Está en la página 1de 14

¡EL PLAN DE DIOS PARA TU VIDA!

http://www.conpoder.com/

Primer principio:
Dios le ama y le ofrece un plan maravilloso para su vida.

Dios le ha creado a usted. Y no solamente eso, sino que le ama tanto que desea que pase la
eternidad con Él. Jesús dijo, “Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para
que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.” (Juan 3:16).

Jesús ha venido para que cada uno de nosotros pudiéramos conocer y entenderle a Dios de una
forma personal. Sólo Jesús le puede dar significado y propósito en la vida.

¿Qué nos previene conocer a Dios?

Segundo principio:
Todos somos pecadores y estamos separados de Dios. Por eso, no podemos conocer o
experimentar el amor de Dios y el plan que tiene para nosotros.

La verdad es que necesitamos a Jesús. La Biblia dice, “pues todos han pecado y están privados de la
gloria de Dios” (Romanos 3:23). A pesar de que Dios desea tener una relación con nosotros, por
naturaleza queremos hacer las cosas a nuestra manera. Somos personas tercas y egoístas pero con
frecuencia no somos capaces de llevar a cabo hasta el fin nuestras promesas. Sin importar cuánto
tratemos, siempre tropezamos.

Dentro de nosotros, nuestra actitud quizás sea similar a la de una rebelión activa o una indiferencia
pasiva, pero cualquiera que sea la actitud, éstas son evidencias de lo que la Biblia llama pecado; un
viejo término que literalmente significa “faltar al blanco”.

La Biblia dice que la paga del pecado de nuestras vidas es la muerte, la separación espiritual con
Dios (Romanos 6:23). A pesar de que intentamos alcanzar a Dios por medio de nuestros propios
esfuerzos, inevitablemente fracasamos. Simplemente nunca podremos ser suficientemente buenos.

Este dibujo demuestra el gran vacío que existe entre nosotros y Dios. Las
flechas ilustran que siempre estamos tratando de alcanzar a Dios y de encontrar
una vida con significado usando nuestros propios esfuerzos. Tratamos de hacer
buenas obras o tomar nuevas filosofías que nos puedan guiar... pero
inevitablemente seguimos fracasando.

El tercer principio explica la única forma de cerrar este gran vacío...

Tercer principio:
Jesucristo es la única solución que Dios ofrece para nuestros pecados. Por
medio de Él podemos conocer y experimentar el amor de Dios y su plan
para nuestras vidas.

Jesucristo es la solución de Dios al problema de la imperfección humana y la maldad. Gracias a la


muerte de Jesús en la cruz, no tenemos que estar separados de Dios nunca más. Jesús pagó por el
precio de nuestros pecados y por eso ha cerrado el vacío entre nosotros y Dios.
En vez de seguir intentando alcanzar a Dios, simplemente tenemos que
aceptar que Jesús y su sacrificio por nosotros son el único camino a
Dios. “--Yo soy el camino, la verdad y la vida --le contestó Jesús--.
Nadie llega al Padre sino por mí.” (Juan 14:6). Él además dijo, “--Yo
soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; y
todo el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto?” (Juan
11:25-26).

Pero no sólo Jesús murió por nuestros pecados, sino que también
resucitó de los muertos (1 Corintios 15:3-6). Y cuando hizo esto, nos
demostró sin lugar a duda que legítimamente puede prometernos la vida
eterna, que Él es el Hijo de Dios y que Él es el único camino por el cual
podremos conocer a Dios.

Sin embargo, el solo conocer los planes y propósitos de Dios no es suficiente. Necesitamos aceptar
a Jesucristo, quien es el pago de nuestros pecados, e invitarle a entrar en nuestras vidas.

Pero no es suficiente conocer estos tres principios...

Cuarto principio:

Necesitamos aceptar a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador de forma


individual. Es entonces que podremos conocer y experimentar el amor de Dios
y su plan para nosotros.

La Biblia dice, “Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de
ser hijos de Dios.” (Juan 1:12)

Aceptamos a Jesús por fe. La Biblia dice, “Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante
la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se
jacte.” (Efesios 2:8-9).

