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APELACIÓN EN MATERIA MERCANTIL.

PARA
SU PROCEDENCIA, LA CUANTÍA DEL
NEGOCIO DEBE TENER COMO BASE LAS
PRESTACIONES RECLAMADAS EN LA
DEMANDA INICIAL Y QUE SEAN
DETERMINABLES MEDIANTE UNA
OPERACIÓN ARITMÉTICA. EN MATERIA
MERCANTIL, PARA DETERMINAR LA CUANTÍA
DEL JUICIO Y, POR ENDE, LA PROCEDENCIA
O NO DEL RECURSO DE APELACIÓN, DEBE
TENERSE COMO BASE DEL NEGOCIO TODAS
LAS PRESTACIONES QUE HAYAN SIDO
RECLAMADAS EN LA DEMANDA INICIAL Y
QUE SEAN DETERMINABLES MEDIANTE UNA
OPERACIÓN ARITMÉTICA. LO ANTERIOR,
ATENDIENDO AL PRINCIPIO DE SEGURIDAD
JURÍDICA DE LAS PARTES EN UN JUICIO,
QUE SE BASA, ENTRE OTRAS CUESTIONES,
EN OTORGAR MAYOR CERTEZA DE QUE SE
IMPARTIÓ DEBIDAMENTE LA
ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA SOLICITADA,
EN CUMPLIMIENTO DEL ARTÍCULO 17 DE LA
CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS
UNIDOS MEXICANOS, LO CUAL SE LOGRA SI
SE OTORGA A LA PARTE VENCIDA EN UN
JUICIO EL ACCESO A MAYOR NÚMERO DE
MEDIOS DE IMPUGNACIÓN, A FIN DE
GARANTIZAR QUE LAS SENTENCIAS DE LOS
JUZGADORES SEAN OBJETO DE REVISIÓN
POR UN TRIBUNAL DE ALZADA
COMPETENTE. ADEMÁS, SI EL ARTÍCULO 157
DEL CÓDIGO DE PROCEDIMIENTOS CIVILES
PARA EL DISTRITO FEDERAL Y LOS
CORRELATIVOS DE LAS ENTIDADES
FEDERATIVAS ESTABLECEN QUE PARA
DETERMINAR LA COMPETENCIA POR RAZÓN
DE LA CUANTÍA DEL NEGOCIO SE TENDRÁ
EN CUENTA LO QUE DEMANDE EL ACTOR,
DEBE ENTENDERSE COMO LO QUE ÉSTE
PRETENDE QUE SE LE GARANTICE; DE AHÍ
QUE LA CUANTÍA PUEDE DETERMINARSE
DESDE LA PRESENTACIÓN DEL ESCRITO DE
DEMANDA, PUES ES EN ÉSTE EN DONDE EL
ACTOR FIJA LAS PRETENSIONES DE SU
ACCIÓN. CONTRADICCIÓN DE TESIS 132/2007-
PS.—ENTRE LAS SUSTENTADAS POR EL
TERCER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA
CIVIL DEL SÉPTIMO CIRCUITO Y EL CUARTO
TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO PRIMER
CIRCUITO.—6 DE FEBRERO DE 2008.—CINCO
VOTOS.—PONENTE: OLGA SÁNCHEZ
CORDERO DE GARCÍA VILLEGAS.—
SECRETARIO: JORGE ROBERTO ORDÓÑEZ
ESCOBAR. TESIS DE JURISPRUDENCIA
30/2008.—APROBADA POR LA PRIMERA SALA
DE ESTE ALTO TRIBUNAL, EN SESIÓN DE
FECHA VEINTISÉIS DE MARZO DE DOS MIL
OCHO. SEMANARIO JUDICIAL DE LA
FEDERACIÓN Y SU GACETA, NOVENA ÉPOCA,
TOMO XXVII, JUNIO DE 2008, PÁGINA 23,
PRIMERA SALA, TESIS 1A./J. 30/2008; VÉASE
EJECUTORIA EN EL SEMANARIO JUDICIAL DE
LA FEDERACIÓN Y SU GACETA, NOVENA
ÉPOCA, TOMO XXVII, JUNIO DE 2008, PÁGINA
24. CONTRADICCIÓN DE TESIS 79/2010.
ENTRE LAS SUSTENTADAS POR LOS
TRIBUNALES COLEGIADOS SEGUNDO Y DÉCIMO
PRIMERO EN MATERIA CIVIL DEL PRIMER
CIRCUITO.

MINISTRO PONENTE: ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA.


SECRETARIA: LUISA REYES RETANA ESPONDA.
México, Distrito Federal. Acuerdo de la Primera Sala de la Suprema
Corte de Justicia de la Nación correspondiente al día veintinueve de
septiembre de dos mil diez.

Vo. Bo.

V I S T O S para resolver los autos de la contradicción de tesis


79/2010, entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados Segundo y
Décimo Primero en Materia Civil del Primer Circuito, cuyo probable tema
es determinar si procede el recurso de apelación en contra de autos
recaídos en negocios de cuantía indeterminada, según los artículos 1339 y
1340 del Código de Comercio.

R E S U L T A N D O:

Cotejó:

PRIMERO. Mediante oficio de doce de marzo de dos mil diez, el


Ministro Presidente de la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación, José de Jesús Gudiño Pelayo, denunció la posible contradicción
de tesis entre el criterio sustentado por el Segundo Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Primer Circuito y el sostenido por el Décimo Primer
Tribunal Colegiado en Materia Civil también del Primer Circuito, en relación
con la procedencia de la apelación en asuntos de cuantía indeterminada.

El primero de los tribunales en cita, al resolver el amparo directo


********* determinó que, tratándose de asuntos de cuantía indeterminada,
resulta procedente el recurso de apelación en razón de que en el Código
de Comercio no existe prohibición alguna en ese sentido. Ese asunto dio
origen a la tesis aislada: I.2o.C.43 C, de rubro: “APELACIÓN EN
MATERIA MERCANTIL. PROCEDE EN ASUNTOS DE CUANTÍA
INDETERMINADA1.”

Por su parte, el Décimo Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil


también del Primer Circuito, al resolver los amparos directos *********,
determinó que cuando se tramiten los juicios al tenor de las reformas al
Código de Comercio, publicadas en el Diario Oficial de la Federación el
diecisiete de abril y treinta de diciembre de dos mil ocho, no resulta
procedente el recurso de apelación en los juicios de cuantía
indeterminada, en razón de que el elemento indispensable para la
procedencia del recurso de apelación, en primer término, es que éste sea
de cuantía determinada y como segundo elemento, que dicho monto
exceda la cantidad de doscientos mil pesos (artículos 1339 2 y 13403 del
Código de Comercio).

En el primero de los asuntos que el Tribunal de mérito resolvió en


ese sentido, se elaboró un criterio ─que se confirmó en el segundo─, del
1
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXXI, febrero de 2010, Página: 2792.

2
Artículo 1339. Sólo son recurribles las resoluciones que se dicten durante el procedimiento y las sentencias que
recaigan en negocios cuyo valor exceda de doscientos mil pesos por concepto de suerte principal (…).

Las sentencias que fueren recurribles, conforme al párrafo anterior, lo serán por la apelación que se admitirá en
ambos efectos, salvo cuando la ley expresamente determine que lo sean sólo en el devolutivo.

3
Artículo 1340. La apelación no procede en juicios mercantiles cuando por su monto se ventilen en los juzgados de
paz o de cuantía menor, o cuando el monto sea inferior a doscientos mil pesos por concepto de suerte principal, (…).
que se originó la tesis: I.11o.C.202 C, de rubro: “APELACIÓN, EN
ASUNTOS MERCANTILES DE CUANTÍA INDETERMINADA, DE
CONFORMIDAD CON EL CÓDIGO DE COMERCIO, REFORMADO
MEDIANTE DECRETO PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL DE LA
FEDERACIÓN, EL 17 DE ABRIL DE 2008, NO ES PROCEDENTE TAL
RECURSO4.”

