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sale clara vencedora, destacando los resultados del PSOE y el Partido Radical de Lerroux.
A cierta distancia le siguen los radical socialistas y Alianza Republicana de Azaña. Por
último, dentro de los ganadores aparece la Esquerra Republicana De Cataluña, que releva
a la Lliga Regionalista en el dominio de la región.
La derecha, mal organizada, desunida o tal vez todavía inmovilizada por la súbita llegada
de la República consigue pocos escaños, muchos menos de los que deberían representarla.
La derecha republicana de Maura y Alcalá Zamora no consiguen apenas escaños, lo que
amenaza la continuidad del régimen al no ofrecer una posible alternancia conservadora.
Los católicos y agrarios, más ambiguos en cuanto a su lealtad a la república tampoco
salen muy bien librados.
Surge un nuevo panorama a la hora de formar gobierno: Alcalá Zamora y Maura dimiten
por su escaso peso electoral y como protesta por el artículo de la constitución que separa
la iglesia del estado con severas prohibiciones a la Iglesia. Los socialistas no quieren
gobernar con los radicales de Lerroux y estos no quieren desgastarse en una alianza de
partidos republicanos. Así se unirán los socialistas con Azaña y con los radical-socialistas
de Domingo y Albornoz y la Ezquerra, presidiendo el gobierno la brillante figura de
Azaña, con el respaldo del PSOE que solo asume dos ministerios para calmar a las clases
medias y altas. Alcalá Zamora será nombrado presidente de la República, en un papel ,en
teoría, moderador.
El nuevo gobierno continúa las reformas iniciadas durante el gobierno provisional,
desarrollando los artículos constitucionales con diversas leyes y decretos.
La ambición del gobierno es enorme, pretendiendo realizar reformas profundísimas que
afectaban a intereses de clases e instituciones poderosísimas y esta pretensión no se
apoyaba en una amplia mayoría social o política. Tal vez se pretendieron hacer
demasiadas cosas en poco tiempo, con expectativas demasiado altas, por lo que creció la
frustración ante la oposición a las reformas o la lentitud en su aplicación, eso por no hablar
de la desunión del gobierno y los ataques furibundos de izquierda y derecha.
A)La reforma militar. Manuel Azaña, ministro de Guerra y luego presidente del gobierno
se convirtió en la figura más formidable del Bienio Reformista, por su pasión, su
inteligencia, su oratoria y su capacidad para conseguir aliados. En contra tenía un don
para ganarse enemigos y cierto alejamiento de la realidad.
Conocedor del ejercito francés, pretendió bajar el número de divisiones, dotándolas de
equipo moderno y sobre todo, reducir el número de oficiales, que era enorme respecto a
la tropa. Para ello permitió el paso a la reserva de oficiales descontentos con la Republica,
cobrando el sueldo integro. Esta medida no acabó con el excesivo número de cargos que
siguió siendo alto y supuso una importante carga para el ministerio, lo que impidió
modernizar el equipo bélico.
Más interés puso Azaña en que los militares no intervinieran en la vida civil o política,
por lo que sometió la jurisdicción militar a la civil, acabando con la Ley de Jurisdicciones
de 1906, que permitía al ejercito procesar a civiles por delito contra el honor de la patria
o la bandera. Se suprimieron también las Capitanías Generales, instituciones que
permitían la supremacía militar en caso de extrema urgencia. Y aunque el ejercito siguió
siendo el garante ultimo del orden público, se creó un nuevo cuerpo armado de uso civil,
la Guardia de Asalto, leal al nuevo régimen. Se temía mucho que los militares conspiraran
contra la República, por lo que se les hizo jurar lealtad al régimen( lo que a la postre
tampoco serviría de mucho), así como se preocupó de nombrar para los altos cargos a
militares de ideas republicanas, lo que no gustó a los oficiales más conservadores, que
desde el principio conspiraron contra la naciente democracia, aunque en general la
mayoría era partidario de seguir la legalidad.
Por ultimo se suprimió la Escuela Militar de Zaragoza, ya fuera por que se dudara de su
eficacia o de la ideología de sus docentes, pero esta medida se ganó el odio de los
profesores de la Academia, sobre todo de su director, Francisco Franco, que comenzó a
mirar con malos ojos a la República y acercarse a políticos conservadores.
3)Reforma agraria. Uno de los proyectos más deseados por los republicanos era la
reforma agraria, la cual pretendía cambiar la estructura de la propiedad de la tierra,
favoreciendo el acceso a la misma de amplias masas de jornaleros y arrendatarios.
Con ello se pretendía mejorar el nivel de vida de las masas agrarias, pues un propietario
puede innovar o trabajar con más ahinco, lo que iría a favor de la demanda consumidora
y permitiría aumentar la oferta industrial y de servicios de todo el pais. En España, sobre
todo en el sur, la tierra estaba en manos de una minoría de latifundistas, que empleaban a
amplias masa de jornaleros, sin mecanizar ni invertir demasiado en la explotación,
amparandose en lo enorme de la superficie cultivada, la baratura del trabajador y los
aranceles a la producción.
