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PROPÓSITO DE LA CARTA: LA COMUNIÓN CON DIOS Y CON

LOS HERMANOS 1 Juan 1:1-4


El apóstol escribe a sus oyentes con el fin de darnos a conocer de
manera muy clara, como debe de ser la comunión que debemos tener
con Dios y con los hermanos. Su carta gira en torno a esta temática,
por tanto es muy importante poner cuidado a los detalles que nos
arroja, tal pensamiento del apóstol, con el fin que nos podamos
conducir de la manera correcta en este sentido. Muchos hoy en día
tratan de tener una comunión con Dios a la manera que el mundo les
indica, o tomando figuras humanas, pero muy pocos se fijan
atentamente en lo que dice la palabra. En el propósito de su carta,
pone de manifiesto varios detalles al respecto.
1 Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos
visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon
nuestras manos tocantes al Verbo de vida
En el verso uno Juan pone de manifiesto que el mensaje, más bien e
testimonio de lo que anuncia, está sustentado en cinco esferas
bastante importantes:
Lo que existía desde el principio.
Lo que hemos oído
Lo que hemos visto con nuestros ojos.
Lo que hemos contemplado
Lo que han palpado nuestras manos.
Se pone de manifiesto en primera instancia Cristo, haciendo mención
de él como “lo que existía desde el principio”, es decir, que Cristo está
presente aún antes de la vida misma, desde antes de que el universo
fuese creado. Por sus palabras Juan se presenta a sí mismo como un
testigo presencial de Cristo, el cual tuvo una relación con él, dado que
puedo oírlo, visto, contemplado, tocarlo. Se presenta a demás como
testigo dentro de un grupo (Muy posiblemente los apóstoles, o todos
los que han testificado la fe)
En segundo lugar dentro del mismo verso uno, Juan identifica a Cristo
con un título que de igual manera en su evangelio es notorio, lo llama
el Verbo de Vida, dicho de otra manera: La Palabra de vida, aquel
Dios que se encarnó en semejanza de hombre. En palabras de Juan
la expresión divina de Cristo, es la palabra de Vida.
2 (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y
testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con
el Padre, y se nos manifestó);
Continuando en ese mismo tono, respecto a la verdad que ha vivido,
en relación a la descripción que hace de Cristo indica que él es la vida,
y que dicha vida nos fue manifestada. En este aspecto Juan hace
alusión a la vida como aquel don dado sólo por el creador. Pero más
allá del don nos indica que esa vida fue manifestada, el verbo griego
que traduce esa expresión indica el hecho de hacer algo aparente,
poner en evidencia, descubrir, entre otros; en ese orden de ideas lo
que el apóstol quiere presentarnos es que en Cristo se puedo en
evidencia, se descubrió de parte de Dios, la vida para nosotros. De
igual modo, por su lenguaje nos indica que esa vida cobró una forma
tal que la pudieron ver, es decir, se encargó, fue visible para los
hombres. En virtud de tal conocimiento Juan indica que por dichas
razones, ellos testifican y anuncian la vida eterna, es decir, Cristo, el
cual estaba con el Padre y se nos manifestó. PARA EL Apostol Juan
Cristo es la vida eterna.
3 lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que
también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra
comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo
Jesucristo.
Nuevamente Juan reitera dos de sus palabras hasta aquí
mencionadas: Hemos visto y oído razón por la cual anuncian su
mensaje el cual tiene el propósito máxime de llevarnos a tener una
comunión con ellos (la iglesia) ya que la comunión verdadera es con
el Padre y Jesucristo. En este verso se pone de manifiesto que el
único motivo para que tenga comunión dentro de la iglesia , es
Jesucristo. Es interesante haondar en el significado de la palabra
comunión.
4 Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea
cumplido.
El gozo del creyente debe estar enraizado en su comunión ocn el
Padre a través de Jesucristo.
COMO COMENZAR A DESARROLLAR LA COMUNIÓN CON EL
PADRE 1 Juan 1:5 – 2:5
Juan establece una premisa que nació de la boca del mismo Jesús,
partiendo de la cual nos habla de algunos errores que se pueden
cometer a la hora de desarrollar una comunión con Dios.
5 Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos:
Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.
Su declaración es: Dios es Luz y en él no hay tinieblas. Recordemos
que en el evangelio de Juan, Jesús hizo la declaración: Yo soy la Luz
del mundo. De otro lado es importante la manera como Juan propone
esta declaración, diciendo que, el mensaje que han oído de él, es el
mensaje que están anunciando. Esto nos habla en primer lugar de
una relación que se sostiene, cuando afirma que el mensaje que
hemos oído. Nuestros oídos tienen que estar atentos al mensaje que
diariamente nos da el Salvador. Escuchar es sinónimo de conocer y
desde luego nos da a entender la idea de una relación. Es también
interesante resaltar que el apóstol indica que este mensaje que tienen
ha salido directamente de Jesús, no fue lo que ellos escucharon a
través de hombres, de allí se subraya la importancia de que nuestra
fuente de conocer a Jesús, sea él directamente, es decir, su palabra.
En consonancia con sus declaraciones, el mensaje que han oído de
él, es el que están anunciando. Lo particular de este mensaje, es que
no se trata de dinero, de retribuciones, sino que se trata de quien es
Dios. Ese es el mensaje que debiéramos predicar.
EL PRIMER ERROR QUE COMETEMOS EN EL DESARROLLO
DE UNA COMUNION CON DIOS: DECIR QUE LO CONOCEMOS
CON LOS LABIOS, PERO NO CON LOS HECHOS (Lo que no es
comunión con Dios)
6 Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en
tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad;
Lo que se subraya en primera instancia es que si alguien dice que
tiene comunión con él, es decir, nos está hablando de alguien que
afirma que conoce a Dios, pero lo que dice no está en consonancia
con sus pasos, es decir, con lo que hace, ya que anda en tinieblas, el
apóstol afirma que tal es un mentiroso y no practica la verdad. Aui se
indican varios motivos:
Lo que se dice: Tenemos comunión con él
Lo que se hace: Andamos en tinieblas
Lo que resulta: Mentimos, no practicamos la verdad.
LO QUE DEBERÍA SER NUESTRA COMUNIÓN CON DIOS
7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión
unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de
todo pecado
En contraposición de lo que no es la comunión con Dios el apóstol
Juan nos indica qué es lo que debería desarrollarse en nuestra
comunión con Dios. En lo primero que menciona, nos dice:
Andar en luz, si la luz es Dios, entonces debemos andar en Dios. Juan
nos presenta tres resultados que se obtienen al andar en la luz. En
primer lugar Andamos a la par con Dios, en segundo lugar tenemos
comunión unos con otros y en tercer lugar la sangre de Jesús nos
limpia de todo pecado. Es interesante verificar los términos griegos de
las palabras que nos presenta el apóstol Juan.
En primera instancia el verbo andar, en el griego implica la idea de
vivir, es decir, que debemos vivir en la Luz.
En segundo lugar el verbo que se traduce para comunión es muy rico
en significado: ya que nos indica lo siguiente:
 Koinonía
 Sociedad
 Participación
 Interacción (social)
 Beneficio (pecuniario): Es decir beneficio en dinero.
 Ayuda
 Compañerismo
 Contribución
 Dispensación = conceder
 Ofrenda
 Participación
En tercer lugar lo que nos está indicando la Palabra respecto a la
sangre de Jesús que nos limpia de todo pecado. Lo que nos está
indicando es que mientras nos mantengamos viviendo en la luz, no
vamos a ser perfectos, vamos a pecar, pero tendremos a nuestro favor
que la sangre de Jesús nos limpiará de todo pecado. La luz evidencia
nuestro pecado, por tal motivo necesitaremos algo que puedo
limpiarlo, lo cual es: La sangre de Jesús.