SEGUNDO. El Presidente en funciones de la Primera Sala de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación, por acuerdo de doce de marzo de
dos mil diez, ordenó la formación y registro de la denuncia de contradicción
de tesis bajo el número *********. Asimismo, giró oficio a los Presidentes de
los Tribunales Colegiados en Materia Civil Segundo y Décimo Primero,
ambos del Primer Circuito, para que remitieran copias certificadas de las
ejecutorias pronunciadas en los amparos directos *********
respectivamente, así como los asuntos más recientes en los que se
hubiera sustentado criterio similar, a fin de que el asunto estuviera
debidamente integrado.

Una vez que los tribunales contendientes enviaron las copias de las
resoluciones relativas a la denuncia de contradicción, el Presidente de la
Primera Sala, mediante acuerdo de fecha veinticinco de mayo de dos mil
diez, consideró debidamente integrado el expediente en que se actúa y
ordenó dar a conocer dicho acuerdo al Procurador General de la República
para que en el plazo de treinta días emitiera el pedimento correspondiente.
Asimismo, ordenó turnar los autos a la Ponencia del Ministro Arturo

4
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXIX, febrero de 2009, Página: 1823.
Zaldívar Lelo de Larrea a fin de que formulara el proyecto de resolución
correspondiente.

Mediante certificación de veintisiete de mayo de dos mil diez, el


Secretario de Acuerdos de esta Primera Sala señaló que el plazo
concedido al procurador para exponer su parecer respecto a este conflicto,
transcurriría del veintiocho de mayo al ocho de julio del año en curso.

TERCERO. Por oficio número *********, el Agente del Ministerio


Público de la Federación, designado por el Director General de
Constitucionalidad de la Procuraduría General de la República, sostuvo su
pedimento en el sentido de que en asuntos de naturaleza mercantil de
cuantía indeterminada, procede el recurso de apelación de conformidad
con los artículos 1339 y 1340 del Código de Comercio.

C O N S I D E R A N D O:

PRIMERO. Esta Primera Sala es competente para conocer y resolver


sobre la presente denuncia de contradicción de tesis, de conformidad con
lo dispuesto por los artículos 107, fracción XIII, párrafo primero, de la
Constitución Federal; 197-A de la Ley de Amparo; y 21, fracción VIII, de la
Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, en relación con los
puntos segundo y cuarto del Acuerdo General 5/2001, y punto segundo del
diverso Acuerdo 4/2002 del Tribunal Pleno de esta Suprema Corte, en
virtud de que se trata de una denuncia de contradicción suscitada entre
criterios de tribunales colegiados de circuito, en un tema que, por su
naturaleza civil, corresponde a la materia de la especialidad de la Primera
Sala.

SEGUNDO. La denuncia de contradicción de tesis proviene de parte


legítima, de conformidad con lo previsto por los artículos 107, fracción XIII,
primer párrafo, constitucional y 197-A, párrafo primero, de la Ley de
Amparo pues, en el caso, fue realizada por el Presidente de esta Primera
Sala, por lo que se actualiza el supuesto de legitimación a que aluden los
referidos preceptos.

TERCERO. Para poder resolver la presente denuncia de


contradicción de tesis, en primer lugar, debe determinarse si en el caso
existe contradicción de criterios, para lo cual es necesario analizar las
ejecutorias que participan en la misma.

El amparo directo *********, del que conoció el Segundo Tribunal


Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito, derivó de un juicio
ordinario mercantil en el que la actora demandó de ********* el pago en
cumplimiento de un contrato de seguro de vida colectivo, contratado entre
la actora y los bancos demandados. En dicho juicio el Juez natural
condenó a los demandados al pago de determinadas prestaciones y los
eximió del pago de otras.

Inconformes con la resolución anterior, los demandados


interpusieron recurso de apelación, el cual fue considerado inadmisible por
la Sala del conocimiento, atento a que según la Sala, el artículo 1339 del
Código de Comercio, al establecer que “solamente serán recurribles las
sentencias que recaigan en negocios cuyo valor exceda de doscientos mil
pesos por concepto de suerte principal…” señala que no procede la
apelación, en virtud de que la cuantía del juicio es indeterminada, y deja
firme la resolución dictada en la primera instancia.

Los demandados ahora quejosos, promovieron juicio de amparo


directo, en cuya resolución el Tribunal Colegiado sostuvo, en esencia, que
en materia mercantil sí procede el recurso de apelación tratándose de
aquellos asuntos de cuantía indeterminada, en razón de que de
conformidad con los artículos 1294, 1339 y 1340 del Código de Comercio,
no existe prohibición alguna en ese sentido.

Los artículos en cita son los siguientes:

“Artículo 1294. Las actuaciones judiciales harán prueba


plena”.

“Artículo 1339. Sólo son recurribles las resoluciones que


se dicten durante el procedimiento y las sentencias que
recaigan en negocios cuyo valor exceda de doscientos mil
pesos por concepto de suerte principal, sin que sean de
tomarse en consideración intereses y demás accesorios
reclamados a la fecha de presentación de la demanda,
debiendo actualizarse dicha cantidad en los términos
previstos en el último párrafo de la fracción VI del artículo
1253.
Las sentencias que fueren recurribles, conforme al párrafo
anterior, lo serán por la apelación que se admitirá en
ambos efectos, salvo cuando la ley expresamente
determine que lo sean sólo en el devolutivo.

Sólo serán apelables los autos, interlocutorias o


resoluciones que decidan un incidente o cuando lo
disponga este código, y la sentencia definitiva pueda ser
susceptible de apelación, de acuerdo a lo dispuesto en el
primer párrafo de este artículo.

El recurso de apelación contra autos, interlocutorias o


resoluciones, que se dicten en el trámite del procedimiento
se admitirá en el efecto devolutivo de tramitación conjunta
con la apelación de la sentencia definitiva, sin que sea
necesario en tal escrito la expresión de agravios;
interpuesta esta apelación, se reservará su trámite para
que se realice en su caso conjuntamente con la tramitación
de la apelación que se formule en contra de la sentencia
definitiva por la misma parte apelante.

Para que proceda la apelación contra autos, interlocutorias


o resoluciones en efecto devolutivo o en el suspensivo se
requiere disposición especial de la ley.

La apelación debe interponerse ante el tribunal que haya


pronunciado el auto, interlocutoria o resolución, a más
tardar dentro de los nueve días siguientes a aquél en que
surta efectos la notificación si se tratare de sentencia
definitiva, seis si fuere contra auto, interlocutoria o
resolución, dictada en el procedimiento si se trata de
apelaciones de tramitación inmediata y en el término de
tres días si se trata de apelación de tramitación conjunta
con la sentencia definitiva.

Los agravios que hayan de expresarse en contra del auto,


interlocutoria o resolución, cuando se trate de apelaciones
de tramitación inmediata o de sentencia definitiva, se
expresarán al interponerse el recurso de apelación. Los
agravios que en su caso se deban expresar en contra de
resoluciones de tramitación conjunta con la sentencia
definitiva se expresarán en la forma y términos previstos
en el artículo 1344 de este Código”.

“Artículo 1340. La apelación no procede en juicios


mercantiles cuando por su monto se ventilen en los
juzgados de paz o de cuantía menor, o cuando el monto
sea inferior a doscientos mil pesos por concepto de suerte
principal, debiendo actualizarse en forma anual, de
acuerdo con el factor de actualización que se obtenga de
dividir el Índice Nacional de Precios al Consumidor del mes
de noviembre del año que se calcula, entre el Índice
Nacional de Precios al Consumidor de noviembre del año
inmediato anterior que determine el Banco de México y, a
falta de éste será aplicable el que lo sustituya.