Aceptar a Jesús significa primeramente creer que Jesús es quien dice ser, y después invitarle a
tomar control de nuestras vidas y hacernos personas nuevas (Juan 3:1-8).

Jesús dijo, “Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y
cenaré con él, y él conmigo.” (Apocalipsis 3:20).

¿Cómo va a responder a la invitación de Dios? ¿Qué va a hacer acerca de lo que Jesucristo dijo?

Considere estos dos círculos.

La vida dirigida por el Ego:

El Ego está sentado en el trono de su vida


Jesús está fuera de su vida
El Ego dirige sus intereses, pero éstos siempre terminan en fracaso
La vida dirigida por Cristo:
Jesús está sentado en el trono de su vida
El Ego se somete a Jesús
Jesús dirige sus intereses, y éstos resultan en una armonía con Dios.

¿Qué círculo representa mejor su vida?


¿Qué círculo preferiría representar su vida?

El siguiente artículo explica cómo puede empezar a tener una relación con Jesús...

Conozca a Jesús de forma personal:


La decisión de más significado que podrá tomar en su vida será la de permitirle a
Dios convertirle en la persona que Él ha diseñado que sea. No es suficiente
solamente estar de acuerdo intelectualmente que Jesús es el Hijo de Dios y que murió
en la cruz por sus pecados. Necesitamos hacer un compromiso personal.

Hacemos este compromiso cuando regresamos a Dios y le pedimos perdón por


nuestros pecados del pasado, y confiamos que entrará en nuestras vidas y le pedimos
que nos haga las personas que Él desea que seamos. Esto es la fe. Y es además un
acto de su propia voluntad. Si está listo para tomar este paso, sólo necesita conversar
con Dios.

Recuerde que Dios conoce su corazón y por eso las palabras que use no son tan importantes como la
actitud de su corazón. No importa si no está seguro de lo que le va a decir. Aquí le ofrecemos una
oración modelo que usted puede seguir:

“Jesús, quiero conocerte personalmente. Gracias por haber sacrificado tu vida por mí para que
pueda regresar a Dios. Quiero que entres en mi vida. Acepto que tú eres el único que me puede dar
el poder de cambiar y salvarme de una eternidad separada de Dios. Gracias por darme el perdón
por medio tuyo y por darme la vida eterna con Dios. Toma el control de mi vida. Hazme la persona
de la cual fui creada”

Cuando usted acepta lo que Jesús ha hecho, se convierte en el hijo de Dios y todos sus pecados son
perdonados. Esto suena increíble, pero Jesús nos ha prometido que si le recibimos viviremos por
siempre en un lugar que Dios nos ha preparado.

Si usted hizo la oración susodicha, se ha convertido en cristiano(a), que simplemente significa,


“Cristo en uno”.

Por favor llene el siguiente formulario y déjenos saber si ha tomado la decisión de invitar a Cristo
en su vida, para que podamos enviarle un Nuevo Testamento gratuito o responder cualquier otra
pregunta que tenga.

En la parte inferior de esta pagina, usted encontrará algunas lecciones cortas que le ayudará a
comprender más acerca del significado de ser seguidor de Jesús.

Al hacer esta oración has tomado el primer paso para tener una relación personal con Jesús.
Nos encantaría orar por ti y enviarte más información por correo electrónico.
Primera Lección: Comprende tu relación
con Jesucristo
La simple acción de pedirle al Señor Jesús sinceramente que entre
en tu vida asegura tu relación con Dios. Te has embarcado ahora en
una vida llena de aventuras con el Dios Todopoderoso y Todo
amoroso.

Pero, ¿qué fue exactamente lo que pasó cuando le invitaste al Señor Jesús en tu vida?

1. Dios te perdonó tus pecados.

“En él [Dios] tenemos la redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados, conforme a
las riquezas de la gracia.” Efesios 1:7 (Encontrarás este versículo en el libro de Efesios en el
Nuevo Testamento, capítulo 1, versículo 7)

Todos tus pecados del pasado, presente y futuro han sido perdonados por medio de la muerte del
Señor Jesús en la cruz.

