Está en la página 1de 2

1 de Juan: 1

En este capítulo Juan nos muestra al Dios eterno, que era antes de
todas las cosas, que estuvo presente desde siempre, no hubo un
principio para él y no habrá un final, siempre fue, habla de que la
encarnación de Jesús fue real, en ese tiempo había muchas herejías
contradiciendo esto, entonces Juan enfatiza que esto es algo real,
no es un cuento de hadas, Jesús se manifestó, se dejó ver, se dejó
palpar, y ha sido testificado por sus seguidores, anunciando que
existe la vida eterna. Nos enseña a tener una comunión con Dios,
una relación íntima, y también a tener comunión con nuestros
hermanos en Cristo, y que todo esto nos lleva a sentir una plenitud
de gozo, se podría decir que, en este pequeño párrafo, Juan nos dio
lo suficiente para vivir una vida cristiana. También nos revela quien
es Dios, santo, ¿Dios es luz, y que hace la luz? Ilumina, resplandece,
la luz de Dios nos permite ver nuestros pecados, nos señala por
donde caminar, difunde las tinieblas, sin Dios estamos ciegos ante
un mundo en tinieblas, decir que Dios es Luz es otra manera de
decir que él es perfecto, la luz representa pureza, perfección,
nobleza, no existe manchas en Dios, no hay tinieblas en él, porque
eso sería la ausencia de la Luz. Seguidamente también Juan nos
habla de una falsa comunión, una verdadera comunión no implica no
estar en pecado, ya que continuamente fallamos, tenemos una
naturaleza pecaminosa, cuando Juan nos dice andar en tinieblas, se
refiere a un patrón de vida, constantemente pecando sabiendo que
está mal y que está bien, no yendo al arrepentimiento, no teniendo
disposición de agradar a Dios o ser transformado por su poder, si
decimos que tenemos comunión con el pero seguimos en tinieblas, en
un mismo patrón de vida, mentimos, pero si andamos en luz, quiere
decir en obediencia, con un corazón arrepentido, con disposición de
hacer la voluntad de Dios, una relación de interés y participación,
de búsqueda continua, tenemos comunión con Dios, no solo nos habla
de la comunión con el Señor, sino también de unos con otros, andar
en una relación íntima con Dios también implica tener comunión con
nuestros hermanos, si no tenemos comunión unos con otros, no
andamos del todo en Luz, dos cristianos que están en una relación
correcta con Dios, también estarán naturalmente en una relación
correcta entre sí. Luego también nos dice algo muy importante,
conforme andemos en luz, disfrutamos de la limpieza continua de
Jesús, Juan no se refiere a tener perfección, con la frase andar en
luz, una comunión sin pecado, nuevamente lo decimos, eso sería algo
imposible, pero el ir al arrepentimiento, a los pies de Dios, tenemos
la seguridad que la Sangre de Cristo nos limpia de absolutamente
todo, sabemos que el pecado es un obstáculo para la comunión, pero
la Sangre de Jesús recibida por fe, pago nuestros pecados, ese es
nuestro remedio, pecamos, pero vamos a la Presencia de Dios y
somos limpios, sepamos que esto no nos da libertinaje de Pecar, sino
de ver cuán grande es el amor de Dios, y que respuesta le damos
ante ese amor? Obedecer, dejarnos ser transformados,
restaurados, creciendo espiritualmente, teniendo un corazón
arrepentido y agradecido, estando en acción para ser vasijas de
honra, usados como instrumento en las manos de Dios, si decimos
que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, pero al
confesarlo, Dios es fiel y justo para limpiarnos de toda maldad, si
negamos el pecado, negamos que Jesús está en nosotros, el fallar,
pecar, no es razón para alejarnos de Dios, sino al contrario,
necesitamos de alguien quien pueda cambiarnos.

También podría gustarte