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Hábeas data

El párrafo tercero del art. 43 de la Ley Fundamental contempla un caso específico para la
interposición de la acción de amparo, que es el hábeas data.
Establece que "Toda persona podrá interponer esta acción para tomar conocimiento de los
datos a ella referidos y de su finalidad, que consten en registros o bancos de datos públicos, o
los privados destinados a proveer informes, y en caso de falsedad o discriminación, para exigir
la supresión, rectificación, confidencialidad o actualización de aquéllos. No podrá afectarse el
secreto de las fuentes de información periodística".
Diversas entidades y personas acumulan datos referentes a la vida de los individuos. Tales
datos pueden ser de índole comercial, profesional, personal, familiar, referentes a hechos del
pasado o del presente de algún individuo. La finalidad a que responde la formación de los
bancos de datos es de naturaleza comercial, o relacionada con la actividad estatal, o con la
investigación científica. La finalidad es legítima e indiscutible, pero no necesariamente las
modalidades de uso de los datos obtenidos.
En aquellos casos en que se acumula información para ser suministrada a terceros o para
determinar la actuación de los organismos gubernamentales es posible que se exteriorice una
lesión para los derechos personalísimos o patrimoniales de una persona. Esto como
consecuencia de presentar una información errónea, desactualizada o ilícita, en consideración
de la forma en que fue obtenida.
De modo que el propósito de la cláusula constitucional es evitar que, mediante el uso
incorrecto de la informática, se pueda lesionar el honor, la intimidad y los restantes derechos
de las personas como consecuencia de una difusión de datos erróneos, incompletos o
inexactos referentes a ellas. La protección se extiende también para evitar la difusión de
datos sensibles concernientes a los individuos, tales como los relacionados con sus creencias
religiosas o ideológicas.
Tanto antes, como después de su regulación legal, se entendió que, si bien la acción de hábeas
data es una especie de acción de amparo, presenta características propias que tornan inviable
la aplicación de todos los elementos y requisitos impuestos a ésta última. En tal sentido, la
Corte Suprema de Justicia consideró que aunque la ley de protección de datos personales
disponga que la acción de hábeas data debe tramitar por el procedimiento del amparo, no
significa que se le apliquen de modo automático los requisitos previstos por el art. 43 de la
Constitución para el amparo. Así, para la procedencia de la acción de hábeas data no es
necesario acreditar la arbitrariedad o ilegalidad manifiestas, lo cual, en cambio, sí se impone
en la acción de amparo. Si la información almacenada es inexacta o incompleta, procede la
acción de hábeas data aunque ella no ocasione un perjuicio para el accionante relacionado
con su intimidad, privacidad u honor.
La reglamentación de la acción de hábeas data se concretó seis años después de la reforma
constitucional de 1994, mediante la ley 25.326.
Objeto
El objeto de la ley reside en la protección de los datos personales de los individuos y
personas jurídicas, para que su uso o difusión no vulneren arbitrariamente ciertos derechos
y siempre que la tutela dispensada no lesione el orden público, la seguridad pública, el
interés institucional de la sociedad, así como también su legítimo derecho a la información,
conforme a los límites resultantes del art. 19 de la Constitución.
Están expresamente excluidos los bancos de datos o archivos de los medios de prensa y de los
periodistas, sin que a través del ejercicio de esa acción se pueda afectar el secreto de las
fuentes de información periodística. Mediante la acción de hábeas data no se puede tener
acceso a los datos personales que conforman un archivo periodístico, ni conocer la fuente de
la cual provienen.
Tipos de hábeas data
En consideración de la finalidad de quien ejerce la acción de hábeas data, podemos tipificar
sus variantes:
1) Hábeas data informativo. Se ejerce para conocer qué datos del accionante están
registrados en un archivo. El contenido de la acción se puede ampliar para saber cuál es el
objeto al cual obedece el registro de tales datos y cuál es su origen o fuente de la cual
provienen.