¿Qué diferencia crees que existe ahora que sabes que todos tus pecados han sido perdonados?

2. Él te ha hecho hijo o hija de Dios.

“Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios.
Éstos no nacen de la sangre, ni por deseos naturales, ni por voluntad humana, sino que nacen de
Dios.” (Juan 1:12,13)

¿Qué hiciste para convertirte en el hijo de Dios?


(La repuesta se encuentra al final de la primera lección)

3. Él entró en tu vida y nunca te dejará.

Jesús dijo, “Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo.” (Mateo 28:20)

Jesús también dijo, “Todos los que el Padre me da vendrán a mí; y al que a mí viene, no lo
rechazo.” (Juan 6:37)

a) ¿Existe algo que pudiera causar que el Señor Jesús te abandonara?


b) Según Juan 6:37, ¿cuántas veces tienes que recibir al Señor Jesús?
(La repuesta se encuentra al final de la primera lección)

4. Él te dio una nueva vida.

“Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya
lo nuevo!” (2 Corintios 5:17)

Tienes la oportunidad de empezar de nuevo y de empezar una nueva vida espiritual. Dios
desarrollará nuevas cualidades en ti a medida que lo conozcas mejor.
5. Te dio la vida eterna.

“Y el testimonio es éste: que Dios nos ha dado vida eterna, y esa vida está en su Hijo. El que tiene
al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida. Les escribo estas cosas a
ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna.” (1 Juan
5:11-13)

Obtuviste la vida eterna en el momento en que te convertiste en cristiano - cuando Dios formó parte
de tu vida para siempre. Si partieras de este mundo esta noche pasarás la eternidad con Él.

Todos estos beneficios son posibles solamente por medio de Jesucristo. No puedes alcanzar estos
beneficios por ti mismo. Los recibes en el momento en que pones tu fe en Él.

a) ¿Cuáles de estas cinco verdades tiene especial significado para ti?


b) ¿Por qué?

Tratando con las dudas

Una vez que hayas hecho tu decisión será natural tener dudas. Es posible que mañana no te
“sientas” muy cristiano.

Pero recuerda que muchas cosas afectan nuestros sentimientos: las amistades, la salud, el clima, etc.
No determines la condición de tu relación con Jesucristo de acuerdo a tus sentimientos ya que éstos
cambian. En su lugar, confía en Dios y en las verdades de la Biblia ya que éstas nunca cambian.

Sugerencias para crecer más

Cada día de esta semana reflexiona en una de las cinco verdades que acabas de leer. Lee los
versículos acompañados y agradécele a Dios por cada una de ellas.

Si todavía no tienes una Biblia puedes obtener una en una librería cristiana o por medio de la
Sociedad Bíblica de tu comunidad. Si deseas otras versiones de la Biblia en un lenguaje más
moderno pregúntale a tus pastores para obtener sugerencias.

Durante esta semana comparte con alguien que ya tienes una relación con el Señor Jesús.

Resumen

Ahora que ya has aceptado al Señor Jesús tu relación con Dios está seguro. Eres su hijo(a). Dios te
ha perdonado tus pecados y te ha dado la vida eterna. Nunca te dejará. Cuando tenga dudas confía
en esto y en las otras verdades de la Biblia y no en tus sentimientos.

¿Qué pasará cuando pases por luchas y a pesar de tus esfuerzos no llegues a tener una vida
cristiana verdadera? Léela la Segunda Lección: Experimenta el amor y el perdón de Dios.

Respuestas
2) Le has recibido a Cristo y has puesto tu fe en Él.
3a) No. b) Una sola vez.

¿ Y AHORA QUE? AHORA QUE ERES CRISTIANO NECESITAS SABER...


