicado, esta diligencia no se realizó siendo consecuencia, pues,

que no quedó acreditado dicho punto. Y en otra apreciación que este Tribunal de

Apelación tiene que hacer, es en cuanto al artículo 24 invocado por el apelante.

Del contenido de esa norma se desprende la obligación del Ministerio Público de

investigar cuando tenga conocimiento de la existencia de un grupo delictivo

organizado y el deber de ordenar a la autoridad policial el cumplimiento de los

extremos que se especifican. Esta disposición en el caso concreto, por sus

mismas circunstancias no se produjo. Por lo expuesto anteriormente, y de los

siete submotivos invocados como motivos de forma, esta Sala evidencia que el

Tribunal de Sentencia dejó de aplicar o fueron aplicadas equivocadamente


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normas que regulan lo referente a la forma del procedimiento. Por lo que

consecuentemente, el recurso de apelación especial, hecho valer por motivos de

forma encuentra acogida, con sus consecuencias jurídicas. En conclusión, pues,

arriba esta Sala a la decisión de que los argumentos vertidos, deben atenderse

por esta instancia, pues ha constatado que existe inobservancia y errónea

aplicación de la ley que conlleva defecto de procedimiento, de donde resulta la

necesidad de anular totalmente la sentencia recurrida y la obligación de ordenar

la renovación del trámite por el Tribunal competente…”.

Según lo transcrito y del análisis realizado en las constancias procesales,

esta Corte determina que la autoridad reprochada, al emitir el acto reclamado,

realizó un estudio de la sentencia impugnada, determinando la existencia de los

vicios señalados por el apelante, exponiendo en forma clara y precisa los

motivos de hecho y de Derecho que le permitieron concluir acerca de la

procedencia del recurso de apelación especial por motivo de forma, derivado de

la falta de fundamentación en el fallo de primera instancia, en cuanto a la forma

en que quedó demostrada la culpabilidad del procesado en l os hechos que se le

atribuyeron. La situación descrita se produjo porque el Tribunal de juicio adujo

que el sindicado cometió los hechos imputados encuadrando su conducta en los

delitos por los que lo condenó, pero del examen de la sentencia advirtió la

inexistencia de elementos de convicción que, razonados adecuadamente,

sustentaran sus afirmaciones, lo que conllevaba violación al derecho de defensa

del incoado al vedarle la oportunidad de conocer las razones jurídicamente

válidas que motivaron la sentencia de condena, lo que, a su juicio, por su

trascendencia, constituía injusticia notoria. Además, determinó que el tribunal

sentenciador no valoró adecuadamente los medios de prueba que indicó el


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apelante, porque de estos obtuvo conclusiones carentes de motivación lógica;

por lo que, ante las deficiencias señaladas, la autoridad cuestionada dejó sin

efecto el fallo recurrido y ordenó el reenvío.

Se concluye que los razonamientos de la Sala de la Corte de Apelaciones

fueron expuestos en una forma clara y precisa que permiten comprender las

razones de hecho y de Derecho que fundamentaron la decisión asumida, sin que

sea posible al Tribunal de Amparo revisar el criterio valorativo contenido en el

acto reclamado ni ejercer funciones propias de la jurisdicción ordinaria, en la

que la institución postulante tuvo la oportunidad de hacer valer sus derechos y

presentar los alegatos pertinentes, los cuales fueron resueltos en las instancias

que permite la ley, actuando la autoridad cuestionada, al emitir el acto

reclamado, en el ámbito de las facultades que le otorgan los artículos 203 de la

Constitución Política de la República de Guatemala, 421 y 432 del Código

Procesal Penal, lo que denota la inexistencia de agravio en los derechos

constitucionales del amparista, por lo que la protección constitucional deberá

denegarse por ser notoriamente improcedente y, habiendo resuelto en el mismo

sentido el Tribunal a quo, debe confirmarse la sentencia apelada.

LEYES APLICABLES

Artículos citados y 265, 268 y 272, inciso c), de la Constitución Política de

la República de Guatemala; 1º., 2º., 3º., 4º., 5º., 6º., 8º., 42, 48, 60, 61, 66, 67,

149, 163, inciso c) y 185 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de

Constitucionalidad; y 17 y 34 bis del Acuerdo 4-89 de la Corte de

Constitucionalidad.

POR TANTO

La Corte de Constitucionalidad, con base en lo considerado y leyes


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citadas, al resolver declara: I) Sin lugar los recursos de apelación interpuestos

por el Ministerio Público, por medio de la Unidad de Impugnaciones y de la

Fiscalía de Asuntos Constitucionales, Amparos y Exhibición Personal y, como

consecuencia, se confirma la sentencia apelada. II) Notifíquese y, con

certificación de lo resuelto, devuélvanse los antecedentes al Tribunal de origen.

HÉCTOR HUGO PÉREZ AGUILERA


PRESIDENTE

ROBERTO MOLINA BARRETO GLORIA PATRICIA PORRAS ESCOBAR


MAGISTRADO MAGISTRADA

ALEJANDRO MALDONADO AGUIRRE MAURO RODERICO CHACÓN CORADO


MAGISTRADO MAGISTRADO

HECTOR EFRAÍN TRUJILLO ALDANA JUAN CARLOS MEDINA SALAS


MAGISTRADO MAGISTRADO

MARTÍN RAMÓN GUZMÁN HERNÁNDEZ


SECRETARIO GENERAL

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