2) Hábeas data complementario. Se requiere la incorporación de nuevos datos del
accionante que complementan o actualizan los ya registrados.
3) Hábeas data rectificador. Se demanda la corrección, modificación o sustitución de datos
que son total o parcialmente inexactos.
4) Hábeas data preventivo. Apunta a garantizar la confidencialidad de ciertos datos que, si
bien han sido registrados lícitamente y pueden permanecer en ese estado, el accionante
demanda que no sean difundidos públicamente, o sólo bajo ciertas condiciones, o sólo a
determinados requirentes, sobre la base de un interés legítimo del cual es titular.
5) Hábeas data supresor. El accionante requiere la supresión de sus datos sensibles o falsos
registrados en un banco de datos.
6) Hábeas data mixto. Tiende al cumplimiento de dos o más de las finalidades expuestas.
Legitimación para promover la acción de hábeas data
El art. 34 de la ley 25.326 dispone que la acción de hábeas data podrá ser ejercida por el
afectado, sus tutores o curadores y los sucesores en línea directa o colateral hasta el segundo
grado. También por las personas de existencia ideal. Pero, en todos los casos, la acción debe
estar vinculada con los datos personales del peticionario.
Cuando se promueve la acción de hábeas data, el defensor del Pueblo tiene legitimación
activa, pero al solo efecto de coadyuvar a la sustanciación del proceso y dentro del ámbito de
sus facultades. Pero carece de legitimación para promover la acción.
Con respecto a la legitimación pasiva, el art. 35 de la ley establece que la acción procederá
contra los responsables y usuarios de los bancos de datos públicos y de los privados destinados
a proveer informes.
Quedan excluidos, entre otros, los bancos de datos o archivos de uso personal no afectados a
suministrar información al público.
Los bancos de datos públicos pueden, por decisión fundada, negarse a acceder al pedido de
conocimiento de sus datos personales por el interesado, cuando el tratamiento de ellos tiene
por objeto la defensa nacional, el orden y la seguridad públicos o la protección de derechos de
terceros. Otro tanto si la petición puede obstaculizar actuaciones judiciales o administrativas
relacionadas con la investigación del cumplimiento de obligaciones tributarias o previsionales,
investigación de delitos penales o infracciones administrativas.
La negativa de suministrar el conocimiento de los datos almacenados por organismos públicos
debe estar debidamente fundada y ser razonable. Así, la Corte Suprema de Justicia entendió
que la simple negativa por obvias razones de seguridad pública constituye una afirmación
dogmática carente de razonabilidad.
Categorías de datos
La ley 25.326 enuncia diversos tipos de datos.
Como regla general, los bancos de datos no pueden registrar los llamados datos sensibles.
Son aquellos estrechamente relacionados con la intimidad de las personas. Se entienden por
tales, entre otros, los datos referentes al origen étnico o racial, a la sexualidad, a las
convicciones religiosas, políticas, filosóficas o morales, a ciertas enfermedades.
No se trata de una prohibición absoluta. El propio interesado puede prestar su consentimiento
para que se registren tales datos ya sea en forma directa o indirecta. Así, si bien las
convicciones políticas son un dato sensible, tal tipificación no se extiende a los registros de
afiliados de los partidos políticos cuya publicidad resulta de la Ley de Partidos Políticos.
Los datos crediticios son los de carácter patrimonial de una persona, referentes a su solvencia
económica, su capacidad para honrar compromisos financieros o comerciales que se obtienen
de registros públicos, o son facilitadas por el interesado o con su consentimiento, o por el
acreedor o por quien actúe por su cuenta o interés. La prestación de servicios de información
crediticia no requiere del previo consentimiento del interesado a los fines de su cesión, cuando
los datos se relacionen con el giro de las actividades comerciales o crediticias de los
cesionarios.
