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Este documento enseña sobre la importancia de probar las profecías y enseñanzas espirituales con la Palabra de Dios, ya que los falsos profetas niegan que Jesús vino en forma de hombre. También enfatiza la necesidad de basarnos primero en la Palabra de Dios antes que en los hombres, y que debemos confiar en que el Espíritu de Dios que habita en nosotros es mayor que cualquier otra cosa. Finalmente, recalca que debemos amarnos los unos a los otros como Dios nos ama, porque el amor describe
Este documento enseña sobre la importancia de probar las profecías y enseñanzas espirituales con la Palabra de Dios, ya que los falsos profetas niegan que Jesús vino en forma de hombre. También enfatiza la necesidad de basarnos primero en la Palabra de Dios antes que en los hombres, y que debemos confiar en que el Espíritu de Dios que habita en nosotros es mayor que cualquier otra cosa. Finalmente, recalca que debemos amarnos los unos a los otros como Dios nos ama, porque el amor describe
Este documento enseña sobre la importancia de probar las profecías y enseñanzas espirituales con la Palabra de Dios, ya que los falsos profetas niegan que Jesús vino en forma de hombre. También enfatiza la necesidad de basarnos primero en la Palabra de Dios antes que en los hombres, y que debemos confiar en que el Espíritu de Dios que habita en nosotros es mayor que cualquier otra cosa. Finalmente, recalca que debemos amarnos los unos a los otros como Dios nos ama, porque el amor describe
Juan nos enseña asimismo a reconocer a los falsos profetas, nos
advierte de creer a todo espíritu, no podemos asumir que cada experiencia espiritual que vemos proviene de Dios, estos deben ser probados por la palabra de Dios, pues Dios nunca se contradecirá, la verdadera profecía y enseñanza, presentaran a un verdadero Jesús, en los tiempos de Juan esta era una de las únicas pruebas para probar una falsa profecía, ya que habían muchas herejías, diciendo que Dios no vino al mundo en forma de hombre, hoy en día no es la única prueba, pero sabemos que el negar a Jesucristo es la base del espíritu del anticristo, que desde ese tiempo ya estaba en el mundo, recordemos que Dios nos ha dado a sus hijos discernimiento, y en todo momento debemos siempre basarnos primero el Palabra de Dios, antes que en los hombres, ante esto, somos advertidos, pero no tememos, porque tenemos el Espíritu de Dios que mora en nosotros y es mayor que todos. Si confiamos en Jesús, somos más que vencedores. Nuevamente Juan hace hincapié en amarnos los unos a los otros, pero porque Dios es amor, y el amor describe el carácter y corazón de Dios, y si somos hijos suyos nos parecemos a él, en amor, y recordamos su amor al recordar que mando a su único hijo a morir por nosotros. Y si permanecemos en él, seremos y entregaremos aquel amor que Dios entrega, de otra manera no hemos conocido a Dios si de nosotros no hay amor, y lo más importante el amor echa fuera el temor, porque siempre será mayor,