El Consejo de la Judicatura Federal, los presidentes de los


Tribunales Superiores de Justicia, del Distrito Federal y de
los Estados, tendrán la obligación de hacer saber a los
juzgados y tribunales de su jurisdicción, el factor de
actualización al que se refiere el párrafo anterior”.

La ejecutoria de amparo, en lo que a este asunto interesa, señala lo


siguiente:

“Del análisis de los preceptos legales transcritos se


advierte, esencialmente que sólo son recurribles las
resoluciones que se dicten durante el procedimiento y las
sentencias que recaigan en negocios cuyo valor exceda de
doscientos mil pesos, por concepto de suerte principal, sin
tomar en consideración los intereses y demás accesorios
reclamados a la fecha de interposición del recurso; los
autos y las interlocutorias o resoluciones que resuelvan un
incidente sólo son apelables, cuando lo disponga el
Código de Comercio; y la sentencia definitiva cuando el
valor de la suerte principal exceda de doscientos mil
pesos.

En la inteligencia de que la expresión “valor” debe


entenderse como sinónimo de “cuantía”, porque lo que se
pretende evidenciar con dichas expresiones, es la
importancia económica que tiene el negocio que da origen
al juicio.

En apoyo de lo anterior, se invoca la jurisprudencia


sustentada por la Primera Sala de la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, en la jurisprudencia (sic) publicada
en la página 23, del Tomo XXVII, junio de 2008, de la
Novena Época del Semanario Judicial de la Federación,
con el rubro y texto siguientes:--- “APELACIÓN EN
MATERIA MERCANTIL. PARA SU PROCEDENCIA, LA
CUANTÍA DEL NEGOCIO DEBE TENER COMO BASE LAS
PRESTACIONES RECLAMADAS EN LA DEMANDA INICIAL
Y QUE SEAN DETERMINABLES MEDIANTE UNA
OPERACIÓN ARITMÉTICA --- (se transcribe).”

“Por consiguiente, la cuantía o valor de un negocio, se


debe determinar a partir de lo reclamado por la parte actora
en su escrito inicial de demanda, que es el que contiene las
prestaciones demandadas y no a partir de lo condenado en
la sentencia definitiva, pues de considerarlo así, podría
darse el caso de que las resoluciones emitidas durante el
transcurso del procedimiento hasta antes del dictado de la
sentencia definitiva fueran apelables, y esta última, así
como las resoluciones posteriores no lo fueran con motivo
del monto de la condena que se hiciera en tal sentencia, lo
que además de ser un contrasentido, implicaría la
inseguridad jurídica para las partes. En el entendido de que
tampoco importa para la procedencia del recurso que sea
la parte actora o la demandada, la que pretenda combatir
en apelación la resolución respectiva, pues la ley no hace
tal distinción sobre ese aspecto, lo cual es lógico y
jurídico, porque una misma determinación no puede ser
apelable para una de las partes y para la otra no, por no
haber sido condenada al monto total de las prestaciones
reclamadas en la demanda inicial por la actora.

Sin embargo, debe decirse que la redacción utilizada por el


legislador federal al prever la improcedencia del recurso de
apelación en asuntos de naturaleza mercantil sólo aplica
en aquéllos asuntos cuya cuantía es determinada o
determinable y que sea inferior a doscientos mil pesos, ya
que el legislador sólo atendió al aspecto económico para
impedir que de asuntos de cuantía menor conocieran los
tribunales de apelación, redacción que de ninguna forma
incluye a los asuntos de cuantía indeterminada.

Luego, tratándose de aquellos asuntos de cuantía


indeterminada resulta procedente el recurso de apelación
en razón de que, como ya se dijo, en los dispositivos
legales en comento no existe prohibición alguna en ese
sentido, otorgándosele a las partes la oportunidad de que
en dicha determinación sean observadas las formalidades
esenciales del procedimiento y el principio de la debida
administración de justicia, cuando se somete a la revisión
del tribunal de alzada, el cual, en tal caso, deberá avocarse
a confirmar, revocar o modificar los términos de dicha
resolución.

Lo anterior, no contraría los principios de prontitud y


expeditez de la justicia, característica definitiva de los
juicios mercantiles en general, pues además de que no
cabe sacrificar o minimizar los principios a que se hace
referencia en líneas anteriores, ya que en tales casos
adquiere prevalencia tanto la regla general de que en
tratándose de sentencias pronunciadas por los jueces de
primera instancia procede el recurso de apelación, como
también que en los juicios mercantiles sean observados
los principios y tendencias modernistas del derecho
procesal en general, consistente en otorgar a la parte
vencida en un juicio el acceso a mayor número de medios
de impugnación a fin de garantizar que las sentencias de
los juzgadores a quo sean objeto de revisión por un
tribunal de alzada competente, pues es inconcuso que en
cada caso se adquirirá mayor certeza de que se impartió
debidamente la administración de justicia solicitada,
cumpliéndose de esta forma con los postulados
consagrados en el artículo 17 constitucional. (…).”

“En el caso, asiste razón a la quejosa, porque es cierto que


la sala responsable de modo incorrecto resolvió en la
sentencia reclamada declarar improcedente el recurso de
apelación que la quejosa (sic) interpuso en contra de la
sentencia definitiva dictada en primera instancia,
considerando que dicha resolución no era impugnable de
conformidad con lo dispuesto en los artículos 1339 y 1340
del Código de Comercio, ya que la actora no reclamó en el
escrito inicial de demanda, cantidad líquida alguna; sin
estimar que en dichos preceptos legales sólo se establece
la improcedencia del recurso de apelación en asuntos de
cuantía determinada y que no exceda de doscientos mil
pesos, pero en esos dispositivos no se incluyen los
asuntos de cuantía indeterminada, para la cual sí es
procedente el recurso de apelación, sin que sea aplicable
por tales motivos la tesis de jurisprudencia sustentada por
el Décimo Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del
Primer Circuito, identificada con el rubro: “APELACIÓN, EN
ASUNTOS MERCANTILES DE CUANTÍA INDETERMINADA,
DE CONFORMIDAD CON EL CÓDIGO DE COMERCIO,
REFORMADO MEDIANTE DECRETO PUBLICADO EN EL
DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN, EL 17 DE ABRIL DE
2008, NO ES PROCEDENTE TAL RECURSO. --- (Se
transcribe). (…).”

De la ejecutoria reseñada derivó la tesis aislada: I.2o.C.43 C, de


rubro y texto siguientes:
“APELACIÓN EN MATERIA MERCANTIL. PROCEDE EN
ASUNTOS DE CUANTÍA INDETERMINADA. Los artículos
1339 y 1340 del Código de Comercio prevén que sólo son
recurribles las sentencias que resuelvan los negocios cuyo
valor exceda de doscientos mil pesos, por concepto de
suerte principal, sin tomar en consideración los intereses y
demás accesorios reclamados a la fecha de interposición
del recurso; que los autos y las interlocutorias o las
resoluciones que resuelvan un incidente sólo son
apelables, cuando lo disponga el Código de Comercio, y la
sentencia definitiva sea apelable y, que no procede el
recurso de apelación en los juicios mercantiles cuando por
su monto se ventilen en los Juzgados de Paz, o de cuantía
menor, o cuando el monto de lo relacionado sea inferior a
doscientos mil pesos por concepto de suerte principal. De
los citados preceptos legales se advierte, que el legislador
prevé la improcedencia del recurso de apelación en
asuntos de naturaleza mercantil, de cuantía determinada o
determinable en los que la suerte principal reclamada sea
inferior a doscientos mil pesos, restricción que atiende
sólo al monto de los asuntos de cuantía determinada, a fin
de evitar que los tribunales de apelación conozcan de
asuntos de cuantía menor; por tanto, como dichos
preceptos en forma alguna incluyen a los asuntos de
cuantía indeterminada, debe concluirse que éstos sí
resultan apelables al no existir prohibición alguna al
respecto en los dispositivos legales en comento. 5”

Por su parte, el amparo directo ********* del conocimiento del


Décimo Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer
Circuito, derivó de un juicio ordinario mercantil en el que la parte actora
demandó, por diversos conceptos, a *********. Entre los conceptos
demandados destaca la declaración judicial de inexistencia del contrato de
apertura de crédito en cuenta corriente registrado bajo el número de
cuenta *********.

