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Boletín de la Asociación Española de Orientalistas 40, 2004, 17-57.

Versión digital del


manuscrito, editada aquí por cortesía de los autores y del editor, con la paginación de la
versión impresa]. La arqueología israelita y la historicidad de los libros del Antiguo
Testamento J.Mª Blázquez – J. Cabrero BIBLID: [0571-3692 (2004) 17-57]

La existencia de los patriarcas del Éxodo, de la presencia de los israelitas en el Sinaí, la


conquista de Canaán y el período de los jueces, no son hechos históricos.

La investigación sobre los patriarcas históricos se ha demostrado infructuosa,


dado que ninguna de las épocas próximas a la fecha de la inspiración
bíblica ofrecía un retroceso compatible con la historia bíblica. La bajada
de Abraham a Canaán habría que datarla en tomo al año 2100 a.C., si
damos credibilidad a los cálculos de la Biblia. Albright encontraba el fundamento
histórico del Génesis en la onomástica personal de los personajes bíblicos,
en las insólitas costumbres matrimoniales y en la legislación relativa
a la adquisición de las tierras, todo ello muy parecido a lo que se podía encontrar
en la sociedad mesopotámica del II Milenio a.C.
I. Finkelstein y Neil Asher Silberman 6 contestan a estas afirmaciones,
que la supuesta bajada de Abraham a Canaán desde Mesopotamia, que
Albright hacía coincidir con la migración amorrea, es difícilmente aceptable
hoy en día. La relación entre la legislación mesopotámica y las costumbres
seguidas por los patriarcas, es tan vaga, que puede aplicarse a cualquier época.
Los intentos por bajar la cronología de los patriarcas también han sido
infructuosos: De Vaux coloca la vida de los patriarcas en el Bronce Medio
(2000-1550 a.C.); los americanos Speiser y Gordon, apoyados en el archivo
de Nuzi, en el s. XV a.C.; el científico israelita Benjamín Mazar, a comienzos
de la Edad del Hierro (1150-900 a..C.). Por otra parte, la redacción del
relato de los patriarcas, había que bajada hasta el s. VII a.C., fecha propuesta
por I. Finkelstein y por Neil Asher Silberman 7. Esta fecha nosotros la consideramos
totalmente acertada, convencidos de la validez total de las razones
que aducen los dos arqueólogos israelitas.
Los hijos de Jacob, en sus desplazamientos a través del desierto de
Egipto, son comerciantes caravaneros, cuyas mercancías son drogas,
bálsamo y mirra. Los camellos, unos de los medios fundamentales para el
desplazamiento de personas y transporte de mercancías por el desierto, no se
domesticaron y emplearon en estos menesteres antes del año 1000 a.C., pero
su uso solamente se generalizó a partir del s. VII a.C., como lo prueban los huesos de
camellos adultos en Tell Iamnia, importante centro caravanero de la costa meridional de Israel,
situado entre el Mediterráneo y Arabia. Las mercancías que llevaban a vender los hijos de
Jacob a Egipto, aparecen citadas en los archivos de los monarcas asirios en los ss. VIII y VII a.C.
A estos datos se añade la mención del rey de los filisteos Avimelech, que encontró a Isaac en la
ciudad de Gherar. Los filisteos 8 , población procedente del Egeo, no se asentaron en la costa
de Canaán hasta poco después del año 1200 a.C. La ciudad de Gherar, hoy Tell Hasor, en la
Edad del Hierro I, era una aldea casi insignificante, que sólo cobró importancia cuando se
convirtió en ciudad administrativa, fortificada, entre finales del s. VIII y comienzos del VII a.C.
La combinación de todos estos elementos: la primera domesticación de los camellos y su uso
intensivo, el tráfico de mercancías, la presencia de los filisteos en Canaán, el auge y
fortificación de Gherar, llevan a I. Finkelstein y a Neil Asher Silberman a proponer la fecha del
s. VIII o VII como la de la redacción de las historias bíblicas de los patriarcas.

De la Jerusalem de David, ha aparecido algún escaso documento arqueológico. De la Jerusalem


de Salomón, no se conserva absolutamente nada. Jerusalem sería una aldea sin importancia. El
imperio de David y de Salomón no existió. Es una proyección muy posterior. Los israelitas son
los cananeos de las montañas centrales de Canaán (1250-1000 a.C.).

Hasta el s. VIII a.C., Judá fue un reino con una población insignificante. Jerusalem era una
pequeña ciudad del altiplano. Su enorme aumento demográfico se produce después de la
liquidación del Estado de Israel por lo asirios en el año 720 a.C.,

Finkelstein y Neil Asher Silberman insisten que tanto el Pentateuco, como el Deuteronomio, se
escribieron en el s. VII a.C. El primero describe los comienzos de la historia de la nación y el
segundo los siglos posteriores. La genialidad de los redactores del s. VII a.C., consistió en
unificar las historias más antiguas.

Para G. Garbini 13, todo el Hexateuco es mítico y legendario, y todos los relatos de la Biblia
hebrea son cualquier cosa menos históricos 14.