Segunda Lección: Experimente el amor de
Dios y su perdón
Piensa en lo siguiente: un conductor te corta el camino, un
compañero de clase te insulta, tu esposo(a) se olvida de recogerte.
Todos estos son ejemplos de situaciones de la vida cotidiana en
donde es posible que, sin querer, estés usando palabras malas o
insultándole y gritándole a otros – en otras palabras, situaciones en
donde estás fuera de control. O quizás te veas en situaciones donde
tienes la tentación de hacer ciertas cosas o de tener ciertas actitudes, tales como chismear o tener
amargura, y éstos alejan tu enfoque en Dios.

La palabra “pecado” es similar a cuando no logramos apuntar al blanco o cuando erramos en


nuestros tiros. Pecamos cuando hacemos lo que queremos y no lo que Dios quiere. No te desanimes
cuando las viejas costumbres y actitudes aparecen en tu vida. Tú continuas siendo hijo(a) de Dios.
Sin embargo, el pecado desbarata nuestra cercanía con Dios y nuestra comunicación con Él. Nos
previene seguir experimentando de su amor.

Y todos nosotros pecamos aún cuando somos cristianos. Es por eso que todos necesitamos del
perdón de Dios diariamente.

1. La base del amor y el perdón de Dios.

“Porque Cristo murió por los pecados una vez por todas, el justo por los injustos, a fin de llevarlos
a ustedes a Dios. Él sufrió la muerte en su cuerpo, pero el Espíritu hizo que volviera a la vida.” (1
Pedro 3:18)

El Señor Jesús hizo posible que tuviéramos una relación con Dios por medio de su muerte. Su
muerte nos permitió reclamar el perdón de Dios diariamente.

“Antes de recibir esa circuncisión, ustedes estaban muertos en sus pecados. Sin embargo, Dios nos
dio vida en unión con Cristo, al perdonarnos todos los pecados y anular la deuda que teníamos
pendiente por los requisitos de la ley. Él anuló esa deuda que nos era adversa, clavándola en la
cruz.” (Colosenses 2:13-14)

Durante el tiempo en que se escribió este pasaje un acta o deuda era la lista de los crímenes de los
prisioneros culpables. Éstas estaban clavadas en las celdas de los prisioneros. Una vez que se
completaba la sentencia o cuando se pagaban estas sentencias, los prisioneros podían usar el acta
anulada como prueba que nunca más le podían culpar por esos mismos crímenes.

De la misma forma, cuando confiamos en el pago del Señor Jesús por nuestros pecados obtenemos
el perdón completo de Dios.

“No nos trata conforme a nuestros pecados ni nos paga según nuestras maldades. Tan grande es su
amor por los que le temen como alto es el cielo sobre la tierra. Tan lejos de nosotros echó nuestras
transgresiones como lejos del oriente está el occidente.” (Salmos 103:10-12)

1. Según estos versículos, ¿qué es lo que ha hecho Dios con tus pecados?
2. ¿Por cuántos de tus pecados ha muerto el Señor Jesús?
3. Cuando el Señor Jesús murió por ti en la cruz unos 2 mil años atrás, ¿cuántos de tus pecados
pertenecían al futuro?
(Las respuestas se encuentran al final de la segunda lección)

2. Experimentando el amor y el perdón de Dios diariamente.

A pesar de que estás totalmente perdonado tienes que seguir examinando tus pecados diariamente
para mantener una relación cercana con Dios. Necesitas confesar tus pecados.

La Confesión—Estar de acuerdo con Dios en cuanto al pecado

“Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de
toda maldad.” (1 Juan 1:9)

Cuando Dios te recuerda algún pecado en tu vida, confiésalo. La confesión significa:

 Estar de acuerdo con Dios de que has pecado.


 Dar gracias a Dios por haberte perdonado.
 Confiar en Dios de que te ayudará a cambiar tus actitudes y acciones equivocadas.

En vez de sentirte culpable regresa a Dios y aléjate de tu pecado. Este arrepentimiento te permitirá
experimentar el amor y el perdón de Dios. Te restaurará tu relación íntima con Él.

Poniendo esto en práctica

Ahora mismo, o antes de dormir esta noche:

 Pídele a Dios que te revele cualquier pecado en tu vida.