El Juez Décimo Segundo de Distrito en Materia Civil en el Distrito


Federal, a quien por turno tocó conocer del asunto, el dieciocho de julio de
dos mil ocho, dictó un auto mediante el que, con fundamento en el
artículo 325, primer párrafo, del Código Federal de Procedimientos Civiles,
aplicado supletoriamente a la materia mercantil, previno al quejoso para
que acreditara, de manera fehaciente, los hechos narrados en su
demanda.

En contra de la anterior determinación, la parte actora promovió juicio


de amparo directo, tocando conocer del mismo al Décimo Primer Tribunal
Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito.

El Tribunal Colegiado, para acreditar la procedencia del juicio, estimó


que en virtud de que el asunto era de cuantía indeterminada, ─al
comprender conceptos que no tenían la finalidad específica de obtener un
5
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXXI, febrero de 2010, Página: 2792.
pago o prestación cuantificable en dinero─, no procedía el recurso de
apelación y, por tanto, el juicio de garantías debía prevalecer, puesto que
de la lectura armónica de los artículos 1339 y 1340 del Código de
Comercio, se puede observar que el legislador estableció categóricamente
que únicamente eran recurribles las resoluciones y sentencias que
recayeran en negocios cuyo valor excediera de doscientos mil pesos por
concepto de suerte principal.

En esa lógica, el Tribunal Colegiado determinó que dada la


prohibición expresa para promover apelación en asuntos de cuantía
indeterminada establecida en los artículos en cita, resulta incuestionable
que no procede recurso alguno en contra de la resolución que constituye el
acto reclamado, de ahí que el quejoso no tenía por qué agotar el principio
de definitividad para estar en aptitud de promover el juicio de garantías.

En tales circunstancias, el Tribunal Colegiado, en la parte de la


ejecutoria en estudio que interesa a la presente contradicción de tesis,
consideró que:

“Se dice que el asunto que nos ocupa resulta de cuantía


indeterminada, en virtud de que el mismo lo constituye la
solicitud de la declaración judicial de inexistencia de un
contrato de apertura de crédito, de la tarjeta de crédito
emitida con base en dicho acuerdo, la cancelación de los
cargos emitidos en virtud de la utilización de la tarjeta en
cita, la modificación de calificación de negativa del
historial crediticio del accionante registrada ante el buró de
crédito, así como el pago de gastos y costas que se
originen con motivo de la tramitación del juicio.

Lo anterior, pone en evidencia que el asunto de que se


trata tiene la naturaleza de un asunto de cuantía
indeterminada, pues la acción ejercitada por el promovente
no tiene la finalidad específica de obtener un pago o
prestación cuantificable en dinero sino la extinción de una
obligación que le fue imputada.

Ahora bien, del Código de Comercio vigente


específicamente de los artículos 1339 y 1340, se puede
advertir: (Se transcriben).

De la lectura armónica de los preceptos legales citados, se


puede observar que el legislador estableció
categóricamente que únicamente eran recurribles las
resoluciones y sentencias que recayeran en negocios cuyo
valor excediera de doscientos mil pesos por concepto de
suerte principal, sin incluir los intereses y demás
accesorios reclamados, a la fecha de la interposición del
recurso, regla general que indefectiblemente opera con
relación al recurso de apelación, tal y como se desprende
del artículo 1340 del Código de Comercio, previamente
transcrito.
En esa virtud, se estima como elemento indispensable para
la procedencia del recurso de apelación, en primer término,
que éste resulte de cuantía determinada y, como segundo
elemento, que dicho monto exceda la cantidad de
doscientos mil pesos, para lo cual se ordena tomar en
consideración únicamente la suerte principal.

Cabe señalar que del cuerpo de leyes que nos ocupa no se


observa dispositivo legal alguno que prevea excepciones a
las normas transcritas con antelación, lo que implica el
determinar que, en materia mercantil no resulta procedente
ningún recurso en los asuntos de cuantía indeterminada.

Por lo que, si en el caso el asunto que nos ocupa es de


cuantía indeterminada, resulta incuestionable que no
procedía recurso alguno en contra de la resolución que
hoy constituye el acto reclamado, de ahí que el quejoso no
tenía por qué agotar el principio de definitividad para estar
en aptitud de promover el juicio de garantías que nos
ocupa (sic)”.

De la anterior ejecutoria derivó la tesis: I.11o.C.202 C, de rubro y


texto siguientes:

“APELACIÓN, EN ASUNTOS MERCANTILES DE CUANTÍA


INDETERMINADA, DE CONFORMIDAD CON EL CÓDIGO DE
COMERCIO, REFORMADO MEDIANTE DECRETO
PUBLICADO EN EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN,
EL 17 DE ABRIL DE 2008, NO ES PROCEDENTE TAL
RECURSO. --- Del artículo 1339 del Código de Comercio
reformado mediante decreto publicado en el Diario Oficial
el 17 de abril de 2008, se puede observar que el legislador
estableció categóricamente que únicamente eran
recurribles las resoluciones y sentencias que recayeran
"en negocios cuyo valor exceda de doscientos mil pesos
por concepto de suerte principal, sin que sean de tomarse
en consideración intereses y demás accesorios
reclamados, a la fecha de interposición del recurso", regla
general que indefectiblemente opera con relación al
recurso de apelación, tal y como se desprende del artículo
1340 de dicho ordenamiento legal. En esa virtud, se estima
como elemento indispensable para la procedencia del
recurso de apelación, en primer término, que éste resulte
de cuantía determinada y, como segundo elemento, que
dicho monto exceda a la cantidad de doscientos mil pesos,
para lo cual se ordena tomar en consideración únicamente
la suerte principal. Por lo que debe de concluirse que en
los asuntos mercantiles de cuantía indeterminada, cuando
se tramiten al tenor de la reforma indicada, no resulta
procedente recurso de apelación.6”

Similar al caso anterior, el amparo directo ********* del conocimiento


de ese mismo Tribunal, derivó de un juicio en el que el *********, demandó
6
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, Tomo XXIX, febrero de 2009, Página: 1823.
en la vía ordinaria mercantil de *********, una serie de prestaciones que
resultaron indeterminables en su cuantía.

El Juez del conocimiento resolvió absolver a la parte demandada de


las prestaciones reclamadas por la actora.

Inconforme con la resolución anterior, la actora, ahora quejosa,


promovió juicio de garantías en la vía directa del que tocó conocer al
Décimo Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer Circuito.
Paralelamente, en contra de esa resolución, el actor en el juicio natural
interpuso recurso de apelación.

En sentencia de veintisiete de noviembre de dos mil nueve, el citado


Tribunal determinó, en lo que a esta contradicción interesa, que la actora
había promovido recurso de apelación en contra de la misma sentencia
que se impugna en el amparo, y aunque ella no hubiere sido admitida y
calificada por el ad quem, ─circunstancia que de haberse dado al
momento de la interposición del amparo directo, lo hubiere hecho
improcedente en términos de la fracción XIV del artículo 73 de la Ley de
Amparo7─, ese recurso no resultaba idóneo.