EXODO

El Éxodo 15 posee una gran riqueza de detalles, que se refieren a lugares geográficos muy
concretos, que pintan un escenario creíble a la gran epopeya de la huida de los israelitas de
Egipto y a la revelación de la Ley Divina en el Sinaí. Las excavaciones y los textos confirman la
descripción de la saga del Éxodo y de la superpoblación y de la llegada de asiáticos que
penetran en Egipto desde Canaán. Este fenómeno se observa durante la Edad del Bronce y los
últimos siglos de la Edad del Hierro. La llegada de estos emigrantes a Egipto se ha hecho
coincidir con la llegada de los hicsos, de la que habla el historiador egipcio Manetón, que vivió
en el s. III a.C. Los hicsos se establecieron en el delta del Nilo, en una ciudad de nombre Avaris,
Tell el-Daba, abandonada a mediados del s. XVI a.C., que marcó el fin de la influencia cananea
en la región. La situación descrita por Manetón se asemeja, extraordinariamente y en líneas
generales, a la historia de la visita de los patriarcas a Egipto. Las excavaciones de Tell el-Daba
han demostrado la presencia cananea en el Delta, y un acercamiento pacífico al poder. La
migración y el violento retorno a Canaán, en tomo al 1570 a.C., tienen un paralelo en la
descripción bíblica del Éxodo, que debe ser colocado basándose en la comparación de las
fechas de los reinados de los reyes israelitas con las fuentes egipcias en tomo al 1440 a.C.,
fecha inaceptable, pues el primer faraón con el nombre de Ramsés subió al trono en 1320 a.C.
El texto bíblico menciona los trabajos forzados de los israelitas en la ciudad de Ramsés.
Generalmente se fecha el Éxodo en el s. XIII, fecha que nene un punto de apoyo en el hecho de
que las fuentes egipcias mencionan la construcción de la ciudad de Pi Ramsés en tiempos de
Ramsés II (1279-1213 a.C.). En esta construcción, al parecer, se emplearon semitas.

Un dato de gran importancia es la primera mención de Israel en una


fuente no hebrea, que se lee en la estela de Merneptah, hijo de Ramsés II,
que a finales del s. XIII a.C., describe la campaña que asoló Canaán y arrasó
un pueblo llamado Israel, mención que prueba que en estos años existía en
Canaán un pueblo conocido como Israel, al que pertenecían los asentamientos
en los territorios centrales de Canaán, que son los que se han relacionado
con los israelitas. Apoyados en estas noticias, muchos estudiosos han defendido
la historicidad del Éxodo.
I. Finkelstein y Neil Asher Silberman se han preguntado quiénes eran
los semitas establecidos en Egipto y se si puede considerar que se trata de
verdaderos israelitas. Ninguna inscripción egipcia o documento del archivo
de Tell el-Amarna, compuesto por cerca de 400 cartas, fechadas en el s. XIV
a.C., y que describen detalladamente la situación de Canaán, mencionan la
presencia de israelitas en Egipto.

Cada aldea ocupaba media Ha y albergaba unos 50 adultos


y otros tantos niños. Las aldeas más grandes ocupaban una extensión de 1 ó
2 Ha con una población de unos 100 habitantes. Se ha calculado la población
total en torno al 1000 a.C., está entre unas 40 ó 50.000 personas.

