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FACULTAD DE DERECHO Y HUMANIDADES

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

TEMA:

“Las arras, el saneamiento contractual y el consentimiento”

ASIGNATURA:

DERECHO DE CONTRATOS

DOCENTE:

Montano Amador José Daniel

ALUMNA:

HUAMÁN ORTIZ ISABEL DEL CARMEN

SEDE CENTRAL

PERU-2024
INDICE

CARATULA……………………………………………………………………..1

INTRODUCCION……………………………………………………………….3

LAS ARRAS, EL SANEAMIENTO CONTRACTUAL Y EL


CONSENTIMIENTO……………………………………………………………4

EL ARRAS………………………………………………………………………4

Las arras confirmatorias en el derecho comparado………………………………4

Las arras penales en el derecho comparado………………………………………5

Las arras de retractación en el derecho comparado……………………………….6

El saneamiento por evicción como requisito natural de los contratos…………….8

El saneamiento por evicción como deber de garantía……………………………..8

Saneamiento por vicios ocultos……………………………………………………9

Saneamiento por hechos del propio transferente…………………………….……10

Obligación de no hacer del transferente: Perturbación real y no potencial……….10

El Consentimiento………………………………………………………………….12

CONCLUSIONES………………………………………………………………..13

RECOMENDACIONES………………………………………………………....14

Referencias bibliográficas……………………………………………………….15
INTRODUCCIÓN

Hay diversos capítulos en que los contratos han sido una parte importante en la vida diaria

de cada persona se puede decir que un tipo de contrato más antiguo fue el trueque donde

se creaba un vínculo entre dos o más personas con el fin de intercambiar las cosas en base

a sus necesidades e intereses con el pasar del tiempo fue tomando forma en el sentido de

lo implícito y explícito se va adaptando a la realidad y a los cambios de vida de cada

época en que se vive.”

Entonces a través de lo plasmado observaremos que los contratos son recíprocos por el

hecho que intervienen las partes para obligarse a dar hacer o no hacer según el tipo de

presentación que corresponda a ello se suma la autonomía privada de libertad que las

partes tiene para celebrar contratos y aunque no todo esté previsto en la norma trata de

dar una seguridad jurídica ante el cumplimiento.”

Finalmente se debe entender que la realización de los contratos recíprocos dependerá de

la autonomía de las partes este último considerado como un requisito importante. Ya que

los intereses superpuestos ante el incumplimiento nos permitirán otorgar una decisión

según las pautas o cláusulas celebradas por ello mismo siempre y cuando se encuentren

dentro de un marco legal.”


LAS ARRAS, EL SANEAMIENTO CONTRACTUAL Y EL

CONSENTIMIENTO

EL ARRAS

Las arras constituyen una señal que puede consistir en dinero u otro bien que una de las

partes entrega a la otra para acreditar a la celebración del contrato y asegurar su

cumplimiento.

Un contrato de arras implica:

• El comprador se reserva el derecho sobre la compra de un bien a cambio de una

cantidad de dinero determinada a cuenta del precio total.

• Y el vendedor se compromete a entregar el bien al comprador en las condiciones

pactadas.

Las arras confirmatorias en el Derecho Comparado

De acuerdo con nuestro artículo 1477:

“La entrega de arras confirmatorias importa la conclusión del contrato. En caso de

cumplimiento, quien recibió las arras las devolverá o las imputará sobre su crédito, según

la naturaleza de la prestación”.

Según una doctrina chilena dentro de las arras confirmatorias podemos distinguir aquellas

que funcionan simplemente como «señal», de aquellas que funcionan como “parte del

precio”. Evidentemente, las arras confirmatorias “parte del precio” se imputan a éste, de
forma que no se restituyen pues representan el cumplimiento parcial de la obligación de

la parte que las dio. En cambio, las arras «señal», por su carácter de mera prueba, y no de

cumplimiento parcial, siempre terminarán por ser restituidas.

En la práctica de los negocios, no hay duda que cualquier cosa que se entregue con la

finalidad de manifestar exteriormente el contrato tiene mucho significado para los

contratantes. “Dame una seña” es la frase que se escucha con frecuencia en el mundo de

los negocios. La entrega de arras confirmatorias es la prueba incontestable del

perfeccionamiento del contrato. En caso de cumplimiento del contrato, hipótesis normal,

el efecto de las arras confirmatorias consiste en que quien las recibió, salvo pacto en

contrario, las aplicará al cumplimiento de la prestación a cargo de quien las entregó, pero

si, por la naturaleza del bien dado en arras, ello no fuera posible deben ser restituidas a

quien las entregó.