Según el Tribunal Colegiado en cita, la apelación resulta


improcedente en negocios de cuantía indeterminada porque de acuerdo a
lo dispuesto en los artículos 1339 y 1340 del Código de Comercio, sólo
resulta procedente la apelación contra la sentencia definitiva cuando el
7
Artículo 73. El juicio de amparo es improcedente:

XIV. Cuando se esté tramitando ante los tribunales ordinarios algún recurso o defensa legal propuesta por el quejoso
que pueda tener por efecto modificar, revocar o nulificar el acto reclamado;
negocio exceda de doscientos mil pesos por concepto de suerte principal y
en el caso, el negocio es de cuantía indeterminada, por lo que no se
actualiza ese supuesto.

La porción de la ejecutoria referida relevante al caso, señala lo


siguiente:

“… la causa de improcedencia prevista en la fracción XIV,


del artículo 73 de la Ley de Amparo, invocada por la parte
tercera perjudicada, se actualiza cuando la parte quejosa
interpone un recurso o medio de defensa legal en contra
del mismo acto reclamado en el juicio de amparo, que
tenga por efecto modificar, revocar o nulificar el acto
reclamado.

En la especie, como se desprende de las actuaciones del


juicio natural que tienen valor probatorio pleno en términos
de lo dispuesto en los artículos 129 y 202 del Código
Federal de Procedimientos Civiles de aplicación supletoria
a la Ley de Amparo, asiste la razón a la parte tercera
perjudicada, en cuanto a que la quejosa interpuso recurso
de apelación en contra de la sentencia definitiva de primera
instancia, dictada por el juez natural el cuatro de
septiembre de dos mil nueve, que constituye el acto
reclamado en el presente juicio de garantías.
Sin embargo, cabe señalar que a pesar de que la quejosa
interpuso recurso de apelación contra dicho acto
reclamado, no se actualiza la causa de improcedencia
aludida, ya que para tal efecto, no basta con la simple
interposición del mencionado recurso o medio de defensa
por parte del quejoso, sino que también es necesario que
se demuestre que dicho recurso haya sido admitido y se
esté tramitando cuando se resuelva el juicio de garantías,
así como que éste es la vía idónea de impugnación para
conducir a la modificación, revocación o confirmación de
tal acto.

En efecto, el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la


Nación ha sustentado criterio en el sentido de que, si bien
es cierto que conforme a la fracción XIV, del articulo 73 de
la Ley de Amparo el juicio de garantías resulta
improcedente cuando el quejoso interpone algún recurso o
medio de defensa legal en contra del acto que señaló como
reclamado en el mismo, en razón de que no es factible la
coexistencia de un recurso ordinario o un medio de
defensa legal que pueda tener por finalidad la revocación,
modificación o nulificación de un acto de autoridad, con el
juicio de amparo, en tanto que no se permite la tramitación
de juicios de garantías que puedan implicar la solución de
un negocio que esté en vías de ser resuelto con efectos
semejantes a los que se obtienen o derivan de la acción
constitucional; (…)
Ahora bien, en el caso, como ya se señaló, si bien es cierto
que la parte quejosa interpuso recurso de apelación contra
la sentencia reclamada en el presente juicio de garantías y
que dicho recurso fue admitido en ambos efectos por el A
Quo; también lo es, que la admisión de ese recurso
necesita ser confirmada y calificada la admisión del grado
por la Ad Quem, para efecto de que ésta pueda dar trámite
al mismo y resolverlo, lo cual no se encuentra demostrado,
ya que de las actuaciones del juicio que fueron remitidas
por el juez responsable, no se desprende que la Novena
Sala del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, a
la que correspondido conocer de tal apelación, la haya
confirmado y haya calificado el grado en el que fue
admitida por el juzgador primario, sino que por el
contrario, como se desprende del oficio número 3894 que
obra a fojas 470 del expediente principal, el tribunal de
alzada dictó un auto el trece de octubre de dos mil nueve,
en el que acordó lo siguiente respecto de la apelación de
que se trata: (se transcribe).

Así pues, con el contenido de dicho auto queda


demostrado por una parte que no se ha confirmado la
admisión del recurso de apelación de que se trata por parte
del Tribunal de Alzada y por ende, no se ha dado
continuación o trámite al mismo y muestra de ello, es que
para tal efecto dicho tribunal requería de que el A quo
acordara lo conducente en relación a los recursos de
apelación intermedios que interpusieron ambas partes y se
admitieron en forma preventiva, además de que se
devolvieran los autos originales; sin embargo, estos
últimos fueron remitidos a este Tribunal Colegiado para
resolver el presente juicio de amparo y de ellos, no se
aprecia ningún auto en el que el A quo hubiera resuelto lo
relativo a esos recursos, sin que la tercera perjudicada
hubiera demostrado lo contrario.

Aunado a lo anterior, debe decirse que ese recurso de


apelación que la parte quejosa interpuso contra la
sentencia definitiva reclamada en el presente juicio de
garantías, no resultaba idóneo.

Es así, porque de acuerdo a lo dispuesto en los artículos


1339 y 1340 del Código de Comercio reformado mediante
decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el
diecisiete de abril y treinta de diciembre, ambos de dos mil
ocho, sólo resulta procedente la apelación contra la
sentencia definitiva cuando el negocio exceda de
doscientos mil pesos por concepto de suerte principal y en
el caso, el negocio es de cuantía indeterminada, por lo que
no se encuentra en ese supuesto.

En efecto, dichos artículos por su orden en su parte


conducente disponen lo siguiente: (Se transcriben).
Ahora bien, este Tribunal Colegiado ya emitió criterio, en el
sentido de que cuando se tramiten los juicios al tenor de la
reforma indicada, no resulta procedente el recurso de
apelación en los juicios de cuantía indeterminada, en razón
de que el elemento indispensable para la procedencia del
recurso de apelación, en primer término, es que éste
resulte de cuantía determinada y, como segundo elemento,
que dicho monto exceda a la cantidad de doscientos mil
pesos. (…).

De tal suerte que si en el caso el asunto es de cuantía


indeterminada, en razón de que en esencia se demandó el
cumplimiento del contrato base de la acción y los daños y
perjuicios derivados del incumplimiento, sin que se
hubiere precisado un monto determinado por concepto de
alguna prestación reclamada; entonces, debe concluirse
que el recurso planteado no es idóneo para modificar o
revocar la resolución que fue reclamada por el quejoso a
través del presente juicio de amparo. (…).”

En este juicio se aplicó nuevamente la tesis aislada 1.11°.C.202 C,


dictada por ese mismo Tribunal en el amparo directo *********.

CUARTO. De conformidad con lo resuelto por el Tribunal Pleno de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación en sesión de treinta de abril de
dos mil nueve, la nueva mecánica para abordar la procedencia de las
contradicciones de tesis no necesita ya pasar por el cumplimiento
irrestricto de los requisitos establecidos en la tesis de jurisprudencia
número P./J. *********, emitida por el Tribunal Pleno, cuyo rubro dice:
“CONTRADICCIÓN DE TESIS DE TRIBUNALES COLEGIADOS DE
CIRCUITO. REQUISITOS PARA SU EXISTENCIA 8”, puesto que dicho
criterio ya fue interrumpido.

Una nueva forma de aproximarse a los problemas que plantean los


tribunales colegiados en este tipo de asuntos debe radicar en la necesidad
de unificar criterios y no en la de comprobar que se reúnan una serie de
características determinadas en los casos resueltos por los tribunales
colegiados.

Por ello, para comprobar que una contradicción de tesis es


procedente será indispensable determinar si existe una necesidad de
unificación, es decir, una posible discrepancia en el proceso de
interpretación más que en el producto del mismo. Dicho en otras palabras,
para determinar si existe o no una contradicción de tesis será necesario
analizar detenidamente cada uno de los procesos interpretativos
involucrados ―y no tanto los resultados que ellos arrojen― con el objeto
de identificar si en algún tramo de los respectivos razonamientos se
tomaron decisiones distintas ―no necesariamente contradictorias en
términos lógicos― aunque legales.