Finkelstein y Silberman proponen que los primeros israelitas aparecieron en


tomo al 1200 a.C., en las colinas.
Eran campesinos y pastores y tenían una cultura de subsistencia. Ya
con anterioridad, el primer autor, había indicado que no se puede hablar de
israelitas antes del s. VIII a.C. Los primeros israelitas eran pastores nómadas
que sufrieron una profunda transformación. Se pasó de habitar tiendas a
vivir en aldeas, en las que la distribución de las casas era semejante a los
campamentos de tiendas; luego las casas convirtieron su planta en rectangular,
lo que indicaría el abandono de la vida nómada y la transformación en
agricultores. Los primeros israelitas, pues,
eran nómadas que se sedentarizaron y se convirtieron en agricultores. Los primeros
israelitas, pues, eran nómadas que se sedentarizaron y se convirtieron en agricultores.
Gran acierto de I. Finkelstein y de Neil Asher Silberman ha sido señalar
varias invasiones sucesivas en la altiplanicie. La primera se data en torno
al 3.800 a.C.; la segunda poco después del 2000 a.C., y llegó a cerca de 220
asentamientos, con una población calculada en 40.000 personas. A esta invasión
pertenecen ciudades fortificadas, que alcanzaron gran importancia en
época israelita, como Silo, Sichem, Jerusalem, Hebrón, Bethel.
En tomo al s. XVI a.C., terminó esta invasión. Durante 4 siglos el altiplano
se convirtió en una zona de frontera poco habitada. La tercera invasión
se fecha en tomo al 1200 y son los primeros israelitas. El proceso de
desarrollo fue el mismo seguido por las anteriores invasiones. Se pasó de
250 aldeas con una población TOTAL de 40-50.000 personas (CADA ALDEA
TENDRIA UN PROMEDIO DE 160 HABITANTES, a grandes ciudades, QUIZA
DE 1000 O MAS HABITANTES..
En el s. VIII a.C., después de la creación de los reinos de Judá y de Israel, se
llegó a contar 500 asentamientos, con cerca de 160.000 personas (ALDEAS DE 320
HAB. PROMEDIO). Este aumento de población se debió a la existencia de un terreno
de excelente calidad para la agricultura y para el cultivo de la vid y del olivo,
cuyos productos se exportaban, no sólo a las ciudades cananeas, sino a
Egipto.
Finkelstein y
Neil Asher Silberman concluyen su excelente síntesis de la situación del altiplano
afirmando que la aparición del antiguo Israel fue el resultado y no la
causa del colapso de las ciudades cananeas. Los israelitas no llegaron de
fuera, sino que procedían de Canaán. La cultura material de los agricultores y
pastores del altiplano no ha dejado huellas del dialecto que hablaban, ni de su religión,
ni de sus costumbres. Se diferencian del resto de los poblados de Canaán en la ausencia
del cerdo, durante la Edad del Hierro. Los filisteos contemporáneos de los israelitas
hacían un gran consumo de carne de cerdo, al igual que los ammonitas y los moabitas.
La arqueología ha probado que el origen de los israelitas se debe a profundas
transformaciones sociales de los pueblos pastoriles del altiplano y no a los manidos
conceptos bíblicos de pecado y de redención.
El gran imperio de David y de Salomón no tiene apoyatura arqueológica. Los
monumentos atribuidos a Salomón parecen pertenecer a otros reyes. I. Finkelstein y
Neil Asher Silberman se preguntan si verdaderamente existieron los patriarcas, la
conquista de Canaán, o la monarquía unificada bajo David y Salomón; cómo se puede
defender que el Israel bíblico, descrito en los cinco libros de Moisés, y en los de Josué y
de los Jueces o de Samuel, haya existido.
Los dos arqueólogos israelitas se preguntan si David y Salomón existieron en realidad.
Recogen las opiniones de T. Thompson y de Neils Peter Lemche y Philip Davies, según
la cual, David y Salomón, la monarquía unificada de Israel y toda la historia bíblica de
Israel, no son más que hábiles y elaboradas construcciones teóricas salidas de los
círculos sacerdotales de Jerusalem de época postexílica e incluso helenística.
siguiere que se trata de un
pasado idealizado, de un siglo de oro. La fabulosa riqueza del reino de
Salomón, y de su harem compuesto por 700 princesas en calidad de esposas
y 300 concubinas, son cifras fantaseadas. Ningún texto egipcio habla de David o de
Salomón. No hay pruebas arqueológicas de las construcciones de David o de
Salomón ni del palacio de Salomón en Jerusalem.
En Judá la agricultura no se desarrolló mucho, el asentamiento en Judá aumentó del s.
XII al s. X a.C. En Judá no se generalizaron las plantaciones de árboles frutales y de
vides debido a las malas condiciones del terreno, lo que influyó, muy probablemente, en
que no se registre un aumento de la población, que permanecería bastante aislada hasta
los años de David y de Salomón.
En Jerusalem los arqueólogos no han logrado encontrar restos importantes
de la ciudad en el s. X a.C. Faltan los restos arquitectónicos y los
fragmentos de cerámica. En Jerusalem las excavaciones han hallado materiales
fechados en el Bronce Medio en siglos sucesivos y en la Edad del Hierro,
pero nada del s. X a.C. Se ha pensado que la Jerusalem de este siglo tendría
la extensión de una aldea del altiplano. De este hecho se deduce que es
improbable, por no decir imposible, que Jerusalem fuera la capital de un imperio
que se extendía desde el Mar Rojo al norte de Siria.
Si se habrían encontrado edificios o palacios monumentales (es decir de hasta 2000 m2)
con puertas de tres cuerpos, en las ciudades de Meggido, HAzor y Ghezer, donde un
arquelogo Yadin especuló fueran construcciones del rey Salomon, pero tienen
inscripciones asirias, y no son del siglo X AC sino del periodo (871-852 a.C.).
De estos palacios no había quedado huella alguna en Jerusalem, que en esta época
probablemente no era más que una aldea, del orden de un centenar de habitantes.