El gobierno azañista se metió en la reforma agraria con paso vacilante, con disidencias
dentro del gobierno y sin pensar demasiado en las consecuencias. La idea inicial era
expropiar, a los terratenientes, con indemnización, las fincas que no se cultivaban o las
que estaban infrautilizadas. Se pretendía instalar colonos en las nuevas tierras, los cuales
recibirían créditos y herramientas. Comenzó un proyecto de ley lleno de matices, al que
se le pusieron todo tipo de trabas y obstrucciones parlamentarias, lo que retrasó su
promulgación. No quedaba muy claro cuando se podía expropiar y algunos campesinos
medianos y pequeños tuvieron miedo de que se pudiera aplicar a ellos o sentían que
perdían estatus ante los nuevos colonos. El caso es que se produjo un importante
movimiento de masas de pequeños y medianos propietarios contra la reforma agraria.
Por supuesto, los terratenientes se opusieron con fervor, movilizando a la opinión pública
y conspirando para dar un golpe de estado. Cuando se desmantela el golpe se aprovecha
la situación para aprobar la ley e incluso se expropia sin indemnización a los terratenientes
conspiradores. El IRA será el organismo director, pero estará mal dotado
económicamente, por lo que no podrá expropiar apenas y así la reforma será lentísima,
con muy pocas familias favorecidas, lo que provocará la exasperación e impaciencia de
las masas agrarias, que piden apropiarse de tierras ya, al tiempo que los propietarios se
asustan ante lo que ven como una revolución inminente.
Durante el bienio radical-cedista la reforma agraria casi se paraliza, sobre todo después
de la Revolución de Asturias, con el breve paréntesis del ministro Giménez Fernandez,
que estimuló la ampliación de los arrendamientos, pero fue criticado por su propio partido
y dimitió.
En el Frente Popular la ley se volvió a implementar, acelerando plazos de expropiación e
incluso se ocuparon fincas por los campesinos que luego el estado reconocía como legales,
lo que convenció a los terratenientes que la revolución había llegado y había que hacerla
frente con contundencia: la guerra civil
Tan importante como la reforma fueron los decretos agrícolas que modificaron
notablemente las condiciones laborales del campo, como la Ley de terminos municipales,
que obligaba a contratar a jornaleros del municipio para que no se reventaran las huelgas
con esquiroles, la de Laboreo forzoso, que obligaba a cultivar adecuadamente la cosecha,
impidiendo el boicot de los terratenientes, las de accidentes de trabajo, jornada de 8 horas
y jurados mixtos que regulaban las contrataciones y despidos, lo que benefició al sindicato
vinculado al gobierno, la UGT, ganandose el odio de los anarquistas, que con frecuencia
asaltaron fincas y cometieron actos terroristas.
D) Las autonomías regionales.La República pretendía dar satisfacción al problema de la
identidad compartida en ciertas regiones de España como Cataluña, el Pais Vasco o
Galicia, donde existían importantes partidos nacionalistas. Recién instaurada la República
ya vemos a los nacionalistas de izquierda catalanes proclamar el estado catalán dentro de
la república española. El gobierno provisional les convence para seguir un procedimiento
legal, basado en la constitución que permitirá la autonomía a las regiones que lo soliciten,
después de ser votado por los municipios de cada región .Las autonomías tendrán
competencias propias y otras serán del estado central. Los estatutos serán muy criticados
por la derecha más nacionalista, pero también por importantes sectores de la izquierda,
que lo ven como privilegios de la burguesía de esas regiones. Tras muchas trabas y
dilaciones el estatuto catalan será aprobado al tiempo que la reforma agraria,
aprovechando el fervor republicano que trajo el fracaso del golpe de Sanjurjo.
Durante el Bienio Rectificador se produce una sublevación de los catalanes por una
interpretación sobre competencias agricolas. El ejercito toma el control rápidamente y el
gobierno suspende temporalmente el estatuto durante toda su etapa, paralizando la
aprobación de otros nuevos y provocando la movilización de los nacionalistas contra el
gobierno. Con el triunfo de la izquierda en el 36 se vuelve a restaurar el estatuto catalán,
e incluso se tramitan el vasco( que la izquierda no vio con buenos ojos por por el carácter
conservador y religioso del PNV) y el gallego, que acabaron aprobandose durante la
guerra civil, para ganarse para la causa a los nacionalistas de ambas regiones.
E) La Reforma educativa.
Ya en el gobierno provisional se impulsó notablemente la construcción de 10 mil
institutos y la creación de nuevas plazas de maestros. Se pretendía convertir al sistema
educativo en la gran palanca para la igualdad de oportunidades, pretendiendo que fuera
gratuito, laico, unificado y mixto. Se prohibió a la Iglesia dedicarse a la enseñanza,
aunque no se aplicó la medida porque la suspendieron los gobiernos conservadores y por
la escasez de institutos que no permitían prescindir de la red educativa religiosa.
Aumentaron las becas, las bibliotecas y sobre todo, las Misiones Pedagógicas, actividades
que llevaban la cultura a los rincones más alejados, desde recitales de poesía a música,
teatro y cine