 Haz una lista de estos pecados y escríbelos en un papel. Sé completamente honesto(a): esto
es sólo entre tú y Dios.
 Después de completar tu lista escribe sobre ésta la promesa en
1 Juan 1:9.
 Agradécele a Dios por darte perdón por medio de la muerte del Señor Jesús en la cruz.
 Arranca la lista y arrójala.

a) ¿Cuán a menudo necesitas confesar tus pecados a Dios?


b) ¿Cuándo deberías confesar tus pecados?
(Las respuestas se encuentran al final de la segunda lección)

Sintiendo los resultados

“Pero te confesé mi pecado, y no te oculté mi maldad. Me dije: "Voy a confesar mis transgresiones
al SEÑOR", y tú perdonaste mi maldad y mi pecado.” (Salmos 32:5)

¿Qué ocurre si sigues sintiéndote culpable después de confesar tus pecados?

Cuenta con la Palabra de Dios - la Biblia; ésta dice que ya has sido perdonado. No dependas de tus
sentimientos.

Sin embargo, si no confiesas tus pecados entonces sí existe una buena razón para tener esos
sentimientos de culpabilidad.
Considerando lo que acabamos de ver con relación a la culpa y el perdón, ¿cómo completarías la
siguiente oración?

Cuando confieso todos mis pecados, yo…

Sugerencias para crecer más

Trata de tener 15 minutos o más cada día a solas para poder conocer más a Dios por medio de la
lectura de la Biblia y la oración. Aquí te ofrecemos algunas sugerencias:

1. Lee la historia que el Señor Jesús contó acerca del joven que se alejó de su casa y gastó toda
su herencia (Lucas 15:11-32) ¿Qué nos enseña esta historia acerca de nuestra relación con
Dios, del perdón y de nuestra comunión con Él?
2. Lee Gálatas 5:16-23. Recuerda que observarás diferencias al permitirle a Dios trabajar en tu
vida. Si te das cuenta que existe alguna parte de tu vida que ofende a Dios, enfréntalo según
1 Juan 1:9 y entonces disfrutarás de tu renovada cercanía con Él.

Resumen

Si nosotros seguimos confesando nuestros pecados y si confiamos en el perdón de Dios, podremos


experimentar del amor de Dios y crecer en comunión con Él diariamente.

Lee la Tercera Lección: El poder de tener una vida cristiana dinámica para saber cómo poder
obtener la fuente del poder de Dios: el Espíritu Santo.

Respuestas:

1a) Dios los ha perdonado.

1b) Por todos.

1c) Todos

2a) Sólo una vez.

2b) Tan pronto como te des cuenta que es pecado.


Tercera Lección: El Poder de tener una vida cristiana dinámica
Todos los días tenemos que tomar decisiones: qué decir, a dónde ir,
o qué hacer. ¿Cómo observamos la vida desde la perspectiva de
Dios y cómo vivimos de una forma agradable a Dios?

1. El Espíritu Santo es la fuente del poder de la vida cristiana.

Tal como nuestra relación con Dios depende totalmente de lo que


Dios ha hecho por medio de Jesucristo, así también el poder de la
vida cristiana proviene totalmente de Dios. Para poder vivir la vida
cristiana que Dios desea debemos obtener continuamente el poder de Dios, por medio del Espíritu
Santo. Pero, ¿quién o qué es el Espíritu Santo y qué es lo que hace?

Él es Dios

“En efecto, ¿quién conoce los pensamientos del ser humano sino su propio espíritu que está en él?
Así mismo, nadie conoce los pensamientos de Dios sino el Espíritu de Dios. Nosotros no hemos
recibido el espíritu del mundo sino el Espíritu que procede de Dios, para que entendamos lo que
por su gracia él nos ha concedido.” (1 Corintios 2:11-12)

Vino a vivir dentro de ti.

“Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el
Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo.”
(Romanos 8:9)

Vino a convencer al mundo en cuanto al pecado y la justicia

“Y cuando él venga, convencerá al mundo de su error en cuanto al pecado, a la justicia y al


juicio” (Juan 16:8)

Vino a enseñarte la verdad.

“Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los guiará a toda la verdad” (Juan 16:13)

Vino a dar la gloria a Cristo

Jesús dijo: “Él me glorificará porque tomará de lo mío y se lo dará a conocer a ustedes.” (Juan
16:14)

Te confirma tu relación con Dios.

“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no
recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el Espíritu que los adopta como
hijos y les permite clamar: "¡Abba! ¡Padre!" El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu que
somos hijos de Dios.” (Romanos 8:14-16)

Es la fuente de las cualidades cristianas en tu vida.

“En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad,
humildad y dominio propio.” (Gálatas 5:22-23a)
a) ¿Cuáles de estas cualidades tú desearías que Dios empezara a desarrollar en tu vida?

Jesús dijo: “Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes. Así como ninguna rama puede dar
fruto por sí misma, sino que tiene que permanecer en la vid, así tampoco ustedes pueden dar fruto
si no permanecen en mí. Yo soy la vid y ustedes son las ramas. El que permanece en mí, como yo en
él, dará mucho fruto; separados de mí no pueden ustedes hacer nada.” (Juan 15:4-5)

Jesús nos dijo que tenemos que depender de Él y estar cerca de Él para poder ver cómo sus
cualidades se producen en nosotros. Y nos ha dado el poder de compartir acerca de Él con otros.

b) ¿Por qué crees que necesitas el poder del Espíritu Santo para compartir con otros acerca de lo que
sabes acerca de la verdad del Señor Jesús?
(La respuesta se encuentra al final de la tercera lección)

2. No todos los cristianos experimentan el poder del Espíritu Santo.

A pesar de que el Espíritu Santo vive en todos los cristianos, el Espíritu Santo ni dirige y ni otorga
poder a todos ellos. La Biblia nos dice que existen tres tipos de personas: naturales, espirituales y
carnales; y éstos representan las diferentes respuestas que la gente le da a Dios (lee 1 Corintios 2:12
– 3:3).

La persona natural
Este círculo representa la vida de una persona y el trono representa el control. La persona natural no
confía en Cristo y el Espíritu Santo no vive en él o ella. Cristo no forma parte de la vida de esta
persona ya que yace fuera del círculo. La persona natural dirige su propia vida.

La persona espiritual
La persona espiritual ha aceptado al Señor Jesús como su Señor y Salvador, y confía en el Espíritu
Santo para vivir la vida cristiana. Cristo no sólo forma parte de la vida de esta persona, sino que
también la dirige.

La persona carnal
La persona carnal ha aceptado al Señor Jesús como su Salvador, pero depende de sus propios
esfuerzos para vivir la vida cristiana. Esta persona continua controlando su vida y actúa como la
persona natural. Cristo está dentro de la vida de esta persona pero no la dirige.

¿Qué círculo representa mejor tu vida?

3. Puedes estar lleno(a) del Espíritu Santo.

En Efesios capítulo 5, versículo 18, Dios nos manda:

“No se emborrachen con vino, que lleva al desenfreno. Al contrario, sean llenos del Espíritu.”

A medida que le permitimos al Espíritu Santo llenarnos y controlar nuestras vidas, Él producirá un
carácter santo en nosotros y nos permitirá compartir con otros de Cristo.

Pero ¿cómo le permitimos al Espíritu Santo llenarnos y controlar nuestras vidas?


Primero, confiesa todos tus pecados

“Si en mi corazón hubiera yo abrigado maldad, el Señor no me habría escuchado” (Salmos 66:18)

¿Por qué piensas que es importante confesar todos nuestros pecados para poder estar llenos del
Espíritu Santo?

Segundo, entrega cada parte de tu vida a Cristo.