Los datos deben ser ciertos y su difusión es lícita, aunque resulte perjudicial económicamente
para su titular. La Corte Suprema expresó que, si la actora admite que los datos inscriptos en el
Registro de Juicios Universales atinentes a un pedido de quiebra rechazado por el tribunal
comercial se corresponden con las constancias del expediente judicial, no se presenta el
presupuesto fáctico de la falsedad prevista en el art. 43 de la Constitución para hacer
procedente el instituto del hábeas data.
Si los datos son ciertos, pero están acompañados por una calificación negativa para su titular,
es viable la acción de hábeas data. La Corte Suprema decidió que es lesiva la calificación de
irregular asignada a una persona que se hallaba en mora por la falta de pago de un crédito
financiero, si también se consignaba que esa persona había promovido un juicio contra la
entidad financiera por revisión del precio del mutuo y había consignado judicialmente el
importe que consideraba satisfactorio para cancelar su deuda. La información era cierta, pero
la asignación del carácter de irregular acarreaba una representación inexacta o falsa de los
hechos ocurridos.
Los bancos de datos privados que recolectan información económica o crediticia han sido
sometidos a una regulación relativamente razonable, que no afectó su función económica
fundamental para dotar de seguridad a las relaciones de aquella índole. Tales datos provienen
de entidades oficiales, como el Banco Central de la República
Argentina o de organismos judiciales, de entidades financieras con las cuales opera el titular
de los datos, o del propio interesado o sus acreedores.
Esa actividad apunta a incrementar la seguridad en las transacciones comerciales. Conociendo
las cualidades comerciales o financieras de los contratantes, ellos están en mejores
condiciones para determinar los riesgos de su operatoria y para adoptar una decisión
razonable.
La ley impone un límite referente a la antigüedad de tales datos, que estimamos irrazonable.
Establece que solamente se podrán archivar o ceder los datos registrados en los últimos cinco
años, sin distinguir entre datos positivos y negativos. Asimismo, respecto de los datos
negativos, ese plazo se reduce a dos años cuando el deudor extinga o cancele su obligación,
debiéndose dejar constancia de ese hecho.
Los datos excluidos de la regulación legal son, entre otros, los periodísticos, los asientos
contables de entidades financieras, los datos históricos y cualquier otro dato que no revista
carácter personal.
El consentimiento
La ley 25.326 dispone, como principio general, que el tratamiento de los datos personales por
los registros públicos o privados que suministran información requiere del previo
consentimiento del titular de los datos.
Exceptúa de tal principio a:
1) Los datos que se obtengan de fuentes de acceso público irrestricto, tales como los
expedientes judiciales no reservados y los que emite el Banco Central de la República
Argentina u otros organismos estatales.
2) Los que se obtengan para el ejercicio de las funciones de los órganos gubernamentales del
Estado o en virtud de alguna obligación legal.
3) Listados de datos que se limiten a consignar el nombre, documento de identidad,
identificación tributaria o previsional de las personas, así como ocupación, fecha de
nacimiento y domicilio de ellas.
4) Datos provenientes de una relación contractual, científica o profesional del titular de los
datos y que sean necesarios para su cumplimiento o desarrollo.
5) Los resultantes de las operaciones que realizan las entidades financieras y las
informaciones que reciben de sus clientes.
Iguales consideraciones son aplicables en los casos de cesión de datos.
Ámbito de aplicación
La institución del hábeas data, prevista en el art. 43 de la Constitución, reviste naturaleza
federal, es aplicable en las provincias y, mediante su ejercicio como el de cualquier acción
judicial, es viable concretar el control de constitucionalidad.
Las normas procesales que regulan el ejercicio de la acción de hábeas data, conforme a los
arts. 75, inc. 12 y 121 de la Constitución, son de competencia provincial.
De todas maneras, la ley 25.326 reserva a la jurisdicción federal las cuestiones atinentes a los
registros, archivos, bases o bancos de datos interconectados en redes interjurisdiccionales de
carácter nacional o internacional.

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