La epopeya de David parece no ser más que un mito, lo mismo que la Jerusalem de
Salomón
La desaparición de la cerámica filistea en tomo al año 1000 a.C se
atribuía a las conquistas de David, y las puertas monumentales de los palacios
de Hazor, de Ghezer y de Megiddo, a los tiempos de Salomón. Hoy no
hay seguridad de que la cerámica filistea dejara de utilizarse a partir de la
época de David. Los estilos arquitectónicos y la cerámica de las tres citadas
ciudades se fechan, en la actualidad, a comienzos del s. IX a.C (posteriores al rey
Davud). La cronología obtenida por lo análisis de C14 confirman estos datos. El país en
época de David era rural. No hay huellas de escrituras, ni de inscripciones, ni de los
alfabetos necesarios para el funcionamiento de la monarquía. Tampoco hay rastros de
una cultura unitaria, ni administración central. Jerusalem en ese entonces era una típica
aldea del altiplano.
El Deuteronomio se sirve de este mito de la monarquía unificada como propaganda
política, quizá con fines de reinvindicaciones territoriales en Palestina, y como sabemos
estas reinvindicaciones vienen desde la época romana hasta la actualidad.
En el s. VIII a.C., la situación debía haber cambiado enormemente en Judá. Jerusalem
era una ciudad relativamente grande. Tenían un templo dedicado al dios de Israel. Judá
disponía de instituciones, de una buena administración, de un ejército y de una
excelente organización. El reino de Judá se proyectó en una mítica edad de oro, de
siglos anteriores.
Es decir, la arqueología ha demostrado que la visión bíblica del siglo de oro de
David y de Salomón no es exacta; es una proyección a tiempos pasados de
Judá en el s. VII a.C., con el reinado del rey Josías.
G. Garbini 25 afirma también que nada se sabe de la Jerusalem del s. X
a.C. No admite ni el comercio ni la actividad cultural y literaria de Salomón.
Los restos atribuidos a este período son insignificantes. Las inscripciones
casi no existen. Hasta el s. X a.C., no se propagó el uso del hierro.
Probablemente no había aún un estado judío fuerte.
Al contrario de lo que dice la Biblia, incluso el dios actual de los judíos no era tal
en esa época!
La teología comparada es consistente con esto: generalmente se admite que Israel, antes
del destierro a Babilonia practicaba una forma de henoteísmo.
El henoteísmo o monolatría (del griego: heis, henos "un"; y theos"dios") es un estado de
transición entre el politeísmo y el monoteísmo, en el que se reconoce la existencia de
varios dioses, pero sólo uno de ellos es suficientemente digno de adoración por parte del
fiel. Se tributaba culto exclusivamente a Yahveh, que al parecer es el sucesor del
supremo dios de Ugarit, El. En el Génesis, según se ha indicado, los antropónimos están
formados sobre El y no sobre Yahveh 26, que era una deidad venerada ya desde
comienzos del II Milenio en la región sirio-palestina, tanto por los nómadas como por
los sedentarios.
En una segunda inscripción de la misma fecha, hallada en Khirbet el Gom, que A.
Garbini cree de lectura errónea, se colocó la frase: "Yahweh bendiga a Uriyahn, ya que
su Asherah le ha salvado de sus enemigos". Estas inscripciones indicarían que en la
religión popular Yahveh tenía una diosa por compañera, cuyo culto fue directamente
atacado por los grandes profetas entre los ss. VIII-VI a.C. En los papiros de Elefantina y
en otros documentos de esta colonia judía, Yahu era venerado en compañía de Anat. A
esta diosa debe aludir Jeremías en torno al 626 a.C., cuando recrimina a los
judíos de Egipto el tributar culto a la reina del cielo y a otros dioses egipcios.
En muchas localidades de Palestina se han descubierto en las excavaciones
unas figurillas que representan a una mujer desnuda de abultados senos
o una cabeza con un aparatoso peinado. La fecha de estas estatuillas es los primeros
siglos del primer milenio a.C. Se trata de una diosa femenina muy venerada en la
religión popular hebrea, que podía ser Astarté o una diosa cualquiera de la fecundidad,
citada en Jueces 2.13 y venerada por los israelitas.
Estas figurillas confirmarían que en la religión popular Yahveh tenía una compañera. La
religión popular israelita sería parecida a la de los cananeos.
La Arqueología prueba que en el siglo X AC, el territorio de Judá el culto religioso
era muy variado. No era exclusivo el culto a Yahveh. Estaban muy generalizados
los banoth, altares al aire libre, que no fueron destruidos por la mayoría de los reyes.
Los sacerdotes en todo el territorio quemaban regularmente incienso al sol, a la luna y a
las estrellas. A Yahveh se le adoraba de muy distintas maneras. La arqueología, hasta el
momento presente no ha descubierto los banoth, al tratarse de lugares al aire libre. El
descubrimiento de centenares de estatuillas femeninas desnudas, posibles imágenes de
Asherah, prueba la enorme extensión del culto a la diosa de la fecundidad,
compañera de Yahveh, según las citadas inscripciones. En Judá, por los datos
que recoge la Biblia, en tiempos de Salomón se adoraban otros muchos
dioses de los pueblos vecinos, como Milkom de Ammón, Kernosh de Moab
y Astarté de Sidón 32. El profeta Jeremías 33 afirma que el número de dioses
venerados en Judá era igual al número de ciudades y el número de altares
consagrados a Baal en Jerusalem era aproximado al de las calles de la
ciudad. En el templo de Jerusalem se instalaron objetos de culto de Baal de
Aserá y de las estrellas.
El verdadero Inicio de la religión monoteista en Jerusalem
La cooperación de Judá con el estado asirio (del s. VIII y los comienzos del s. VII a.C.)
creó una gran riqueza. Esta nueva situación repercutió fuertemente en lo religioso.
Entre finales del s. VIII y los comienzos del s. VII a.C., se ha colocado el nacimiento de
la tradición monoteísta. Esta idea ya está expresada por los profetas Elías, Eliseo, Amos
y aseas. El rey Ezequías (726-698 a.C.) impuso el culto exclusivo de Yahveh en el
templo de Jerusalem.

La interpretación del pasado se ponía así al servicio del presente para demostrar la
legitimidad del Estado de Israel sobre el territorio que había comenzado a ocupar
institucional y militarmente, y también con la intención de exponer las raíces más
antiguas de la presencia israelita y, por lo tanto, judía en el registro arqueológico de
Palestina[16].

16. Cf. Abu el-Haj. Facts on the Ground…, Op. Cit., pp. 105-111; R. Arav. “Archaeology in the Service
of Ideology in Israel”, en L.J. Greenspon y R.A. Simkins (eds.), “A Land Flowing with Milk and Honey”:
Visions of Israel from Biblical to Modern Times.Omaha, Creighton University Press, 2001, pp. 95-104;
N.P. Lemche. “History as an Argument for Land Possession”, en E. Pfoh y K.W. Whitelam,
(editores).The Politics of Israel’s Past: The Bible, Archaeology and Nation-Building, (SWBA, 2/8).
Sheffield, Sheffield Phoenix Press, 2013, pp. 102-119.