SEGUNDO ERROR IGNORAR EL PECADO


8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros
mismos y la verdad no está en nosotros.
El segundo error que podemos cometer la llevar nuestra vida de
comunión con Dios, es ignorar el pecado. Muchos cristianos ignoran
el poder, la lucha y el daño que puede causar el pecado. No podemos
olvidar que el pecado sigue presente, tanto en el mundo como en
nuestras vidas. No podemos ignorar la presencia del pecado en
nuestras vidas. El pecado es un enemigo presente las 24 horas del
día. El apóstol nuevamente contrapone la ide de lo que decimos frente
a la realidad de lo que verdaderamente es. En este caso si afirmamos
que no tenemos pecado, es decir, que no estamos continuamente
pecando, nos estamos engañando a nosotros mismos y la verdad no
está en nosotros. No podemos ignorar la presencia del pecado en el
cristiano, por tanto, debemos vivir nuestra vida a la luz de que
continuamente estamos pecando.
NUESTRA CORRECTA RELACIÓN CON DIOS DEBE
CONTEMPLAR LA REALIDAD DEL PECADO
9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para
perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad
Ahora el hecho de que la presencia del pecado en nuestras vidas es
constante 24 x 7, no nos da lugar a entregarnos a pecar, la actitud
correcta en este sentido es que nuestro pecado no es una excusa ni
para alejarnos de Dios, ni para entregarnos deliberadamente a pecar,
sino que se convierte en una necesidad de acercarnos más a Dios,
por tanto en la comunión con Dios, el creyente, debe entender la
necesidad de confesar nuestros pecados. Entendiendo que tenemos
pecado, pecamos continuamente, necesitamos confesar nuestros
pecados ante él. Como dijera Martín Lutero el creyente es un pecador
arrepentido. Y confesamos nuestros pecados en ese orden de ideas
por dos motivos de confianza que tenemos en la naturaleza de Dios,
de lo que él es su esencia es. Él es en primer lugar Fiel, la palabra
que se traduce por fiel es pistos, de donde viene la palabra fe – pistis,
esta palabra traduce literalmente digno de confianza, confiable. En
este sentido se podría parafrasear el texto del a siguiente manera: Si
confesamos nuestros pecados, podemos confiar en que él perdonará
nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad, es decir, que lo que
antiguamente hubiera sido el ser un recipiente de toda la ira de Dios,
ahora podemos tener una confianza puesta en Jesús que si le
decimos nuestros pecados, él los perdonará y nos limpiará de toda
maldad. En conclusión el hecho de que Dios sea fiel, indica que
podemos confiar en él, él debe ser digo de nuestra confianza. En
segundo lugar se nos menciona que él es justo, en el grigo la palabra
que se traduce nos indica tres elementos fundamentales: Ser
equitativo, inocente o santo. En este caso la palabra que mayormente
se acerca al contexto y que ilustra las palabras de Juan es que él es
equitativo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda
maldad. Pero el ser equitativo, no es conforme a nuestras obras, sino
teniendo como base la obra del Salvador. Tanto la fidelidad o
confianza y la justicia o equitatividad de Jesús, nos da la certeza de
que él perdonará nuestros pecados y nos limpiará de toda maldad.
Por esas dos cualidades de Jesús, podemos tener la confianza de que
al confesar nuestro pecados, él los perdonará en primer lugar y en
segundo lugar nos hará moralmente limpios de toda injusticia legal.
TERCER ERROR: DECIR QUE NO HEMOS PECADO
10 Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él
mentiroso, y su palabra no está en nosotros.
Otro error en la práctica de la comunión con Dios consiste en decir
que no hemos pecado, a diario pecamos, no por práctica, sino en
consecuencia de nuestra naturaleza caída. Por tanto, nadie puede
jactarse de decir que no comete pecado, ya que al afirmar tal falsedad,
hacemos a Jesús mentiroso y su palabra no está en nosotros. Aquel
que afirma que no peca, en el tal, no mora la palabra de Jesús.
LA RAZÓN DE TALES PALABRAS ACERCA DE LA COMUNIÓN
1. Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si
alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a
Jesucristo el justo.
El propósito de tales palabras tiene su razón de ser en el hecho de
que no debemos pecar. El cristiano debe entender que su objetivo es
no pecar, pero a razón del poder del pecado sobre nosotros, tenemos
un intercesor, un abogado ante el Padre. Jesús es e convierte ahora
en nuestro intercesor un abogado, alguien que nos defiende ante el
Padre a casusa de nuestro pecado. A este intercesor se le describe
como justo, nuevamente, alguien que es equitativo, pero no en razón
de nuestra justicia, sino en razón de su propia justica.
2 Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente
por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.
Ahora, se nos es descrito de una manera muy amplia a Jesucristo, en
este verso se nos dice que él es la propiciación, se alude a un término
de la ley, de la Toráh, el cual nos indica , el hecho que solo Cristo
pudo satisfacer la ira de Dios, es decir, él se presentó a sí mismo
recibiendo el castigo que debíamos recibir nosotros y se convirtió en
propiciación por nuestros pecados, de la misma manera que el
cordero, en el antiguo pacto se convertía en propiciación por el pecado
de todo el pueblo para que Dios no destruyera a su pueblo, así mismo
Cristo, pero cun mérito mayor es nuestra propiciación, porque no es
solo nuestra, sino que es la propiciación por todo el mundo.
3 Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos
sus mandamientos.
En su introducción Juan indicó que lo que habían oído, visto, palpado,
contemplado, entre otros, ahora Juan usa una palabra más precisa y
es conocerle, como si nos estuviera hablando de la necesidad de
profundizar nuestra relación con Jesús. Muchos vieron a Jesús,
muchos lo tocaron, lo palparon, pero pocos le conocieron, porque la
evidencia de que alguien le conoce, es que guarda sus
mandamientos.
4 El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el
tal es mentiroso, y la verdad no está en él;
Hay un grupo de personas, o incluso nosotros mismo podemos decir
que le conocemos, pero al no guardar sus mandamientos, llegamos a
ser mentirosos, anexando el hecho de que la verdad no está en
nosotros.
5 pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor
de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en
él.
El amor de Dios debe tener un nivel de desarrollo en nuestras vidas y
ese nivel de desarrollo, está determinado, en el hecho de guardar su
palabra, cuando hemos llegado a guardar su palabra, en ese
momento, el amor de Dios se ha perfeccionado en nosotros, y esto
nos da pie para entender que estamos en él.
6 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.
Ahora, Juan nuevamente usa una expresión propia de su evangelio,
citando las palabras de Jesús, cuando afirma que debemos
permanecer en él, indicándonos que quien verdaderamente
permanece en él, debe andar, debe vivir como él vivió.
UN GRAN MANDAMIENTO: AMAR AL HERMANO
7 Hermanos, no os escribo mandamiento nuevo, sino el
mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio; este
mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el
principio.
El apóstol no nos habla de conceptos nuevos, novedades que venga
a hacernos dilucidar de la palabra. Hoy en día cada predicador
pareciera que estuviera luchando por tener un mensaje nuevo. Sin
embargo el autor de la carta más bien quiere que fijemos nuestra
mirada en aquello que ya fue dicho, pero parece ser que se ha
olvidado. Nos dice que es un mandamiento que hemos tenido desde
el principio, que nos es nuevo y refiere que es la palabra que hemos
oído desde el principio. Es decir, pareciera que a quienes está
hablando el apóstol son a personas que habían tenido este
mandamiento, lo habían practicado, lo habían escuchado, pero
parecer que lo habían olvidado.
8 Sin embargo, os escribo un mandamiento nuevo, que es
verdadero en él y en vosotros, porque las tinieblas van pasando,
y la luz verdadera ya alumbra.
En su recurso literario el apóstol Juan habla de un nuevo
mandamiento , pero además dice, que ese nuevo mandamiento es
verdadero en él y en la iglesia, dado que las tinieblas van pasando y
la luz verdadera ya alumbra, Muy posiblemente el hecho que
mencione que las tinieblas van pasando , pueda referirse a ese tiempo
de desazón espiritual y de igual manera al decir que la luz verdadera
ya alumbra, se refiere al hecho de que la palabra nos guía a una
verdad, estableciendo un nuevo vivir para la iglesia.
9 El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está
todavía en tinieblas.
Nuevamente el estilo literario de la carta del apóstol, nos pone en
contraste lo que decimos con lo que hacemos y su énfasis marcado
en la naturaleza de Dios como la Luz. De este modo el autor nos está
diciendo que aquel que está en Dios y que aborrece a su hermano,
está todavía en tinieblas. El verbo que se traduce por aborrecer es
odiar, detestar, amar menos. Es importante que revisemos nuestra
comunión con los hermanos. El diccionario de la real academia de la
lengua española nos indica que aborrecer es detestar enormemente
algo o alguien. En este orden de ideas el que dice que está en Dios
pero tiene dificultades de comunión con un hermano a razón de
detestarlo, el apóstol dice que todavía está en tinieblas.
10 El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay
tropiezo
El apóstol amplía el concepto del amor y lo relaciona con nuestra
comunión con Dios, indicándonos que aquel que ama a su hermano,
permanece en Dios y en Dios no hay ningún tropiezo.
11 Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda
en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han
cegado los ojos.
Con el que aborrece a su hermano pasan tres cosas interesantes:
Está en tinieblas, anda en tinieblas y no sabe a dónde va, todas estas
cosas le suceden, porque las tinieblas le han cegado los ojos.
VIVENCIAS QUE DESCRIBEN LA VIDA DEL CREYENTE
1 Juan 2:12-14
1. HIJOS: Vuestros pecados han sido perdonados en su nombre.
Conocéis al Padre.
Todo creyente debe vivenciar el perdón de pecados que ha
sido dado mediante el nombre de Jesús.
2. PADRES: Conocéis al que ha sido desde el principio. Conocéis
al que ha sido desde el principio.
Todo creyente debe vivir una vida en el conocimiento de Dios.
3. JOVENES: Habéis vencido al maligno. Sois fuertes y la palabra
de Dios permanece en vosotros y habéis vencido al maligno.
Todo creyente en su experiencia frente a la lucha del pecado
debe vencer al maligno y su fortaleza debe estar en la palabra,
la cual debe permanecer en nosotros.