Las arras penales en el Derecho Comparado

De conformidad con nuestro artículo 1478:

“Si la parte que hubiese entregado las arras no cumple la obligación por causa imputable

a ella, la otra parte puede dejar sin efecto el contrato conservando las arras. Si quien no

cumplió es la parte que las ha recibido, la otra puede dejar sin efecto el contrato y exigir

el doble de las arras”.

Las arras confirmatorias devienen en penales por incumplimiento del contrato. Si se

incumple el contrato, el efecto de las arras confirmatorias es perderlas o devolverlas

dobladas, según que el incumplimiento se deba a causa imputable al que las entregó o al

que las recibió. Es decir, las arras que en un principio fueron confirmatorias devienen en

penales. La pérdida o la devolución doblada de las arras es una sanción civil para el
contratante que ha incumplido el contrato y evita a la parte perjudicada con el

incumplimiento el tener que recurrir necesariamente a jueces o árbitros demandado el

cumplimiento o la resolución del contrato, más la indemnización de daños, con los

consiguientes gastos y pérdida de tiempo.

De acuerdo con una doctrina chilena, las arras penales acompañan un contrato perfecto,

pero, a diferencia de las penitenciales, no autorizan la retractación. Vale decir, opera la

sanción arral de la pérdida o restitución del doble del valor de las arras sin perjuicio de

que igualmente se pueda exigir el cumplimiento del contrato. En este sentido se dice que

establecen una pena.

Estableció la Corte colombiana en una sentencia que: “Arras confirmatorias penales

dadas por uno de los contratantes al otro como liquidación anticipada de los perjuicios

(ARRHA CONFIRMATORIA), en cuyo caso la estipulación tiene los caracteres de

cláusula penal, de la que sólo se diferencia de aquella en cuanto ésta no es como aquella

prestación real y antelada”.

Las arras de retractación en el Derecho Comparado

Según nuestro artículo 1480:

“La entrega de las arras de retractación sólo es válida en los contratos preparatorios y

concede a las partes el derecho de retractarse de ellos”.

Las arras penitenciales tienen, por su parte, una finalidad y alcance distintos. Ya no

estamos, en efecto, en presencia de una manifestación o señal de voluntad de cumplir un

contrato sino por el contrario, ante la eventualidad válida de que las partes se arrepientan

de ejecutarlo. El sentido de estas arras no está, de consiguiente, en reafirmar el valor del


contrato, sino de autorizar a resolverlo. Confiere, pues, el derecho de retractarse de una

relación convencional existente por cumplirse. Quien ejercita este pacto, se aparta así de

su obligación, sin que por ello incurra en una causal de incumplimiento no justificado.

Sostiene Rotondi que “…es claro que en este caso no se puede hablar en realidad de

incumplimiento porque el que desiste hace uso de una facultad expresa”.

En el derecho chileno existen dos tipos de arras penitenciales. El primer tipo de arras

penitenciales, aquellas que acompañan un contrato imperfecto, se pueden denominar

«obligacionales»; pues la posibilidad de retractarse proviene de la falta de un acuerdo

vinculante, no de las arras, de modo que la pena arral funciona como un mecanismo

indirecto para asegurar la futura celebración del contrato. El segundo tipo, en cambio, es

propiamente “penitencial”, pues de no haber mediado las arras, la fuerza vinculante del

contrato perfecto impide la retractación por el arrepentimiento unilateral de cualquiera de

las partes.

Para una doctrina nacional, las arras de retractación no se entregan como seña de la

celebración del contrato, sino como retribución para que las partes adquieran el derecho

de desistirse del contrato preparatorio que han celebrado; constituyen el precio que se

paga para tener el derecho de retractarse, es decir, de separase unilateralmente del contrato

sin tener que dar explicaciones. Con la entrega de las arras de retractación las partes

contratantes están acordando que, cualquiera de ellas, puede decidirse alternativamente

por cumplir o por no cumplir el contrato; tanto el cumplimiento como el incumplimiento

del contrato constituyen el ejercicio legítimo de un derecho.


El saneamiento por evicción como requisito natural de los contratos

El saneamiento por evicción es un requisito natural de los contratos, es decir, que no

requiere ser pactado o incorporado en el negocio celebrado entre el transferente y el

adquirente para que:

1. El adquirente o comprador pueda exigirle al transferente o vendedor el valor del bien

trasferido al momento de la evicción,

2.- El adquirente o comprador pueda exigir una indemnización por los daños y perjuicios

en caso de que el transferente o vendedor haya obrado con dolo o culpa, entre otros

derechos.

