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Principio de intervención mínima

¿Qué es el principio de intervención mínima?


El principio de intervención mínima del derecho penal, también conocido
como principio de ultima ratio, es un criterio jurídico básico que indica que el
derecho penal solo debe utilizarse cuando no haya más remedio, es decir,
cuando no exista otro modo de protección menos invasivo.

Además, también implica que las sanciones penales se han de aplicar solo a
las infracciones más graves.

Por lo tanto, los comportamientos que son relevantes solo para la moral o no
afectan a bienes jurídicos especialmente protegidos quedan fuera del ámbito
del derecho penal.

En otras palabras, el principio de intervención mínima tiene un doble


significado:

1. Las sanciones penales se tienen que limitar a la esfera de lo indispensable.


Esto no significa que el resto de conductas queden impunes necesariamente,
sino que se deben aplicar otras sanciones menos gravosas e incluso tolerar las
conductas más leves.
2. El derecho penal solo debe aplicarse como último recurso a falta de otros
medios menos lesivos, ya que se considera que la pena es una solución
imperfecta e irreversible que solo debe imponerse cuando no quede más
remedio.

El principio de intervención mínima establece la intervención del derecho


penal solo cuando no hay posibilidad de que se actúe por otros medios
jurídicos. También conocido como principio de ‘último ratio’, limita las sanciones
a lo indispensable en los casos en que no existe otro instrumento protector.

Su aplicación depende básicamente de los legisladores responsables de


establecer la conveniencia de uso del derecho penal.

Significado del principio de intervención mínima


Según lo regulado en diferentes sentencias por el Tribunal Supremo, este
principio tiene un doble significado. Uno se vincula a los supuestos en los que
debe aplicarse y otro a las posibles sanciones. Es decir:

 La aplicación del Derecho Penal es la última opción para la solución del


conflicto. La intervención mínima significa que no existe en el ámbito jurídico
ningún otro instrumento que resulte menos lesivo.

 Las sanciones que se apliquen están limitadas a lo indispensable, a las


consecuencias menos gravosas.
El derecho penal no tiene por finalidad la regulación de todas las conductas del
hombre en sociedad, sino de aquellas que afecten de manera más grave
los bienes jurídicos protegidos.

Carácter de la intervención mínima

Este principio de intervención mínima se encuentra en estrecha relación con el


principio de proporcionalidad. Lo que se busca como resultado es la eficacia,
por lo que lo proporcional se basa en que la gravedad sea suficiente para lograr
el fin de aplicación. Todo lo que rebase será desproporcionado.

Una de las prohibiciones fijadas es la del exceso y se deriva de su carácter:

1. Fragmentario: el derecho penal se aplica sobre un fragmento determinado por


la mayor gravedad de los hechos. Su finalidad principal es la de proteger los
bienes jurídicos necesarios para una vida social equilibrada.

2. Subsidiario: la intervención del derecho penal se produce cuando no hay otros


medios jurídicos que pudieran aplicar sanciones menos gravosas. No existen
otras soluciones para el restablecimiento del orden.

Función orientadora del principio de intervención mínima

La aplicación del Derecho Penal en la resolución de conflictos se inspira en el


principio de intervención mínima. Así se puede deducir de diversas
resoluciones, donde se hace foco en su función orientadora, supeditada
al principio de legalidad.

Esto implica que se pueden utilizar como una herramienta para la interpretación
del derecho. En algunos casos podría dar lugar a absoluciones, incluso cuando
los actos cometidos por el autor se encuentren tipificados en el Código Penal.
La causa es la exigencia de sancionar penalmente hechos realmente graves,
con la exclusión del resto, que podrían componer la cuantía a sancionar pero
resultan irrelevantes para la causa principal.

Principios de utilidad y justicia

Cuando el legislador analiza los factores para decidir las penas que merece
cada delito, aparecen la necesidad de justicia y utilidad. Ambos conceptos se
entrelazan entre sí y con el principio de proporcionalidad.

El principio de justicia tiene que ver con el marco normativo adecuado para el
hecho, respetuoso de los derechos fundamentales. El legislador deberá
atender a la gravedad de la infracción, al bien jurídico protegido y a la
naturaleza del resultado.

El criterio de utilidad es el que permite justificar la pena según los efectos que
puede producir. El objetivo es que genere más beneficios que daños. Es la
utilidad una de las que define si un hecho merece ser considerado como
punible. En el Derecho Penal la utilidad se valora según su eficacia para evitar
delitos.

Competencia

En la teoría y tal como se ha expresado en diferentes sentencias, el principio


de intervención mínima es competencia de los legisladores. Ellos son quienes
tienen la facultad de establecer cuáles son los hechos delictivos, las penas y
los límites de aplicación del derecho penal.
Esto significa que ni los jueces ni los magistrados son quienes deberían hacer
alusión a tal principio que, en varias ocasiones, se enfrenta con el principio de
legalidad. En sus funciones solo deberían acudir a él como un instrumento
auxiliar.

Un juez no debería extender el derecho penal basado en interpretaciones, para


no caer en la exageración y atentar contra una sociedad libre. De esta forma,
las limitaciones para el tribunal serían:

 Penas establecidas en la ley: no es recomendable que, por una interpretación


de analogía, se apliquen penas diferentes.

 Delitos tipificados: las sanciones impuestas se deben corresponder con los


hechos delictivos que estén preestablecidos en la normativa vigente.

 Culpables: solo será para aquellos autores de delitos que han obrado con
culpabilidad y solo una vez para cada delito.

Conclusión

El principio de intervención mínima implica que un hecho delictivo solo se


resolverá en el Derecho Penal cuando no existan otros instrumentos jurídicos
eficaces y con sanciones menos gravosas, para restablecer el orden jurídico
perdido.

Desde el punto de vista de las penas, se establece que serán impuestas


aquellas que se limiten a lo indispensable. Es decir, que si concurren
varias conductas dolosas para conformar el delito, no se tendrán en cuenta las
que puedan considerarse irrelevantes.

El principio de intervención mínima es competencia de los legisladores, que


tienen la responsabilidad de establecer los tipos de delitos y sus respectivas
penas. Sin embargo, a su vez se vincula directamente con los principios de
proporcionalidad, de utilidad, de justicia y de legalidad.
Principio de intervención mínima ▷ Explicado [2023 ] (conceptosjuridicos.com)

El principio de intervención mínima en el Derecho Penal • Gerson Vidal

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