LO QUE NO DEBEMOS AMAR 1 Juan 2:15


No debemos amar al mundo, ni las cosas que están en el mundo, el
motivo que radica en esta convicción, tiene que ver, con que aquel
que tiene un amor por el mundo o las cosas que están en él, tal
persona, no tiene morando el amor del Padre.
LO QUE NO PROVIENE DEL PADRE 1 Juan 2:16
El motivo por el cual no podemos amar al mundo ni las cosas que
hay en el mundo, es porque estas cosas no provienen del Padre. Lo
que no proviene del Padre es: Los que hay en el mundo. Y ¿Qué
hay en el mundo? Los deseos de la carne, los deseos de los ojos y
la vana gloria de la vida.
LO QUE PASA Y LO QUE PERMANECE 1 Juan 2:17
Lo que es pasajero: El mundo y los deseos que tiene. El que
permanece, es aquel que hace la voluntad de Dios.
UNA VOZ DE ALERTA: ¡CUIDADO CON EL ESPIRITU DEL
ANTICRISTO!
Hay verdades que pasan desconocidas por la Iglesia, por diferentes
razones. Muchas veces se les resta importancia porque no son
mensajes populares, porque no tienen que ver con los intereses
directos del ser humano, o porque no tienen un toque de
emocionalismo. Sin embargo por dejar a un lado dichas verdades la
iglesia ha sufrido grandes averías en su doctrina y en su interior. El
apóstol Juan frente a este tema no es apático, es más, muestra su
gran interés porque esta verdad sea acogida por la iglesia.
LA CARACTERISTICA DEL ÚLTIMO TIEMPO 1 Juan 2:18-26
1. EL ANTICRISTO Y SU DOCTRINA
18 Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el
anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por
esto conocemos que es el último tiempo.
El último tiempo y este se caracteriza por dos elementos: El primero,
porque el Anticristo viene, es decir, el Anticristo como personaje y
también el Anticristo como doctrina.
2. QUIENES PERMANECEN EN LA VERDAD
19 Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si
hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros;
pero salieron para que se manifestase que no todos son de
nosotros.
Otros de los elementos de este último tiempo, subraya el hecho de
que las personas que Juan denomina como anticristos en torno a
la doctrina como tal, dice que salieron de nosotros, es decir de la
iglesia, fueron personas involucradas en la santidad de la iglesia,
pero Juan indica que no eran de nosotros. En este sentido se
establece que aunque muchos estén dentro de la iglesia, no son de
la iglesia, y el elemento importante es el hecho de saber que
quienes son de nosotros, permanecen. No obstante el hecho de que
tales personas hayan salido de la iglesia es una prueba que
manifiesta que no todos los que están en la iglesia pertenecen a
la misma.