Resumiendo: si la finalidad de la contradicción de tesis es la


unificación de criterios y si el problema radica en los procesos de

8
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, tomo XIII, abril de 2001,
página 76.
interpretación —que no en los resultados— adoptados por los tribunales
contendientes, entonces es posible afirmar que para que una contradicción
de tesis sea procedente es necesario que se cumplan las siguientes
condiciones:

1. Que los tribunales contendientes hayan resuelto alguna cuestión


litigiosa en la que se vieron en la necesidad de ejercer el arbitrio
judicial a través de un ejercicio interpretativo mediante la
adopción de algún canon o método, cualquiera que fuese.

2. Que entre los ejercicios interpretativos respectivos se encuentre


algún punto de toque, es decir, que exista al menos un tramo de
razonamiento en el que la interpretación ejercida gire en torno a
un mismo tipo de problema jurídico: ya sea el sentido gramatical
de una norma, el alcance de un principio, la finalidad de una
determinada institución o cualquier otra cuestión jurídica en
general;

El discernimiento expuesto, es tomado y resulta complementario del


criterio sustentado por el Tribunal Pleno de esta Suprema Corte de Justicia
de la Nación, al resolver la contradicción de tesis ******** 9.

9
De la señalada contradicción, derivó la jurisprudencia 72/2010, de rubro: “CONTRADICCIÓN
DE TESIS. EXISTE CUANDO LAS SALAS DE LA SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA
NACIÓN O LOS TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO ADOPTAN EN SUS
SENTENCIAS CRITERIOS JURÍDICOS DISCREPANTES SOBRE UN MISMO PUNTO DE
DERECHO, INDEPENDIENTEMENTE DE QUE LAS CUESTIONES FÁCTICAS QUE LO
RODEAN NO SEAN EXACTAMENTE IGUALES.”
Asimismo, resulta aplicable la tesis de jurisprudencia: 1a./J. 22/2010,
dictada por esta Primera Sala, de rubro y texto siguientes:

“CONTRADICCIÓN DE TESIS ENTRE TRIBUNALES


COLEGIADOS DE CIRCUITO. CONDICIONES PARA SU
EXISTENCIA. --- Si se toma en cuenta que la finalidad
última de la contradicción de tesis es resolver los
diferendos interpretativos que puedan surgir entre dos o
más tribunales colegiados de circuito, en aras de la
seguridad jurídica, independientemente de que las
cuestiones fácticas sean exactamente iguales, puede
afirmarse que para que una contradicción de tesis exista
es necesario que se cumplan las siguientes condiciones:
1) que los tribunales contendientes hayan resuelto alguna
cuestión litigiosa en la que tuvieron que ejercer el arbitrio
judicial a través de un ejercicio interpretativo mediante la
adopción de algún canon o método, cualquiera que fuese;
2) que entre los ejercicios interpretativos respectivos se
encuentre al menos un razonamiento en el que la diferente
interpretación ejercida gire en torno a un mismo tipo de
problema jurídico, ya sea el sentido gramatical de una
norma, el alcance de un principio, la finalidad de una
determinada institución o cualquier otra cuestión jurídica
en general, y 3) que lo anterior pueda dar lugar a la
formulación de una pregunta genuina acerca de si la
manera de acometer la cuestión jurídica es preferente con
relación a cualquier otra que, como la primera, también sea
legalmente posible10.”

Primer requisito: ejercicio interpretativo y arbitrio judicial. A


juicio de esta Primera Sala los tribunales contendientes, al resolver las
cuestiones litigiosas presentadas, se vieron en la necesidad de ejercer el
arbitrio judicial a través de un ejercicio interpretativo para llegar a una
solución determinada. Ello se desprende de las resoluciones emitidas por
los tribunales colegiados contendientes, las cuales se detallaron en el
considerando tercero de la presente resolución.

Segundo requisito: razonamiento y diferendo de criterios


interpretativos. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación considera que en los ejercicios interpretativos realizados por los
tribunales colegiados contendientes existió un razonamiento con respecto
a la interpretación jurídica de los artículos 1339 y 1340 del Código de
Comercio, arribando a conclusiones contrarias.

En efecto, los órganos colegiados abordaron el estudio de la misma


cuestión jurídica, que consistió en determinar si procede o no la
apelación en negocios de cuantía indeterminada, basándose en los
artículos 1339 y 1340 del Código de Comercio.

Los artículos del Código de Comercio en que los tribunales


colegiados sustentaron su dicho, disponen lo siguiente:

10
Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena Época, tomo XXXI, marzo de 2010, Página:
122.
“CAPÍTULO XXV

De la apelación

(…)

“Artículo 1339. Sólo son recurribles las resoluciones que


se dicten durante el procedimiento y las sentencias que
recaigan en negocios cuyo valor exceda de doscientos mil
pesos por concepto de suerte principal, sin que sean de
tomarse en consideración intereses y demás accesorios
reclamados a la fecha de presentación de la demanda,
debiendo actualizarse dicha cantidad en los términos
previstos en el último párrafo de la fracción VI del artículo
1253.

Las sentencias que fueren recurribles, conforme al párrafo


anterior, lo serán por la apelación que se admitirá en
ambos efectos, salvo cuando la ley expresamente
determine que lo sean sólo en el devolutivo.

Sólo serán apelables los autos, interlocutorias o


resoluciones que decidan un incidente o cuando lo
disponga este código, y la sentencia definitiva pueda ser
susceptible de apelación, de acuerdo a lo dispuesto en el
primer párrafo de este artículo.
El recurso de apelación contra autos, interlocutorias o
resoluciones, que se dicten en el trámite del procedimiento
se admitirá en el efecto devolutivo de tramitación conjunta
con la apelación de la sentencia definitiva, sin que sea
necesario en tal escrito la expresión de agravios;
interpuesta esta apelación, se reservará su trámite para
que se realice en su caso conjuntamente con la tramitación
de la apelación que se formule en contra de la sentencia
definitiva por la misma parte apelante.

Para que proceda la apelación contra autos, interlocutorias


o resoluciones en efecto devolutivo o en el suspensivo se
requiere disposición especial de la ley.

La apelación debe interponerse ante el tribunal que haya


pronunciado el auto, interlocutoria o resolución, a más
tardar dentro de los nueve días siguientes a aquél en que
surta efectos la notificación si se tratare de sentencia
definitiva, seis si fuere contra auto, interlocutoria o
resolución, dictada en el procedimiento si se trata de
apelaciones de tramitación inmediata y en el término de
tres días si se trata de apelación de tramitación conjunta
con la sentencia definitiva.

Los agravios que hayan de expresarse en contra del auto,


interlocutoria o resolución, cuando se trate de apelaciones
de tramitación inmediata o de sentencia definitiva, se
expresarán al interponerse el recurso de apelación. Los
agravios que en su caso se deban expresar en contra de
resoluciones de tramitación conjunta con la sentencia
definitiva se expresarán en la forma y términos previstos
en el artículo 1344 de este Código.”

“Artículo 1340. La apelación no procede en juicios


mercantiles cuando por su monto se ventilen en los
juzgados de paz o de cuantía menor, o cuando el monto
sea inferior a doscientos mil pesos por concepto de suerte
principal, debiendo actualizarse en forma anual, de
acuerdo con el factor de actualización que se obtenga de
dividir el Índice Nacional de Precios al Consumidor del mes
de noviembre del año que se calcula, entre el Índice
Nacional de Precios al Consumidor de noviembre del año
inmediato anterior que determine el Banco de México y, a
falta de éste será aplicable el que lo sustituya.