“Por lo tanto, no permitan ustedes que el pecado reine en su cuerpo mortal, ni obedezcan a sus
malos deseos. No ofrezcan los miembros de su cuerpo al pecado como instrumentos de injusticia;
al contrario, ofrézcanse más bien a Dios como quienes han vuelto de la muerte a la vida,
presentando los miembros de su cuerpo como instrumentos de justicia.” (Romanos 6:12-13)

Tercero, confía que el Espíritu Santo te llenará tu vida.

Esto es solamente posible por medio de la fe. Tienes que confiar que Dios te moldeará a medida
que le entregues el control de tu vida. Todo lo que tienes que hacer es pedírselo. Dios te ha
prometido contestar tus peticiones con tal de que éstos estén de acuerdo con lo que Él desea para ti.

“Ésta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que si pedimos conforme a su voluntad, él
nos oye. Y si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya
tenemos lo que le hemos pedido.” (1 Juan 5:14-15)

El plan de Dios es que te llenes de Su Espíritu, por eso, puedes confiar que Él lo hará cuando se lo
pidas. Aquí te ofrecemos una sugerencia de cómo orar:

“Querido Padre, sé que he estado dirigiendo mi propia vida y como resultado he estado pecando
contra ti. Te agradezco por perdonar mis pecados por medio de la muerte de Cristo en la cruz.
Cristo, te invito ahora a tomar el trono de mi vida. Lléname de tu Espíritu Santo. Te demuestro mi
fe y te agradezco ahora por tomar control de mi vida y por llenarme del Espíritu Santo.”

¿Expresa esta oración el deseo de tu corazón? Si tu respuesta es sí ora ahora mismo y llénate del
Espíritu Santo.

4. Puedes estar lleno del poder del Espíritu Santo continuamente.

Si ves que has regresado a tomar control de tu vida por causa del pecado intenta “respirar
espiritualmente”. Necesitas desprender las impurezas por medio de la confesión de tus pecados y
absorber lo puro al entregarle el control al Señor Jesús y pedirle a Dios, por medio de la fe, que te
llene con su Espíritu.

Despréndete de lo impuro

“Si confesamos nuestros pecados, Dios, que es fiel y justo, nos los perdonará y nos limpiará de
toda maldad.” (1 Juan 1:9). También lee Hebreos 10:1-25.

Recuerda que la confesión incluye lo siguiente:

- Estar de acuerdo con Dios de que has pecado.


- Agradecerle a Dios por haberte perdonado ya.
- Confiar que te cambiará tus acciones y actitudes malas.
Absorbe lo puro

- Entrégale el control de tu vida a Cristo.


- Confía que Él te guiará y te dará poder.

Sugerencias para crecer aún más

Sigue teniendo 15 minutos diarios a solas con Dios. Lee la Biblia y ora.

Resumen

El Espíritu Santo es la fuente de poder para vivir una vida cristiana. Tú necesitas confesar
continuamente tus pecados y dejar que Dios controle tu vida. Tienes que pedirle que te llene del
Espíritu Santo.

Puedes confiar en Dios solamente en relación con cuánto lo conozcas. Aprende a conocerle más
en la Cuarta Lección: El crecimiento de tu relación con el Señor Jesús.

Respuestas
1b) Porque Él nos da las palabras y el valor de decirlas.

3) Dios no puede tener ninguna relación con nosotros hasta que tengamos corazones limpios
delante de Él.
Cuarta Lección: El Crecimiento de tu relación con el Señor Jesús
Experimentarás una relación más profunda con Dios con la guía del
Espíritu Santo. Tu habilidad de confiar en Él podrá aumentar más.

1. ¿Qué significa crecer en tu relación con el Señor Jesús?

El crecimiento de tu relación con el Señor Jesús implica que lo


conozcas, ames y obedezcas más: “Y ésta es la vida eterna: que te
conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú
has enviado.” (Juan 17:3).

“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente - le respondió
Jesús. Éste es el primero y el más importante de los mandamientos.” (Mateo 22:37, 38).

Cuando tu amor por Dios crece tú terminarás obedeciendo sus mandamientos.