El saneamiento por evicción como deber de garantía

Para una doctrina, con respecto a la evicción existe un deber de garantía en caso de

pérdida de la cosa debido a una decisión judicial o administrativa que otorga el derecho -

total o parcial- a un tercero ajeno a la relación contractual en la que tuvo lugar la

adquisición. Este tercero demuestra la anterioridad de su derecho, por tener la condición

de propietario verdadero o poseedor del bien, a través de un título anterior al negocio

jurídico que le otorgó el derecho al comprador/ adquirente. Con la pérdida de la cosa, este

se pasa a llamar evicto (excluido). Correspondiéndole dirigirse al vendedor/enajenante

para reclamarle una indemnización por los perjuicios resultantes de la transferencia de un

derecho que no le pertenecía cuando se formalizó el contrato.


Saneamiento por vicios ocultos

De conformidad con el artículo 1503 de nuestro CC.

El transferente está obligado al saneamiento por los vicios ocultos existentes al momento

de la transferencia.

Según una doctrina brasileña, el vicio redhibitorio consiste en el vicio oculto de la cosa

que la torna impropia para su uso. Siendo inherente a la esencia del producto, el vicio es

capaz de volverlo inútil para su propósito o de reducir la capacidad del bien para cuando

se lo use. En el ordenamiento de dicho país, la disciplina se inserta en la teoría general de

los contratos, no apegándose a ningún contrato típico. Su campo de incidencia son

los contratos conmutativos, en los que existe un conocimiento previo de las prestaciones

recíprocas. La existencia del sinalagma y, por lo tanto, de la justicia contractual, requiere

un equilibrio entre los intercambios contractuales. Habrá una lesión a ese equilibrio si el

bien recibido por una de las partes fuera materialmente incapaz de cumplir con sus

propósitos naturales.
Saneamiento por hechos del propio transferente

El artículo N° 1524 de nuestro Código Civil reza:

El transferente está obligado al saneamiento por hecho propio que disminuye el valor del

bien, lo hace inútil para la finalidad de su adquisición, o reduce sus cualidades para ese

efecto.

El saneamiento por hecho propio del transferente solamente procede cuando no es posible

destinar el bien adquirido al fin que motivó la adquisición o cuando disminuye su valor.

Si esta finalidad se alcanza no se genera la obligación de sanear por estas causales.

Obligación de no hacer del transferente: Perturbación real y no potencial

Por el mérito de la obligación de abstención el transferente se encuentra impedido de

perturbar al adquirente en el goce pacífico y útil del bien que este último adquiere. La

perturbación a que nos referimos tiene que ser real y no potencial. No existirá de

consiguiente, si lo que hay es únicamente una amenaza. Esta última, en efecto, no

disminuye el valor del bien, ni lo hace inútil para la finalidad de su adquisición, ni reduce

sus cualidades para ese efecto, que son los presupuestos para que exista la obligación de

saneamiento. A diferencia del saneamiento por evicción y por vicio oculto, el hecho

propio del transferente tiene que ser necesariamente posterior al contrato de transferencia.
• Perturbaciones de hecho y perturbaciones de derecho:

Las perturbaciones por hecho propio del transferente pueden ser de hecho o de

derecho. La perturbación de hecho ocurre cuando el transferente no actúa ejerciendo

un derecho, por ejemplo, “A” vende un bien a “B” y luego vende el mismo bien a

“C”, haciendo inscribir la segunda venta antes que la primera. Quedando el primer

comprador “B” sujeto a la evicción en virtud del derecho preferente del segundo

comprador “C”. La perturbación de derecho sucede cuando el transferente alega tener

un derecho que formalmente le confiere la ley contra su adquiriente, por ejemplo, “A”

vende a “B” un bien que es de propiedad de “C”, quien fallece, siendo su único

heredero “A” (vendedor). Este no podrá hacer valer su derecho de propiedad frente

a su comprador “B” porque quien está obligado a sanear no puede reivindicar.

• La acción resolutoria y la acción estimatoria:

En virtud del 1525 del Código Civil, el adquirente puede recurrir alternativamente a

la acción resolutoria o estimatoria. O sea, puede pedir la resolución del contrato o que

se le pague lo que el bien vale de menos. Finalmente, el plazo de caducidad para estas

acciones es de 3 para el caso de muebles y 6 inmuebles los cuales se computan a partir

de la recepción del bien (artículo 1526 CC).


El Consentimiento:

El consentimiento de las partes debe existir para que sea válida y exista el negocio

jurídico, y tiene que existir para todo tipo de consentimiento, no solo debe existir para los

consensuales sino también para los reales ya que no solo sirve la tradición. Es la

exteriorización común de ambas partes para lograr modificar sus dichos. en el orden

patrimonial. Según Salvat es una manifestación bilateral ya que surge del concurso de

ambas voluntades unilaterales. Barbero opina que es la resultante de 2 negocios

unilaterales, ambas son voluntades recepticias. La doctrina está dividida en cuanto a que

es el consentimiento, algunos siguen a Salvat, el consentimiento es un acto bilateral. Para

otros son hechos individuales que son recepticios ya que uno oferta y el otro acepta.