3. EL CREYENTE NACIDO DE NUEVO Y POSEEDOR DE LA


VERDAD EN CRISTO Y SU PALABRA.
20 Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las
cosas.
Aquí el apóstol utiliza una figura interesante indicando que la iglesia
tiene la unción del Santo y que conoce todas las cosas. No podemos
dar lugar a interpretaciones alegóricas en este sentido, pese a que el
tema de la unción es veterotestamentario, a lo que el apóstol nos está
llevando en esa relación es que a nosotros nos ha sido dado el
Espíritu de Dios, el cual es contextualmente en la biblia es la unción
del Santo y en nosotros su principal papel es llevarnos a la verdad.
Juan 16:13
4. LA BANDERA DEL CONOCIMIENTO Y EL ESTANDARTE DE LA
VERDAD
21 No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino porque la
conocéis, y porque ninguna mentira procede de la verdad.
Juan escribe bajo la certeza de que la iglesia no ignora la verdad sino
que la conoce. ¿Es esto una realidad en la iglesia de hoy? De igual
manera rectifica que de la mentira no se puede sustraer la verdad.
5. LA DOCTRINA DEL ANTICRISTO
22 ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el
Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. 23 Todo
aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa
al Hijo, tiene también al Padre.
El anticristo y su doctrina tiene este fundamento: Niega al Padre y al
Hijo.
6. LOS TIEMPOS CAMBIAN, LAS VERDADES NO
24 Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en
vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio permanece en
vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el
Padre.
El llamado de Juan a la iglesia es a no deslumbrase por nuevas
enseñanzas que por su novedad o atracción pueden incluso superar
a las verdades de la Escritura, dado que, es más fácil ser atraído por
la idea de decir que el pecado no existe, que sostener una batalla
hasta la muerte contra el mismo. Más bien su llamado es a
permanecer en lo que hemos oído desde el principio, de esta manera
permaneceremos en el Hijo y en el Padre.
7. LA CLARIDAD DE SU PROMESA
25 Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna.
Cuan olvidada dentro de la iglesia está la gran promesa de la vida
eterna, preferimos una enseñanza contentada a lo temporal que a lo
eterno. La promesa que debe gobernar nuestras mentes es esta: La
vida eterna en su nombre.
8. EL ENGAÑO
26 Os he escrito esto sobre los que os engañan.
Finalmente el apóstol nos lleva a entender que la característica del
Anticristo, los que están con nosotros, pero no eran de nosotros, es el
engaño.
¿CÓMO NO SER ENGAÑADOS? 1 Juan 2:27
Juan escribe con el propósito de que la iglesia no sea engañada y tras
este fin, él mismo no apela a la sabiduría humana, sino que se acoge
a la gloriosa presencia de Cristo en la tierra: El espíritu Santo. Acerca
de este dice lo siguiente:
27 Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en
vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así
como la unción misma os enseña todas las cosas, y es
verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado,
permaneced en él.
1. PERMANECE
2. NOS ENSEÑA
3. ES VERDADERA
A donde nos debe llevar el hecho de que la unción que él nos dio
permanezca en nosotros, de que nos enseñe todas las cosas y que
sea verdadera, es a permanecer en él, Si no cumple ese propósito, no
es la unción de Dios.
28 Y ahora, hijitos, permaneced en él, para que cuando se
manifieste, tengamos confianza, para que en su venida no nos
alejemos de él avergonzados.
Jesús en el capítulo 15 del evangelio de Juan nos indicó la necesidad
de permanecer en él y Juan retomando esa misma figura nos brinda
también un panorama de permanecer en él a la luz de no ser
avergonzados cuando él se manifieste.
29 Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace
justicia es nacido de él.
Finalmente como parte de este capítulo, pero más bien como temática
del siguiente el apóstol nos hace una referenciación en primera
instancia a conocer la justicia de Dios, en segundo lugar un llamado a
hacer justicia, como resultado de ser nacido de él.
Es importante anotar el hecho del juego de palabras que hace Juan
respecto a la unción y al hecho de permanecer en lo que se ha oído,
es decir en las palabras de Cristo.
¿Cuándo recibió esa unción el cristiano, y en qué consiste?
La primera pregunta es fácil de contestar. No había nada más
que una ceremonia por la que todos los cristianos pasaban, y
era el bautismo; de hecho era costumbre en un tiempo algo
posterior el ungir al bautizado con el óleo santo, como nos dice
Tertuliano.
La segunda pregunta no es tan fácil. Hay, de hecho, dos
respuestas igualmente aceptables.
(i) Puede ser que la unción quiera decir la venida del Espíritu
sobre el cristiano sobre el bautismo. En la Iglesia Primitiva
aquello sucedía de una manera constatable (Hch 8:17). Si en
este pasaje sustituyéramos la unción por el Espíritu Santo
obtendríamos un sentido excelente.
(ii) Pero hay otra posibilidad. Los versículos 24 y 27 son casi
exactamente paralelos en la expresión. En el 24 leemos: " Que
lo que habéis oído desde el principio permanezca en vosotros.»
Y en el 27 leemos: " Pero la unción que recibisteis de Él
permanece en vosotros.» Lo que habéis recibido desde el
principio y la unción son expresiones paralelas. Por tanto, bien
puede ser que la unción que recibe el cristiano sea la
instrucción en la fe cristiana que se le da desde el principio de
su entrada en la Iglesia.
Bien puede ser que no tengamos que escoger entre estas dos
interpretaciones, y que las dos estén presentes en este pasaje.
Esto querría decir algo muy valioso: que tenemos dos
comprobantes por los que podemos juzgar cualquier nueva
enseñanza que se nos ofrezca. (i) ¿Está de acuerdo con la
tradición cristiana que se nos ha enseñado? (ii) ¿Está de
acuerdo con el testimonio interno del Espíritu Santo?1
UN GRAN MOTIVO PARA PURIFICARNOS 1 Juan 3:1-3
Muchos pensamos hoy en día, el motivo por el cual debemos
responder al llamado de Dios con santificación, he escuchado a
muchas personas decir cosas como lo siguiente: Debemos
santificarnos para que no tengamos problemas, para no tener
perjuicios, para no ir al infierno, para ver a Dios, entre otras cosas. Sin
embargo el Apóstol Juan nos muestra en los primeros tres versículos
del capítulo 3 de su carta el motivo que debe llevar al cristiano a
santificarse y permanecer puro.
3 Y todo el que tiene esta esperanza puesta en El, se purifica,
así como Él es puro.
Este verso nos habla de tres cosas elementales: En primer lugar una
esperanza que debemos tener el él ¿Cuál es?, en segundo lugar una
acción que debe llevar a cabo cada creyente: La purificación y en