Jesús dijo, “¿Quién es el que me ama? El que hace suyos mis mandamientos y los obedece. Y al que
me ama, mi Padre lo amará, y yo también lo amaré y me manifestaré a él.” (Juan 14:21)

Tal como es natural que la relación de un niño con sus padres crezca con amor, así también es
natural que tu relación con Dios crezca con amor.

2. ¿Cómo puede crecer tu relación con el Señor Jesús?

La comunicación es un elemento importante en cualquier relación. Existen cuatro aspectos de la


comunicación que te ayudará desarrollar tu relación con el Señor Jesús.

i) Dios se comunica con nosotros por medio de la Biblia y al revelarnos su carácter y su voluntad.

“Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para
instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena
obra.” (2 Timoteo 3:16-17)

¿Cuáles de estos beneficios de la lectura de la Biblia serían de más beneficio para ti en este
momento?

ii) Nos comunicamos con Dios por medio de la oración—al compartir nuestros pensamientos,
necesidades y deseos de hacer Su voluntad.

“No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus
peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus
corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.” (Filipenses 4: 6-7)

“Ésta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que si pedimos conforme a su voluntad, él
nos oye. Y si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya
tenemos lo que le hemos pedido.” (1 Juan 5: 14-15)
Estos versículos nos explican que podemos orar acerca de cualquier cosa. Cuando oramos según la
voluntad de Dios, Él nos escucha y nos contesta. Otra parte de la oración es el agradecimiento a
Dios.
“Den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús.”
(1 Tesalonicenses 5:18)

“Dando siempre gracias a Dios el Padre por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.”
(Efesios 5:20)

Cuando le damos las gracias a Dios expresamos nuestra confianza en Él.

¿De qué asuntos puedes orar?

iii) Nos comunicaos con otros cristianos por medio del compañerismo—al animar y edificarnos
los unos a los otros.

“Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras. No
dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y
con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca.” (Hebreos 10: 24-25)

Es importante pasar tiempo con otros cristianos para animarnos y amarnos los unos a los otros, y
para hacer el bien. La palabra que significa compañerismo en griego es Koinonia, que significa
“compartir juntos”. Necesitamos compartir nuestra experiencia cristiana con otros que aman a Dios,
y al mismo tiempo permitirles compartir con nosotros. Dios ha fijado la iglesia como el lugar en
donde podemos congregarnos con otros cristianos y aprender acerca de Dios. Los estudios bíblicos
y otras reuniones son de ayuda también.

iv) Nos comunicamos con otras personas que no conocen a Dios de forma personal cuando
testificamos y compartimos nuestra relación con el Señor Jesús con otros.

“De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los
hombres mediante el cual podamos ser salvos.” (Hechos 4:12)

¿Qué te causaría compartir con otra persona acerca del Señor Jesús?

¿Qué te gustaría decir acerca de lo que el Señor Jesús ha hecho en tu vida?

Algunas sugerencias para crecer aún más

Separa un tiempo y lugar para tener estudios bíblicos y oraciones diarias. El libro de Juan en el
Nuevo Testamento es un buen lugar para empezar (ver la próxima sección). Cuando leas el libro
subraya los versículos que te parezca tener más significado. Ora y pídele a Dios que te demuestre
quién es y cómo le puedes responder.

Estudia otros pasajes tales como los de esta lección y Salmos 1, 34, 103 y 145; Mateo 7:7-11; Lucas
9:23-26; Juan 15:1-7; 1 Corintios 12:12-27; 2 Corintios 5:17-21; y Colosenses 1:9-12.

Este es el comienzo de tu vida cristiana y descubrirás que existe mucho más que lo que estas cuatro
lecciones pueden abarcar. Hoy mismo toma la iniciativa de encontrar una iglesia que enseñe la
Biblia en tu ciudad y haz planes para asistir regularmente.

Resumen
A medida que dependas del Espíritu Santo para obtener poder, a medida que leas la Biblia, ores,
pases tiempo con otros creyentes y compartas con otros acerca del Señor Jesús, Dios producirá en ti
su carácter y te ayudará a madurar espiritualmente.

También podría gustarte