Garcés Vásquez, Pablo (2014) precisa que ejercer la voluntad si es que no se cuenta con

el perfil deliberativo y con las capacidades argumentativas adecuadas para superar los

engaños, las confusiones y las seducciones que la otra parte es una actividad interactiva

riesgosa. Porque deliberar es una actividad que exige al menos dos partes, y una de ellas

puede comportarse de modo inauténtico en la interacción, a ser impulsada talvez por

motivaciones que si bien pueden ser delictivas o viciosas.


CONCLUSIONES

Las arras confirmatorias son aquellos bienes físicos o dinero que da una de las partes

de la relación contractual para la conclusión de este (constituyendo a su vez un medio de

prueba de la celebración del mismo). En caso de cumplimiento del contrato quien las

recibió podrá o bien devolverlas o imputarlas a su crédito. No obstante, cuando las arras

tengan una naturaleza distinta al crédito de quien las recibió este deberá devolverlas.

Las arras (bien físico o dinero) penales hacen alusión al incumplimiento efectuado por

una de las partes del contrato concluido. Si el contrato es incumplido por quien dio las

arras la otra puede conservarlas y resolver el contrato; en cambio, si el contrato es

incumplido por quien las recibió, este las devolverá dobladas teniendo la otra parte la

opción de resolver el contrato también.

Concebimos a las arras de retractación como aquel derecho que tienen las partes que

celebraron un contrato preparatorio (compromiso de contratar o contrato de opción) de

desistirse del mismo previa entrega de un bien físico o de dinero.

Podemos concebir al saneamiento por evicción como aquella obligación indemnizatoria

que tiene el transferente frente al adquirente cuando a este un tercero, con derecho

anterior, le prive total o parcialmente del uso, posesión o propiedad de un bien en virtud

de una sentencia judicial o administrativa.

Se puede concebir al saneamiento por vicios ocultos como aquella obligación

indemnizatoria que tiene el transferente frente al adquirente por haberle enajenado un

bien afectado de un vicio importante, no advertible al momento de la transferencia, que

impida la finalidad para la cual fue adquirido o disminuya su uso a lo largo del tiempo.
RECOMENDACIONES

Desde el derecho romano hablar de arras involucraba la entrega de un bien material o de

dinero. Cuando la entrega de arras (o sea estos bienes materiales o dinero) se hacía con

miras al cumplimiento del contrato o sea de confirmarlo recibían el nombre de “arras

confirmatorias”. En cambio, cuando la entrega de las arras se hacía con el objetivo de

apartarse del contrato posteriormente, o sea de resolverlo, recibían el nombre de “arras

penitenciales”.

Cabe aclarar que nuestro Código Civil peruano de 1984 regula a las arras en dos títulos.

Título XIII (Arras confirmatorias) y Título XIV (Arras de retractación) no existiendo

propiamente un título específico para las “Arras penales” pues estas en realidad están

comprendidas dentro de aquel título y se manifiestan cuando quien da las arras (o quien

las recibe) para concluir el contrato lo incumple después.

Podemos concebir al saneamiento por hechos del propio transferente como aquella

obligación de no hacer correspondiente al transferente frente al adquirente que involucra

no realizar perturbaciones reales de hecho (materiales) o de derecho (jurídicas) que

puedan desencadenar en la disminución del valor del bien transferido, reducción en sus

cualidades o que lo hagan inútil para la finalidad para la cual fue adquirido.
REFERENCIA BIBLIOGRAFICA:

CARVAJAL RAMÍREZ, Patricio (2005). “Las arras en la jurisprudencia chilena”. En:

Temas de Derecho Años XX- XXI Nºs 1-2, Enero – Diciembre, 2005 – 2006, Santiago:

Universidad Gabriela Mistral, pp. 97 – 126

https://www.etorresvasquez.com.pe/pdf/SANEAMIENTO.pdf

ESPÍN CANOVAS, Diego (1952). “Las arras confirmatorias: una omisión del Código

Civil español”. En: Anales de la Universidad de Murcia, 1951-1952, vol. X, 2do trimestre,

Murcia: Universidad de Murcia, pp. 231-237.

DEGRAVE, Elise (2005). “La réparation et le remplacement d’une chose vendue non

conforme”. En: Annales de Droit de Louvain, vol, 65, n. 1-2, pp. 129-195.

ARIAS SCHREIBER PEZET, Max (2011). Exégesis del Código Civil peruano de 1984.

Contratos–Parte General. Tomo I. Lima: Normas Legales.

ROSENVALD, Nelson (2010). Código Civil Comentado. Doutrina e Jurisprudência.

Comentario al artículo 441, Coordinador: Cezar Peluso, São Paulo: Manole, pp. 502-503

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