1
Comentario Bíblico Barclay
tercer lugar un aspecto que describe la naturaleza de Dios: Así como
él es puro.
Este verso tiene mucho por estudiar, tanto así, que me veo en
dificultades para saber por dónde empezar. Pero vamos a ir en orden.
1. LA ESPERANZA PUESTA EN ÉL
Esta esperanza en el texto original, significa: esperar con anhelo y
placer, así que nos llama la atención que dicha esperanza debe
representar un anhelo y placer para el creyente. Dicha esperanza o
anhelo se encuentra en el verso 2: Cuando él se manifieste, seremos
semejante a él, porque le veremos como El es. Así que en resumidas
cuentas el cristiano debe esperar día a día con anhelo placentero ser
semejante a Jesús, en esta tierra y su meta final cuando le veamos
cara a cara en el cielo.
2. LA ACCIÓN DE CADA CREYENTE: LA PURIFICACIÓN
El apóstol dice que al tener esta esperanza puesta en él cada creyente
se purifica. La palabra en el griego se usa para denotar el hecho de
hacer limpio algo, o santificarlo ceremonial o moralmente. Este punto
es muy interesante dado que nos dice varias cosas de manera
explícita.
 El cristiano es llamado a purificarse así mismo, esto quiere
decir que debe someterse a la santidad de Dios.
 La causa que produce la santificación es el hecho de ser
semejantes a Cristo.
 La purificación es una acción propia del creyente, con la ayuda
de Dios.
3. LA MEDIDA DE LA PURIFIACCIÓN: ASÍ COMO ÉL ESPURO
En palabras del apóstol Pedro, citando Levíticos 19:2 Sed santos
porque Yo soy Santo. La medida en la cual el Cristiano debe
purificarse así mismo, es entendiendo la santidad de Dios o más bien
su pureza. En ese sentido debemos comprender su santidad, su
pureza y en esa misma magnitud nosotros acercarnos a su pureza.
En otro aspecto deducimos que nuestras vidas deben reflejar la
naturaleza de Dios. Si Dios es puro, sus hijos deben ser puros. Es un
interés muy fuerte de parte de Dios que nosotros comprendamos su
llamado a la santidad.
De una manera más detallada la esperanza de la cual nos habla el
apóstol Juan comprende según los dos primeros versículos lo
siguiente:
 La contemplación del amor del Padre, para ser llamados hijos
de Dios.
 La contemplación del amor del Padre, para ser hijos de Dios.
 La manifestación de lo que seremos: Semejantes a él.
EL PANORAMA DEL PECADO 1Juan 3:4-10
El apóstol Juan dedica una porción considerable de su carta para
hablar a la iglesia del pecado. Hoy en día el hablar del pecado a la luz
de la palabra, es un tema en vía de extinción, sin embargo para hacer
frente a los gnósticos, que decían que el hombre podía pecar cuanto
quisiera dado que el cuerpo era corrupto y lo que se salvaba era el
alma, Juan se ve en la necesidad de aclarar este tema. Por ende es
muy importante que miremos la descripción del mismo que hace en
su carta.
A. ¿QUÉ ES PECADO?
3. Todo el que practica el pecado, practica también la infracción
de la ley, pues el pecado es infracción de la ley.

En primer lugar se nos habla del pecado bajo la práctica del mismo,
es decir, alguien que está acostumbrado o habituado a pecar, de
donde se define que quien es practicante del pecado, es también
practicante de la infracción de la Ley, dado que la definición correcta
de pecado, es todo lo que infringe la Ley de Dios.
B. LA SOLUCIÓN PARA EL PECADO
5 Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no
hay pecado en él.
Como lo había mencionado anteriormente en el capítulo 2,
mencionando a Cristo como nuestro Abogado y la propiciación de
nuestros pecados, ahora el autor afirma que el motivo por el cual
Cristo aparece en escena es para quitar nuestros pecados y enfatiza
su naturaleza pura en el hecho de que él no cometió pecado. Aquel
que quiera acabar con el pecado, debe de ir a Cristo.

C. COMO PODEMOS HACER PARA NO PECAR Y QUE DICE EL


PECADO DE NUESTRA RELACIÓN CON DIOS.

6 Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que


peca, no le ha visto, ni le ha conocido.

La manera que el creyente tiene para no practicar el pecado es


permanecer en él. La permanencia en Cristo, recordemos que es estar
en la comunión que describe en los primeros versos, poner sus
mandamientos por obra y finalmente, andar como él anduvo. Ahora
aquel que peca, llámese creyente, líder, pastor, encargado, etc, no le
ha visto ni le ha conocido. En síntesis el cristiano es llamado a
permanecer en Cristo, con el fin de no practicar el pecado.