I. Finkelstein.The Archaeology of the Israelite Settlement. Jerusalén, Israel Exploration Society, 1988,


esp. pp. 34-117. Sobre la relevancia de las surveys para una nueva comprensió n de la historia pre-
helenística de Palestina, cf. T.L. Thompson. Early History of the Israelite Peoples: From the Written
and Archaeological Sources, (SHANE, 4). Leiden, E.J. Brill, 1992, pp. 127-170.
La datación más probable de las construcciones de Meggido no fueron de la época de
Salomon

I. Finkelstein y Neil Asher Silberman 28 han estudiado, igualmente, las aportaciones de


la arqueología al reino septentrional. Israel, en torno al 900 a.C., tenía las características
de un estado plenamente desarrollado. Estaba gobernado por un buen aparato
burocrático. Tenía una estratificación social demostrada en la distribución de bienes de
lujo, una importante actividad edilicia y un comercio próspero con las regiones
próximas y asentamientos.
Los centros administrativos regionales en Israel eran activos a comienzos del s. IX a.C.
Estaban fortificados y contaban con palacios, como en Izreel, Samaria y Megiddo. La
capital, Samaria, fue fundada a comienzos del s. IX a.C. El urbanismo de Jerusalem data
de finales del s. VIII a.C.
Israel, desde comienzos del s. IX a.C., desarrolló mucho la producción de aceite de
oliva, cosa que hizo Judá en el s. VII a.C., teniendo en cuenta que las condiciones no
habían cambiado mucho en relación con las poblaciones del altiplano.
Las supuestas caballerizas de Megiddo plantean un problema arqueológico, pues no ha
aparecido en ellas ningún objeto relacionado con los caballos o con los carros. Los
corredores laterales estaban llenos de restos de cerámicas, lo que parece indicar que se
utilizaban como almacenes. Se ha sugerido que los pesebres hallados en los edificios de
Megiddo serían para alimentar a los asnos que llevaban las mercancías a los almacenes.
También se ha indicado que los edificios con pilastras de Megiddo y de otros lugares
servían como barracones del ejército o como mercados públicos. Los dos arqueólogos
israelitas no creen que se puedan encontrar huellas de caballos, pues los asirios
rehicieron la ciudad y demolieron los muros. La arqueología moderna ha demostrado
que los establos de Meggido pertenecen a la época de Jeroboan II (788-747 a.C.). Acab
construyó los grandes palacios que preceden al nivel de los establos.

Las ruinas y restos opulentos en la edad del hierro fueron de Samaria, y el rey mas
opulento fue Jeroboam, mucho después de Salomón
Acab construyó los grandes palacios que preceden al nivel de los establos. Los carros
tenían una gran importancia en el reinado de Acab. Las fuentes asirias confirman que el
reino de Israel era famoso por los carros mucho tiempo después de la batalla de Qarqar,
en Siria, en el año 853 a.C., batalla en la que Acab se enfrentó a Salmanasar III (859-
824 a.C.) con 2.000 carros. Los escuadrones de carros israelitas eran famosos, como lo
demuestra que poco después de la conquista del reino septentrional por los asirios, una
unidad de carros israelitas formaba parte del ejército conquistador. Era el único cuerpo
militar que mantenía la propia identidad nacional dentro del ejército asirio. Sargón II
(722-705 a.C.) contó con una unidad de 200 carros en el ejército real. En el elenco de la
caballería se menciona un comandante israelita, posiblemente del cuerpo de los aurigas,
de nombre Shema, que desempeñó cargos importantes en el ejército asirio y en la corte.
La arqueología confirma la opulencia de la capital de Israel, Samaria.

Se han hallado más de 200 placas de marfil talladas en estilo fenicio y decoradas con
temas egipcios, fechadas en el s. VIII a.C., que decorarían las paredes del palacio y el
mobiliario de la familia real israelita. Son una prueba contundente de la riqueza de la
corte y el gusto cosmopolita de los monarcas y cortesanos israelitas. Objetos similares
han aparecido en el palacio de Nimrud 29. Funcionaba un sofisticado sistema de créditos
de registros como lo prueban los ostraka de Samaria, recibidos por la entrega de los
productos de los territorios vecinos.
Este tipo de inscripciones además se han hallado en Samaria, en Jerusalem, Laquish,
Mesad, Hashavyshu y Khirbet Ghazza.
La arqueología demuestra que el momento de mayor prosperidad de Israel coincidió con
el reinado de Jeroboam II, durante el cual, los dos profetas Amos y Oseas atacaron la
profunda corrupción del soberano, la ausencia de religiosidad de la aristocracia y el lujo
escandaloso de las altas capas sociales. Condenan también a los ricos. Critican
duramente las injusticias sociales, la idolatría y las consecuencias funestas del comercio
internacional y las costumbres extranjeras.

LA arqueología si demuestra la existencia de la sucesión de los reyes

En opinión de ambos autores no existe motivo para dudar seriamente de la fiabilidad del
elenco bíblico de los reyes de la estirpe de David, que reinaron en Jerusalem después de
David. En Jerusalem entre final del s. X y mediados del s. VIII a.C., reinaron 11 reyes.
Ezequías (733-724 a.C.) gobernó 29 años según el Segundo Libro de los Reyes 31. El
texto bíblico indica que restauró la pureza del culto de Yahveh, sin embargo, la
arqueología sugiere que el panorama real era muy diverso. Demuestra que la situación
de Judá era totalmente diferente de la de Israel. No se ha descubierto ninguna prueba de
la actividad literaria, ni religiosa, ni histórica en el s. X a.C. Recien a finales del s. VIII
a.C., se documentan en Judá las primeras inscripciones monumentales y los primeros
sellos personales, señales de un estado desarrollado. Hasta el s. VII a.C., no aparecen
ostraka y pesas de piedra con inscripciones, que demuestran la existencia de registros
burocráticos y de comercio. No se conocen pruebas de producción en masa de
cerámicas en alfarerías centralizadas, o de una industria para la exportación del aceite.
Se concluye que la época de David y de Salomón no era precisamente un siglo de
oro.