El Consejo de la Judicatura Federal, los presidentes de los


Tribunales Superiores de Justicia, del Distrito Federal y de
los Estados, tendrán la obligación de hacer saber a los
juzgados y tribunales de su jurisdicción, el factor de
actualización al que se refiere el párrafo anterior.”
Debe prevalecer con carácter de jurisprudencia lo sustentado por
esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de
acuerdo con las siguientes consideraciones:

El Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer


Circuito, consideró que en materia mercantil procede el recurso de
apelación contra resoluciones y sentencias recaídas en negocios de
cuantía indeterminada de conformidad con los artículos 1339 y 1340 del
Código de Comercio, pues en ellos no existe prohibición expresa para la
procedencia de la apelación contra resoluciones y sentencias dictadas en
negocios con estas características.

Por el contrario, el Décimo Primer Tribunal Colegiado en Materia


Civil del Primer Circuito resolvió que de conformidad con los mismos
artículos, no son apelables las resoluciones y sentencias que recaigan
en negocios cuyo valor de lo reclamado sea de cuantía
indeterminada, pues consideró que el artículo 1340 del Código de
Comercio, estima como elemento indispensable para la procedencia del
recurso de apelación que éste resulte de cuantía determinada y que dicho
monto exceda la cantidad de doscientos mil pesos, circunstancia que no se
actualiza en los asuntos de cuantía indeterminada.

Después de analizadas las ejecutorias de los Tribunales


contendientes, se desprende que resolvieron de manera diversa el mismo
problema jurídico, relativo a si procede o no el recurso de apelación
contra resoluciones y sentencias recaídas en negocios de cuantía
indeterminada.
QUINTO. Como se ha hecho referencia a lo largo de esta resolución,
la oposición de criterios que integran la presente contradicción gira en
torno a la lectura interpretativa de los artículos 1339 y 1340 del Código de
Comercio, en cuanto a la procedencia de la apelación contra resoluciones
que se dicten durante el procedimiento y sentencias que recaigan en
negocios cuya cuantía resulte indeterminada.

Debe decirse que la improcedencia del recurso de apelación en los


juicios mercantiles respecto de asuntos de cuantía inferior a los doscientos
mil pesos constituye una disposición excepcional, puesto que el legislador
excluyó la procedencia de la apelación en un tipo específico y concreto de
juicios mercantiles —los de cuantía inferior a doscientos mil pesos—, sin
hacer extensiva esta exclusión a los demás juicios mercantiles ni a
otro tipo de procedimientos judiciales.

En este sentido, la finalidad perseguida por la norma, a saber, la


celeridad en los juicios mercantiles y la eficiencia y eficacia de la función
pública de administración de justicia, es constitucionalmente legítima.

Es importante precisar que la cuantía, como requisito de procedencia


del recurso de apelación en los juicios mercantiles, ha estado presente
desde el texto original del Código de Comercio de mil ochocientos ochenta
y nueve, cuyo artículo 1340 limitaba la procedencia de la apelación a los
asuntos cuyo interés excediera de mil pesos. Finalmente, la reforma de
abril de dos mil ocho modificó, entre otros, los artículos 1339 y 1340 del
Código de Comercio, para elevar a doscientos mil pesos la cuantía mínima
para la procedencia de la apelación.

Este incremento de la cuantía necesaria para la procedencia del


recurso de apelación no constituyó una medida legislativa aislada, sino que
se insertó dentro del marco de una reforma más amplia al sistema recursal
en los juicios mercantiles.

En efecto, en la exposición de motivos se señaló que el objetivo de la


reforma era “adoptar un nuevo sistema de recursos cuyo objeto es dar
mayor celeridad al procedimiento” 11, mientras que en el dictamen de la
cámara de origen se señaló que las propuestas de la iniciativa debían
incorporarse “para que se modifique el procedimiento mercantil a fin de
hacerlo más claro y eficiente12.”

En igual sentido, el dictamen de la Cámara revisora precisó respecto


del recurso de apelación, que: “En la actualidad, la manera en que está
previsto en la ley, complica la impartición de justicia, al ser usado de
manera incorrecta por algunos juristas impidiendo un proceso ágil. Así,
entonces, permitir que este recurso sea más efectivo es una necesidad
para el buen desarrollo y resolución de los litigios en la materia… [A]gilizar
y hacer más eficiente la aplicación de la legislación procesal trae consigo
un beneficio que se refleja en la seguridad y certeza jurídica de las
personas cuando se encuentran involucradas en un litigio mercantil 13.”

11
Iniciativa de diecinueve de diciembre de dos mil seis presentada ante la Cámara de Senadores.
12
Dictamen de la Cámara de Senadores de veintiséis de abril de dos mil siete.
13
Dictamen de la Cámara de Diputados de seis de marzo de dos mil ocho.
Una vez expuesto el marco anterior, es posible señalar que la
improcedencia del recurso de apelación en los juicios mercantiles respecto
de asuntos de cuantía inferior a los doscientos mil pesos, es una
disposición excepcional. En esa lógica, se les debe aplicar la regla general;
es decir, contra ellos procede el recurso de apelación.

El artículo 1339 del Código de Comercio establece con claridad que


el recurso de apelación procede contra las resoluciones que se dicten
durante el procedimiento y las sentencias que recaigan en negocios cuyo
valor exceda de doscientos mil pesos por concepto de suerte principal.
Esta regla es reiterada y extendida en el artículo 1340 del mismo
ordenamiento legal, en que se señala que la apelación no procede en
juicios mercantiles cuando por su monto se ventilen en juzgados de paz o
de cuantía menor, o cuando el monto sea inferior a doscientos mil pesos
por concepto de suerte principal.

Los artículos señalados siguen la lógica con que se ha diferenciado


la competencia de los juzgados atendiendo a la cuantía de los juicios. Esta
diferenciación consiste, de forma general, en que aquellos asuntos cuya
cuantía no alcance los doscientos mil pesos por concepto de suerte
principal, serán resueltos ante juzgados de paz, mientras que aquéllos
cuya cuantía alcance ese monto o lo rebase, serán ventilados ante
juzgados civiles ordinarios.

Las normas adjetivas, ─en el caso concreto, los artículos 1339 y


1340 del Código de Comercio─ establecen procedimientos diferenciados
para el conocimiento de los asuntos correspondientes a la justicia de paz y
aquellos decididos por juzgados civiles ordinarios; sin embargo, en ellos no
se establecen los correspondientes a asuntos de cuantía indeterminada.

Debido a que el Código de Comercio no se hace cargo de los


asuntos de cuantía indeterminada, resulta jurídicamente lógico que estos
asuntos sean apelables, puesto que no puede decirse válidamente que
son de cuantía menor y, por exclusión, les resultan aplicables las reglas
establecidas para asuntos que se ventilan en juzgados ordinarios.

Podemos afirmar que los asuntos mercantiles de cuantía


indeterminada son identificables con aquellos que se rigen por las reglas
generales; es decir, los que se consideran de cuantía ordinaria y contra
cuyas resoluciones dictadas en el procedimiento y sentencias, según el
artículo 1339 del Código de Comercio, resulta procedente el recurso de
apelación.

De una interpretación armónica de los preceptos invocados, se


concluye que todos los autos dictados en juicios mercantiles que por su
cuantía son inferiores a doscientos mil pesos por concepto de suerte
principal, son impugnables mediante el recurso de revocación previsto en
el artículo 1334 del Código de Comercio, mientras que aquellos asuntos
que superen la cuantía indicada, son impugnables mediante apelación.

Como resultado de la valoración pecuniaria de los negocios


sometidos a la jurisdicción, ya sea de los juzgados de paz o de los
juzgados ordinarios, tenemos que sólo los de cuantía menor pueden ser
sometidos a la primera de las jurisdicciones mencionadas, mientras que
los demás se ventilan ante la segunda, por lo que los asuntos de cuantía
indeterminada, al no ser valorables en su cuantía, no pueden ser
válidamente identificados dentro del primer grupo, cuya razón de ser
es precisamente su valor inferior a doscientos mil pesos por concepto de
suerte principal.