D. LIBRES DEL ENGAÑO, ACTUANDO EN LA MISMA


NATURALEZA DE DIOS
7 Hijos míos, que nadie os engañe; el que practica la justicia es
justo, así como Él es justo.
Nuevamente en el tono más afectuoso que pudiera ser utilizado el
apóstol nos llama a actuar en la misma naturaleza de Dios. En primer
lugar alertándonos sobre la necesidad de no ser engañados,
recordemos que el verbo que se traduce en esta porción y en toda la
carta por engaño, ha de referirse a que ninguna idea nos haga vagar
de la seguridad que tenemos en la verdad de Cristo, más bien dicho,
en sus palabras. Acto seguido nos brinda una manera en la cual no
podemos ser engañados indicando que lo que el hombre practica eso
es. Es un llamado a practicar la justicia, tal cual como Dios es justo y
esa justicia en la carta de Juan se refiere explícitamente a la vida en
Cristo.
E. EL EFECTO DE LA PRÁCTICA DEL PECADO, LA OBRA DE
CRISTO EN EL CREYENTE
8 El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha
pecado desde el principio. El Hijo de Dios se manifestó con este
propósito: para destruir las obras del diablo.
El hecho de practicar el pecado, según las palabras del apóstol lleva
a comprender el hecho de a quien pertenecemos, es decir, al diablo,
y el motivo por el cual es así, es porque él peca desde el principio, es
decir, la decisión del diablo ha sido pecar, irse en contra de Dios, y
desde allí su existencia, refleja la práctica del pecado, donde el
pecado es unido a la voluntad, para con determinación irse en contra
de la Ley de Dios. Así que la práctica del pecado, es una
determinación consiente de irse en contra de la Ley de Dios. En pocas
palabras la obra del diablo es hacer que cada ser humano practique
el pecado a la manera que él lo hace, entonces viene la contraposición
de la manifestación del Hijo de Dios, el cual se manifestó con el
siguiente propósito: Destruir la obra del diablo, ¿Cuál obra? La de
llevar a los seres humanos a practicar el pecado en conclusión
debemos entender que la obra del diablo es llevar al hombre pecar, la
manifestación de Cristo es para destruir el pecado en la vida del
hombre.
F. NACER DE DIOS
9 Ninguno que es nacido de Dios practica el pecado, porque la
simiente de Dios permanece en él; y no puede pecar, porque es
nacido de Dios.
Para no ser un practicante del pecado, el creyente debe nacer de Dios
y nacer de Dios es aceptar la vida de Dios en su vida. El motivo por e
cual no puede pecar, es porque cuando ha aceptado la vida de Dios,
los genes de Dios permanecen en él y dichos genes no le permiten
que peque, porque procede de Dios Es decir, que la información
genética de Dios llega a la vida del hombre a través de su palabra y
del conocimiento de él ése es el spérma de Dios.
G. ¿QUIÉN ES HIJO DE DIOS Y QUIÉN ES HIJO DEL DIABLO?
10. En esto se reconocen los hijos de Dios y los hijos del diablo:
todo aquel que no practica la justicia, no es de Dios; tampoco
aquel que no ama a su hermano.
El hijo del diablo no practica la justica, es decir, no vive la vida a la luz
de lo que Dios es, recordemos que Dios es Luz. En segundo lugar
aquel que no ama a su hermano es hijo del diablo. Más adelante nos
va a explicar en qué debe de consistir ese amor por el hermano, sin
embargo esa sola frase es diciente de la relación que debemos tener
con cada uno de nuestros hermanos en Cristo. Jesús habló del amor
a los hermanos, como una marca en la que el mundo reconocería que
son verdaderos discípulos suyos.
UN MENSAJE DIGNO DE RECORDAR 1 Juan 3:11- 24
A. EL MENSAJE CONTENIDO EN LAS PALABRAS DEL
MAESTRO
11 Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio:
que nos amemos unos a otros;
Juan recopila el mensaje de Jesús y lo que está diciendo es que el
mensaje que compila las palabras del Maestro, desde el inicio de su
predicación es este: Que nos amemos unos a otros. El amor tiene un
papel principal en la comunión con Dios, es inseparable, inmutable e
inalterable.
B. UN VERDADERO EJEMPLO DE LO QUE NO ES EL AMOR POR
EL HERMANO
12 no como Caín que era del maligno, y mató a su hermano. ¿Y
por qué causa lo mató? Porque sus obras eran malas, y las de su
hermano justas.
Es muy particular que el apóstol Juan se remonte al ejemplo de Caín,
tal como lo denota su redacción se pone tal ejemplo indicándonos que
él era el maligno, que mató a su hermano y la causa de tal homicidio
era porque sus obras eran malas y las de su hermano buenas. Muy
bien, en este sentido si tal proceder fue el de Caín, el actuar del
creyente debe ser la posición antónima, por ende el carácter del
creyente debe ser bueno, dar vida a su hermano y sus obras deben
ser justas.
C. QUIEN ES CAÍN Y QUIEN ES ABEL
13 Hermanos, no os maravilléis si el mundo os odia.
En el orden de ideas del autor Caín se refiere al mundo, dado que sus
obras son malas, y Abel se refiere a quienes permanecen en Cristo.
Por tanto del mundo no podemos esperar más allá del odio.
D. ESTAR MUERTO O ESTAR VIVO
14 Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a
vida porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece
en muerte.
La vida del cristiano está inmersa en el amor hacia su hermano, quien
no muestra amor por su hermano el apóstol Juan dice que tal persona
no está viva, más bien permanece en muerte.
E. LA GRAVEDAD DE NO AMAR AL HERMANO
15 Todo el que aborrece a su hermano es homicida, y vosotros
sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.
El autor pone de manifiesto que aquella persona que no ama a su
hermano, es un homicida, es decir en el concepto de Juan acerca de
la relación con el hermano, el calificativo que describe a quien no ama
es ser homicida. Ahora en este orden de ideas ninguna persona que