Durante la Edad del Hierro y después, Judá era una región agrícola aislada, de cultivos
sin importancia, poco poblada, marginal, sin señales de gran riqueza o de una
administración central. Jerusalem en tiempos de David y de Salomón era solo una aldea
y uno de tantos centros religiosos.
Debido a la influencia y alianza con los Asirios, en Jerusalem, a finales del s. VIII a.C.,
se detecta una explosión demográfica.
Se construyó una muralla defensiva para proteger los nuevos barrios periféricos.
Se construyeron numerosas factorías en las proximidades de Jerusalem.
Aumentaron los asentamientos agrícolas. Las antiguas aldeas se convirtieron en
ciudades a finales del s. VIII a.C.; en Judá se contaban cerca de 300 asentamientos de
todo tipo. Se calculado la población total de la región en unos 120.000 individuos.
En el siglo VII ac, los asirios monopolizaban el comercio del aceite de oliva, como se
desprende de los hallazgos en Tell Miqne, la bíblica Eqron, que los asirios convirtieron,
al comienzo del s. VII a.C., en el más importante centro de control del aceite de oliva y
de producción de todo el Próximo Oriente Antiguo. La producción de aceite de oliva se
ha calculado en cerca de 1.000 ton (para dar una idea de la importancia en esa época
de la producción de este aceite, la producción de aceite de oliva en Argentina 2017
(prov. de Catamarca fue 37.500 ton, es decir 37 veces más). Las alturas de Judá
debían estar repletas de olivares que se extenderían hasta la provincia asiria de
Samaria.

Origen del Deuteronomio


La aparición del Libro de la Ley, como apuntan I. Finkelstein y Neil Asher Silbennan,
coincide con los testimonios arqueológicos, que prueban la difusión del alfabetismo en
Judá. Las ideas del Deuteronomio tienen un precedente en lo expresado por aseas y por
Ezequías.
El descubrimiento por los arqueólogos de centenares de estampillas personales y de
sellos con inscripciones en lengua hebrea, confirma la difusión del alfabetismo.
Se ha observado que la forma literaria del pacto entre Yabveh e Israel en el
Deuteronomio es muy parecida a la de los pactos entre los asirios y los estados vasallos
donde se puntualizaban los deberes y derechos de un pueblo vasallo y el monarca. El
Deuteronomio, según el historiador bíblico Moshe Weinfeld, muestra analogías con los
discursos programáticos, con las bendiciones y las maldiciones y con las ceremonias
seguidas en la fundación de los nuevos establecimientos. De estas analogías, se
desprende que el Libro de la Ley citado en el Segundo Libro de los Reyes, es la versión
original del Deuteronomio, escrito en el s. VII a.C.
El Deuteronomio consagró la unidad de Israel y colocó el centro del culto en Jerusalem.
El Deuteronomio y algunos pasajes del Pentateuco originaron una saga épica para
expresar el resurgir de Judá. Los autores recogieron y reelaboraron las tradiciones más
importantes de Israel en los cuatro primeros libros de la Torah, comenzando por las
historias de Abraham, de Isaac y de Jacob, en un mundo que ofrece reminiscencias del
s. VII a.C. Se creó una gran epopeya nacional independiente de un Egipto que presenta
analogías geográficas con el de la época de Psamético. Se creó también la única
epopeya de la conquista de Canaán. Se condenó el próspero estado septentrional como
aberración histórica. También existe una condena expresa de los cananeos y de los
matrimonios mixtos.
Concluyen los arqueólogos israelitas que el Deuteronomio no es una Historia, sino una
obra ideológica y teológica, concebida para ser leída en público 41 Por vez primera en un
documento escrito, se habla de los nuevos derechos individuales, que se leen en el
Deuteronomio. Un obrero pide a un funcionario que le devuelvan los vestidos que le
han quitado.
Se trata de una petición personal para que se cumpla la ley a pesar de la diferencia entre
el trabajador y el funcionario. Como puntualizan I.
Finkelstein y Neil Asher Silberman, esta petición es una innovación revolucionaria
en la tradición del Próximo Oriente.

Situación a la caída de Judá por los babilonios y la verdad sobre el MITO DEL
ÉXODO

En el siglo VII ac, en la capital Samaria, se concentraba el 20% de la población, que en


la época del ataque de los babilonios en 586 a.C. (Nabucodonosor) se ha calculado en
75.000 individuos. La ciudad fue arrasada y el reino de Judá desapareció destruido por
los babilonios. En Judá permaneció el 70% de la población dedicada a la agricultura.
La salida de Egipto es conocida por los profetas del s. VIII a.C., como Oseas y Amos 60.
La narración se reelaboró en los ss. VI- V a.C., en función de la deportación de los
Hebreos a Babilonia en el año 586 a.C., y de la vuelta de los desterrados en función de
un nuevo éxodo prefigurando el mítico con Moisés. La marcha por el desierto del Sinaí
debe mucho a las deportaciones imperiales. La idea de la conquista como sustitución de
una población exterminada por otra importada, no puede ser concebida antes de las
deportaciones imperiales.