En esta lógica, el tratamiento que debe darse a asuntos de


cuantía indeterminada, al no estar previstos como tales en las leyes
adjetivas, es el que imponen las reglas generales, es decir, las que
regulan los juicios ordinarios.

Como se puede observar, la reforma al artículo 1339 del Código de


Comercio, limitó la posibilidad de imponer el recurso de apelación en
contra de autos y sentencias, atendiendo a la cuantía del negocio.

Por su parte, el artículo 1334 del Código de Comercio sigue haciendo


la excepción a dicha regla general para dar entrada al recurso de
revocación únicamente por cuanto a los autos dictados en los
procedimientos en negocios de cuantía menor, no así de sentencias,
donde sigue operando la regla general.

Es necesario destacar que el Código Federal de Procedimientos


Civiles, en su artículo 238, establece lo siguiente:

ARTICULO 238.- Sólo son apelables las sentencias que


recaigan en negocios cuyo valor exceda de mil pesos, y en
aquellos cuyo interés no sea susceptible de valuarse en
dinero.

Este artículo, al establecer que son apelables las sentencias que


recaigan en negocios cuyo interés no sea susceptible de valuarse en
dinero, resulta complementario a los razonamientos esgrimidos en el
presente proyecto en el problema puntual que esta Contradicción propone,
pues establece directamente que en los asuntos de cuantía indeterminada
procede el recurso de apelación, norma que coincide literalmente con la
solución que esta Primera Sala sustenta.

Así, queda acreditada la procedencia de la apelación contra


resoluciones cuyo interés no sea susceptible de valuarse en dinero; y en
ese sentido, a los asuntos de cuantía indeterminada les resulta aplicable lo
establecido en los artículos 1339 y 1340 del Código de Comercio en
cuanto a la procedencia del recurso de apelación.

Es importante señalar que en la Acción de Inconstitucionalidad


22/2009, fallada en el Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la
Nación, el cuatro de marzo de dos mil diez, por unanimidad de votos, se
estimó que los artículos 1339 y 1340 del Código de Comercio, reformados
mediante decreto publicado en el Diario Oficial de la Federación el treinta
de diciembre de dos mil ocho, no resultan inconstitucionales, pues aunque
hay un derecho a la segunda instancia ─que se desprende de los artículos
17 constitucional y 14, 16 y 107 también de la Carta Magna─, éste no es
absoluto y puede ser limitado cuando hay, como en el caso de los artículos
en cita, proporcionalidad y razonabilidad.
Así mismo, se establece que la exclusión de la doble instancia en
procesos jurisdiccionales ante jueces individuales debe ser excepcional y
tender al logro de una finalidad constitucionalmente legítima. Finalmente
se determinó que la medida es proporcionada, toda vez que tiene que
tomarse en consideración la existencia de otros mecanismos procesales
que garanticen adecuadamente el derecho a la tutela judicial efectiva, y no
responde a criterios de discriminación, sino a criterios objetivos. En el
caso, el criterio de la cuantía es un criterio objetivo que tiende al tipo
del negocio y no a la categoría o calidad de los individuos.

Por último, debe decirse que el principio de definitividad ─que rige el


juicio de amparo─, establece que éste se promoverá una vez agotados los
recursos o medios de defensa que las leyes ordinarias prevén para
combatir el acto de autoridad reclamado en la vía constitucional. Con este
principio se busca que el acto de autoridad a reclamar en la vía de amparo,
tenga el carácter de definitivo. Así, de la lectura armónica de los artículos
1339 y 1340 del Código de Comercio con los principios que rigen la
materia e instancia en que se actuó, se sigue que para acceder al juicio de
amparo, es necesario agotar los medios ordinarios establecidos en la ley,
que para el caso de impugnación de autos, interlocutorias o resoluciones
que se dicten en el trámite del procedimiento y sentencias definitivas
recaídas en negocios de cuantía indeterminada, es el recurso de
apelación.
En conclusión, esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de
la Nación considera que debe prevalecer con carácter de jurisprudencia el
criterio que se contiene en la tesis siguiente:

APELACIÓN. RESULTA PROCEDENTE CONTRA LAS


SENTENCIAS, AUTOS, INTERLOCUTORIAS O
RESOLUCIONES DICTADOS DURANTE EL
PROCEDIMIENTO MERCANTIL, CUANDO EL MONTO DEL
NEGOCIO RESULTE DE CUANTÍA INDETERMINADA. La
improcedencia del recurso de apelación en los juicios
mercantiles respecto de asuntos de cuantía inferior a los
doscientos mil pesos establecida en los artículos 1339 y
1340 del Código de Comercio, constituye una disposición
excepcional, puesto que el legislador excluyó de forma
limitativa la procedencia de ese medio de defensa cuando
la controversia impulsó una cuantía inferior a doscientos
mil pesos; esto es, el creador de la norma no hizo
extensiva la hipótesis normativa a los demás juicios
mercantiles ni a otro tipo de procedimientos judiciales. En
esta lógica, el tratamiento que debe darse a asuntos de
cuantía indeterminada, al no estar previstos como tales en
el Código de Comercio, es el que imponen las reglas
generales, es decir, las que regulan los juicios ordinarios,
de tal suerte que los autos, interlocutorias y sentencias
dictadas durante el procedimiento pueden ser impugnadas
a través del recurso de apelación. Aunado a lo anterior, se
estima que debe atenderse la regla establecida en el
artículo 238 del Código Federal de Procedimientos Civiles,
-misma que señala que “sólo son apelables las sentencias
que recaigan en negocios cuyo valor exceda de mil pesos,
y en aquellos cuyo interés no sea susceptible de valuarse
en dinero”-, por resultar complementaria al Código de
Comercio. Así, se considera que la regla aplicable es la
establecida en el artículo 1339, en el sentido de que contra
las resoluciones dictadas en el procedimiento y sentencias
recaídas en asuntos de cuantía indeterminada procede el
recurso de apelación.

Por lo anteriormente expuesto, y con fundamento en los artículos


107, fracción XIII constitucional; 195 y 197-A, de la Ley de Amparo; y, 21,
fracción VIII, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, se
resuelve:

PRIMERO. Sí existe contradicción de tesis entre los criterios


sustentados por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer
Circuito y el Décimo Primer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Primer
Circuito, en términos del considerando Cuarto de esta resolución.

SEGUNDO. Debe prevalecer con carácter de jurisprudencia, el


criterio sustentado por esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación, en los términos precisados en el último considerando de esta
resolución.
TERCERO. Dese publicidad a la tesis jurisprudencial que se sustenta
en la presente resolución, en términos del artículo 195 de la Ley de
Amparo.

Notifíquese; con testimonio de la presente resolución, y en su


oportunidad archívese el expediente como asunto concluido.

Así, lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la


Nación, por unanimidad de cuatro votos de los señores Ministros: José
Ramón Cossío Díaz, Juan N. Silva Meza, Olga Sánchez Cordero de
García Villegas y Presidente (Ponente) Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.

Firman el Presidente de la Sala y Ponente con el Secretario de


Acuerdos, que autoriza y da fe.

PRESIDENTE DE LA PRIMERA SALA Y PONENTE:

__________________________________________
MINISTRO ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA.

SECRETARIO DE ACUERDOS DE LA PRIMERA SALA:


_________________________________________
LIC. HERIBERTO PÉREZ REYES.

En términos de lo previsto en los artículos 3, fracción II, 13, 14 y


18 de la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información
Pública Gubernamental, en esta versión pública se suprime la
información considerada legalmente como reservada o confidencial
que encuadra en esos supuestos normativos.

LRRE/ARCA/anm.

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