ha de considerarse como un homicida, puede decir que tiene vida
eterna en Cristo, es decir, ninguna persona que no ame a su hermano
puede permanecer en la vida eterna que Cristo da.
F. LA ESTRECHA RELACIÓN ENTRE EL AMOR DE DIOS Y EL
AMOR POR EL HERMANO
16 En esto conocemos el amor: en que Él puso su vida por
nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por
los hermanos.
El amor tiene su rasgo más característico en una manifestación que
debe ser en la medida que hemos recibido del Señor, así como Jesús
puso su vida por nosotros, nosotros debemos poner la vida por los
hermanos.
G. EXPRESIONES DE AMOR POR EL HERMANO
17 Pero el que tiene bienes de este mundo, y ve a su hermano en
necesidad y cierra su corazón contra él, ¿cómo puede morar el
amor de Dios en él?
Este es uno de los cuestionamientos más interesantes de la carta del
apóstol en cómo se debe llevar a cabo la manifestación del amor hacia
el hermano. En este verso se ven cuatro elementos fundamentales.
En primer lugar se subraya el hecho de que si alguien tiene bienes en
este mundo, todos los hombres en el mundo tenemos bienes. En
segundo lugar se enfatiza que debemos estar atentos a la necesidad
que vemos en el hermano. En tercer lugar se nos habla de una actitud
que debemos poseer y por último una conclusión a la que se puede
llegar.
1. LO QUE TENEMOS: Bienes en este mundo.
2. LO QUE DEBEMOS VER: La necesidad del hermano.
3. LA ACTITUD CON QUE REACCIONAMOS: Cerrar el corazón
contra él.
4. LA CONCLUSIÓN: No puede morar el amor de Dios en él.
H. LA GRAN CONCLUSIÓN DEL VERDADERO AMOR
18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de
hecho y en verdad.
El verdadero amor tiene su forma perfecta en dos aspectos, que son:
Los hechos y la verdad, un sustantivo y un adjetivo, un verbo y un
calificativo. En el idioma original cuando se refiere a mar de hecho, da
la idea de trabajo y esfuerzo, es decir que el amor tiene su máxima
expresión en el hecho de trabajar o laborar mediante el esfuerzo, por
el otro. De igual manera en contraposición a esta idea la frase inicial
del verso nos muestra la forma imperfecta del amor, que tiene que ver
cuando se expresa en meras palabras.
UN GRAN TESTIGO
19 Y en esto conocemos que somos de la verdad, y
aseguraremos nuestros corazones delante de él;
Al amar en esta medida el verso 19 nos indica que tenemos dos
garantes de nuestra vida. El primero de ellos es que podremos
conocer que somos de la verdad y el segundo es que podremos
asegurar nuestros corazones delante de él. En los versículos
siguientes, este tema nos va a ser expuesto de manera más amplia.
20 pues si nuestro corazón nos reprende, mayor que nuestro
corazón es Dios, y él sabe todas las cosas.
Recordemos que en el verso 17 se nos habla de cerrar el corazón y
ahora se nos menciona que si nuestro corazón no nos reprende ¿En
qué cosas?, en el hecho de ayudar al hermano, es decir, que si
nuestro corazón testifica de que hemos ayudado al hermano en su
necesidad, tenemos la confianza de que Dios no nos acusa. En este
caso el Apóstol Juan manifiesta la importancia de que nuestro corazón
sea un testigo de la manera como nos estamos comportando delante
de Dios. Lo que se está poniendo de manifiesto, es la importancia de
estar atentos a lo que nuestro corazón nos indica, porque Dios se
revela mediante los pensamientos que hay en nuestro corazón, ya
que su palabra está morando allí y él sabe todas las cosas.
21 Amados, si nuestro corazón no nos reprende, confianza
tenemos en Dios;
Se nos ha hablado en la escritura que el corazón es engañoso, que
del corazón del hombre procede el pecado, pero Juan os presenta el
corazón no como un enemigo, sino como un testigo d nuestro andar y
en este verso nos indica textualmente que si no hay un testimonio del
corazón, podemos tener confianza en Dios. La explicación,
posiblemente mayor coherente con el contexto escritural, es el hecho
de referirse al corazón del creyente que está gobernado y lleno de la
palabra de Dios, ese corazón, puede firmemente ser un testigo a
nuestras vidas de la manera en que procedemos. Esto desemboca en
una confianza que nos debe alentar en nuestro salvador.
22 y cualquiera cosa que pidiéremos la recibiremos de él, porque
guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son
agradables delante de él.
Aquí, en este verso se nos muestra el cuadro más amplio de tales
palabras. Al tener un corazón que testifica de nuestro andar delante
de Dios, podemos estar seguros de que cualquier cosa que pidamos
la recibiremos de él PORQUE en primer lugar guardamos sus
mandamientos y en segundo lugar, hacemos las cosas que le son
agradables a él. Entendemos entonces que de un corazón que está
gobernado por actuar conforme a los mandamientos de Jesús y hacer
lo que le es agradable podrá recibir de él lo que pidiere, dado que
dicho corazón jamás pedirá algo egoísta, sino algo conforme a lo que
Dios quiere.
23 Y este es su mandamiento: Que creamos en el nombre de su
Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha
mandado.
Juan nos ayuda en la comprensión de lo que es su mandamiento,
indicando que hace referencia al hecho de creer en el nombre de su
Hijo Jesucristo y amarnos unos a otros en la medida que él nos ha
dicho.
24 Y el que guarda sus mandamientos, permanece en Dios, y
Dios en él. Y en esto sabemos que él permanece en nosotros, por
el Espíritu que nos ha dado.
Además es muy notable el énfasis del autor, para llevarnos a pensar
y actuar en los mandamientos de Jesús, dado que amplía nuestra
comprensión indicándonos que al permanecer en sus mandamientos,
estamos permaneciendo en Dios y él en nosotros, ahora él permanece
en nosotros mediante el Espíritu que nos ha dado.