Construccion templo: Comenzó en 1034 AC. Por lo tanto, la inauguración tuvo que haberse
celebrado en el séptimo mes del año 1026 a. E.C., once meses después de terminar la
edificación, y no un mes antes (en 1027 a. E.C.), como algunos han pensado.

Argumentando que los números que figuran en las fuentes históricas eran por lo general
muy exagerados, Hillel Geva estima a partir de la evidencia arqueológica de que la
población real de Jerusalén antes de su destrucción en el año 70 era a lo sumo 20 000.8

 500-3500 a. C.: primer asentamiento establecido cerca del manantial del


Gihón (evidencia arqueológica más antigua).
 c. 1550-1400 a. C.: Jerusalén se convierte en vasallo del Imperio Nuevo de Egipto.
 c. 1000 a. C.: el rey David ataca y captura Jerusalén, que se convierte en capital
del reino unido de Israel (sólo fuentes bíblicas).
 732 a. C.: Jerusalén se convierte en un vasallo del Imperio Neo-Asirio.45
 587-6 a. C.: Conquista de Jerusalén por los babilonios; Nabucodonosor II luchó contra
intento del faraón Apries para invadir Judá. Jerusalén mayormente destruida
incluyendo el Primer Templo, y los ciudadanos prominentes de la ciudad deportados a
Babilonia (sólo fuentes bíblicas).
 539 a. C.: Ciro el Grande conquista Babilonia, permitiendo a los judíos regresar de la
cautividad a Jerusalén y reconstruir el templo (sólo fuentes bíblicas).
 350 a. C.: Revueltas en Jerusalén contra Artajerjes III, que retoma la ciudad y la
incendia en el proceso. Los judíos que apoyaron la revuelta son enviados a Hircania
en el Mar Caspio.
 332-200 a. C.: Jerusalén capitula ante Alejandro Magno, y más tarde se incorpora
al reino de Ptolomeo (301 a. C.) y el Imperio seléucida(200 a. C.).
 175 a. C.: Antíoco IV Epífanes acelera los esfuerzos seléucidas para erradicar la
religión judía, proscribe el sábado y la circuncisión, saquea Jerusalén y erige un altar a
Zeus en el Segundo Templo después de saquearlo.
 164 a. C.: Los asmoneos tomar el control de una parte de Jerusalén, mientras que los
seléucidas retienen el control del Acra en la ciudad y la mayoría de las áreas
circundantes.
 63 a. C.: El Imperio romano, bajo Pompeyo, toma la ciudad.
 70 d. C.: Tito finaliza la parte principal de la Gran Revuelta Judía y destruye el templo
de Herodes. El Sanedrín se trasladó a Yavne y los líderes cristianos de la ciudad se
reubicaron en Pella.
 136: Adriano restablece formalmente la ciudad como Aelia Capitolina, y prohíbe la
presencia judía y cristiana en la ciudad. Las restricciones sobre la presencia cristiana
en la ciudad fueron disminuidas dos años más tarde.
 324-25: El emperador Constantino convoca el Primer Concilio de Nicea y confirma el
estatus de Jerusalén como un patriarcado cristiano.46 Una ola de inmigración cristiana
a la ciudad comienza. La prohibición de los judíos de entrar en la ciudad sigue en
vigor, pero se les permite ingresar una vez al año para rezar en el Muro de las
Lamentaciones en Tisha B'Av.
 c. 380: Tiranio Rufino y Melania la Vieja fundan el primer monasterio en Jerusalén en
el Monte de los Olivos.
 614: Jerusalén cae ante las fuerzas judías y persas, específicamente del Imperio
sasánida de Cosroes II, hasta que es retomada en 629. Este fue el resultado de la
revuelta judía contra Heraclio, una insurrección judía contra el Imperio bizantino en
todo el Levante.47 La Iglesia del Santo Sepulcro es quemada y gran parte de la
población cristiana es masacrada.4849
 636-7: El califa Omar el Grande conquista Jerusalén. Según algunos reportes, el
Patriarca Sofronio y Omar acurdan en el Pacto de Umar I, que garantiza a los
cristianos la libertad de religión, pero prohíbe a los judíos vivir en la ciudad de acuerdo
a Muhammad ibn Jarir al-Tabari. La Iglesia apostólica armenia comenzó a nombrar su
propio obispo de Jerusalén.
 797: Alianza abasí-carolingia: la Iglesia del Santo Sepulcro fue restaurada y el hospital
latino fue ampliado, fomentando los viajes cristianos a la ciudad.50
 1009-30: El califa fatimí Al-Hakim ordena la destrucción de iglesias y sinagogas en el
imperio, incluyendo la Iglesia del Santo Sepulcro. El califa Ali az-Zahir autoriza su
reconstrucción 20 años después.
 1077: Revueltas en Jerusalén contra el imperio del emir Atsiz ibd Uvaq, quien retoma
la ciudad y masacra a la población local.51
 1099: Los primeros cruzados capturan Jerusalén y masacran a la mayoría de
musulmanes y judíos habitantes de la ciudad. La Cúpula de la Roca se convierte en
una iglesia.
 1187: Saladino captura Jerusalén de los cruzados y permite la colonización judía y
cristiana ortodoxa. La Cúpula de la Roca se convierte en un centro islámico de culto
nuevamente.
 1229: Un tratado de 10 años se firmó permitiendo a los cristianos la libertad de vivir en