EL ANTICRISTO, LA IGLESIA Y EL CONOCIMIENTO DE DIOS

1 Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si


son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el
mundo.
Nuestro celo por la verdad debe llevarnos a entender la importancia
de saber diferenciar a verdad de la mentira, más allá de las
percepciones externas, tener nuestra mirada en la palabra de Dios.
Se nos llama a no creer todo lo que se nos es enseñado, sino a probar
los espíritus para saber si son de Dios. La palabra probar en el texto
original significa poner a prueba a aquel que se dice profeta

2 En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa


que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios;
La manera en que se puede poner a prueba a un profeta es saber si
confiesa que Jesús ha venido en carne, dado que esta es una
afirmación transversal a toda la escritura. Nos insta el apóstol a
evidenciar que el Espíritu de Dios podemos conocerlo mediante esa
verdad.

3 y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en


carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual
vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo.
La gran advertencia para la iglesia es que el anticristo ya está en el
mundo, es decir, el pensamiento del anticristo ya se halla inmerso en
el mundo y como tal también se nos da la aclaración de que vendrá
como personificación del fin de los tiempos.

4 Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque


mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.

El apóstol llama nuestra atención al hecho de saber que somos de


Dios, cuando podemos diferenciar al que confiesa que Jesús vino en
carne y hemos obtenido la victoria sobre el pensamiento del anticristo,
a razón de que mayor es el que está en nosotros (Dios) que el que
está en el mundo (El anticristo)

5 Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los
oye.
La prueba de que somos de Dios está en lo que hablamos, y en lo que
escuchamos.
6 Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que
no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de
verdad y el espíritu de error.
El segundo elemento mediante el cual podemos conocer que somos
de Dios está inmerso en el hecho de saber que los que son de Dios
nos escuchan dado que las palabras que hablamos son las palabras
de nuestro Señor. De allí se diferencia el espíritu de verdad y el
espíritu de error.

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