la ciudad fortificada. Los ayubíes retuvieron el control de los lugares sagrados
musulmanes.
 1244: El ejército mercenario de Jorezmitas destruyó la ciudad.
 1260: Jerusalén es asaltada por los mongoles bajo el general cristiano
nestoriano Kitbuqa. Hulagu Khan envía un mensaje a Luis IX de Francia que Jerusalén
pertenece a los cristianos bajo la alianza franco-mongola.
 1267: Najmánides va a Jerusalén y reza en el Muro Occidental. Informó haber
encontrado sólo dos familias judías en la ciudad.
 1482: El visitante sacerdote dominico Felix Fabri describió a Jerusalén como «una
colección de toda clase de abominaciones». Como «abominaciones» enumeró a los
sarracenos, griegos, sirios, jacobitas, abisinios, nestorianos, armenios, gregorianos,
maronitas, turcomanos, beduinos, asesinos (una secta, posiblemente), drusos,
mamelucos, y «la más maldita de todos»: judíos. Sólo los cristianos latinos «por
mucho tiempo con todo su corazón para con los príncipes cristianos, para que vengan
y sometan a todo el país a la autoridad de la Iglesia de Roma».
 1517: El Imperio otomano captura Jerusalén bajo el sultán Selim I, que se proclama
califa del mundo islámico.
 1604: Primer Protectorado de las misiones acordado, en el que los súbditos cristianos
de Enrique IV de Francia eran libres para visitar los Santos Lugares de Jerusalén. Los
misioneros franceses comienzan a viajar a Jerusalén.
 1700: Judá el Piadoso y 1.000 seguidores se instalan en Jerusalén.
 1774: El Tratado de Kucuk Kaynarca se firma dando a Rusia el derecho de proteger a
todos los cristianos en Jerusalén.
 1821: Guerra de independencia de Grecia: la población cristiana de Jerusalén (en su
mayoría ortodoxos griegos) se vio obligada por las autoridades otomanas a renunciar
a sus armas, vestir de negro y ayudar a mejorar las fortificaciones de la ciudad.
 1837: El terremoto de Galilea de 1837 resulta en judíos de Safed y Tiberíades
reasentándose en Jerusalén.
 1839-40: El rabí Judá Alkalai publica «Los Caminos agradables» y «La paz de
Jerusalén», instando al regreso de los judíos europeos a Jerusalén y Palestina.
 1853-4: Se firma un tratado entre Francia y la Iglesia católica, proclamándola como la
autoridad suprema en la Tierra Santa con control de la Iglesia del Santo Sepulcro,
contraviniendo el tratado de 1774 con Rusia y desencadenando la Guerra de Crimea.
 1860: El primer barrio judío (Mishkenot Sha'ananim) es construido fuera de las
murallas de la Ciudad Vieja, en una zona conocida más adelante como Yemin Moshe,
por Moisés Montefiore y Judá Touro.5253
 1862: Moses Hess publica «Roma y Jerusalén», argumentando a favor de una patria
judía en Palestina centrada en Jerusalén
 1873-1875: Mea Shearim se construye.
 1882: La Primera Aliyá resulta en 35.000 inmigrantes judíos entrando en la región de
Palestina.
 1901: Las restricciones otomanas a la inmigración judía y la adquisición de tierras en
el distrito de Jerusalén entran en vigor.
 1901-14: La Segunda Aliyá resulta en 40.000 inmigrantes judíos entrando en la región
de Palestina.
 1917: Los otomanos son derrotados en la batalla de Jerusalén durante la Primera
Guerra Mundial y el ejército británico toma el control. La Declaración Balfour se había
emitido un mes antes.
 1919-23: La Tercera Aliyá resulta en 35.000 inmigrantes judíos entrando en la región
de la Palestina del Mandato.
 1924-28: La Cuarta Aliyá resulta en 82.000 inmigrantes judíos entrando en la región de
la Palestina del Mandato.
 1929-39: La Quinta Aliyá resulta en 250.000 inmigrantes judíos entrando en la región
de la Palestina del Mandato.
 1947-49: La guerra de Palestina llevó al desplazamiento de las poblaciones árabes y
judíos palestinos en la ciudad y su división. Todos los residentes judíos de la parte
oriental de la ciudad fueron expulsados por las fuerzas árabes y todo el barrio judío fue
destruido.54 Se despoblaron aldeas árabes palestinas como Lifta, al-Mahila, Ayn Karim
y Deir Yassin.
 1967: La guerra de los Seis Días resulta en Jerusalén Este siendo capturada por Israel
y unas semanas más tarde, la expansión de Municipalidad de Jerusalén israelí en
Jerusalén Este y algunas zonas circundantes. La Ciudad Vieja es capturada por el
ejército israelí y el barrio marroquí, incluyendo 135 casas y la mezquita de Al-Buraq, se
demolió, creando una plaza frente al Muro de las Lamentaciones. Israel declara a
Jerusalén unificada y anuncia el libre acceso a los lugares sagrados de todas las
religiones.
 2010: Las tendencias demográficas se invierten totalmente: los judíos ahora tienen
una tasa de fertilidad más alta que los árabes, debido principalmente a la alta tasa de
natalidad entre los judíos jaredí.

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